Revista Científico-Metodológica, No.83 mayo-agosto, 2025. ISSN: 1992-8238
Dr. C. María Elena Hill de Montaner. Docente-Investigadora. Departamento de Desarrollo Educativo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá.
Correo electrónico: mariae.hilln.@up.ac.pa
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1454-1049
Recibido: enero 2025 Aprobado: marzo 2025
RESUMEN El liderazgo no solo se basa en la experiencia, también en comportamientos éticos y actitudes que fomentan un desempeño óptimo en la Educación Superior. Este artículo presenta la importancia de la ética y el liderazgo educativo a partir de los aspectos que repercuten en el comportamiento de un líder, apoyados en la perspectiva de la sostenibilidad, debido a que ello adquiere un sentido formativo. La investigación de enfoque cualitativo y revisión documental, se apoya en métodos como el analítico-sintético, el tránsito de la abstracción a la generalización, la hermenéusis y el análisis documental que combinados con la sistematización teórico-metodológica y la matriz de evaluación del estado del arte favorecen el cumplimiento de los objetivos de estudio. Los resultados demuestran que el liderazgo no se limita a los altos cargos; puede manifestarse en cualquier miembro de una institución de Educación Superior. Se concluye que, frente al sentido de la educación, se trata de orientar a la comunidad educativa y personas que manejan procesos educativos, a la búsqueda de mejorar la calidad, el clima y la cultura organizacional en crecimiento personal. La formación continua y el desarrollo de competencias éticas son cruciales para el liderazgo en las instituciones educativas. Palabras clave:universidad, organización, líder educativo, comunidad educativa, cultura organizacional |
ABSTRACT Leadership is not only based on experience, but also on ethical behaviors and attitudes that foster optimal performance in Higher Education. This article presents the importance of ethics and educational leadership based on the aspects that impact a leader's behavior, supported by a sustainability perspective, as it acquires a formative meaning. The qualitative research approach and documentary review are based on methods such as analytical-synthetic, the transition from abstraction to generalization, hermeneusis, and documentary analysis, which, combined with theoretical and methodological systematization and a state-of-the-art evaluation matrix, favor the fulfillment of the study objectives. The results demonstrate that leadership is not limited to senior management; it can be manifested in any member of a Higher Education institution. It is concluded that, in terms of the meaning of education, it is about guiding the educational community and individuals who manage educational processes toward improving quality, the climate, and the organizational culture, leading to personal growth. Continuing education and the development of ethical competencies are crucial for leadership in educational institutions. Keywords: university, organization, educational leader, educational community, organizational culture |
Las universidades del hoy en sentido general y en particular las instituciones de Educación Superior en Panamá, están viviendo un proceso imparable que las lleva a establecer centros educativos más abiertos al entorno, uno que demanda de mayor participación de los diferentes miembros de la comunidad educativa, a la vez que exige una perspectiva hacia mayor calidad.
Para enfrentar este reto, los sujetos que ejercen la dirección y administración de las universidades, necesitan más que nunca de una formación específica, carente en la mayoría, y que tiene que ver con el liderazgo ético en su proceder. Esto revela la carencia en muchos casos de un conjunto de conocimientos, capacidades y competencias muy específicas y de compleja adquisición, que no se logran sólo a través de la experiencia, sino también con su comportamiento sistemático, actitudes proactivas, hábitos consolidados bajo disciplina y en casos muy especiales lo innato.
No obstante, el liderazgo se presenta potencialmente en cualquier parte de la universidad como organización. Este no es un conjunto de comportamientos cuya expresión se limite a la presidencia, rectoría, directores de procesos, o administrativos de alto nivel. En sí el liderazgo es un proceso y cualidades que demuestra cualquier sujeto miembro de la comunidad universitaria, casi en cualquier momento, y casi en toda circunstancia. Solo que este debe ser canalizado y sistematizado para que resulte eficaz, eficiente, visible y consciente.
Esto último es relevante ya que como bien plantea Cuevas et. al. (2019); para la creación de una cultura de la calidad en la comunidad universitaria; el liderazgo ejercido por los responsables de estas unidades administrativas resulta determinante. (p. 56). Sin dejar de reconocer que en apuntes de Pedraja et. al. (2021): “son necesarios los programas de aprendizaje y desarrollo implementados en las instituciones de educación terciaria para incentivar el liderazgo en los estudiantes, así como en las iniciativas para fomentar el desarrollo de esta habilidad en los docentes” (p. 479).
Un liderazgo eficaz es la influencia que favorece que un grupo u organización cumpla con sus metas y objetivos, y que al desempeñarse lo haga con éxito. Esto implica que liderazgo eficaz es una conducta que fomenta, es decir, un comportamiento que ayuda a que otros individuos logren más de lo que habrían logrado sin el liderazgo. De hecho, la tendencia en el siglo XXI pondera como cuestión innegable la necesidad de la presencia de más líderes y menos jefes en la Educación Superior, de manera que los primeros en detrimento de los segundos logren guiar los procesos principales de la Universidad y concretar la misión y visión institucional con eficiencia en los procesos directivos (Rodríguez et. al. (2022).
El líder es el que se sitúa al frente, pero no es el único, ni todo puede depender de él. Este no es más que el motor impulsor de la Universidad como organización. Pero, como todo motor, quema “combustible” y genera un movimiento hacia delante; ese “combustible” es la doctrina-programa y los objetivos-estrategia.
En este contexto, más que voluntad de poder, el líder debe demostrar que en el ejercicio de sus acciones para con la Universidad, este es capaz de obtener éxitos, o como mínimo, salidas razonables. Existen situaciones en las que un directivo no puede llevar a su comunidad al éxito, porque no existen condiciones objetivas para ello, pero al menos sí puede evitar que el fracaso sea total y se reacomoden las acciones para mejores resultados a mediano plazo, la Universidad seguirá confiando en sus capacidades y competencias.
Sin lugar a duda, el líder debe tener competencias y habilidades; pero también tiene que tener un comportamiento basada en los valores, las virtudes y principios morales. De hecho, asienten Sotomayor et. al. (2024); que: “si nos sintiéramos responsables de la formación del liderazgo en las jóvenes generaciones estudiantiles en la Universidad, deberíamos tener en cuenta que: el fomento de valores como la integridad, la empatía y la responsabilidad”. (p. 203).
Planteado esto, debemos reconocer que muchos gerentes educativos tienen éxitos en la administración de su institución de Educación Superior, pero el fallo sobreviene en su competencia socioemocional, no tienen resultados factibles en sus relaciones humanas con el personal; su posición les hace perder empatía, comunicación y sensibilidad humana. Por ello, se debe abogar por que medie en el liderazgo en la Educación Superior la ética. Un líder en la universidad, debe estar relacionado con la ética en su proceder, en la honestidad e integridad y también con la madurez emocional para permanecer sereno y actuar con justicia y equidad.
Sobre ello reflexionan: Cuevas et. al. (2019); son del criterio que: el buen funcionamiento de la universidad se debe al liderazgo intelectual de algunos profesores, a la ética de algunos de los que allí están, y a la lubricación que, con el sentido común, ponen los estudiantes en los procesos de negociación. (p. 58). Mientras que Sotomayor et. al. (2024); destacan: “el líder debe fomentar su desarrollo personal, sus habilidades socioemocionales, el trabajo en equipo, la comunicación, mejorar la toma de decisiones, intencionar la resolución de problemas, la creatividad y todo ello mediado por la ética”. (p. 192).
Ello evidencia que sí, es de interés cómo la ética está ligada al liderazgo en el contexto universitario. No obstante, escasamente se aprecia en la literatura que aspectos, componentes y cualidades expresa el liderazgo ético, máxime si se ha constado que en el último milenio las tendencias de liderazgo han ido evolucionando de lo distribuido a lo transformacional, y de este a lo adaptativo. Lograr revelar este aspecto viene a ser el objetivo de la investigación, que en opinión de la autora posee pertinencia de cara a las características globales y cambiantes que manifiesta hoy la Educación Superior en Panamá.
La investigación se presenta con un diseño de tipo cualitativo y de revisión de la literatura. busca identificar y describir las características del fenómeno en estudio, desde las referencias, antecedentes y teorías presentes en la literatura científica, a la vez que permite establecer posibles relaciones entre los nuevos componentes que emergen del sentido y significado del liderazgo ético como concepto, lo que resulta crucial para abordar la problemática de manera integral.
Por ello apela a dos herramientas que a modo de procedimientos investigativos recientes permiten: a) elevar la calidad referencial y bibliográfica mediante la matriz de evaluación del Estado del Arte en la temática y para ello la búsqueda se sustentó en la sistematización teórico-práctica de nuevo tipo.
Para lograr relevancia en la bibliografía manejada en el estudio se asume el procedimiento matemático-heurístico, que posibilita validar la bibliografía más pertinente para el estudio basado en los principios de: temporalidad (que revela la actualidad en años) localidad (que evidencia la utilización de textos de diferentes nacionalidades), textualidad (que anuncia la necesidad de manejar fuentes bibliográficas de diferentes tipos como artículos, tesis, libros, normativas, etc.), así como el de diversidad (que destaca la intención de utilizar manuscritos publicados e indexados Bases de Datos de todos los cuartiles).
Estos métodos y procedimientos adquieren mayor valor con la implementación de la sistematización teórico-metodológica de nuevo tipo, para armonizar el componente teórico y el metodológico y lograr mejores resultados en la búsqueda con apoyo de las Inteligencias Artificiales (IA) como Perplexity y DeepSeek.
Por tanto, la revisión de literatura, busca encontrara esencias en los planteamientos asociados la relación ética y liderazgo. Desde la hermenéusis se trata de comprender los significados y sentidos del liderazgo ético en la Educación Superior.
Con esta metodología se busca demostrar la interrelación en la práctica diaria de los deberes y derechos que tiene el líder en la Educación Superior desde el componente ético y se alega que el profesional-directivo adquiere diferentes roles y funciones en el liderazgo que desempeña.
La experiencia en el ejercicio directivo de la investigadora, la participación dinámica, consciente, en procesos investigativos paralelos y asociados con esta temática por más de veinte años, así como la lectura de la bibliografía con apoyo de las herramientas investigativas actuales, posibilitan concretar algunos resultados importantes a la fecha. Primero es contar con la certeza de que, en la Universidad actual en Panamá, espera que el director o gerente educativo posea:
Esta propuesta es el principio aproximativo de las 5A aportado por la autora, que describe las expectativas que como regularidad manifiesta la comunidad universitaria para con su directivo o gerente, a la vez que se establecen algunas de las formas de enfrentar los retos que esta percepción le impone al mismo (Ver figura 1).
Figura 1. Principio aproximativo de las 5A para el directivo universitario panameño.
Sin embargo, este análisis argumentativo queda al nivel de director o gerente, no alcanza la categoría de líder. Por tanto, lo más importante es que esta aproximación conceptual, se haga desde la perspectiva de la relación del liderazgo con la ética, como eje articulador de la presente investigación.
Ética y liderazgo son conceptos omnipresentes en los esquemas de educación superior y trasformación. Se conciben como palabras clave en las dinámicas de las sociedades posmodernas. Estas se ven expuestas a cambios constantes, que traen consigo el reto de optimizar de manera permanente estados, procesos y servicios.
Las competencias intelectuales, sociales y emocionales de los individuos son fundamentales para lograr esto y adaptarse al acelerado ritmo de exigencias que se da hoy en día. Ellas son, en esencia, el pilar del éxito o fracaso de una sociedad. Así, atender la demanda educativa universitaria de manera satisfactoria y, con ello, el desarrollo continuo del sector social y empresarial son asuntos nucleares en todo discurso y práctica de desarrollo.
Bastante es sabido que el éxito educativo de una sociedad se traduce en igualdad de oportunidades, acceso al bienestar, integración y desarrollo sostenido de sus líderes y directivos.
Entonces el reconocer las funciones y roles del líder universitario de hoy es imprescindible, pues debe dirigir, coordinar, ser experto, y mediador pedagógico (Ver figura 2):
Figura 2. Funciones y roles del líder en sus desdoblamientos como director, coordinador, experto y mediador pedagógico.
El líder y sus cualidades
Entre las cualidades esenciales del líder educativo en la Universidad se consideran están las siguientes:
Los líderes docentes universitarios éticos deben atender las metas, pero esto implica entonces que debe desarrollar y mantener en su comportamiento y como parte de sus competencias socioemocionales o blandas, una serie de valores que van más allá del cumplimiento de las responsabilidades, funciones y tareas que tienen asignadas. Concretamente estos valores se pudieran resumir en:
Sin lugar a duda, la ética representa las creencias tradicionales, las normas sociales y los valores comunes de la sociedad. Sin embargo, en un mundo que cambia a ritmo rápido, las creencias comunes dejan de ser comunes y también empiezan a “globalizarse”. Esto último, aunque es complejo, como la personalidad en la psicología o las llamadas ciencias de la conducta, es una realidad, ya que no sólo los hombres manifiestan que la ética personal y la integridad son ahora atributos muy importantes para elegir, no solo para gerentes o directores, sino que es un componente imprescindible para el ejercicio del liderazgo docente universitario.
(…) busca identificar y describir las características del fenómeno en estudio, desde las referencias, antecedentes y teorías presentes en la literatura científica, a la vez que permite establecer posibles relaciones entre los nuevos componentes que emergen del sentido y significado del liderazgo ético como concepto, lo que resulta crucial para abordar la problemática de manera integral. (2018, p. 104)
En el desarrollo de la investigación, se nutre de los aportes más recientes y significativos: la matriz de evaluación del Estado del Arte en la temática (Viltre, 2024) y la sistematización teórico-práctica de nuevo tipo (Viltre, 2025), reconociendo la importancia del procedimiento matemático-heurístico Viltre-EA (2024).
En torno a la temática objeto de estudio, reconoce que el liderazgo como eje del constructo que conduce a la crítica reflexiva en este estudio de revisión bibliográfica, ha sido definido de diferentes maneras. Una definición común a los fines del estudio y más cercana con la esencia epistemológica del mismo lo explica como: El liderazgo ético de Eisenbeiss (2012) sostiene que este concepto implica establecer y procurar metas éticas e influir en los demás de una manera ética. En artículo de Pinto y otros, (2021), se refuerza el valor de los principios del liderazgo ético en directivos de la Universidad de La Guajira de Colombia, lo que es congruente con la perspectiva del estudio y se constata en las conclusiones del texto citado cuando destacan dichos autores:
(…) que sí es posible construir dentro de la Universidad, un marco de principios organizacionales sustentados en un liderazgo ético, que permee no solo a los directivos sino a los otros colaboradores en los distintos niveles de la estructura, lo cual se constituye en posibles líneas de investigación a ser abordadas en futuras investigaciones, contribuyendo así a fortalecer el conocimiento científico y en dar pautas en el pensamiento organizativo, apoyando un modelo universitario adaptado a los nuevos contextos sociales, con unas características inherentes que definen su gestión integradora, así como participativa, que alberguen las bases de sus actividades misionales. (p. 198).
De manera similar, De Hoogh y Den Hartog (2009) definen el liderazgo ético como el proceso de influir en las actividades de un grupo hacia el logro de los objetivos de una manera socialmente responsable. Ellos se enfocan tanto en los medios a través de los cuales los líderes intentan alcanzar los objetivos como en los fines en sí mismos. El liderazgo ético es importante porque los líderes tienen responsabilidades éticas y una posición especial en la que tienen una mayor oportunidad de influir en los demás y, por lo tanto, en los resultados.
La autora encuentra interesante como estos aportes anteriores se refrendan en el documento de las Naciones Unidas titulado: Educación para la Justicia. Serie de Módulos Universitarios. Integridad y Ética, Módulo 4 (2019); en el que aborda el liderazgo ético con ejercicios prácticos desde un aprendizaje transformacional. Sin embargo, llama la atención que la elaboración del ejercicio, aunque atemperada a la era tecnológica aleja a los estudiantes universitarios de su entorno, les invita encontrar liderazgo ético en figuras populares del pop, cuando podrían instarles a identificar los líderes en su comunidad universitaria y luego reflexionar en qué medida ese liderazgo docente universitario es ético.
La mayoría de las personas estaría de acuerdo en que todos tenemos la responsabilidad de actuar éticamente, pero es evidente que los líderes están sujetos a estándares éticos más elevados que los miembros de su comunidad universitaria. Los valores de los líderes docentes universitarios influyen en la cultura de las organizaciones de educación superior, y en si se comportan éticamente.
Los líderes docentes universitarios éticos marcan la pauta, desarrollan la visión, sus valores y conductas que moldean el comportamiento de las personas que estén involucradas en su universidad con trascendencia en la sociedad. Por lo tanto, inevitablemente los líderes docentes universitarios tienen un gran impacto sobre la gente y las sociedades en las que se encuentran.
Algunos ejemplos de líderes docentes universitarios más visibles en todo el mundo son sin lugar a dudas los Presidentes y rectores de universidades prestigiosas, entre los que se destacan: Claudine Gay (EE.UU.) Presidenta de la Universidad de Harvard, destacada por su enfoque en la diversidad y la inclusión en la educación superior; Deborah Prentice (Reino Unido) Rectora de la Universidad de Cambridge, con contribuciones en psicología social y liderazgo académico; Sandra Goulart Almeida (Brasil), Rectora de la Universidad Federal de Minas Gerais, destacada por su trabajo en literatura y educación inclusiva. Re vislumbra un importante componente que salta, el componente de género, entonces el tema puede desdoblarse de lo ético a este otro.
La evaluación del liderazgo docente universitario desde un punto de vista ético se ve influenciada por teorías éticas y principios de liderazgo ético, y también por cuestiones prácticas. Las teorías éticas ofrecen un sistema de reglas o principios que nos orientan a la hora de tomar decisiones sobre lo que es correcto o incorrecto y lo que es bueno o malo en una situación particular (Northouse, 2012).
Todo esto se concreta por el hecho de que las cualidades están mediadas y/o resumidas por las siguientes diez actividades de un líder docente universitario ético:
La autora considera que el logro de líderes docentes universitarios éticos se basa en la comprensión de los cinco principios de liderazgo ético de Northouse, 2012, pero contextualizados a la época y localidades en su particularidad. De esta manera resulta que:
La visión de la gestión, en general y educacional universitaria en particular, recoge gran parte de los elementos anotados y a partir de ellos presenta un modelo que hace posible gestionar las organizaciones educacionales de nivel superior según cuatro estilos de liderazgo que conforman cuatro patrones distintos de conducta, definidos como:
1.- Liderazgo directivo: Se entiende como tal la tendencia del director a desarrollar un comportamiento prescriptivo y normativo, realizador y evaluador; concentrando la toma de decisiones en el vértice superior de la organización escolar.
2.- Liderazgo participativo: Se refiere a la tendencia del director a desarrollar un comportamiento que prioriza a los colaboradores, a los que habilita, faculta, apoya y les delega poder y autoridad para que tomen decisiones; es decir, el proceso de tomar decisiones es compartido.
3. Liderazgo político: Expresa la tendencia del director a desarrollar un comportamiento que busca conocer, de una forma cuidadosa, los objetivos, o intereses, de los distintos participantes que intervienen en los establecimientos educacionales y pueden determinar influencias y compromisos diversos. Se refiere a la tendencia del director de buscar acuerdos o negociar decisiones que permiten la creación de redes de apoyo que viabilicen el desarrollo normal de las actividades educativas.
4. Liderazgo carismático: Se refiere a la tendencia del director a desarrollar un comportamiento que evidencia la expresión de un sueño, una visión común que se aparta del status quo y permite visualizar una organización escolar de excelencia, que llena las aspiraciones soñadas. La conducta del director comunica la Visión, y es indicativa de un gran sentido inspirador y misionero. Respecto de la forma como se toman las decisiones, la conducta del director expresa que en la misma medida que se concentran en sí mismo, también se delegan.
Esta realidad deja dos importantes interrogantes y una lección: ¿Dónde queda el liderazgo ético en estos estilos antes revelados? ¿Este debe ser visto como un componente subyacente, integrado, implícito? La investigación en esta dirección apena rasga la superficie de una temática apasionante que debe ser sistematizada con más rigor, pero que enuncie en lo adelante lo propositivo y transformacional.
Todo administrador o director de una institución de educación superior desea ser un líder eficaz. Todos tiene el potencial para convertirse en un líder docente universitario, no obstante, convertirse en un líder eficaz no es nada fácil ni rápido para la mayoría de las personas. Lamentablemente, pocos son dotados con cualidades de liderazgo sobresalientes, pero pueden cultivarse, aprender y llegar a tener liderazgo en sus universidades. En diferentes investigaciones, se ha manifestado que el líder se nace, pero también se hace, es cuestión de empeño, tenacidad y trabajo.
Cuando el director o gerente empieza a empoderarse del puesto va a aprender a escuchar a todos, que corrijan sus posturas, con respeto y equidad. Los líderes docentes universitarios al igual que cualquiera que quiera cambiar lo que se está haciendo por mucho tiempo, tendrá conflictos y siempre habrá críticas de gente insatisfecha, por lo cual es importante ir poco a poco motivando, es cuestión de sumar experiencia y de cimentar el propio poder referente con base en nuestras acciones y en el ejemplo que dé a los demás. También será necesario aprender a diagnosticar las situaciones que requieren liderazgo y a lograr el máximo provecho de cualquier recurso que se tengan a la mano. No es una tarea sencilla, pero tampoco imposible.
El diagnóstico acertado de las situaciones de liderazgo presupone valorar con precisión algunos elementos clave y llegar a comprenderlos; a saber: nuestras fortalezas personales, las actitudes y capacidades de aquellos a quienes se intenta dirigir, la naturaleza del trabajo por hacer y el ambiente organizacional universitario.
En otras palabras, liderazgo docente universitario es mucho más que acción. Liderar entraña bastante planeación, mucha observación y, sobre todo, reflexión. Cuando uno sepa qué buscar, ya habrá recorrido la mitad del camino del esfuerzo que nos llevará a saber qué hacer en un contexto de liderazgo.
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