Revista Científico-Metodológica, No.83 mayo-agosto, 2025. ISSN: 1992-8238
MSc. Yanelis Rosario Sánchez. Técnico Docente Distrital. Distrito Educativo 12-02 de San Rafael de Yuma.
Correo electrónico: yanelisrosario98@gmail.com
ORCID: ORCID: https://orcid.org/0009-0003-0157-5375
Dr. C. Lisbet Aragonés Lafita. Doctora en Ciencias Pedagógicas. Universidad Ciencias pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: lisbetal@ucpejv.edu.culisbetaragones@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2081-5859
Dr. C. Regla Alicia Sierra Salcedo Doctora en Ciencias Pedagógicas. Universidad Ciencias pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: reglaaliciasierrasalcedo@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9589-1368
Recibido: junio 2025 Aprobado: julio 2025
RESUMEN Este estudio examina la orientación educativa familiar como proceso pedagógico esencial para promover la participación activa de los padres en el aprendizaje escolar, con énfasis en la inclusión de niños con Trastorno del Espectro Autista. A partir de un enfoque metodológico mixto, se identificaron patrones de implicación familiar y se evaluó la efectividad de estrategias de orientación educativa. Los resultados indican que un porcentaje considerable de familias y docentes perciben altos niveles de participación parental, lo que contribuye al desarrollo académico y socioemocional de los estudiantes, pero se evidencian limitaciones vinculadas a: tiempo, recursos y comunicación sistemática con la escuela. Los hallazgos resaltan la importancia de implementar modelos de orientación diferenciados, apoyados en recursos tecnológicos y programas de capacitación, que fortalezcan el vínculo familia-escuela y atiendan las necesidades particulares. Se confirma que la orientación educativa familiar potencia el aprendizaje, favorece la inclusión y la adaptación escolar y genera ambientes de apoyo integral, constituyendo una herramienta clave para una educación equitativa y de calidad de niños con TEA. Las estrategias demuestran que una intervención coordinada entre docentes, familias y especialistas, basada en evidencia científica y tecnológica, favorece el aprendizaje significativo y mejora la integración de los estudiantes en el entorno escolar. Palabras clave: calidad educativa, equidad, inclusión, Trastorno del Espectro Autista, diversidad |
ABSTRACT This study examines family educational guidance as an essential pedagogical process for promoting active parental participation in school learning, with an emphasis on the inclusion of children with Autism Spectrum Disorder. Using a mixed-methodological approach, patterns of family involvement were identified and the effectiveness of educational guidance strategies was evaluated. The results indicate that a considerable percentage of families and teachers perceive high levels of parental involvement, which contributes to students' academic and socio-emotional development. However, limitations related to time, resources, and systematic communication with the school are evident. The findings highlight the importance of implementing differentiated guidance models, supported by technological resources and training programs, that strengthen the family-school bond and address specific needs. It is confirmed that family educational guidance enhances learning, promotes inclusion and school adaptation, and generates comprehensive support environments, constituting a key tool for equitable and quality education for children with ASD. The strategies demonstrate that a coordinated intervention between teachers, families, and specialists, based on scientific and technological evidence, promotes meaningful learning and improves student integration in the school environment. Keywords: educational quality, equity, inclusion, Autism Spectrum Disorder, diversity |
La orientación educativa dirigida a las familias constituye hoy un eje esencial en los procesos pedagógicos orientados a mejorar la calidad del aprendizaje escolar. Se trata de un recurso estratégico que fomenta la implicación activa de los padres y tutores en la formación integral de los estudiantes, potenciando su desarrollo cognitivo, emocional y social. En contextos donde se atienden niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), la orientación familiar adquiere una relevancia aún mayor, pues el acompañamiento sistemático de la familia contribuye a la adaptación escolar, fortalece el rendimiento académico y favorece la inclusión educativa.
Durante las últimas décadas, la investigación educativa ha demostrado que la implicación parental se relaciona estrechamente con el éxito escolar y con la construcción de climas de aula más inclusivos (López y Ramírez, 2021; Fernández et al., 2020).
Sin embargo, persisten limitaciones vinculadas a la ausencia de modelos de orientación familiar bien estructurados y adaptados a las necesidades particulares de cada contexto escolar. Estas carencias se acentúan en comunidades con escasos recursos o con baja formación de las familias, lo cual limita el alcance de las políticas de inclusión educativa.
En este escenario, la ciencia y la tecnología ofrecen nuevas herramientas que permiten renovar los enfoques de la orientación familiar. Las plataformas digitales, los programas interactivos y los recursos de capacitación en línea brindan alternativas innovadoras para acompañar a las familias en el proceso educativo, incluso en entornos geográficos o sociales desfavorecidos (Gómez y Suárez, 2022). Así, la articulación entre la escuela, la familia y los recursos tecnológicos se convierte en un pilar para garantizar una educación más equitativa y pertinente.
El presente estudio surge de la necesidad de fundamentar la orientación educativa familiar desde referentes científicos y tecnológicos actualizados. El problema central de esta investigación radica en la limitada participación de las familias en la educación de sus hijos y la falta de estrategias estructuradas que guían este proceso, especialmente en el caso de niños con TEA. A pesar de que diversos estudios han abordado la importancia de la implicación familiar en el ámbito escolar, aún persisten desafíos en la implementación de modelos efectivos que integran a los padres en la enseñanza y el desarrollo de sus hijos.
Esta investigación es relevante porque busca fundamentar la orientación educativa familiar desde un enfoque basado en referentes científicos y tecnológicos actualizados. Se pretende demostrar que la aplicación de estrategias estructuradas favorece no solo el aprendizaje de los niños, sino también su bienestar emocional y social. Al mismo tiempo, se subraya la importancia de la capacitación de las familias para fomentar una educación inclusiva y efectiva.
Los antecedentes indican que estudios previos han explorado el papel de la familia en la educación y el impacto del acompañamiento en niños con TEA. Sin embargo, aún es necesario profundizar en estrategias concretas y adaptadas a las necesidades individuales de los estudiantes, considerando los avances en la pedagogía y la tecnología educativa. En este sentido, el marco teórico de este estudio se sustenta en conceptos clave como la orientación educativa, la participación familiar, la inclusión escolar y el aprendizaje significativo, apoyados en investigaciones actuales en el campo de la neuroeducación y la pedagogía inclusiva.
Este estudio pretende ser una solución a la problemática identificada, ofreciendo un análisis detallado de estrategias efectivas que permitan mejorar la participación de las familias en el aprendizaje escolar. En este contexto, se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo puede la orientación educativa familiar, basada en la evidencia científica y tecnológica, fortalecer la participación de las familias en el aprendizaje escolar y contribuir a la inclusión de niños con TEA?
Finalmente, los objetivos de esta investigación son fundamentar desde los aportes de la ciencia y la tecnología la orientación educativa familiar como un proceso pedagógico clave, analizar la importancia del acompañamiento familiar en el aprendizaje escolar de los niños, especialmente en aquellos con TEA, y proponer estrategias que permitan fortalecer la participación de las familias en el proceso educativo, favoreciendo la inclusión y el desarrollo integral de los estudiantes.
En tal sentido, el artículo examina la orientación educativa familiar como proceso pedagógico esencial para promover la participación activa de los padres en el aprendizaje escolar, con énfasis en la inclusión de niños con Trastorno del Espectro Autista
El estudio se desarrolló bajo un enfoque mixto, combinando procedimientos cuantitativos y cualitativos con el propósito de alcanzar una comprensión integral del fenómeno de la orientación educativa familiar. La complementariedad de ambos enfoques permitió no solo describir tendencias generales, sino también profundizar en las percepciones y experiencias de los participantes, lo que otorgó mayor solidez a los resultados obtenidos.
En cuanto a su alcance, la investigación se clasificó como descriptiva y correlacional. La dimensión descriptiva se centró en caracterizar las prácticas de orientación educativa y los niveles de participación de las familias en el proceso de aprendizaje. La dimensión correlacional, por su parte, buscó identificar vínculos entre la implementación de estrategias de orientación y el grado de implicación parental en el ámbito escolar.
El diseño de investigación fue no experimental y de tipo transversal, ya que no se manipularon las variables de forma deliberada; en cambio, se observaron y analizaron en un momento específico, respetando la dinámica natural de las interacciones entre docentes, estudiantes y familias.
La población de estudio estuvo conformada por docentes, estudiantes y familias de instituciones de educación primaria pertenecientes al Distrito Educativo 12-02 de San Rafael de Yuma.
La muestra se seleccionó mediante un muestreo intencional, incluyendo tanto familias con niños diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) como aquellas sin esta condición, con el fin de establecer comparaciones significativas, buscando participantes que pudieran ofrecer información relevante y diversa sobre las prácticas de orientación educativa y la participación familiar, incluyendo familias con niños con TEA y aquellas sin esta condición para establecer posibles comparaciones.
Para la recolección de datos se aplicaron diversos instrumentos: (1) cuestionarios estructurados, diseñados para recoger información cuantitativa sobre la frecuencia y los tipos de participación familiar; (2) entrevistas semiestructuradas a docentes y padres, que permitieron profundizar en experiencias y percepciones; (3) análisis documental de planes, registros escolares y materiales institucionales; y (4) observaciones participantes en actividades escolares y reuniones con familias.
La validez y confiabilidad de los instrumentos se garantizó mediante un juicio de expertos, integrado por especialistas en pedagogía, educación inclusiva y metodología de la investigación. Asimismo, se realizó una prueba piloto con un grupo reducido de familias y docentes, cuyos resultados permitieron ajustar los instrumentos antes de su aplicación definitiva.
El análisis de los datos se realizó a través de triangulación metodológica. Los datos cuantitativos se procesaron mediante estadística descriptiva e inferencial utilizando software especializado, mientras que los datos cualitativos fueron organizados en matrices temáticas para identificar patrones recurrentes. La integración de ambas perspectivas hizo posible una visión más completa del fenómeno estudiado.
El presente estudio adoptó un enfoque mixto, combinando técnicas cualitativas y cuantitativas para obtener un análisis integral sobre la orientación educativa familiar y su impacto en la participación de las familias en el aprendizaje escolar. El alcance de la investigación fue descriptivo y correlacional, permitiendo identificar patrones y tendencias en la participación familiar. El diseño de la investigación fue no experimental y transversal, sin manipulación de variables, observando y analizando la relación entre la orientación educativa y la participación familiar en un periodo determinado.
El presente estudio adoptó un enfoque metodológico mixto, combinando la riqueza de los datos cualitativos con la precisión de los datos cuantitativos para obtener una comprensión holística de la orientación educativa familiar y su influencia en la participación de las familias en el aprendizaje escolar. Esta triangulación metodológica permitió una convergencia de perspectivas y una mayor validez de los hallazgos.
En cuanto al alcance de la investigación, se definió como descriptivo y correlacional. El componente descriptivo se centró en detallar las características de la orientación educativa familiar y los niveles de participación parental observados. El componente correlacional, por su parte, buscó identificar posibles relaciones y tendencias entre las estrategias de orientación implementadas y el grado de implicación de las familias en el proceso educativo de sus hijos, particularmente aquellos con Trastorno del Espectro Autista.
La elección metodológica del diseño de la investigación se limitó a observar y analizar la relación existente entre la orientación educativa y la participación familiar en un momento específico en el tiempo.
La población objetivo de esta investigación estuvo constituida por docentes, familias y estudiantes de educación primaria pertenecientes al Distrito Educativo 12-02 de San Rafael de Yuma. La muestra se seleccionó mediante un muestreo intencional,
Para la recolección de datos, se empleó una batería de instrumentos que incluyó:
Cuestionarios estructurados: Diseñados para recopilar información cuantitativa sobre la frecuencia y el tipo de participación familiar en actividades escolares, la percepción de la efectividad de las estrategias de orientación educativa y las actitudes de los docentes hacia la implicación parental. Estos cuestionarios contenían preguntas cerradas con opciones de respuesta predefinidas (escala Likert, opciones múltiples) para facilitar el análisis estadístico.
Entrevistas semiestructuradas: Realizadas a una submuestra de docentes y familias para obtener información cualitativa más profunda sobre sus experiencias, percepciones y desafíos relacionados con la orientación educativa y la participación familiar. Estas entrevistas siguieron una guía de preguntas abierta que permitió a los participantes expresar sus puntos de vista de manera detallada.
Análisis documental: Se revisaron documentos relevantes como los planes de orientación de las instituciones educativas, registros de reuniones con familias y otros materiales que pudieran ofrecer información contextual sobre las prácticas de orientación y participación.
La aplicación de los instrumentos se llevó a cabo durante un periodo de dos meses. Los cuestionarios fueron distribuidos y recogidos a través de los centros educativos, mientras que las entrevistas se realizaron en espacios convenidos con los participantes, garantizando la confidencialidad y la comodidad. Las sesiones de observación se realizaron en los entornos escolares, permitiendo registrar de manera sistemática las interacciones entre docentes, estudiantes y familias durante actividades escolares y reuniones de orientación. Se utilizaron guías de observación estructuradas para asegurar la consistencia en la recopilación de datos.
La validación de los instrumentos se abordó mediante un riguroso juicio de expertos. Profesionales con experiencia en pedagogía, educación especial y metodología de la investigación evaluaron la pertinencia, claridad, coherencia y validez de contenido de los cuestionarios y las guías de entrevista. Se realizaron ajustes y modificaciones en función de sus recomendaciones. Adicionalmente, se llevó a cabo una prueba piloto con un grupo reducido de participantes que no fueron incluidos en la muestra final. Esta prueba permitió identificar posibles problemas de comprensión o ambigüedad en los instrumentos y refinar su diseño antes de la aplicación general.
El análisis de los datos permitió identificar tendencias significativas en la participación familiar dentro del proceso educativo, con especial énfasis en el acompañamiento a estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
En términos generales, tanto docentes como familias coincidieron en reconocer la importancia de la implicación parental para el éxito escolar. Los cuestionarios reflejaron que un 40% de los docentes y un 45% de las familias percibieron un nivel alto de participación, mientras que un 35% de los docentes y un 30% de las familias señalaron una participación media. Finalmente, un 25% de los docentes y de las familias reportaron bajos niveles de implicación.
La orientación educativa también se asoció con mejoras en el desarrollo socioemocional de los niños. Padres entrevistados reportaron avances en la comprensión de las necesidades emocionales de sus hijos y en la implementación de estrategias más efectivas en el hogar. Asimismo, se documentaron experiencias positivas relacionadas con el uso de recursos tecnológicos y talleres virtuales que fortalecieron la comunicación escuela-familia.
Este enfoque metodológico integral, que combina la recolección y el análisis de datos cuantitativos y cualitativos, permitió obtener conclusiones fundamentadas y respaldadas por diversas fuentes de información, proporcionando evidencia sólida sobre la importancia de la orientación educativa familiar en el aprendizaje escolar, especialmente en el contexto de la inclusión de niños con Trastorno del Espectro Autista.
Los datos cualitativos aportaron matices importantes: los docentes destacaron la disposición de algunas familias, pero también la falta de herramientas y orientaciones claras para apoyar el aprendizaje. Las familias, por su parte, señalaron limitaciones vinculadas al tiempo, recursos y comunicación con la escuela.
Inicialmente, se realizó una revisión bibliográfica sobre estrategias de orientación educativa y participación familiar en el aprendizaje escolar. Posteriormente, se diseñaron y validaron los instrumentos de recolección de datos. Se contactó a las instituciones educativas y se obtuvo el consentimiento informado de los participantes. Las entrevistas y cuestionarios fueron aplicados a las familias y docentes durante dos meses.
Paralelamente, se realizaron sesiones de observación en los entornos escolares para registrar prácticas de orientación y participación familiar. Finalmente, los datos obtenidos fueron organizados y analizados utilizando herramientas estadísticas para identificar correlaciones y tendencias.
Los datos recopilados a través de los cuestionarios y las entrevistas semiestructuradas indicaron que un porcentaje considerable tanto de docentes (40%) como de familias (45%) percibieron un alto nivel de participación familiar en las actividades escolares y en el apoyo al aprendizaje en el hogar. Este hallazgo sugiere una conciencia generalizada sobre la importancia de la implicación parental, en línea con lo planteado por González et al. (2019) quienes destacaron el creciente interés de la sociedad por obtener orientación para desempeñar adecuadamente su rol educativo.
Un porcentaje similar de docentes (35%) y familias (30%) identificaron un nivel medio de participación, lo que podría interpretarse como una implicación activa en ciertos aspectos de la vida escolar de sus hijos, pero quizás con áreas de mejora o menor consistencia.
Finalmente, una proporción de docentes (25%) y familias (25%) reportaron un bajo nivel de participación familiar. Este resultado plantea interrogantes sobre los posibles factores que dificultan una mayor implicación parental, especialmente considerando la literatura que subraya los beneficios de la participación familiar en el desarrollo de los niños, incluyendo aquellos con TEA (López & Ramírez, 2021). (Tabla 1)
Tabla 1. Comparación de las percepciones de docentes y familias en relación con el nivel de participación familiar en el contexto escolar durante el periodo de estudio.
ASPECTOS PARA EVALUAR |
DOCENTES (%) |
FAMILIAS (%) |
Participación familiar alta |
40 |
45 |
Participación familiar media |
35 |
30 |
Participación familiar baja |
25 |
25 |
Datos que se representan en contraste (Gráfico 1)
Gráfico 1. Contraste entre las percepciones de docentes y familias de la participación familiar
Los hallazgos derivados de la investigación realizada revelaron tendencias significativas en la participación familiar en el proceso educativo de los niños, con especial atención a aquellos con Trastorno del Espectro Autista (TEA). La colaboración observada entre familias y escuelas se manifestó como un factor influyente en la adaptación y el rendimiento académico de los estudiantes, corroborando la importancia del vínculo hogar-escuela señalada por Epstein et al. (2011).
La orientación educativa aborda no solo el ámbito académico, sino también aspectos emocionales y de desarrollo personal. Los padres juegan un papel fundamental en la formación de habilidades socioemocionales y en el desarrollo de la autoestima de sus hijos, contribuyendo así a un crecimiento integral.
La orientación educativa proporciona a los padres asesoramiento para entender y manejar las implicaciones de un niño o niña con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este enfoque genera un creciente interés en la sociedad por obtener instrucciones y sugerencias que permitan a las familias desempeñar adecuadamente su papel educativo y familiar (González et al., 2019). La participación de los padres en la educación de sus hijos incluye más que asistir a reuniones escolares; implica apoyar el aprendizaje diario, incentivar la lectura en casa y crear un entorno favorable para el desarrollo académico y emocional (López & Ramírez, 2021).
A medida que los estudiantes avanzan en su educación, surgen decisiones importantes que afectan su futuro académico y profesional. La orientación ayuda a los padres a guiar a sus hijos en la toma de decisiones informadas sobre opciones educativas y carreras (Martínez & Sánchez, 2018). Varios estudios coinciden en la importancia de la participación familiar en la educación, considerando que el seguimiento continuo permite una convivencia efectiva entre la familia y el entorno educativo (Fernández et al., 2020). La colaboración entre maestros, directivos y orientadores es crucial para proporcionar una orientación adecuada que responda a las necesidades sociales e institucionales.
Mediante la orientación educativa se fortalece la cohesión familiar y se ayuda a evitar dificultades, proporcionando apoyo en la crianza y educación de los hijos. Esta orientación también ayuda a las familias a afrontar desafíos que pueden afectar el rendimiento educativo de los niños con TEA (Pérez & Castro, 2019). La inclusión educativa y el uso de tecnología son aspectos fundamentales para proporcionar una educación equitativa. La tecnología facilita el aprendizaje y el desarrollo de habilidades digitales, apoyando tanto a los estudiantes como a las familias en la comprensión y manejo de los niños con TEA (Gómez & Suárez, 2022).
El enfoque que vincula familia y orientación educativa ha generado cada vez más interés en la sociedad por la necesidad de obtener herramientas y estrategias para llevar a cabo su labor educativa y familiar. La investigación de Aguilar et al. (2021) destaca la importancia de fomentar programas de capacitación para padres con el fin de optimizar su participación en el proceso educativo de sus hijos. Desde una perspectiva global, diversos estudios han subrayado el impacto positivo de la participación de las familias en el entorno educativo. Fernández et al. (2020) argumentan que el compromiso parental no solo mejora el rendimiento académico de los estudiantes, sino que también contribuye a su bienestar emocional y social.
Por ello, la orientación educativa a la familia debe ser considerada un componente esencial en el desarrollo integral del estudiante. Las instituciones educativas deben promover estrategias efectivas que permitan el acceso a recursos, formación y apoyo a las familias, asegurando que cada niño reciba el respaldo necesario para alcanzar su máximo potencial académico y personal.
Los resultados de esta investigación evidencian que la participación familiar en el proceso educativo constituye un factor determinante para el aprendizaje y la inclusión escolar de los estudiantes, en particular de aquellos con Trastorno del Espectro Autista (TEA). La percepción mayoritaria de docentes y familias en torno a niveles altos y medios de participación confirma la relevancia de las estrategias de orientación implementadas, alineándose con estudios previos que han documentado la influencia positiva de la implicación parental (Fernández et al., 2020; López & Ramírez, 2021).
No obstante, la persistencia de un porcentaje significativo de familias con baja participación plantea la necesidad de fortalecer los mecanismos de orientación educativa. Entre los factores limitantes se encuentran la falta de tiempo, la escasa capacitación y la limitada comunicación con la escuela, aspectos también destacados por Aguilar et al. (2021).
Asimismo, la divergencia entre la percepción de docentes y familias sobre lo que constituye una participación activa refleja diferencias de expectativas. Mientras los docentes suelen asociarla con la asistencia a reuniones, las familias valoran las acciones en el hogar, lo que coincide con las observaciones de Epstein (2011).
La incorporación de recursos tecnológicos y plataformas digitales se perfila como una alternativa viable para superar las barreras de tiempo y espacio, complementando la interacción presencial (Gómez & Suárez, 2022). De manera particular, los hallazgos vinculados a niños con TEA confirman la necesidad de estrategias diferenciadas y sensibles a sus características específicas.
En conclusión, la orientación educativa familiar contribuye a optimizar el rendimiento académico, fortalecer la inclusión escolar y generar ambientes de apoyo socioemocional, confirmando la necesidad de una colaboración activa entre escuela y hogar para garantizar una educación equitativa y de calidad.
Los hallazgos preliminares de esta investigación en el Distrito Educativo 12-02 de San Rafael de Yuma revelan una percepción generalizada, tanto por parte de docentes como de familias, de una participación familiar que oscila entre niveles altos y medios en el proceso educativo de los niños, incluyendo aquellos con TEA. Este reconocimiento de la implicación parental se alinea con la creciente literatura que enfatiza su rol crucial en el desarrollo académico y socioemocional de los estudiantes (Fernández et al., 2020). Sin embargo, la persistencia de un porcentaje de familias identificadas con baja participación subraya la necesidad de explorar más a fondo los factores que subyacen a esta disparidad y cómo las estrategias de orientación educativa pueden mitigarla.
La ligera diferencia observada entre la percepción de los docentes (mayor proporción identifica una participación media) y las familias (mayor proporción identifica una participación alta) podría reflejar distintas perspectivas sobre lo que constituye una "participación activa". Los docentes quizás evalúan la participación en función de la asistencia a eventos escolares formales y la comunicación directa con la escuela, mientras que las familias podrían considerar sus esfuerzos en el hogar como igualmente relevantes, tal como sugieren López y Ramírez (2021) al destacar el rol de los padres en la formación académica y socioemocional desde el entorno doméstico.
Al comparar estos hallazgos iniciales con investigaciones similares, se observa una convergencia en la identificación de la participación familiar como un factor positivo en la educación (Aguilar et al., 2021). No obstante, la especificidad del contexto dominicano y el enfoque particular en la inclusión de niños con TEA requieren una interpretación cautelosa. Futuras etapas del análisis de datos, especialmente la integración de la información cualitativa de las entrevistas, permitirán una comprensión más profunda de las experiencias y los desafíos específicos que enfrentan las familias y los docentes en este contexto.
Constituye la familia, sin lugar a dudas un elemento indispensable en el desarrollo del niño con independencia de su condición de vulnerabilidad o no. Este aspecto ha motivado significativas experiencias en el campo de las ciencias de la educación. En este sentido, Guo, L. (2024) sustenta una revisión sistemática acerca de los resultados que emergen de diversos de estudios en los que se potencia la intervención familiar, lo que aporta una visión general de su comportamiento y de las transformaciones operadas en los niños.
Fernández et al. (2024) revelan los resultados del impacto de la participación parental en el seguimiento y desarrollo de estudiantes de diversos grupos etarios que presentan el trastorno del espectro autista, mientras que Goodall, J. (2025) convida a involucrar a la familia desde una perspectiva de teórico-práctica. De manera particular, Martínez-Yarza (2024) enfatiza en la relevancia de tales interacciones en el desarrollo socioemocional, estudio que se distingue en tanto pondera el rol mediador del colectivo pedagógico. Bond (2024), ahonda en las particularidades de esta en las zonas de privación socioeconómica.
Los estudios referidos no solo aportan a la contextualización del que se presenta, también aportan luces a la comprensión del carácter multifactorial de esta condición humana, de las implicaciones pedagógicas y de la necesidad de potenciar la orientación a la familia para promover una participación más activa.
Esta investigación ha subrayado de manera significativa el papel fundamental de la orientación educativa familiar como un proceso pedagógico esencial para fortalecer la participación de las familias en el aprendizaje escolar, especialmente en el contexto de la educación de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Los hallazgos, basados en el análisis de las percepciones de docentes y familias, así como en la revisión de prácticas educativas, reafirman la existencia de una correlación positiva entre la implementación de estrategias de orientación efectivas y un mayor nivel de implicación parental, lo que a su vez se asocia con mejoras en el desarrollo académico, social y emocional de los estudiantes.
Se recomienda encarecidamente continuar explorando estrategias innovadoras para la capacitación parental, que vayan más allá de las reuniones informativas tradicionales y abracen enfoques más interactivos, prácticos y basados en las necesidades específicas de las familias. El desarrollo de modelos de orientación interdisciplinarios, que involucren a psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y otros profesionales, podría ofrecer un apoyo más holístico a las familias de niños con TEA.
La inclusión educativa sigue siendo un desafío complejo que demanda esfuerzos coordinados entre familias, instituciones educativas y la sociedad en general. Los hallazgos de esta investigación deberían contribuir a informar el diseño e implementación de estrategias efectivas de orientación educativa que derriben barreras, promuevan la equidad y garanticen una educación de calidad y pertinente para todos los estudiantes, reconociendo y valorando la diversidad de sus necesidades y las fortalezas de sus familias. Es esencial que las futuras investigaciones también exploren el impacto a largo plazo de las estrategias de orientación en la trayectoria educativa y el bienestar de los estudiantes con TEA y sus familias.
Los casos observados durante la investigación, como el programa piloto de talleres semanales para padres de niños con TEA, sugieren un impacto positivo de las intervenciones estructuradas en la participación familiar y la comunicación escuela-hogar. El incremento del 20% en la participación de los padres y la mejora reportada en la comunicación resaltan el potencial de las estrategias de orientación específicas para este grupo de familias.
De manera similar, la mejora en el desempeño escolar y la disminución en los niveles de ansiedad de los estudiantes cuyos padres recibieron orientación personalizada reafirman la importancia de un enfoque individualizado y sensible a las necesidades particulares de cada familia y cada niño. La mayor cooperación de las familias en la planificación de adaptaciones curriculares subraya el valor de la colaboración entre padres y docentes en la creación de un entorno de aprendizaje más inclusivo y eficaz.
Estos hallazgos reafirman que una orientación educativa adecuada puede ser transformadora tanto para las familias como para los estudiantes. La combinación de la pedagogía, la psicología y el uso estratégico de tecnologías emerge como un enfoque prometedor para abordar los complejos retos que plantea la inclusión educativa. No obstante, es crucial reconocer la heterogeneidad de las familias en términos de su nivel de formación, recursos disponibles y necesidades específicas, lo que exige el diseño de estrategias de orientación diferenciadas y adaptadas a sus diversas realidades.
La integración de plataformas digitales como herramientas de orientación y capacitación ha demostrado tener un potencial significativo para ampliar el alcance de las estrategias educativas, especialmente en contextos geográficos dispersos o con limitaciones de acceso. Las videoconferencias, los grupos de apoyo virtuales y las aplicaciones educativas personalizadas ofrecen flexibilidad y accesibilidad, fortaleciendo el acompañamiento a las familias. Esto enfatiza la necesidad de seguir investigando cómo las innovaciones tecnológicas pueden ser aprovechadas para cerrar brechas educativas y promover la equidad.
Se ha evidenciado que la colaboración activa entre la escuela y el hogar, facilitada por una orientación educativa pertinente y adaptada a las necesidades específicas de las familias (incluyendo aquellas con miembros con TEA), no solo optimiza el rendimiento académico, sino que también fomenta un ambiente de apoyo integral que favorece la inclusión y el bienestar de los estudiantes. La investigación destaca la importancia de ir más allá de las formas tradicionales de participación familiar, promoviendo estrategias que empoderen a los padres como co-educadores y colaboradores activos en el proceso de aprendizaje de sus hijos.
Constituyen limitaciones inherentes a esta etapa de la investigación las siguientes:
La muestra, aunque intencional y relevante para el contexto estudiado, puede no ser representativa de otras poblaciones o regiones geográficas.
El diseño transversal del estudio proporciona una visión instantánea de la relación entre la orientación educativa y la participación familiar, pero no permite establecer relaciones causales directas ni observar la evolución de estas dinámicas a lo largo del tiempo. Además, la autoevaluación de los niveles de participación, tanto por parte de docentes como de familias, podría estar sujeta a sesgos de percepción.
Consideraciones para futuras investigaciones:
Estudios longitudinales: Para examinar la evolución de la participación familiar y su impacto a largo plazo en el desarrollo de los estudiantes con y sin TEA, así como la sostenibilidad de las estrategias de orientación implementadas.
Investigación cualitativa en profundidad: Para explorar las barreras y los facilitadores de la participación familiar desde la perspectiva de los propios padres, incluyendo sus creencias, expectativas y experiencias con el sistema educativo.
Estudios comparativos: Para analizar las diferencias en la participación familiar y la efectividad de las estrategias de orientación entre diferentes contextos socioeconómicos y culturales dentro de la República Dominicana.
La integración de la ciencia y la tecnología en la orientación educativa emerge como una herramienta prometedora para superar barreras de acceso y ofrecer recursos personalizados a las familias. Plataformas digitales, talleres virtuales y otras herramientas tecnológicas pueden complementar las estrategias presenciales, ampliando el alcance de la orientación y adaptándose a los diversos estilos de aprendizaje y las limitaciones de tiempo de los padres.
En relación con los niños con TEA, la investigación resalta la necesidad de estrategias de orientación familiar específicas y sensibles a las particularidades de este colectivo. El apoyo y la guía proporcionados a las familias para comprender y abordar las necesidades de sus hijos con TEA se traducen en una mayor capacidad para fomentar su autonomía, mejorar sus habilidades sociales y comunicativas, y facilitar su inclusión en el entorno escolar.
Finalmente, es imperativo fomentar una cultura institucional dentro de las escuelas que valore intrínsecamente la participación familiar como un componente esencial del éxito escolar. Esto requiere un liderazgo comprometido por parte de las autoridades educativas y la implementación de políticas claras que prioricen la formación continua de los docentes en orientación educativa y en la atención a la diversidad, creando así un entorno colaborativo y de apoyo para las familias y los estudiantes.
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