Revista Científico-Metodológica, No.81 septiembre-diciembre, 2024. ISSN: 1992-8238
Celebra la comunidad universitaria del VARONA los 60 años dedicados a la formación de maestros y profesores para los diversos niveles educativos. La casa rectora de la formación pedagógica en Cuba, festeja este aniversario habiendo graduado a más de 85 mil docentes. Logros nacionales e internacionales avalan el prestigio de una universidad evaluada por la Junta de acreditación Nacional con la categoría de Excelencia. En el marco de estas conmemoraciones fueron estimulados varios profesionales de la institución con diversas categorías, tales como: Doctor Honoris Causa, Profesor Emérito, Profesor Consultante, Profesor Invitado, además de condecoraciones y medallas de extraordinaria importancia por la reconocida trayectoria.
La Dirección de información Científico-Técnica celebró los días 5 y 6 de junio la XIII Jornada Científica Gestión del conocimiento: Retos y perspectivas para la información científica, en modalidad híbrida (presencial-virtual) con más de 150 delegados de profesionales de varias instituciones del territorio y otras provincias del país. Contó con tres cursos pre-evento:
La conferencia inaugural estuvo a cargo del Dr. Cs. Paul Antonio Torres Fernández con el título: Innovación y tecnología para las bibliotecas universitarias con Inteligencia artificial (AI).
Hace unos veinte años llegó a mis manos un sencillo folleto de hojas amarillas y carcomidas por el tiempo, entre un grupo de libros, que una extraordinaria profesional y amiga me donó como regalo de su biblioteca personal. Lo leí con la devoción con que se leen las fuentes primarias. La Habana, 1925. En él se recogía para su divulgación un nuevo estudio, similar al de 1922, de las reformas que reclamaba en aquella época nuestra escuela elemental, secundaria y superior.
Valdría la pena mencionar algunas de las ideas expresadas en él por quienes confesaban lo hacían en cumplimiento de un deber patriótico y profesional, pero sin la esperanza de que esos males tendrían remedio, porque constantemente se declamaba sobre la importancia y la necesidad de la educación y sin embargo el gobierno no prestaba ninguna atención,
“Los gobernantes no colocaban, no en las palabras sino en los hechos, las escuelas en el mismo plano que el ejército y las haciendas”.
Había escasas escuelas primarias elementales de manera que pudiera inscribirse en ellas toda la población escolar con inadecuadas condiciones pedagógicas e higiénicas y carentes de los medios necesarios. Y no solo eso, el problema de la falta de escuelas, de la baja asistencia y de los altos índices de deserción escolar, se agravaba, entre otras cosas, por la mala distribución de las escuelas sin tener en cuenta el censo de población. De modo que había municipios que tenían una por cada 200 habitantes y otros que solo tenían un aula por cada 1200 o 1400 habitantes.
Más aún habría que hablar en un país agrícola de la crisis y el abandono de la escuela rural, en los que no se ofrecía enseñanza sanitaria, tan necesaria a la población campesina, que moría a causa de enfermedades evitables.
Existía el grave problema de la educación extraescolar y en todas las poblaciones faltaban parques, áreas deportivas y de esparcimiento para los niños y jóvenes.
En Cuba había millones de niños débiles, anémicos y pretuberculosos, con discapacidades sensoriales y mentales confundidos con los demás en las escuelas o sin recibir las menores atenciones.
La legislación relativa a los sueldos de los maestros producía resultados desastrosos. Suprimía todo estímulo para mejorar la aptitud profesional. Y tampoco se ofrecía una superación efectiva a los directivos.
La formación de maestros funcionaba casi sin la menor relación con las escuelas públicas y sus problemáticas.
A los 12 o 14 años, precisamente en el período más crítico de su existencia –todos ya han estudiado por qué – los niños pasaban a la enseñanza secundaria en instituciones que tenían deficiencias en cuanto a variedad, número, organización de sus estudios, métodos de enseñanza, disciplina y preparación de su profesorado.
Solo el 3% de nuestra juventud recibía una instrucción superior.
Los planes de estudios eran inadecuados para la formación integral, en cuanto a cultura cívica, estética, física y humana, dejando sin atención aspectos importantes de la personalidad.
Todo esto hacía crecer, las escuelas privadas, llenas de actos de inmoralidad, y de violaciones a la ley en el nombramiento de personas para plazas vacantes, y en la existencia de salarios ficticios, lo que hacía un estado más caótico aún.
Por último, se dicen en el documento algunas ideas conclusivas (y cito) “Todas las reformas serán efímeras e ineficaces, a base de población formada en su mayoría de analfabetos y semianalfabetos, con una minoría de personas que saben leer y escribir, dificilísima preparación para la lucha económica y la vida cívica, y un cortísimo número de profesionales, principalmente de medicina y derecho.
Cuba debe prepararse rápida e intensamente para resistir la enorme presión de fuerza exteriores…
El abandono de la educación es el peor delito que se puede cometer contra la nacionalidad”. Dichas son estas palabras en 1925.
La educación y la cultura, orientan, trazan la marcha, guían, transforman en fuerza que se suma al camino de los que fundan.
Se retoman estas notas en días de graduación de los jóvenes que se iniciaron en los estudios de la carrera en Pedagogía en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, nacidos cuando la Revolución ya tenía más de 40 años de vida, la misma que triunfó después de sufrir los males de nuestro sistema educativo anteriormente descritos, y han tenido el privilegio de vivir también más años de perfeccionamiento, y ahora serán protagonistas del III Perfeccionamiento del Sistema Educativo Cubano, con incomparables diferencias a los de otrora.
La mayor de ellas: es que el estado socialista sí ha sido el principal transformador tomando como guía el pensamiento dialéctico y humanitario del Comandante en jefe, el ejemplo más grande de honestidad, honradez, humildad, dignidad, consagración, espíritu justiciero y revolucionario, que hemos tenido los cubanos de ayer y del mañana.
Por la necesidad que aún existe en la capital cubana ha sido creada la modalidad de 3 años, con egresados de las Escuelas Pedagógicas y que también han tenido su primera graduación este diciembre. Los propósitos del curso exigen que el egresado reciba influencia en lo cognitivo y lo formativo, y lo formativo con un alto trabajo de demostración de cómo asumir el rol profesional y el trabajo político-ideológico como principio rector de nuestra labor. En ellos se pudo comprobar la existencia de carencias cognitivas.
Es esta carrera un ejemplo vivo de justicia social en nuestro país, y solo con el gran esfuerzo que es necesario realizar en los Colectivos de año, bajo la dirección de los jefes de carrera y de departamento y las organizaciones, es posible elevar los porcientos de retención y una considerable mejora de los resultados de promoción desde el inicio de su carrera universitaria. Paulatinamente irá resolviendo todas las dificultades en su formación, en la preparación para el empleo y en la formación postgraduada.
Queda la insatisfacción de que no se entregan maestros acabados como es lógico, pues falta toda una vida de experiencias. Nos hemos de concentrar en lograr un aprendizaje más allá del aula. Un concepto de clase que traspase los límites incluso de la escuela. Todo un sistema educador. Quizás si se dedicaran as horas de influencia educativa a aprender solo la Matemática, el Español, la Historia, las Ciencias Naturales y los demás contenidos de la escuela, tuvieran más repasadas esas materias tan necesarias para su desempeño, y a lo que tendrán que dedicar mucho tiempo de trabajo independiente.
Mas, si así fuera no tendrían la vivencia que les aporta cada práctica para autodescubrirse como maestros; no tendrían la pincelada de arte que aporta cada matutino y espectáculo, cada filme, cada visita a instituciones culturales y hasta el protagonismo en algunas de ellas, que permite que alcancen resultados destacados en Festivales de Aficionados; no tendrían el crecimiento ideopolítico y la preparación patriótica que ofrece el encuentro con personalidades, la participación en actos, eventos, el recorrido por museos, las clases, los debates en los 10 min iniciales; no sería inyectada la voluntad y la solidaridad que solo pudo ser forjada en las actividades deportivas que dan a las Facultades primeros lugares en los juegos deportivos Varona y el Premio a la mejor clase en su Festival, o la caminata de las Andarinas en Ciudad Libertad.
Tampoco desarrollarían el espíritu crítico y autocrítico de cada asamblea de brigada y de integralidad, de cada análisis o consejo; no se contribuiría a la elevación de su autoestima y preparación científica si no participaran en el evento martiano y en la jornada científica; ni a su formación en la cultura del detalle sin la celebración de fechas y trabajos voluntarios.
Mucho menos se aportaría a la elevación espiritual ante el cumplimiento del deber que significa estar en la tarea Educando por amor, o aportar donaciones de sangre durante el curso, o participar junto a nuestros trabajadores en la recuperación por el Ciclón o en el excelente trabajo realizado en el Festival Universitario del Libro y La Lectura, o conversar con personalidades, o hacer crecer a niños, adolescentes y jóvenes en barrios de Marianao o Guanabacoa.
Esto entre muchas de las actividades realizadas, que permiten, cada año, que al concluir ya no sean los mismos que inician y que en el futuro tampoco sean los que concluyen, con esa fe impregnada en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud.
Los que contribuyen al desarrollo del curso, desde las diferentes áreas de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona, el consejo de dirección unido y consagrado a la misión, los trabajadores no docentes, asesores, familiares, profesores, fundamentalmente guías, instructoras, cuadros y tutores que muy dura y entusiastamente trabajan, concluyen cada curso exhortándolos a que sigan este firme camino de elevación espiritual, ya iniciado, junto a la UJC, la FEU, el SNTECD y el PCC. Todos estos con la demanda de un creciente vínculo con el territorio donde se desempeñarán, como en otras etapas de la historia de la Universidad, representado en las direcciones municipales de Educación, del gobierno, del PCC, de la UJC, de la OPJM, de la FEEM, de salud, de cultura, entre otros.
Se les pide que no se detengan, y se les exhorta en cada graduación a que nunca defrauden a sus formadores.
En sus manos crecerán flores, en sus mentes tendrán sus raíces las ideas justas, en sus corazones se seguirán sembrando sentimientos de amor a la profesión y a la patria. No pierdan ni un minuto de preparación. Enseñen bien a sus pioneros el significado del lema de la organización que repiten cada día. Que aprendan lo que entraña “Pioneros por el comunismo” y lo que entraña “seremos como el Che”.
Se les dice: Enséñenlo desde todas las materias, desde toda conversación en diálogo respetuoso y orientador, desde el lenguaje directo de las ciencias exactas que aportan el desarrollo del pensamiento lógico para entender el mundo en que vivimos y desde el lenguaje que aportan las ciencias humanísticas para no renunciar jamás a nuestros sueños. Siempre se les aconseja que lo enseñen, como lo aprendieron sus profesores en un poema que regalara un maestro mexicano a los 13 años, en un encuentro de niños de varios países en un campamento pioneril, y que cada vez que vuelve otra vez a la mente, ya para siempre:
América carmesí de mi rabia y mis anhelos
América de Morelos, de Bolívar y Martí.
Tú dices qué haces de mí.
¿tú lo dices, novia clara?
América hollín la cara,
fugitiva por los Andes.
Mis hijos cuando sean grandes
Que sean como el Che Guevara.