Lic. Julia Magdalena Ramírez. Profesora. Universidad Autónoma de Santo Domingo. UASD. República Dominicana. Doctorando del Programa de Formación Doctoral en Ciencias de la Educación. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: ramirezjuliamagdalena@gmail.com
ORCID: http://orcid.org/0009-0008-2113-8240

Dr. C. Maritza Cobas Conte. Maestría de Artes en Filosofía. Profesora Titular y Consultante. Doctora Ciencias Sociológicas. Coordinadora de Primer año. Jefa de la Disciplina Fundamentos Filosóficos y Sociológicos de la Educación. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Ciencias pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: maritzacc@ucpejv.edu.cu
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-7450-4816

Dr. C. Daysi Ferrera Vedey. Profesora Titular. Doctora Ciencias Pedagógicas. Coordinadora de la Especialidad Docencia en Psicopedagogía. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Ciencias pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: day.divina@gmail.com
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-9426-0353

Introducción

En el contexto actual del desarrollo de la agenda 2030 de la UNESCO, es a la universidad como institución reglamentada, a través de su cuerpo de profesores y mediante la Pedagogía Social, como ciencia teórica–práctica, a través de los referentes de la ciencia y la tecnología a la que corresponde poner en práctica las acciones que dan como resultado el vínculo Universidad-Sociedad.

A ese análisis contribuyen los aportes de la Pedagogía Social, ciencia joven dentro de las Ciencias de la Educación que tienen a la Pedagogía como rectora. En torno a la caracterización, definición y enfoques asociados a la Pedagogía Social existen diversos criterios. Es así que se reconoce la periodización que ofrece la literatura científica se encuentran diferentes definiciones y una interesante periodización lógico-histórica de su desarrollo que recoge la autora González (2022) en su obra “Concepto y objeto de la Pedagogía social” en la que ubica su surgimiento en los años 20 del pasado siglo XX, ya en este momento destaca la esencia que caracteriza a esta ciencia, que es su vínculo de la teoría y la práctica. Al respecto reflexiona y apunta rasgos y particularidades que constituyen esencia.

Entre las demandas de la sociedad para el desarrollo sostenible, recogidos en los 17 Objetivos de la UNESCO en la agenda 2020 – 2030, así como en las políticas públicas del gobierno dominicano, que recoge la necesidad de elevar los índices de la calidad de la formación docente, lo que significa estimular las potencialidades de los recursos humanos profesionales a un nivel de desarrollo superior, con las competencias de la investigación científica y la generación de nuevos conocimientos como una contribución específica a la sociedad. En este sentido, este organismo internacional define que: 

Los Objetivos de desarrollo sostenible son el plan maestro para conseguir un futuro sostenible para todos. Se interrelacionan entre sí e incorporan los desafíos globales a los que nos enfrentamos día a día, como la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la prosperidad, la paz y la justicia. Para no dejar a nadie atrás, es importante que logremos cumplir con cada uno de estos objetivos para 2030 (UNESCO 2020, p.6)

En tal sentido, se reconoce que son las instituciones de Educación Superior las responsables de realizar un trabajo extensionista sostenible en la sociedad, en beneficio de la individualidad y la colectividad, por ello urge el mejoramiento del vínculo universidad-sociedad para el fortalecimiento de los valores, de la conciencia y la práctica comunitaria que lleve al desarrollo sostenible, seguro y pertinente. 

A este término aportan Cedeño y Rodríguez (2020), centrando la atención en su importancia para afrontar los cambios en la sociedad. Con el afianzamiento y fortalecimiento de los valores, la conciencia y la educación de manera individual, a través del vínculo universidad-sociedad, los ciudadanos estarían en capacidad de desarrollar competencias y capacidades que los hace más útiles, y conscientes del rol que deben cumplir en favor de la colectividad. 

De ahí la importancia de que la ciencia y la tecnología se tomen en cuenta para el fortalecimiento del vínculo universidad-sociedad, aportando para ello los mecanismos, métodos estrategias, técnicas y procedimientos que contribuyen al desarrollo seguro, sistemático y estable de la persona, su familia y la sociedad donde vive. 

Es por ello que, el objetivo de este estudio es: argumentar el papel de la Pedagogía social en el mejoramiento de la relación universidad-sociedad, en la formación docente, en el contexto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo

Materiales y métodos

La investigación se ha desarrollado desde la perspectiva del enfoque Cualitativo, que en sus momentos iniciales sistematiza los referentes teóricos y metodológicos del objeto investigado, por lo que su alcance tiene un carácter explicativo-argumentativo, a partir del tratamiento autoral de las categorías y sus definiciones.

Se hace un estudio de fuentes documentales que aportan a los referentes teóricos, los que se focalizan en la argumentación de la necesidad del papel de la Pedagogía social para el mejoramiento de la relación Universidad-Sociedad, en el proceso de la formación docente desde el currículo, tomando en cuenta el marco del desarrollo científico-tecnológico y la incidencia de las TIC en el contexto de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En el estudio se emplearon los métodos de análisis de fuente documental, para la revisión de los documentos normativos nacionales e internacionales sobre el tema.

El analítico-sintético para el estudio de los referentes y llegar a la síntesis de los contenidos esenciales del proceso de la investigación científica en los centros de la Educación superior. La sistematización, para articular los referentes conceptuales, las posiciones teóricas y enfoques, sobre la actividad científica del docente en la Educación Superior.

Resultados

Los referentes estudiados, permiten articular enfoques teóricos que sustentan la Pedagogía social, entre ellos el enfoque sociológico de la Educación y el enfoque ético, axiológico y humanista, que revela como el proceso educativo – formativo, está marcado por la impronta histórico-social de los contextos socioeconómicos y políticos en los cuales se desarrolla, pero a su vez, por las esferas histórico-concretas de la moral vigente en la sociedad y su deber ser, los valores morales que orientan y valoran los comportamientos y cualidades personales, así como las potencialidades de la educabilidad y sensibilidad humana del proceso autoeducativo en la sociedad, el seno familiar y la escuela como entidad que cuenta con los profesionales preparados para esta función.

En el contexto actual en el que la ciencia y la tecnología se hacen imprescindibles para el desarrollo de los seres humanos, el vínculo universidad-sociedad es una necesidad; por tanto, la Pedagogía Social juega un rol de mucha importancia, a partir de que, a   través de ella, se pueden fortalecer la comunicación, las relaciones humanas, la socialización y los valores, ya que, como resultado se puede obtener una sociedad más participativa, integrada y con capacidad de plantearse soluciones a sus problemas. 

A partir del estudio realizado, emergen argumentos esenciales para sustentar el papel de la Pedagogía social en el mejoramiento de la relación universidad-sociedad, en la formación docente de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tales como:

• Aunque la Pedagogía Social constituye una ciencia joven dentro de las Ciencias de la Educación desde sus inicios en su esencia se destaca el vínculo teoría-práctica lo que es coherente con las exigencias actuales de la formación en la referida institución universitaria.
• En este sentido, se advierten analogías en los intereses, orientados a fomentar lo afectivo. Desde esa perspectiva, es posible referirse a una vinculación efectiva, cuando la universidad accione en pos de los sectores sociales, fortalezca e impulse la investigación y la extensión, para colaborar con una causa justa y, de aquí, poder elevar la calidad de vida de la sociedad, haciéndola menos vulnerable, más participativa, equitativa y solidaria, al tiempo de conocer sus fortalezas y debilidades y poder detectar problemáticas y plantear sus propias alternativas de solución.
• La Pedagogía social ha emergido en el empeño de extender la educación más allá de las aulas invitando a repensar sus teorías y prácticas, deparando nuevos modos de educar y educarse en sociedad, ampliando los horizontes de la educación a personas, contextos, procesos o tareas comprometidos con otros modos de vivir y desarrollarse. Conectada con la Educación social, como ciencia teórico-práctica y como actividad práctica educativa, su contenido puede contribuir al vínculo universidad-sociedad para que la educación cumpla su rol multidisciplinar y pueda preparar a los profesionales para un presente y futuro promisorio y seguro.   
• Como ciencia necesita el apoyo, tanto de la ciencia general, como de la tecnología para la realización del trabajo social-comunitario. En tal sentido, se hace necesario que, a través, de ella se consolide el vínculo universidad-sociedad para lo cual se pueden poner  en  acción  una serie de mecanismos creativos, motivadores y de interés general, con los cuales se permita la inserción de las personas de todas las edades, con  un trabajo que contribuya con la formación de la  conciencia, en la cual el individuo esté en capacidad de asumir responsabilidad para su propio desarrollo, el de su familia y el de la sociedad donde vive.  
• Lo referido apunta a potencialidades para formar valores éticos y morales,  consolidar buenas relaciones humanas, mediante una eficiente comunicación que le haga participar  dentro del colectivo, además de poder   desarrollar un liderazgo para   promover otros  valores, como la justicia, solidaridad, responsabilidad, compromiso, disciplina, lealtad, amor, pasión, entre otros  que conllevan a fortalecer el vínculo universidad-sociedad, al tiempo que, con ello, está en capacidad de  detectar los problemas y situaciones que afectan la sociedad y así  poder hacerla más justa, solidaria y equitativa.  
• En la base epistemológica de la Pedagogía social  como ciencia teórico-práctica del Trabajo y la Educación social, está presente el enfoque ético, axiológico y humanista, que transversaliza todos los procesos y funciones que cumple, por ser la moral y los valores un hecho ostensible de la vida cotidiana y la educación de los seres humanos, los valores son los que orientan el comportamiento de las personas, creando conductas y saberes, al tiempo de fortalecer la conciencia en ellos, es por eso que, para el desarrollo de valores en las personas, la sociedad y la universidad, están compelidas a vincularse de forma responsable, sostenible y sistemática. Ellas forman parte de un sistema cultural amplio. Estos valores fomentan la profesionalidad pedagógica del docente. 
• En el contexto del desarrollo científico – tecnológico de hoy, la universidad y la sociedad están compelidas a establecer ese vínculo, pues desde la institución se forman los técnicos y profesionales que tienen dominio de la ciencia y la tecnología y, que, al mismo tiempo, conviven en la misma sociedad, pero, además, cuentan con la capacidad para poner en práctica métodos y estrategias que pueden ayudar a la organización y participación y, en consecuencia, a la solución de problemas y situaciones sociales de sus mismas comunidades. 
• Desde los argumentos referidos es posible sustentar desde las ciencias una concepción educativa diferente sobre la Pedagogía social, en la cual se articulan los enfoques sociológico y el ético, axiológico y humanista, con el enfoque Ciencia, Tecnología y Sociedad, CTS,  ya que por su naturaleza, la Pedagogía social resulta muy importante para el sistema educativo actual y en particular para las Instituciones de la Educación Superior IES, que posibilita dinamizar y mejorar desde el currículo de la formación docente, el vínculo universidad-sociedad, que se erige como una necesidad de estos tiempos en la formación de los profesionales, en general y de la Educación en particular.
• Es a través de la ciencia que se obtienen con la mayor exactitud posible, los protocolos, métodos, técnicas y procedimientos que nos permiten poder comunicar, socializar, detectar situaciones de interés social y, en consecuencia, vincular la universidad con la sociedad, de tal suerte que, esto permita una verdadera socialización para la participación y de aquí, la solución de problemas que hacen una comunidad más organizada y que se interese por las situaciones más generales de una nación.  
• Sin embargo, ese vínculo universidad-sociedad, no puede realizarse eficientemente en el actual contexto, si no tiene en cuenta el necesario uso adecuado de la tecnología. A través de ella las personas pueden implementar mecanismos de control y participación tendentes a establecer los vínculos que las convierte en seres más útiles, participativos, actualizados y con capacidad de innovar y poder desarrollar un liderazgo que los convierte en verdaderos ciudadanos preocupados y dedicados a los problemas de su país para, desde esta perspectiva, visualizar las situaciones y problemas que lo afectan y plantear alternativas de solución a los mismos.  
• Esto es importante porque se considera que, en la medida que se establece un vínculo desde estas dos dimensiones (universidad-sociedad), en esa misma medida, la   universidad estaría cumpliendo con su rol extensionista y la sociedad se estaría beneficiando del trabajo que ejerce en ella una institución que tiene la facultad para su realización en la formación de los profesionales competentes que necesita la sociedad para el desarrollo sostenible de la misma.  
• Por otra parte, la universidad también puede  aportar, al poner en práctica los recursos, estrategias, métodos y técnicas, a través de la ciencia y la tecnología, puede lograr la consolidación de  una sociedad para que sea solidaria,  menos conflictiva, violenta y donde pueda imperar la justicia y la equidad, en la que  el trabajo haga posible que los ciudadanos creen  conciencia del rol que deben cumplir como entes importantes  de esa misma sociedad y que, en definitiva, es a ellos a quienes corresponde el interés y la responsabilidad para propiciar los cambios más pertinentes y oportunos,  al potenciar también sus conocimientos y saberes, de manera oportuna.  
• Derivado de lo anterior, se reconoce la necesidad del mejoramiento del vínculo universidad-sociedad en el contexto educativo actual a partir de los argumentos desde los referentes que brindan la Pedagogía en su relación con el desarrollo científico-tecnológico en el contexto educativo actual de la sociedad dominicana.  
• En ese sentido, es indiscutible que son las universidades las responsables de formar los profesionales que necesita un país para su desarrollo e inserción en los campos laboral, de investigación y extensión, de aquí que, la universidad es un ámbito de desarrollo físico-social que, facilita las relaciones interpersonales entre todos los miembros de la comunidad educativa y su incidencia en la sociedad. Por tanto, son reconocidas como un instrumento de desarrollo de ciudades, países y están consideradas como un factor clave para incrementar la competitividad y la calidad de vida.
• La Educación Superior tiene la responsabilidad y el compromiso de reforzar las acciones comunitarias y de estimular el progreso social, fomentar el desarrollo personal y estimular el autodescubrimiento, con el fin de   mejorar la sociedad. Esta educación está conformada por los programas educativos posteriores a la enseñanza secundaria, impartidos por universidades u otros establecimientos que estén habilitados como instituciones de Educación Superior por las autoridades competentes de un país y/o sistemas reconocidos de homologación. 
• El rol de la universidad es educar y formar en valores morales y éticos que requiere la sociedad. De ahí que, los profesionales que forman las Instituciones de Educación Superior deben tener la capacidad y competencias para utilizar sus conocimientos, además de aplicarlos en un contexto científico, tecnológico y económico, pueden también aplicarlos en necesidades de carácter social, en situaciones de vulnerabilidad y medioambientales más amplias, lo cual no implica una novedad, sino más bien, hacer el abordaje de forma holística y consustancial de todo el proceso educativo. 
• Los profesionales de la Educación Superior están convocados a cumplir con la misión que asumen las Instituciones de   Educación Superior y a cumplir con el rol profesional de modo que se contribuya a construir un camino conjunto para un futuro prometedor que responde a la identificación de necesidades y demandas sociales y plantear alternativas de solución a las situaciones de la sociedad.
• Concretar esa misión en las universidades, sobreponerse a los retos y desafíos contemporáneos de los procesos universitarios e implantar políticas institucionales para la efectividad de una docencia e investigación responsables, sustentadas en la extensión universitaria, como función básica de la Educación Superior y la enseñanza de  estrategias de forma que personas que pueden garantizar en un futuro mediato un desarrollo sostenible, constituye la línea de pensamiento que argumenta el accionar científico investigativo para contribuir de una forma más relevante y oportuna. 
• La correspondencia orgánica, coherente y dinámica, entre Universidad y Sociedad se expresa en los conceptos de Pertinencia social y calidad de la Educación superior.

Discusión 

Es importante destacar cómo las definiciones de la Pedagogía social, captan determinadas aristas o planos muy vinculados a los contextos sociopolíticos, tal es así que en los años 90, en el estudio del objeto de la Pedagogía social, su definición enfatiza en la perspectiva teórico – práctica que la caracteriza, pero le incorporan las posibilidades para influir en grupos humanos en situación socioeconómica de vulnerabilidad y otras particularidades del momento histórico-concreto en el que se declaran.

González (2022) acerca del concepto de Pedagogía Social expresa que entraña distintas definiciones y puntos de vista debido al momento socio-histórico en el que se sitúen porque cada época la concibe de una manera distinta. Refiere:

De este modo, comenzaremos con el período de los años 20 ya que es aquí cuando nace. Pérez Serrano (2010) cita a Báumer quién define la Pedagogía Social como una disciplina estatal y social que protege a los jóvenes fuera del ámbito escolar y familiar. Por tanto, es una ciencia teórico- práctica que está dirigida a la acción. Ello supone un gran avance porque hasta el momento únicamente era vista como teoría. (González, 2022, p.2)

En el recorrido de la evolución histórica de la Pedagogía social, la referida autora destaca momentos hitos, tales como:

De la década del 20 hasta los 70´; donde señala la definición que aporta Róhrs (1973) quien define la Pedagogía Social como una ciencia dentro del ámbito educativo porque pretende dar respuesta a una serie de problemas socioeducativos que son relevantes y han de resolverse mediante unos métodos apropiados”, (Como se citó en González, 2022, p.3).

El otro momento hito se enmarca en los años 80´, con una nueva perspectiva que aborda la definición de la Pedagogía Social, por Arroyo (1985), como la ciencia que “(…) se ocupa de la teoría y práctica del perfeccionamiento de las personas como un ser social. (…) Así busca acciones que promuevan de manera positiva las actitudes, hábitos y comportamientos que repercuten en los valores sociales y educativos.” (citado por González, 2022, p.3).

Más adelante cita a Sáez (1997) quien define la Pedagogía Social como “(…) una disciplina que posee un conocimiento tanto teórico como práctico educativo, siendo su finalidad mejorar la situación vivencial de determinadas personas o grupos que se hayan en riesgo de exclusión social.” (Como se citó en González, 2022, p. 3).

En la primera década del Tercer milenio, con el desarrollo teórico-práctico de la Pedagogía social y su extensión e inclusión en las prácticas educativas de los docentes tanto en los centros educacionales, como en ámbitos comunitarios y con las familias, se amplía el alcance de su definición, al decir de Pérez Serrano (2010), constituye:

(…) una disciplina compuesta por conocimiento, acción y técnica de la educación social de las personas para dar respuesta tanto a decir de situaciones normales como conflictivas o de necesidad. Es evidente que dentro de esta definición nos encontramos con dos vertientes. Por un lado, es entendida como Ciencia de la Educación Social de las personas y grupos que componen la sociedad. Es decir, es entendida como Educación Social. Por otro lado, es entendida como ciencia educativa, cuyo enfoque está centrado en las necesidades sociales y en la inadaptación social. Es decir, es entendida como Trabajo Social.” (citado por González, 2022, p. 4 )

Como se aprecia, en este momento ya se asocian funciones y actores a la Pedagogía social, con una forma específica del Trabajo social, con preparación pedagógica y herramientas didácticas para la educación social, por lo que no se sustenta en el empirismo, sino los argumentos científicos que le aportan las Ciencias de la Educación.

Estas ideas son compartidas en un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, revelado en el artículo La Pedagogía Social en la formación-profesionalización de los educadores y las educadoras sociales, o de cuando el pasado construye futuros, en el que sus autores precisan que:

La Pedagogía Social viene de lejos: cronológica y geográficamente. Nada o muy poco de lo que hoy queremos que sean sus logros académicos, científicos y profesionales, con una decidida proyección en lo que hemos dado en llamar “Educación Social”, puede entenderse al margen de quiénes la han protagonizado históricamente: en las Universidades, los movimientos de renovación educativa, la iniciativa de colectivos y entidades sociales (sindicatos, organizaciones no gubernamentales, asociaciones, centros educativos y sociales, administraciones públicas, etc.), o en el quehacer cotidiano de miles de pedagogos, educadores, maestros, animadores. (Úcar et. al., 2019, p. 4)

La perspectiva educativa impone la necesidad de reconocer la importancia de la visión ética. De ahí que se asuma la definición de la autora cubana Chacón, N. et. al. (2020) en el libro Educación moral, en valores y ciudadana desde los aportes de Martí y Fidel, en la formación pedagógica, cuando dice que:

El enfoque ético, axiológico y humanista es el sistema de conocimientos que aporta la ética sobre la moral y los valores, consustanciales a los seres humanos, que fundamentan y orientan la praxis y las exigencias ético-morales del trabajo y/o la vida cotidiana de las personas en sus relaciones, comunicación y actitud ante el mundo en que viven, transformándose en un importante instrumento para la dirección de los procesos sociales, dentro de ello la educación y la actividad científico-investigativa. El enfoque ético - axiológico de orientación humanista, considera las potencialidades del ser humano como un sujeto activo para autoeducarse en la sociedad en que vive, según las normas, costumbres y tradiciones vigentes, que se trasmiten de generación en generación, en primer orden en el seno familiar, así también para crecerse ante las circunstancias más adversas o de resistencia. (Chacón et. al., 2020, p. 161)

En el caso de la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD, se recogen estas prioridades nacionales e internacionales acerca de su misión en la sociedad dominicana, esto se recoge en la Ley 1-12 de Estrategia de Desarrollo Nacional 2030, recogida en el documento base del Instituto de Investigación e Innovación Educativa INEDUC (2023), en la cual se plantea:

La Visión de la Nación 2030 demanda la superación de la deuda social acumulada en la República Dominicana en materia de educación, salud, equidad de género, protección de los grupos vulnerables y acceso a servicios básicos. El nuevo modelo de desarrollo de la República Dominicana debe sustentarse en la construcción de mecanismos que hagan efectiva la igualdad de derechos y oportunidades para toda la población, como forma de asegurar el avance en la reducción de la desigualdad social y territorial, y hacer posible que la gran masa de dominicanos y dominicanas que hoy viven en la pobreza puedan progresivamente elevar su nivel y calidad de vida. La Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030 postula que la construcción de una sociedad donde efectivamente exista igualdad de derechos y oportunidades demanda el logro de siete objetivos generales: 1. Educación de calidad para todos y todas. 2. Salud y seguridad social integral 3. Igualdad de derechos y oportunidades 4. Cohesión territorial 5. Vivienda digna en entornos saludables 6. Cultura e identidad nacional en un mundo global 7. Deporte y recreación física para el desarrollo humano (INEDUC 2023, p.5). 

Estos requerimientos hay que tomarlos en cuenta en la formación docente para dar respuestas y soluciones concretas a tales demandas sociales, que tiene sus particularidades en la UASD, que es la universidad del pueblo dominicano y que se extiende a casi todo el territorio nacional, de ahí su alcance. En la guía y orientación del Documento Base del INEDUC de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UASD, que en correspondencia con todos los lineamientos y normativas al respecto se plantea:

Es importante destacar que la UASD está presente en toda la geografía nacional a través de sus recintos, centros y subcentros universitarios. En la actualidad, además de su sede central, dispone de nueve establecimientos universitarios en la Región Norte, incluidos dos recintos universitarios (en San Francisco de Macorís y Santiago), cinco centros universitarios regionales y dos subcentros.

En la Región Este del país se cuenta con cuatro centros universitarios y un subcentro, en tanto que en la Región Sur la UASD dispone de cuatro centros regionales y un subcentro. En cada establecimiento regional está presente la oferta académica de la Facultad de Ciencias de la Educación y se cuenta con estructuras de investigación, lo que facilitará la implementación de las acciones del Instituto en el marco de la geografía nacional; esto es, la realización de los trabajos de investigación y de evaluación y demás funciones del INEDUC en todos los espacios regionales y locales del país. (INEDUC 2023, p.7). 

Las características de que la UASD, sea una universidad extendida en el panorama de la sociedad dominicana y dada sus funciones en la sociedad, está llamada a potenciar cada vez con mayor énfasis el vínculo universidad-sociedad, en el cual la Pedagogía Social como ciencia teórico-práctica tiene la particularidad facultativa de profesionalizar a los docentes de forma tal, que puedan desarrollar competencias y capacidades que contribuyan al desarrollo socioeducativo de los individuos, para que estos a su vez desarrollen capacidades que les permitan el buen manejo de un discurso proveniente de la práctica, tendente a contribuir con el enriquecimiento de la sociedad. 

La conexión entre la Pedagogía Social y la Educación social, es descrita por Úcar et. al. (2019) cuando plantean que:

Lo que no admite dudas es que la Pedagogía Social y la Educación Social están integradas por dos colectivos que compartimos el apellido “social”. Aunque con sustantivos distintos, “Pedagogía” y “Educación”, es del todo evidente que somos una familia con parientes muy cercanos, por abundar en la idea que Trilla (1996) utilizó para referirse al “aire de familia” de los diferentes ámbitos, especialidades y metodologías de la Pedagogía-Educación Social. Ambos colectivos formamos parte de un campo único, que la Historia ha hecho y continúa haciendo confluir a través de, al menos, cuatro elementos claramente interrelacionados: la institucionalización, la formación, la “normalización” y “la investigación.” (p.7)

En esta interesante idea llama la atención de que se reconocen cuatro ámbitos en los que actúan la Pedagogía – Educación social, el institucional, la formación, la normalización y la investigación, sin embargo, en el contexto universitario es imprescindible tener en cuenta un quinto ámbito y es el extensionista, por medio del cual la universidad se extiende extramuros para cumplir con la función formativo – educativa.

Desde esta posición que se asume ante el alcance de la Pedagogía social, se coincide con el estudio de la autora cubana María Roxana Solórzano Benítez   sobre La educación social y la pedagogía social en la educación de adultos: su contribución al desarrollo social, en el cual afirma que:

“Las influencias que tienen la educación y la pedagogía social en todos los ámbitos relacionados con la educación de las personas adultas, así como el vínculo de la educación social especializada con la formación laboral, la animación sociocultural y el desarrollo comunitario. Se analiza como los conocimientos que emanan de estas disciplinas, permiten la socialización de las personas adultas en términos de participación, actualización, incorporación a las actividades comunitarias y al desarrollo cultural. Se explica desde la aplicación en la praxis, como incide en el entorno inmediato de estas personas y propician su intervención directa en el desarrollo socio/comunitario, mediante la toma de decisiones, aumento de habilidades ocupacionales, comunicativas y de liderazgo. El estudio analiza cómo la pedagogía social aplicada a la educación de adultos puede contribuir de una manera significativa al desarrollo social.” (Solorzano, 2020, p.1)

Estrechamente relacionado con esta perspectiva del análisis, está el papel y las funciones del docente que desarrolla la Pedagogía social, a lo que se refiere la autora Ángela Janer Hidalgo, de la Universidad Internacional de La Rioja UNIR, en su artículo La pedagogía social y las funciones del pedagogo social, al precisar que:

El responsable de cumplir con estos objetivos es el pedagogo social. Este profesional realiza una serie de funciones durante el desarrollo de su trabajo entre las que destacan:

• Educar en valores de respeto, tolerancia y civismo para prevenir los factores de riesgo de exclusión social.
• Implementar diferentes acciones y actividades coordinadas para lograr los objetivos propuestos.
• Ayudar y apoyar a las personas o grupos sociales a buscar y desarrollar su crecimiento personal.
• Fomentar la autonomía personal mediante la realización del plan de formación previamente diseñado y adaptado al usuario final.

Estas tareas dependen del ámbito en el que el pedagogo realice su labor. La pedagogía social tiene diversas aplicaciones donde lo más importante es educar para aprender y poder vivir en sociedad.” Janer, A. (2023 p.4)

Algo muy importante que señala esta autora en su estudio es que, para el desempeño de las funciones de la Pedagogía social, el pedagogo social, debe estar preparado para cumplir con estas tareas que se complejizan en los diferentes contextos y particularidades de los sujetos que participan en estos procesos educativos, por lo que enfatiza en que el pedagogo social debe ser una persona con estudio y preparación.

En resumen, el trabajo de un pedagogo social puede ir dirigido a diferentes colectivos que estén en situación de vulnerabilidad y precisen de los servicios de uno de estos especialistas. Para lograr un puesto en cualquiera de estos ámbitos se necesita el Grado en Pedagogía, con el que se adquiere una educación completa sobre el proceso basado en la enseñanza y aprendizaje del ser humano relacionado con la convivencia en sociedad. Al finalizar este grado, el titulado será un experto en la materia y podrá desempeñar la labor del pedagogo en cualquiera de los ámbitos de aplicación de esta especialidad. (Janer, 2023, p.4)

Bajo esta perspectiva, la Pedagogía Social es la teoría y la praxis de la sociedad educadora, por tanto, esta, valiéndose por sí misma, debe activar las estructuras y los subsistemas que la componen a fin de lograr el desarrollo sostenible de las comunidades. 

En síntesis, la Pedagogía Social como ciencia teórico-práctica tiene grandes retos y desafíos para la propiciación del vínculo universidad-sociedad. Incluye el planteamiento de estrategias y objetivos como línea educativa en función del desarrollo del potencial humano, ofrecer espacios de acción cooperada, reflexión e investigación. En ello adquiere un valor inigualable la exploración y la transferencia de conocimientos desde una perspectiva dialéctica en la investigación y en la práctica pedagógica. 

Por otro lado y, a la luz de la importancia que tiene el vínculo universidad-sociedad, tanto la ciencia como la tecnología juegan un rol preponderante en el desarrollo de los individuos para la consolidación de una sociedad más justa, equitativa, participativa y solidaria,  que conlleve a unos niveles de organización y disciplina característicos de sus ciudadanos, los cuales deberán, a través de sus aprendizajes significativos, poner en práctica saberes y conocimientos que les permitan sentirse comprometidos y más útiles  para continuar sirviendo a esa misma sociedad.   

El rol de la ciencia debe fundamentarse en propiciar elementos, tales como: métodos, estrategias, técnicas y procedimientos que permitan el desarrollo sostenible de la sociedad.  Esto es, poder comunicar, socializar, consensuar y detectar en sus miembros y contextos situaciones de interés social, para poder plantear alternativas de solución a las problemáticas existentes y futuristas, al tiempo de propiciar en los ciudadanos el sentido de la investigación y búsqueda de informaciones pertinentes. En ese orden, García (2022), asume que la ciencia forma parte de la conciencia social que constituye un sistema históricamente formado de conocimientos ordenados cuya veracidad se comprueba y se puntualiza en el curso de la práctica social.

A su vez, este autor considera que es una actitud científica ante los actos de la vida cotidiana y académica incide considerablemente en la conformación de una mente científica. Una mente científica refuerza el pensamiento crítico y la búsqueda de respuestas lógicas a los problemas epistemológicos y procura soluciones racionales a las dificultades que se presentan. Por eso, este autor afirma que:

La ciencia no se puede ver al margen de la sociedad en que se produce y para la cual se produce, por lo que hay que reforzar en la necesidad de enfatizar y extender el aspecto ético y moral de la producción y aplicación del conocimiento científico. (García, 2022, p.6) 

De igual manera, la tecnología puede cumplir su rol a través de la a propiciación de medios de control, participación, información, comunicación, tendentes a crear en los individuos la conciencia de ser más útiles, participativos, poder actualizarse, ser innovadores, gestores, emprendedores, con capacidad de liderazgo que los convierte en ciudadanos atentos de las problemáticas que afectan la sociedad y, desde esta perspectiva poder tener la visión de  detectar y  plantear alternativas de solución.

En ese orden, el enfoque Ciencia, Tecnología y Sociedad CTS,  enfoca a la ciencia y la tecnología como herramientas que proporcionan numerosos y positivos beneficios, aunque  hay que considerar que también traen consigo impactos negativos de los cuales algunos son previsibles; pero todos ellos reflejan los valores, perspectivas y visiones de quienes están en condiciones de tomar decisiones concernientes al conocimiento científico y tecnológico, lo cual es un riesgo siempre presente, que en la formación profesional en las universidades, hay que tomar en cuenta, en particular si se trata de la formación docente.

En ello la Pedagogía Social puede aportar los conocimientos, competencias y valores, para abrirse paso en el entramado del desarrollo de las TICs y sus impactos sociales, pero, aun así, hay que tomar en cuenta que estos cambios en las comunicaciones que han modificado la forma de percibir el tiempo y las distancias, a la vez, abren nuevas perspectivas para la docencia y la investigación en sus alternativas. La influencia del medio externo las compromete cada vez más a dirigir sus esfuerzos de gestión hacia una nueva forma de actuación en el proceso de formación de sus profesionales, a cambiar la estructura tradicional por nuevos diseños organizacionales, especialmente para enfrentar la incertidumbre ante las exigencias y las consecuencias de la globalización. 

Todo este gran movimiento de reformas acaba por confluir en una gran vía, la vía de la reforma de la vida. Se comprende entonces que, a partir del desarrollo y avances de manera vertiginosa de la tecnología, las universidades tienen que experimentar una serie de ajustes y reingenierías, de manera que su personal, fundamentalmente sus docentes, unidades, escuelas y departamentos y con ellas, sus proyectos y programas, puedan estar actualizados e innovados, para dar respuestas contundentes a las exigencias y demandas de la sociedad.

Se considera muy importante para el vínculo universidad-sociedad, el uso de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), en tanto, permiten la socialización, independencia, relación, reflexión y aprendizaje multidisciplinar en las personas, colocándolas a la vanguardia de los nuevos paradigmas, permeando todo el proceso educativo de los seres humanos, tomando en cuenta todos los factores que lo sustentan.  Estos factores son: política, economía, comunicación, religión, recursos, teorías y valores. 

Sin embargo, desde este estudio se considera que, al uso de la tecnología se le ha dado tanta relevancia, que, en ocasiones, las personas a nivel de la familia han perdido su razón de formar parte de una institución social que tiene acreditación en la sociedad y que la sitúa como primera y principal responsable de la educación del individuo.

Esta afirmación se asume porque si se aprecian las actuaciones de las personas dentro del marco de la familia, se advierte que los hijos en la mayoría de los casos, andan dispersos con aparatos electrónicos, sobre el cual los padres no tienen control de sus actos y poco preocupados por poner atención a lo que hacen sus vástagos. Viendo el rumbo que lleva tanto la familia, como la sociedad, es necesario aplicar mecanismos y estrategias de control para racionalizar el uso de la tecnología y concientizar para su aplicación.

A partir de los hallazgos, en la investigación se ha arribado a las siguientes consideraciones: 

La Pedagogía social en la formación docente, cuenta con las potencialidades para contribuir al fortalecimiento del vínculo universidad-sociedad, lo cual es una necesidad social de actualidad. Corresponde a las universidades a través de la extensión en su sentido amplio, para reforzar y fortalecer las acciones comunitarias y estimular el progreso social, fomentar el desarrollo personal y estimular el autodescubrimiento con el fin de mejorar la sociedad. Hay que tomar en cuenta que la comunidad tiene necesidad de presencia de las universidades y del trabajo de la Pedagogía - Educación social, para que vayan en auxilio de su fortalecimiento y solidaridad, en lo que la política extensionista, desde las universidades puede enfrentar los retos y desafíos que tienen estas instituciones para concretizar el trabajo social que deben realizar en los disímiles contextos.  Desde la Pedagogía social en la formación docente de las universidades, se precisa la necesidad del establecimiento de políticas institucionales que conlleven a promover y aplicar estrategias que permitan el desarrollo progresivo y sostenible del individuo, su familia y la comunidad en la sociedad donde vive.

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Referencias bibliográficas