MSc. Yamila Lafaurié Ochoa. Profesora Auxiliar. Master en Ciencias en Educación Médica
Facultad de Ciencias Médicas “Salvador Allende”, La Habana, Cuba
Correo electrónico: yamilal@infomed.sld.cu
Teléfono: +53 5478423
Código Orcid: http://orcid.org/0000-0002-8483-2984)

Dr. C. Cirelda Carvajal Rodríguez. Profesor Titular. Investigador Facultad de Ciencias Médicas Salvador Allende
Correo electrónico: cireldac@gmail.com
Teléfono: 55391897
Código Orcid: http://orcid.org/0000-0002-5348-9167

Dr. C. Evarista Ramírez Lafont. Profesor Titular. Consultante. Facultad de Ciencias
Médicas Salvador Allende
Correo electrónico: evarista@infomed.sld.cu
Teléfono: 53305665
Código Orcid: http://orcid.org/0000-0003-0389-3142

Introducción

Este artículo responde a una fase muy significativa del estudio relacionado con la evaluación del componente educativo en la formación de profesionales de la salud,  en la Facultad de Ciencias Médicas “Salvador Allende” (FACSA), institución que, como muchas otras en el país, enfrenta el reto  de formar médicos con una matrícula mayoritariamente multinacional, que provienen de diversa regiones y deben regresar como profesionales, a diferentes culturas y países con un ordenamiento social muy diferente al nuestro. Esta condición exige fortalecer la preparación de los docentes para enfrentar los retos del proceso desde todas las estructuras académicas; perfeccionar el trabajo metodológico, aplicar métodos novedosos y enfatizar en el componente educativo del proceso de formación, particularmente desde los colectivos de año, por ser este el nivel organizativo de base para la formación integral de los estudiantes.

Estas particularidades en la formación médica, unido a la elevada masividad y diversidad de los componentes del proceso docente-educativo, profesores, directivos y escenarios docentes que van desde el aula tradicional, hasta el salón de operaciones, la consulta y cualquier otra dependencia de los diferentes niveles de atención a la salud, imponen  retos especiales al proceso formativo, como proceso único, integral e integrador en el cual se pueden apreciar diferentes dimensiones las que se encuentran relacionadas dialécticamente, en lo instructivo, educativo y desarrollador.

Se reconoce que, a pesar de los esfuerzos, los logros alcanzados, la calidad creciente del claustro en nuestra universidad, el número creciente de graduados y la calidad demostrada en el desempeño profesional posterior a la formación; en la Facultad de Ciencias Médicas Salvador Allende, aún existen problemáticas que reflejan insuficiencias en el trabajo metodológico de los colectivos de año, lo que incide negativamente  en la formación integral de los educandos y por consiguiente, ponen de manifiesto dificultades en el proceso de evaluación sistemática e integral del estudiante durante su carrera, con énfasis en la evaluación del componente educativo.

Estamos en presencia de una problemática compleja que, al ser estudiada requiere de un enfoque científico que permita arribar a propuestas validadas con probada viabilidad en el proceso de formación, diseñado por los Ministerios de Educación Superior y el de Salud Pública en correspondencia con los presupuestos aprobados en los Lineamientos del Estado y el Partido, en la Constitución de la República y en todos los documentos programáticos que constituyen base para el desempeño profesional en las universidades cubanas.

Por todo lo antes expresado, el objetivo de este trabajo es presentar los indicadores que se consideran imprescindibles en la preparación de los profesores que integran el Colectivo de año para enfrentar la evaluación del componente educativo, como parte de la formación integral de los estudiantes en el transcurso de la carrera de medicina.

El rigor con que se asume el estudio permitió definirlo como una investigación mixta cuali-cuantitativa, mediante la aplicación  de métodos científicos del nivel teórico como: el de análisis-síntesis para la búsqueda teórica en las diferentes fuentes consultadas; el histórico-lógico para seguir el comportamiento de la evaluación del componente educativo que se investiga en la carrera de medicina; así como el enfoque de sistema  que permitió el establecimiento de las relaciones jerárquicas entre los diferentes componentes, en correspondencia con el objetivo que se persigue; y también del nivel empírico, fundamentalmente, la observación, la encuesta y la entrevista.  Ante la opinión de la comunidad científica en la esfera de la educación, este sistema de dimensiones e indicadores es el primer resultado que se logra, el cual permitirá con su aplicación continuar avanzando en la caracterización del fenómeno que se investiga y el proceso que conducirá a la modelación de acciones para su perfeccionamiento.

Desarrollo

Al sistematizar los presupuestos teóricos y metodológicos relacionados con la evaluación del componente educativo y su papel en la formación integral del profesional de la carrera de medicina, se reconoce que:

La concepción materialista dialéctica determinada por la existencia del individuo como ser social y, en este caso, el estudiante como centro del proceso de enseñanza, con sus características en un contexto social concreto de desarrollo que incluye como factor importante el componente educativo, que expresa el estado de su conciencia puesto de manifiesto en sus comportamientos, sus actitudes, principios, reglas morales y éticas, tanto en lo profesional como en lo personal.

El profesor como el conductor principal de este proceso, ha de considerar que la transparencia en la evaluación, su justeza y el lograr que se convierta en un proceso educativo en sí mismo, atraviesa la estructura ética, profesional y pedagógica de los docentes, responde a los valores que posea ese educador y sus comportamientos en todas las etapas del proceso de formación de sus estudiantes.

El desarrollo de este proceso implica en su enfoque dialéctico un reconocimiento de que el estudiante universitario ya trae en su personalidad cualidades y características particulares, que son el resultado de un aprendizaje anterior, producto del ámbito escolar y también social y que durante su tránsito por la universidad en la carrera de medicina se irán transformando e incorporando  nuevas cualidades en sentido cada vez más positivo, humano, solidario y responsable, hasta determinar el modelo de profesional virtuoso pero competitivo que se demanda, ajustado al momento histórico concreto en que vive.

Los colectivos de año juegan el papel rector del proceso, de cambio y transformación que debe operarse en el estudiante que será evaluado; sus resultados generaran igualmente modificaciones para el proceso de formación, para los métodos de evaluación empleados y para el perfeccionamiento del funcionamiento del colectivo de año, que deberá valorar de manera escalonada en cada año de la carrera los logros y dificultades para entregar al siguiente. Un colectivo estudiantil que haya cumplido los objetivos propuestos y muestre un crecimiento profesional adecuado podrá asumir los nuevos retos del siguiente curso, hasta graduarse como médicos.

Estos elementos inciden de igual manera en el funcionamiento de la estructura académica de la Facultad, que en su encargo social tiene la responsabilidad de la formación de ese profesional; de ahí que encontrar los elementos que permitan desarrollar una evaluación del componente educativo cada vez más pertinente a los requerimientos de la formación, contribuye a producir el cambio necesario de lo cuantitativo a lo cualitativo.

Al emprender el estudio del tema, constituyeron elementos esenciales: el trabajo docente metodológico de todo el claustro, el conocimiento de las particularidades de la atención docente educativa a los estudiantes de las diferentes nacionalidades, el conocimiento de costumbres, tradiciones, aspectos esenciales de su historia y su cultura y las complejidades de cada país; estos elementos resultan imprescindibles para garantizar una adecuada caracterización individual y colectiva de los mismos que permita ser consecuentes con la educación dela personalidad, reconocer el papel de las influencias sociales en el desarrollo individual, las influencias socioeducativas, como reflejo subjetivo de la realidad objetiva en la conciencia del hombre .

La posibilidad de realizar una evaluación adecuada del componente educativo, permite organizar científicamente el proceso docente y establecer las pautas para su perfeccionamiento, al considerar el crecimiento profesional del estudiante en sus diferentes etapas, como un proceso de formación condicionado histórico y socialmente.

En el estudio se asume entonces la evaluación del componente educativo, en su carácter integrador, holístico y personológico, como proceso y como resultado. Evaluar el componente educativo permite, potenciar la independencia, la metacognición, las relaciones interpersonales, la reflexión, la responsabilidad y la práctica creativa, así como valorar cualitativa y cuantitativamente los cambios que se producen en el aprendizaje no solo de los contenidos de las materias de enseñanza, por lo que constituye en sí misma una vía para el crecimiento individual y grupal.  

Estudiar el componente educativo coloca en posición significativa a la educación en el trabajo, eje esencial en la formación del estudiante de medicina, que exige de él un alto grado de responsabilidad que lo sitúa en una posición fundamental dentro de la pirámide docente asistencial, donde los valores guardan un vínculo que resulta difícil desvincularlo con carácter absoluto; un ejemplo de ello es la relación entre: humanismo, responsabilidad y solidaridad; no solo frente a situaciones excepcionales, dentro o fuera del ámbito nacional, sino como conducta diaria, lo que hace complejo el quehacer del docente encargado de educar, de profundizar en las aptitudes de sus estudiantes y de establecer el adecuado seguimiento y control en todo el ámbito del proceso docente educativo .

En este sentido la ciencia, en particular la ciencia pedagógica es la encargada de ofrecer las vías para alcanzar la efectividad de este trabajo, por lo que se ha enfrentado la investigación para lograrlo en las condiciones de trabajo con los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas Salvador Allende.

Resulta vital para la carrera de medicina la evaluación de los avances alcanzado por los estudiantes en el fortalecimiento de los valores, especialmente valores como la responsabilidad reflejada en primer lugar para el estudiante en su actitud ante el estudio y la adquisición de conocimientos científicos y técnicos, unido a su actitud en la atención adecuada de los pacientes.

El trabajo docente se debe planificar, organizar y desarrollar con óptima calidad, se hace imprescindible un control sistemático en todos los escenarios donde se ubiquen los estudiantes para desarrollar las tareas correspondientes a la educación en el trabajo, es por ello que el trabajo metodológico que realizan los médicos-docentes con el propósito fundamental de elevar su maestría pedagógica se hace, cada vez, más necesario.

Este trabajo, en la facultad de medicina “Salvador Allende” debe contribuir a abandonar la rutina y utilizarse como una verdadera herramienta para lograr la excelencia en los procesos formativos, aplicando para ello los métodos de la investigación científica.

Al referirnos al proceso de evaluación del componente educativo lo hacemos desde una mirada que enfatiza en el accionar pedagógico que debe desarrollar el colectivo de año, en lo que este proceso constituye un aprendizaje, desde este posicionamiento y apoyando la teoría del conocimiento de Vygotsky, se intenta explicar la diferencia que existe entre lo que el estudiante es capaz de hacer por sí solo y lo que tiene que lograr con la ayuda de sus compañeros y del colectivo.

Al definir la evaluación coincidimos con un colectivo de autores del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, que plantea: la “evaluación es un proceso que tiene como objetivo la obtención e interpretación sistemática de información válida y fiable del objeto o actividad estudiada, para contrastarla con su marco de referencia y, sobre su base, formar juicios de valor que permitan la toma de decisiones encaminadas a su mejora o perfeccionamiento” (Torres, 2009)

El proceso evaluativo debe constituir un proceso continuo de construcción de saberes, de fortalecimiento de valores y del espíritu crítico y autocritico, de creación de conciencias, por esta razón la evaluación integral del componente educativo debe enfocarse hacia una perspectiva integradora, interdisciplinaria de participación colectiva que enfatice en la responsabilidad de los estudiantes y los colectivos.

Desde el punto de vista sociológico se reconoce que el desempeño profesional del futuro Médico General presupone una constante interrelación con los individuos, las familias y la sociedad no solo desplegado en la Atención Primaria de Salud, sino en sus tres niveles de atención, por tanto se requiere de un médico con perfil amplio, multifacético en el que se integren saberes desde diferentes dimensiones acompañado de una cultura que le permita comprender los retos del mundo actual desigual y globalizado, en los que a pesar de los disimiles avances de la humanidad continúan imperando la hegemonía capitalista e imperialista, la explotación social, las carencias, el desarrollo para pocos y las dificultades para las mayorías, entre otros elementos.

Corresponderá entonces formar un médico líder del equipo de salud de conjunto con su comunidad, con un enfoque de intersectorialidad, proponer alternativas de solución a los problemas de salud que se presentan, producir cambios en el pensamiento saludable de las personas, prevenir más y atacar los factores de riesgo, promover hábitos saludables de vida, elevar la calidad de vida e impedir el progreso de las enfermedades y la incidencia de secuelas invalidantes en los seres humanos. De ahí la necesidad de su preparación integral y no solo de su preparación técnica y científica.

En medicina el humanismo es una forma de vida en la que se valora y se hace énfasis en el bienestar del ser humano. La evaluación del componente educativo en los futuros profesionales de la medicina cubanos en el contexto de nuestra sociedad socialista, tendrá que responder a la elevada responsabilidad histórica y social que asumirá este profesional, expresada en su desempeño laboral posterior, dentro del país o en contextos diferentes, en los que la muestra de sus valores humanistas y solidarios, sus valores profesionales, lo convierten en embajadores de nuestra cubanía, de nuestra cultura y de aquellos principios que rigen la sociedad cubana actual.

Para los futuros profesionales de otras naciones que se forman en nuestra universidad significará igualmente el perfeccionamiento de los valores universales que les permitan transformar las situaciones de salud que hoy aquejan al mundo y desenvolverse en su mundo respetando las costumbres, ideologías  y tradiciones sociales de cada país, de ahí  que el reto de la universidad estará también en lograr que una vez graduados y de regreso a sus países de origen, logren alcanzar una adaptación e inserción rápida y ajustada a su realidad social, pero sin desconocer su formación integral, lo aprendido e incorporado en materia de valores profesionales y humanos .

Para lograr estos propósitos es necesario profundizar en la calidad del proceso de evaluación integral de este profesional en todas las etapas de la carrera; el reto de la enseñanza no está solo en el profesor o la institución, al aportar los conocimientos técnicos y científicos acumulados, brindar una gama de experiencias culturales e investigativas, a la par que se perfecciona el entorno de formación vinculado de manera directa a la práctica asistencial, sino también, en evaluar de forma integral y constante todos esos aprendizajes, en estimular la visión crítica y autocrítica de los educandos en relación a cómo ellos están alcanzando esos avances, en lograr con métodos cada vez más participativos  la independencia de los estudiantes en el logro  de su crecimiento.

La complejidad de este proceso radica entonces en ver al estudiante como individuo que se educa y se transforma en la dinámica de sus relaciones sociales y como el colectivo de año pudiera encontrar los mecanismos más adecuados para realizar esa evaluación, partiendo del hecho que el colectivo ejerce influencia sobre sus miembros y a la vez estos influyen sobre el propio colectivo, evidenciando el carácter de dinámica social de este proceso.

Para este estudio la evaluación es considerada como el componente del proceso educativo que revela el estado de los procesos de desarrollo cognitivo, afectivo, volitivo y comunicativo del estudiante en relación con los objetivos a lograr, que se expresa a través de un juicio y que tiene la intención de la mejora. Se desarrolla como un proceso sistemático en todos los escenarios donde se produce la educación del estudiante (durante su proceso docente, la educación en el trabajo, el trabajo con la comunidad, matutinos, actividades culturales, actividades deportivas, eventos científicos, entre otros) y tiene sus especificidades para el proceso de enseñanza- aprendizaje a través de todas las estructuras didácticas (asignatura, clase, tema, tarea). Se caracteriza por ser cualitativa, de proceso, investigativa, continua y final, contextualizada, democrática, formativa, al servicio de valores.

En atención a los elementos teóricos sistematizados, se considera que es posible mejorar el proceso de la evaluación del componente educativo, mediante alternativas metodológicas, para cuyo diseño se hace imprescindible definir parámetros que caractericen el estado del proceso en la institución, que sirvan de criterios de medida para evaluar las transformaciones que se desean lograr.

La caracterización de la evaluación del componente educativo en la formación del médico mediante la determinación del sistema de indicadores, como proceso complejo constituye el primer resultado de la investigación.  

Al analizar las diversas fuentes consultadas, respecto al concepto de indicador, hay consenso al   considerar el indicador como “un instrumento de medición construido teóricamente sobre las características o propiedades de la variable en la cual se incluyen, caracterizándola” (García, 2000).

En el proceso de operacionalización de la variable dependiente: Evaluación del componente educativo en la formación integral del médico en la Facultad de Ciencias Médicas “Salvador Allende”, esta se define como: proceso que permite valorar la formación, desarrollo y consolidación de valores, actitudes y modos de actuación, sobre la base de los principios de la política universitaria en correspondencia con el modelo del profesional que se aspira formar , se concreta mediante el trabajo metodológico de los colectivos de año, en las condiciones de cada institución de la educación superior, que genera un crecimiento personal de evaluados y evaluadores en cuanto a la responsabilidad educativa, compromiso, percepción individualizada de la evaluación y  su significado.

En correspondencia con los análisis efectuados fueron seleccionadas cuatro dimensiones con sus correspondientes indicadores que serán seguidos en su comportamiento en los diferentes momentos del estudio. Este proceder permitirá identificar las fortalezas y debilidades en el proceso de la formación integral de los estudiantes. En la siguiente tabla los indicadores se agrupan en sus respectivas dimensiones.

TABLA No. 1. Sistema de indicadores para la evaluación del componente educativo en la formación integral del médico en FACSA

Estos indicadores constituyen un sistema por la interna relación de interdependencia que se establece entre ellos, lo cual permite la visión de conjunto en la que cualquier ausencia de uno de estos elementos afectaría el resultado. Este sistema permitió avanzar en la investigación cuyos resultados se van conformando en un proceso paulatino de perfeccionamiento del trabajo metodológico, en particularmente en una mejor articulación del trabajo de los colectivos de año y el mejoramiento de la evaluación del componente educativo como un recurso más prometedor en la formación cada vez más integral de los egresados.

Conclusiones

Como resultado de la sistematización teórica realizada se logra identificar los elementos que, en correspondencia con el objetivo de la investigación educativa a que se hace referencia, permitieron caracterizar el proceso de evaluación del componente educativo en la formación del estudiante de medicina, en la Facultad de Ciencias Médica “Salvador Allende”.

Los elementos identificados fueron estructurados en un sistema de dimensiones e indicadores resultantes de la operacionalización de la variable dependiente establecida para esta investigación.

La reflexión sobre ese sistema de indicadores permitió la clasificación de esta investigación como un estudio cuali-cuantitativo que se basa en indicadores que valoran un fenómeno cualitativo apoyándose en recursos cuantitativos, lo que favorece el procesamiento de los datos y una visión más concreta de los resultados. Se recomienda la continuación del estudio del tema para su profundización en próximas etapas.

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Referencias Bibliográficas

Torres, P y Colectivo de autores (2009). Evaluación de la Calidad de la Educación en Cuba. Fundamentos, Estructura y Resultados. Localizable en http://www.cubaeduca.cu/media/www.cubaeduca.cu/medias/pdf/4743.pdf  (Consultado en mayo del 2020).

García Batista, G. (2000). Conferencia. Módulo de Maestría en Educación, Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.

Contribución de los autores:

Por tratarse de un artículo breve, resultante de un tema de investigación en desarrollo, las autoras trabajaron de conjunto en el análisis de los elementos y la concepción del artículo. La autora principal fue la encargada de la búsqueda de la información y su estructuración; la redacción y revisión fue compartida.

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