Educar la visualidad para fomentar la lectura crítica

Educating the visuality to foment the critical lecture

Dr. C. Ileana Domínguez García. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: ileanardg@ucpejv.edu.cu
MSc. Fidel Cordoví Díaz. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: fidelcd@ucpejv.edu.cu

Recibido: diciembre 2016                          Aceptado: julio 2017

Resumen
El mundo de hoy, altamente tecnologizado y audiovisual, exige un tratamiento diferente de la  lectura. La imagen, que domina nuestra vida cotidiana, necesita ser leída con criticidad por lo que maestros y profesores tenemos ante nosotros el reto de enseñar a leerla y usarla mejor en nuestros procesos educativos.

La enseñanza universitaria no escapa a estas exigencias. La lectura de una imagen requiere de la interpretación de quien la observa y en este proceso importan los aportes personales y las relaciones que se establezcan entre las ideas discursivas previamente halladas así como el descubrimiento del recorrido seguido para llegar a tales conclusiones y valoraciones. Es por ello que se ofrecen algunos parámetros importantes para la lectura de la imagen digital que ayudan a profundizar en el análisis y a colocarse ante ella con posiciones críticas y valorativas.

PALABRAS CLAVE: lectura crítica, visualidad, educación, texto, imagen.
Abstract
The nowadays world highly, techno and audiovisual, demands a different treatment to the lecture. The image who dominates our daily life needs to be read critically so teachers and professors have the challenge of show how to better read and use then in our pedagogical process.

The university also assume these challenges. Reading an image requires an interpretation and, in this process the personal contributions and the relationship between  the discursive ideas previously found and also the discovering of the way to reach such valuations and conclusions. It’s why this article offers some important parameters for the analysis and to assume critical and value positions in front of them.      

Keywords: critical lecture, visuality, education, text, image.


Introducción

El hecho de vivir en una sociedad y en una época dominada por el signo que va más allá de lo lingüístico, origina interrogantes respecto de la eficacia de la imagen junto a la palabra; pero es evidente que la palabra no es el único mensaje. Todos sentimos el poder sugestivo de las luces, el color, el sonido y el movimiento.

Cada vez más la educación ha venido aprovechando la creciente difusión que tienen las tecnologías digitales y el uso que le damos en el contexto universitario para facilitar la representación, visualización e intercambio de la información visual que transformamos en conocimientos.

En nuestra cultura asociamos automáticamente la visión de un hecho con su existencia: identificamos la imagen con la realidad. Sin embargo, las imágenes son siempre signos de algo ajeno que incorporan diversos códigos comunicativos, algunos muy específicos, como el código gráfico o el de relación compositiva entre los elementos que forman la imagen. Para leer de forma comprensiva y crítica las imágenes es necesario conocer estos códigos. Es por ello muy importante, incluso en el nivel universitario educar la visualidad para fomentar la lectura crítica de los estudiantes.

Desarrollo

Se pueden leer críticamente no solo textos escritos sino también imágenes fijas (viñetas, fotografías, pinturas) o en movimiento (videos) o ambas (multimedia).La lectura de imágenes es una actividad muy interesante porque la síntesis armónica de los componentes del texto visual: líneas, color, textura, ritmo y movimiento, favorecen el vuelo imaginativo y alientan el potencial lector para crear y vivenciar situaciones de diversa índole.

En los textos visuales en movimiento (cine, video, animaciones), además de estos elementos de composición se suma el sonido que brinda otro canal perceptivo que favorece la comprensión y la expresividad.

Una característica esencial del texto visual que lo diferencia del escrito es su condición de no lineal, es decir, que percibimos la imagen como un todo, y luego comenzamos a definir los detalles y comenzamos su decodificación; pero la impresión primera tiene una gran influencia en el proceso de percepción-comprensión.

Una imagen posee una serie de elementos estructurales que conforman las diferentes áreas de la obra de arte, la fotografía, etc. ya sea en formas definidas (figurativas) o en formas indefinidas (abstractas) de acuerdo con leyes de organización (perceptivas y estéticas).

La exposición temprana de los jóvenes estudiantes a los diversos medios tecnológicos de comunicación, así como al uso y a su manejo cotidiano de en gran parte de las actividades que realizan, les permite moverse en las redes informáticas con mucha facilidad, para acceder en un brevísimo espacio de tiempo a todo tipo de información disponible en los medios. Ello no sólo es una realidad innegable, sino que si aceptamos esto como un hecho que ofrece una base interesante para explorar, también puede verse como una ventaja aprovechable en los procesos educativos. Los profesores inmigrantes digitales, con las obvias limitaciones que esta condición implica, tenemos que aprender a reconocer y explotar en el mejor sentido esta nueva realidad y a comprender las nuevas formas de lectura en virtud de que debemos educar la visualidad en los procesos educativos que dirigimos, si queremos motivar a los estudiantes por nuestras asignaturas. Hoy se lee diferente, la lectura de imágenes cobra una importancia vital en la enseñanza.

Más allá del factor tecnológico y sus efectos en las diferencias en el modo de leer de los estudiantes en los últimos años, antes casi todas sus referencias eran televisivas; sin embargo, actualmente los estudiantes, ven con frecuencia películas, series u otros productos en versión pirata, se acompañan de laptop, tabletas y móviles,  a clase y bajan textos e imágenes lo que evidencia que sus referencias se han multiplicado y su actualización es a veces mayor que la de los profesores.

Estudios realizados demuestran que los universitarios de hoy dan mayor atención a las imágenes que a los contenidos y se plantea  la utilización de un discurso de imágenes visuales en las exposiciones y presentaciones, sin un criterio selectivo, para potenciar relaciones o quizás expresar perspectivas personales, sino tan sólo de un modo puramente ilustrativo a través de la repetición de esquemas y formas sin mayor elaboración, imitando lo que los medios de comunicación divulgan: imágenes a menudo efectistas, de influencia deslumbradora o que tratan de coincidir con visiones u ondas de una moda y sus vivencias asociadas.

Esta rapidez y facilidad de acceso, la reproducción y el archivo de información; el manejo de herramientas y medios para reunir imágenes son ventajas que ofrecen las tecnologías digitales de comunicación si las aprovechamos convenientemente en los procesos educativos. Pero del mismo modo, analizándolo más detenidamente, esa misma facilidad, accesibilidad y reproducción también tienden a conducir por un estrecho sendero y a constreñir la actividad cognitiva y axiológica para la crítica que debe caracterizar a un estudiante de la educación superior, reduciendo y limitando su hacer a la mera recolección y repetición de datos que no llegan a constituirse en conocimiento. Se revela una situación de escasa capacidad de lectura por parte de los estudiantes, que no aprovechan las potencialidades de la variadísima disposición de fuentes así como la atención necesaria para que la lectura de imágenes sea una fuente de conocimiento.

Resulta interesante citar las palabras de García quien afirma: “Muchos estudiantes universitarios pasan de televidentes a lectoescritores, otros de no lectores a internautas. Entre tanto, las escuelas primarias y secundarias, donde los maestros identificaban la cultura con los libros, nunca enseñaron a ver cine y televisión (salvo en países excepcionales como Francia), y juzgaban a esas pantallas como enemigas del aprendizaje. Un día vieron llegar las computadoras, donde coexisten lo escrito, lo audiovisual y lo digital. Las máquinas ofrecen integrados formalmente textos e imágenes, pero pocos alumnos aprendieron a vincularlos conceptualmente y desarrollaron una capacidad de síntesis que sólo pueden aportar los sujetos que usan las computadoras (García, 2009:7).

Ante esta realidad nos preguntamos ¿qué hacer en la actividad docente universitaria?

El problema se centra en la enseñanza de una lectura  que efectivamente pueda propiciar algo más que captación de contenidos textuales, es decir, que suscite caminos e itinerarios del pensamiento y que el estudiante pueda conectarlos entre sí de tal forma que logre llegar a componer una visión propia.  Para ello es necesario considerar la educación de la visualidad.

Si continuamos asumiendo en la educación que lo visual y lo espacial de la cultura sólo pueden apreciarse como algo externo, decorativo y suplementario, estaríamos limitando el concepto de lectura que incluye “Todo aspecto percibido y al que se le atribuyen significados y sentidos, desde la cultura en que se expresa cada personalidad”. (Domínguez, 2015:123)

Debemos reconocer que se le ha dado poca atención en la educación a la lectura y apreciación de las imágenes fijas que han aparecido tradicionalmente en los libros, a los audiovisuales del cine y la televisión, y más recientemente en los medios informáticos.  Esto se extiende incluso a otros campos donde lo visual es esencial: el acercamiento al arte y a la percepción del espacio suele ser muy limitado. Lamentablemente, las asignaturas específicas, más que intentar hablar sobre sensibilidad o experiencia en lo que el arte o la visión del espacio se refiere, su instrucción ha estado casi exclusivamente asociada a la captación de información, datos y contenidos traducibles en textos escritos. Ello nos lleva a pensar que si en las universidades no poseemos una sensibilidad y una preparación para apreciarlas, para alcanzar a leer con detenimiento las imágenes que pueblan nuestra cultura visual y a las que los estudiantes se encuentran cotidianamente expuestos, poco pueden ser efectivos nuestros esfuerzos docentes. Ello nos obliga a la enseñanza de un leer diferente, que vaya más allá de la sola captación de información, historia e ideas; una lectura que enriquezca el pensar y que sea, al mismo tiempo, estimulante, fructífera y crítica.

Si nos basamos en la idea martiana, se afirma que: La lectura estimula, enciende, aviva, y es como un soplo de aire fresco sobre la hoguera resguardada, que se lleva las cenizas, y deja al aire el fuego. Se lee lo grande, y si se es capaz de lo grandioso, se queda en mayor capacidad de ser grande. Se despierta el león noble, y de su melena, robustamente sacudida, caen pensamientos como copos de oro (Martí, J.OC:21). Así vista, una buena lectura no consiste en la fórmula de conocimientos que pueda ofrecernos, sino también en el mundo que se crea o se recrea a partir de ella; en los valores espirituales más complejos que ella nos siembra y hace fructificar. Nos referimos, además,  al disfrute y al gusto que suscita de la actividad misma quede la búsqueda del saber, en seguir el camino que se sugiere o a las sendas inéditas que abre el “secreto” de la imagen o la palabra; a la posibilidad de interrogarse, de reflexionar y de imaginar que se despierta con el recorrido, lo que permite gestar ideas que nos llevan a asombrarnos al descubrir y conocer realidades, las ajenas y las propias; a establecer relaciones, y comparaciones con otras formas de  pensar, visiones y experiencias; a confirmar valores y a configurar convicciones al atribuir sentidos a los significados.

Se impone entonces de enseñar a ver, por lo demás gustoso, para descubrir posibilidades y otras formas de conocer, de un cambio que promueva actitudes productivas y elimine las reproductivas.

Azzato, plantea “la extensión de la cortesía al acto de leer no es más que tener idéntica disposición para atender al libro y/o a las pantallas que son objeto de nuestra lectura, respetando y tratando atenderlos como se nos presentan y de recibir aquello que ofrecen en su textualidad y sus imágenes; nuestro servicio de lectura consiste en apreciar y acoger a estas antes de formular alguna mirada crítica”. (Azzato, M, 2009:15)

Resulta interesante esta idea de aplicar la cortesía de la lectura, de manera que se aprecie también el formato en que se presenta la información y todos los aspectos que la conforman.

Para leer críticamente las imágenes y disfrutarlas es importante conocer:

¿Qué elementos intervienen en la percepción de una imagen?

Este elemento es muy importante pues sin contraste es imposible la visión, un área muy grande de luz blanca hace que no se vea nada, si sobre un área roja colocamos elementos del mismo color, estos se pierden. El contraste es la primera condición para establecer la relación de las figuras con su entorno o fondo, para percibir sus formas, en fin, para verlas.

De acuerdo con la relación de la figura con su fondo discriminamos lo superfluo y nos centramos en los elementos de significación que predominan en la imagen. En muchos casos en el fondo aparecen elementos que resignifican la figura, por lo que las relaciones de figura y fondo no son estáticas sino dinámicas y dependen del contexto que vincula a ambos.

Estos elementos deberán tenerse en cuenta tanto en la creación como en la comprensión de las imágenes de acuerdo con la finalidad con que son utilizadas.

Además, la lectura de las imágenes depende de:

La imagen actúa sobre nuestro universo mental en el que conservamos una serie de relaciones emocionales. Así, éstas se cargan de connotaciones que surgen del mundo interior de cada persona, ya que la imagen es polisémica, por la diversidad de sugerencias posibles que encierra. Es un vehículo privilegiado del pensamiento y la cultura y una valiosa herramienta para transmitir información.

Distintos códigos comunicativos interactúan en las imágenes:

• El código espacial. La elección de la parte de realidad representada y del punto de vista desde el que esta realidad se contempla (arriba, abajo, izquierda, derecha), es decir, el encuadre. Se hace siempre con una intención: objetividad/distorsión, realismo/ engaño; etc. y da noticia de la posición física e ideológica del autor del mensaje icónico.

• Los códigos gestual y escenográfico. Al analizar una imagen es importante detenerse en la sensación que nos produce la actitud y gestualidad de las figuras que aparecen (quietud, nerviosismo, tristeza, angustia, serenidad...) y mirar detenidamente el fondo atendiendo a la escenografía, a los aditamentos que están adjetivando el tema central (como el vestuario, el maquillaje, los objetos que aparecen…)

• El código lumínico. El tratamiento de la luz puede añadir significaciones a la imagen: una luz frontal aplasta las figuras y les da un aspecto vagamente irreal; la iluminación posterior separa las figuras del fondo y agrega tridimensionalidad a la imagen; la luz lateral y la cenital - que se dirige de arriba abajo- acentúan volúmenes; y la luz de abajo a arriba puede producir deformaciones inquietantes o siniestras (recuerda la iluminación que se utiliza en algunas escenas de las películas de terror). A menudo en las imágenes se utilizan también los colores con una intención simbólica

• El código simbólico. A veces, las imágenes representan muchas más cosas de las que aparecen en ellas. Se produce así un proceso comunicativo de carácter simbólico que hace posible la representación de ideas abstractas o inmateriales. Las relaciones entre los símbolos y aquello que simbolizan pueden establecerse: por analogía; por relación causa-efecto; o por convenciones sociales.

En la siguiente obra podemos apreciar algunos de los elementos que hemos señalado:

Conocemos el título de la obra “Al grito le han salido un montón de clones”.

En el análisis será importante decir que es una obra de crítica y que ha tomado como base “El grito” de E. Munch. Los saberes podrán activarse para buscar información sobre el autor y la obra original que sí es una obra de arte.

La que se analiza, es un montaje que usa la obra multiplicada -de ahí el título – y una fotografía de la prensa de Trump, en actitud agresiva y prepotente, con las manos abiertas para expresar que el hecho de su elección como Presidente de los EEUU es cierto. Algo así como: ¿no lo creen?  Es importante observar el juego de los colores, las luces y las sombras, el foco intencional de la imagen y la originalidad de la repetición de una imagen como símbolo de sorpresa e incredulidad.

Se debe observar las relaciones espaciales y escenográficas, así como la crítica que subyace en la imagen que resulta un símbolo de protesta.

Conclusiones

Ante un mundo cargado de imágenes, la educación de la visualidad resulta una acción de los procesos educativos universitarios si queremos que nuestros estudiantes aprender a ver mejor en el mar de información en que se sumergen.

La educación de la visualidad a partir de la lectura de imágenes, ayuda a incentivar la lectura crítica,

Algunos aspectos que definen al texto visual nos permiten analizar las imágenes con un sentido crítico, algo muy importante para la comprensión del entorno en que nos movemos a diario donde la imagen toma cada vez un papel más predominante y donde incluso el texto escrito se nos presenta a menudo como imagen visual cargado de contenidos no tanto por su significado sino por su forma y su existencia en un ambiente determinado. Toca al lector profundizar más en estos aspectos y sobre todo “ver con intención”.

 

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