Dr. C. Nadine Barnett. Profesora del departamento de Lenguas Modernas y Literatura de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de la India Occidental (UWI). Campus Mona, Kingston 7, Jamaica.
ORCID: https://orcid.org/0009-0007-6397-5832
Correo: nadine.barnett@uwimona.edu.jm
Recibido: 30 de noviembre de 2023   Aprobado: 4 de marzo de 2024
Resumen El discurso, en torno a la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras, con incidencia en la diversidad de significados emergidos de la cultura, tiene como rasgo de distinción académica, está dinamizado por las competencias de lectura, escritura, la comprensión auditiva y el habla, como constructos académicos suscitados en el ámbito del aula de lenguas extranjeras, todo lo cual se constituye en una competencia, expresión de la dimensión holística que caracteriza a la didáctica de construcción, sistematización y generalización del contenido idiomático de lenguas extranjeras permeado por la cultura, el cual se va perfeccionando y enriqueciendo de manera continua. En estas direcciones, la autora de este artículo modela el necesario vínculo entre la enseñanza de lenguas extranjeras, a partir de los intercalados de significaciones culturales devenidos de la diversidad contextual, las complejidades académicas de trabajo metodológico con la enseñanza de lenguas extranjeras y el importante papel de formación de la conciencia idiomática y cultural, como pilar esencial en la preparación integral del profesor de lenguas extranjeras. La conciencia lingüística interpretada como conocimiento explícito sobre la lengua, la percepción y sensibilidad conscientes en el aprendizaje, en tanto la enseñanza y uso de la lengua, son construcciones modeladas por el método dialéctico-hermenéutico, como síntesis de la conciencia cultural que se configura, al consolidarse el conocimiento explícito de la cultura. Palabras claves: aprendizaje idiomático, construcción cultural, contextualización |
Abstract The discourse, around the teaching-learning of foreign languages, with an impact on the diversity of meanings emerging from culture, has as a feature of academic distinction, it is energized by the skills of reading, writing, listening comprehension and speaking, as academic constructs raised in the field of the foreign language classroom, all of which constitutes a competence, expression of the holistic dimension that characterizes the didactics of construction, systematization and generalization of the idiomatic content of foreign languages permeated by culture, which is continually perfected and enriched. In these directions, the author of this article models the necessary link between the teaching of foreign languages, based on the interspersed cultural meanings resulting from contextual diversity, the academic complexities of methodological work with the teaching of foreign languages and the important role training of language and cultural awareness, as an essential pillar in the comprehensive preparation of the foreign language teacher. Linguistic awareness interpreted as explicit knowledge about the language, conscious perception and sensitivity in learning, both the teaching and use of the language, are constructions modeled by the dialectical-hermeneutic method, as a synthesis of the cultural awareness that is configured, as explicit knowledge of the culture is consolidated. Keywords: language learning, cultural construction, contextualization
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Aquellos que creen que en la enseñanza de una lengua extranjera no es necesaria la integración intencional de la cultura de la lengua extranjera en el aula, no han reconocido el vínculo significativo entre lengua y cultura, las complejidades de la enseñanza de lenguas extranjeras y el importante papel de formación como aspecto esencial en la dinámica académica de formación idiomática del profesor de lenguas extranjeras.
Este discurso ha persistido a través de extensas investigaciones sobre el tema (Omaggio Hadley, 2001), (Risager, 2006), (Jackson, 2012), (Byram, 2012), (Kramsch, 2013) y (Gabriella, 2017) para establecer la definición de cultura y su lugar en la enseñanza de lenguas extranjeras, conforme a las ideas anteriores planteadas, colocan subrayados meridianos en lo que reconocen el efecto de la significatividad cultural en la enseñanza-aprendizaje de las lenguas extranjeras.
Hace más de tres décadas, Lafayette (1988), reconociendo una deficiencia en los programas de formación docente, escribió sobre la necesidad de que las universidades y, por extensión, las instituciones de formación docente, formaran profesores de lenguas extranjeras mejor capacitados para centrarse en la cultura y la cultura, quienes comenzarían a verse a sí mismos no simplemente como profesores de lengua sino más bien como profesores tanto de lengua como de cultura (p. 61). Este llamado, que aún hoy sigue vigente, es examinado a través de la literatura asociada a la cultura como quinta habilidad en la enseñanza/aprendizaje de lenguas.
El propósito de este artículo es doble: (1) establecer la importancia de la integración intencional de la cultura como la quinta habilidad en el aula de lengua extranjera, y (2) resumir las complejidades de la enseñanza de la cultura de una lengua extranjera dentro del marco de La literatura sobre la cultura en la enseñanza de lenguas extranjeras.
La cultura como plataforma de saberes acumulados
Las habilidades requeridas en la enseñanza/aprendizaje de cualquier idioma incluyen leer, escribir, escuchar y hablar. Sin embargo, para lograr una funcionalidad total en el aprendizaje y la práctica de idiomas, la enseñanza de la cultura es un quinto componente necesario. Hong (2008) afirma que “la adquisición de conocimientos culturales de una lengua de destino suele denominarse la quinta habilidad en el aprendizaje de lenguas (p.1). La conciencia cultural se considera fundamental para el aprendizaje de idiomas y se considera uno de sus principales objetivos (Altun, 2019, p.163). Bryam (1997a) sugiere que los tres objetivos que resumen la experiencia de aprendizaje de una lengua extranjera incluyen el desarrollo de tres componentes: competencia comunicativa, conciencia lingüística y conciencia cultural. La competencia comunicativa, considerada la clave para la aceptación social, se refiere al conocimiento gramatical de un idioma por parte de un usuario y la capacidad de usarlo de manera efectiva (Nordquist, 2020). La conciencia lingüística se define como el conocimiento explícito sobre la lengua y una percepción y sensibilidad conscientes en el aprendizaje, la enseñanza y el uso de la lengua (The Association for Language Awareness [ALA], s.f.), mientras que la conciencia cultural es el conocimiento explícito de la cultura asociado a una lengua y a una percepción y sensibilidad consciente a la hora de aprender sobre una cultura determinada. En otras palabras, la conciencia cultural significa desarrollar sensibilidad a las diferencias culturales examinando nuestras percepciones y probando nuevos comportamientos que se ajusten a diferentes contextos culturales (Otero y Smith, 1994, p. 7). Byram (1997b) señala que la conciencia cultural y la conciencia lingüística están relacionadas porque la lengua y la cultura no pueden tratarse por separado en la discusión de la teoría y la práctica de la enseñanza de lenguas (p.51).
Altun (2019) postula que la conciencia cultural es necesaria en el aula de lenguas extranjeras para ayudar a los estudiantes a participar en experiencias del mundo real, ya que el aprendizaje de lenguas extranjeras en un aula no es una situación real (p. 165) Yurtsever y Özel (2021) también nos recuerdan que “los estudiantes de lenguas extranjeras tienen menos probabilidades de encontrarse en un entorno culturalmente diverso” ya que gran parte de la práctica ocurre en el aula” (p.105). Sin embargo, el profesor de lengua extranjera con conciencia cultural puede orientar a sus alumnos hacia la conciencia intercultural que, como afirma Neuner (2003), es “la conciencia y aceptación del propio mundo y la percepción y aceptación del mundo extranjero” (p.49). La conciencia intercultural es un objetivo esencial de la educación de lenguas extranjeras, dado que el alumno no sólo aprende sobre la cultura de destino, sino que también desarrolla una conciencia de su propia cultura a través de comparaciones de ambas.
Como afirma Choudhury (2013), “estudiar la cultura también es útil para enseñar a los estudiantes a comprender su propia cultura, ya que la visión del mundo de los estudiantes está determinada por los valores de su propia cultura (p. 22). De ahí que el valor de la competencia cultural e intercultural sea enseñar a los estudiantes la importancia de aceptar que la cultura de los demás tendrá diferencias en comparación con la suya propia.
Aprender un idioma va más allá de conocer palabras, requiere una comprensión más profunda de qué palabras deben usarse y en qué contexto. El conocimiento de la cultura del país o países asociados con la lengua proporciona y también dicta este uso. Por lo tanto, es importante enseñar cultura intencionadamente en el aula de lenguas extranjeras para preparar a los estudiantes para una comunicación apropiada y fluida en lenguas extranjeras. Choudhury (2013) confirma esta visión cuando afirma: “El aprendizaje cultural debe ser un proceso consciente y decidido en el que lo implícito se vuelve explícito” (p. 23). Por lo tanto, a menudo es necesario emplear estrategias y técnicas apropiadas para garantizar que los estudiantes adquieran conciencia cultural. Por el contrario, McLeod (1976) postula que “al enseñar una lengua, uno inevitablemente ya está enseñando cultura implícitamente” (p. 212). Esto puede ser así hasta el punto de que resulta difícil enseñar una lengua sin ciertas representaciones culturales arraigadas.
Brown (1987) explica la relación entre lengua y cultura de la siguiente manera: “una lengua es parte de una cultura y una cultura es parte de una lengua; los dos están intrincadamente entrelazados de modo que no se pueden separar sin perder el significado de la lengua o la cultura”. (p. 123).
Salim (2017) investigó el debate entre dos argumentos sobre la cultura y la enseñanza de lenguas. El primer argumento afirma que la lengua y la cultura están inseparablemente vinculados, mientras que el segundo afirma que la enseñanza de la lengua debe realizarse separada de los contextos culturales. La conclusión del estudio de Salim fue que “la lengua y la cultura están interrelacionadas y no pueden separarse una de otra” (Salim, 2017, p. 468). La idea misma de que existe el argumento de que lengua y cultura pueden enseñarse por separado es reveladora porque esto significa que hay personas que no ven la cultura como una quinta habilidad válida en la educación de lenguas extranjeras.
Lessard-Clouston (1997) subraya la cuestión de que si lengua y cultura están tan intrincadamente entrelazadas, ¿por qué molestarse abiertamente en centrarse en la cultura cuando hay tantos otros aspectos del currículo de lenguas extranjeras que necesitan más atención? Destaca tres puntos en respuesta a esta pregunta (p. 134). En primer lugar, aunque la cultura está arraigada en lo que enseñamos, asumir que quienes aprenden el idioma en nuestras clases también aprenden el conocimiento y las habilidades culturales necesarias para ser hablantes competentes de una lengua extranjera, niega la complejidad de la cultura, el aprendizaje de idiomas y comunicación. En segundo lugar, postula que la cultura debería incluirse intencionalmente en el plan de estudios para evitar los estereotipos y los obstáculos asociados con el aprendizaje de una lengua extranjera. En tercer lugar, Lessard-Clouston afirma que los profesores podrán hacer un mejor trabajo enseñando cultura si reciben una formación formal en la enseñanza de la cultura de lenguas extranjeras.
Con relación a la tecnología (Yurtsever y Özel, 2021) señalan que en esta era de tecnología y globalización, las fronteras de las diferentes culturas se han vuelto aún más borrosas, por lo que los estudiantes tienen acceso a varios tipos de medios para participar en la interacción cultural (p. 105). La tecnología promueve varias vías para auténticos ejercicios y plataformas de enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras debido a “la accesibilidad, la flexibilidad, la velocidad de conectividad y la independencia del enfoque metodológico” (González, 2009, p. 62). Sin embargo, se debe monitorear a los estudiantes cuando usan sitios web para que puedan obtener el máximo beneficio de los ejercicios porque, como advierten Dema y Moeller (2012), cuando exploran los sitios web, los estudiantes participan pasivamente y esto puede conducir a una baja retención de la información (p. 82).
Kramsch (2014) muestra que la globalización ha cambiado las condiciones bajo las cuales se enseñan y aprenden lenguas extranjeras y casi ha hecho redundantes algunas de las normas y convenciones en las que los profesores de lenguas extranjeras se basaban desde la década de 1980. Por lo tanto, como muestran los estudios (Atay, 2005; Byram, 2012; Hişmanoğlu, 2013), la enseñanza de la cultura de una lengua extranjera debe integrarse en la formación del profesorado porque la enseñanza formal de la cultura puede ser útil para los estudiantes (Yurtsever y Özel, 2021, pág.105). Los docentes en formación de esta época son cada vez más competentes tecnológicamente y en gran medida conscientes del uso de algunas tecnologías y estrategias que se pueden utilizar en el aula de lenguas extranjeras, pero a través de la colaboración, el intercambio, la investigación y la instrucción se vuelven más conscientes del material accesible y estrategias en su búsqueda por adquirir y fomentar la conciencia cultural e intercultural.
Clasificaciones de la cultura en la enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras
Existen muchos desafíos a la hora de integrar la cultura en la enseñanza de lenguas extranjeras, pero uno de los mayores está centrado en las conceptualizaciones múltiples y evolución de lo que realmente es la cultura”.
La cultura se separa en dos clasificaciones en la enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras: cultura Big C y cultura Little c. Estos dos conceptos tienen su génesis en diferentes momentos de la historia de la enseñanza de lenguas extranjeras.
La génesis de la enseñanza de la cultura de una lengua extranjera se remonta a hace más de cincuenta años, cuando el método de enseñanza más popular era el método de gramática-traducción (Curtain & Dahlberg, 2004, p. 225). Durante este período, la enseñanza de la cultura como quinta habilidad como se hace hoy en los programas de formación de docentes y en las aulas de lenguas extranjeras no existía. La cultura en la enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras, tal como se exploraba entonces, incluía un estudio de la arquitectura, los personajes históricos, el arte, la geografía y la literatura de la lengua de destino. Este tipo de cultura se conoció como cultura “Big C” y era parte de un plan de estudios estándar para la enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras.
El objetivo principal del aprendizaje de una lengua extranjera durante ese período era preparar a los estudiantes para leer la literatura y los clásicos de la época. Posteriormente, paralelamente al cambio de métodos en la enseñanza de lenguas extranjeras para incluir métodos más interactivos y comunicativos, se extendió el significado de cultura en la enseñanza/aprendizaje de lenguas extranjeras para incluir patrones en la vida cotidiana de las personas y sus comportamientos.
Este tipo de cultura se conoce como cultura de la “pequeña c” Hinkel (2001) distingue además entre los dos tipos de cultura categorizándolos como cultura visible e invisible. Teoriza que la cultura visible incluye festivales, cocina y tradiciones, mientras que la cultura invisible se refiere a valores, cosmovisiones, normas socioculturales y suposiciones. Por lo tanto, la cultura visible es la cultura de la Gran C, la forma abierta que incluye a los Shakespeare, los Cervantes, los Miguel Ángel (las figuras famosas, la literatura, la arquitectura, la música, la danza, la historia), cosas que nunca desaparecerán. Mientras que, por el contrario, la cultura Little c se refiere al tipo de cultura más invisible asociada con una región, grupo de personas, lenguaje, etc. Algunos ejemplos de la cultura Little c incluyen estilos de comunicación, símbolos del lenguaje verbal y no verbal, normas culturales (lo que es apropiado e inadecuado en las interacciones sociales), cómo comportarse, mitos y leyendas. En otras palabras, lo invisible se refiere a lo que está aquí hoy y puede desaparecer mañana; sin embargo, es necesario para vivir hoy (Erasmus, 2017).
En materia de definiciones sobre cultura, ha habido varios intentos de definir la cultura que se considera compleja. Kramsch (1998) describe la cultura como “pertenencia a una comunidad discursiva que comparte un espacio social, una historia y unas imaginaciones comunes” (p. 10). Brown (2007a) define cultura como: “…las ideas, costumbres, habilidades, artes y herramientas que caracterizan a un grupo determinado de personas en un período de tiempo determinado” p. 122). Las últimas cuatro palabras de la definición de Brown (un período de tiempo dado) sugieren que la cultura es un fenómeno cambiante. Por lo tanto, los profesores de lenguas extranjeras deben ser conscientes de que las normas culturales de la sociedad actual no son todas las mismas que en la época de nuestros padres o abuelos. En consecuencia, si bien algunos aspectos de la cultura de un país permanecen constantes y arraigados a través de generaciones, otros experimentan cambios con el tiempo debido a factores como las tendencias mundiales en las que las culturas están influenciadas por acontecimientos globales. Dado que la cultura, al igual que el idioma, no es estática sino que cambia constantemente, los profesores de cultura de lenguas extranjeras deben estar conscientes de las tendencias culturales y los cambios en las culturas de lenguas extranjeras que enseñan.
Los Estándares para el aprendizaje de lenguas extranjeras en el siglo XXI (1999) definen la cultura para incluir prácticas (patrones de interacciones sociales), perspectivas (significados, valores, actitudes e ideas) y productos (alimentos, juegos, libros y otros elementos tangibles) (p. 47). Los patrones de interacciones y perspectivas sociales están sujetos a cambios con el tiempo, lo que reitera el hecho de que la cultura es dinámica.
Construccionismo académico y la cultura en el aprendizaje de lenguas extranjeras.
El construccionismo ha surgido como un paradigma dominante en la educación y ha tenido un gran impacto intelectual en el desarrollo de la pedagogía (Aljohani, 2017). En el aula constructivista, el maestro facilita la participación de los estudiantes en una variedad de actividades para alentarlos a ser participantes activos en su proceso de aprendizaje. Las actividades incluyen, entre otras, juegos de roles, entrevistas, presentaciones multimedia, escritura de poemas, canciones, cartas, etc. Un entorno de enseñanza/aprendizaje de este tipo es apto para fomentar la enseñanza de lenguas extranjeras en un contexto cultural como interacción y comunicación. Estas son claves para ayudar a los estudiantes a desarrollar conocimientos y aprender habilidades para operar en diferentes situaciones sociolingüísticas.
El constructivismo promueve el principio de que el alumno es un participante proactivo en su propio aprendizaje, recibiendo información y adaptándola según su propia comprensión. Según Aljohini (2017), las siguientes son características del docente que facilita un enfoque constructivista en el aula.
El maestro, desde su accionar pedagógico:
Conforme a estas aseveraciones relacionadas con el proceso de enseñanza-aprendizaje de las lenguas extrajeras, en el siguiente gráfico 1.1, se ilustra la lógica dialéctica con la que la autora de este trabajo ha ido interpretando y modelando el comportamiento del decurso del proceso académico en el que se intercalan saberes idiomáticos, plataforma de conocimientos didáctico-metodológicos y la propia cultura devenida de la diversidad de contextos, ahora utilizada por el profesor para potenciar le formación idiomática.
La construcción de la conciencia cultural, como expresión de competencia idiomática, es para este artículo un rasgo epistemológico de distinción.
Gráfico 1.1 Lógica dialéctica de interpretación y modelación del proceso estudiado comportamiento
Actitud profesional de profesores en formación
Cinco profesores en formación de entre 25 y 35 años, se inscribieron para realizar un curso intensivo en línea de seis semanas de duración, seis horas semanales, en Integración de la Enseñanza de la Cultura en Lenguas Modernas en un posgrado. A través de entrevistas semiestructuradas, los docentes en formación revelaron que todos ya tenían varios años de experiencia docente en el nivel secundario, oscilando entre cuatro y ocho años. Su experiencia docente previa agregó una dimensión más profunda a su participación general en el programa de capacitación al considerar lo que habían practicado en sus aulas de idiomas extranjeros y lo que cambiarían en el futuro. Hablaron sobre su propia experiencia en el aprendizaje de lenguas extranjeras, así como sobre su experiencia docente hasta ese momento.
Cada docente en formación ha realizado visitas cortas de aproximadamente cinco días a una semana a algunos países de habla hispana/francesa, a saber, Puerto Rico, Panamá, Francia, España y Bélgica, mientras acompañaban a los estudiantes. Estas visitas aumentan positivamente la experiencia y la confianza del profesor de lengua extranjera, a pesar de la corta visita. Sólo un profesor en formación no había visitado un país de habla hispana o francesa hasta ese momento.
En respuesta a la afirmación: “Al enseñar una lengua extranjera, automáticamente se enseña la cultura”, los docentes en formación respondieron con los argumentos siguientes:
1. Algunas cosas se enseñan automáticamente, por ejemplo, diferenciar 'tu' y 'usted', donde uno es educado y el otro familiar. Todavía tengo que integrar más aspectos culturales como la comida y la música en mis lecciones, pero espero que, a medida que avancemos, podré hacerlo.
2. La enseñanza de la cultura en lenguas modernas da vida a lo que se enseña en la lengua. Es decir, ayuda a validar el idioma, mejorar diferentes competencias en el idioma así como permitir una mayor comprensión y comparaciones entre idiomas. “La relación entre lengua y cultura está profundamente arraigada” (Leveridge, s.f.). La cultura “también ayuda a determinar cómo las personas codifican los mensajes, el significado que tienen para los mensajes y las condiciones y circunstancias bajo las cuales varios mensajes pueden o no ser enviados, notados o interpretados... la cultura es la base de la comunicación” (Thanasoulas, 2001). En resumen, esto subraya el hecho de que al enseñar una lengua extranjera uno automáticamente enseña tanto la lengua como la cultura.
3. Habrá costumbres de una cultura que serán evidentes a medida que los estudiantes aprendan el idioma (comida, lugares, clima, código de vestimenta, hábitos de saludo, etc.). A medida que los estudiantes preguntan por qué estas costumbres son así, los profesores automáticamente profundizan en explicar la cultura asociada con la costumbre.
4. Al enseñar una lengua extranjera, automáticamente se enseña la cultura. El idioma es el núcleo/fundamento de todas las culturas. Es uno de los primeros aspectos de una cultura que aprendemos, por lo que al enseñar un idioma uno esperaría que ciertas costumbres y normas de la cultura extranjera se compartieran naturalmente con los estudiantes para que pudieran relacionarse con ella y desarrollar una pasión o al menos un aprecio por la cultura extranjera.
5. Al enseñar una lengua extranjera automáticamente se enseña la cultura. Enseñar cultura ayuda al alumno a comprender los antecedentes, perspectivas, prácticas y experiencias únicas de los hablantes de la lengua extranjera y, por lo tanto, hace que la lengua sea real y cobre vida. Cuando al alumno, por ejemplo, se le enseña cómo los nombres españoles suelen ser nombres bíblicos o de santos, esto a su vez puede conducir a una mayor exploración, conexión con una comprensión del nivel de influencia religiosa en las sociedades y países donde se habla español. El alumno nuevamente puede, a su vez, comenzar a ver cómo esta influencia religiosa se manifiesta en los días festivos del calendario español, en las tradiciones familiares y sociales en general, mejorando el proceso de enseñanza/aprendizaje.
En sentido general, los profesores en formación afirmaron en esencia que “al enseñar una lengua extranjera, automáticamente se enseña la cultura”. Sin embargo, hay que considerar las implicaciones de tal afirmación. Sugieren que cuando se enseña una lengua, automáticamente se enseña cultura.
Esto es lo que “debería” ser, pero no siempre es así. Si no hay una integración intencional de la cultura en la enseñanza de lenguas extranjeras, es posible que los estudiantes no consideren la conciencia cultural como una habilidad importante. Hay aspectos de una lengua donde la cultura parece automática porque los conceptos simplemente no pueden entenderse si no se enseñan en contexto. Para algunos profesores de idiomas, esta puede ser una forma más rápida de “hacer el trabajo” en un esfuerzo por enseñar el material porque es posible que se estén quedando atrás en el plan de estudios. A los estudiantes se les puede dar una lista de verbos en un ejercicio de gramática particular, pero es más interesante y memorable si aprenden los verbos en contexto. El idioma se enseña mejor en contexto y “la cultura es el contexto más importante para el aprendizaje de idiomas” (Curtain & Dahlberg, 2004, p. 226). La cultura crea el contexto en el que la comunicación es apropiada y eficaz. Uno puede aprender las reglas gramaticales de un idioma y hablarlo bien, pero si las reglas no se aplican en el contexto correcto, entonces uno podría ser considerado un “tonto fluido” Bennett (1993, p. 9). Además, la experiencia dicta que uno tiende a retener los conceptos cuando han sido puestos en contexto.
Un ejemplo de cómo un elemento cultural puede enseñarse automáticamente con el ejemplo de la diferencia entre “tú” y “usted”, que significan “tú” en inglés. 'Tú' es el 'tú' familiar o informal que se usa con amigos y familiares, mientras que 'usted' se usa con extraños y personas con quienes se tiene una relación formal. Ella sugiere que estos elementos de vocabulario y conceptos están tan arraigados en el lenguaje que los comportamientos que los rodean están implícitos. Sin embargo, a menos que el profesor explique este concepto en contexto, es posible que los estudiantes no lo comprendan. Además de esto, en algunos países de habla hispana (países de América Latina) la forma plural del informal 'tú' apenas se utiliza, y en la mayoría de las escuelas de nivel secundario esta forma plural no se ha enseñado en los últimos dos años y décadas, pero dicha forma se utiliza cada día en España, no tanto en el contexto latinoamericano.
La escritura de diálogos o los juegos de roles son algunas formas en las que a los estudiantes se les pueden enseñar estos conceptos o se les pueden mostrar parodias breves en línea. De esta manera se subraya que habrá costumbres de tipo cultural, las que son evidentes a medida que los estudiantes aprenden el idioma, sumadas vestimentas, comidas, estilos de convivencia sociocultural, entre otras cuestiones, mientras que Tt4 explica que al enseñar un idioma uno esperaría que ciertas costumbres y normas de la cultura extranjera se compartieran naturalmente con los estudiantes para que pudieran ser capaz de relacionarse con él y desarrollar una pasión o al menos un aprecio por la cultura extranjera. Estas declaraciones dan la impresión de que estos futuros docentes han integrado la lengua y la cultura en sus clases y están en el camino correcto como profesores de lengua y cultura extranjeras.
En este sentido, los docentes en formación revelan además sus puntos de vista en respuesta a las siguientes preguntas:
¿Cree que los futuros docentes deberían formarse en la enseñanza de la cultura en lenguas extranjeras?
Profesor 1: Sí, definitivamente creo que los docentes deberían capacitarse, ya que hay mucho que aprender sobre cultura.
Profesor 2: Definitivamente creo que los profesores deberían hacer un curso de enseñanza de la cultura en lenguas extranjeras. Para empezar, he aprendido mucho y mis ojos se han abierto a cosas más interesantes sobre la cultura española. Me emociona compartir algunas de las experiencias que tuve en el curso con mis alumnos. Sé que les encantará. El curso ayudará a los profesores a ser más conscientes culturalmente de la materia que enseñan y, debido a eso, podrán atraer a los diferentes tipos de estudiantes a los que enseñan al compartir con los estudiantes aspectos de la cultura del idioma de destino que enseñan. Especialmente para las clases difíciles, los profesores de idiomas modernos se reunirán de vez en cuando. Este curso ayudará a los profesores a motivar a sus estudiantes e inspirarlos a ser hablantes competentes del idioma debido a las experiencias culturales a las que habrían estado expuestos. En este apartado relacionado con la enseñanza de lenguas extranjeras en su interconexión con la cultura, los docentes consideran:
Sí debería hacerse porque facilita una mayor comprensión de cómo integrar la cultura (un aspecto vital de la enseñanza de lenguas extranjeras, en las lecciones.
Creemos que hacer un curso sobre enseñanza de la cultura en lenguas extranjeras permite a los profesores ver la relevancia de tener la cultura integrada en la enseñanza de lenguas y crea más oportunidades para enseñar en contexto. Además, permite a los profesores que no están de acuerdo con integrar la cultura en la enseñanza de idiomas para ver cómo su integración puede mejorar su enseñanza y, por lo tanto, maximizar el rendimiento de los estudiantes.
Absolutamente, la lengua se vuelve real, la lengua se convierte en una lengua viva cuando la cultura se integra directamente en la enseñanza de lenguas extranjeras.
Si bien la lengua extranjera que todos los docentes en formación tenían en común era el español, se les hizo conscientes de que los principios y técnicas que aprendieron se aplican a cualquier lengua extranjera en el aula. Es a través de la formación que se exponen a técnicas para la enseñanza de la cultura, técnicas como el método de comparación, los asimiladores de cultura, las cápsulas de cultura, la isla de la cultura, el teatro, el uso de informantes nativos, la tecnología, etc. y se animó al español a utilizar el francés en algunas presentaciones culturales mientras sus compañeros podían ver y apreciar el ejercicio. Tt2 subrayó la idea de que, como profesores, se han vuelto más conscientes culturalmente porque estuvieron expuestos a aspectos de la cultura que no conocían antes. Hay conocimientos culturales que uno puede no conocer antes de ingresar a la profesión docente, especialmente si no se priorizó la conciencia cultural como quinta habilidad en su experiencia de aprendizaje de idiomas o si nunca ha visitado o vivido en un país extranjero de su especialización.
Pregunta: ¿Integrará ahora más cultura en su enseñanza? Explicar.
Profesor 1: Integraré más cultura en mi enseñanza. Esta será también una forma de concienciar a los estudiantes nativos sobre su propia cultura, algo que se dice perdido en la sociedad hoy en día. Esto se hará mediante comparaciones, etc.
Profesor 2: Ahora integraré más aspectos de la cultura hispana en mis lecciones. Planeo hacer esto usando, por ejemplo, cápsulas culturales y recursos tecnológicos en forma de videos e imágenes y, siempre que sea posible, invitar a hablantes nativos del idioma a hablar con mis alumnos. Continuaré alentando a mis estudiantes a participar en la competencia del festival de español de la escuela secundaria local que se lleva a cabo anualmente y también planeo que los estudiantes hagan su propia investigación sobre la cultura y compartan sus hallazgos con la clase.
Profesor 3: Definitivamente lo haré porque proporcionará un contexto para que los estudiantes comprendan cómo usar los idiomas en diversas situaciones, lo que los llevará a comunicarse mejor con los nativos. También será una forma interesante de enseñar lengua; les motivará y les conducirá a una conciencia y competencia culturales.
Profesor 4: ¡Definitivamente! Una de las cosas que creo acerca de la enseñanza eficaz de lenguas extranjeras es que debe ser contextual y debe despertar el interés del alumno. La cultura es una de las formas más fáciles y rápidas de hacerlo. Además, enseñar cultura me permite aprender y apreciar aún más lo que hago.
Profesor 5: Sí. Ahora he estado expuesto a una gran cantidad de conocimientos, investigaciones y técnicas prácticas para incorporar la vida de la lengua (cultura) en la enseñanza de lenguas extranjeras. Esto es muy beneficioso ya que nunca se prestó mucha atención a la cultura en mi clase de lengua extranjera como estudiante con respecto a la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación.
Aprender a integrar la cultura en la enseñanza de lenguas extranjeras es clave para aumentar la conciencia cultural. Esta exposición tendrá un impacto positivo en la preparación de los docentes y en su confianza para lograr el éxito como docentes interesantes y apasionantes de lenguas extranjeras se refiere a la cultura como "la vida de la lengua" y menciona los conocimientos y técnicas adquiridos para incorporar mejor la cultura en la enseñanza de lenguas extranjeras señala que la cultura no fue promovida como una habilidad en sus clases de lengua extranjera cuando era estudiante. Uno tiene la impresión de que se siente despojado de experiencias que habrían hecho que su experiencia como estudiante fuera más atractiva.
¡Todos aman una buena historia! En diferentes momentos del curso, la facilitadora empleó el uso de la narración de historias sobre sus experiencias en los países hispanos que ha visitado. Relatar situaciones vividas en países extranjeros ha demostrado ser otra forma divertida, motivadora e informativa de integrar la cultura en la enseñanza de lenguas extranjeras. La narración, en este caso, no se basó en material leído de un libro de literatura, sino en los innumerables viajes de sus educadores a países de habla hispana, así como en las experiencias de los docentes en formación en países extranjeros, señalan la utilidad de esta estrategia y afirma que, como resultado, se siente mejor equipada y motivada para enseñar cultura de lengua extranjera en el aula.
Un profesor en formación confesó su desprecio por la enseñanza de la cultura en lenguas extranjeras a lo largo de su experiencia docente antes de realizar el curso de enseñanza de la cultura en lenguas extranjeras. Ella escribió lo siguiente:
No vi la necesidad de enseñar o integrar la cultura en mis lecciones. Además, al utilizar la serie de libros 'Qué Hay' para mis alumnos, hubo incluso momentos en los que deliberadamente me salté el componente cultural que se encuentra dentro de los capítulos y dirigí mi atención y la de mis alumnos a lo que consideraba que era el aspecto importante de la vida el capítulo/lección.
El comentario antes mencionado apunta a la idea de que, aunque la integración de la cultura en el plan de estudios de una segunda lengua o lengua extranjera se ha vuelto frecuente en los últimos años, particularmente si el curso sigue las directrices actuales para una educación más
Aprendizaje comunicativo de la lengua (Scheu, 1996, p. 36), y a pesar de una extensa investigación sobre el importante vínculo entre cultura y lengua, algunos profesores enseñan la lengua con poca o ninguna atención al aspecto cultural. La afirmación de Tt1 indica que uno de los obstáculos para la integración de la cultura en el aula de lenguas extranjeras es que hay profesores que no ven la enseñanza de la cultura como un aspecto importante de la educación de lenguas extranjeras. Como lo señala Omaggio Hadley (2001), “el estudio de la cultura implica un tiempo que muchos profesores no creen que puedan dedicar en un plan de estudios ya saturado” (p. 346). Quizás se podría entender si los elementos culturales no estuvieran presentes en el libro de texto y el maestro tuviera poco tiempo para prepararse e investigar. En este caso no tuvo que buscar el material. Ella optó por evitar el aspecto cultural.
No hay garantía de que los estudiantes lo lean e incluso si lo hacen, puede que no sea tan significativo como cuando un maestro involucra a la clase en el estudio de ese aspecto particular de la cultura. Aunque Tt1 admitió haber evitado el aspecto cultural en el libro de texto, después de estudiar con sus colegas la importancia de integrar la cultura en el aula de lenguas extranjeras, obtuvo información que cambió su perspectiva sobre la enseñanza de lenguas extranjeras. Esta profesora en formación no sólo se refiere al hecho de que aprendió las herramientas para integrar la cultura de la lengua en el aula de lengua extranjera, sino que, a lo largo de la capacitación, estuvo expuesta al contenido cultural de algunos países hispanos y se ha vuelto más consciente culturalmente. A los docentes en formación se les asignaron aspectos particulares de la cultura de los países de habla hispana y francófona y se les pidió que hicieran presentaciones en clase para beneficio de todos.
Comentaron abiertamente que nunca antes habían oído hablar de algunos de los contenidos culturales que tuvieron que investigar y presentar, como una fiesta llamada la Tomatina o cómo se celebraba el carnaval en España. Sin embargo, es sorprendente que con la llegada de metodologías de enseñanza como el aprendizaje comunicativo de lenguas, algunos profesores de lenguas extranjeras intenten evitar la enseñanza de la cultura y enseñen la lengua sin un fuerte enfoque en el contexto. Sin embargo, esta profesora en formación, como las demás, no asistió a una Escuela de Profesores (CT) antes de su paso por la clase de posgrado, donde muy probablemente habría estado expuesta a alguna capacitación en enseñanza/aprendizaje de cultura de lenguas extranjeras.
Con relación a las exigencias de un plan de estudios saturado (Hadley, 2001) sostiene que cuando se enfrentan a las exigencias de un plan de estudios saturado, los profesores de lenguas extranjeras a veces sienten que no tienen suficiente tiempo y oportunidad para integrar, de manera significativa, la enseñanza de la cultura en sus lecciones. Sienten que deben prestar atención principalmente a los aspectos lingüísticos de la lengua extranjera, con exclusión de las lecciones de cultura, que, suponen, llegarán más tarde o se aprenderán automáticamente mientras se enseñan los elementos gramaticales y lingüísticos de la lengua extranjera idioma. A menudo, esa fecha posterior nunca llega (Hadley, 2001, p. 347). Además de la investigación, un estudio realizado por (Sercu, García y Prieto (2005), destinado a descubrir en qué medida la práctica docente actual refleja enfoques constructivistas, reveló que los profesores no eran capaces de dedicar más tiempo a la enseñanza de la cultura debido a la falta de formación en la integración de la cultura en el aprendizaje de lenguas extranjeras, así como a la falta de tiempo y a la insuficiencia de materiales didácticos adecuados (p. 494).
La mayoría de los docentes exponen a sus estudiantes el efecto de los aspectos de la cultura en sus clases de lengua extranjera durante su permanencia en el aula antes de su formación en cultura de lengua extranjera en el posgrado. Quienes expusieron a sus estudiantes a aspectos de la cultura de la lengua extranjera admitieron que en su mayoría tuvieron que lidiar con la enseñanza de la cultura basada en el conocimiento de un libro ya que, en su mayor parte, no habían experimentado de primera mano lo que estaban tratando de enseñar a los estudiantes.
Al resaltar los obstáculos a la enseñanza de la cultura en el aula de lenguas extranjeras, Omaggio Hadley (2001, p. 347) afirmó que algunos profesores sienten que no tienen suficiente conocimiento sobre la cultura de las personas que hablan la lengua, ni han viajado a países extranjeros experimentar personalmente la cultura del idioma que enseñan. Estos profesores sienten que su relato de aspectos de la cultura es algo superficial. Hace una diferencia en la enseñanza de la cultura de una lengua extranjera cuando un profesor puede hablar desde su experiencia personal sobre la cultura de la lengua extranjera que se está estudiando. Sin embargo, la experiencia de primera mano en un país extranjero no siempre será el caso para muchos profesores no nativos de una lengua extranjera, por lo que tienen que aprender e investigar las herramientas y técnicas disponibles para facilitar el aprendizaje de la cultura de destino por parte de los estudiantes de manera significativa.
La cultura como motivación.
Los profesores no sólo deben estar preparados para enseñar gramática y estructuras, sino que también deben hacerlo de una manera que motive a los estudiantes, y la enseñanza de la cultura junto con la enseñanza de la gramática proporciona el contexto y la motivación. Tt3 afirma que se ha dado cuenta de que cuando los estudiantes ven fotos, ven vídeos y aprenden más sobre las culturas española y francesa, sienten más curiosidad por saber por qué ciertas costumbres son como son. A medida que sus alumnos hacen preguntas y descubren significados, el aprendizaje cultural se convierte en una fuente de motivación al satisfacer su gran curiosidad sobre cómo es la vida en otros lugares Oguz y Bahar (2008) enfatizan la importancia del material auténtico en el aula de lengua extranjera porque este tipo de material motiva intrínsecamente a los estudiantes porque tienen la oportunidad de aprender el idioma y la cultura en un contexto del "mundo real". (p. 331).
Comparaciones entre culturas
no de los puntos clave que los docentes en formación aprendieron y enfatizaron fue el valor de las comparaciones entre la propia cultura y la cultura de destino como una herramienta importante en la enseñanza/aprendizaje de la cultura de una lengua extranjera. El enfoque comparativo en la enseñanza de la cultura de una lengua extranjera no fomenta una evaluación de la cultura de destino en términos de cuál es mejor, pero proporciona a los estudiantes una doble perspectiva al observar su propia cultura y la de la lengua de destino. Tt3 afirma que ha experimentado y visto en sus alumnos una mayor apreciación cuando comprenden el por qué se llevan a cabo prácticas específicas de otras culturas. Ella continúa:
Son capaces de comparar culturas y se dan cuenta de que hay varias formas de hacer las cosas y ninguna es necesariamente superior a la otra. Esta conciencia y comprensión cultural rompe los estereotipos y les abre los ojos a las diversas prácticas de otros grupos sociales y raciales en todo el mundo para que puedan aceptar las diferencias.
Bryam y Planet (2000) han sido citados por muchos estudiosos por decir: “la comparación hace que lo extraño, el otro, sea familiar, y hace que lo familiar, el yo, sea extraño y, por tanto, extraño”, más fácil de reconsiderar” (p.189). A través de esta afirmación sugieren que la enseñanza de la cultura debe comenzar con lo familiar; la propia cultura de los estudiantes. Se debe prestar atención a lo familiar antes de resaltar lo extraño o desconocido en un enfoque monocultural de la enseñanza de lenguas extranjeras. El enfoque monocultural se centra únicamente en la cultura de la lengua extranjera que se estudia. La referencia de Dema y Moeller (2012) a un enfoque centrado en el alumno para la enseñanza de la cultura de una lengua extranjera respalda la idea de Bryam y Planets cuando el primero afirma que se debe permitir a los estudiantes “comenzar con lo que saben (lo familiar) y construir su propia comprensión” de la cultura” (p. 3). Este enfoque fomenta un entorno de aprendizaje rico y atractivo para los estudiantes de lenguas extranjeras.
Un ejemplo de cómo se destaca lo familiar y luego lo extraño es llamar la atención de los estudiantes sobre cómo se saludan los extraños y amigos en el Caribe de habla inglesa en comparación con cómo se hace en otros países. Un apretón de manos se acepta entre adultos en el Caribe cuando se encuentran por primera vez o por los franceses, mientras que un beso en cada mejilla se acepta tanto entre mujeres como entre hombres y mujeres en España, y un apretón de manos entre los hombres; o el hecho de que la gente del Tíbet sacara la lengua. Quizás algunos estudiantes del nivel secundario no se detienen a pensar en cómo se hacen algunas cosas en su propia cultura; A menudo se da por sentado, pero esto debería cambiar ya que vivimos en una comunidad global. Cuando los estudiantes ven los vínculos y las diferencias entre una cultura extranjera y la suya propia, esto puede impulsar el interés y la aceptación de otra cultura.
Al aprender sobre la integración de la enseñanza de la cultura, los profesores en formación afirmaron que son más conscientes de la importancia de la enseñanza de la cultura en sus clases de lengua extranjera. En otras palabras, creen que no basta con enseñar una lengua extranjera desde un punto de vista puramente lingüístico. La integración de la cultura en la enseñanza del idioma ayudará a los estudiantes a desenvolverse mejor en escenarios y contextos del mundo real. La cultura es dinámica y cambia constantemente, por lo que los docentes deben ser adaptables para mantenerse al tanto de los cambios. Los docentes en formación afirman que han aprendido a apreciar las diferencias que existen entre las culturas y que el lenguaje contiene ambigüedades, pero la cultura proporciona una vía a través de la cual explorar y experimentar la realidad.
Los profesores de lengua extranjera siempre deben ser conscientes del hecho de que son profesores tanto de lengua como de cultura. Es posible enseñar aspectos del idioma y omitir o apenas involucrar el componente de conciencia cultural que hace que el idioma cobre vida en el aula. En consecuencia, la supervisión de los profesores puede ayudar a salvaguardar la calidad de la enseñanza y el grado en que se practican las cinco habilidades en la enseñanza de lenguas extranjeras. Los directores, jefes de departamento o supervisores deben garantizar que los profesores de lenguas extranjeras reciban todos los recursos disponibles para sostener la enseñanza de la cultura en las clases y en la comunidad escolar. Los docentes que tal vez no hayan recibido capacitación formal pueden beneficiarse de talleres organizados por el Ministerio de Educación o instituciones terciarias de vez en cuando. Si no hay talleres actuales, hay funcionarios de educación responsables de asuntos extranjeros.
Idiomas que están disponibles como especialistas u organizaciones como la Fundación Hispano-Jamaica, etc. Los estudiantes pueden beneficiarse y motivarse con actividades para la práctica del idioma a nivel de clase o en eventos a nivel escolar como el Día de las Lenguas Modernas, que tiene muchas posibilidades. (exhibición de comida hispana, conciertos de canto, danza y poesía) pueden motivar a los estudiantes a ver las lenguas extranjeras, no sólo como materias a evaluar en los exámenes, sino como las primeras lenguas de personas que tienen comportamientos y formas de vida diferentes y similares.
Hay casos en los que se pasa por alto deliberadamente la enseñanza de la cultura en lugar de lo que se considera los aspectos más importantes de la lengua. Pasar por alto la enseñanza de aspectos de la cultura en esta era de globalización y acceso a recursos tecnológicos puede deberse a varias razones: la falta de comprensión por parte del profesor del importante papel de la cultura en la enseñanza de idiomas y sentimientos de inadecuación debido a la falta de conocimiento sobre aspectos de la cultura, así como no saber cómo integrar la cultura en las lecciones. Por estas razones, la formación en conciencia cultural es importante para la preparación integral del docente a nivel personal y en beneficio de la competencia cultural de sus alumnos.
La formación desde la integración de la cultura en lenguas extranjeras es beneficiosa para aumentar el conocimiento cultural y la conciencia cultural. La cultura como quinta habilidad en la enseñanza de lenguas extranjeras se describe como la vida de la lengua. Los profesores en formación estuvieron expuestos a recursos, estrategias e información que de otro modo no habrían conocido sin formación en la integración de la cultura en lenguas extranjeras.
Un profesor que haya estado expuesto a dicha formación estará mejor posicionado en su enfoque de la enseñanza de la lengua extranjera. Los docentes en formación estaban motivados para adquirir un mayor conocimiento cultural de la(s) lengua(s) extranjera(s) que enseñan y, a su vez, planean motivar a sus estudiantes mediante la enseñanza de la lengua y la cultura. El profesor en formación que evitó enseñar los aspectos culturales del idioma antes de la formación y el que admitió no hacer mucho se han visto motivados a volverse más conscientes culturalmente y motivar a sus estudiantes a hacer lo mismo.
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