La Historia de Cuba como fortaleza del proyecto social cubano

Cuban History as a strength of the Cuban social project

MSc. Bienvenida Addys Sánchez Peñalver . Profesor Asistente, Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Facultad “Calixto García”, La Habana, Cuba.
Correo:addyssp22@gmail.com
ORCID:http://orcid.org/0000-0001-8429-1287

Recibido: enero de 2022              Aprobado: julio de 2022


Resumen

Uno de los inconvenientes del acelerado desarrollo científico y tecnológico lo constituye la amenaza a la identidad cultural de las naciones y como respuesta a tal desafío, en Cuba el estudio de la Historia está considerada una de las fortalezas para la consolidación y continuidad del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista según establecen los documentos aprobados en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba y la Constitución de la República. Los referentes teóricos de esta investigación como resultado de la revisión y valoración de la bibliografía consultada, constituyen el marco teórico conceptual asumidos como los principales presupuestos que fundamentan el trabajo partiendo del análisis de los criterios expuestos por diversos autores acerca de las potencialidades de la Historia de Cuba para la consolidación y continuidad del proyecto social cubano. La investigación ofrece un análisis didáctico y dialéctico de las enseñanza de la Historia de Cuba a partir y caracteriza el estado actual del desempeño profesional para lo cual se parametrizó el objeto de la investigación y se exponen los resultados de los instrumentos aplicados a los docentes. Tiene como objetivo: Fundamentar las potencialidades de la Historia de Cuba para la consolidación y continuidad del proyecto social cubano.

Palabras claves: Historia, fortaleza, desempeño, proyecto social

Abstract

One of the drawbacks of the accelerated scientific and technological development is the threat to the cultural identity of nations and in response to this challenge, in Cuba the study of history is considered one of the strengths for the consolidation and continuity of the Cuban economic and social model of socialist development as established in the documents approved at the Seventh Congress of the Communist Party of Cuba and the Constitution of the Republic. The theoretical referents of this research as a result of the review and evaluation of the bibliography consulted, constitute the conceptual theoretical framework assumed as the main assumptions that support the work based on the analysis of the criteria exposed by different authors about the potentialities of the Cuban History for the consolidation and continuity of the Cuban social project. The research offers a didactic and dialectic analysis of the teaching of Cuban History and characterizes the current state of the professional performance for which the object of the research was parameterized and the results of the instruments applied to teachers are exposed. Its objective is to support the potentialities of Cuban History for the consolidation and continuity of the Cuban social project.

Keywords: History, strength, performance, social project


Introducción

A raíz del contexto internacional actual, la predicción enunciada por Simón Bolívar desde la primera mitad del siglo XIX sobre las verdaderas intenciones de los Estados Unidos de plagar a América de miseria, se hace evidente con la presencia de la globalización neoliberal que si bien emerge con apariencias diferentes, las intenciones continúan siendo las mismas. No solo las huellas dejadas por este flagelo se aprecian en las crisis de las economías, los trastornos políticos o el agravamiento de los problemas sociales, también esta nueva forma de dominación, regula los valores, la cultura y compromete las estructuras identitarias de las naciones latinoamericanas.

Por tal razón, desde los documentos normativos de la vida política del país se establece la necesidad de: "cultivar en la sociedad el conocimiento de nuestra historia, cultura e identidad, y al propio tiempo la capacidad para asumir una posición crítica y descolonizada ante los productos de la industria cultural hegemónica capitalista”. (Partido Comunista de Cuba, 2017)

Por voluntad política del Estado cubano se establece como necesidad el desarrollo de la personalidad integral de los estudiantes desde la Historia Patria en correspondencia con el modelo ideal del ciudadano en; las tradiciones patrióticas, el fortalecimiento de los valores éticos, políticos y los correctos comportamientos ciudadanos que tributen al fortalecimiento de la identidad cultural.

Para su cumplimiento, la Historia de Cuba de manera natural posee las potencialidades indispensables que aseguran el desarrollo integral del sujeto, sin embargo, se requieren para su complimiento; los resultados del diagnóstico de los comportamientos del estudiante y la aplicación de los indicadores necesarios que caracterizan el sistema de valores desde la práctica educativa.

La impartición de la Historia nacional como arma de lucha ideológica demanda la elevación de la calidad de la docencia en correspondencia con los requerimientos de la sociedad contemporánea para el logro de una enseñanza que cultive la sensibilidad, actualice sobre los sucesos relevantes más reciente de la Revolución y convoque a la participación para el desarraigo de algunas prácticas heredadas del pasado, entre ellos, la discriminación racial.

Una de las cuestiones claves para el logro de estos fines lo constituye la profesionalización del docente, tema al cual han dedicado esfuerzos investigadores de las ciencias de la educación. Gimeno, J., 1988; Fernández, A., 1996; Parra, I., 2002; Santiesteban, M., 2002; Añorga, J. y colaboradores, 2005. En tal sentido, los puntos de contactos entre las diversas definiciones permiten entenderla como un proceso formativo de gran relevancia para el profesional de la educación ante los desafíos de la educación en el contexto internacional actual.

La profesionalización del docente especialmente en la contemporaneidad exige de la cultura histórica, martiana y humanista, así como del pensamiento y obra de Fidel Castro para mirar a Cuba desde la interdisciplinaridad, recreada en la utilización de los medios de enseñanza y sustentada en los esquemas lógicos para la comprensión de la relación; Revolución - participación con un nuevo pensamiento.

Método

En la investigación se utilizó el análisis y la síntesis para la revisión y determinación de los elementos fundamentales aportados por la literatura especializada, la inducción y la deducción permitió alcanzar los aspectos esenciales a partir de la búsqueda de las particularidades, lo histórico y lo lógico posibilitó una comprensión del desarrollo histórico del objeto de estudio a través de su lógica de funcionamiento los cuales nos permitió llegar a conclusiones científicas en la investigación y de manera especial la importancia que tiene la enseñanza de la historia en la formación de los profesionales de la ciencias médicas.

Resultados y discusiones

Un aspecto esencial para logro de un proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia acorde a los nuevos tiempos significa que el docente en su desempeño aplique las interrogantes que ofrece la Didáctica: “¿A quién se enseña?, ¿Quién enseña?, ¿Para qué se enseña?, ¿Qué se enseña? ¿Cómo se enseña? ¿Quién aprende?, ¿Con quién aprende el estudiante?, ¿Para qué aprende el estudiante?, ¿Qué aprende el estudiante?, ¿Cómo aprende el estudiante?” (Addine, 2015)

Las exigencias didácticas constituyen premisas imprescindibles para la estimulación del aprendizaje y el pensamiento en correspondencia con cada contenido histórico, permitiendo a su vez, el diseño de actividades para la motivación de la actividad mental en el logro de un aprendizaje significativo que tribute a la formación integral de los estudiantes acorde a los intereses individuales y sociales.

Un análisis lógico de la comprensión de la Historia de Cuba como proceso único y continuo requiere de la demostración de las siguientes líneas rectoras;

Nada enseñará mejor el conocimiento de una revolución que el análisis de la historia de nuestro país, “es necesario que nuestro pueblo conozca su historia, es necesario que los hechos de hoy, los méritos de hoy, los triunfo de hoy, no nos hagan caer en el injusto y criminal olvido de las raíces de nuestra historia” (Castro, 2016)3. La cultura histórica del docente es elemental para la impartición del contenido histórico con pasión y creatividad sustentada en bases científicas que den respuesta a las exigencias de la sociedad en general.

Entonces sobre esa lógica se comprende el desarrollo de los procesos históricos, entre ellos; la formación de la nacionalidad y nación, el ascenso de las manifestaciones de lucha sustentadas en los principios de libertad y justicia contra las formas de dominación impuestas a Cuba, el papel de desempeñado por las masas populares entre las que se destaca la mujer cubana, la historia constitucional, unido a las líneas rectoras enunciadas anteriormente, que constituyen referentes necesarios para la educación de los estudiantes en la memoria y la continuidad históricas.

En correspondencia con la visión del profesor Horacio Díaz Pendás, siempre que el docente cumpla con calidad las exigencias de la asignatura sin llegar a la exageración en la descripción de los hechos históricos, la memorización mecánica de las fechas, el análisis aislado de los procesos, o la sobrestimación del aparato conceptual pedagógico divorciado del conocimiento histórico; está en condiciones de enseñar la Historia con una acertada cultura histórica que contribuya a la asimilación consciente y el desarrollo de habilidades.

Hurgando en las raíces históricas, se aprecian sucesos trascendentales que han de utilizarse para el fortalecimiento de los valores; ejemplo, la responsabilidad de cada generación ante los reveses, entre ellos; la lucha durante 10 años que concluyó con la firma del Pacto de Zanjón, la continuidad de la lucha durante 20 años más para arribar a una Enmienda Platt y después durante toda la República, ver frustradas sus aspiraciones. Pero también enseña cómo de las experiencias legadas por cada fracaso fue posible el triunfo revolucionario el 1ro de enero de 1959.

Sobre los valores, la Dra. Nancy Chacón (2002), centra sus investigaciones en el estudio de la moral y lo define como: la significación social positiva, en contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta, actitud) que con un carácter valorativo-normativo, a nivel de la conciencia moral (social individual) y en forma de principios, normas, representaciones morales, etc., orientan la actitud y conducta del hombre, hacia el Progreso Moral, a la elevación del humanismo, y al perfeccionamiento humano.

Sólo el dominio de los indicadores necesarios que caracterizan el sistema de valores permite la evaluación de los comportamientos del estudiante desde la práctica educativa en que se demuestra cómo de un determinado valor pueden estar presentes actitudes buenas o malas y lo mismo sucede con la conducta, entonces, de acuerdo a los resultados de los diversos comportamientos, el docente cuenta con las herramientas necesarias para el desempeño de su labor profesional.

La impartición de la Historia nacional como arma de lucha ideológica demanda de la cultura histórica del docente, definida como: concreción de la actividad práctica, cognoscitiva, valorativa y comunicativa en relación a la historia, que incluye saberes, realizaciones, valores e ideales, modos de actuación que surgen en el contexto de las relaciones que se establecen entre las clases y grupos sociales condicionados por el devenir histórico – cultural y el desarrollo histórico de la sociedad. (Mendoza, 2009)

La riqueza cultural del docente, la excelencia en la comunicación unida a la formación histórica, traducida en “experiencias concretas de trabajo reflexivo sobre los hechos y valores de la cultura y de la vida”, (Addine F. , 2015)6 se reconocen como obligaciones indispensables de sus funciones profesionales que partiendo de la concepción y metodología de enseñanza de la Historia logre un aprendizaje auténtico, favorezca la participación activa y propicie en los estudiante orgullo de la identidad cultural cubana.

El tratamiento de las personalidades históricas constituye uno de los pilares fundamentales en la formación ideo-política y cultural de los estudiantes y en tal sentido se hace indispensable que el docente desde una concepción humanista, presente a los héroes y mártires tal y como fueron, con desperfectos e integridad, sin caer en exageraciones ni injurias hacia la actuación que mostraron en el contexto que les tocó vivir. “La historia no es cera que se moldea a nuestras manos caprichosas. Ni cabe, en obra severa, fantasear sobre motivo histórico”. (Valdés, 2012)

La evaluación de los comportamientos de los hombres y las mujeres a través de la historia ha de ser aprovechado para la reflexión y la asunción de nuevas experiencias para etapas posteriores del proceso histórico, y asimismo, el análisis de los documentos y la valoración de los acontecimientos permiten a los estudiantes la exposición y defensa de sus puntos de vista en el marco de una cultura del debate como proceso de intercambio de ideas, lo cual exige, saber escuchar y el respeto.

Es evidente que la Historia en su dimensión cognitiva - afectiva favorece el trabajo con las personalidades a través del reconocimiento de los sucesos trascendentales en que participaron y la conducta asumida frente a las problemáticas de cada momento histórico, de manera que potencie el desarrollo de reflexiones desde lo personal ante determinadas situaciones que requieran de su implicación y actuación de manera consciente.

Especialmente el iluminado pensamiento martiano constituye referente imprescindible para la comprensión dialéctica pasado-presente –futuro del proceso de formación de la nacionalidad y nación cubanas hasta la actualidad, en que se hallan los sustentos independentistas, patrióticos, humanistas y revolucionarios que identifican al pueblo cubano en estrecha relación con los acontecimiento ocurridos en Latinoamérica y el mundo.

La forja y continuidad de nuestras tradiciones patrióticas florecen desde la Historia en la medida que el docente realce los grandes acontecimientos ocurridos en Cuba desde su génesis, y de igual manera, logre la actualización de los sucesos más reciente de la Revolución que por su relevancia demandan la inserción en el proceso docente – educativo para la comprensión de su desarrollo único y continuo. Ejemplo de ello, lo constituyen los documentos aprobados en el VII Congreso del Partido y el Informe Central presentado por el compañero Raúl Castro Ruz en el VIII Congreso por constituir valiosas fuentes de necesario estudio.

El esclarecimiento de las reales pretensiones históricas del imperialismo norteamericano a través del análisis de los documentos históricos permite el descubrimiento de los verdaderos intereses económicos, políticos, sociales e ideo-culturales que se esconden desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la actualidad, lo cual revela lo contradictorio de sus argumentos. En este caso el análisis debe dirigirse hacia la potenciación de la dimensión política e ideológica y el fortalecimiento del valor antimperialismo.

En Cuba no es posible el tratamiento del antimperialismo al margen de la obra martiana y el pensamiento estratégico de Fidel Castro donde se hallan claves esenciales para la comprensión de la hostilidad norteamericana y la digna respuesta del pueblo cubano a las injusticias, agresiones e infamias de los gobiernos históricamente, sin embargo, la actitud del pueblo del norteamericano discrepa de los sucesivos como está demostrado. Respecto a la proyección de la Revolución en las relaciones internacionales, “mantiene y fomenta relaciones de amistad con los países que, teniendo un régimen político, social y económico diferente, respetan su soberanía”. (Constitución de la República de Cuba, 2019)

Una clase de Historia con sólida orientación hacia el fortalecimiento de la dimensión conductual permite que el reconocimiento de las hazañas ocurridas desde los tiempos más remotos no solo sean apreciadas como recuerdo de las experiencias concretas de los valores de la cultura de nuestro pueblo sino imitadas por los educandos en los diversos espacios de manera consciente como referentes imprescindibles en su formación ciudadana.

La integración del contenido histórico con razonamiento lógico conduce al reconocimiento de la trascendencia del triunfo de la Revolución Cubana, el significado del socialismo como necesidad y alternativa superior para la solución de los problemas de la humanidad en los principios de independencia nacional y justicia social, que constituyeron los objetivos esenciales de las luchas de nuestro pueblo a lo largo de la historia, primero contra la férrea opresión colonial, posterior a ella, la dominación de los sucesivos gobiernos norteamericanos durante la República neocolonial y en la actualidad las intenciones del imperialismo yanqui se mantienen con la utilización de nuevos mecanismos.

La correcta relación entre la teoría y la práctica desde la Historia de Cuba, exige la profesionalización del docente para el logro de sujetos que apliquen los conocimientos teóricos precedentes en acciones concretas que se correspondan con las nuevas necesidades y sólo se alcanza a partir de la contextualización, entendida como: proceso lógico de desarrollo del profesional que le permita ubicarse en las situaciones concretas de relevancia y actualidad en la asignatura, disciplina, en la sociedad, y que es usada como marco motivacional y conductor temático para la presentación, desarrollo y evaluación de los contenidos, con fines de aprendizaje. (Addine et al., 2015)

Según se establece en la Constitución de la República de Cuba (2019), “la educación promueve el conocimiento de la historia de la nación y desarrolla una alta formación de valores éticos, morales, cívicos y patrióticos”10. El cumplimiento de este postulado que identifica la política educacional, científica y cultural, también responsabiliza a los docentes de las diversas disciplinas al fortalecimiento de la memoria histórica.

El componente axiológico desde la asignatura se aprecia en los incontables ejemplos de la tradición y la cultura del pueblo cubano en el proceso de enriquecimiento de la identidad cultural lo cual favorece la labor del docente en la formación del sistema de valores morales apreciados desde los programas de estudio, sin embargo el éxito en el proceso de formación de cada valor depende del reconocimiento de las particularidades de cada valor y sus modos de actuación.

El análisis interdisciplinario de la Historia nacional adquiere en la actualidad especial trascendencia ante la crisis moral que vive la humanidad, de ahí que los docentes de las diversas disciplinas deben poseer pleno de las asignaturas que imparten para la selección de aquellos contenidos que permitan el análisis y la solución integral a determinadas problemáticas mediante los nodos de articulación interdisciplinarios que contribuyan al fortalecimiento identidad cultural desde lo cognitivo – afectivo, conductual y axiológico. Estamos en presencia de la interdisciplinaridad, “cuando se logra la aplicación, a un mismo objeto práctico de elementos teóricos de diferentes asignaturas” (Añorga, 1995).

A su vez, la correcta utilización de las fuentes del conocimiento permiten que la clase de Historia se convierta en el espacio idóneo para el enriquecimiento de la identidad personal y cultural a través del sistema de medios apreciados en los museos, el aprovechamiento del patrimonio histórico mediante las visitas a los lugares históricos, tarjas y monumentos, las correctas representaciones históricas que brinda el cine, la interacción de los estudiantes con los software educativos y el uso de la tecnología, la informática y las comunicaciones. Todos estos medios de enseñanzas deben aprovecharse para la aplicación de los conocimientos precedentes, el debate y la reflexión.

El análisis del panorama de la cultura, la ciencia y la educación en los distintos períodos históricos constituyen herramientas necesarias para la identificación de la cultura cubana desde tiempos lejanos aunque no es hasta el triunfo revolucionario en que adquiere la connotación de la obra creadora de la Revolución con carácter inclusivo para la apreciación de lo más valioso de la cultura cubana y sus aportes al patrimonio universal.

Para el cumplimiento de la función desarrolladora durante el proceso de enseñanza - aprendizaje se hace imprescindible el adecuado tratamiento de los contenidos históricos y el diseño de estrategias sustentadas en el diagnóstico que permitan la evaluación de los niveles de desarrollo alcanzados mediante la independencia cognoscitiva y la apropiación del contenido de la enseñanza creadoramente. “(…) no hay nada mejor sistema de educación que aquel que prepara al niño a aprender por sí. Asegúrese a cada hombre el ejercicio de sí propio". (Valdés, 2012)

El docente ha de exaltar aquellos contenidos de la asignatura que facilitan la comprensión de la identidad cultural y la significación para el mantenimiento del proyecto social cubano, socialista, democrático, próspero y sostenible; así, como el diseño de tareas independientes que les permita a los estudiantes explicarse lo acontecido en ese ejercicio del pensar histórico hasta alcanzar un estadio superior que le permita la construcción de su propio conocimiento.

Desde otras miradas, diversos especialistas han ofrecido sus consideraciones teóricas, metodológicas y prácticas de cómo el docente puede contribuir a aprendizajes significativos y desarrolladores en los estudiantes, y una de ellas, es a través de los esquemas lógicos, definidos como “representaciones gráficas de los elementos esenciales de interconexión de hechos, procesos, fechas y personajes históricos. Son modelos simbólicos de esas interrelaciones y, como tales, son fuentes de conocimiento”. (Horacio, 2002)

Además de permitir la interdisciplinaridad, la utilización de este medio favorece la independencia cognoscitiva en la medida que los estudiantes desarrollen las habilidades necesarias para el establecimiento de las relaciones o contradicciones de las diversas fuentes de manera asequible y creadora, lo cual conduce a la apropiación gradual de métodos del conocimiento científico en la aprehensión del contenido histórico.

Aun cuando la enseñanza de la Historia de Cuba está insertada en todos los programas de estudio, se requiere el tratamiento de los contenidos de formación cultural relacionados con la profesión, ejemplo; para las Ciencias Médicas han de enaltecerse los elementos que potencian un mayor conocimiento de las tradiciones médicas del sistema de salud cubano y de las normas expresadas en el Código de Ética, así como la génesis y evolución histórica de la medicina cubana desde las prácticas médicas de la antigüedad hasta hoy.

Otra importante fortaleza que emerge desde el propio contenido histórico se halla en la posibilidad de establecer la comparación del funcionamiento del sistema político demostrado durante la República neocolonial y cómo a partir del primero de enero de 1959 fue desarrollado el proceso de institucionalización que permitió la democratización del sistema electoral que permite la participación ciudadana en la celebración de los procesos electorales históricamente y su papel en la toma de decisiones más importantes y estratégicas para cada ciudadano, la familia y el Estado.

A la altura de estos tiempos, la Historia de Cuba ha de fundamentarse en el estudio del pensamiento educacional de Fidel Castro para el desarrollo de la práctica educativa cubana en que la aplicación de sus doctrinas facilitan la comprensión de las esenciales transformaciones educacionales desarrolladas a partir del triunfo de la Revolución y a su vez, constituyen valiosas herramientas para impulsar la solución de los problemas que enfrenta la escuela cubana actual.

Sobre la importancia de la labor del docente, alertamos que, “El desempeño del rol docente ocurre en marcos sociales y sometido a la evaluación social y a la crítica”. (Ibarra, 2005)14 Ahí está el gran reto para los docentes de Historia de Cuba.

Algunas interrogantes del presente siglo para la reflexión desde la Historia de Cuba

¿Qué problemas globales afectan hoy la humanidad?

El agotamiento de los recursos naturales y los efectos negativos de la degradación del medio ambiente, incluidas; la desertificación, la sequía, la degradación de las tierras, la escasez de agua dulce y la pérdida de biodiversidad, aparejadas; al uso indiscriminado de las armas de exterminio en masas, las guerras no convencionales, la violación de los derechos humanos, la escalada de los conflictos, el terrorismo, las crisis humanitarias, el narcotráfico y el robo de cerebros, conforman algunos de los graves problemas que afectan a la humanidad en siglo XXI.

Asimismo, la compleja situación internacional manifestada en la esferas; política, militar, financiera y comercial, sumados los constantes cambios científicos - tecnológicos expresados en las prácticas neoliberales extendidas en todo el planeta al margen de los intereses sociales y el hegemonismo cultural cada vez más creciente, requieren de estrategias internacionales que garanticen la existencia humana sobre bases sostenibles.

¿Cómo visualiza la Organización de las Naciones Unidas el mundo para el año 2030?

Sin embargo para contrarrestar los efectos nocivos de estos males que han sido agudizados por la globalización neoliberal, las Naciones Unidas desde su Asamblea General presentan “La Agenda 2030” para la transformación del mundo cimentada en el desarrollo sostenible, entendido como el pleno desarrollo del potencial humano basado en el respeto de los derechos y la dignidad de las personas, la justicia, la no discriminación, la igualdad entre los géneros y la diversidad cultural.

A consideración de la ONU la visión de futuro también concibe entre sus metas; la existencia de un mundo en que las formas de vida de los hombres y las mujeres puedan prosperar sin temor a la violencia, la alfabetización universal a través de la educación de calidad en todos los niveles, la atención sanitaria y la protección social, el empleo, en particular entre los jóvenes, la reducción de la mortalidad neonatal, infantil y materna poniendo fin a todas las muertes prevenibles.

De igual modo, enfatiza en la necesaria aceleración del ritmo en los progresos en la lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis, la hepatitis, y otras enfermedades transmisibles y epidémicas, y en la búsqueda del desarrollo sostenible de aquí a 2030, responsabiliza a cada Estado, considerando siempre la atención especial que merecen los países más vulnerables y en particular los africanos.

¿Cómo ha respondido Cuba a “La Agenda 2030” de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible?

“Promover un desarrollo sostenible que asegure la prosperidad individual y colectiva, y obtener mayores niveles de equidad y justicia social, así como preservar y multiplicar los logros alcanzados por la Revolución”, (Constitución de la República de Cuba., 2019) constituyen los principios básicos decretados por la voluntad política del Estado cubano en política exterior.

El análisis, procesamiento y valoración de los acontecimientos internacionales trascendentales ocurridos en cada período y su relación con la Nación en su decurso, permiten ser apreciados con nitidez desde la Historia y nuevamente desde la Constitución de la República queda determinada la disposición de Cuba en la concertación de tratados o pactos en condiciones de igualdad que respeten la soberanía e integridad territorial y contribuyan al bienestar.

Por tanto, la aprobación en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba de las Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030: Visión de Cuba 2030 responde a la “La Agenda 2030” de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible. La estrategia de Cuba, se concreta en el diseño de enfoques de desarrollo para el enfrentamiento y soluciones a las dificultades en los ámbitos; políticos, ideológicos, éticos, morales, sociales, institucionales, demográficos, económicos, culturales, tecnológicos, y medioambientales. Por ello, la visión de la Nación que se desea alcanzar hasta el 2030 se define como: “Cuba; soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible”.

¿Por qué Cuba es humanidad?

Entre otras razones, la respuesta se halla en los principios en que se sustenta la política exterior de la Nación y en el concepto Revolución dado por el Comandante en Jefe el primero de mayo de 2000; el internacionalismo y la solidaridad con los pueblos necesitados del mundo independientemente de su nivel de desarrollo como lo ha demostrado siempre. Por sólo citar un ejemplo, la labor desempeñada por los cubanos en el enfrentamiento la Covid 19 en todos los rincones del mundo.

Conclusiones

1. El estudio de los referentes teóricos acerca de las potencialidades de la enseñanza de la Historia de Cuba permitió corroborar su significado como arma de lucha ideológica para la consolidación y continuidad del proyecto social cubano.
2. El proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia nacional por esencia contribuye al desarrollo de valores éticos, morales, cívicos, patrióticos y correctos comportamientos ciudadanos y dan respuesta a las necesidades sociales según establecen; los documentos aprobados en el VII Congreso del Partido Comunista, la Constitución de la República y la Política Educacional cubanos.
3. La profesionalización es requisito indispensable para desarrollo del desempeño profesional del docente con calidad en el logro de un aprendizaje activo, reflexivo y actualizado que permita la comprensión de la Historia como proceso único y continuo a través de la participación de los educandos como sujetos continuadores de la obra revolucionaria.

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