Eleodoro Morales Chicana. Universidad César Vallejo. Perú.
Correo electrónico: moraleschicana1972@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2480-0921

Víctor Artemio Oyarce-Mariñas. Unidad de Gestión Educativa Local Bongará -Perú
Correo electrónico: varom_0703@hotmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5391-5795

Fiorela Anaí Fernández Otoya. Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
Correo electrónico: ffernandez@usat.edu.pe
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0971-335X

Introducción

La evaluación del aprendizaje debe generar oportunidades para que los estudiantes protagonicen y juzguen su aprendizaje y se empoderen de sus logros (Bell y Brooks, 2017). La retroalimentación es una de las estrategias más efectivas e inmediatas en la evaluación y progreso del aprendizaje (Quezada, y Salinas, 2021) porque permite que el docente conduzca a sus estudiantes a obtener, de manera autónoma, información imperceptible de cómo optimizar su desempeño futuro y sus estrategias de aprendizaje (Ryan y Henderson, 2017) conllevándole a aprendizajes significativos y profundos.

No obstante, a nivel mundial, existe la necesidad de modificar las prácticas de retroalimentación (Ryan y Henderson, 2017), dado que algunos docentes durante su desarrollo no propician espacios de diálogo, respeto y confianza pertinentes para generar la reflexión, autonomía y autorregulación en sus estudiantes (Casa-Coila et al., 2022).

Asimismo, muchos docentes de Latinoamérica, ven a la retroalimentación como un proceso de corrección, identificación de errores y calificación de evidencias de los estudiantes, sin ayudarlos a que comprendan qué y cómo mejorar (Anijovich, 2019), haciendo que ésta no cumpla su fin (O’ Donovan et al., 2016) porque no se lleva a cabo de manera adecuada y oportuna, teniendo como resultado los más bajos índices educativos a escala mundial (Luna et al., 2022).

Brindar retroalimentación habitual y continua es importante porque mejora el aprendizaje, promueve el desarrollo del pensamiento crítico-reflexivo y permite identificar fortalezas y oportunidades en el estudiante para involucrarlo en su proceso de aprendizaje y lograr los propósitos de aprendizaje preestablecidos (Bell y Brooks, 2017).

En función de una actualización del objeto de investigación, se consideró necesario identificar los artículos que se han publicado acerca del tema.  En ese sentido, la revisión, tuvo como objetivo revelar los principales aportes de las investigaciones publicadas durante los años 2013 – 2022, relativas a la retroalimentación en el proceso de enseñanza aprendizaje y su percepción como estrategia para introducir mejoras.

Materiales y métodos

El estudio responde al paradigma interpretativo, enfoque cualitativo, tipo revisión bibliográfica y de diseño documental, compuesta por una muestra de 20 documentos en texto completo sobre la retroalimentación y el aprendizaje, escritos en inglés y español, indexados a las bases de datos de Scielo, El Sevier y Scopus.

Análisis de las técnicas de recolección de datos

La recolección de los datos se ejecutó en tres fases:

Fase I. Determinación del tema. Para la búsqueda de información se seleccionaron las palabras clave y sus equivalencias en inglés, las cuales fueron definidas con exactitud usando un tesauro en español y para luego ser traducidas al inglés.

Fase II. Elaboración del mapa estratégico de la búsqueda. Se seleccionaron las bases de datos donde se buscaron artículos con las palabras clave, sus sinónimos y las combinaciones lógicas obtenidas en la Fase I. Seguidamente, se buscaron los descriptores que se corresponden con esas palabras clave y traducidas al inglés. A continuación, se elaboraron las cadenas de búsqueda considerando las opciones de búsqueda avanzada de los operadores booleanos “AND”, “OR” y “AND NOT”.

Fase III. Ejecución de la búsqueda. Se llevó a cabo la búsqueda en las bases de datos Scielo, El Sevier y Scopus.

Procedimiento de investigación de la literatura: Se definieron los términos de búsqueda en español y su equivalente en inglés, tal como se presenta en la Tabla 1.

Tabla 1- Palabras clave utilizadas en la investigación

Nota. Datos extraídos propios de los autores.

Luego, se seleccionaron y analizaron documentos electrónicos procedentes de las bases de datos de Scielo, El Sevier y Scopus considerando como criterios de inclusión: Artículos completos, escritos en inglés y español indexados a bases de datos de relevancia científica, de acceso abierto documentos no mayores a 10 años de antigüedad; y como criterios de exclusión tesis, ponencias o conferencias.

Instrumentos y procedimientos: El instrumento utilizado para recoger información fue la ficha de recolección en Microsoft Excel, elaborada por Halabi-Echeverry (2019). La información fue recolectada según el siguiente procedimiento: se elaboraron las cadenas de búsqueda que enlazan las palabras clave, se aplicaron filtros considerando los criterios de inclusión y exclusión, se realizó una descripción de los resultados (referencia, base de datos, procedencia, objetivo, conclusión y aporte) y se discutieron los resultados.

Al digitalizar los términos seleccionados, los buscadores arrojaron 84,975 documentos. Se procedió a determinar la validez de las publicaciones después de aplicar los diferentes filtros de selección. En total, se analizaron 30 documentos relacionados con la retroalimentación, de los cuales se incluyeron en la muestra 8 documentos para ser evaluados de manera detallada, por su coherencia y especificidad con el estudio.

Resultados  

La Educación Superior requiere de la incorporación de elementos que articulen las funciones básicas de la Universidad, que aporten en la formación profesional a través de procesos investigativos, mediante un marco regulatorio de las actividades científicas Flores R. Y. y García, M. (2022). Por consiguiente, estudios como este contribuyen a tales fines en función del perfeccionamiento educativo y el desarrollo de análisis imprescindibles para las proyecciones futuras.

En la revisión realizada, se encontraron los artículos que se reseñan en la tabla 2, precisando datos de importancia, a la vez que se ilustran las conclusiones más significativas y se destacan los principales aportes, conforme al estudio que se desarrolla.

Tabla 2- Artículos seleccionados

Si bien no es posible afirmar que son los únicos artículos acerca del tema, sí se pudiera considerar que revelan un interés hacia su análisis, definición e importancia. De igual modo, se infiere que ya los investigadores de países como Perú, México, Chile y Ecuador, en América Latina, encaminan sus pasos a una transformación en este sentido, entre los cuales aún no se encuentra Cuba representada, al menos en contribuciones publicadas en las bases de datos citadas y consultadas por este estudio. Este aspecto es significativo, si se reconoce la calidad de este proceso en este país y que actualmente se encuentra inmersa en un profundo perfeccionamiento educativo.

En síntesis, los 8 artículos publicados en las fuentes de rigor científico referidas, durante los años 2013 a 2022, en su mayoría fueron publicados en el año 2021 (4), del resto, uno en cada año: 2013, 2017 y 2022. Las limitaciones de la revisión se derivan de la escueta muestra de artículos seleccionados para su análisis, ya que existe una gran cantidad y variedad de experiencias asociadas a las diversas disciplinas.

Discusión

Desde la responsabilidad otorgada a los docentes es necesario redireccionar las acciones formativas orientadas a impulsar la competitividad y el futuro deseable de los estudiantes. Fernández, F.A et.al (2022). En ese sentido, es posible asumir aspectos de estos estudios que permiten un acercamiento al tratamiento conceptual y sustentan la importancia de la retroalimentación en el aprendizaje desde diferentes perspectivas, las que se analizan a continuación, a partir de la triangulación y la contrastación.

Concepto retroalimentación

La revisión de la literatura referida indica que en los últimos 10 años el concepto de retroalimentación ha cambiado.

En torno a su definición, Vives-Varela y Varela-Ruiz (2013) la declaran como una práctica docente que guía y promueve el desarrollo potencial del estudiante. En este proceso docentes y estudiantes trabajan colectivamente para mejorar sus competencias, considerando lo que saben, lo que hacen y la manara como actúan en su formación.

Desde la perspectiva de Quezada y Salinas (2021) existen tres momentos conceptuales, como producto, acto dialógico, y como acción sostenible.

• El primer momento hace referencia a la conceptualización tradicional de retroalimentación que es definida como producto centrado en las capacidades del docente, considerando al estudiante un participante pasivo del que se espera una respuesta conductual afín con lo que oye.


• El segundo momento, se refiere a los actos de diálogo y negociación entre docentes y estudiantes para orientarlos sobre la producción requerida, de cómo se evaluará el trabajo basado en criterios.


• El tercer momento es una acción sostenible que se refiere a la interacción y al diálogo como un apoyo al estudiante en las tareas que realiza, donde al mismo tiempo autorregula su capacidad para tareas futuras.

Por su parte, Espinoza (2021) la define como un proceso basado en la información que brinda la evaluación de la tarea o actividad, caracterizado por la reflexión crítica y constructiva sobre el desempeño de éste y como contribución a la mejoría de los resultados a través del fomento de sus habilidades estratégicas de aprendizaje.

En esta misma línea, González-Fernández y Gambetta-Tessini (2021) lo definen como un proceso interactivo entre docente-estudiante que dialogan y negocian para buscar la comprensión compartida de un desempeño y alcanzar las metas y desarrollar nuevas oportunidades de retroalimentación

Para Huayhua et al. (2021) consiste en comunicar asertivamente el desempeño del estudiante sobre las metas de aprendizaje, de esta manera le permitirá reducir la brecha entre lo comprendido y lo que le falta aún por comprender, es decir, debe entenderse como andamiaje que proporciona información para disminuir la brecha existente entre los niveles de desempeño actual y el deseado y conocer el momento apropiado que le permita comprender sus errores para superarlos y mejore su desempeño.

Según Muñoz (2020) se trata de la información transmitida al estudiante sobre el desempeño de este respecto a las metas de aprendizaje orientado a mejorar los aprendizajes, consiste en la redirección y reorientación de las acciones del docente para el logro de los objetivos de aprendizaje de los estudiantes.

Desde la perspectiva de cada autor existen diferentes definiciones de retroalimentación, pero a su vez éstas presentan elementos comunes como información, cambio, reflexión, criticidad, metas, autogestión y autonomía, que hacen de la retroalimentación como un proceso de interacción docente-estudiante que proporciona información para disminuir la brecha existente entre los niveles de desempeño actual y el deseado y valora los desempeños de los estudiantes a través de la reflexión crítica y constructiva y la formulación de preguntas y repreguntas para verificar si el estudiante comprende la explicación y está asimilando los conocimientos. Mediante esta dinámica el docente puede aclarar dudas y dar pautas que ayuden al estudiante a comprender

En torno a la terminología que clasifica la retroalimentación, los aportes son variados. Entre los tipos de retroalimentación se pueden mencionar: la retroalimentación positiva, que resalta lo que se ha realizado acertadamente; negativa, da a conocer los aspectos que no se han logrado y bipolar cuando además de lo bueno y malo se motiva a mejorar; la última es la más recomendada (Cedeño & Moya, 2019).

En el estudio se advierte que, si bien Quezada y Salinas (2021) describen la retroalimentación sostenible, Díaz López (2018), en su estudio cualitativo desarrollado con la técnica de los grupos focales, se refiere a la retroalimentación exitosa. En la primera, como en la segunda, el estudiante se convierte en un aprendiz independiente, que aprendió del docente pero que no depende de él para hacerlo. Se caracteriza por la capacidad de autorregulación que junto al diálogo que generan procesos metacognitivos para mejorar la tarea actual y satisfacer las necesidades de aprendizaje futuro.

No obstante, en otros estudios consultados la acuñan como efectiva cuando propicia procesos de reflexión, en pos de sus propósitos formativos, de la autocorrección y la autorregulación. Al mismo tiempo, se reconocen los efectos introspectivos en las formas de evaluación y en los ajustes propios del desempeño académico y actitudinal del aprendiz. (Valdivia S., 2014).

En ese sentido, Canabal, C., & Margalef, L.  (2017), valoran la importancia de lo afectivo en la retroalimentación. Apuntan hacia la atención a las cualidades, habilidades y actitudes, el abordaje del proceso y las competencias de manera que se promuevan procesos de evaluación globales, complejos y auténticos, y por tanto, aprendizajes profundos, relevantes y no meramente estratégicos.

Importancia de la retroalimentación

Un elemento significativo que se clarifica en el estudio, a partir del análisis de los artículos seleccionados de las bases de datos citadas es la coincidencia al abordar la retroalimentación en visión prácticamente sistémica con la evaluación, aspecto de importancia aun cuando no constituye el centro del que se realiza. Así se justifica que, en ocasiones, el análisis de los artículos no aporte suficientes ejemplares para ser representativo, si, entre los marcadores o palabras clave para la búsqueda en repositorios y bases de datos indexadas, no se incluye el término evaluación.

Un ejemplo de ello es el que muestra la relación título-objetivo-contenido del artículo de San Andrés Soledispa et al. (2021) que pretende analizar la retroalimentación como estrategia para mejorar el proceso de aprendizaje de los estudiantes de educación básica superior y centra su atención en ella como componente esencial de la evaluación.

Crear una cultura de retroalimentación basada en una relación de confianza docente-estudiante potencia los entornos de aprendizaje. La retroalimentación es importante porque contribuye a reducir la distancia que existe entre el nivel actual de conocimientos y el nivel al que se aspira (González-Fernández y Gambetta-Tessini, 2021), toda vez que permite restructurar los conocimientos y prepara las estructuras cognitivas de los estudiantes para la aprehensión significativa de nuevos saberes, habilidades y actitudes (Espinoza, 2021). Asimismo, promueve habilidades que conducen a la constante superación y reflexión en el desempeño (Vives-Varela y Varela-Ruiz, 2013).

Permite, además, que los estudiantes obtengan información valiosa sobre cómo pueden mejorar su rendimiento futuro y sus estrategias de aprendizaje (Ryan y Henderson, 2017). También modifica sus formas de pensar, el comportamiento, la participación activa, aumenta la autoestima a partir de la motivación en el diálogo de respeto entre docente y estudiante, promueve la metacognición, fundamentalmente porque existe la brecha entre las evidencias de aprendizaje y los criterios de evaluación en el desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje (Casa-Coila et al., 2022). Además, desarrolla buenas prácticas pedagógicas en educación, al guiar y reforzar el logro de los aprendizajes en los estudiantes (González-Fernández y Gambetta-Tessini 2021).

La retroalimentación fomenta la autonomía de los estudiantes mediante la motivación para el logro de aprendizajes, la evaluación formativa, asimismo, ayuda a los estudiantes a lograr reducir el impacto de ansiedad a los resultados y a mejorar los niveles de comprensión (Casa-Coila et al., 2022).

Con respecto a la importancia de la retroalimentación, se destaca el estudio de Díaz López (2018) porque ofrece valiosos resultados acerca a las percepciones, las actitudes, las experiencias y las expectativas que emergen del proceso. Es significativo que la autora acota que el impacto de la retroalimentación en los procesos evaluativos, descansa en su congruencia con la contextualización del pensamiento pedagógico y las aspiraciones, aspectos con los que se coincide.

En ese sentido, se valora la importancia para el estudio que se realiza, de sus aportes acerca de subcategorías que emergieron de su investigación, las cuales, como hallazgos esenciales, enriquecen toda orientación del objeto por la parte subjetiva. Estos elementos novedosos no se apreciaron en la revisión documental inicial, sin embargo, constituyen una nueva mirada de incuestionable valor.

En este sentido, se destacan las categorías y subcategorías siguientes:

• Categoría 1. Comprensión del estudiante respecto de la función formativa de la evaluación

Subcategorías: Interdisciplinariedad, Experticia de los docentes y Automotivación

• Categoría 2: Empoderamiento de los estudiantes frente al proceso de evaluación formativa

Subcategorías: Relación profesor-estudiante, Participación del estudiante en la construcción de los criterios de evaluación y Autoevaluación y coevaluación

• Categoría 3: Manejo de conflictos derivados de la evaluación

Subcategorías: Reducción de los espacios y tiempos de encuentro entre docente y estudiante y Retroalimentación exitosa

• Categoría 4: Sugerencias para mejorar los procesos de evaluación desde la perspectiva del estudiante

Subcategorías: Idoneidad del docente ante el proceso evaluativo, Viabilidad de este tipo de evaluación, Trascendencia de la retroalimentación asertiva y Nivel de autorregulación.

Proceso de retroalimentación

El proceso de retroalimentación consiste en formular preguntas y repreguntas para ayudar al estudiante a que comprenda cómo es su forma de aprender, valorar sus procesos y resultados, autorregulando su aprendizaje. Desde el punto de vista del estudiante al retroalimentar no solo aprende contenidos, también comprende qué y cómo mejorar, explicando las estrategias que le ayudan a aprender, usando adecuadamente una variedad de instrumentos que le favorecen a mejorar el aprendizaje, esto le conlleva a asumir responsabilidades y convertirse en autónomo (Quiñones et al., 2021).

Durante el proceso de retroalimentación los roles del docente y estudiante son fundamentales orientan la ejecución de actividades pedagógicas hacia un andamiaje cognitivo para que el estudiante logre los propósitos de aprendizaje dependiendo como interactúe y aborde, además permitirá el desarrollo integral del estudiante, mientras que el maestro reflexiona redirigiendo u orientando las acciones de su práctica pedagógica.

Los docentes deben contar con un contenido disciplinar que sustenten sus bases teóricas con dominio de las estrategias de retroalimentación para poder analizar la información recogida, emitir juicios de valor y registrar la información de manera objetiva. Además, es necesario el apoyo de los padres en este proceso (Huayhua et al., 2021).

Según la revisión de literatura, las actividades que pueden fomentar se orientan hacia un andamiaje cognitivo, participación de diversos actores como fuentes de información, uso de pautas o formularios de retroalimentación y reelaboración de las tareas (Quezada y Salinas, 2021). Entonces la retroalimentación debe ser permanente y oportuna a partir de las evidencias presentadas por los estudiantes, de la modificación de prácticas de enseñanza para hacerlas más efectivas y eficientes lograr aprendizajes significativos.

Propuestas para mejorar la retroalimentación en el aprendizaje

Quezada y Salinas (2021) propusieron un modelo de retroalimentación del aprendizaje enmarcado en el diálogo, donde el estudiante recoge información sobre su desempeño para traducirlas en estrategias de autorregulación y mejora continua, fomentando su capacidad de autorregulación que le permite ser un aprendiz autónomo y el docente ser un mediador.

Huayhua et al. (2021) basaron su propuesta en los estudios de Anijovich (2019) para proponer cinco estrategias para desarrollar la retroalimentación:

1. Brindar preguntas, desarrolla habilidades metacognitivas sobre su aprendizaje.


2. Describir el trabajo del estudiante, es como devolver en espejo lo que este realizó.


3. Valorar los avances y logros, para que reconozcan en qué medida y cómo lo logra.


4. Brindar sugerencias, reduce la brecha entre él punto en que se encuentra y la meta.


5. Brindar andamiaje, el docente orienta, ayuda, acompaña al estudiante hasta que logre los propósitos de aprendizaje.

Por otro lado, Daniel Wilson (como se citó en Muñoz, 2020) presenta la escalera de la retroalimentación como una de las herramientas que debe ser usada al realizar una retroalimentación precisando 4 estrategias:

1. Clarificar, el docente formula preguntas para aclarar una idea permite entender mejor algunos puntos.


2. Valorar, se rescata las fortalezas y aspectos positivos.


3. Expresar inquietudes evitando hacer criticas agresivas sino preguntas dirigidas a buscar nuevas soluciones


4. Sugerir, el docente brinda recomendaciones específicas y concretas para mejorar el trabajo y alcanzar el nivel de desarrollo potencial.

Ambas propuestas son esenciales para poner en práctica la retroalimentación como estrategia del desarrollo del aprendizaje porque permiten que los estudiantes desarrollen su autonomía y confianza a partir del diálogo reflexivo con el docente quien ha reflexionado sobre la toma de decisiones para mejorar su desempeño y atender de manera más efectiva a los estudiantes que presentaran dificultades

En este sentido, se significa el estudio de San Andrés Soledispa et al. (2021) al destacarle como estrategia para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y acotar que: “La retroalimentación es un elemento efectivo dentro del proceso de enseñanza -aprendizaje como reemplazo a las críticas destructivas, que desmotivan a los aprendices, debe de ser tomada como un aspecto formativo para lograr una educación integral en los estudiantes.” (p. 10)

En síntesis, es posible concluir en que:

La revisión de literatura realizada revela el predominio de una mirada sistémica entre la retroalimentación y la evaluación que les conceptualiza, indistintamente con frecuencia, aunque es evidente que, en esos casos la primera es un componente imprescindible para el cumplimiento de las funciones inherentes a la segunda.

El análisis de las publicaciones y el contraste desde la triangulación de las fuentes de información permitió comprender el concepto de retroalimentación para el aprendizaje como un proceso de interacción docente-estudiante que proporciona información para disminuir la brecha existente entre los niveles de desempeño actual y el deseado y valorar el desempeños de los estudiantes a través de la reflexión crítica y constructiva, la formulación de preguntas y repreguntas, así como verificar la comprensión y asimilación de la explicación y de los conocimientos, con una perspectiva subjetiva cuyas implicaciones en el proceso no deben desestimarse.

El estudio revela la necesidad de investigar la retroalimentación con un enfoque disciplinar, es decir, desde los diferentes campos disciplinares.

Referencias bibliográficas