Varona

No.77 Mayo-Agosto, 2023.    ISSN: 1992-82

La formación y evolución de la identidad cultural cubana y el desempeño profesional pedagógico

The formation and evolution of the Cuban cultural identity and the pedagogical professional performance

MSc. Diana Magaly Huepa Mosquera. Docente. Universidad del Tolima. Ibagué. Tolima. Colombia
Correo electrónico: dianamhuepa@hotmail.com
ORCID: http://orcid.org/0000-0002-9432-8693

Dr. C. María de los Ángeles Sánchez Franco. Profesora Titular. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona. La Habana. Cuba
Correo electrónico: mariadelosasf@ucpejv.edu.cu
ORCID:http://orcid.org/0000-0002-4441-901x

MSc. Bienvenida Addys Sánchez Peñalver. Profesor Asistente, Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Facultad Calixto García, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: addyssp@gmail.com
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-8429-1287


RESUMEN

Uno de los fenómenos más complejos del mundo contemporáneo lo constituye el desarrollo acelerado de la globalización neoliberal manifestado en todos los ámbitos del acontecer económico, político, social, científico, y especialmente desde lo cultural. Las vertiginosas consecuencias se aprecian en la fuerte amenaza a las identidades culturales y la vulnerabilidad de los valores del ser humano, desafíos que requieren el mejoramiento del desempeño profesional de los docentes en relación al proceso de formación y evolución de la identidad cultural cubana. El trabajo tiene como objetivo: Fundamentar el proceso de formación y evolución de la identidad cultural cubana para el desempeño del profesional de la educación. Se utilizaron métodos como análisis y la síntesis para la revisión y determinación de los elementos fundamentales, el método histórico-lógico y la sistematización, así como la inducción y la deducción. Se ofrece un panorama del proceso de formación y evolución de la identidad cultural cubana desde su génesis a la actualidad.

Palabras clave: valores, cultura, humanismo

ABSTRACT

One of the most complex phenomena in the contemporary world constitutes it the quick development of the neoliberal globalization manifested in all the environments of happening economic, political, social, scientific, and especially from the cultural thing the vertiginous consequences are appreciated in the strong threat to the cultural identities and the vulnerability of the human being's values, challenges that require the improvement of the professional acting of the educational ones in relation to the formation process and evolution of the Cuban cultural identity. The investigation has as objective: To base the formation process and evolution of the identity Cuban culture. It was used methods like analysis and the synthesis for the revision and determination of the fundamental elements, the historical-logical method and the systematizing, as well as the induction and the deduction. He/she offers a panorama of the formation process and evolution of the identity Cuban culture from their genesis to the present time. The formation process, favors to the integral formation of the personality, because it impacts so much in the aspect cognitive, as the affective one, contributing to the formation of the aesthetic conscience since he/she goes fundamentally to wake up emotions and feelings in the human beings.

Keywords: value, culture, humanism


Introducción

Tras la conformación de la nueva sociedad en la Isla, se produjo un proceso de trasformación cultural que permitió el reconocimiento de lo propio y al mismo tiempo diferenciado de los otros.

La apreciación de las primeras expresiones artísticas, la aparición de nuevas formas de lucha sociales y la creación de instituciones culturales y económicas, constituyen expresiones del sentimiento de la patria de los criollos como respuestas a la exacerbación de las contradicciones entre la colonia y la metrópoli, asimismo, se destacan prominentes personalidades quienes hicieron valiosas contribuciones al proceso de integración sociocultural en la formación de un pensamiento revolucionario sustentado en la independencia absoluta y abolición de la esclavitud.

Es de vital importancia que el docente en formación tome en consideración la necesidad de asumir la percepción consciente de la identidad nacional, en el ámbito de su sistema de valores, para su preparación en el rol de maestro. Qué mejor espacio para el afianzamiento de esta identidad tan necesaria en momentos en que el arte foráneo, mercantilista y en especial la música han ido imperando en el gusto de nuestra juventud que, sin absolutizar, desconoce la historia musical de su nación y su repercusión en el plano internacional desde la década del 20 del propio siglo XX hasta nuestros días.

Es importante considerar los juicios que se debaten en el plano de la identidad nacional, viéndola   como un sentimiento, una actitud susceptible de transformarse a partir de cómo lo percibe el sujeto que lo asume, el cual está insertado en un contexto social – histórico concreto. La psicóloga Carolina de la Torre (2023) afirma que existen diferentes individuos que no se percatan de su identidad, de su pertenencia a una colectividad hasta que las circunstancias lo obligan. 

En Cuba la identidad nacional es un factor que cohesiona la unidad, en la cual la cultura entre otros factores ha sido un vínculo de expresión. El valor de identidad nacional en nuestro país y en su sistema de valores es la significación social positiva que tiene que vivir y defender las ideas de nuestro proyecto social (Díaz-Canel,2023; García, Y. y otros; 2022 y Noblet, V y López, Y, 2023). Este valor necesario e imprescindible en la formación de un profesor es primordial revelarlo en su práctica diaria, en todo momento de su proceso docente educativo en genuina interrelación con las acciones pedagógicas encaminadas a la educación de la personalidad con un enfoque profesional pedagógico.

Su proyección en la identidad cultural, constituye un tema de necesaria referencia pues de ella depende la existencia de los pueblos, especialmente por el flagelo de la globalización neoliberal que afronta la humanidad (Rodríguez, MF, 2021; Mendoza, 2022). Este valor en la cultura cubana y su significación, es esfera de importancia medular en la vida social cubana actual, por la responsabilidad que entraña la formación de la personalidad de niños, adolescentes y jóvenes. En ese sentido, la Educación, reclama un sistemático y permanente perfeccionamiento en la formación de los docentes para alcanzar las aspiraciones del modelo social cubano, conjuntamente con la formación de valores, actitudes y normas de comportamiento en correspondencia con el contexto socio-histórico-cultural (Ramos, 2020; Expósito, y Marsollier, 2022).

Las enseñanzas aportadas por el pensamiento revolucionario precedente, vivieron durante la República neocolonial mediante los empeños del aguerrido pueblo cubano en defensa de la Nación, lo cual queda demostrado a través de las diversas manifestaciones de lucha organizadas en los objetivos de independencia absoluta y justicia social bajo el liderazgo de sus máximos exponentes. A luz de la década de los años cincuenta surge una nueva vanguardia revolucionaria que expresó el desacuerdo con el golpe de estado perpetrado por el dictador Fulgencio Batista mediante el diseño de una estrategia revolucionaria que condujo al triunfo definitivo.

A partir del primero de enero de 1959, se inició en el país un proceso de grandes transformaciones económicas encaminadas a recuperar el patrimonio cultural y al fortalecimiento de la identidad cultural cubana, “Nosotros no queremos ser otra cosa, nosotros no queremos ser yanquis, nosotros queremos ser lo que somos, y cubanos, latinoamericanos e internacionalistas. Queremos hablar español, queremos nuestra hermosa cultura, y nuestras costumbres”. (Castro, 2016 p.33). Se expresa la lealtad y la conciencia de identidad que distingue al pueblo cubano a partir de un modelo endógeno de desarrollo sustentable y auténtico en sus expresiones con un basamento humanista, dispuesto a defender lo propio.

El presente siglo mantiene inalterables los principios enarbolados desde la Revolución en el poder con la finalidad de fortalecer la identidad cultural para el mantenimiento del proyecto social cubano, socialista, democrático, próspero y sostenible. En este sentido, y por la extraordinaria importancia del tema, el trabajo tiene como objetivo: Fundamentar el proceso de formación y evolución de la identidad cultura cubana para el desempeño del profesional de la educación

Materiales y métodos

La investigación se desarrolla como parte de la formación doctoral y centra su atención en la sistematización de los estudios acerca de la identidad cultural, a partir del contraste de fuentes que la abordan en torno a la nacionalidad cubana, en el contexto de la trascendencia histórica que le sustenta a lo largo de sus etapas. Las fuentes de información se enmarcan en las aristas de la identidad cultural y la diversidad que distingue al cubano. En la investigación se utilizó el análisis y la síntesis para la revisión y determinación de los elementos fundamentales aportados por la literatura especializada, el empleo del método histórico-lógico y la sistematización, los que favorecieron la comprensión del  desarrollo histórico del objeto de estudio, así como la inducción y la deducción permitió alcanzar los aspectos esenciales a partir de la búsqueda de las particularidades, posibilitando el arribo a conclusiones científicas  en la investigación acerca del proceso de formación y evolución de la identidad cultural cubana.

Resultados

El estudio permitió obtener resultados de extraordinaria importancia en torno a la:

Discusión

La base de la formación cultural integral del hombre nuevo en Cuba ( es decir, del sistema de conocimientos, valores y orientaciones que norman su conducta en todas las esferas de la actividad social) se encuentra en la herencia pedagógica y cultural, especialmente legada por el siglo XIX cubano, cuya singularidad radica en el perfil democrático y popular presente en sus representantes cimeros: José María Heredia, Rafael María de Mendive, José Martí, Carlos Manuel de Céspedes, José Antonio Saco y Enrique José Varona.

En las condiciones históricas en las que se vive, el reto planteado es hacer de los pueblos del mundo un espiral humanista. Todo esto implica un esfuerzo colosal de todo un pueblo en aras de preservar lo que le pertenece. Las raíces históricas de la cultura cubana y su devenir actual posibilitan una proyección, a partir de la comprensión del compromiso social y de liberación que son contenidos de ella, de su visión latinoamericana y universal y de sus posibilidades dinámicas e integradoras. La visión contemporánea de la razón de ser como nación, con una proyección amplia que les identifique cada vez más con lo que le es propio, con su cultura, constituirá siempre una prioridad del estado cubano.

Esta situación actual en la que predomina la dominación hegemónica sobre los medios de comunicación y se imponen modelos culturales alienantes, la cultura se ha orientado a propiciar la participación de nuestro pueblo en los procesos culturales y su acceso a lo mejor del arte cubano y universal y por otra a garantizar la activa intervención de escritores y artistas en el diseño de esa política. Las nuevas generaciones de profesores, comprometidos con la Revolución, han tenido y tienen un peso decisivo en la proyección nacional e internacional de los valores de su cultura.

La comprensión de un compromiso social, de una visión latinoamericana y universal y las posibilidades del desempeño dinámico e integrador de la cultura cubana se reflejan en los principios que la sustentan, los mismos son inherentes a la esencia del modelo social, recogen la historia, el pensamiento y la cultura del país y conservan de forma dinámica su correspondencia con la actualidad social. Entre ellos se encuentran, la reafirmación de nuestra identidad, la conservación del patrimonio cultural, el reconocimiento a la diversidad cultural, el fomento y estímulo a la creación artística y literaria, el apoyo a las comunidades en la conducción de sus procesos socioculturales, el reconocimiento al papel de la cultura. La cultura no es más que el conjunto de realizaciones materiales y espirituales en las que se objetiva la multifacética actividad humana (García y otros 2022).

Así, comprende el conjunto de saberes, destrezas, procedimientos, modos de actuación y resultados que se obtienen en el proceso de transformación de la realidad objetiva del hombre. Pero, a su vez, supone el proceso de creación y apropiación, por lo que implica el problema de la herencia, de la continuidad y ruptura, del enriquecimiento superación, del desarrollo.

La nueva sociedad que comenzó a conformarse lentamente en la Isla a partir del proceso de conquista y colonización hispana es expresión de la integración sociocultural de elementos culturales aborígenes, africanos y europeos que condicionaron la aparición del criollo, entendido como, el resultado de la mezcla, selección y creación de los elementos humanos y culturales que convergen en la Isla. 

Como consecuencia de este proceso, la heterogeneidad de los elementos integradores y sus aportes en las diversas esferas para la conformación del pueblo cubano, se fueron fundiendo en una identidad particular que comienza a expresarse en el sentido de pertenencia a un grupo y la diferencia a otros, y a su vez, sirvió de plataforma para la conformación de la nacionalidad y nación, la definición del criollo y el nacimiento de patria con plena conciencia de la cubanía.

La aparición de la sociedad colonial tiene su génesis en el siglo XVI y en su evolución fue organizada a partir del siglo XVII con el establecimiento de una compleja estructura político – administrativa que privaba de todo tipo de derechos a las clases y sectores sociales lo que condujo a la exacerbación de contradicciones entre la colonia y la metrópoli. Como primera expresión de oposición al poder metropolitano, se reconoce la obra Espejo de Paciencia, que recrea artísticamente la fuerza que toma el sentimiento de la Patria y el orgullo que sienten los criollos por su tierra, hecho al que se atribuye la conformación de la identidad cultural en el siglo XVII como proceso complejo. Aparejado a ello, comienza el despliegue de la música, la pintura y la orfebrería, la lírica, la arquitectura, el teatro, la arquitectura y la educación con la aparición de nuevas instituciones y manifestaciones culturales ligadas a los patrones de España.

Expresiones del orgullo que sentían los criollos entre los siglos XVII y XVIII se aprecian en las primeras luchas sociales contra la metrópoli en la defensa de sus intereses, entre ellas; la rebeldía de los bayameses (1603), las milicias criollas ante la invasión inglesa, las sublevaciones de los vegueros (1717, 1720, 1721) y las milicias criollas ante la invasión inglesa (1762). Asimismo, la creación de instituciones culturales y económicas (Universidad de la Habana (1728) y Real Compañía de Comercio de la Habana (1740), constituyen referentes importantes de la marcada diferenciación de intereses entre los criollos y los peninsulares.

Ejemplos de cómo en este período se desdibujan los intereses de la oligarquía criolla frente a la despótica metrópoli, se aprecian desde la educación con la labor educativa de José Agustín Caballero quien contribuyó a modificar los métodos escolásticos en la enseñanza, la crítica a la sociedad y el influjo de las ciencias con la fundación del Seminario San Carlos y San Ambrosio, y los valiosos aportes de Francisco de Arango y Parreño al desarrollo de la agricultura (Torres Cuevas, 2022).

La intensa labor política, ideológica y organizativa desplegada por el Apóstol durante el período de Tregua Fecunda desde la emigración, favoreció el enlace de ideario y acción de los veteranos combatientes de las contiendas anteriores con la nueva generación revolucionaria, trabajó para la eliminación de los prejuicios raciales y demostró destino la inevitabilidad de la guerra como única vía para el logro de la independencia.

El iluminado pensamiento de José Martí lo condujo al análisis de las problemáticas más apremiantes de su tiempo, entre ellas, cómo el desarrollo alcanzado por los Estados Unidos se convertía en el peligro mayor para el futuro de Nuestra América y por ello advirtió sobre la necesidad de la unidad como única alternativa de sobrevivencia con dignidad sin renunciar a la necesaria cooperación y amistad entre las naciones hermanas. 

Aun cuando la Guerra Necesaria (1895) recrea impresionantes pasajes que evidencian la unidad, los éxitos militares y el amor de los cubanos por la libertad, la preciada independencia quedó frustrada con la firma del cese definitivo de la guerra entre España y los Estados Unidos, concluyendo así el período de tres décadas de cruente lucha, sin embargo, desde las diversas manifestaciones culturales, las guerras independentistas no fueron olvidadas (Toledo Sande, 2023).

Una mirada al panorama cultural cubano del siglo XIX permite la apreciación de brillantes exponentes que desde sus obras exaltación las virtudes del criollo y el amor a la tierra que los vio nacer, entre ellos, José María Heredia considerado el primer poeta revolucionario cubano. Las manifestaciones literarias, la poesía, la lírica y la narrativa, constituyen referentes importantes que permiten visualizar los rasgos distintivos de cada creación cultural, que a su vez coinciden en reflejar la sociedad como reafirmación de lo autóctono, expresado en la exaltación de las raíces criollas, la nacionalidad en formación y el orgullo el patriotismo local (Torres Cuevas, 2022). 

Desde la literatura se ilustraron pasajes inolvidables de la guerra, entre ellos, “Los voluntarios de la Habana en el acontecimiento de los estudiantes de medicina” (1873) de Fermín Valdés Domínguez y “Lectura en Steck Hall” (1880) de José Martí que constituyeron meritorios aportes a la memoria histórica. A su vez, la música de Ignacio Cervantes, la canción trovadoresca de Sindo Garay, el teatro bufo con las críticas sociales, la literatura, la pintura, la escultura, la música, la oratoria martiana y el periodismo desplegado por Juan Gualberto Gómez, también dejaron huellas en la identidad cultural.

Prominentes científicos también descollaron con sentido creador desde las diversas ramas del conocimiento además gozaron de gran prestigio interesantes publicaciones de Ciencias Médicas como las revistas de Medicina y Cirugía de La Habana en el año 1896. Por otra parte, la educación se distinguió por un doble carácter (privada y pública) acorde a los intereses colonialistas, lo cual condujo a la proyección de educadores de avanzada quienes retomaron las enseñanzas patrióticas y morales de los prestigiosos pedagogos anteriores e introdujeron métodos modernos de enseñanza entre los que se destaca Enrique José Varona.

Frente a la ocupación militar yanqui (1899), como línea de continuidad presente en la historia nacional, el heroico pueblo defendió la convicción de Cuba para los cubanos a través de diversas manifestaciones en defensa de la Nación, asimismo, se alzaron voces de auténticos patriotas opuestos a la Enmienda Platt. Entre ellos Juan Gualberto Gómez cuando expresó en aquel contexto, “Cuba parece un país vencido”, lo cual nos permite la comprensión de cómo el ideal independentista continuaba siendo el principal objetivo de los cubanos.

Acerca de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos la historiografía fue un espacio de expresión de criterios en que valiosos patriotas, entre ellos, Enrique Collazo, quienes en sus obras denunciaron la intervención del gobierno norteamericano y resaltaron el valor de los cubanos en la grandiosa gesta.

La República neocolonial, nacida el 20 de mayo de 1902 con la imposición de mecanismos de control también encontró respuesta ente los diversos sectores y capas de la sociedad quienes a través de las disímiles formas de luchas con semejantes objetivos a la etapa anterior: independencia nacional y justicia social, condujo al  ascenso una nueva vanguardia revolucionaria (Mella, Villena, Guiteras, Blas Roca, Lázaro Peña,  y Fidel, entre otros), continuadora del ideario martiano que imprimió  nuevos bríos a la identidad cultural. A su vez, la educación estuvo caracterizada por el analfabetismo básicamente en la población negra, la deserción escolar y las insuficientes escuelas públicas, entre ellas, “la educación especial para los impedidos físicos y mentales era virtualmente inexistente (...)” (Rodríguez, 2021 p.49).

Esa triste realidad fue enfrentada por prestigiosos pedagogos (Alfredo Aguayo, Ramiro Guerra, por solo citar algunos), quienes, en sus publicaciones en Cuba Pedagógica, iniciadas en 1903, se pronunciaron por la derogación de los cánones establecidos por el sistema, la necesidad de la educación en los valores y el establecimiento de las metodologías modernas de enseñanza atemperadas a Cuba (López y otros, 2020).

Los creadores del período se valieron esencialmente de la indagación histórica, las memorias de la guerra y los diarios de combatientes para recrear el sentimiento de identidad y de autoestima del cubano a través de las diversas manifestaciones artísticas íntimamente vinculadas con la historia, permitiendo a la autora coincidir en que, “Toda esta obra humana recrea valores, búsqueda de identidad de un pueblo que aporta una enorme riqueza espiritual (…)”  (Acosta, 2004 p.67).

Ese sentimiento de autoestima del cubano como expresión de identidad cultural fue recreado a través de la música en que el danzón toma auge esencialmente en las primeras décadas, la producción historiográfica en la exaltación de los valores patrios, la obra de grandes trovadores (Sindo Garay), la recreación de los problemas de la sociedad cubana a través de literatura (Castellanos), entre otros ilustres ejemplos. Especialmente en la década del veinte se produjo un ascenso en la producción intelectual que tenía como esencia, la indagación en las raíces de lo nacional para ensalzar su obra y de igual manera, desde las Ciencias Sociales (Ortiz, Guerra y Roig) y se inició la renovación de los estudios históricos con basamento antimperialista.

A partir del primero de enero de 1959, “La Revolución significaría una transformación tan extraordinaria en la conciencia social del cubano que para los que conocieron la vida de antes del triunfo revolucionario, el después representaba prácticamente, la sustitución de un país por otro”. (Rodríguez, 2021 p.88).  Si bien la implantación de las medidas de carácter democrático, popular, agrario y antimperialista dio respuestas a los objetivos esenciales de lucha desde el siglo XXI, a su vez contribuyeron a la reafirmación de la identidad nacional.

La aplicación de la Primera Ley de Reforma Agraria y el exitoso desarrollo de la Campaña de Alfabetización constituyeron momentos decisivos en la consolidación del proyecto social que favoreció la integración de los obreros, los campesinos y el resto de las capas populares, sin distinciones y en ese mismo contexto histórico, Fidel en el histórico discurso a la intelectualidad cubana, sentó las bases de la política cultural de la Revolución, “(…) esa revolución económico-social tiene que producir inevitablemente también una revolución cultural en nuestro país” (CE (2020) Castro, F. p.7).

La respuesta no se hizo esperar, la directiva de la UNEAC ratificó el reconocimiento de la convergencia generacional y el compromiso activo de los portadores de distintas orientaciones estéticas, y alrededor de Nicolás Guillén, se congregaba Lezama y Carpentier, así como Roberto Fernández Retamar, Lisandro Otero y Fayad Jamís.

Y así, en los dos primeros años de Revolución fueron creadas numerosas instituciones culturales entre ellas, el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (1959) desarrolló el séptimo arte en nuestro país con numerosas películas y cortometrajes nacionales de reconocido prestigio internacional, resguardó el patrimonio cinematográfico cubano y extendió los servicios a las zonas rurales y montañosas. A su vez, el Consejo Nacional de Cultura (1961) fue creado para la conservación de los recursos en la promoción y aplicación de la política cultural.

El proceso de formación y evolución de la identidad cultura cubana para el desempeño del profesional de la educación se expresa y se comprende como instrumento de lucha contra cualquier otra forma de dominación y en la batalla por la formación integral de toda la sociedad cubana a partir de la revolución educacional y cultural desplegado en el país conforme al proyecto social, y para su concreción, promueve programas para el fortalecimiento de la identidad cubana.

Los resultados antes expuestos permiten afirmar que el perfeccionamiento continuo del Sistema Nacional de Educación, los reconocimientos a la Pedagogía en el desarrollo de la investigación científica y la celebración de eventos en el país con la participación de docentes internacionales que asisten en la búsqueda de nuevas experiencias, constituyen referentes importantes que han situado a Cuba entre los países más avanzados del mundo según los estudios evaluativos internacionales desarrollados por la UNESCO para la evaluación de la calidad de la educación. 

Ese acercamiento a la identidad cultural cubana desde las ciencias permite valorar el prestigio internacional ganado sobre todo por las numerosas instituciones y centros de todas las ramas de las ciencias y la técnica con reconocimientos internacionales en los que se combinan la investigación científica con la formación de especialistas. Por sólo citar algunos de los más destacados: el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Centro Inmunoensayo, el Centro de Trasplantes y Regeneración del Sistema Nervioso, el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas y el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, entre otros.

En su destacada labor y aportes a la identidad cubana sobresalen: la Academia de Ciencias, la industria farmacéutica, la biotecnología y la formación de tecnólogos de la salud lo cual ha permitido la aplicación de modernas técnicas y equipos sofisticados. Asimismo, se incluyen en los reconocimientos; las Ciencias Históricas, las Ciencias Sociales y las Humanidades, así como la labor desplegada por el Instituto Cubano de Radio y Televisión en la divulgación de la cultura a todo el pueblo.

Excepcionalmente, la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) ha desplegado una intensa labor encaminada al florecimiento de la espiritualidad y desde en el 9no Congreso (junio, 2019) el presidente Miguel Díaz Canel exhortó a los creadores a participar de manera activa y de conjunto con los Organismos de la Administración Central del Estado en la búsqueda de soluciones a todo lo que aporte al bien de la nación.

Un elemento importante para la conservación de la identidad cultural cubana está en la voluntad continua del Estado en el rescate y restauración de sus valores culturales, así, como el trabajo por la conservación del patrimonio nacional lo cual ha permitido la inclusión de Cuba en la lista del Patrimonio Mundial gracias a los notables lugares de belleza natural, o su reconocido valor artístico o histórico, reconocidos por la UNESCO.

La política cultural diseñada y desarrollada por la Revolución, al establecer, “la necesidad de fortalecer el papel de la cultura en los nuevos escenarios a partir de continuar fomentando la defensa de la identidad “(…) como vías para satisfacer las necesidades espirituales, de recreación y defender los valores de nuestro socialismo”, (CE, 2020, p.5), expresando la necesidad de fortalecer la identidad cultural frente a los desafíos de la globalización neoliberal para el decurso histórico de la humanidad, "(...) Un problema terrible  que estamos padeciendo, es el de la agresión despiadada a nuestras identidades nacionales, la agresión despiadada a nuestras culturas, como jamás ha ocurrido en la historia, la tendencia hacia una monocultura universal (...)". (Castro, 2018 p.7).

Esta sistematización permite listar algunas singularidades que caracterizan la identidad cultural cubana son:

El proyecto social cubano es autóctono, lo cual ha permitido no recurrir a políticas ajenas para la solución de los problemas y un ejemplo vivo de ello fue demostrado durante el Período Especial en que la dirección de la Revolución no acudió a recetas neoliberales, sino que estableció su propia estrategia humanista sustentada en el principio martiano:

Cuba reclama la independencia a que tiene derecho por la vida propia que sabe que posee, por la enérgica constancia de sus hijos, por la riqueza de su territorio (…), y más que por todo, y esta razón está sobre todas las razones, porque así es la voluntad firme y unánime del pueblo cubano (Martí, 1873 p.95).

En ese contexto, a pesar de las limitaciones económicas, se mantuvieron los programas de seguridad y asistencia social, así como el funcionamiento de las instituciones educativas y de salud, a su vez, se desarrollaron importantes eventos políticos entre ellos, el IV Congreso del Partido Comunista de Cuba. Se desplegó, además, un arduo trabajo político e ideológico orientado hacia: la ratificación de la confianza en el socialismo, la elevación de la conciencia histórica y la cultura general integral del pueblo como recursos indispensables para la defensa de la identidad cultural.

Todo ello es fundamento para que el estudio de la historia permita el reconocimiento y significado del patrimonio común, “lo que es de todos los cubanos”, por constituir la máxima riqueza que identifica al pueblo gracias a la herencia legada por las generaciones precedentes que permiten la apreciación del arte, los conocimientos, la ciencia, la organización social, y otras manifestaciones espirituales de la inteligencia y la sensibilidad que a lo largo de la historia fueron creando los hombres que habitaron nuestro territorio.

La enseñanza de la historia reconoce, por su relevancia, otra de las prioridades del Estado cubano expresada en el cuidado, protección y conservación del patrimonio cultural para lo cual se estudian las estrategias diseñadas que contribuyen al fortalecimiento de la educación ciudadana, la responsabilidad y el compromiso de cada miembro de la sociedad en la creación de bienes que tributen al fortalecimiento de la identidad cultural. A su vez, se ofrecen variadas posibilidades didácticas que facilitan la apreciación de los valores patrimoniales, convertidos en canales de comunicación entre las raíces culturales de las sociedades del pasado y las del presente (Dávila, 2023).

Por tal razón, el desempeño profesional docente debe dirigirse hacia el desarrollo de un proceso docente-educativo con calidad en el tratamiento de la identidad cultural a la altura de estos tiempos, lo cual exige la preparación interdisciplinaria con énfasis en el pensamiento crítico para el fortalecimiento de los valores morales y el estudio de los documentos normativos del Ministerio de Educación (MINED) y del Estado con el objetivo de lograr el mejoramiento de su encargo social.

Se hace necesario el análisis y reflexión del impacto que pudiera tener la internacionalización de la cultura norteamericana con la utilización de las tecnologías, lo cual podría ser una amenaza la identidad cultural. Es por ello que se coincide con Noy (2020), cuando alude a la responsabilidad del docente en su misión de fortalecer la identidad cultural de los estudiantes y su formación general integral.  De igual modo, se toma en cuenta lo expresado por Infante (2021) cuando refiere que en el contexto histórico social actual es un imperativo que se propongan vías para el fortalecimiento de los valores identitarios en los estudiantes.

La Historia patria tiene potencialidades para el fortalecimiento de la identidad cultural, beneficio que ha de ser aprovechado por los docentes de las diversas disciplinas en cumplimiento de la preservación y futuro del proyecto social cubano; socialista, democrático, próspero y sostenible. 

El análisis interdisciplinario de la temática identitaria permite alcanzar un pensamiento superior que tiene como punto de partida el dominio que posea el docente de la asignatura que imparte, al encontrar los nexos que se establecen mediante los nodos de articulación interdisciplinarios que contribuyan al fortalecimiento identidad cultural desde lo cognitivo y axiológico y desde lo motivacional - vivencial especialmente ante la crisis moral que vive la humanidad. La interdisciplinaridad está presente en la aplicación de elementos teóricos de diferentes asignaturas en un mismo objeto práctico. En tal sentido, es posible el análisis interdisciplinario siempre que los docentes de las diversas disciplinas seleccionen de manera cuidadosa los procedimientos para el análisis y la solución integral a determinadas problemáticas.

La apreciación de que lo difícil que resulta fingir ser cubano sin serlo, permite el reconocimiento de otras cualidades que conforman la idiosincrasia del cubano en cualquier lugar del mundo, entre ellos: la alegría, la jocosidad y el altruismo; no admite las injusticias, venera a los próceres de la nación y no admite irrespeto hacia los símbolos patrios en defensa de los ideales en que se sustenta la Revolución cubana.

Por ello, para la formación docente, constituye un instrumento insustituible la construcción y transmisión de valores de identidad nacional que favorecen en el crecimiento humano. Asimismo, la cultura como valor universal y vía legítima para enaltecer las aspiraciones del ser humano, al estimular la visión de nuestra razón de ser como nación con una proyección amplia que nos ayude a identificarnos con nuestra cultura. 

Se destaca que el proceso de formación del profesional de la educación favorece la formación integral de la personalidad, pues incide tanto en el aspecto cognitivo, como el afectivo y motivacional, lo que contribuye a la formación de la conciencia estética, a despertar emociones y sentimientos en los seres humanos, mejora actitudes y conductas en todos los seres humanos, además de propiciar valores como:

En síntesis, la confirmación de la identidad cultural cubana halla su génesis en la cultura y sus manifestaciones como expresión de los sentimientos de amor hacia la patria, el orgullo de ser cubano y las ansias de libertad, elementos que nos han identificado a lo largo de la historia. 

La política educacional cubana ha centrado su atención en la necesidad del estudio de la historia desde todas las asignaturas y actividades educativas, para la defensa de las tradiciones, la educación en los valores morales, la preservación del patrimonio cultural como estandartes para la defensa y continuidad de la identidad cultural.

Como proceso de construcción colectiva en constante transformación, la aprehensión del significado de la identidad cultural permite el desarrollo de las potencialidades del sujeto en la búsqueda de las satisfacciones personales y a nivel de sociedad, la responsabilidad y participación colectiva de sus miembros como garante de continuidad, transformación y sostenibilidad para el enfrentamiento a los desmanes de la globalización neoliberal. Y en ello tiene una importancia vital, el profesional de la educación.

 

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Contribución de los autores: 

Los autores declaramos que este manuscrito es original, no contiene elementos clasificados ni restringidos para su divulgación ni para la institución en la que se realizó y no han sido publicados con anterioridad, ni están siendo sometidos a la valoración de otra editorial.

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