Varona

No.77 Mayo-Agosto, 2023.    ISSN: 1992-82

Estudiantes en situación de vulnerabilidad: problema social actual en la educación superior dominicana

Students in vulnerable situations: current social problem in Dominican higher education

Lic. Herminia Teresa Peralta Checo. Docente universitaria. Dominicana. Grupo de Formación Doctoral Universidad Autónoma de Santo Domingo. República Dominicana
Doctoranda del Programa de Formación en Ciencias de la Educación de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana, Cuba.
Correo electrónico: tperaltacheco@gmail.com
ORCID: http://orcid.org/0000-0003-3895-2069


RESUMEN

El enfrentamiento exitoso a las exigencias que impone el tránsito por los estudios universitario depende de diversos factores. Se estima que un importante sector de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo atraviesa problemáticas complejas, por ser la universidad pública y estar abierta a diversos ámbitos de la sociedad. En este sentido, es objetivo del artículo fundamentar el estudio de la situación de vulnerabilidad que afecta a estudiantes universitarios en la Educación Superior de Santo Domingo, República Dominicana, las causas que la provocan y las posibilidades de proponer alternativas de solución. Para tales fines, se realizó una minuciosa revisión bibliográfica e indagaciones empíricas en torno a la problemática, concluyendo que la vulnerabilidad estudiantil influye y determina en la permanencia universitaria de jóvenes sin condiciones favorables para estudiar. Se establecieron indicadores de los procesos de desigualdad en la participación en espacios sociales vitales, en el acceso a bienes y servicios, así como en la distribución económica, sustentando el estudio en la premisa de prevenir esta situación desde su reconocimiento y tratamiento a partir del diagnóstico inicial y continuo, además de promover la atención permanente, para que no se convierta en un destino prefijado.

Palabras clave: educación, estructura social, condiciones sociales, desigualdad educativa

ABSTRACT

Successfully facing the demands of university studies depends on various factors. It is estimated that an important sector of the students of the Autonomic University of Santo Domingo face complex problems, since it is a public university and open to different areas of society. In this sense, the objective of the article is to support the study of the situation of vulnerability that affects university students in Higher Education in Santo Domingo, Dominican Republic, the causes that provoke it and the possibilities of proposing alternative solutions. For such purposes, a thorough bibliographical review and empirical research on the problem were carried out, concluding that student vulnerability influences and determines the university permanence of young people without favorable conditions to study. Indicators of the processes of inequality in the participation in vital social spaces, in the access to goods and services, as well as in the economic distribution were established, sustaining the study in the premise of preventing this situation from its recognition and treatment from the initial and continuous diagnosis, in addition to promoting permanent attention, so that it does not become a predetermined destiny.

Keywords: education, social structure, social conditions, educational inequality


Introducción

La dinámica de la educación superior que incluye la expansión masiva, el aumento de la movilidad, los enfoques cambiantes de financiación y el papel integral de la tecnología, obliga a pensar en una serie de situaciones que influyen desde los sectores sociales, los cuales enfrentan desafíos interconectados. Estos se revelan y agudizan desde la pandemia mundial de salud y su influencia destructiva, hasta la crisis del clima que nos afecta y que hacen a la sociedad más frágil y tensa.

El incremento de la diversidad de estudiantes que acuden a instituciones de educación superior, es uno de los fenómenos que caracteriza ese sector a nivel mundial. Esta situación representa un desafío importante para las instituciones, demandando mayores niveles de reflexión y análisis del rol que juega el centro formador en el nuevo escenario social. Lamentablemente, la presencia de grupos en situación de vulnerabilidad en las universidades no es un hecho reciente. No obstante, en los últimos años han logrado mayor visibilidad y atención por parte de los organismos del Estado, de las políticas públicas y de las instituciones educativas. En República Dominicana, este fenómeno toma mayor fuerza y obliga a generar reflexión y abordaje desde un posicionamiento crítico, ético y humano.

Se reconoce entonces la presencia de grupos sociales y estudiantiles propiamente, en el contexto universitario, en situación de vulnerabilidad. Ante la realidad constatada, es preciso abordar las implicaciones de las situaciones de vulnerabilidad social en los estudiantes de la Educación Superior y los términos asociados.

En ese sentido, al hablar de vulnerabilidad social, se hace referencia a la imposibilidad que tienen algunos grupos o clases sociales, de insertarse constructivamente a la sociedad, estudiando o trabajando, para lograr desarrollo personal, de beneficio individual y social. La imposibilidad la ocasionan las desigualdades existentes, manifestación de relaciones sociales donde persiste la injusticia social en el acceso al disfrute de derechos humanos universales, como lo son; el derecho al trabajo, la educación, la salud, entre otros:

El concepto vulnerabilidad social tiene dos componentes explicativos. Por una parte, la inseguridad e indefensión que experimentan las comunidades, familias e individuos en sus condiciones de vida a consecuencia del impacto provocado por algún tipo de evento económico social de carácter traumático. Por otra parte, el manejo de recursos y las estrategias que utilizan las comunidades, familias y personas para enfrentar los efectos de ese evento (Pizarro, R. 2002, p. 6).

Al referirse a estudiantes en situación de vulnerabilidad, se habla de condiciones problemáticas que afectan a un importante sector, como consecuencia de procesos de desigualdad en la participación en espacios sociales vitales, en el acceso a bienes y servicios, y en la distribución económica.

Díaz López & Pinto Loría (2017) aportan un estudio acerca de la vulnerabilidad educativa desde el paradigma socio crítico que permite contrastar bases teóricas y perspectivas con el que ofrece Ruíz Echeverry (2019). Este último, revela los resultados de un estudio de caso en el que no solo define vulnerabilidad educativa como: “la experimentación de una serie de dificultades marcadas a lo largo de la trayectoria escolar que les impiden sacar provecho al currículo y a las enseñanzas dentro del aula de clase”. (p. 173).

Lo hace a partir de contrastar los estudios de Busso acerca de su carácter social y las nociones e implicancias de políticas para Latinoamérica. Asimismo, centra la atención en sus efectos en la salud mental a los estudiantes y, por ende, en su rendimiento académico, en el abandono de las carreras y un menor rendimiento ocupacional y nivel.

Desde el punto de vista de la sociología, se accede a la definición de una serie de ejes que pueden originar situaciones de desigualdad social, como el aspecto socioeconómico y urbano-rural, el género, la condición étnica y racial, las necesidades especiales o la edad, entre otros, que resultan criterios valiosos para definir colectivos en situación de vulnerabilidad en la educación superior.

La situación analizada es una problemática que afecta a un importante sector de estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, resultado de procesos de desigualdad en la participación en espacios sociales vitales, en el acceso a bienes y servicios, así como en la distribución económica. Lo cierto es que existe coincidencia en cuanto a que esta situación podría ser minimizada desde su reconocimiento y tratamiento a partir del diagnóstico inicial al momento del ingreso u ofreciendo atención permanente para que no se convierta en un destino prefijado. Es evidente que:

El panorama actual demanda mejorar la calidad, diseñar e implementar estrategias que fomenten el acceso, la permanencia y el egreso de todos los estudiantes a una educación que promueva ciudadanía, forme en valores y permita un desarrollo laboral suficiente para una vida digna, productiva y socialmente solidaria” (CEPAL, 2018, p. 6).

Se espera contribuir a su visibilidad al momento de discutir políticas de inclusión en la educación superior, así como a la comprensión de las experiencias sociales y académicas, continuando los incipientes estudios acerca de deserción/retención, pero observando las experiencias sin vincularlas a resultados externos

A través de la búsqueda y análisis de información, se verifica que la vulnerabilidad que afecta a jóvenes universitarios, se da porque no poseen las condiciones para concluir exitosamente una carrera universitaria en el tiempo y con la calidad estipuladas en los programas de estudios, situación que se agrava en la medida en que los problemas sociales, económicos y familiares le crean más limitaciones.

En ese contexto, el presente artículo aborda la problemática desde una perspectiva social y académica, sustentando su estudio desde las ciencias pedagógicas, teniendo en cuenta las bases teórico-metodológicas que aportan relacionadas con la necesidad de la atención a la diversidad.

En tal sentido, declara como objetivo: fundamentar el estudio de la situación de vulnerabilidad que afecta a estudiantes universitarios en la Educación Superior de Santo Domingo, República Dominicana, las causas que la provocan y las posibilidades de proponer alternativas de solución.

Materiales y métodos

A partir de una minuciosa revisión bibliográfica e indagaciones empíricas en torno a la problemática, se revelaron los indicadores de los procesos de desigualdad en la participación en espacios sociales vitales, en el acceso a bienes y servicios, así como en la distribución económica.

Se realizó una revisión bibliográfica apoyada en indagaciones empíricas a través de las cuales se recolectaron datos, empleando una ficha de registro para los estudiantes y el profesorado.

Se trabajó sobre la base del análisis de entrevistas realizadas a 9 estudiantes y 5 profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Resultados

Entre los datos empíricos producto de las entrevistas a docentes y estudiantes se destacan los siguientes:

Los estudiantes entrevistados que participaron en el estudio se distribuyeron equitativamente así: 4 hombres y 5 mujeres, tienen entre 30 y 50 años. Los 9 se encuentran en los semestres 6to. a 8vo. Es posible observar que la totalidad de ellos reside en barrios de bajos recursos económicos.

En cuanto al establecimiento de procedencia escolar, casi todos los entrevistados terminaron la educación media en establecimientos públicos, algunos hicieron su bachillerato en la tanda nocturna o en el sistema Prepara que solo asisten en fines de semana a recibir docencia. 

De acuerdo con lo declarado por los entrevistados, la mayoría tiene un ingreso familiar igual o inferior a dos sueldos mínimos, presentando un promedio de ingresos de RD$18,000.

El grupo de estudiantes que colaboró en estas entrevistas indicaron que todos tienen más de 10 años inscritos en la Universidad, algunos provienen de otras carreras y han hecho transferencia a la Facultad de Educación. Respecto al nivel educativo de los padres, la mayoría de ellos tiene uno igual o inferior a enseñanza media completa, siendo menor en general la educación de las madres.

La mayoría de los estudiantes entrevistados reconocen la precariedad de su formación en la etapa escolar. Situación que se enfatiza luego de ingresar a la educación superior, ya que es ahí donde emerge, para la mayoría, la diferencia social y académica entre la experiencia escolar y la experiencia universitaria, brecha que se ve expresada en un sentimiento de desventaja frente al nivel de acumulación de capital cultural, económico y social que poseen sus compañeros.

El alto porcentaje de estudiantes que abandonan la universidad y los que permanecen por tiempo mayor al previsto, amerita estudiar la calidad de la educación básica y media dominicana del sector público, para ver de qué manera condiciona la madurez cognitiva e instrumental del sujeto en formación en el grado.

También es muy necesario analizar y establecer el rol que juega la familia, verificando las condiciones económicas, vivienda, oportunidades culturales y educativas; así como el ambiente material en que viven en los diferentes sectores y otros aspectos que impactan en la problemática en estudio

Los docentes que participaron en estas entrevistas indicaron que enseñan a estudiantes de Educación y que tienen un promedio de 12 años en la Universidad. Las asignaturas que imparten son casi todas de psicología, teoría y alguna especialidad como Inicial y Básica, Bibliotecología y Deportes.

Coincidieron en indicar que reciben cada semestre grupos de estudiantes con muchas “debilidades” en su formación, con una autoestima baja y notable desmotivación.  Citaron como un aspecto de importancia el hecho de que los estudiantes de educación provienen todos de sectores muy empobrecidos.

Es importante destacar que los entrevistados aceptan tener baja participación tanto en actividades organizadas por estudiantes o por la universidad en el término extracurricular. Ambos espacios de participación son valorados como importantes para su formación y su compromiso con la institución. Se reportan pocos casos de participación, pero sienten que no tienen tiempo ni pueden planificarlo, pues los compromisos familiares y de trabajo no se lo permiten, por lo que escasamente van a tomar sus clases.

En general los estudiantes están seguros del valor de la educación universitaria como elemento de movilidad social con la obtención del título, pero también afirman que trabajar y producir es fundamental para “sobrevivir”.

En las entrevistas se identificaron prácticas que afectan la forma en que funciona la academia. Entre estas se incluye: la preocupación en diferentes niveles de los docentes por los estudiantes, la eficacia de las prácticas docentes, la existencia de programas muy generales orientas a los estudiantes para que se desenvuelvan mejor con habilidades académicas y la infraestructura, que no facilita la comunicación y con muy poco confort por la falta de espacios apropiados.

La mayoría de los estudiantes entrevistados indica que algunos docentes muestran preocupación por sus estudiantes. También expresan que sus profesores son muchas veces “considerados” con ellos. La preocupación de los docentes por sus estudiantes se basa en el reconocimiento de una disposición de algunos profesores por atender las dificultades académicas de los estudiantes entrevistados y/o en el establecimiento de relaciones de tipo socioafectivas.

Se observa en las respuestas de los estudiantes que los profesores que muestran preocupación por sus estudiantes son casos de docentes específicos y no la generalidad de ellos/as. Se puede ver que hay una disposición constante de los académicos por mejorar las relaciones con los estudiantes.

Lamentan que la Universidad no tenga un mecanismo que permita ayudar ante la carencia de orientaciones institucionales que fortalezcan los contactos entre estudiantes y docentes, sobre todo a partir de un mentor o tutor. Refieren que estos pudieran operar como soportes académicos a través de la asistencia y el seguimiento de sus rendimientos académicos.

Algunas observaciones del profesorado que colaboró con este levantamiento preliminar de información indicaron que es necesario que se tomen urgentes medidas políticas, institucionales y pedagógicas, para intervenir y evitar que tantos estudiantes abandonen los estudios y que otros sobrepasen todos los tiempos estimados. Sugieren poner en marcha más medidas de apoyo relacionadas con la colaboración directa para superar necesidades básicas que disminuyan la desigualdad en esa población.

Los aspectos más destacados muestran que en la universidad y en la facultad, la situación de estudiantes en condición de vulnerabilidad constituye un factor determinante para el ausentismo, la deserción y la permanencia de mucho más tiempo.  La evidencia empírica respecto a la dilación y la deserción en la Educación Superior en la Universidad Autónoma de Santo Domingo muestra que los estudiantes de contextos vulnerables son los que presentan mayores dificultades para terminar sus estudios, debido a sus circunstancias económicas y a sus debilidades en cuanto a capital cultural adquirido.

El estudio teórico realizado arrojó resultados significativos entre los que se destacan los relacionados con el Contexto Social, la Estructura social dominicana y la relación Vulnerabilidad social y estudiantes de educación superior, los que permitieron contextualizarlo, a partir de establecer algunos indicadores de los procesos de desigualdad.

Discusión

El análisis de la problemática desde una perspectiva social y académica requirió evaluar el contexto social. en tal sentido se comprende que la república dominicana tiene una extensión de 49,000 km. cuadrados y cuenta con una población de más de 10 millones de habitantes. Ocupa la parte oriental de la isla caribeña La Española, junto a Haití. Se trata de la única isla en el mundo que está dividida en dos estados. Su capital es Santo Domingo y tiene una alta densidad poblacional.

En lo económico, el Informe Banco Mundial, 2021, refiere:

Durante los últimos 25 años, la República Dominicana ha experimentado un notable período de sólido crecimiento económico. La economía creció 5,3%, en promedio, entre los años 2000 y 2019, principalmente, impulsada por una rápida acumulación de capital y mejoras de productividad. La oportuna respuesta del gobierno durante la pandemia permitió una rápida recuperación, alcanzando un crecimiento del 12,3% en el 2021. (p. 3).

Este informe también asegura que:

Durante la última década, el crecimiento económico en la RD redujo sustancialmente las tasas de pobreza y apoyó la expansión de la clase media. Sin embargo, las disparidades en el acceso a oportunidades económicas y servicios públicos siguen siendo profundas. Las tasas de pobreza son persistentemente altas en las zonas rurales y las mujeres enfrentan desafíos desproporcionados en todo el país. (p.9)

A pesar de los efectos negativos del COVID 19 en la economía nacional, se evidencia una recuperación impulsada por los esfuerzos del gobierno en la vacunación de gran parte de la población, por la creación de empleos en el sector informal, la reapertura del sector del turismo, el aumento de las remesas, el rol de la inversión extranjera directa, también las zonas de libre comercio para fomentar las exportaciones; aun así, siguen en aumento los niveles de pobreza.

En el país se vive una fuerte desigualdad, que se evidencia transitando por sus calles, en los barrios y en los espacios educativos. Los aspectos relativos a la inequidad y la pobreza son situados, una vez más, en el primer plano de la agenda nacional, como consecuencia de la pandemia, la carestía de la vida, especialmente en los productos de primera necesidad y de los combustibles.

Varios estudios socioeconómicos que enfocan la realidad dominicana, exponen datos que evidencian que las condiciones de vulnerabilidad a las que se enfrenta una gran parte de la población se agravan, en el caso de ser mujer o de pertenecer al quintil de menores ingresos. Las mujeres presentan altos niveles de embarazo adolescente y de unión temprana.

En efecto, el 24.9% de las mujeres dominicanas entre 20 y 24 años de edad, tuvo su primer hijo antes de los 18 años (siendo esta la tasa más alta de América Latina), y 4 de cada 10 mujeres entre 15 y 29 años de edad están casadas o en unión libre. Esta combinación de factores es una posible explicación para el hecho de que el 39.8% de la juventud abandona la escuela por razones familiares, mientras que igual número de hombres jóvenes, señaló haber abandonado los estudios porque debía trabajar para satisfacer necesidades económicas.

Es importante destacar que el 33.9% de los jóvenes hombres, indicaron salir de la escuela porque no les gustaba o no querían estudiar. Asimismo, se observan desigualdades entre los jóvenes en lo que respecta al acceso a la educación y el empleo, según el género y nivel socioeconómico de los hogares a los que estos pertenecen. En efecto, tanto los niveles de participación educativa como de desempleo son significativamente menores en aquellos cuyas familias se encuentran entre los quintiles más altos de ingresos o son hombres.

En ese contexto es preciso el acercamiento a la estructura social en la República Dominicana, para cuyo estudio se consultaron obras interesantes de varios autores que investigan el tema, resulta y necesario tener en cuenta varios aspectos:

En la estructura social de cualquier sociedad, independientemente de la forma que adopte, se integran los grupos sociales relativamente estables entre los que se destacan, las clases sociales, las familias, las organizaciones sociales, entre otras, interesa profundizar en las clases sociales y las familias, dos componentes muy importantes para el estudio de la vulnerabilidad.

Las clases sociales constituyen grandes grupos de personas que se diferencian entre sí por:

Este proceso se desarrolla en la vida social a lo largo de su historia, condicionado por factores objetivos, que actúan con independencia de la conciencia, y por factores subjetivos que reflejan el grado de dominio que va alcanzando el ser humano, sobre la naturaleza y que tiene en la educación, una fuerza impulsora valiosa y significativa. Al aplicar este conocimiento a la estructura social dominicana, se comprende el lugar que ocupan los padres/madres en la pirámide social, la clase a la que pertenecen incide en la situación del estudiantado y en sus posibilidades para continuar estudios superiores.

Lógicamente no es un criterio absoluto. Hay diferentes matices y situaciones que no se pueden obviar, pero lo cierto es que, en muchas ocasiones, la vulnerabilidad de los estudiantes es manifestación de condiciones familiares y que, para atender esta situación, hay que llegar hasta los hogares y la comunidad en que viven, indagar en cómo se inserta en la sociedad y cómo incide en el desarrollo de sus hijos/as, estableciendo la interrelación entre posibilidad y realidad.

La vulnerabilidad estudiantil refleja la presencia de jóvenes que no poseen las condiciones para estudiar y que se agrava cuando se trata del acceso a la educación superior. Preocupa y llama la atención la angustia manifiesta de los estudiantes, que a veces se convierte en frustración, por no poder mantenerse en la universidad y lograr su sueño de mejorar sus condiciones de vida y las de su familia; debido a que deben lidiar con una serie de obstáculos.

Estudiantes ubicados en los quintiles I y II que se encuentran en situación de vivir en zonas rurales o suburbanas, jóvenes adolescentes con embarazos o hijos/as, al momento de ingresar a la universidad, mujeres en ciertas áreas y carreras, estudiantes con dificultades físico motoras y otras necesidades especiales, se pueden considerar en condiciones de vulnerabilidad.

Los estudiantes vulnerables o en situación de vulnerabilidad son aquellos grupos que, como efecto de procesos sucesivos de marginación, desigualdad y discriminación en diferentes ámbitos de desarrollo (salud, educación, económicos, entre otros), están en una situación resultante de condicionamientos histórico-sociales, pero que no portan esta condición como parte intrínseca de su identidad. Sin embargo, su misma circunstancia impide o dificulta su desarrollo pleno y la garantía de los derechos humanos, que les corresponden. (Guarín y Suárez, 2016, p. 12)

Un aspecto a considerar es la trayectoria escolar previa de los estudiantes, que se caracteriza por una baja calidad educativa y una menor dotación de capital social inicial. Es necesario y oportuno fundamentar las condiciones materiales y emocionales de los jóvenes que viven en condiciones de vulnerabilidad, las cuales determinan o evitan su permanencia en la universidad y el logro de obtener una profesión de grado.

La población que interesa son los estudiantes entre 20 y 26 años de edad, cuyas familias se mantienen en el círculo de la pobreza, con muy bajos ingresos, en muchos casos sin un empleo y sin fuentes de producción permanente.

Los estudiantes que asisten a la Universidad Autónoma de Santo Domingo provienen –según fuentes internas- en gran medida de sectores marginados. Sus aspiraciones son superar esa pobreza y las grandes necesidades materiales, persiguiendo una movilidad social, la que creen será la única forma de mejorar esas condiciones.

Entre esta población hay grupos de estudiantes trabajadores, quienes tienen la necesidad de insertarse en el mundo laboral y estudiar a la vez, por lo regular en horarios nocturnos; poseen además responsabilidades familiares y en muchos casos están en sobre edad en relación con la esperada para acceder a la educación superior.

Se puede decir que el reconocimiento del impacto negativo de condiciones contextuales actuales (delincuencia, conflictos barriales, violencia de género, entre otras) pone de relieve la necesidad de reconocer nuevos grupos en situación de vulnerabilidad.

Diversos estudios resaltan el caso de los desplazados; migrantes internos -quienes viven en condiciones precarias en el ámbito rural y migran a vivir en condiciones mucho más difíciles a sectores muy pobres de Santo Domingo y otras zonas urbanas, la capital dominicana- los reinsertados quienes se encontraban privados de la libertad o provienen de ser deportados de otros países y luego deciden volver a la sociedad.

Alrededor de la determinación de algunos indicadores de los procesos de desigualdad, en la revisión de fuentes documentales se encontraron diversos análisis sobre estudiantes en condiciones de vulnerabilidad en la educación superior, realizados en universidades de Iberoamérica. Por ejemplo, “Inclusión y grupos en situación de vulnerabilidad: orientaciones para repensar el rol de las universidades” de Guarín y Suárez (2016), donde se analiza el proceso de inclusión de estudiantes en el marco de las universidades de la región.

Dentro de las condiciones de vulnerabilidad se consideran actitudes, comportamientos y respuestas que se dan en torno a estudiantes universitarios que provienen de sectores cuyas condiciones económicas son muy deprimentes. Es una situación problemática que afecta a un importante sector de los estudiantes de la educación superior, efecto de procesos de desigualdad en la participación en espacios sociales vitales, en el acceso a bienes y servicios, y en la distribución económica, pero donde también se reconoce una posibilidad de ser revertida antes que se convierta en un destino prefijado.

Como explica Maldonado (2018): “La educación superior, tiene la obligación de brindar propuestas para la solución de problemáticas relacionadas con el acceso, egreso y permanencia del estudiantado” (p. 17)

De la población de estudiantes que inicia la enseñanza primaria en el sector público, se estima que solo un 15% accede a la universidad o a un instituto técnico. Uno de los grandes problemas que tiene la educación universitaria es que una cantidad importante de estudiantes arrastra graves deficiencias académicas que las universidades intentan corregir con pruebas de orientación y medición, las cuales han sido establecidas por las autoridades del ramo.

En la concepción social el ingreso a la universidad –por lo general a la pública- no solo garantiza la igual disponibilidad en el acceso, permanencia y egreso a todos los ciudadanos preparados para participar plenamente en esta etapa educativa, sino también que estos alcancen el desarrollo efectivo de nuevas competencias y capacidades para el desarrollo productivo con pertinencia y relevancia.

La sociedad vive la modernización constante de los procesos productivos, nuevos avances tecnológicos se dan cada día, rápidos cambios en la estructura del empleo, la aparición de entornos laborales inciertos, hay nuevas exigencias para el desempeño en el trabajo y para el ejercicio profesional, el uso de las TIC, la globalización de la economía, la cultura y la educación -especialmente la superior-, la internacionalización de los procesos sociales que exigen apertura mental, la integración de esfuerzos y recursos, el valor agregado del conocimiento en la producción de bienes y servicios y la generación de nuevas relaciones entre los miembros de la sociedad.

El segundo eje estratégico de la Estrategia Nacional de Desarrollo hasta el año 2030, establece la construcción de una sociedad con igualdad de derechos, en la que toda la población tiene garantizada educación, salud, vivienda digna y servicios básicos de calidad, y que promueve la reducción progresiva de la pobreza y la desigualdad social y territorial, lo que incluye la formación a todos los niveles de los ciudadanos.

De manera formal, la Universidad Autónoma de Santo Domingo por ser una universidad estatal, se concibe como pública, abierta y democrática, por lo que no se enuncia propiamente la exclusión por condiciones sociales y económicas, pero en muchos hechos de la vida universitaria se evidencia desigualdad en las condiciones en que estudiantes entran y tratan de permanecer en la academia. Jóvenes bachilleres que vienen de sectores con altos niveles de pobreza, están claramente en desventaja, porque ingresan a la universidad con un nivel educativo más bajo, sus familiares no disponen de los recursos económicos para transporte, alimentación y para dotarlos de recursos materiales de estudio.

El efecto de la pandemia en la educación superior se manifiesta en la reducción drástica de la matrícula y la digitalización de los procesos. Aun las universidades dominicanas no han hecho una evaluación consciente en toda su dimensión de la incidencia que ha tenido esta situación mundial en su quehacer. Lo que sí se puede afirmar es que la “brecha” se hace mayor a raíz de la Pandemia de COVID 19, las condiciones económicas y sociales y además, las grandes desigualdades que pareciera que a nadie le importara.

Es importante citar esta conclusión de un estudio del Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo de la Vicepresidencia de la República Dominicana:

Sea porque las condiciones de trabajo justifican el pluriempleo, o sea por el bajo presupuesto para la investigación, o ambas, el perfil de la educación superior dominicana es predominantemente un sistema de otorgar credenciales, con muy pocas repercusiones en la producción de conocimiento. (2019, p. 9)

Entre los más recientes estudios acerca de la vulnerabilidad se destacan los de Jesús y Schneide (2021), asociado a la perspectiva inclusiva justamente de los estudiantes universitarios. En el estudio se acota la importancia del accionar de las instituciones y del apoyo social, de manera que contribuyan al ingreso y permanencia. Revelan el papel de las redes de apoyo social, y la necesidad de políticas de asistencia, la búsqueda de recursos universitarios educativos, psicosociales y culturales, así como de estrategias para superar las desigualdades, ante las situaciones de prejuicio que sufren las residencias y en el propio campus universitario.

Estrella Acencio et al., 2021, ofrece indicadores para el estudio de vulnerabilidades en la carrera de Educación Inicial en Ecuador, en comunidades cuyo estatus migratorio limita la posibilidad de exigir sus derechos elementales: a la integridad física y psíquica, a su identidad, nombre y ciudadanía, a la recreación y a tener una familia y disfrutar de la convivencia familiar y comunitaria, así como el derecho a su desarrollo integral, entre otros. Prevalecen las correlaciones que manifiestan a la relación física con la socioeconómica, y la técnica ideológica, como de mayor integración e impacto, es decir, los niveles de desempeño independiente del estudiante en su economía para seguir estudiando y la apertura a la tecnología para comunicarse con su entorno.

El estudio de Castro-Azuara et al., 2020, resulta significativo, en tanto se acerca a las percepciones distinguen a estudiantes de una universidad pública en México, provenientes de sectores vulnerables y con bajo rendimiento escolar, en torno a la lectura y la escritura y su impacto en su desempeño y en los procesos de inclusión educativa del nivel superior. En síntesis, revela que la comprensión y comunicación de saberes contribuyen en gran medida a potenciar los efectos de la vulnerabilidad: fracaso y deserción escolar.

Por su parte, Ruíz Echeverry (2019), reconoce factores de vulnerabilidad por situaciones de origen físico como terremotos, sequías, inundaciones o enfermedades, u otros tipos de amenazas como la contaminación, hambruna, accidentes o pérdida de empleo. Pero en el orden educativo refiere que emergen en situaciones familiares, emocionales, interpersonales, relacionadas con el proceso de enseñanza y aprendizaje, con el contexto o clima educativo (ambiente), entre otras que se vinculan a otros fenómenos de diversa complejidad y debilitan el vínculo de escolarización, afectan el bienestar y la calidad de vida. Entre sus efectos destaca el fracaso escolar, los síntomas depresivos, el acoso escolar, la baja autoestima, los problemas familiares. Acota ocho posibles situaciones de vulnerabilidad educativa: presentar bajo rendimiento escolar, tener problemas familiares, alcoholismo en uno de los progenitores, presencia de problemas en la relaciones interpersonales, emocionales, dificultades con los profesores, problemas de conducta en el aula y necesidades educativas especiales (NEE).

En este sentido, generalmente se constata el estudio de situaciones de discapacidad intelectual y otros asociados a limitaciones en el aprendizaje. Sin embargo, en la práctica, es muy común la insatisfacción de los estudiantes con talento académico por el tratamiento recibido desde el claustro, de acuerdo con sus potencialidades. No obstante, la investigación de González Adonis et al., 2017, se acerca a la vulnerabilidad escolar y los resultados en los exámenes de selección universitaria de estos estudiantes.

Los estudios referidos sirven de base para comprender la realidad y sus experiencias precedentes muestran el camino para orientar cualquier alternativa de solución, sin desconocer que es imprescindible determinar carencias y potencialidades, al mismo tiempo que se precisen las particularidades. A partir de estos resultados preliminares, es necesario considerar un repensar del rol de las universidades como organizaciones inclusivas y formadoras de ciudadanos /as con conciencia crítica, ya que deben asumir el proceso de inclusión como un proyecto coherente, dentro de su misión y objetivos institucionales, los cuales están orientados a promover el desarrollo pleno de todos los estudiantes: global, por cuanto afecta a las estructuras de la propia institución e integral puesto que debe contar con la implicación de todos los actores. Se hace necesario, a través de estudios e investigaciones valorar las situaciones de vulnerabilidad que enfrentan los estudiantes universitarios en República Dominicana y proyectar acciones para favorecer la atención de estos con perspectiva inclusiva que contrarresten toda manifestación negativa, fruto de la tendencia a la estandarización derivada de la masificación educativa en el contexto educativo.

 

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