Varona

No.73 Julio-Diciembre, 2021.    ISSN: 1992-82

Editorial


En julio y agosto, Fidel

Dr. C. Edmundo de Jesús de la Torre Blanco. Centro de Estudios Educacionales de la UCPEJV

Celebramos el 26 de julio el Día de la Rebeldía Nacional, en recordación y homenaje a la generación que, en momentos muy difíciles para la Patria, pisoteada entonces por el retorno de una dictadura militar y proimperialista que mancillaba con su desvergüenza la memoria del Apóstol, no lo dejó morir en el año de su centenario.

Martí fue guía e inspiración de los jóvenes que con las acciones del 26 de julio de 1953 dieron inicio a una nueva fase de la lucha emancipadora del pueblo cubano, en la que Fidel Castro Ruz emergería como líder indiscutible del movimiento revolucionario que en el decurso de los años 50 enfrentó y derrocó al régimen batistiano y puso fin, con la victoria del 1º de enero de 1959 y las transformaciones emprendidas desde entonces por la revolución triunfante, a la dominación neocolonial del imperialismo estadounidense sobre nuestro país.

Fue Fidel el máximo exponente de la presencia martiana en aquella generación. De ello es ejemplo su histórico alegato de autodefensa, pronunciado el 16 de octubre de 1953 cuando se le juzgó como máximo responsable de aquellas acciones, conocido como La Historia me absolverá. Varias veces el joven abogado se apoyó en las ideas de Martí para denunciar a la dictadura y para defender con sólidos argumentos sus posiciones. Así, por ejemplo, al condenar los crímenes cometidos contra los jóvenes que fueron torturados y asesinados, expresó: “Que hable por mí el Apóstol: Hay un límite al llanto sobre las sepulturas de los muertos, y es el amor infinito a la patria y a la gloria que se jura sobre sus cuerpos, y que no teme ni se debilita jamás; porque los cuerpos de los mártires son el altar más hermoso de la honra.” (p. 86)

Casi al final de su alegato reafirma con bellas palabras la vocación martiana, al expresar: “Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario; que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol! (108-109)

Fidel no solo fue el mejor discípulo de Martí, al que asumió como autor intelectual de las acciones del 26 de julio; no solo fue el más sobresaliente heredero y continuador de su legado. Fue también la expresión cimera de un proceso que tuvo diferentes momentos en el contexto de la república burguesa neocolonial: la articulación del pensamiento martiano con las ideas del marxismo-leninismo, devenida síntesis creadora en su pensamiento y acción como líder de la Revolución Cubana.

El 13 de agosto cumpliría 95 años el hombre que fue, sin dudas, el más genial y universal de los cubanos del siglo XX. Celebramos su aniversario en medio del enfrentamiento a enormes retos y desafíos, condicionados por las complejidades del mundo contemporáneo y del escenario nacional, y por la recrudecida hostilidad de nuestro enemigo histórico. Hoy más que nunca es necesario tener en cuenta sus enseñanzas, su optimismo, su espíritu de lucha y su fe en la victoria, sobre la base de principios y valores a los que no renunciaremos jamás. Raúl dio continuidad a su liderazgo y Díaz Canel lo asumió como el más destacado representante de la generación encargada de asegurar, desde la unidad como arma invencible, la continuidad de la Revolución.

En ese empeño Fidel nos acompaña. Y con la presencia viva de su inmensa  obra, millones de agradecidos lo acompañan.

 

Bibliografía

Castro, Fidel. La Historia me absolverá. Edición anotada. La Habana, Cuba: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 1993, p. 86.

Ibídem, pp. 108-109