Varona

No.67  Septiembre-Diciembre, 2018.    ISSN: 1992-82

EN CASA


En torno a las potencialidades instructivas y educativas de la obra escrita de José Martí. Dos ejemplos ilustrativos de su aprovechamiento

Around the instructive and educational potential of the written work of José Marti. Two illustrative examples of its use

Dr. C. Edmundo de Jesús de la Torre Blanco. Profesor Titular. Centro de Estudios Educacionales Varona. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.
Correo electrónico: edmundojtb@ucpejv.edu.cu

Recibido: noviembre 2017                         Aprobado: mayo 2018


RESUMEN

El carácter multifacético y la diversidad temática de la obra martiana y las potencialidades instructivas y educativas que esta contiene, condicionan la necesidad y posibilidad de su utilización en el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje de las diferentes disciplinas y asignaturas. Evidenciar, mediante ejemplos ilustrativos, el aprovechamiento de esas potencialidades en función de la formación martiana de las nuevas generaciones, es el propósito esencial del presente trabajo, asociado al proyecto de investigación institucional que dirige el autor.

Palabras clave: formación martiana, potencialidades, potencialidades instructivas y educativas, lo cognitivo y lo afectivo.

ABSTRACT

The multifaceted character and the thematic diversity of the Martian work and the instructive and educational potentialities that it contains, condition the need and possibility of its use in the development of the teaching-learning process of the different disciplines and subjects. Evidencing, by means of illustrative examples, the use of these potentialities in function of the Martian formation of the new generations, is the essential purpose of this work, associated with the institutional research project directed by the author.

Keywords: martian formation, potentialities, instructive and educative potentialities, the cognitive and the affective.


Introducción

El legado contenido en la multifacética obra de José Martí constituye, por su universalidad y trascendencia, uno de los fundamentos y componentes esenciales de la ideología de la Revolución Cubana, que es marxista leninista, martiana y fidelista.

De ese legado, sustentado en una cultura sólida, vasta y abarcadora, es expresión la diversidad temática de su obra escrita, que la hace prácticamente inagotable por los múltiples asuntos que trata, por el uso de diferentes géneros literarios y periodísticos y por los conocimientos que aporta sobre diferentes campos del saber humano, tratados con maestría y extraordinario encanto.

El carácter multifacético y la diversidad temática de la obra martiana condicionan la necesidad y posibilidad de su estudio desde diferentes aristas por investigadores y especialistas de diferentes ciencias, así como la posibilidad de su utilización como referente necesario y útil en investigaciones referidas a distintos temas. Pero condicionan igualmente, por las potencialidades instructivas y educativas que posee, la necesidad y posibilidad de su utilización en el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje de las disciplinas y asignaturas que se imparten en las instituciones educativas cubanas.

Sin embargo, en las escuelas y universidades no siempre se aprovechan suficientemente esas potencialidades en función de la formación martiana de las nuevas generaciones, la que supone lograr, a partir de su estudio y conocimiento, no sólo la identificación con el pensamiento y la acción de nuestro Héroe Nacional, sino la asunción consciente de su legado como fundamento de actitudes, valores, cualidades y modos de actuación.

Evidenciar, mediante el tratamiento de dos de sus textos, las posibilidades que brinda la obra martiana para ejercer influencia educativa y, en consecuencia, contribuir eficazmente, sobre la base de la unidad de la instrucción y la educación, a la formación integral del ser humano, es el propósito esencial del presente trabajo. Se trata de un resultado del proyecto La obra de José Martí y la formación del profesional de la educación en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, que dirige el autor desde octubre de 2015.

Desarrollo

El trabajo con la obra de Martí, es una exigencia didáctica, en tanto se trata de una fuente del conocimiento cuya utilización es indispensable en la enseñanza-aprendizaje, no solo de las disciplinas y asignaturas de perfil humanístico como Historia, Español-Literatura y otras, sino de todas las disciplinas y asignaturas que se cursan en el sistema nacional de educación. De ahí que ese trabajo deba ser, además, tendencia metodológica, en tanto se conciba como una permanente línea de acción que contribuya a elevar la calidad y la eficiencia del proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre la base de la demostración y el aprovechamiento de las potencialidades instructivas y educativas de textos del Maestro.

Buenavilla Recio, definió potencialidades como “(…) aquellas capacidades inmanentes a la naturaleza del fenómeno que generan o constituyen fuentes en disposición de tributar al campo teórico, práctico o metodológico;(…)” capacidades que por ser “(…) portadoras de valores cognitivos y educativos, éticos y estéticos; tienen posibilidad de ejercer influencia educativa en los demás (…)”. (Buenavilla Recio, 2002: 1)

Teniendo en cuenta la idea anterior, se definen potencialidades instructivas y educativas de la obra de Martí, como los valores cognitivos y educativos, éticos y estéticos que como expresión de su profunda esencia humanista, caracterizan la multifacética obra del Apóstol y condicionan, desde su trascendencia, la influencia educativa del valioso legado contenido en ella, y, en consecuencia, su contribución a la formación integral del ser humano sobre la base de la unidad de la instrucción y la educación.

El criterio, no pocas veces asociado a insuficiencias en la plataforma cultural del lector,  que esgrime la complejidad del lenguaje y el estilo de redacción utilizados por Martí como razones para eludir su estudio, condiciona que la determinación y aprovechamiento de esas potencialidades tenga como premisa la aplicación del proceder metodológico para la lectura, comprensión, análisis y valoración de los textos de José Martí, que igualmente constituye un resultado del proyecto de investigación que dirige el autor. Su elaboración se apoyó en referentes como las propuestas de la insigne pedagoga e historiadora Pichardo, para estimular la lectura de textos martianos por las nuevas generaciones cubanas, que se concretaron en los libros Martí, Lecturas para niños y Martí, Lecturas para jóvenes; los resultados de la paciente, profunda y fructífera labor que ha venido desarrollando el Centro de Estudios Martianos con la conformación de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí; las consideraciones y puntos de vista en torno a la lectura, comprensión y análisis de textos escritos de destacados investigadores y especialistas de la lengua como Mañalich, Carbonell, Dubois, González Albear, Florín Gattorno, Gassó Grass, Romeu, y los seguidores de su enfoque cognitivo, comunicativo y socio cultural; y el algoritmo para el trabajo con documentos históricos propuesto por destacados especialistas en Didáctica de la Historia, como Díaz Pendás, Romero Ramudo, Lolo Valdés, y Álvarez Lago, entre otros. (Torre de la, 2017: 2-4)

Punto de partida de ese proceder lo constituye el conocimiento previo de la biografía de José Martí, en tanto el estudio de su obra supone tener en cuenta la relación con el momento histórico concreto de la vida del Apóstol en que surgieron sus textos, lo que permite comprender el origen y las circunstancias en las que fueron escritos y publicados, atendiendo a los momentos más importantes de su actividad política y revolucionaria, e igualmente los que distinguen su quehacer intelectual, expresado de manera diversa y fiel reflejo de ese pensamiento abarcador y multifacético que lo distinguió.

Sobre esa base es posible emprender el estudio de los textos del Maestro, considerando los componentes del proceder metodológico propuesto:

El proceder metodológico referido constituye un instrumento útil y necesario para propiciar, sobre la base de la comprensión lectora, no solo el análisis y valoración de los textos escritos por el Maestro, sino la identificación emocional con sus ideas desde la necesaria unidad de lo cognitivo y lo afectivo, por lo que sirve de base para el aprovechamiento de las potencialidades instructivas y educativas de esos textos en función de la formación martiana de las nuevas generaciones de cubanos como herederas y continuadoras del legado de nuestro Héroe Nacional.

Tómese como ejemplo ilustrativo de lo antes expresado el texto “El 10 de Abril”.

Su contextualización debe referir que fue escrito en medio de la intensa labor política movilizativa que realizaba Martí para preparar una nueva gesta emancipadora, a la que llamó guerra necesaria.

Fue publicado en el periódico PATRIA el 10 de abril de 1892, veintitrés  años después de la Asamblea de Guáimaro y coincidiendo con la proclamación del Partido Revolucionario Cubano, concebido como instrumento político unificador de todos los cubanos de buena voluntad dispuestos a lograr la independencia de Cuba y auxiliar la de Puerto Rico. Se trata de un hermoso cuadro del momento en que nació la República en Armas (abril de 1869), en la Asamblea que dio vida a la primera de las Constituciones mambisas y a un gobierno estructurado con arreglo a sus preceptos.

En la búsqueda del significado contextual, en dependencia de la plataforma cultural del lector y del nivel educacional que cursen los estudiantes, el vocabulario podrá incluir palabras como: Redimida: liberada (de la esclavitud, de la opresión); perniciosas: peligrosas, perjudiciales; chamarreta: chaqueta, casaca larga y con mangas; caracoleando: caballo dando vueltas; belfoso: que tiene el labio inferior grueso; catibía: yuca rallada y secada para hacer tortas; armiño: mamífero carnívoro, célebre por la finura y blancura de su piel, muy utilizada en la elaboración de abrigos.

De igual modo, frases, ideas y expresiones de peculiar belleza  que utiliza Martí para exponer su visión de lo ocurrido en aquellos días de abril de 1869  en Guáimaro, a las que se hace referencia más adelante.

La lectura de este texto y el análisis y valoración de las ideas que contiene permiten evidenciar sus potencialidades instructivas y educativas. Así, desde lo instructivo, por los conocimientos que aporta, es un texto idóneo para el tratamiento de la Asamblea de Guáimaro como hecho histórico significativo; como parte del estudio de la Guerra de los Diez Años en la docencia de Historia de Cuba no sólo en todas las carreras de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, sino también en las restantes carreras universitarias y en todos los niveles del Sistema Nacional de Educación, adecuando su utilización a las peculiaridades de los estudiantes que los cursan. Porque en el texto:

“Guáimaro libre nunca estuvo más hermosa que en los días en que iba a entrar en la gloria y en el sacrificio. Era mañana y feria de almas Guáimaro (…)”
(Martí, 1975: 382).

“Estaba Guáimaro más que nunca hermosa. Era el pueblo señorial como familia en fiesta.” (Martí, 1975: 383).

Carlos Manuel de Céspedes:“(…) Un hombre erguido y grave, trae a buen paso, alta la rienda, el caballo poderoso; manda por el imperio natural, más que por la estatura; lleva al sol la cabeza de largos cabellos; los ojos, claros y firmes, ordenan, más que obedecen (…)” (Martí, 1975: 383).

Francisco Vicente Aguilera:“(…) alto y tostado, y con la barba por el pecho, viene hablando, a paso de hacienda (…)” (Martí, 1975: 383).
Ignacio Agramonte:“(…) El bigote apenas sombrea el labio belfoso; la nariz le afila el rostro puro; lleva en los ojos su augusto sacrificio. (…)(Martí, 1975: 384).
Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía: “(…) el Marqués va caído, el ardiente Salvador Cisneros, que es fuego todo bajo su marquesado (…)” (Martí, 1975: 384)

“(…) Francisco Sánchez Betancourt le trae a la patria lo que le queda aún del cuerpo pobre (…)” (Martí, 1975: 384). Padecía de tuberculosis.

“(…) el polaco Roloff, noble jinete, que sabe acometer (…)” (Martí, 1975: 384). Se refiere a Carlos Roloff, nacido en Prusia Oriental, quien vino a trabajar en una casa de comercio en Caibarién y se identificó con la causa cubana. Llegó a Mayor General. 

Eduardo Machado: “(…) Manso, “como una dama”, en la conversación, peinadas las barbas de oro, y todo él consejo y cortesía cabalgaba (…), ya comentando y midiendo (…)” (Martí, 1975, p. 385). Patriota villareño muy culto; cultivó las Matemáticas y los idiomas.

“(…) Y después Manuel de Quesada, General del centro entonces, la palabra entre melosa y altanera, el vestido ejemplar, alta y calzada la estatura. (…)” (Martí, 1975: 385). Quesada fue cuñado de Céspedes. Nombrado en Guáimaro General en Jefe del Ejército Libertador, fue destituido el 17-12-1869 por la Cámara de Representantes; en enero de 1870 Céspedes lo nombró Agente Especial de su Gobierno en los EE.UU. No regresó a Cuba, murió después de la guerra.

“(…) El pabellón nuevo de Yara, cedía, por la antigüedad y la historia, al pabellón, saneado por la muerte, de López y Agüero (…)” (Martí, 1975: 383). En referencia al hecho de que en Guáimaro, a propuesta de los camagüeyanos, se adoptó como bandera nacional la que había enarbolado Narciso López en Cárdenas el 19 de mayo de 1850, cuyo diseño estaba inspirado en sus aspiraciones anexionistas; bandera que sería saneada por el sacrificio y la muerte heroica de muchos cubanos en la lucha contra el dominio colonial español.

“(…) Sí: Céspedes presidió, ceremonioso y culto: Agramonte, y Zambrana, presentaron el proyecto: Zambrana, como águilas domesticadas, echaba a cernirse las imágenes grandiosas. Agramonte, con fuego y poder, ponía la majestad en el ajuste de la palabra sumisa y el pensamiento republicano; tomaba al vuelo, y recogía, cuanto le parecía brida suelta, o pasión de hombre; ni idólatras quiso, ni ídolos (…) Y Céspedes, si hablaba, era con el acero debajo de la palabra, y mesurado y prolijo.

En conjunto aprobaron el proyecto los representantes, y luego por artículos, “con ligeras enmiendas”. (Martí, 1975: 386-387). Idea referida a la presentación ante la Asamblea, presidida por Céspedes, del proyecto de Constitución redactado por Ignacio Agramonte, y Zambrana, en el que predominaron las posiciones civilistas defendidas por estos, a los que Martí, llama jóvenes ilustres, que en el proyecto  de código de la guerra concertaron “(…) las entidades reales y activas del país y sus pasiones y razones criollas, con sus recuerdos más literarios que naturales, e históricos que útiles, de la Constitución extraña y diversa de los Estados Unidos (…)”(Martí, 1975: 386).

“Momentos después iba de mano en mano la despedida del general en jefe del ejército de Cuba, y jefe de su gobierno provisional. “El curso de los acontecimientos le conduce dócil de la mano ante la república local”: “La Cámara de Representantes es la única y suprema autoridad para los cubanos todos”: El Destino le deparó ser el primero” en levantar en Yara el estandarte de la independencia. “Al Destino le place dejar terminada la misión del caudillo” de Yara y de Bayamo:(…)”(Martí, 1975: 388).

“(…) Que aunque suene, por parte de los unos a amenaza o reticencia, los otros consentirán en que la Cámara quede con el derecho de juzgar y de deponer a los funcionarios que puede nombrar. Que la Cámara puede nombrar al Presidente de la República.”(Martí, 1975: 386).

Martí refleja en estas ideas las características del gobierno republicano resultante de la Asamblea de Guáimaro, en el que su Presidente quedó subordinado a la Cámara de Representantes, órgano supremo de la República en Armas, dotada de plenos poderes y de la facultad de elegirlo y deponerlo. Sin desconocer el carácter democrático de la Constitución aprobada en Guáimaro, valora lo que esta significó como traba al desarrollo de la gesta independentista iniciada por Céspedes, lo que sin dudas constituyó uno de los factores que condujeron al Pacto del Zanjón. De ahí que exprese: “(…) En los modos y en el ejercicio de la carta se enredó, y cayó tal vez, el caballo libertador; y hubo yerro acaso en ponerle pesas a las alas, en cuanto a formas y regulaciones, pero nunca en escribir en ellas la palabra de luz (…)” (Martí, 1975: 383).

A partir de los conocimientos que aporta sobre el hecho histórico que de manera explícita y con riqueza de imágenes trata Martí, el texto es igualmente idóneo desde lo educativo para:

“(…) se ordenó, con veinticuatro horas de plazo para la devastación, salvar del enemigo, por el fuego, al pueblo sagrado, y darle ruinas donde esperaba fortalezas. Ni las madres lloraron, ni los hombres vacilaron, ni el flojo corazón se puso a ver cómo caían aquellos cedros y caobas. Con sus manos prendieron la corona de hogueras a la santa ciudad, y cuando cerró la noche, se reflejaba en el cielo el sacrificio.”(Martí, 1975: 389).

“(…) Ni Cuba ni la historia olvidarán jamás que el que llegó a ser primero en la guerra, comenzó siendo el primero en exigir el respeto de la ley (…)” (Martí, 1975: 383).

“Que Céspedes, convencido de la urgencia de arremeter, cedía a la traba de la Cámara (…)” (Martí, 1975: 385).

“(…) Que Céspedes cedía la bandera nueva que echó al mundo en Yara, para que imperase la bandera de Narciso López, con que se echó a morir con los Agüeros el Camagüey.” (Martí, 1975: 386).

“Tienen los pueblos, como los hombres, horas de heroica virtud, que suelen ser cuando el alma pública, en la niñez de la esperanza, cree hallar en sus héroes, sublimados con el ejemplo unánime, la fuerza y el amor que han de sacarlos de agonía; o cuando la pureza continua de un alma esencial despierta, a la hora misteriosa del deber, las raíces del alma pública. Son entonces los corazones como la flor de la maravilla de nuestras sabanas, todos sensibles y de color rico; y hay guirnaldas de almas, lo mismo que de flores (…)” (Martí, 1975: 385).

Al llamar la atención sobre estas ideas se propicia, mediante la interacción del lector con el texto, su empatía emocional con los sentimientos y valores que ellas expresan y sobre esa base, un acercamiento mayor al pensamiento de nuestro Héroe Nacional y a las virtudes que lo distinguieron.
Igualmente ilustrativo como ejemplo de las potencialidades instructivas y educativas de la obra martiana es el texto Nuestra América, importante ensayo, considerado una joya de ese género literario, en el que Martí denuncia los peligros internos y externos que amenazaban a Hispanoamérica y propone las soluciones para enfrentarlos.

Escrito también cuando Martí ya estaba inmerso en su labor política revolucionaria, orientada a la preparación de la guerra necesaria, se publicó por primera vez en la Revista Ilustrada de Nueva York, el 1ro de enero de 1891. Poco después, el 30 de enero de ese mismo año, aparece en el periódico El Partido Liberal, de México. Aún no había transcurrido un año de concluida la Conferencia Internacional Americana, realizada en Washington bajo los auspicios de EE.UU., entre el 2 de octubre de 1889 y el 19 de abril de 1890, evidencia visible del panamericanismo como expresión de las apetencias e intenciones del vecino norteño respecto a la América Latina.

Entre las palabras o términos empleados en este ensayo cuyo significado contextual el lector necesita conocer se hallan los siguientes: Canijo: débil; sorbete: referido en el texto, no a la bebida helada en forma cónica, hecha con zumo de frutas, sino al sombrero de seda, de copa alta, o sombrero de pelo, chistera; cirial: candelabro, candelero alto, gamonal: cacique, magnate de pueblo, persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos o administrativos; jaca: caballo de menos de siete leguas de alzada; yegua de poca alzada (Perú); gallo de pelea (Argentina), antiparras: anteojos, gafas, generalmente con orejeras; arcontes: representantes de la aristocracia de Atenas que integraban el Arcontado, uno de los órganos políticos de esa ciudad estado de la Antigua Grecia a partir del siglo VIII a.n.e.; denodado: atrevido, esforzado, valiente; avieso: torcido, fuera de regla; inicuo: que no observa la equidad. Injusto, malvado; falansterio: se refiere, en el texto, no al edificio grande donde se puede alojar mucha gente al mismo tiempo, sino a los lugares ideados por el socialista utópico francés Charles Fourier (1772-1837), donde debían habitar cada una de las falanges en que dividía a la sociedad; petimetre: del francés petit maître, pequeño señor, señorito. Persona que cuida demasiado de su aspecto y se preocupa demasiado por seguir la moda; oteado: vigilado, acechado: vincha: pañuelo o cinta con que se ciñen la frente los indios (los indígenas de la región); acendrar: depurar, purificar; picota: sitio a la entrada de los pueblos donde se exponía a los reos a la vergüenza pública; ingénita: no engendrada, natural; Gran Semí:

(Grande Espíritu): personaje mítico, identificado por los indios tamanacos con el padre Amalivaca, quien junto a su mujer regó los frutos de la palma moriche, de cuyas semillas salieron los hombres y mujeres que poblaron toda la tierra. Martí lo asocia a la “siembra” de un futuro feliz para los pueblos de Nuestra América, al nacimiento de la que llama América nueva.

Se precisa conocer igualmente quiénes son las personalidades a las que se refiere Martí en el texto, a saber:

Juan de Castellanos: Poeta, cronista y humanista español (1522-1607) que asistió a la conquista del Nuevo Reino de Granada. Escribió “Elegía de varones ilustres de Indias”, el poema más largo escrito en lengua castellana (150 mil endecasílabos), al que Martí alude en este texto; Alexander Hamilton: Economista, abogado, escritor y  estadista norteamericano (1757-1804), participante en la guerra de independencia de las 13 Colonias. Fue amigo y colaborador de George Washington. Secretario del Tesoro de la Unión Norteamericana en los años 1789-1795; Manuel José Sieyés: Sacerdote (abate), académico y político francés (1748-1836), famoso como teórico de la Revolución Francesa, autor-en vísperas de esta- de un célebre escrito sobre El Tercer Estado; fue uno de los fundadores del Club de los Jacobinos, miembro de la Constituyente, de la Convención, del Consejo de los Quinientos, del Directorio y cónsul provisional con Napoleón Bonaparte y Roger Ducos. Fue también uno de los teóricos de la era napoleónica; Bernandino Rivadavia: Político y prócer argentino (1780-1845), nacido en Buenos Aires. Primer presidente de la República en 1826-1827 Bajo su mandato se promulgó la Constitución unitaria, rechazada por las provincias. Fue una de las más altas figuras civiles de Argentina; Agustín de Iturbide: Militar y político mexicano (1783-1824). Ascendió en la carrera militar peleando contra los insurgentes. Tras varios reveses frente al general Vicente Guerrero y el temor de sectores conservadores por la posible incidencia de acontecimientos políticos ocurridos en la metrópoli, intentó  manipular el movimiento independentista y elaboró el llamado Plan de Iguala, mediante el cual se proclamó la independencia del Virreinato de Nueva España en febrero de 1821. Consumada la independencia de México, fue proclamado Emperador el 18 de mayo de 1822, acto que tuvo que ser ratificado a los dos días por el Congreso, al que Martí alude en el texto. Fue coronado el 21 de julio de ese año, pero se vio obligado a abdicar el 20 de marzo de 1823, debido a la creciente oposición republicana encabezada por los generales Antonio López de Santa Ana, Guerrero y Guadalupe Victoria, apoyados por la mayoría del ejército. 

Este ensayo sobresale, además, por la abundancia de ideas cuyo significado contextual es necesario precisar. Así, por ejemplo, cuando Martí identifica como sietemesinos a los hombres que no tienen fe en su tierra y se avergüenzan de haber nacido en ella, expresa: “Hay que cargar los barcos de estos insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre. Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni de sorbetes.”(Martí, 1975: 16).

Es decir, si reniegan de su tierra y prefieren comportarse como europeos, que vayan al Paseo del Prado, de Madrid, a “farolear” (a hacer ostentación vanidosa o jactanciosa de su “valimiento”); o al Tortoni (famoso restaurante de París) con sus sombreros de copa.

Expresa también ideas como: “Con el estandarte de la Virgen salimos a la conquista de la libertad. Un cura, unos cuantos tenientes y una mujer alzan en México la república, en hombros de los indios.”(Martí, 1975: 18).

“Un canónigo español, a la sombra de su capa, instruye en la libertad francesa a unos cuantos bachilleres magníficos, que ponen de jefe de Centro América contra España al general de España.”(Martí, 1975: 18).

En la primera de ellas se refiere al estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, utilizado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla el 16 de septiembre de 1810 cuando protagonizó el Grito de Dolores (pueblo ubicado en Guanajuato, al norte de México), que dio inicio a la rebelión popular anticolonialista por la independencia de México.

Ese cura ilustrado contó con el apoyo de algunos oficiales de las milicias reales (como Abasolo, Ignacio Allende y Juan Aldama) que secundaron la rebelión, a la que se sumaron rápidamente miles de indios, peones y trabajadores de las minas (gañanes) de la región. La mujer a la que alude es la heroína Josefa Ortiz, quien era la esposa del corregidor de Querétaro, Manuel Domínguez.

La segunda idea es una probable referencia al canónigo Antonio José de las Mercedes Larrazábal (1769-1853), que no era español sino criollo, profesor de la Universidad de San Carlos y representante de Guatemala en las Cortes de Cádiz que proclamaron la Constitución liberal de 1812. El General de España que menciona es Don Gabino Gaínza, capitán general de Guatemala, convertido en jefe del nuevo gobierno de Centro América, separada de la corona española, por decisión de la Asamblea convocada el 15 de septiembre de 1821.

La comprensión del significado contextual de estas y otras ideas y del ensayo Nuestra América en su integridad, requiere que el lector conozca o profundice en el estudio dela evolución histórica de la región en la época precolombina, bajo la dominación colonial, durante las luchas emancipadoras del siglo XIX y en las décadas posteriores a la independencia, así como en la  evolución de la otra América (América Anglosajona), en particular de los EE.UU, tras su nacimiento como nación independiente y en el proceso histórico europeo

A partir de la comprensión lograda mediante la búsqueda y esclarecimiento del significado contextual, es posible profundizar en el análisis del ensayo, mediante la determinación y valoración crítica de sus ideas esenciales, y sobre esa base, la valoración integral del texto, cuyas potencialidades instructivas y educativas son evidentes.

Desde lo instructivo, este texto es de gran utilidad para tratar a la luz de la visión martiana la situación existente durante la segunda mitad del siglo XIX en Hispanoamérica, en las repúblicas surgidas en la región tras el fin de las gestas emancipadoras contra el dominio colonial español. De esa utilidad son ejemplos las reflexiones que hace Martí sobre los peligros internos que amenazaban a la región, asociados a males y problemas como:

“Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores. (…)”La colonia continuó viviendo en la república(..).”(Martí, 1975: 19)

Ideas que asocia a lo que llama grandes yerros, de los que nuestra América, en su opinión, se estaba salvando: “(…) de la soberbia de las ciudades capitales, del triunfo ciego de los campesinos desdeñados, de la importación excesiva de ideas y fórmulas ajenas, del desdén inicuo e impolítico de la raza aborigen (…)” (Martí, 1975: 19).

Éramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de niño. Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España. El indio, mudo, nos daba vueltas alrededor, y se iba al monte, a la cumbre del monte, a bautizar a sus hijos. El negro oteado, cantaba en la noche la música de su corazón, solo y desconocido, entre las olas y las fieras. El campesino, el creador, se revolvía, ciego de indignación, contra la ciudad desdeñosa, contra su criatura. Éramos charreteras y togas, en países que venían al mundo con la alpargata en los pies y la vincha en la cabeza. El genio hubiera estado en hermanar, con la caridad del corazón y con el atrevimiento de los fundadores, la vincha y la toga; en desestancar al indio; en ir haciendo lado al negro suficiente; en ajustar la libertad al cuerpo de los que se alzaron y vencieron por ella. Nos quedó el oidor, y el general, y el letrado, y el prebendado. (Martí, 1975: 20)
Critica, por tanto, la incapacidad de los gobernantes de aquellas repúblicas para conducir a sus países con arreglo a las condiciones, necesidades e intereses de sus pueblos, de las masas de indios, negros, mestizos y campesinos que habían contribuido con su sangre a lograr la emancipación.

La incapacidad no está en país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia. Con un decreto de Hamilton no se le para el pecho al potro del llanero. Con una frase de Sieyés no se desestanca la sangre cuajada de la raza india.(Martí, 1975: 16-17).

“(…) entró a padecer América, y padece, de la fatiga de acomodación entre los elementos discordantes y hostiles que heredó de un colonizador despótico y avieso, y las ideas y formas importadas que han venido retardando, por su falta de realidad local, el gobierno lógico. (…) El problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu.”(Martí, 1975: 19).

Martí expresa su confianza en la posibilidad de nuestra América de salvarse de todos esos peligros internos, al afirmar:“(…) estos países se salvarán, como anunció Rivadavia, el argentino(…)”(Martí, 1975: 19), lo que considera una necesidad imperiosa, para poder salvarse de otro peligro “(…) que no le viene de sí”, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continentales, y es la hora próxima en que se le acerque, demandando relaciones íntimas, un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña.”(Martí, 1975: 21). Se refería, evidentemente, a Estados Unidos, cuyas intenciones conocía. De ahí que añadiese:

“(…) El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por el respeto, luego que la conociese, sacaría de ella las manos. (…)” (Martí, 1975: 22).

Ahora bien, el análisis martiano de la situación existente en la región no se limitó al planteamiento, sólidamente fundamentado, de los problemas y peligros de la región. Incluyó también las soluciones que concibió para enfrentarlos, lo que refuerza la importancia de este texto desde lo instructivo. Así lo evidencian las siguientes ideas, que resaltan la necesidad e importancia de gobernar con el conocimiento de los factores reales del país en que se vive, utilizando métodos e instituciones nacidas del país mismo, con formas acomodadas a su realidad y condiciones, creando y no imitando modelos ajenos; vinculándose y haciendo causa común con los humildes, con los oprimidos, con los hombres naturales:

(…) El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país. (Martí, 1975: 17).

“(…) Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador.”(Martí, 1975:17).

(…) Resolver el problema después de conocer sus elementos, es más fácil que resolver el problema sin conocerlos. (…) Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas acá ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas (…). (Martí, 1975:18)

“(…) Se entiende que las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales;… que si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república. (…)” (Martí, 1975: 20-21).

Y como valladar ante el peligro mayor Martí propone el conocimiento mutuo y la unión continental de las naciones y pueblos desde el río Bravo hasta el estrecho de Magallanes:

(…) Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos (…) ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes. (Martí, 1975: 15).

(…) el deber urgente de nuestra América es enseñarse como es, una en alma e intento, vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada solo con la sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas, y la de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños. (…) (Martí, 1975:22).

Desde estas ideas es posible significar el latinoamericanismo de Martí como enfoque  unitario contrapuesto al panamericanismo defendido por el naciente imperialismo estadounidense en las décadas finales del siglo XIX.

A la idea de la unidad que promueve se asocia el tratamiento que hace el Apóstol de la problemática racial, sustentado en la defensa de la identidad universal del hombre y el rechazo al fomento y propagación de la oposición y el odio de las razas, que considera un pecado contra la Humanidad: “No hay odio de razas, porque no hay razas

(…) El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas.”(Martí, 1975:22).

El análisis y valoración de las ideas expuestas en el ensayo Nuestra América permite  arribar, desde lo instructivo, a conclusiones generalizadoras sobre su significación como reflejo de la proyección patriótica, latinoamericanista, antimperialista y humanista del pensamiento martiano, evidenciada también en el contenido de otros textos con los que el lector puede interactuar para establecer las interrelaciones necesarias. Tales son, por ejemplo, Madre América, las crónicas de la Conferencia Internacional Americana y La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América.

De esas conclusiones es posible derivar la trascendencia del texto, dada su importancia para la lucha que hoy libran los pueblos latinoamericanos y especialmente, para los esfuerzos integracionistas que se han desarrollado en la región, bajo la dirección de gobiernos y líderes revolucionarios y progresistas, que conducen o han conducido a sus países con arreglo a sus condiciones y realidades actuales, dando continuidad, en un contexto complejo y difícil, a los proyectos unitarios de Bolívar y de Martí, como vía para enfrentar las amenazas y peligros que aún representan los círculos de poder de los Estados Unidos, que hoy pretenden revitalizar la doctrina Monroe y son los principales sustentadores de la contraofensiva que promueve la derecha latinoamericana contra esos procesos.

Por otra parte, desde lo educativo, el texto es idóneo para lograr, a partir de los conocimientos que aporta, un mayor acercamiento  afectivo a la figura de nuestro Héroe Nacional, a las virtudes que lo distinguieron como líder revolucionario y como ser humano, a la profunda esencia humanista de su pensamiento y al valor de sus ideas como movilizadoras de la conciencia patriótica, latinoamericanista y antimperialista de las nuevas generaciones, sobre todo en función de la necesaria unidad frente a los peligros y amenazas que hoy se ciernen sobre nuestra América. Igualmente, el texto propicia el desarrollo de sentimientos y valores como la confianza en lo mejor del hombre, la identificación solidaria con los humildes, y el respeto y amor a lo autóctono. A ello se suma su indiscutible significación como obra literaria, ejemplo de la extraordinaria belleza de la prosa martiana.

Conclusiones

El análisis y la valoración de los textos de José Martí a partir un proceder metodológico sustentado en la comprensión lectora, contribuye el aprovechamiento de las potencialidades instructivas y educativas de su obra para lograr, desde el conocimiento de esta, no sólo la identificación de las nuevas generaciones de cubanos con el pensamiento y la acción de nuestro Héroe Nacional, sino la asunción consciente de su legado como fundamento de actitudes, valores, cualidades y modos de actuación.

Los textos El 10 de Abril y Nuestra América son ejemplos ilustrativos de los valores cognitivos y educativos, éticos y estéticos que caracterizan la multifacética obra del Apóstol, en tanto posibilitan el conocimiento de significativas ideas de su pensamiento político revolucionario y, al mismo tiempo, el acercamiento afectivo-emocional a esos valores, que reflejan la profunda esencia humanista y las extraordinarias virtudes de su portador, lo que condiciona su influencia en la formación integral del ser humano.

Referencias

  1. Buenavilla, R. (2002). Proyecto de investigación: Figuras destacadas de la cultura nacional. Contribución al desarrollo de la educación y la teoría pedagógica cubana. La Habana: ISPEJV.
  2. Díaz, H. (2002). Apuntes sobre los medios de enseñanza de la Historia. En: Enseñanza de la Historia. Selección de Lecturas. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
  3. Mañalich, R. (1999). Taller de la Palabra. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
  4. Martí, J. (1975). El 10 de Abril. En: José Martí. Obras Completas. (t. 4). La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
  5. Martí, J. (1975). Nuestra América. En: José Martí. Obras Completas. (t. 6). La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
  6. Pichardo, H. (2008). José Martí. Lecturas para niños. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
  7. Torre, E. de la. (2017 mayo-agosto). El estudio de los textos de José Martí. Un proceder metodológico. En: Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, La Habana: Revista VARONA (electrónica), edición especial.