Varona

No.64  Enero-Abril, 2017.    ISSN: 1992-82

La relación educación-economía.  Una  mirada  desde las ciencias de la educación

Education-economy relationship. A view from the science of education

Esp. Raúl  E. Fernández Canals. Profesor Auxiliar. Vicerrector de Economía y Servicios. Universidad de Ciencias Pedagógica Enrique José Varona.
Correo electrónico: raulfc@ucpejv.rimed.cu
Dr.C. Jorge E. Carbonell Pérez. Profesor Titular. Especialista en Dirección Científica. Universidad de Ciencias Pedagógica Enrique José Varona.
Correo electrónico: jorgecp@ucpejv.rimed.cu

Recibido: abril 2016                                                  Aceptado: octubre 2016


RESUMEN.

El objeto de estudio de la economía tiene inobjetables implicaciones para el funcionamiento del sistema educativo y para la red de instituciones que la conforman que se concretan en el objeto de estudio de  la economía de la educación,  una ciencia muy joven  que, como una rama de las ciencias de la educación, se ha ido desarrollando para  estudiar  cómo la economía se aplica a la educación,  al fundamentar  cómo la asignación y la utilización racional  de los recursos económicos, humanos  y financieros influyen en la efectividad del proceso educativo en las instituciones  y, por consiguiente, en  la calidad de la educación.

Palabras clave: educación-economía, economía de la educación en las ciencias de la educación

ABSTRACT.

The object of study of economics has unobjectionable implications for the functioning of the education system and the network of institutions that comprise that are specified in the subject matter of the Economics of Education, a very young science, which as a branch of Science education has been developed to study how the economy is applied to education, to justify how rational allocation and use of economic, human and financial resources influences the effectiveness of the educational process in institutions and therefore the quality of education.

Keywords: education-economy,economics of Education in Science Education



Introducción

En el ámbito nacional, la relación  educación- economía no ha sido suficientemente investigada desde la investigación científica en  las Ciencias de la Educación, lo que no ha permitido  revelar con suficiente rigor científico las implicaciones de esta relación en la gestión de los procesos sustantivos universitarios; sin embargo, en el marco del proceso de actualización del Modelo Económico y Social  Cubano, de las  nuevas normas sobre el Sistema de Control Interno y  de la implementación del Sistema de Evaluación y Acreditación de las Instituciones de la Educación Superior,  el interés por los aspectos económicos de la educación se ha ido convirtiendo en un objeto de estudio de particular importancia, debido a su impacto en el estudio de los procesos formativos que se desarrollan en estas instituciones. 

En  lo que a Latinoamérica respecta, se han ido perfilando dos tendencias sobre el enfoque de la educación: una abiertamente neoliberal, que la concibe como gasto social, como una carga para los estados y, desde esta perspectiva la privatización, es la vía que permite reducir los elevados costos de la educación y aporta una orientación deliberadamente economicista para el estudio de la relación educación- economía. La otra, que han ido desarrollando los gobiernos progresistas de la región, con una orientación  hacia el desarrollo humano sostenible,  concibe el auténtico significado de los conocimientos cuando se ponen al servicio de la sociedad,  la solidaridad y la comprensión entre las personas y países al asumir el desarrollo,  desde una perspectiva social.

Dentro de esta corriente de pensamiento, la educación adquiere un valor de relevancia social, con una  orientación que impulsa e incentiva los valores humanos y  no solo se reconoce como una categoría de interés económico, sino también con implicaciones sociales y pedagógicas que  conforman otra mirada desde la que puede ser examinado  el  vínculo  entre educación y economía.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)  reconoce que la categoría desarrollo nose vincula solamente al crecimiento económico,  pues incluye  también como componentes esenciales de desarrollo, el mejoramiento de las condiciones de vida, la educación y la cultura; de modo que las transformaciones de los sistemas educativos y el funcionamiento de sus  instituciones, se integran a este enfoque de desarrollo, lo que muestra una nueva perspectiva desde la que puede ser examinada la relación entre educación y economía.     

La economía  es la ciencia social  que integra, a su objeto de estudio, la manera en que se administran  los recursos existentes con el fin de satisfacer las necesidades que tienen las personas y los grupos humanos; de esta forma, su objeto de estudio está estrechamente vinculado a  la actividad humana, sustentada en  los procesos de producción, comercialización, distribución y consumo de bienes y servicios  para satisfacer las necesidades ilimitadas de los diferentes grupos sociales, familias, empresas y  gobiernos. Analiza las decisiones relacionadas entre los recursos de los de que se dispone y las necesidades que cubren.

El objeto de estudio de la economía tiene indiscutibles implicaciones para el funcionamiento de los  sistemas educativos, que se concretan en el objeto de estudio de  la economía de la educación,  una disciplina muy joven,  que como una rama de las ciencias de la educación, se ha ido desarrollando para  estudiar  cómo la economía se aplica a la educación,  al fundamentar  cómo la asignación y la utilización racional  de los recursos económicos, humanos  y financieros influye en la efectividad del proceso educativo en las instituciones  y, por consiguiente, en  la calidad de la educación.

La economía de la educación, como disciplina integrante de las ciencias de la educación, tiene también  a la educación como su objeto de estudio pero, a diferencia de las demás ciencias que integran las ciencias de la educación, lo estudia desde la dimensión económica pues conforma un sistema de conocimientos  dirigidos  a optimizar la aplicación de las políticas públicas  en las instituciones educativas con el propósito de asegurar la gestión efectiva  de los recursos materiales, financieros y administrativos, elementos esenciales para la calidad de la  educación.

Estas ideas son relevantes porque plantean un punto de encuentro entre dos categorías estrechamente vinculadas al desarrollo social: educación y economía,  aunque se advierte que cualquier intento de reducir  el fenómeno educativo al  análisis de costos, gastos, ganancias o rentabilidad, desvirtúa la esencia humanista de esta relación; pero al mismo tiempo, no desconoce que dicha relación expresa la necesidad de analizar los problemas vinculados a la utilización racional de los recursos y a la evaluación de los aspectos económicos del proceso educativo.

Desarrollo

Al revisar el Diccionario de Sinónimos de la Real Academia de la Lengua Española,  se puede ver que al vocablo presupuesto se le atribuyen como sinónimos los de  supuesto e hipótesis, y también se reconoce como plan integrador y coordinador que formula, en términos financieros, los recursos y las operaciones  necesarias para  una entidad en  un período determinado,  con el fin de lograr los objetivos fijados. 

Sullivan A., Sheffrin M. consideran que la integración de ambas representaciones permite asociarle al término los significados de cálculo, proyección  y negociación anticipada de  gastos  e ingresos de la actividad económica de una entidad durante un periodo de tiempo, de manera que se trata de un plan de acción dirigido a cumplir una meta prevista, expresada en valores y términos financieros  para ser cumplir en determinado periodo de  tiempo y bajo ciertas condiciones previstas; por ello, es un instrumento de desarrollo anual de las empresas e instituciones.

Por su parte,  en los documentos presentados al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba se entiende como el plan financiero fundamental para la formación y la utilización de los recursos financieros del Estado, que se elabora a partir de la previsión o estimación de gastos y de recursos financieros necesarios para cumplir con los objetivos y compromisos del sector público. Ello comprende  que la elaboración del presupuesto en cualquier  institución de la educación superior permite  establecer prioridades y evaluar la consecución de  los objetivos previstos en el  plan, de modo que  es también  la expresión de la planificación  institucional; por eso, es un instrumento de gran valor conceptual y práctico, que  revela los  recursos financieros de que se  dispone para lograr los objetivos y las metas propuestas, y alerta acerca de las estrategias o alternativas que deben ser diseñadas e implementadas, además de para utilizar los recursos disponibles por la institución (1).

Siguiendo a Sullivan A.,  Schiffrin M., se pueden reconocer los elementos constitutivos  del presupuesto:

-Intentan que  los recursos financieros  logren un cambio  en determinado período. 

-Orientan a cada una de las áreas  de la institución para el cumplimiento de la misión. 

-Constituye un elemento coordinador, lo cual significa  que su diseño debe tener un enfoque participativo.

El control: características principales

Estos razonamientos iniciales ubican, en el centro de la atención, al control, como un componente esencial de la gestión del  presupuesto. 

El enfoque actual del control, ofrece una perspectiva objetiva para la evaluación de los procesos  vinculados a la gestión del  presupuesto en las instituciones de la educación superior ya que posibilita detectar errores y desviaciones, y corregirlos durante su ejecución. Al mismo tiempo, ofrece probabilidades reales para detectar riesgos, enfrentarlos de manera equilibrada y adoptar las medidas dirigidas a asegurar la preservación de los medios y de los recursos contra cualquier pérdida, despilfarro, uso indebido, irregularidad o acto ilícito.

Por supuesto que este enfoque implica mayor complejidad, no solo por la sistematicidad que requiere para el monitoreo de los procesos, subprocesos y actividades  asociadas al control del presupuesto, sino por el hecho de que esta visión proporciona una perspectiva en la que el control no es solo una responsabilidad de los directivos al darle una orientación colectiva sobre la base del compromiso, la implicación y la comprensión de los valores de la institución como elementos definitorios para lograr su efectividad.

Mientras que el control de los procesos y actividades no llegue a convertirse en un asunto colectivo que se concrete desde la actuación individual, no puede asumirse como generador del cambio y, por otra parte, induce a pensar que no es solo un asunto  que incumba exclusivamente a los directivos, es sobre todo, un proceso colectivo, cuya efectividad depende de las sucesos reales de los directivos de involucrar a todos en el seguimiento, la evaluación y, de manera especial, en el desarrollo de las acciones para revertir las desviaciones detectadas. 

En consecuencia, el control del presupuesto se asocia de manera inseparable a otros procesos como la planificación, organización y ejecución; solo con un enfoque integrador es posible la detección y corrección de las desviaciones con una visión preventiva e integradora y esta apreciación aporta a la comprensión de su carácter de  sistema.

Todo esto ofrece una perspectiva acerca de que la gestión del presupuesto se inserta de manera inseparable, al proceso educativo en las instituciones de la educacion superior y justifica, desde el plano teórico que la relación educación- economía  puede ser abordada  desde las ciencias de la  educación.

Como se puede apreciar, el control es una herramienta esencial para la orientación  del cambio en las instituciones, pues  expresa las modificaciones progresivas que se producen en los procesos, las actividades y los resultados  previamente diagnosticados, y que revelan  un nivel de desarrollo superior. 

Una institución de la educación superior puede contar con una dirección eficiente, una estructura organizativa y proyección estratégica bien conformada y con  planes operativos bien concebidos, pero si estos componentes esenciales no tienen, como soporte, un sistema de control que posibilite la evaluación sistemática del estado del objeto social y de sus objetivos,  difícilmente los dirigentes podrán tener una clara visión de la situación real de su funcionamiento y, mucho menos, de la dinámica del cambio; por ese motivo,  una cuestión esencial del  control es la  detección de  las desviaciones que pueden  impedir o retrasar el cambio.

Se subraya la idea esencial que el cambio se evalúa esencialmente  mediante  el control. A veces, los directivos tienen una concepción equivocada sobre el control y esto no les permite comprender sus interconexiones con la planificación, con el desarrollo de las actividades y con la evaluación de los resultados y, desafortunadamente, esto tiene implicaciones negativas para  valorar cuando los indicadores que miden la eficiencia de los procesos fundamentales de la entidad se alejan de los resultados previstos.    

Por ello es importante precisar un conjunto de  ideas básicas  que ayudan a la comprensión de la relación entre  control  y  cambio, pero se advierte que  se trata de una lista incompleta, por lo que se invita a los lectores a buscar nuevas relaciones entre  control y  cambio. 

La comprensión de la relación control–evaluación es esencial y está ligada estrechamente a las  relaciones anteriores ya que influye de manera importante en la definición de la orientación y  el  contenido de las acciones futuras. No es posible lograr una evaluación efectiva del control sino se examina desde su relación con este; pero eso depende, en buena medida, que la evaluación descubra los rasgos esenciales de los modelos de actuación desplegados durante el desarrollo de los procesos y las actividades, y esto se expresa  a partir de la valoración de la magnitud de los  cambios o transformaciones producidos desde el análisis de los resultados alcanzados, el pronóstico de resultados futuros, la precisión de las características de los controles futuros, el otorgamiento de la categoría de evaluación y  del contenido del informe.

En este artículo se asume que el control es el proceso dirigido a garantizar  el seguimiento de todos los procesos y las actividades que se realizan en una institución. Es la realización de valoraciones objetivas sobre la base de la comparación sistemática entre los resultados que se van alcanzando y los resultados previstos, con la finalidad de identificar avances y  logros, desviaciones y problemas para  promover la búsqueda de soluciones y generar rectificaciones, reajustes, reconsideraciones y decisiones que contribuyan al logro de la misión de una institución educativa.

Fundamentos generales  del sistema de control del presupuesto

El concepto sistema ha sido abordado por una gran diversidad de autores pero, a pesar de esta variedad de enfoques, es posible distinguir lo expresado por Valle A., al expresar que todo sistema está compuesto por un conjunto de elementos que se encuentran en interdependencia, de modo que un cambio en uno, implica la  modificación en los restantes

Estas ideas se constatan en las  caracterizaciones que ofrece  Korolev (citado por Castro O.), para quien “[…] sistema es el complejo de elementos que se encuentran en interacción mutua, es la multitud de objetos, junto con las relaciones entre los objetos y sus atributos”, en la que aportan  Durasievich y  Stepanian  cuando aseguran  que “[…] al sistema lo caracterizan la integridad, la acción mutua de los elementos y las relaciones que condicionan la estructura del sistema integralmente concebido. La unidad del sistema está dada por los objetivos hacia los cuales se encamina.

Por su parte, Strauss reconoce a la estructura como  una de las características esenciales  del sistema y que, como componente del sistema,  precisa la manera en que se combinan sus elementos; por eso, al retomar nuevamente a  Korolev, se puede ver que “[…] sistema es la multitud de objetos, junto con las relaciones entre los objetos y sus atributos. Al sistema lo caracterizan las relaciones que condicionan su estructura como un todo” (2).

De manera que la estructura del sistema es el  elemento clave que le sirve de soporte  ya  que determina su eficacia, pero es necesario comprender que todo sistema, además de caracterizarse por sus interrelaciones internas, también establece relaciones externas con otros sistemas  mayores y, en este caso,  es un subsistema. Esto  quiere decir que  todo sistema es un todo único en relación con las condiciones  circundantes y con  otros sistemas.

Para los efectos de este artículo, se asumen los criterios de Valle A., donde en que  sistema es el conjunto de componentes lógicamente interrelacionados que tiene una estructura y cumple ciertas funciones con el fin de alcanzar determinados objetivos.

Los objetivos determinan las aspiraciones a alcanzar, expresan la transformación que se desea lograr. Las funciones revelan  las características generales del  proceso o actividad que se desea modelar para alcanzar  los objetivos del sistema. Los componentes son las partes que conforman el sistema  y la estructura expresa las relaciones  entre los componentes del sistema; estas relaciones deben quedar bien definidas, por lo que incluyen  las formas de implementación y las de evaluación.

De acuerdo con el  modelo genérico de  Valle A.,  se reconoce que todo  sistema interactúa con otros y, para lograr su adecuado funcionamiento, deben ser tomadas en cuenta las siguientes características:  

Estructura del sistema de control del presupuesto. Relaciones entre los componentes del sistema

La estructura del sistema de control queda determinada por las interrelaciones entre los componentes, o sea, entre las actividades  que determina, cada uno  de los componentes y los nexos que se establecen   con los demás componentes.

En este caso, el  criterio que justifica los  nexos entre los componentes  viene  dado por la secuencia y el  ordenamiento de las actividades desarrolladas, desde la notificación del presupuesto, hasta el análisis de la liquidación del presupuesto.  

De igual manera, otro punto de vista a considerar pueden ser las formas organizativas que se utilizan  para el análisis de los diferentes componentes,  los espacios de análisis  y el contenido de las actividades que se realizan  como parte de la implementación del sistema de control

Las funciones del sistema de  control del presupuesto

Al declarar los componentes del sistema, resulta de gran interés precisar las funciones teniendo en cuenta el contenido de los componentes. Las funciones reflejan las diferentes  acciones desarrolladas en el marco de la aplicación del sistema de control del presupuesto,  con el propósito de  asegurar su efectividad, de ahí la importancia de definirlas  adecuadamente.   

Es muy importante destacar  que  el sistema que se propone  tiene como  función  básica la comprobación o verificación sistemática del estado financiero de la entidad, lo que permite  evaluar la marcha de su ejecución mediante la comparación permanente entre lo que se ejecuta  y lo planificado para, de esta forma, detectar posibles desviaciones y  corregirlas.

Por otro lado, se parte del reconocimiento que las funciones son acciones generalizadoras sobre el objeto, en este caso, el control del presupuesto y, en este sentido, se identifican como tales las  funciones  preventiva, correctiva, educativa,  socializadora  y  movilizadora. Estas funciones se dan juntas e interactuando y solo se separan para ser estudiadas.     

La función preventiva del sistema de control del presupuesto se expresa mediante las  acciones dirigidas a asegurar las posibilidades reales del sistema  para   reducir  riesgos e improvisación  en la ejecución, con el propósito de mantener los gastos e ingresos acorde con la desagregación y la programación mensual aprobada. Esta función  se pone de manifiesto, por ejemplo,  en los análisis mensuales que se realizan en el consejo universitario.

La función correctiva forma parte del control. En estrecha relación con la anterior función, asegura los mecanismos necesarios para la comprobación y la evaluación  permanente de la ejecución del presupuesto, de manera que se pueda solicitar al organismo superior una actualización de la desagregación y la programación mensual para corregir las desviaciones detectadas.  

La función educativa expresa el aporte que realiza el sistema de control del presupuesto a la formación de la cultura económica y organizacional, de los  valores compartidos y, por lo tanto, al actuar en consecuencia de la comunidad universitaria. Otra arista importante se muestra en la contribución que realiza  al desarrollo de acciones de preparación y superación, así como  a la formación de las reservas de cuadros de la institución universitaria.

La función socializadora queda determinada por el carácter abierto del sistema de  control del presupuesto, que involucra a todos los miembros de la comunidad universitaria, de manera que esta función  muestra el carácter participativo en el  análisis y la evaluación del presupuesto, en correspondencia con los intereses de nuestro sistema socioeconómico.

La función integradora se revela en la interrelación armónica entre los  componentes del sistema en su integralidad, en función del logro de la misión de la institución. Esta función adquiere una magnitud especial por el hecho de que  expresa la integración de todos los componentes de la estructura de dirección de la institución en función de la proyección, la implementación y la evaluación del sistema.  

La aplicación del sistema de control del presupuesto requiere de un alto nivel de integración entre todos los componentes de la estructura organizativa  institucional, así como de su sistema de relaciones, para que pueda  garantizar el funcionamiento del flujo de información ascendente y descendente por medio de la línea de mando y la retroalimentación correspondiente,  en concordancia  con  el carácter cíclico en espiral del  sistema de trabajo de la institución.

Por otra parte, al considerar la integración como función del sistema, esta no se limita al plano de las relaciones entre las personas, ya que es necesario considerar el compromiso y la implicación de estas con la administración, eficacia y eficiencia los recursos destinados al cumplimiento del objeto social de la institución.

La función movilizadora expresa la síntesis integradora de las funciones  examinadas, pues muestra la  capacidad de convocatoria que debe caracterizar  el análisis del presupuesto, para lo cual se debe sustentar  en el dominio de los aspectos económicos, en el liderazgo, estilos de dirección y habilidades directivas, como premisas indispensables para involucrar e implicar a todos en la materialización del objetivo del sistema de control que se propone.

Como se puede apreciar entre estas  funciones  hay una estrecha relación, hay aspectos comunes y  diferencias. La condición de actividad permite distinguir,  en cada una de ellas, una estructura interna integrada donde  los sujetos realizan  un conjunto de operaciones y actos con contenidos específicos, las hace diferentes y,  al mismo tiempo,  existen  nexos e interrelaciones que, en la práctica, impiden que se examinen de manera independiente.

Las formas de implementación del sistema de control del presupuesto establecen  qué acciones y recursos son necesarios  para su puesta en funcionamiento. Una cuestión esencial a  tener en cuenta es que el sistema de control opera  en la propia dinámica del funcionamiento de la estructura organizativa institucional , por lo tanto, se integra al sistema de relaciones.
Importancia de los conceptos básicos de la cultura económica

Lo analizado permite  destacar la importancia de trabajar por una cultura económica, pues es la expresión de la integración sistémica de la relación educación- economía, desde las ciencias de la educacion. De acuerdo con la UNESCO, la cultura es el  conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos de una sociedad o grupo social.

Engloba no solo las artes y letras, también modos de vida derechos del ser humano, valores, tradiciones y creencias.

A partir de lo anterior se precisan las características  esenciales como base para una correcta comprensión y una adecuada proyección de las acciones para su formación en los edu­candos:

Estos rasgos muestran  el papel relevante de la educación en la formación de la cultura económica; pues es el proceso que permite la apropiación de  conoci­mientos, habilidades, valores específicos de la cultura econó­mica y normas de comportamiento, entre otros  que complementan este proceso.

La función económica de la educación, que se concreta esencialmente en la escuela, asegura la preparación de los estudiantes  para enfrentar la  vida laboral, que continuarán enriqueciendo sus relaciones sociales en el proceso de producción de bienes o servicios en el que se incorpore, pero la base está en lo aprendido en la escuela.

Para facilitar la labor metodológica, es necesario esclarecer algunos de los conceptos claves relativos a la cultura económica, los cuales deben ser abordados en todos los colectivos estudian­tiles y laborales para que sean comprendidos y aplicados, tanto en los análisis y los debates, como en las actuaciones de los sujetos, considerando, por supuesto, las particularidades de los diferentes niveles de enseñanza.

La cultura económica en el contexto cubano

La cultura económica está íntimamente relacionada con la polí­tica; por ello, depende de decisiones políticas, no solamente nacio­nales, sino de aquellas decisiones que involucran prácticamente al mundo entero, dada la condición de aldea global que tiene el mundo de hoy. Para, es necesario profundizar primero en la política que mueve los mecanismos económicos, entre los que podemos citar el costo de la vida, el precio del pan, del arroz, de la ropa, de las medicinas y, en general, de los bienes de servicio y de consumo.

Desde esta mirada, para formar una cultura económica debe­mos profundizar, en primer lugar, en el conocimiento de las políti­cas que marcan las pautas a nivel internacional, y en particular, en el contexto cubano. Este análisis posibilita identificar dos posicio­nes: la primera, relacionada a nivel mundial, donde el desarrollo económico se potencia desde los procesos inversionistas y el ahorro; y la segunda, a que en Cuba, por su condición de país en vías de desarrollo y por el férreo bloqueo del imperialismo yanqui al que ha sido sometido durante décadas, para el desarrollo económico de la nación se potencia el ahorro como elemento clave.

El ahorro, mediante el control sistemático tiene una connotación económica que reviste un profundo significado político, estratégico, de super­vivencia nacional, por lo que para los docentes, lograr entre sus educandos su concientización es vital.

¿Qué responsabilidad contraen directivos, profesores, traba­jadores y estudiantes a partir de la necesidad de un uso más efi­ciente de los recursos que invierte el país para el desarrollo de la actividad educacional?          

Esta responsabilidad está ligada a su función en el proceso educativo: la formación de las nuevas generaciones fortaleciendo la cultura económica, los valores que sustenten una actuación comprometida con el uso racional de los recursos.

La formación de la cultura económica   desde su aspecto metodológico

El maestro  o profesor  enseña con lo que sabe y educa con lo que es. Para lograr avances en sus estudiantes tiene que tener conciencia de ahorro de recursos, tiene que combatir el derroche, el despilfarro y tiene que prepararse en las ciencias de la educación para incidir en los estudiantes de la manera más óptima. Esta ha sido y debe ser la manera de actuar de los profesionales de la educación en nuestra patria, y estamos seguros de que cada colectivo pedagógico será un baluarte en esta batalla. La sociedad actual requiere desarrollar su cultura económica para enfrentar la crisis y luchar contra los males económicos que agobian a la humanidad; sin embargo, las acciones que se emprenden en las instituciones educativas, en este sentido resultan insuficientes, en tanto que los estudiantes carecen de las herramientas necesarias para detectar y solucionar problemas profesionales al respecto.

El Ministerio de Educación (MINED) ha publicado diversos documentos que pueden ser utilizados para orientar el accionar metodológico de los profesores en el proceso de formación de la cultura económica en los estudiantes; sin embargo, consideramos que hay aspectos que, por su importancia y trascendencia, deben ser puntualizadas. Entre ellos se destacan:

a) Los componentes de la cultura económica:

b) Los conceptos clave a fortalecer en los estudiantes, como base para el desarrollo de una cultura económica y la responsabili­dad económica, ahorro, eficiencia, eficacia, uso adecuado de medios, cuidado de la propiedad social, la base material de estudio y de vida, pago tributario, responsabilidad ecológica.

c)         Los componentes para el desarrollo de la conciencia econó­mica:

d) Las vías que tienen los profesores para fortalecer la cultura económica en los estudiantes:

e) Los métodos para fortalecer la cultura económica en los estudiantes:

Conclusiones

El  artículo  aporta rasgos distintivos de la relación educación- economía a partir del sistema de control del presupuesto, proceso que subyace de la adecuada cultura económica  y que debe ser objeto de profundización en toda institución educativa.

Referencias bibliográficas

  1. Sullivan A., Steven M. Sheffrin Pearson Prentice Hall. Principles in action. Upper Saddle River, New Jersey:  Editorial Economics; 2003, p. 502.
  2. Castro O.  Sistema de evaluación. Una concepción para su perfeccionamiento. [Tesis en opción al grado científico de Doctor. La Habana. Cuba: ISPEJV; 1997.

 

Bibliografía