El trabajo educativo en el año académico. Experiencia en la carrera de Agronomía de la UPR
Educational work in the academic year. Experience in the career of Agronomy of the UPR
MSc. Noraida Garbizo Flores. Profesor Auxiliar. Universidad Hermanos Saiz Montes de Oca. Pinar del Río.
Correo electrónico: norita@upr.edu.cu
Dr. C. Mayra Ordaz Hernández. Profesor Titular: Centro de Estudios en Ciencias de la Educación Superior (CECES). Universidad Hermanos Saiz Montes de Oca. Pinar del Río.
Correo electrónico: mayraog@upr.edu.cu
Recibido: abril 2016 Aceptado: octubre 2016
RESUMEN. El trabajo educativo desempeña un rol esencial en la formación integral del estudiante universitario, en pos de aportar profesionales que armonicen la excelencia en el ejercicio de su profesión y una actuación sustentada en valores de alto significado humano. Enfrentar tamaño reto es una tarea compleja, que requiere de una actuación transformadora para trascender la formación profesional y potenciar el desarrollo personal y social del estudiante. En virtud de lo expresado, se realizó un estudio en la Universidad de Pinar del Río con estudiantes de la carrera de Agronomía, el cual permitió implementar una experiencia de trabajo educativo, intencionando en todo momento la atención a las necesidades de los jóvenes universitarios en relación con las demandas sociales al proceso de formación. Los principales resultados se obtuvieron a partir del diseño de un sistema de talleres para atender diversos temas relacionados con la labor educativa y su impacto en la formación de profesionales integrales, que sensibilizaron a los estudiantes con temas relacionados con la juventud, sus valores y proyectos futuros y los dotaron de herramientas para la proyección de metas futuras en el área de la profesión, corroborándose el significado del trabajo educativo como proceso de cooperación y aprendizaje permanente de sus protagonistas. Palabras clave: trabajo educativo, formación integral, valores, proyecto de vida |
ABSTRACT. The educational work plays an essential role in the integral formation of the university student, in order to contribute professionals who harmonize the excellence in the exercise of their profession and a sustained action in values of high human meaning. Facing size challenge is a complex task, requiring a transformative action to transcend professional training and enhance the student's personal and social development. Based on the above, a study was carried out at the University of Pinar del Rio with students of the Agronomy career, which allowed the implementation of an educational work experience, aiming at all times to attend to the needs of university students in relation to with the social demands to the training process. The main results were obtained from the design of a workshop system to attend to various topics related to educational work and its impact on the training of integral professionals, who sensitized students with themes related to youth, their values and future projects And provided tools for the projection of future goals in the area of the profession, corroborating the meaning of educational work as a process of cooperation and lifelong learning of its protagonists. Key words: educational work, integral formation, values, life project |
Introducción
La formación integral del estudiante universitario constituye la máxima aspiración de la Educación Superior cubana, proceso que requiere articular la formación de conocimiento y habilidades que le permitan al joven insertarse en el complejo mundo de la ciencia y la tecnología y una actuación sustentada en aquellos valores de alto significado humano. Estos elementos articulados entre sí, aportan como resultado un profesional competente y socialmente comprometido, exigencia que reclama de la universidad cubana actual, la concepción de un trabajo educativo que tribute a la consecución de tales propósitos.
Irrumpir en el estudio del trabajo educativo en el contexto actual de transformaciones que acontecen en la sociedad cubana y particularmente en la Educación Superior, requiere asumir las consideraciones de Chacón N. (2012), al esbozar que:
La educación como proceso formativo o como institución social encierra en su contenido una dimensión ética que está presente desde la propia intención o propósito humano de influir positivamente en otras personas para enseñarles el Bien, esto es, aprender a ser seres humanos y a vivir armónicamente en una familia dentro de su contexto social, aprendizajes que en general encierran conocimientos, habilidades, afectos sentimientos, cualidades y formas de comportamientos (1).
Concebir entonces, el trabajo educativo en la Educación Superior como tarea esencial de una Universidad Socialmente Responsable, constituye un tema recurrente en el planteo pedagógico cubano. En tal sentido, las investigaciones que anteceden a este estudio, corroboran el significado del trabajo educativo como proceso pedagógico orientado a la formación integral del estudiante: Báxter E. (2003), Chacón N. (2002, 2014, 2015), Horruittiner P. (2007), Domínguez L. (2014), Jaime G. (2014).
Otros investigadores ha centrado su atención en el trabajo educativo orientado a individualidad del estudiante, con el aporte de diversas propuestas pedagógicas que tributan al perfeccionamiento de la formación de profesionales en la Educación Superior, resultando significativos los aportes de: D´Angelo O. (2001), Del Pino J.L. y Recarey S. (2004, 2010), Ordaz M. y Márquez J. L. (2014), Lazo Y. (2015).
En otro plano de análisis, se destacan los estudios que examinan el trabajo educativo en relación con la formación y educación de valores en el proceso de desarrollo moral de la personalidad. Entre estos trabajos, se destacan: López Bombino L. (2004), Díaz T. C. (2013), Chacón N. (2002, 2014), entre otros los que aportan un marco teórico referencial para el abordaje de la formación y educación en valores, los métodos para educarlos y evaluarlos, así como otros presupuestos teóricos y metodológicos de imponderable valor para su estudio.
Desde esta perspectiva de análisis, formar profesionales integrales que se distingan como ciudadanos y personas, requiere intencionar nuevas manera de concebir e implementar el trabajo educativo con los jóvenes universitarios, despojado de la rutina y el discurso verticalista que en muchos casos esta permeado la practica pedagógica. Por ello, se reclama de creatividad, flexibilidad y dinamismo en la definición de métodos, medios y formas de organizar las influencias educativas que respondan a las necesidades de los jóvenes en el entrecruce del momento histórico en que viven, en relación con las demandas sociales al proceso de formación de profesionales.
Sirva entonces este trabajo como punto de partida para polemizar, reflexionar, buscar nuevas aristas para explorar de un tema álgido, polémico y de imponderable valor para los jóvenes que sueñan con un futuro promisorio y la universidad que aspira a satisfacer su encargo de manera socialmente responsable.
Por tanto, este artículo tiene como propósito aportar una experiencia de trabajo educativo para contribuir a la formación integral del estudiante universitario en el año académico, con jóvenes de la carrera de Agronomía de la comunidad universitaria “Hermanos Saiz Montes de Oca”, propuesta que se sustenta en las experiencias de trabajo educativo y orientación psicopedagógica en la formación de profesionales.
Desarrollo
Independientemente de los avances que en el orden educativo e instructivo se han obtenido, un problema educativo presente en la Educación Superior Cubana, lo constituye la necesidad de una mayor eficiencia de los procesos formativos en la enseñanza superior, no solo en cuanto a la elevación del nivel técnico-profesional de sus egresados, sino también en sus cualidades morales y especialmente en su formación político-ideológica.
Los objetivos del trabajo del Partido orientan: desarrollar la labor política e ideológica de manera creativa, diferenciada, personalizada y continua; utilizar métodos, formas y vías de comunicación más diversas y eficaces; concebir las instituciones educativas como centro de formación de valores donde se potencie el amor a la patria y al trabajo, la educación cívica, moral y estética; profundizar en el legado ético, humanista y antiimperialista del pensamiento y la obra de Martí y Fidel; y perfeccionar la enseñanza de la teoría marxista leninista y de la Historia de Cuba (2).
Si bien, el trabajo educativo resulta un tema recurrente en la práctica pedagógica, la formación de profesionales demanda una visión transformadora de este proceso, su desarrollo, a partir de las necesidades de la generación actual de estudiantes universitarios que se forman, promover aprendizajes participativos, el diálogo, la reflexión y nuevas maneras de hacer, en contextos diversos y heterogéneos.
Por ello, el desafío está en desarrollar un trabajo educativo que no se limite a los resultados docentes, que sea expresión de un objetivo más amplio, la formación de un profesional capaz de sentir y actuar integralmente en correspondencia con las necesidades de la sociedad.
El trabajo educativo y su nexo con la formación de valores, constituye otra perspectiva de análisis interesante. En tal sentido, se coincide con López L. (2004) al subrayar que:
Se trata de que el sujeto o los sujetos implicados en este proceso logren alcanzar, o plasmar, niveles de desarrollo moral y axiológico relevante y pleno de actitudes humanas, expresadas o plasmadas por el sujeto en el ejercicio de su comportamiento diario. Es indispensable para el proceso de enseñanza – aprendizaje, e incluso para otros niveles y ámbitos de expresión, la adecuación y efectividad real del valor (3)
Sin dudas, el trabajo educativo se dirige a la formación de cualidades de la personalidad, mediante la interiorización de una jerarquía de valores que potencien una actuación profesional responsable y de compromiso social, lo que requiere desarrollar acciones axiológicas coherentes y sistemáticas que promuevan el protagonismo de los estudiantes en la organización de su vida estudiantil y en su aporte y compromiso con las tareas que demanda la sociedad.
En esta línea de análisis y con mayor énfasis en la formación integral del profesional Horruittiner P. (2006) considera que: La Educación Superior Cubana ha comprendido plenamente que los objetivos relacionados con la formación de la personalidad del estudiante son los más importantes de todo el proceso de formación, y en correspondencia con ello ha elevado al rango de estrategia principal el sistema de influencias educativas a realizar en cada universidad, para lograr la formación de los valores que deben caracterizar a un profesional en la época actual. Y lo hace conscientemente” (4).
Desde esta perspectiva de análisis, Díaz (2013) define el trabajo educativo centrado en valores como “proceso pluridimensional, intencional, sistémico e integrado que refrenda la formación y el desarrollo de la personalidad consciente y activa del estudiante como ciudadano cubano” (5).
Por su parte, Domínguez L. (2013) ofrece un análisis del trabajo educativo en relación con la formación de valores morales, destacando como básico la idea que:
El debate sobre el tema de la formación de valores debe abordarse desde una perspectiva amplia, ya que los mismos no se asocian solamente a la ideología y a la política, sino que también se conforman y se expresan en las relaciones del joven con sus compañeros, con sus amigos, con su pareja, en el seno de la familia y en su comunidad; en la forma en que se proyecta al futuro, en la manera que elabora y lleva a cabo sus proyectos profesionales, en una palabra, en su “actitud ante la vida”, en su más amplio sentido (6).
Del análisis de la consabida autora se derivan como elementos esenciales de la teoría y práctica pedagógica:
- La necesidad de concebir el trabajo educativo como un proceso que trasciende lo curricular y coloque canto especial en la formación personal y social del joven universitario.
- La Responsabilidad Social Universitaria con el trabajo educativo como proceso y resultado.
- La necesidad de atender al nivel singular personalizado en relación con las necesidades sociales al proceso de formación y las exigencias del modelo de formación del profesional.
A partir de los argumentos que se esgrimen, el trabajo educativo se muestra como un proceso inagotable en su estudio, con miradas muy diversas al compromiso de las instituciones, la valía del ejemplo personal del maestro, la responsabilidad de la familia y la manera en que se organizan los sistemas de actividad y comunicación en los diferentes escenarios educativos. Pero algo es común para todos los análisis, la necesidad de formar y/o desarrollar valores como tarea prioritaria de la educación.
De este modo, el trabajo educativo se convierte en elemento nuclear de la Responsabilidad Social Universitaria, lo cual implica asumir las diversas perspectivas teórica y metodológica que lo examinan como un proceso complejo, flexible y creador, en un contexto de transformaciones que demanda el perfeccionamiento de este proceso con la apropiación de saberes pedagógicos que se expresen en la responsabilidad compartida, el compromiso con el cambio y la pertinencia de las acciones educativas dirigidas a la formación integral de los futuros profesionales.
Fundamentos, principios y características esenciales del proceso de trabajo educativo del año académico.
El presente trabajo se sostiene en los siguientes fundamentos y posiciones teóricas generales que sustentan el trabajo educativo en el contexto de la formación de profesionales integrales.
- Las posibilidades teóricas y metodológicas de la Filosofía de la Educación para fundamentar un proceso de trabajo educativo dinámico, flexible y creador, sustentado en las tradiciones más importantes del pensamiento cubano, la vigencia del pensamiento martiano y la continuidad histórica del pensamiento de Fidel, referentes que se articulan con las ideas de de Marx, Engels y Lenin como fundamentos filosóficos de la concepción que se aporta.
- La interdependencia recíproca entre escuela y sociedad, lo cual permite fundamentar un proceso de trabajo educativo que profundiza en conocimiento de la sociedad, su sistema de relaciones, así como aquellos contextos más inmediatos en que se forman los jóvenes universitarios e influyen en sus vivencias, experiencias y comportamientos.
- La escuela histórico cultural de Vigotsky, particularmente su concepción personológica, al revelar como aspectos esenciales, el significado de lo histórico social como determinante del desarrollo psíquico, la relación entre lo afectivo y lo cognitivo, el carácter reflejo de la psiquis humana, la naturaleza interactiva del ser humano, así como la actividad y la comunicación como categorías que posibilitan explicar dicha naturaleza.
- La relación entre formación y desarrollo como una unidad dialéctica que permite fundamentar el trabajo educativo, al reconocer que la educación cumple una función formativa y desarrolladora, el significado de estudiantes y agentes educativos en un proceso que potencia el crecimiento personal de ambos y categorías que permiten considerar al hombre un ser biológico, espiritual, individual - comunitario e históricamente condicionado (7).
- Los fundamentos que distinguen el año como unidad organizativa de la dimensión educativa que muestra un tejido complejo de relaciones, donde convergen la interacción sistemática de todos los implicados, las que se derivan los roles y funciones que se asumen (8).
- La teoría de los procesos conscientes de Carlos Álvarez de Zayas, particularmente las leyes y componentes no personales que aporta al proceso docente educativo. Por ello, se asumen las relaciones del proceso docente-educativo con el contexto social: La escuela en la vida y las relaciones internas entre los componentes del PDE: La educación a través de la instrucción, como leyes que orientan la investigación.
- La concepción de un proceso de trabajo educativo orientado a la formación de cualidades de la personalidad, mediante la interiorización de una jerarquía de valores que potencien una actuación profesional responsable y de compromiso social.
Desde esta óptica, el trabajo educativo del año académico como proceso debe ser analizado a la luz de los principios y características esenciales que lo distinguen.
Por ello, se definen como principios que rigen y dinamizan el proceso aludido:
- Principio del carácter activo y transformador (principio rector): este implica que el trabajo educativo del año académico logra situar al estudiante universitario en el centro de la transformación creadora, el que de acuerdo a sus necesidades, autogestiona su formación en un proceso de aprendizaje permanente que conduce al perfeccionamiento de la realidad y de sí mismo.
- Principio del carácter contextualizado: se fundamenta en la concepción del trabajo educativo del año académico en correspondencia con las particularidades de los diversos escenarios educativos donde acontece el proceso de formación, lo cual permite diseñar sus objetivos e implementar acciones en función de las necesidades del estudiante, condiciones y transformaciones que acontecen.
- Principio del carácter integrador: su esencia radica en la capacidad de integrar a los sujetos que intervienen en el proceso, las relaciones que establecen con su entorno y las influencias educativas que se generan, en función del encargo social de la universidad. Es precisamente la estrategia educativa del año la que permite desarrollar un trabajo educativo del año académico, sustentado en la integración como cualidad esencial que permite las relaciones de coordinación y colaboración en función de atender las necesidades educativas y problemáticas del año.
- Principio de la personalización: significa que el trabajo educativo del año académico se realiza, a partir de la individualización de las influencias educativas, las que permiten brindar diferentes niveles de ayuda en correspondencia con las necesidades del joven universitario y las tareas educativas de la etapa, prestando atención a su mundo espiritual, sus sentimientos, aspiraciones futuras, en un clima de comunicación afectiva y respeto a la individualidad del sujeto.
Los principios declarados deben confluir en la concepción actual del proceso de trabajo educativo. Su implementación requiere que los profesores se caractericen por:
- Un alto compromiso social con la formación de profesionales integrales.
- La asunción de modo consciente y responsable su doble rol como facilitador del proceso docente y conductor de la labor educativa.
- Posean una sólida formación profesional para desarrollar un trabajo educativo orientado a la formación ética, axiológica y humanista que signifique el valor de aprender a ser virtuoso.
- Empleen de manera creadora métodos, medios y formas de organizar las influencias educativas, así como desarrollen habilidades para trabajar en grupos y con grupos.
- Habilidades para trabajar en grupos y con grupos, personalizando las influencias educativas.
En correlato con los argumentos señalados, el trabajo educativo en el contexto de la formación de profesionales integrales, se debe caracterizar por ser:
- Flexible
- Participativo
- Individual y colectivo
- Transformador y autotransformador
- Creador
Estas características devienen en elementos esenciales para concebir un proceso de trabajo educativo que atienda de manera particular las necesidades de estudiantes, educadores y las que se derivan del propio proceso formativo, lo cual permitirá su implicación activa transformadora en las tareas educativas que acontecen en los niveles de universidad, carrera y año, a partir de atender al sistema de relaciones entre:
- La relación entre el trabajo educativo en los niveles de universidad, carrera y año académico.
- Las necesidades educativas, personales y sociales como punto de partida en el desarrollo del proceso.
- La relación entre la formación profesional y la formación personal.
- El vínculo de los objetivos de formación por etapas ascendentes y el modo de actuación profesional.
- El contenido del trabajo educativo y su relación con la formación profesional, humanista y política e ideológica.
- La relación entre las etapas del trabajo educativo y la evaluación de la integralidad del estudiante universitario.
La configuración de estas características del trabajo educativo articuladas entre sí, aportan nuevas cualidades al proceso aludido, mostrando un tejido de relaciones entre sus diversos actores en los marcos de la responsabilidad social
Para la obtención de resultados, se asume el método dialéctico-materialista, en tanto permite el estudio del objeto como proceso, emplear con acierto los conceptos devenidos del proceso objeto de estudio, la determinación de sus componentes y las principales relaciones dialécticas entre ellos, descubrir las contradicciones internas presentes en el objeto, así como la posibilidad de su transformación. Dialécticamente también se relacionan a lo largo de la investigación los métodos teóricos y empíricos, con la utilización sistemática de los procedimientos: inducción-deducción; análisis-síntesis-concreción-abstracción; que operan en todo el proceso del conocimiento científico.
Se utilizaron como métodos del nivel teórico: el histórico-lógico para el estudio teórico del proceso objeto de estudio, su evolución histórica, particularidades que lo caracterizan con énfasis en el contexto cubano y en particular en la Universidad de Pinar del Río y el método sistémico estructural, que permitió el diseño del sistema de talleres.
Entre los métodos del nivel empírico se destacan: el análisis documental, la encuesta, así como el sistémico para modelar el sistema de talleres. De igual manera se utilizó la estadística descriptiva: para organizar la recolección de datos, elaboración y análisis e interpretación de la información.
Se realizó un muestreo probabilístico aleatorio estratificado, con la población de estudiantes de la carrera de Agronomía, lo que permitió conformar una muestra de (54) de los años (1er, 2do y 3ero) que significan el 20% del total.
Propuesta de un sistema de talleres. Una experiencia en el año académico
Desarrollar un sistema de talleres extracurriculares orientados a la formación de proyectos de vida profesionales, reconoce la necesidad de atender la individualidad del sujeto, al tener en cuenta que el estudiante en tanto es centro del sistema de influencias educativas, es protagonista de este proceso. Por ello al concebir el trabajo educativo en la universidad actual, se requiere prestar atención a las necesidades de los jóvenes universitarios, sus intereses, motivaciones y proyectos futuros que le permitan un mejor desempeño como profesional y ciudadano y persona.
Para su implementación se asumieron como premisas esenciales:
- La vinculación de la educación con la vida, el medio social y el trabajo, en el proceso de educación de la personalidad.
- La atención al vínculo entre lo afectivo y lo cognitivo, como sustento psicológico de la motivación hacia el cambio.
- La relación entre actividad y comunicación.
- La posibilidad de desarrollar los talleres sin que medie una demanda explícita.
- El estímulo al debate y la reflexión, con del empleo de métodos y medios que involucren a estudiantes y grupo en el desarrollo de la tarea grupal.
En su concepción se optó por el empelo del taller como una forma de reflexión grupal, lo que obedece a su reconocimiento como un enfoque nuevo que posee un carácter participativo y alternativo, a partir de organizar los grupos de acuerdo a sus necesidades intereses, de acuerdo que un mismo grupo lo integren estudiantes de diversos años (9).
Se desarrollaron 4 talleres relacionados con las siguientes temáticas: imagen social de la profesión que estudio, proyectos de vida profesionales en jóvenes universitarios, necesidad de las habilidades sociales en la Universidad Socialmente Responsable, ¿Por qué son los valores la brújula del comportamiento.
Los talleres se desarrollaron en el curso 2015 -2016 en los meses (febrero –abril) con la participación de 46 estudiantes y 4 facilitadores.
Con la implementación de estos talleres se destacaron como aspectos significativos:
- La respuesta de los contenidos abordados y las necesidades de formación de los estudiantes universitarios para su desarrollo integral en el ámbito social.
- Dinámica de los talleres y la preparación de los facilitadores para su desarrollo.
- Sensibilidad de los estudiantes ante los temas referentes a la juventud, sus valores y los proyectos fututos, particularmente los que se trazan en el área de la profesión.
- Necesidad de desarrollar tema de interés para los estudiantes universitarios que trascienden lo profesional y provoquen la reflexión y el debate en torno a las vivencias de los jóvenes que estudian la misma carrera en sus diferentes años.
- Comprensión del significado del proyecto de vida profesional y su necesaria relación con el proyecto social de país, los valores como importante sostén de las metas que se desean alcanzar y las habilidades sociales como herramientas para favorecer el comportamiento socialmente deseado.
Para evaluar la pertenencia de los talleres se evaluaron los siguientes indicadores:
- Pertinencia del sistema de talleres extracurriculares propuestos.
- Nivel de preparación de los educadores (facilitadores) seleccionados para impartir los talleres.
- Asistencia de los estudiantes a los talleres.
- Motivación demostrada hacia los contenidos impartidos.
- Nivel de satisfacción de los estudiantes con el sistema de talleres extracurriculares y su contribución a su formación personal, profesional y social.
Los resultados alcanzados en cada taller, cumplieron las expectativas de los participantes, las que se expresaron al realizar la evaluación de cada taller, a partir de expresiones afectivas positivas que constituyeron indicadores esenciales para la evaluación de la estrategia e incidieron en la solicitud de su desarrollo en otras carreras de la Universidad de Pinar del Río.
- El 92% de los estudiantes reconocen la importancia de las temáticas de los dirigidas a atender su formación personal, profesional y social.
- Se reconoce por el 90% de los estudiantes la preparación de los facilitadores para la conducción de los talleres.
- Se mostró una elevada motivación de los estudiantes con los contenidos tratados, a partir de expresiones con un vínculo afectivo positivo como “son temas importantes para el desempeño profesional -social”, “motiva la reflexión en torno a mi vida profesional futura”, “valoro más la significación social de la profesión que estudio”.
- El 94% de los estudiantes expresó estar satisfecho con el desarrollo de los talleres y su incidencia en la estructuración de proyectos de vida profesionales
De manera general en el desarrollo se los talleres se apreció el marcado predominio de una alta satisfacción de los jóvenes con su aporte al desarrollo personal – social, desde su formación profesional como se expresa en el siguiente gráfico.
En la evaluación de los talleres, emergieron criterios de valor para perfeccionar el sistema de talleres en la práctica educativa de la carrera, a partir de elementos relacionados con el tratamiento de otras temáticas que también responden a las necesidades sociales de los futuros profesionales, el desarrollo de talleres en otros escenarios educativos en que se forman los estudiantes: (Residencia Estudiantil, Unidades Docentes), la necesidad de integrar en los talleres estudiantes de diversos años y carreras, para propiciar el debate y la reflexión grupal, desde diversas perspectivas de análisis).
La propuesta corroboró que los jóvenes universitarios se forman para transformar la sociedad actual en ambientes marcados por la incertidumbre, la competencia, la pluralidad y la diversidad. En estos entornos sociales el graduado, para cumplir su compromiso con la sociedad, debe poseer un repertorio de conductas socialmente habilidosas que le faciliten la comunicación, el diálogo, la divergencia, comportamientos que posibilitarán una convivencia social adecuada (10). Elementos esenciales para implementar diversas acciones en el proceso de formación profesional que tributen al perfeccionamiento de la dimensión social del trabajo educativo orientado a la formación de profesionales que contribuyan a la transformación social, desde sus saberes, actitudes y valores.
En sentido general, los talleres desarrollados, mostraron la importancia de desarrollar una labor educativa dinámica, flexible, creadora, prestando atención a las necesidades sociales al proceso de formación en su relación con las necesidades de los jóvenes que se forman, contenidos que no siempre forman parte de los currículo universitarios y resultan de inestimable valor para la formación de profesionales, ciudadanos y personas que asuman de manera activa y creadora las transformaciones del entorno y de sí mismo. Resultados que se corroboran en los estudios de Ordaz M., Márquez J. L, Alúm N., Lazo Y, (2007).
De igual manera, los resultados obtenidos coinciden con las investigaciones de Ordaz y Márquez (2011- 2014), pues los niveles de satisfacción con el sistema de talleres corroboraron la necesidad de la orientación psicopedagógica en el contexto universitario para atender sus necesidades en el aprendizaje, lo personal, lo profesional y privilegiar la atención a la dimensión social para contribuir a la formación de los jóvenes, con la implantación de acciones de acciones individuales y colectivas que permitan atender sus aspiraciones, inquietudes y cuestionamientos, a través de las funciones preventivas y remediales de este proceso.
Conclusiones
Contribuir al perfeccionamiento del trabajo educativo del año académico en la universidad actual, constituye un tema de inestimable valor para las Educación Superior, por sus repercusiones éticas y morales en la formación de profesionales integrales, comprometidos con las transformaciones que demanda la sociedad cubana actual. Por ello, constituye una problemática requiere ser interpretada en su relación con la contribución de los diversos agentes socializadores a logro de las pretensiones declaradas.
Los talleres implementados para abordar los contenidos relacionados con el trabajo educativo y su contribución a la formación personal, profesional y social del estudiante, constituyó una experiencia universitaria que potenció en los jóvenes una representación clara de sus metas y aspiraciones futuras en correspondencia con las necesidades del desarrollo social, la motivación por la elaboración de estrategias que promuevan el logro de los proyectos futuros en el área de la profesión, la autocorrección constante y la superación de conflictos.
Entre los principales resultados obtenidos con el desarrollo de los talleres, se destaca el nivel de satisfacción de los jóvenes con el abordaje de contenidos que trascienden lo profesional y contribuyen a su desarrollo personal - social, el intercambio de experiencias y la reflexión en torno problemáticas relacionadas con la juventud, los valores y proyectos de vida que demanda la formación de profesionales, ciudadanos y personas.
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