Varona

No.62   Enero-Junio, 2016.    ISSN: 1992-82

La formación como categorÍa de la PedagogÍa de la EducaciÓn Superior Pedagógica. Algunos apuntes y reflexiones

The formation as a category of the Superior Pedagogical Education. Some notes and reflections

Dr. C. Odalys Barrabia Monier. Profesora Titular. Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.
Correo electrónico: odalisbm@ucpejv.rimed.cu

Recibido: abril 2015          Aprobado: junio 2015


RESUMEN

Una categoría básica hoy para la pedagogía es la que refleja el proceso de formación del ser humano.  Tratar la categoría formación implica verla desde sus características generales hasta cómo se produce ese proceso en Cuba y en especial en la Educación Superior Pedagógica.
El artículo persigue el objetivo de describir el contenido de esta categoría tal como se percibe por la autora a partir de una sistematización de referentes teóricos, metodológicos y prácticos y como parte del resultado de una línea del proyecto de investigación de la Cátedra de Pedagogía y Didáctica de la universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique J. Varona.

Palabras clave: formación, formación de la personalidad, ciudadana, formación integral y profesional..

ABSTRACT

A basic categoryfor the pedagogy is the formation process of the human being. To work with this category is to assume and know its essentials and general characteristics and its application to the educational process in Cuba and in the University education.
This article has the objective of describe the content of this category just like it is perceive by the author, as a result of an investigation project of the Pedagogy and Didactic Cathedra of the University of Pedagogical Sciences Enrique José Varona.

Word which: Training, training of the personality, citizen, integral formation and professional.



Introducción

Un tema recurrente hoy en la literatura pedagógica de la Isla es el de la formación. Al respecto no se encuentra una única posición pero es obvio que es objeto de investigación de la Pedagogía.

En el país el uso del término tiene larga data, en los inicios de la Revolución cubana se utilizó sistemáticamente por parte de la máxima dirección del país que comenzaba a conformar lo que frecuentemente se llamó: formación de hombre nuevo,

Lo cierto es que en los momentos actuales se requiere una sistematización de su contenido. ¿Qué es la formación?, ¿cuál es la formación que necesita ese ser nuevo en Cuba a la luz de estos dinámicos y contradictorios tiempos?, ¿qué características debe tener la formación en la Educación Superior Pedagógica?

El objetivo del trabajo es describir el contenido de la categoría Formación  y de sus dimensiones.

Desarrollo

“Los jóvenes siempre son los mismos, lo que cambia son las circunstancias” (1)

El problema del ser humano en su formación constituye parte importante del objeto de estudio de múltiples ciencias donde ocupa un lugar esencial la Filosofía. Esta problemática ha estado expresada en las relaciones entre ser – pensar, materia – conciencia, la cognoscibilidad incognoscibilidad del mundo, relación dios – hombre, las determinantes del desarrollo de las ideas, el descubrimiento de la verdad, el desarrollo del pensamiento lógico y las formas de relación del hombre con el mundo: la actividad productivo – material, la actividad cognoscitiva y la valorativa.

Una de las formas actuales de enfocar la problemática que nos ocupa es partiendo del estudio de lo que los filósofos han definido como las tres dimensiones o reflejos de la relación del hombre con su realidad: la relación práctico – material o actividad práctica que es el núcleo de esa relación hombre – naturaleza – sociedad; la relación que se establece mediante la actividad cognoscitiva y la actividad valorativa. La categoría comunicación también aporta elementos indispensables para la comprensión del proceso formativo humano en la actualidad.

El marxismo constituye una guía teórico metodológica esencial para comprender el problema del “hombre nuevo”. Desde los trabajos de C. Marx en su juventud, en sus Manuscritos Filosóficos, hay una preocupación evidente por los problemas de la existencia humana, la importancia del trabajo no enajenante para su desarrollo. En obras posteriores del propio C. Marx y de F. Engels, estos aportarán una explicación más profunda de la relación individuo – sociedad, al carácter de clase de la educación a través de la historia, a la importancia del desarrollo de la conciencia revolucionaria para la construcción del comunismo, los valores de ese “hombre nuevo” para transformar la sociedad y transformarse a sí mismo, la importancia del dominio del conocimiento científico como herramienta para luchar contra la ideología burguesa, la relación base económica – superestructura.

De V. I. Lenin fue una preocupación constante la problemática del hombre y los modos de su formación. El hombre en el capitalismo es una mercancía más. Se compra y se vende su fuerza de trabajo. La sociedad nueva debe trascender ese fenómeno y trabajar en una nueva conciencia. Son destacables en V. I. Lenin su teoría del conocimiento, las reflexiones sobre la educación en el período de tránsito de la sociedad capitalista hacia el comunismo, su teoría de la Revolución Cultural, su concepción acerca del papel del hombre en la historia y del papel de los pueblos en las transformaciones revolucionarias, la importancia del vínculo de la escuela con la vida y el trabajo revolucionario para la formación de una conciencia comunista.

El problema de la formación del “hombre nuevo” en Cuba tiene raíces muy profundas y se destacan en las reflexiones filosóficas desarrolladas por el pensamiento criollo desde fines del siglo XVIII. El desarrollo de la filosofía renovadora en Cuba se da unida al surgimiento de la Nación y por lo tanto los principales sistemas filosóficos cubanos están ligados a la lucha por reformas en el modo de producción y de vida. F. Varela, Luz y Caballero, José A. Saco, entre otros ilustres del Siglo XIX cubano se enfrentan al pensamiento colonial y enfocan su quehacer formativo a favor de un ser que se identificara con su Nación: con independencia cognitiva, desarrollo del pensamiento lógico, vínculo con la naturaleza, posibilidades para aprender experimentando, apegado a las normas de convivencia, entre otras cualidades esenciales.

En la segunda mitad del siglo XIX J. Martí concibe un proyecto de hombre a formar, capaz de ponerse a la altura de las circunstancias sociohistóricas, de la realidad de su tiempo, revolucionándolo. Considera la práctica y el trabajo como factores básicos para su educación, para el desarrollo de su esfera cognitiva, cualidades morales y cultura general incluyendo su formación estética como elemento muy importante.J. Martí destaca la importancia del conocimiento de la naturaleza, de que cada país asegure la preparación de sus ciudadanos para que sea útil a la sociedad, pero sobre todo integra estos elementos al desarrollo moral del sujeto en formación. Para él es tan importante el entrenamiento del pensamiento como la educación de los sentimientos, la formación del intelecto yel de la ética. Desarrolla una concepción acerca de cuál debe ser el hombre de nuestra América. Entre los valores, el latinoamericanismo y la justicia alcanzan uno de los primeros lugares unido a la honestidad, la modestia, la posición crítica ante los males del mundo, el independentismo, el antiimperialismo, la honradez, el antirracismo, el respeto a todo culto o creencia, el respeto al género y a la diversidad humana, la bondad, la laboriosidad,

En la etapa republicana se destacan muchas figuras. “Ya en 1903 el pedagogo cubano Enrique J. Varona expresaba que el niño necesita de todas sus fuerzas vitales para crecer, desarrollarse, adquirir agilidad muscular, afirmar sus sentidos, acopiar ideas y formarse un carácter; por lo que la función social del niño es hacerse hombre, hombre completo, robusto de cuerpo, sano de espíritu, capaz de dirigir su trabajo con su inteligencia, íntegro en sus sentimientos, noble en sus aspiraciones”  (2).

Fidel y el Che constituyen paradigmas en el pensamiento sobre formación en la etapa de la Revolución en el poder. E. Guevara escribe en 1964 “El socialismo y el hombre en Cuba”. En este y otros trabajos quedan expuestos criterios de total actualidad: “En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas” (3).

Del pensamiento Guevarista se debía destacar por su actualidad la importancia de tener claros los objetivos formativos. En este sentido la Pedagogía del Ser debía prevalecer, más aún en tiempos de Neoliberalismo como los que nos circundan.

Desde el punto de vista psicológico. El hombre nuevo podría considerarse como un tipo específico de personalidad, penetrar en sus esencias es la tarea principal de los especialistas de la Psicología en los países que construyen la sociedad nueva.
Interpretar y accionar a partir del Enfoque Histórico Cultural es básico en el proceso formativo. L. Vigotski (1896 – 1934) se destaca en la elaboración de la teoría del origen, la estructura y el desarrollo de las funciones psíquicas superiores. “[...] El autor, señala que los distintos aspectos de la actividad psíquica no pueden ser entendidos como hechos dados de una vez y para siempre, sino como producto de una evolución filo y ontogenética, con lo cual se entrelaza determinándola, el desarrollo histórico – cultural del hombre. Para él, el instrumento cultural se integra en la psiquis del sujeto, es parte fundamental de la misma: todas las funciones psíquicas superiores son relaciones de orden social de la personalidad. La cuestión es que la socialización, su valor radica no sólo en hacer del individuo un ser social, sino contrariamente, cómo mediante la interacción social se forma el individuo, es decir, se conforma la psiquis” (4).

Las investigaciones psicológicas posibilitan estudiar la forma en que se estructuran y funcionan integralmente los procesos y propiedades psíquicas. El estudio holístico de la psiquis es de suma importancia para el trabajo de los educadores. El estudio de la personalidad y como ésta se configura, permite al educador tener en cuenta la dialéctica de interrelación entre la regulación inductora y ejecutora de la actividad y la estructuración de las formaciones psicológicas de sus estudiantes. Las formas de regulación de la personalidad en el socialismo tiene contenidos y funciones sui géneris.

Desde una mirada pedagógica, la historia de la educación muestra la relación entre esta y la lucha de clases existentes en la historia de las formaciones económico sociales. Cada sociedad ha determinado su fin de ciudadano y ha establecido las condiciones institucionales que le garanticen su proyecto de educación y la durabilidad del sistema. Desde fines del siglo XIX y hasta la actualidad se desarrollan una serie de Tendencias Pedagógicas que se enfrentarán (más en la teoría que en la práctica) al tradicionalismo en la educación que hasta hoy lastra el proceso formativo.

En Cuba se produce una evolución muy interesante del proceso formativo desde la etapa de colonización hasta nuestros días. La colonización y la neocolonización produjeron un proceso de imposición de la cultura y la educación europea y norteamericana pero también produjo un proceso de transculturación donde se integran elementos de múltiples culturas. De esa mezcla está formada la nacionalidad cubana y por ende el ser cubano, el hombre y mujer cubanos.

La Pedagogía cubana ha estado en constante renovación desde el triunfo revolucionario. A partir de este momento se inicia el desarrollo de una pedagogía revolucionaria, “En la pedagogía cubana, la formación del hombre se concibe, como el resultado de un conjunto de actividades organizadas de modo sistemático y coherente, que le permite poder actuar consciente y creativamente. Este sistema debe prepararlo como sujeto activo de su propio aprendizaje y desarrollo; hacerlo capaz de transformar el mundo en que vive y transformarse a sí mismo; formar al hombre es prepararlo para vivir en la etapa histórica concreta en que se desarrolla su vida” (5).

La Revolución cubana ha constituido una escuela, así lo ha declarado Fidel desde su filosofía de la educación, se le dio a la escuela el papel fundamental en el proceso formativo de las nuevas generaciones. Eso ha posibilitado un avance extraordinario en los niveles de educación y cultura del pueblo. Se desarrolla en la Revolución una concepción de educación configurada esencialmente por Fidel Castro que una vez que se estudia se pueden percibir en ella, tres líneas directrices fundamentales:

La formación en Cuba hoy alcanza niveles superiores de complejidad por el momento histórico que vive la Nación, un momento de definición de su modelo socioeconómico y de un gran impacto en la juventud de las nuevas tecnologías comunicativas que basan una gran  parte de la información en el modelo consumista de vida pero tienen como valor la inmediatez de la noticia. Por otra parte dinamizan los procesos formativos de un modo extraordinario y posibilitan la comparación de modelos de existencia humana. Mediante las redes sociales los jóvenes tienen mayor posibilidad de expresar sus ideas y sus sentimientos, se comunican con el mundo.

De positivo estos tiempos para Cuba tienen su apertura al mundo, sus lazos con América Latina, la posibilidad del intercambio cultural y científico y una apertura democrática dada en su lucha contra la homofobia, la aceptación de las manifestaciones religiosas y credos y la incorporación de sus practicantes al proceso de desarrollo social, entre otras.

Estas y otras circunstancias provocan la necesidad de replantear el proceso formativo y sus referentes epistémicos, los cuales es necesario actualizar y socializar. En función de ello, se asume que la formación es: proceso y resultado de las acciones e influencias educativas para lograr con éxito el modelo o ideal de ser humano correspondiente a una sociedad dada. Implica la relación acertada de lo instructivo y lo educativo organizada conscientemente a nivel general y/o profesional y dirigido estratégicamente.

Desde la perspectiva de la autora, la formación debe ser entendida desde tres dimensiones en la Educación General y desde cuatro dimensiones en la Educación Superior.

Dimensiones de la formación en la Educación general:

En caso de la Educación Superior, se agrega como dimensión importante, la de la profesión que debe imbricarse dialécticamente a las otras tres:

Sobre la primera dimensión: la formación de la personalidad.
Implica el desarrollo de las cualidades de ésta en su máxima expresión para lograr seres humanos sanos y maduros. Esta formación tiene que ver con aspectos que hoy se considera por la autora de trascendencia como son: la resiliencia, inteligencia emocional, autoconocimiento, adecuada autovaloración y autoimagen, metas y proyectos de vida, flexibilidad del pensamiento, habilidades sociales, etc.

Segunda dimensión: formación ciudadana.

Está relacionada con el conocimiento de deberes y derechos sociales, comprensión de la realidad social en que se vive, tendencia a transformar esa realidad. En estos momentos es una formación vital para el país por la necesidad imperiosa de tener individuos capaces de comprender e interpretar de modo correcto su realidad e intervenir en ella con capacidad constructiva. Para esta dimensión es básico educar al sujeto en su área de compromiso social sin negar su desarrollo individual, por el contrario, el reto pedagógico está en lograr este vínculo.

Hoy para nosotros la formación ciudadana no solo implica la educación legal expresada en una estrategia curricular. Implicaría entre otras cosas, dominio de derechos y deberes, respeto a los límites para la convivencia, solución adecuada de los conflictos sin temor a enfrentarlos, inclinación hacia la paz y la no violencia, conciencia crítica ante las TIC, posición proactiva y humanista ante la realidad social y una preparación para la Cultura de la Demanda.

Tercera dimensión: formación de una Cultura General Integral.

Que tiene que ver con los contenidos culturales que recibe y asimila el sujeto, tratar de que este alcance lo mejor de la cultura universal y de su propia nación, y esos contenidos incluyen no solo conocimientos sino también habilidades, hábitos, valores morales, políticos, estéticos, entre otros.

La formación profesional.

En la educación superior a estas dimensiones se agregaría otra que es la formación profesional. Ella incluye las cualidades del perfil del profesional en formación. Esta dimensión se trabaja también desde la Educación General pero tiene una mayor intencionalidad en la de carácter superior.

Así que en Educación Superior, cuando se define el fin formativo al que se debe aspirar, deben ser reconocidas estas 4 dimensiones. Y en la Educación Superior Pedagógica habría que tratar a las tres primeras en las materias de estudios psicológicas y pedagógicas y de las Ciencias de la Educación en general

Hoy es imposible estudiar esa formación sin avanzar en la comprensión de la problemática de las habilidades profesionales, las competencias profesionales, los modos de actuación, el desempeño profesional, el carácter flexible del currículo y el que este sea considerado como proyecto educativo, el impacto de las nuevas tecnologías, entre otros aspectos valiosos de la teoría educacional.

¿Qué implicaría este enfoque desde el punto de vista de la teoría y la metodología curricular?
Incorporar como parte de la formación pedagógica general de los profesores este tema como Unidad Compleja de Análisis.

Renovar la metodología de su impartición con las nuevas tendencias pedagógicas y didácticas que abordan nuevos métodos para la enseñanza y la educación.
Implementar el diálogo culto y productivo con la juventud como plantea Pogolotti G., y en especial al personal docente que los forma así como en sus directivos.

Realizar investigaciones cooperadas y multidisciplinarias y realizar el tratamiento metodológico acorde con las características sociopsicológicas de la juventud cubana.

Enriquecer los estudios histórico-pedagógicos cubanos y los actuales desde la Sociología de la Educación, la Epistemología crítica y los Estudios socioculturales de los fenómenos educacionales, entre otros referentes derivados de la Teoría de la Complejidad y otras ciencias sociales.

Conclusiones

La formación hoy como categoría y proceso pedagógico debe estudiarse desde más de una dimensión. Se requiere una descripción de su contenido y su tratamiento didáctico en el proceso de Formación Pedagógica. Nosotros hemos propuesto algunas dimensiones en este trabajo para direccionar más conscientemente el desempeño pedagógico que hoy nos demanda la sociedad. El modo en que organicemos el diseño y la ejecución del currículo y de todas las actividades y proceso sustantivos de la Universidad, es vital para alcanzar mejores resultados al respecto.

 

Referencias Bibliográficas

  1. Pogolotti G. En busca del unicornio. La Habana. Cuba: Ediciones Unión; 2015, p.9.
  2. Baxter Pérez E, Amador Martínez A., Bonet Cruz M.  La escuela y el problema de la formación del hombre. En: García Batista G. (Comp.).  Compendio de Pedagogía. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2003. p. 147.
  3. Che Guevara E. El socialismo y el hombre en Cuba.  Obras (1957 – 1967). La Habana. Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1985,  p. 6
  4. Baxter Pérez E, Amador Martínez A., Bonet Cruz M.  La escuela y el problema de la formación del hombre. En: García Batista G. (Comp.).  Compendio de Pedagogía. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2003. p. 154.
  5. Baxter Pérez E, Amador Martínez A., Bonet Cruz M.  La escuela y el problema de la formación del hombre. En: García Batista G. (Comp.).  Compendio de Pedagogía. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2003. p. 144.