Varona

No.62   Enero-Junio, 2016.    ISSN: 1992-82

La relación consigo mismo desde una perspectiva de género: un acercamiento

The relationship with himself from a gender perspective: an approach

MSc. María Elena Ruiz Jurado. Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógicas.
Correo electrónico: mariaelenarj@ucpejv.rimed.cu

Recibido: diciembre 2015      Aceptado: febrero 2016


RESUMEN

En Cuba aún están presentes estereotipos sexistas que se reproducen durante la socialización en la que se construye una identidad de género masculino y femenino, que contiene los valores y roles, que desde la cultura heredada de nuestros mayores, se asignan a cada uno de ellos. Estos generalmente están dicotomizados y perpetúan las diferencias existentes entre hombres y mujeres. El estudio del nivel de desarrollo de las habilidades sociales, en especial los relacionados con la dimensión intrapersonal, contempla la relación consigo mismo, desde el autoconocimiento, la autoestima y el control y autocontrol emocional en los estudiantes de carreras pedagógicas. Un acercamiento a este tema contribuirá, sin dudas, a la concientización y a comprender la necesidad de desarrollar procesos de formación con esta perspectiva en todos los espacios de la vida social, en general, y en particular en los centros formadores de profesionales de la educación, a partir de su rol profesional y a la eliminación de las desigualdades de género, como forma de violencia, a través de un cambio de actitudes sexistas de hombres y mujeres.

Palabras clave: habilidades sociales, relación consigo mismo, estereotipos sexistas, concientización de género.

ABSTRACT

In Cuba still they last for sexist stereotypes that reproduce during the socialization of kind in which he builds for himself a masculine identity and another one feminine that he contains values and roles as such than from a patriarchal inheritance, they assign themselves to each one of them. These are generally dicotomizados and they perpetuate the existing differences between men and women. The study of the level of development of the social skills, specially the related with dimension intrapersonal, examine the relation with oneself, from the self-knowledge, the self-esteem and the control and emotional self-control in the students of pedagogic races. An approach to this theme will contribute to, without doubts, the consciousness-raising of kind and to understand the need to develop processes of formation with gender perspective in all the spaces of social life, in general, and in particular in the forming centers of educational professionals, from his professional role and to the elimination of the differences of kind, like way of violence, through a change of sexist attitudes of men and women.

Keyword: social skills, relation with oneself, sexist stereotypes, consciousness-raising of kind.



Introducción

En la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona se desarrolla, desde hace varios años, el Proyecto de Investigación Modelo Pedagógico para el desarrollo de habilidades sociales en estudiantes y profesores de las carreras pedagógicas. Es un objetivo priorizado del mismo la caracterización del desarrollo de las habilidades sociales en los estudiantes de primer año de las diferentes carreras que se estudian en esa institución de la educación superior.

El estudio, que se inició en el curso 2012-2013, evidenció un insuficiente desarrollo de algunas de estas habilidades sociales, en particular aquellas referidas a la dimensión intrapersonal, con énfasis en un bajo desarrollo del autoconocimiento y la autoestima así como un bajo desarrollo en el control y el autocontrol emocional en los estudiantes que ingresan a la formación inicial en las diferentes carreras de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona. A partir de esos resultados se comenzó la intervención directa para contribuir al desarrollo de las habilidades sociales.                                                                                                             

Pero resultó significativo el análisis comparativo de los resultados obtenidos entre muchachas y muchachos de la muestra. Es por ello que en los cursos 2013-2014 y 2014-2015 se realizó nuevamente el trabajo de diagnóstico a los nuevos grupos de estudiantes que ingresaban al primer año de la Universidad con la perspectiva de ampliar el estudio de la autopercepción del desarrollo de las habilidades sociales desde una mirada de género.  El presente artículo tiene como objetivo mostrar los resultados del diagnóstico como una vía para contribuir  a la concientización de género y a la comprensión de la necesidad de desarrollar procesos de formación con esta perspectiva en todos los espacios de la vida social, en general, y en particular en los centros formadores de profesionales de la educación.

Desarrollo

El estudio de las habilidades sociales en los estudiantes de carreras pedagógicas reviste una especial importancia. Por una parte, desde la propia esencia eminentemente social del ser humano. De otra, la condición de agente socializador inherente a todo profesional de la educación.

Para poder dar cumplimiento a los objetivos planteados en el modelo del profesional de la educación de dirigir, orientar, interactuar con los otros, para utilizar el método científico que implica la necesaria comunicación, y especialmente para tener el conocimiento de las propias potencialidades y limitaciones, la motivación por la labor que se realiza, el reconocimiento de sus capacidades y éxitos, el tener identificados fines y objetivos a corto y largo plazos y por tanto contar con los medios que propicien una labor que implica la necesaria relación interpersonal con estudiantes, familiares y la comunidad que permita desarrollar el rol profesional pedagógico, lo que conlleva el manejo grupal, las habilidades sociales son esenciales.

Ellas posibilitan dar consecución del objeto de trabajo planteado para el egresado de la Licenciatura en Educación de todas las especialidades (1)

Las habilidades sociales se convierten entonces en una habilidad profesional pedagógica y en ese sentido se definen como formaciones psicológicas que favorecen el dominio de acciones, operaciones, condiciones y recursos y permiten las relaciones en lo intrapersonal, lo interpersonal y el manejo grupal, lo que garantiza desarrollar con eficiencia la actividad profesional pedagógica.

Al pensar en las habilidades sociales y en la necesidad de su desarrollo, debe partirse de una concepción holística en que se interrelacionen las mismas en sus tres dimensiones y cada uno de los indicadores de manera integrada. Pero sin duda, “Las habilidades sociales en la dimensión intrapersonal determinan la relación yo-conmigo y desde ella se propicia el autoconocimiento, la identificación de las potencialidades, las limitaciones, las particularidades de la esfera afectivo-motivacional, las capacidades, hábitos y habilidades. Y es a partir de ese conocimiento desde lo interno que ocurre la determinación de aquellos elementos, tanto psíquicos como físicos, que sustentan la actividad y la comunicación con los otros lo que plantea una relación dialéctica con el desarrollo de la personalidad del individuo” (2). Así, el autoconocimiento y la autoestima propician un estado de ánimo emocional adecuado que influye positivamente en la aceptación del otro, a partir de la aceptación de sí, lo que incide directamente en el control y autocontrol emocional y con ello se favorece el trabajo en grupo y la mediación de conflictos. 

Por eso, para logar el desarrollo de las habilidades sociales, es necesario que los estudiantes sean conscientes de porqué es importante para ellos el desarrollo de las habilidades sociales y por tanto el para qué de cada una de las acciones que se diseñen, y en ello es imprescindible una perspectiva de género. 

Se presentan los resultados del diagnóstico a 152 estudiantes de primer año durante los cursos 2012-2013, 2013-2014 y 2014-2015, de los cuales la mayoría pertenecen al sexo femenino, lo que está en correspondencia con la matrícula mayoritariamente femenina en las carreras pedagógicas en nuestra universidad. (Fig. 1)


Fig. 1 Composición de la muestra por sexo.

Para el presente trabajo investigativo se procedió a la aplicación de las escalas para el diagnóstico del desarrollo de las habilidades sociales elaboradas como parte del trabajo del proyecto de investigación “Modelo para el desarrollo  de habilidades sociales en los profesionales de la educación y estudiantes de las carreras pedagógicas” a partir de la autopercepción lo que permitió hacer la caracterización de los estudiantes de primer año de todas las carreras que se estudian en la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”.

Al hacer el análisis de los resultados con una mirada de género, en correspondencia con la cantidad de muchachos y muchachas encuestados, según los porcientos de las respuestas obtenidas, estos develan diferencias significativas en cuanto a la autopercepción, en correspondencia con patrones sexistas que norman el comportamiento desde el rol de género.  

En particular, en lo referido al autoconocimiento, la mayoría de los estudiantes, muchachos y muchachas, manifestó no haber realizado con anterioridad un ejercicio introspectivo de autoanálisis, y muchas respuestas se contradicen al no existir una relación intrapersonal desarrollada.

El autoconocimiento es auto percibido por más de la mitad de los estudiantes con un desarrollo alto,  con indicadores más elevados en los muchachos. En contraposición a ello, son percibidos con un más elevado desarrollo del autoconocimiento las muchachas. Ello significa que la imagen que tienen del desarrollo de este indicador las muchachas es más cercana a la imagen que proyectan en relación con los muchachos.

Pero de manera general, ante determinados aspectos incluidos en esta sub dimensión del autoconocimiento las respuestas contradicen la opinión que tienen de sí mismo un grupo significativo de estudiantes.

Este elemento permite determinar como conclusión primera que, los estudiantes de primer año de las carreras pedagógicas en nuestra universidad, tanto las muchachas como los muchachos, se caracterizan por una autopercepción por sobrevaloración del desarrollo de sus habilidades sociales pues mayoritariamente se perciben con un alto desarrollo de las mismas. (Fig. 2)


Fig 2. Niveles de autopercepción del desarrollo de las habilidades sociales.

A la pregunta Generalmente tengo conocimiento de lo que debo transformar en mí casi la totalidad de las muchachas responde “siempre” o “habitualmente ocurre” mientras que la mayoría de los muchachos opina que eso ocurre “de vez en cuando” o “raramente”.

Esta interrogante esta referida directamente al Autoconocimiento y las respuestas indican una autopercepción en las muchachas de un desarrollo alto de esa habilidad social mientras que en los muchachos es baja.

A la pregunta Evito ser hipercrítico conmigo mismo predomina en las muchachas la respuesta “siempre” o “habitualmente” en contraposición con lo que ocurre con los muchachos.

Esta interrogante esta referida directamente a la autoestima, como elemento dentro de la sub dimensión, y las respuestas indican una autopercepción en las muchachas de un desarrollo alto de esa habilidad social mientras que en los muchachos es baja.

Ante la pregunta Me acepto como soy tanto en lo físico como en lo espiritual el mayor porciento de las muchachas y la totalidad de los muchachos responde “siempre” o “habitualmente”.

Sin embargo, a la interrogante Permito que me valoren críticamente, poco más de la mitad de las muchachas responde que raramente ocurre, contra la casi totalidad  de los muchachos que responde “siempre” o “habitualmente”.    

En este sentido llama la atención uno de los muchachos de la muestra, con una orientación sexual homosexual, cuya respuesta es similar a la expresada por las muchachas: “raramente” permite ser valorado críticamente.   

Casi  todas las muchachas y la mayoría de los muchachos expresan tener claridad en sus potencialidades, mientras que la mayoría de las muchachas y la totalidad de  los muchachos manifiestan que dedican tiempo para pensar en si mismos, lo que entra en contradicción con la declaración inicial de ser esta la primera vez en que realizan un autoanálisis. 

En la sub dimensión CONTROL Y AUTOCONTROL DE LAS EMOCIONES, a la pregunta No dejo que mis sentimientos afecten mi forma de pensar algo más de la mitad de las muchachas manifiestan dificultades en ese sentido mientras que en el caso de los muchachos la cifra se eleva al 100 %.

A la pregunta Puedo conservar la calma aunque el otro se encuentre excitado poco más de la mitad de las muchachas responde que “nunca” o “raramente” puede hacerlo, pero en el caso de los muchachos casi todos declaran poder mantener el control “siempre”. 

En este ítem vuelve a resultar interesante la respuesta del muchacho con orientación sexual homosexual que responde “raramente”.  

A la pregunta Me aparto de mi camino para evitar problemas con otras personas tres de cada cuatro muchachas responden afirmativamente, mientras que en el caso de los muchachos solo el de orientación homosexual declara apartarse para evitar problemas. Ello indica que con relación al autocontrol emocional son los muchachos los que perciben en si un alto desarrollo de esta habilidad, al declarar ser capaces de no dejar que lo afecten los sentimientos, conservar la calma aunque se sientan provocados y evitar problemas con otras personas mientras que las muchachas perciben ser más débiles ante las situaciones emocionales que no pueden controlar.

A la pregunta Es un problema para mi mostrar a las personas mi agrado hacia nuevamente tres de cada cuatro muchachas reconocen que “nunca” o “raramente” eso es un problema mientras que en el caso de los muchachos la generalidad responde que ello ocurre “siempre” o “habitualmente”. Solamente el estudiante de orientación homosexual, responde “nunca”.          

Algo similar ocurre en el caso de la pregunta Ante situaciones difíciles no oculto mis sentimientos, las muchachas mayoritariamente expresan no ocultarlos mientras que todos los muchachos, con la excepción del estudiante de orientación homosexual, los ocultan.              

Estas interrogantes están referidas directamente al Autocontrol emocional y las respuestas indican una autopercepción en los muchachos de un desarrollo alto de esa habilidad social mientras que las muchachas perciben un desarrollo medio.

A la pregunta Capto con facilidad las intenciones o el sentimiento presente en la conversación con el otro el 100 % de las muchachas responde “siempre” o “habitualmente” mientras que en  los muchachos la mayoría responde que eso solo ocurre de vez en cuando.

A la pregunta Percibo fácilmente en las caras de mis interlocutores cuando están comprendiendo el mensaje, las muchachas mayoritariamente expresan que siempre lo perciben, mientras que en los muchachos similar respuesta solo fue expresada por apenas la mitad de los encuestados.

Resultado similar se obtiene ante la interrogante Me doy cuenta generalmente cuando alguien me miente.

Las muchachas manifiestan, desde como se ven a si mismas, un alto desarrollo de esta habilidad en contraposición con los muchachos que declaran un nivel medio de desarrollo. En ese sentido las muchachas aprecian ser capaces de captar las intenciones y sentimientos del otro así como intuir cuando le están diciendo mentiras, lo que no sucede igual en el caso de los muchachos.

Estas interrogantes están referidas directamente a la habilidad para la Observación y las respuestas indican a una autopercepción en las muchachas de un desarrollo alto de esa habilidad social mientras que en los muchachos es baja.

A la pregunta Dejo lo que estoy haciendo cuando alguien se dirige hacia mí para escucharlo/a con atención, la mayoría de las muchachas  responde que “siempre” o “habitualmente” mientras que esa misma proporción de los muchachos dice “nunca”.

Esta interrogante esta referida directamente a la Relación empática y las respuestas indican a una autopercepción en las muchachas de un desarrollo alto de esa habilidad social mientras que en los muchachos es baja.

Sin embargo llama la atención que, referido a esta misma habilidad para la relación empática, a la interrogante Tengo en cuenta la opinión de los otros algo más de la mitad de las muchachas expresa que siempre lo hace mientras que esa cifra es del 100 % en el caso de los muchachos.

Cuando se aplican otros instrumentos, como la observación y la coevaluación en el grupo para identificar la percepción que tienen los estudiantes del desarrollo de las habilidades sociales de cada uno de sus compañeros, los indicadores más afectados son el autoconocimiento y el autocontrol emocional.

Cuando se aplica un instrumento para el análisis grupal de coevaluación de elementos de la sub dimensión AUTOCONOCIMIENTO, la percepción que tienen los estudiantes de sus compañeros de grupo es inferior a la percepción que ellos y ellas tienen de sí: aproximadamente la mitad de las muchachas y aproximadamente la tercera parte de los muchachos es percibido con un alto desarrollo de la habilidad de autoconocimiento. (Fig. 3)

Fig 3. Relación entre la auto percepción y la percepción que tienen de mí  expresión del autoconocimiento.

En sentido general, desde una mirada de género, los mayores contrastes en la autopercepción del desarrollo de las habilidades sociales en su dimensión intrapersonal entre muchachas y muchachos se aprecia en aspectos referidos a la habilidad para la observación y a la habilidad para las relaciones empáticas, habilidades en que los muchachos se autoperciben con un bajo desarrollo, en relación con las muchachas, y el autocontrol emocional, en que son ellos quienes se perciben con un alto desarrollo de esta habilidad en contraposición con las muchachas. (Fig. 4)

 

Fig 4. Diferencias en la autopercepción del desarrollo de algunos indicadores de las habilidades sociales, desde una mirada de género.

Estos resultados apuntan a que en nuestra sociedad aún subsisten estereotipos sexistas que se reproducen durante el proceso de la socialización en la que se construye la identidad de género masculina y femenina de los que forman parte los valores y roles que se espera de cada uno de ellos, algo muy arraigado y que provoca que, trabajar para revertir esa forma de pensar sea “un tema complejo pero cuando estas están atrapadas en sus propios prejuicios, estereotipos y roles repetirán sus concepciones sexistas. De ahí la importancia de crear una conciencia de género como el instrumento ideológico fundamental para el empoderamiento de hombres y mujeres.” (3)

Se hace indispensable, desde la educación, trabajar con actividades que propicien, desde el autoconocimiento, la concientización desde una perspectiva de género que rompa con la reproducción de patrones sexistas. Al reconocerse y reconocer al otro, desde lo intrapersonal es, a partir de ese conocimiento desde lo interno, que ocurre la determinación de aquellos elementos, tanto psíquicos como físicos, que sustentan la actividad y la comunicación con los otros, lo que plantea una relación dialéctica con el desarrollo de la personalidad del individuo.

Para lograrlo se debe tener en cuenta que transformar los modos de pensar y actuar de las personas se torna complejo y que políticas educativas diseñadas con este objetivo deben partir siempre en la asunción consciente del papel social que tienen hombres y mujeres en la trasmisión de valores que pueden contribuir a la erradicación de las desiguales situaciones entre los géneros. (4).

Conclusiones

  • La mayoría de los estudiantes de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” presentan una autopercepción del desarrollo de habilidades sociales en su dimensión intrapersonal distorsionada por sobrevaloración siendo los indicadores más afectados el autoconocimiento y el autocontrol emocional.

    Con una mirada de género, sin embargo, es en las habilidades para la observación y las habilidades para el control y el autocontrol emocional donde se identifican, desde un análisis comparativo, diferencias significativas entre muchachas y muchachos.

    Desde la autopercepción, muchachos y muchachos están reproduciendo patrones estereotipados del rol de género a partir de declarar comportamientos que son los asignados y los esperados por la sociedad. Desde el androcentrismo instaurado como patrón social, es el hombre la figura del poder, el proveedor de las familias, el que realiza las tareas de fuerza, los seguros de sí.

    Y ese patrón se reproduce en lo que declaran acerca de sí los muchachos quienes asumen que ellos controlan las situaciones, los que no se dejan llevar por los sentimientos, los fuertes.

    Las muchachas sin embargo, declaran ser observadoras, sentimentales, débiles, susceptibles y vulnerables ante diferentes situaciones emocionales.

    En el diseño de las actividades que contribuyan al desarrollo de las habilidades sociales deben tenerse en cuenta las particularidades que aportan a la autopercepción la mirada que desde el género diferencian a muchachas y muchachos a partir de que, el conocimiento de las habilidades sociales en su dimensión intrapersonal, desde lo interno, es base y esencia para el desarrollo de las habilidades sociales de muchachas y muchachos que deben, en esta sociedad que construimos, aceptarse con iguales deberes y derechos para lograr crecer cada día, sin estereotipos sexistas, sin desigualdades de género y sin violencia
  •  

    Referencias

    1. Ruiz Jurado M. E. El desarrollo de las habilidades sociales en su dimensión intrapersonal como habilidades profesionales pedagógicas. [Tesis presentada en opción a la Especialidad Docencia en Psicopedagogía]. La Habana. Cuba: UCPEJV; 2013, p. 4.
    2. Ruiz Jurado M. E. El desarrollo de las habilidades sociales en su dimensión intrapersonal como habilidades profesionales pedagógicas. [Tesis presentada en opción a la Especialidad Docencia en Psicopedagogía]. La Habana. Cuba: UCPEJV; 2013, p. 25
    3. Ferrer Lozano D. M., González Ibarra M. L. Género y violencia. Nuevas miradas a una vieja relación. Las Villas Facultad de Psicología, Universidad Central de las Villas. Año 14, No. 37, agosto de 2008. dunia@sociaies.uclv.eduiu. En formato digital. Pág. 2
    4. Caram León T. Las mujeres cubanas: entre avances y desafíos. Revista estudios del desarrollo social: Cuba y América Latina. En sitio digital www.revflacso.uh.cu;  2014, p. 8

     

    Bibliografía

    Colectivo de autores. Diferencias conductuales según género en convivencia escolar. Psicothema 2009. Vol. 21, nº 3, pp. 453-458.

    ------------------------------ Educación de la sexualidad y prevención de las ITS y el VIH/SIDA desde los enfoques de género, de derechos y sociocultural. Orientaciones metodológicas.

    Formación del personal pedagógico. La Habana. Cuba: Educación Cubana; 2011.

    Blanco Pérez A. Introducción a la Sociología de la Educación. Ciudad de La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2002.

    Castellanos Simons D. et.  al. Aprender y enseñar con un enfoque desarrollador. Ciudad de La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2002.

    Collazo B., Puentes M. La orientación en la actividad pedagógica. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1992.

    Fariñas León G. Psicología, educación y sociedad. Un estudio sobre el desarrollo humano. La Habana. Cuba: Editorial Félix Varela; 2009.

    González Hernández A. Una Pedagogía de la Diversidad y la Equidad. La Habana, Cuba: ISP. “Enrique José Varona”; 2000.

    Musibay Martínez I. et al. Pedagogía y Diversidad. Cátedra Andrés Bello para la educación Especial. Ciudad de La Habana. Cuba: Casa Editora Abril; 2001.

    Plataforma teórico metodológica del Proyecto de investigación para contribuir al desarrollo de habilidades sociales desde el trabajo metodológico de los colectivos de año. La Habana. Cuba: UCPEJV; 2011.

    Reinoso Cápiro C. et al. Técnicas para el estudio y desarrollo de la competencia comunicativa en profesionales de la Educación. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2007.

    Rodríguez Ojeda M. Equidad e Igualdad. En: Educación para la salud y Educación Sexual. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2003.

    Rodríguez Ojeda M. et al. Taller de Atención a la Diversidad. Guía de estudio CD. Ciudad de la Habana. Cuba: ISPEJV; 2004.