Varona

No.60   Enero-Junio, 2015.    ISSN: 1992-82

Repensar el tiempo y el espacio en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias sociales

Rethinking the Time and Space of the Social Sciences Teaching Learning Process

M.Sc. Ondina Lolo Valdés. Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique José Varona". La Habana, Cuba.

Correo electrónico: ondinalv@ucpejv.rimed.cu

M.Sc. Ricardo Rodríguez Vázquez. Asistente. Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique José Varona". La Habana, Cuba.

Correo electrónico: ricardorv@ucpejv.rimed.cu

Recibido abril de 2014   Aceptado junio de 2014


RESUMEN

Pese a la importancia de la adecuada comprensión de las relaciones espacio-temporales en las asignaturas de ciencias sociales, existen dificultades en el trabajo con estas categorías y ello incide en la comprensión de la dinámica de los procesos histórico-sociales desde sus orígenes hasta su devenir, afectando la formación del pensamiento histórico-social. Existe, en los profesores, una limitada imagen de los metaconceptos tiempo y espacio históricos y no se atienden adecuadamente su enseñanza y aprendizaje en la escuela. Por ello, este artículo constituye una invitación a repensar estas categorías, con el propósito de valorar la importancia del trabajo con el tiempo y el espacio para el proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias sociales.

PALABRAS CLAVE: tiempo, temporalidad, espacio, espacialidad, ciencia social.

ABSTRACT.

Despite the importance an adequate comprehension of the space time relations in the subjects of social science, difficulties abound with these categories and impede the comprehension of the dynamics of the historical-social process from its origins to its development, thereby upsetting the process of the historical-social thought. Professors have a limited image of the meta concepts of historical time and space, and as such it is not properly dealt with in tis teaching. Therefore, this article is an invitation to rethink these categories, with the purpose of evaluation the importance of working with time and space in the teaching learning process of social sciences.

KEYWORDS: time, temporality, space, spatiality, social sciences.


Introducción

El tiempo y el espacio constituyen la esencia epistemológica de la historia y de los procesos sociales, pues todo transcurre en tiempo y espacio. Pese a ello, se realiza una enseñanza de la Historia con poca significatividad de los elementos temporales y espaciales, con un tratamiento memorístico, mecánico, carente de la comprensión del movimiento social en el tiempo y el espacio, lo que incide en un aprendizaje formal de los procesos histórico-sociales.

Múltiples investigaciones han demostrado que la comprensión y la apropiación de los conceptos tiempo y espacio no constituyen un proceso que se desarrolle espontáneamente y, por ese motivo, se hace necesaria una estimulación intelectual que favorezca las posibilidades cognitivas de los estudiantes en tal dirección.

Es preciso desarrollar tareas específicas relacionadas con el tiempo y el espacio históricos, de forma tal que se enseñe al estudiante a pensar históricamente, tomando como punto de partida las relaciones espacio-temporales y su connotación en la vida social.

Por ello, este artículo constituye una invitación a repensar estas categorías con el propósito de valorar la importancia del trabajo con el tiempo y el espacio en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias sociales.

Desarrollo

Enseñar y aprender ciencias sociales hoy es sumamente importante, dada la necesidad de aprender del pasado para entender el presente y ser protagonistas del presente para construir un futuro mejor. "Las ciencias sociales se dedican a las dimensiones de la vida colectiva y se refieren al cuerpo de conocimientos que poseemos hoy día acerca de la manera en que los seres humanos nos comportamos en sociedad (Historia, Filosofía, Economía Política, Derecho, Geografía...)".(1)

No se trata de acumular saberes, sino de penetrar en el conocimiento de la dinámica histórico-social para extraer lecciones que permitan entender la actuación humana y la huella que esta nos deja, así como proyectar el futuro. Y, en ese proceso, desempeñan una función esencial las relaciones espacio-temporales, dado que "…el hombre ha desplegado su actuación en el tiempo y en el espacio, según las condiciones que ha tenido que enfrentar, lo que evidencia la dinámica social".(2)

El tiempo: un poco de historia...

La atención por el tiempo acompaña al ser humano desde sus orígenes, más allá de la sola preocupación por su decurso. En textos tan antiguos, como la Biblia, aparecen referencias al tiempo en el devenir humano: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado".(3)

Entre los filósofos de la Antigüedad, el tema del tiempo resulta recurrente. Aparece en textos de Heráclito (544-480 a.n.e.), Anaximandro (610-547 a.n.e.), Parménides (finales del siglo VI a.n.e.); sin embargo, los textos de Platón (428-347 a.n.e.) y Aristóteles (384-322 a.n.e.) son los que han tratado el tema con mayor profundidad.

Para Platón, el tiempo es una imagen móvil de la eternidad y se desarrolla en círculo según el número: esa es la concepción cíclica del tiempo. Por su parte, Aristóteles concebía el tiempo como movimiento infinito, eterno, como marco en el que pasan los acontecimientos particulares, finitos. Ambos filósofos expresaron la importancia del tiempo en la vida de los hombres.

Desde la Antigüedad, también llega el mito de las Moiras (conocidas igualmente como las Parcas), que expresa la concepción del tiempo como destino individual que se cumple entre el nacimiento y la muerte, como algo ya marcado previamente. Estas diosas presidían conjuntamente el nacimiento, la vida y la muerte de cada persona, repartiendo su porción de destino y cantándolo. Así, Láquesis cantaba las cosas pasadas, Cloto las cosas del presente y Atropo cantaba las futuras. Eran representadas llevando instrumentos relacionados con labores de hilado y tejido: Cloto sostenía la rueca e iba tejiendo; Láquesis apareció con una espátula con la que apretaba el tejido, y Atropo portaba una cajita en la que guardaba el huso lleno de hilo y que se abría cuando se iba a cortar definitivamente el hilo, que representaba la vida.

Ese mito es una hermosa forma de representar el paso del tiempo en la vida de los seres humanos, su continuidad y sus cambios, asumido desde lo individual.

Pensar en el tiempo condujo a los seres humanos, inicialmente, a meditar en su transcurso, en lo que se ha dado en llamar tiempo físico: el día y la noche; el tiempo de frío, el de la caída de las hojas de los árboles, el renacer de las plantas, la lluvia y el calor, dada la relación directa con sus actividades vitales.

En la medida que se desarrolla el ser humano, su percepción del tiempo también se transforma y necesita medirlo, por lo que aparecen formas convencionales para esa medición: segundos, minutos, horas, semanas, meses, años… .

Pero la noción del tiempo no puede quedar reducida a esa concepción tradicional, "…que lo concibe como dimensión única y homogénea, desplegado linealmente en un solo sentido, y compuesto por unidades y subunidades perfectamente divididas, siempre idénticas, de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, décadas, siglos y milenios".(4)

Aproximación a la temporalidad

Para acercarse a la temporalidad, es preciso remitirse a la respuesta de qué es el tiempo.

Si se aproxima a su concepción filosófica, el tiempo aparece estrechamente vinculado al espacio. El espacio y el tiempo son "…formas básicas de la existencia de la materia (...) son inseparables de la materia. En esto se revela su universalidad y su generalidad. El espacio es tridimensional; el tiempo, una dimensión y solo una (...) El tiempo es irreversible, o sea, todo proceso material se desarrolla en una dirección, del pasado al futuro (...). El materialismo dialéctico no parte del simple nexo del tiempo y el espacio (...), sino de que el movimiento constituye la esencia del tiempo y el espacio y de que, por ende, la materia, el movimiento, el tiempo y el espacio son inseparables".(5)

De la definición anterior se infiere que "…el proceso que llamamos temporal es el que configura la existencia humana, pero no solo lo humano, sino todo lo que existe. O sea, todo lo que existe está inmerso en el tiempo".(6)

Entonces, el tiempo como categoría filosófica refleja la ocurrencia, la duración y la sucesión de hechos, fenómenos y procesos que, en su movimiento, se producen en un espacio determinado. Por ello, para ubicar en el tiempo, resulta imprescindible la comprensión de la duración de los hechos, fenómenos o procesos, así como los cambios y/o transformaciones que evidencian.

Así, se entiende por tiempo histórico el lapso donde se despliega el devenir humano y social. Es el tiempo al que Bloch M consideró como "…aparentemente contradictorio proceso de cambio y duración"(7) y expresó que "…el tiempo continuo por naturaleza es también cambio perpetuo".(8)

Por su parte, Torres P A afirma que "…el tiempo es una relación entre procesos en devenir, no es un flujo exterior, es el concepto personal y social que representa los aspectos temporales de la realidad"(9) y más adelante, refiriéndose al tiempo histórico, precisa que "…es una reconstrucción sistémica, objetiva e interpretativa al tiempo, de la dialéctica social de unos presentes pasados, conceptualizados desde distintos paradigmas historiográficos, en el que se combinan procesos diacrónicos y sincrónicos plurales, diferentes según el plano histórico estudiado y los colectivos humanos de referencia; en él se interrelacionan diferentes procesos disrítmicos y polidurativos cualitativamente diferenciados y con diferentes espesores relativos en cuanto a su relevancia en el contexto procesal".(10)

Entonces, ¿qué es el tiempo histórico? Es precisamente la datación (fecha), la diacronía, la sincronía o simultaneidad, el ritmo, la ruptura, el cambio, la permanencia, la periodización, lo que antecede, la sucesión, la larga, media y corta duración que permiten entender el proceso de cambio y transformación social, los factores que aceleran o retardan los procesos, así como las relaciones existentes entre hechos, fenómenos y procesos en el momento histórico en que ocurrieron.

Según Aróstegui J, "…el tiempo histórico se manifiesta a través de tres tipos de categorías: la cronología, relacionada con el tiempo astronómico; ´el tiempo interno´, asociado con ´las regularidades y con las rupturas en el desarrollo de las sociedades´, y la periodización, que establece un ´espacio de inteligibilidad de los procesos históricos´. Este funcional esquema tripartito facilita la clarificación del complejo y abierto concepto tiempo histórico".(11)

Aquí es importante insistir en un aspecto destacado por Torres P A y es que "…la tempometría cristiano-occidental se internaliza en el aula como la única y normal, e incluso, como la mejor forma de datación".(12) Se observa una tendencia europeizante en la determinación del calendario y ello implica que no se tiene en cuenta, desde la cultura, la mirada de otras sociedades en relación con la datación temporal.(13)

En la datación cronológica, "…para contar los años se necesita un punto fijo a partir del cual poderles dar su número de orden. Este punto fijo es la era, y se determina convencionalmente".(14) Cualquier era da la posibilidad de contar los años por decenios y siglos. En relación con el siglo, que es un período de cien años, "…se ha convenido comience el primer día del primer mes del año 1 y acaba en el último día del mes del año 100".(15)

Enseñar y aprender la temporalidad

Como se ha podido observar, el tiempo histórico es un concepto clave y estructurante de la historia que se va a enseñar y no solo un contenido procedimental, lo que condiciona que los profesores, en su preparación, deban pensar en cómo enseñar la temporalidad.

Múltiples son los elementos temporales que se trabajan en una clase y el profesor debe atender su nivel de dificultad  para el estudiante, además de aprovechar las interacciones con otros aspectos del contenido que favorecen el proceso formativo del escolar. En esa dirección es necesario establecer la relación con las actitudes y los valores humanos que se pretenden destacar en el proceso de aprendizaje de las ciencias sociales.

Más allá de la simple datación, el profesor debe advertir a sus estudiantes sobre el tiempo interno de los procesos, las relaciones que se producen en ellos y entre un proceso y otro; la expresión de los cambios y el ritmo de esos cambios para entender si expresan evolución, involución, fases o puntos de inflexión; la permanencia (que puede expresar continuidad o resistencia), todo desde una relación dialéctica entre cambio y permanencia, en que se aprecien las duraciones (corta, media o larga, según sea el caso). Esta vía puede iniciarse a partir del diálogo o de actividades que promueva el profesor en las direcciones expresadas, acercando al estudiante a un modelo de razonamiento que le "descubra" este tiempo interno, que no se aprecia con una ubicación en la línea del tiempo o la elaboración de una cronología solamente.

En relación con la línea del tiempo, es necesario atender a la concepción temporal antes de nuestra era (a.n.e.) y nuestra era (n.e.), conjuntamente con la notación de los siglos, en números romanos. Y, aunque parece un detalle, se precisa la comprensión del tiempo histórico en las asignaturas del área histórico-social, con sus particularidades irrepetibles y su avance hacia el futuro, de ahí que la saeta que acompaña a la línea del tiempo tenga su punta dirigida hacia el futuro, como expresión de la dirección del tiempo.

Se insiste en lo anterior porque, en ocasiones, se han observado errores en la presentación de la línea del tiempo en las aulas, lo que incide en la representación de los estudiantes.

Otra particularidad que debe atenderse es el trabajo con tablas sincrónicas que contribuyen a la formación del cuadro del mundo, a la comprensión de lo simultáneo en el tiempo y a entender que, en el mundo, existe también un desarrollo desigual dentro de una misma época o período histórico.

A continuación se ilustra, con un ejemplo de actividad, sobre la base del trabajo con la cronología, y se orienta a los estudiantes la elaboración de una cronología sobre la base de la información que ofrece el texto de la asignatura (Tabla 1).

Tabla 1. Segunda Guerra Mundial. Antecedentes e inicios (1939-1940).

Año

Mes

Día

Hechos

1939

marzo

 

agosto

septiembre

 

 

30-31

1ro.

 

3

19

Hitler le exigió a Polonia la entrega de Danzing a Alemania y unir Alemania con Prusia por medio de una autopista y línea férrea

Envió Alemania ultimátum a Polonia acerca de Danzing.

Inicio de la guerra. Provocación alemana en la frontera, ataque a la ciudad fronteriza de Gleiwitz

Gran Bretaña y Francia le declararon la guerra a Alemania obligadas por las circunstancias. Se inició la "Guerra Extraña", caracterizada por la inactividad militar en el frente occidental de la guerra. E.U.A. declaró su neutralidad en la guerra

Polonia ocupada. Guerra relámpago

1940

abril

 

mayo

 

junio

9

 

14

10

17

Tropas alemanas invadieron Dinamarca. Desembarco en los puertos noruegos por Alemania

Invasión alemana a Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia

Entraron las tropas alemanas en Francia

Italia entró en la guerra

Capitulación de Francia

Una vez elaborada la cronología, los estudiantes realizan las actividades orientadas, por el profesor, siguientes:

¿Por qué Alemania pudo avanzar de forma relámpago? ¿Por qué esa denominación a la guerra en ese momento? Menciona hechos que lo demuestran.

Selecciona los hechos que evidencian la aceptación de occidente ante la expansión fascista hacia el este.

Explica cuál es la correlación de fuerzas en la primera etapa de la guerra y los cambios que se produjeron en Europa hasta 1940.

Redacta una conclusión donde expreses las ideas esenciales en relación con la primera etapa de la guerra, sobre la base de los datos que te ofrece la cronología anterior.

Ubica, en un mapa, los hechos que aparecen en la cronología. Elabora tu leyenda.

Como se evidencia, la primera actividad busca que el estudiante exprese relaciones causales, así como el ritmo de lo que ocurre "guerra relámpago" y debe mencionar hechos que evidencien el ritmo rápido en el tiempo.

La segunda actividad, aunque exige la selección de hechos que reafirmen la posición de las potencias occidentales ante la actuación fascista, apunta a la permanencia en el tiempo de la actuación de esas potencias, de acuerdo con sus objetivos antisoviéticos.

La tercera actividad, desde la correlación de fuerzas que se da en esos años iniciales de la guerra, busca que el estudiante perciba los cambios que se producen en el mundo político europeo hasta 1940, como resultado de la beligerancia alemana y la aceptación de las potencias occidentales.

La cuarta actividad se dirige a la generalización de los procesos ocurridos en ese lapso de tiempo en el mundo europeo y sus resultados.

Y la última se encamina a la relación con el espacio, de forma tal que el estudiante "visualice" la información suministrada desde la cronología. Lógicamente, el tiempo y el espacio se expresan a la par, aunque en este ejemplo se haya privilegiado el trabajo con categorías temporales.

La lógica de la temporalidad

En el trabajo con el tiempo también hay que enseñar al estudiante a pensar desde la lógica.

Un aprendizaje difícil es el de la temporalidad, máxime cuando en la enseñanza se privilegia el ordenamiento cronológico por sobre otras variantes para el trabajo con el tiempo, pero aún así se enseña únicamente desde lo memorístico.

¿No es acaso posible hacerlo también desde un razonamiento "lógico"?

Se ponen, por ejemplo, los procesos independentistas. Generalmente, el momento de inicio de esos procesos es un acto de "insubordinación" contra el poder existente y se produjo un alzamiento o pronunciamiento que da a conocer el acto de rebeldía en cuestión, muchas veces identificado en la historia como el grito de…; a partir de ese momento se desarrollaron combates, batallas, escaramuzas, que expresan el enfrentamiento entre los contendientes y, al final, siempre se llegó a un armisticio (alto al enfrentamiento armado), que conduce a la firma de los acuerdos o tratados de paz. Esa lógica de pensamiento, sin caer en maniqueísmos, puede ser asumida por el estudiante y le ayuda a dar una coherencia y orden a los hechos en el tiempo.

Otro aspecto a tener en cuenta en la lógica del tiempo radica en la percepción del ritmo y la duración de hechos y procesos en el decurso histórico. Generalmente, cuando se avanza en el estudio de la historia hacia la contemporaneidad, el ritmo suele ser más "rápido", aunque se estudien procesos.

Por ejemplo, en el proceso que condujo al triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre, el ritmo en la sucesión de los hechos que condujeron a la toma del poder político por los soviets fue más rápido entre el 24 y el 25 de octubre de 1917 (6-7 de noviembre de 1917), ritmo que evidencia la proximidad de la toma del poder político y el establecimiento de un nuevo régimen. Esa percepción del tiempo también aproxima a una lógica en el razonamiento. Esto, por solo ilustrar con el caso del tiempo.

¿El espacio?

Evidentemente, no puede tratarse el tiempo sin el espacio, dada su unidad dialéctica, pues todo lo que ocurre sucede en un tiempo dado y en un espacio específico, sea terrestre, acuático o aéreo.(16,17) Esa idea puede parecer reiterativa, pero es que la práctica escolar revela que no siempre se trabaja el espacio más allá de un lugar fijo, estático, donde ocurrieron los hechos históricos. Se obvia, entonces, el movimiento social, en tanto humano, que expresa el propio espacio, así como los recursos que se van a emplear para lograr la representación espacial en los estudiantes.

La comprensión de la dimensión espacial es imprescindible para entender los cambios y el movimiento social, complejo y contradictorio, que tratan los contenidos de las asignaturas de ciencias sociales.

Entonces, el espacio, definido por Pérez M desde las particularidades de esta área del conocimiento: "…en ciencias sociales, el espacio nos remite a los lugares donde se desarrollan las actividades humanas…".(18) Por su parte, López G define el espacio histórico como el "…escenario natural y/o modificado en el que transcurren los hechos, fenómenos y procesos históricos, jugando un importante rol en su naturaleza".(19)

Ahora bien, en la definición de espacio desde lo histórico-social hay que incluir el lugar, el medio (escenario geográfico), el recorrido (desplazamiento, itinerario), aspectos esenciales para la "lectura" de los esfuerzos humanos, de la justeza o no de sus acciones en un espacio (también, en un tiempo) determinado, así como otros significados importantes "…que repercuten en el proceso de formación de actitudes y valores al destacar la heroicidad y entrega de los hombres que vencen obstáculos naturales con condiciones adversas, en pos de un ideal de libertad (sirva, como ejemplo, el paso de Bolívar y sus hombres por los Andes)". (20)

Cuando se piensa en esa dimensión espacial, de inmediato se representa el mapa, que es definido como "…una representación reducida, generalizada y matemáticamente determinada de la superficie terrestre sobre un plano, en las cuales se interpretan la distribución, el estado y los vínculos de los distintos fenómenos naturales y sociales, seleccionados y caracterizados de acuerdo con la asignación concreta del mapa",(21) la que determina su estructura, su proyección, su escala, la selección de los métodos de representación cartográfica, y su simbología.

Pérez M y Recio P P refieren que "…el mapa se proyecta como vía fundamental para el desarrollo de las habilidades que le son propias del trabajo con el mapa y las que deben ser utilizadas consecuentemente por todo el sistema de ciencias que trabaja con hechos concretos, como son la Historia y otras ciencias sociales (…) por cuanto evidencia un lenguaje especial de símbolos propios (…) que facilita la comunicación entre los hombres, con independencia de su lengua materna, como parte de la semiótica del lenguaje".(22)

Por otra parte, Álvarez R M expresa que "…los mapas (…) son medios que representan las localizaciones geográficas de los hechos, de una forma simbólica, mediante signos convencionales, por lo que están incluidos como medios gráficos o simbólicos".(23) Por su parte, Díaz H plantea que "…los mapas son medios que representan las características geográficas del hecho histórico, pero de una forma simbólica, mediante signos convencionales"… . (24)

Sin embargo, para la comprensión espacial existen otras fuentes, como planos o croquis, fotos de paisajes, dibujos esquemáticos, entre otros, cuyo lenguaje y utilidad deben ser revelados al estudiante desde la docencia de las asignaturas de ciencias sociales.

Aún existe un insuficiente trabajo didáctico por parte de los profesores respecto al uso de estos recursos, como fuentes del conocimiento histórico-social. Esto ha sido corroborado en encuestas, entrevistas y visitas a clases, donde se ha constatado que, por lo general, los estudiantes conciben el espacio histórico solo como lugar y no saben localizar, debido al poco uso de los mapas en clases; existe un deficiente dominio de los símbolos y las leyendas de estos medios de enseñanza, que sirven de lenguaje para interpretar los hechos, los fenómenos y los procesos.

Enseñar y aprender la espacialidad desde su lógica

Se requiere enseñar a los estudiantes a utilizar los símbolos y las leyendas que poseen los mapas, los planos y los croquis o dibujos esquemáticos, para que puedan procesar la información que ofrecen y realizar sus propios mapas de estudio, así como  inferir el desarrollo histórico en uno o en varios lugares, en un rango de tiempo desde días hasta años en la relación mapa (plano o croquis), conocimiento fáctico, para que aprecien la historia como algo en constante cambio y movimiento, con permanencias y transformaciones, que no son más que el reflejo de la propia vida humana.

Otra relación que se debe tener en cuenta es la de espacio-axiología, mediante la cual el estudiante realiza reflexiones a partir del conocimiento construido desde esas fuentes y las actitudes de los seres humanos en el despliegue de su actuación.

Ejemplos:

Cuando en la Historia de Cuba se estudia la lucha contra el colonialismo español, una barrera de contención creada por España, y supuestamente infranqueable, para evitar el avance de las tropas mambisas hacia el occidente del país con el propósito de extender la guerra a todo el territorio, fue la trocha de Júcaro a Morón.

Si se observa detenidamente el mapa de Cuba donde se representa esa barrera se verá únicamente una línea que la identifica. Desde la lógica del pensamiento del alumno, ¿resulta tan difícil atravesar una línea? Se requiere entonces del trabajo con un croquis* de esa trocha, para la comprensión de que su cruce exigía pericia, sagacidad, preparación e, incluso, disciplina para el éxito de esa misión, pues ese espacio estaba conformado por fosos para tiradores, trampas para jinetes, casamatas de observación con centinelas permanentes, cruce de vigilantes españoles armados, (25) por solo citar algunos aspectos.

De acuerdo con la observación de ese dibujo o plano esquemático, se puede detallar la concentración de fuerzas y recursos que debían hacer de la trocha un lugar inexpugnable.

Sin embargo, las fuerzas mambisas fueron capaces de cruzarla en diversas ocasiones, burlando al ejército español, lo que evidencia la capacidad de los jefes mambises y de sus combatientes.

Un ejemplo puede verse cuando se estudia la II Guerra Mundial, tema donde el mapa debe ser una fuente presente y obligada en cada clase para entender los cambios territoriales que se produjeron a lo largo del proceso, el avance de los fascistas y de las fuerzas progresistas según el momento histórico; la relación entre los recursos naturales existentes en determinadas áreas y los intereses fascistas; las implicaciones humanas, dados los cambios en el espacio, entre otros.**

"Otro tema donde se puede trabajar el mapa como fuente de conocimiento es el que aborda: la Revolución de 1895. La invasión de Oriente a Occidente y para ello, el profesor orienta las siguientes actividades:

"1. Observa el mapa del libro de texto (páginas 140-141) y, teniendo en cuenta los objetivos de la invasión, responde:

     "1.1. ¿Cómo los hechos de la guerra ocurridos tras el paso de la columna invasora transformaron la geografía económica del territorio nacional?

     "1.2. Observa los mapas físico y de clima que aparecen en el Atlas Nacional. Si la invasión se desarrolló entre octubre de 1895 y enero de 1896, explica cómo influyó el factor climático en las tropas cubanas tras su recorrido por toda la nación. Compara tu respuesta con la información que ofrece Bernabé Boza en su obra Mi diario de la guerra (T. II, p. 90. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003). Expresa tus conclusiones por escrito.

     "2. Piensa que eres un mambí y que formas parte del contingente invasor. ¿Cómo afrontarías los diversos accidentes geográficos que se encuentran en la ruta de la invasión?

     "3. ¿Cómo valoras la actuación de los integrantes de la columna invasora teniendo en cuenta las dificultades encontradas en el relieve y las situaciones climáticas enfrentadas?"(26)

Las actividades conducen al estudiante a la comprensión de la relación espacio-temporal con sus particularidades irrepetibles y con una incidencia también en el aspecto axiológico valorativo, sobre todo las actividades 2 y 3.

En este sentido, es necesario recordar que "…también la geografía es aprovechada como recurso de guerra y esta experiencia cubana tiene sus antecedentes en diversas campañas americanas".(27) "…el ejército de España es derrotado por el terrible poder de los agentes climáticos, a veces sin la intervención de la pólvora y el arma blanca. La geografía se vuelve contra los españoles y se convierte en un poderoso aliado del cubano insurrecto a quien ésta le brinda amparo y retiro".(28)

Es importante la comprensión, por parte del alumno, de las diferencias físico-geográficas del espacio histórico-social. No es lo mismo un combate en una zona llana que en lugares de gran altura; o un combate aéreo o naval, entre otros.

El tratamiento del espacio en la docencia del área de las ciencias sociales no puede realizarse de manera formal, solo como un lugar estático. Hay que enseñar un espacio que incide en la vida de los seres humanos, pero que también es transformado, en ocasiones, de forma drástica y con consecuencias catastróficas, por los mismos actores.

Enseñar a los estudiantes a que aprendan, esa relación dinámica, cambiante, en constante movimiento del tiempo y el espacio, tiene también una lógica interna y un sentido lógico desde lo histórico-social. Resulta imprescindible, en esa dirección, el dominio de los contenidos por parte del docente, que debe tomar decisiones didácticas  para su materialización en la clase.

Conclusiones

El proceso de enseñar y aprender ciencias sociales requiere una correcta y adecuada utilización del tiempo y el espacio históricos para desentrañar los conocimientos y los valores que potencian esas ciencias.

El tiempo y el espacio históricos constituyen conceptos clave para la formación del pensamiento histórico-social y, por consiguiente, para la comprensión de los procesos históricos en el devenir de la humanidad, de ahí la importancia de su adecuado tratamiento desde la docencia y su asunción desde sus múltiples aristas.

Es didácticamente necesario dar importancia a la imbricación temporal y espacial de los hechos, fenómenos y procesos, y potenciar las capacidades relacionadas con las habilidades para operar con ambos conceptos, atendiendo a una lógica interna y un sentido lógico desde lo histórico-social, lo que exige una sólida preparación de los docentes.

NOTAS

*Croquis: representación o dibujo esquemático de un plano determinado para orientación en el espacio.

**Es preciso insistir que aquí se separa el espacio del tiempo solo para ilustrar el primero, ya que todos los cambios en la espacialidad ocurren en un tiempo histórico concreto (Nota de los autores).

 

Referencias

(1)ÁLVAREZ R M. Didáctica de la historia y las ciencias sociales. Bolivia: Grupo Editorial Kipus; 2006. p.165.

(2)LOLO O, MARRERO F, RODRÍGUEZ R. La dimensión espacio-temporal en las clases de Historia. Rev Varona 2004, No. 39, jul-dic, p.70.

(3)LA SANTA BIBLIA. Eclesiastés 3,1-2. Chile: Sociedades Bíblicas Unidas; 1992. p.639.

(4)AGUIRRE C A. Antimanual del mal historiador. México, 2004. p.32.

(5)ROSENTAL M, IUDIN P. Diccionario filosófico. Argentina: Ediciones Universo; pp.462, 463.

(6)ÁLVAREZ R M. Didáctica de la historia y las ciencias sociales. Bolivia: Grupo Editorial Kipus; 2006. p.41.

(7)BLOCH M. Apología de la historia. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1971. p.25.

(8)BLOCH M. Apología de la historia. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1971. p.25.

(9)TORRES P A. Educación de la temporalidad en ESO y Bachillerato. Tarbiya 2000, No. 22, ene, p.20.

(10)TORRES P A. Educación de la temporalidad en ESO y Bachillerato. Tarbiya 2000, No. 22, ene, p.12.

(11)ARÓSTEGUI J. La investigación histórica: teoría y método. Barcelona: España: Editorial Crítica; 1995. p.217.

(12)TORRES P A. Educación de la temporalidad en ESO y Bachillerato. Tarbiya 2000, No. 22, ene, p.22.

(13)TORRES P A. Educación de la temporalidad en ESO y Bachillerato. Tarbiya 2000, No. 22, ene.

(14)MINISTERIO DE CULTURA. Descubriendo el tiempo. España: Fundación Caja de Madrid; 1996. p.19.

(15)MINISTERIO DE CULTURA. Descubriendo el tiempo. España: Fundación Caja de Madrid; 1996. p.12.

(16)LOLO O, RODRÍGUEZ R. La impronta humana en el tiempo y el espacio: un problema en la enseñanza-aprendizaje de las humanidades. En: Acerca de la enseñanza-aprendizaje de las humanidades. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2014.

(17)PÉREZ M, RECIO P P. El trabajo con los mapas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En: Enseñar ciencias sociales en la escuela media: tendencias y exigencias metodológicas. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2014.

(18)PÉREZ M. La geografía en el campo de las humanidades. En: Acerca de la enseñanza-aprendizaje de las humanidades. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2010. p.68.

(19)LÓPEZ G. Acerca del tiempo y el espacio. Material para la docencia. Las Tunas, Cuba: Universidad de Ciencias Pedagógicas "José Tey"; 2010. p.6.

(20)LOLO O, RODRÍGUEZ R. La impronta humana en el tiempo y el espacio: un problema en la enseñanza-aprendizaje de las humanidades. En: Acerca de la enseñanza-aprendizaje de las humanidades. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2010. p.13.

(21)RECIO P P, ET AL. Apuntes para el trabajo con mapas. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación. 2003. p. 40.

(22)PÉREZ M, RECIO P P. El trabajo con los mapas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En: Enseñar ciencias sociales en la escuela media: tendencias y exigencias metodológicas. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2014. p.105.

(23)ÁLVAREZ R M, ET AL. Metodología de la enseñanza de la Historia. T.II. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1989. p.30.

(24)DÍAZ H. Enseñanza de la Historia. Selección de lecturas. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2006. p.77.

(25)PADRÓN L. El libro del mambí. La Habana, Cuba: Editorial Gente Nueva; 1992.

(26)RODRÍGUEZ R. Conjunto de actividades para el aprendizaje de la Historia de Cuba mediante el trabajo con los mapas. [Tesis en opción al Título Académico de Máster en Didáctica de las Humanidades]. La Habana, Cuba: Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique José Varona"; 2012. p.40.

(27)SARMIENTO I. El ingenio del mambí. T. I. Santiago de Cuba, Cuba: Editorial Oriente; 2008. p.75.

(28)SARMIENTO I. El ingenio del mambí. T. I. Santiago de Cuba, Cuba: Editorial Oriente; 2008. p.76

 

Bibliografía

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