Varona

No.59   Julio-Diciembre, 2014.    ISSN: 1992-82

La aplicación de la semiótica en las ciencias de la educación

The Application of Semiotics in the Science of Education

Dr. C. Mariluz León Ávila. Profesora Titular. Ministerio de Educación Superior. La Habana, Cuba. Correo electrónico: mariluzla@mes.gob.cu

Recibido abril de 2014   Aceptado junio de 2014


RESUMEN.

Los antecedentes de la investigación semiótica como ciencia permiten llenar una especie de "vacío" que existe en las ciencias de la educación, en cuanto a una conceptualización dialéctico-materialista del signo como mediador en la comprensión del mundo y, por consecuencia, en la adquisición de aprendizajes. Se define por el proyecto de investigación de Estudios Cubanos de Semiótica el proceso de comprensión o significación, teniendo como base teórica la concepción tricotómica peirceana de signo, integrada científicamente a la caracterización de texto y de semiosfera de I. Lotman. Incorpora, por lo tanto, a las ciencias de la educación, una nueva disciplina que desde su objeto de estudio, el signo, permite investigaciones y propuestas para una lectura del mundo más crítica y creativa.

PALABRAS CLAVE: semiótica, ciencia de la educación.

ABSTRACT.

The antecedents of semiotics research as a science allows filling a kind of "gap" that exits in the Science of Education, dealing with dialectic-materialist concepts as a mediating sign of the comprehension of the world and by consequence in the learning acquisition. Through this research project of Cuban Studies of Semiotics, the comprehension and meaning of it is defined, taking into account as theoretical bases the Peircian Tricotic conception of sign, integrated scientifically to the text and semi sphere of the characterization of I. Lotman. Therefore, it incorporates to the Educational Sciences a new discipline from its object of study, sign, allows research and proposals for a more critical and creative world reading.

KEYWORDS: semiotic, science education.


Introducción

La producción y reproducción de la vida cotidiana van transformando al contexto histórico social y a las grandes estructuras objetivas de relaciones sociales, donde cada nueva generación debe aprehender, desde sus subjetividades individuales, el nuevo producto cultural heredado, para darle continuidad al desarrollo histórico, sin perder los espacios conquistados. Se reconoce a la educación, su papel preponderante como instrumento necesario para formar al hombre para la vida, en función de estos cambios.

La educación constituye un sistema complejo de influencias, en las que participa toda la sociedad y, por medio de ella, se asegura la asimilación y la reproducción de toda la herencia cultural anterior, hoy ella tiene grandes retos, ante la extraordinaria variedad de influencias y el gran esplendor de la industria de los entretenimientos. Los niños y los jóvenes, sin excluir a los adultos, se fugan de la realidad, recurriendo a la pantalla del televisor, al monitor de la computadora, el celular, el "table" o cualquier tecnología de moda, donde las imágenes que se ven replantean una cotidianidad diferente, ideal, nos niegan la propia realidad. Así, se juega el partido de fútbol en que nunca se participa, se comparan nuestros peloteros con los yanquis de Nueva York, sin un análisis científico, se admira a mujeres y hombres que jamás se han conocido y que no tienen que ver con el medio; se disfrutan los paisajes que no se visitan; se gozan ambientes cotidianos ideales estéticamente, se pelean las guerras que nunca se libran y, en la realidad virtual que se consume, los norteamericanos han llegado hasta a ganar las guerras que perdieron durante la historia.

Estos productos audiovisuales están dirigidos a hacer olvidar -aunque más no sea por unos momentos- de la realidad cotidiana, construyendo una percepción alejada del contexto, una ideología cargada de significados consumistas y competitivos. Cada vez se realizan con más perfección, provocando una fuerza de seducción y fascinación muy agradable, induciendo una hipertrofia de la emoción, tan intensa que deslumbra, hasta el punto de adormecer toda capacidad reflexiva, analítica, crítica; siempre y cuando el sujeto no esté preparado para distinguir más allá del enunciado explícito en la propuesta textual.

No son los aparatos electrónicos, con sus circuitos en sí mismos, los que provocan tales influencias, sino los códigos culturales que aparecen como sistemas modelizantes (modas, música, baile, filmes, fotos…) de la cultura, que dependen de los intereses de la estrategia diseñada para su realización e influyen como mediación ideológica en el aprendizaje del sujeto.

Estas influencias constituyen procesos educativos, de asimilación, no intencional quizás por la familia, la escuela o el Estado, pero intencionada por el productor de tales códigos que se realizan a partir de estudios formalizados desde diferentes disciplinas, convirtiendo estas mediaciones en influencias tan especializadas como la del maestro o el político; se convierten, además, en influencias sistematizadas por gran cantidad de capítulos de series, telenovelas, campañas publicitarias de líderes musicales, modas, los propios programas deportivos, entre otros.

Al analizar cómo explican las ciencias de la educación estos procesos se encuentra la necesidad de tener en cuenta los resultados contemporáneos de la semiótica como ciencia, la cual tiene, como objeto de estudio, al signo y los posibles sistemas de significación que generan en un contexto histórico social determinado.

En épocas anteriores este proceso era explicado mediante la adquisición y el estudio del signo lingüístico, el desarrollo tecnológico actual ha conducido a un análisis en profundidad de los diferentes tipos de signos, a la búsqueda de las regularidades que ofrecen cada uno de ellos en la formación de significados y cómo se codifican, para estimular el significado.

Este artículo valora los antecedentes y algunas categorías sistematizadas de la semiótica como ciencia para llenar una especie de "vacío", que existe en las ciencias de la educación, en cuanto a una conceptualización dialéctico-materialista del signo como mediador en la comprensión del mundo y, por consecuencia, en la adquisición de aprendizajes, a partir de los resultados del proyecto de investigación de Estudios Cubanos de Semiótica.

Desarrollo

El proyecto de investigación en la búsqueda de nuevos fundamentos para favorecer la comprensión de la diversidad textual actual, mediante un enfoque dialéctico-materialista, se propuso realizar un análisis histórico-lógico de los antecedentes de la semiótica como ciencia, que tiene como objeto el estudio del signo y los procesos de significación en una situación histórica dada.

Al buscar los antecedentes del término "semiótica", mucho antes de que fuera utilizado, ya existían investigaciones respecto a los signos. Estos orígenes se confunden con el de la propia filosofía; se pueden apreciar varios períodos en la evolución histórica de esta, en la Antigüedad ya Platón (470-460 a.n.e.), en su libro Crátilo, definía el signo con lucidez asombrosa, como lo que reenvía a otra cosa natural o convencional, trató las relaciones entre pensamiento y lenguaje, propuso su tesis del simbolismo fonético. Protágoras de Abdera (444-443 a.n.e.) planteaba que el uso del lenguaje es susceptible de modificarse a voluntad de los hombres; Hipócrates, en un texto llamado Prognóstico, describió la cara de un moribundo, nos dice que un médico ante un enfermo lo primero que debe hacer es observar atentamente la cara y compararla con la sana, para detectar diferencias, que serán los signos de la enfermedad, algunos plantean que fue este el primer libro de semiótica médica. Luego, Galeno, en sus escritos, denominó la especialidad médica de sintomatología como semeiotica, indicando que era una de las seis ramas principales de la medicina.(1)

Aristóteles (384-321) planteaba que las palabras escritas son símbolos de las palabras habladas y estas son símbolos de experiencias mentales, y las experiencias mentales son símbolos de las cosas; por ello, las palabras habladas son símbolos de las cosas. Clasificó los signos en tres grandes grupos: ónoma, signo que por determinada convención significa algo, una cosa, corresponde al nombre; rema, signo que incluye en su significación una referencia temporal; logos, signo complejo, un discurso, en cualquier extensión y complejidad.(1)

Durante el período helenístico (siglo III al I a.e.), los escépticos planteaban que la palabra se centraba en la convención, la escuela epicúrea señalaba que el modo de vida en cada comunidad determinó la forma en que el hombre emitió los primeros sonidos para designar las cosas, según la impresión que producía mediante sus sentidos, la escuela estoica refería que las palabras tenían un origen en las representaciones que existían vivaces en todos los hombres; por lo tanto, son creadas por naturaleza y las categorías lingüísticas reproducían el pensar; por ende, las del ser mismo; distinguían tres factores en la situación semántica: el símbolo, como sonido material, el significado o la significación y la propia cosa externa.

Sobre la Edad Media, Figueroa V J hizo un análisis donde consideraba a San Agustín como el más grande semiótico de la antigüedad,(2) explicó que consagró considerable atención a la doctrina estoica, que desarrolló una original teoría semiótica, logró rescatar la herencia semiótica de la Antigüedad a la Edad Media. Definió al signo como algo que, además de la impresión que causa en los sentidos, suscita en la mente alguna otra cosa; ejemplifica con una huella, el humo, el sonido de la trompeta. Fue precursor de la cinésica o semiótica de la gestualidad y ejemplificó qué se expresa mediante las manos, la voz, los ojos, la mayoría de sus vivencias.

En la primera década del siglo XIX surgieron los fundadores de la semiótica contemporánea, con desconocimiento mutuo en ambos lados del mundo sobre el desarrollo de la otra. En Estados Unidos el filósofo y lógico norteamericano Charles Sanders Peirce (1839-1914), padre del pragmatismo, consideraba a la semiótica como "…la ciencia formal de las condiciones de verdad de las representaciones".(3) Planteaba que para él, la semiótica es la teoría del conocimiento, su interés básico es la lógica; su propuesta tiene un carácter social, cultural e individual. Definió al signo como algo que, para alguien, representa o se refiere a algo en algún aspecto o carácter. Refería que todo signo es triádico; es decir, que necesita la cooperación de tres instancias, que son el signo S (lo que representa), el objeto (O) (lo que se representa) y el interpretante (I), que produce su relación; esta cooperación se obtiene mediante el juego de dos determinaciones sucesivas del signo (S) por el objeto (O) y del interpretante (I) por el signo (S), de manera que (I) está determinado por (O) mediante (S). Esta concepción del signo es tricotómica, dialéctica, porque el signo está en un proceso, se define por una semiosis ilimitada a partir de la relación entre representamen, objeto e interpretante, y estas relaciones no pueden reducirse, en ningún caso, a relaciones dicotómicas (Fig.1).

Fig. 1. La triada peirceana.

La semiótica peirceana, según Beuchot M,(4) fue conocida, por medio de Morris Ch,(5) quien aplicó el método conductista, pero le dió el rango de ciencia estricta, y planteó estudiar la semiosis como signo, al interpretar esta concepción peirceana, propone tres dimensiones del sigo: sintáctica, semántica y pragmática, se estableció con los trabajos del austríaco Carnap R,(6) quien adoptó la semiótica de Morris, pero no hizo hincapié en el conductismo para explicar los signos.

En Europa, Saussure F (1857-1913) concebía la semiología como una ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social; fundó el estructuralismo; definió al signo como "…una entidad psíquica de dos caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos íntimamente ligados que se requieren mutuamente".(7) La imagen acústica tomó el nombre del significante y el concepto, el de significado. Limitó su estudio al signo lingüístico y subordinó el resto de los signos a este. Esta concepción de signo es dicotómica e idealista: se define por una relación diádica entre el significante y el significado. Estableció dos dimensiones para el análisis del signo, una diacrónica (evolución en el tiempo) y una sincrónica (evolución en la historia), aunque se centró en la dimensión diacrónica (Fig.2).

La semiología o semiótica dicotómica saussureana se extendió con gran facilidad; dentro de sus seguidores se encuentran: Mukarovsky J, de la escuela de Praga, quien definió la obra de arte como signo,(8) la cual constituye objeto de estudio de la semiología, y distinguió que, además de su función estética, tiene una comunicativa. Otro seguidor lo constituyó Buyssens E, lingüista belga, quien concebía la semiología como estudio de todos los sistemas de comunicación y extendió la concepción saussureana a los sistemas de comunicación no lingüísticos.(9) En 1943, Hjelmslev L estableció determinados principios que son generales y aplicables a sistemas diferentes de la lengua natural. Uno de los aspectos más importantes de su teoría lo constituye su denominación del habla en dos planos, el de la expresión y el del contenido, constituidos ambos por forma y sustancia. Hjelmslev afirmaba que, para interpretar un signo, era necesario contextualizarlo.(10) Su concepción de que expresión y contenido son los mecanismos connotativos generales anticipó la idea de la escuela de Greimas de que todo significado es esencialmente del mismo tipo. Por tanto, las imágenes artísticas y la literatura no solo se construyen de acuerdo con los mismos principios, sino que, más en general, lo visual y lo auditivo son idénticos en un nivel profundo. Además, por Barthes R, quien extendió el dominio de la semiología a todos los dominios significantes, como la moda, el automóvil, las comidas, entre otros, así se inauguró por él la corriente filosófica denominada semiología de la significación; planteaba que cualquier "…lectura es galaxia de significados",(11) su aporte consiste en ver al lector como sujeto activo y productor de significados, distinguió tres tipos de mensajes en los códigos visuales: mensaje lingüístico, mensaje icónico literal y mensaje icónico simbólico.

Una de las discípulas de Barthes, Kristeva J, propuso organizar a la semiótica no solo como una ciencia, sino como una disciplina transversal a todas las demás disciplinas(12); afirmaba que es importante revisar la intelección del texto, teniendo en cuenta a Marx y su concepto de productividad, a los efectos de observar al texto no como un producto, sino en su proceso de producción; aseguró que el texto no tiene individualidad, sino que es, por definición, intertextual.

Una tercera tendencia se originó a partir del pensamiento soviético y los referentes del estructuralismo, en la segunda mitad del siglo XX. A partir de una crítica al formalismo ruso, estudiaron el aspecto sígnico del lenguaje. Se ocuparon del estudio de cualquier sistema de signos, siendo Lotman I M el máximo representante de esta tendencia, donde desarrolló su actividad en la Escuela de Tartu, en Estonia. Definió al signo como algo que tiene la capacidad de reemplazamiento; consideraba la cultura como un lenguaje, como un sistema de signos sometidos a la existencia de códigos (reglas), lo que permitió ver a la cultura como lenguaje, como el arte, la música, el cine, las insignias, los mitos y rituales, las ciencias; además, consideraba que la manifestación concreta de la cultura son los textos.(13) Propuso el concepto de semiosfera, denominándola como la agrupación de todos los sistemas de signos; un determinado funcionamiento semiótico para una colectividad aporta el entorno de producción de significados y sentidos.

En 1969, se creó la Asociación Internacional de Semiótica (IASS-AIS) y Lotman fue elegido como su vicepresidente. Ocupó el cargo hasta 1984, posteriormente, fue miembro del Comité Ejecutivo hasta 1992. En este congreso de la Asociación Internacional de Semiótica se adoptó la palabra "semiótica" como el término para abarcar el estudio de las tradiciones de la semiología y la semiótica general.

A partir de este Congreso se comenzaron a destacar algunas figuras que, de alguna manera, sistematizan estas tendencias y propusieron modelos o propuestas más holísticas, como por ejemplo: Eco U, quien propuso un modelo semiótico textual, donde realizaba un análisis semiótico estructural de los fenómenos socioculturales(14); Sonesson G, quien desde las ciencias cognoscitivas estudió el desarrollo y la evolución del lenguaje, de los gestos y de las imágenes.(15) En América Latina se destacan: Verón E, de Buenos Aires, quien partió de dos hipótesis de base: 1) todo fenómeno social es un proceso de producción de sentido: conjunto de huellas que están en lo textual, bajo la forma de operaciones discursivas; 2) toda producción de sentido es necesariamente social; todo proceso significante se describe y explica según las condiciones sociales productivas(16); y Magariños J, argentino también, quien consideró la semiótica como un proceso cognitivo riguroso y eficaz, la explicó como disciplina que sirve de metodología de investigación social.(17)

Después de sistematizadas estas teorías, el proyecto propone realizar estudios cubanos de semiótica, teniendo en cuenta a la semiótica como ciencia, por lo que se propuso diferentes líneas de investigación que han fijado nuevos enfoques a viejos problemas, mediante investigaciones de pregrado, maestrías y doctorados, en las que se encuentran la semiótica para la pedagogía, semiótica del audiovisual, semiótica de la música, semiótica del cuerpo, semiótica de la gestualidad, semiótica del texto y semiótica de la cultura, donde se ha construido un sistema categorial que se ha introducido en los diferentes contextos de interacción de los participantes.

Para definir el proceso de comprensión o de significación, se tiene como base teórica la concepción tricotómica y dialéctica peirceana de signo, integrada científicamente de forma holística a la caracterización de texto y la definición de semiosfera de Lotman.

A partir del análisis histórico-lógico realizado, se pueden determinar las siguientes características del signo: siempre está en lugar de algo, es convencional: susceptible de modificarse a voluntad de los hombres, tiene carácter socio-histórico, adquiere tal significado por convención de una comunidad dada, en un espacio y un momento histórico concreto; es dinámico, se transforma, es complejo, solo existe en relación con el objeto, consigo mismo y con el interpretante, que es lo que está en la mente de algún sujeto, configurada esta relación por el contexto; el signo en sí mismo puede ser un texto, pero un texto puede estar conformado por uno o varios signos unidos coherentemente, es un mediador y producto del desarrollo del pensamiento del hombre y, además, mediador y producto de la cultura.

Estas características se pueden encontrar en la definición de signo de Peirce Ch S, la que asume el proyecto como fundamento básico para precisar a la comprensión textual. "Un signo, o representamen, es algo que, para alguien, representa o se refiere a algo en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o tal vez, un signo aún más desarrollado. Este signo creado es lo que yo llamo el interpretante del primer signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Está en lugar de ese objeto, no en todos los aspectos, sino solo con referencia a una suerte de idea, que a veces he llamado el fundamento del representamen".(18)

Por lo tanto, el signo puede ser una mirada, un diagrama, una huella, un símbolo, una expresión verbal, un gesto, una nota o un recurso musical, una manera de vestir, un color, un silencio, un sonido, etc. Estos fundamentos son esenciales para desarrollar la comprensión textual en los tiempos actuales, donde prima el texto audiovisual.

Se asumió la clasificación tricotómica de Peirce, el cual cataloga al signo en: signos de primeridad que expresan la forma o cualidades del objeto, de segundidad, que representa a la existencia de los hechos; o sea, a los hechos reales, y de terceridad, que representa el valor, el pensamiento. Esta clasificación ha permitido otro tipo de estudio del signo, investigar y determinar las características que pueden poseer los signos de primeridad, el efecto que provoca en las sensaciones y, por ende, en las emociones, estimulando a la aprehensión acrítica de sistemas de significación en forma de leyes, argumentos, símbolos, que van conformando signos de terceridad y cómo algunos signos de terceridad que funcionan en una semiosfera cultural dada, median los nuevos procesos semióticos, incluso, ante nuevos signos de primeridad, así sucesivamente en un proceso al infinito y, además, ha permitido identificar diferentes tipos de signos y sus sistemas de significación para una establecida comunidad, en un momento histórico determinado.

Para estudiar el contexto o comunidad en que existe y se transforma el signo, es necesario apelar al estudio de la cultura y, por ende, a la definición de texto y semiosfera que aporta la semiótica de la cultura de Lotman. Se denota, entonces, al texto como un signo o un conjunto de signos que coherentemente portan significados, por lo que se puede ejemplificar como texto, a una ecuación matemática, una pintura, una melodía, una obra teatral, una persona, una moda, un libro, una revista, un gesto, un artículo, un filme, un audiovisual, una danza, un espectáculo, una película, etcétera.

El texto se caracteriza por tener una relación dinámica con el contexto cultural, ser un mediador y un producto de la actividad comunicativa que desarrollan los hombres en los procesos de interacción social, ser un reflejo de la realidad, cumple la función de memoria cultural colectiva, transmite un mensaje que requiere de una interpretación inteligente para devenir significativo.(19) Los textos a su vez conforman un entretejido cultural que permiten una semiosis en una comunidad dada, constituyendo fuera de esta un no texto y a este fenómeno Lotman lo llamó semiosfera.

Los textos establecen relaciones con textos de la misma época o de épocas anteriores, con una referencia explícita (literal o alusiva), o implícita, mediante la pertenencia de la obra en un género compuesto por otras obras, o a un arquetipo textual (imitación); y a este fenómeno Kristeva le llamó intertextualidad, la cual reemplaza a la intersubjetividad porque el significado de un texto no se transfiere de escritor a lector, sino que es mediado por una serie de signos y códigos que involucran otros textos; considera a la intertextualidad como la percepción, por parte del lector, de la relación entre una obra y otras que la preceden. Un ejemplo lo constituye la cita, que es un procedimiento explícito y literal de referencia: el texto anterior está presente con sus palabras originales y se indica su procedencia.

Es este concepto, uno de los que ha abierto una brecha investigativa en el proyecto, se explica la función intertextual de la cita en el texto científico, más allá de una normativa formal, identificándola como signo que ofrece un sistema de significados al interpretante sobre la obra científica como objeto,(20) se investiga la utilización en la música, de algunos signos intertextuales que tienen una función de terceridad al referenciar los valores de identidad nacional y funcionan con éxito en obras originales, como cualificadores semióticos.(21)

Estas definiciones y la caracterización tricotómica de signo han permitido a varios miembros del proyecto poder contribuir a las didácticas particulares. En la didáctica de la Educación Especial se hacen propuestas con énfasis en el signo de primeridad y en la estimulación de la creatividad en la enseñanza de la Física, se utiliza, en ambas enseñanzas, la vía abductiva para desarrollar los procesos de comprensión y de creatividad.(22,23)

La vía abductiva es un esquema inferencial en que los fenómenos a analizar operan como evidencia para la hipótesis que los explica. Peirce propone la abducción como lógica del razonamiento sintético: un modo de inferencia ampliativo, cuyo resultado añade ideas nuevas al conocimiento, vía que se está utilizando en la investigación de dos tesis de doctorado, una sobre la estimulación de la creatividad en la enseñanza de la Física y en la enseñanza de la Artes Plásticas; además, se aplica a la enseñanza de la comprensión textual de la Literatura.(22)

Se aplican también a las didácticas de la enseñanza de la Lengua para estudiantes de Historia, redefiniendo el texto histórico y enriqueciendo la didáctica de la enseñanza de la literatura, ambas en función del desarrollo de la comprensión.(24,25)

Este enfoque del signo y de texto sirve como fundamento teórico a la comprensión de la personalidad, refiriendo a la personalidad como texto dinámico, del cual se pueden efectuar diversas lecturas a partir de los signos que la referencian, y se investiga en la búsqueda de diferentes signos que la identifican como objeto.(26-29)

Entre otras propuestas, se esboza una metodología para la enseñanza de la producción de audiovisuales educativos comunitarios y se modelan los procesos de comprensión.

Conclusiones

El estudio histórico-lógico de los antecedentes de la semiótica como ciencia permite comprender que, desde la Antigüedad, el signo y los sistemas de significación que generan, han sido una polémica a investigar, necesaria para comprender e influir en la relación mediatizada entre sujeto-mundo; sujeto-objeto, sujeto-sujeto; esta permite determinar y redefinir algunas categorías semióticas, proponer metodologías que ponen a la investigación educativa al nivel de su tiempo, formula alternativas a problemas relacionados con la extraordinaria variedad de influencias textuales que tiene en la actualidad el estudiante.

Incorpora, por lo tanto, a las Ciencias de la Educación una nueva disciplina que desde su objeto de estudio, el signo, permite investigaciones y propuestas para una lectura del mundo más crítica y formula la creación de un producto educativo en consonancia con los principios, que llegue con seducción y fascine con su propuesta.

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