Varona

No.58   Enero-Junio, 2014.    ISSN: 1992-82

El humanismo en la Educación Superior

The humanism in the Superior Education

Prof. Julia García Capote. Profesora Titular. Universidad de Ciencias Médicas. La Habana, Cuba.

MSc. Gilberto Caimbo Nhongola. Universidad Lueje A´nkonde. República de Angola.

Dr.C. Norberto Valcárcel zquierdo. Profesor Titular. Dirección Municipal de Educación de 10 de Octubre. La Habana, Cuba.

Recibido octubre de 2013   Aceptado diciembre de 2013


RESUMEN

 La formación integral de los estudiantes universitarios se convierte en necesidad del proceso educativo que ocurre en la Universidad, el artículo trata el humanismo, como valor necesario a educar en el contexto de la educación médica en los futuros galenos de un país.

PALABRAS CLAVE: humanismo, educación superior.

ABSTRACT

 The integral formation of the university students becomes necessity of the educational process that happens in the University, the article it treats the humanism, as necessary value to educate in the context of the medical education in the future physicians of a country.

KEYWORDS: humanism, superior education.


Introducción

A la problemática de la medicina le son consustanciales valores tan universales como el humanismo, el altruismo, la solidaridad, entre otros. ¿A quién le corresponde el desarrollo de esos valores, cómo puede incorporarlos a sí el hombre que se está formando? Corresponde a la educación el papel fundamental.

Las distintas propiedades sociales del individuo, sus necesidades, objetivos y planes de vida, resultado de la actividad de estos y sus perspectivas, se manifiestan no por casualidad, no de golpe e inesperadamente, sino que se preparan en cada etapa precedente, Pero el papel de los jóvenes siempre es determinante. El futuro está planteado y demostrado, se gana con la juventud. El presente de hoy es el futuro del pasado glorioso y fueron en cada etapa los jóvenes los que lideraron esos momentos.

¿Por quiénes si no estuvo liderada la Protesta de los Trece La Constitución del Primer Partido Comunista de Cuba, La Huelga de 1933, el Asalto al Cuartel Moncada? Fueron los jóvenes que en cada uno de esos instantes representaban lo más genuino y revolucionario del país.

La juventud debe analizarse en la época y el momento histórico que le correspondió vivir. No puede, sin caerse en arbitrariedades, el comparar la juventud de una época con la de otra para resaltar una de ellas. Ninguna es mejor ni peor que la otra. Cada una de ellas responde a su época, a sus condiciones. Esto exige análisis histórico-concreto. Cada generación recibe un legado y le corresponde, dada las condiciones de su época tomarlo y críticamente enriquecerlo de acuerdo con las circunstancias, no solo internas, sino también externas. No hacerlo así conduce al dogmatismo y esquematismo.

El presente contextualiza el humanismo como proceso, como cualidad y como valor dentro de la formación integral de los estudiantes de la carrera de Medicina.

Desarrollo

Castro F, el 1º de septiembre de 1977, en ocasión de la inauguración del curso escolar planteó: ”...para nosotros es decisiva la educación, y no solo la instrucción general, inculcar conocimientos, cada vez mayores, cada vez más profundos y amplios a nuestro pueblo, sino la creación y formación de valores en la conciencia de los niños y jóvenes…”.(1) Es decir, que este es un fenómeno sistémico en el que la familia, la escuela y el entorno social conforman el todo, donde cada una de las partes es inapreciable e insustituible, y donde el fallo de una sola de estas puede hacer si no imposible sí mucho más difícil y complejo el proceso.

La humanidad tiene la posibilidad de prolongar el desarrollo del hombre aumentando el ritmo y la saturación social de cada etapa histórica.

El hombre se elevó por encima de los animales porque se prolongó el tiempo de su desarrollo, señaló el sociólogo ruso Smirnov V, “…porque a la infancia le agregó la juventud. Sin embargo, esta no es solo una posibilidad potencial, realizable bajo una situación histórica y en condiciones socioeconómico favorable. Puede afirmarse que la juventud es una adquisición relativamente reciente del género humano. Así pues, las fronteras de la juventud son movibles, dependen no sólo de propiedades bio-antropológicas del hombre, sino también de condiciones socio-históricas”. (2)

Cada edad y cada etapa de la vida tienen períodos difíciles. Esto no es privativo de una etapa determinada en el desarrollo del hombre. La edad juvenil no es menos compleja que la adolescencia. Está saturada de nueva experiencia dinámica y contradictoria. Estas dificultades son resultado de los cambios objetivos de la situación del individuo de las relaciones sociales, en las conexiones del tiempo con los períodos de vida. Y hay que analizar las diferencias de cada etapa, para comprender el resultado. Marx C, refiriéndose a esto destacó como: “…el proceso de la vida del hombre consiste en que éste pasa por distintas etapas”. (3)

Ello es importante, porque la vida del hombre es única y no se detiene, pero el tránsito por esta requiere de preparación constante para el vencimiento de cada una de sus etapas y esa preparación, para alcanzar a desarrollar una vida plena, requiere del esfuerzo mancomunado de todos los factores sociales ya mencionados.

Guevara E, en su obra El Socialismo y el Hombre en Cuba, habla de un hombre nuevo, del hombre del siglo XXI, y al que se refiere, se hace impensadamente como algo muy lejano. Se considera una persona consecuente, cuando lucha por el perfeccionamiento humano y en cada momento mejore sus acciones propias y aquellas que ejecuta con los demás, por cuanto el hombre es perfectible y pensar distinto es caer en posiciones no dialécticas, se puede entender que ese hombre nuevo al se refiriera el Che, emerge cada día al enfrentarse y solucionar las problemáticas del mundo actual. Al respecto Ubieta E destaca que “…el hombre nuevo del que nos hablara el Che, no es algo inalcanzable”. (4)

Cuba tiene numerosas manifestaciones de hombre nuevo. Lo que es inalcanzable es el hombre perfecto. El hombre es perfectible, se forma y educa en la dinámica real de los acontecimientos, comete errores, los supera y sigue avanzando. Unos quedan en el camino, otros crecen y se multiplican.

“Llevar maestros, médicos, enfermeros y técnicos a otros pueblos necesitados es revitalizar el internacionalismo, es practicar el humanismo en su más alta expresión”. (5) Es ser consecuente con Martí, haciendo la prédica de que Patria es Humanidad.

Mientras el capitalismo se rige por las leyes de un pragmatismo hedonista, promoviendo y desarrollando el individualismo y el egoísmo, la Revolución Cubana practica y desarrolla un humanismo militante, martiano. Un humanismo donde el hombre se erige como propio salvador, porque conoce su destino y tiene plena conciencia y poder para resolver todos y cada uno de los obstáculos que la dinámica de la vida le presenta.

En la Ideología Alemana se señala, “…si el hombre es formado por las circunstancias, será necesario formar las circunstancias humanamente. Si el hombre es social por naturaleza, desarrollará su verdadera naturaleza en el seno de la sociedad y allí solamente, razón por la cual no debemos medir el poder de la naturaleza por el poder del individuo concreto, sino por el poder de la sociedad…”. (6)

Este artículo deja sentado que el problema de la formación del hombre y su humanización no pueden realizarse al margen de la sociedad, igualmente que es imposible transformar las relaciones sociales y la sociedad desvinculadas de la actividad de los hombres, al dejar de lado la acción de las individualidades reales.

El hombre, en tanto ser social, es producto de la sociedad, pero también cambia y se transforma bajo la influencia de la actividad humana. El humanismo burgués solo es humanismo para la burguesía gobernante y las capas o castas adscriptas a esa élite.

El socialismo crea las premisas reales para el desarrollo de cada miembro de la sociedad, no se ocupa discriminadamente, de una parte de esa sociedad, sino de todos sus miembros. Esto entraña la gran complejidad que debe enfrentar y resolver acertadamente el socialismo, como lo es, alcanzar la autenticidad del humanismo socialista. Lo hecho en Cuba, en estas más de cuatro décadas desde el triunfo revolucionario, como materialización de ese humanismo que preconizamos. De manera exhaustiva, y profundizando en ello, en el Congreso Pedagogía 2013 destacó: “La obra que la Revolución Cubana ha desarrollado en la educación ha despertado interés y admiración en el mundo. Solo la comparación de indicadores tan importantes como el número de docentes, que creció de 22,8 miles en 1958 a 274 miles en la actualidad, para colocar a Cuba como el país de mayor cantidad de maestros per cápita en el mundo, la total cobertura de la escolarización básica, la erradicación del analfabetismo y el crecimiento del presupuesto de 79,4 millones de pesos antes del triunfo de la Revolución a 3 000 millones de pesos en el 2013, serían datos suficientes para sentirnos orgullosos de nuestra obra. A ello podrían añadirse los resultados cualitativos obtenidos por Cuba en el primer estudio realizado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad en la Educación”. (7)

Castro F se ha referido a las dos profesiones que a su juicio están hermanadas por los valores de humanismo y entrega que ambas encierra: la medicina y la educación. Desarrollando más esta idea, destaca: “Qué es educar, sino preparar al hombre desde que empieza a tener conciencia para cumplir sus más elementales deberes morales, para producir los bienes materiales y los bienes espirituales que la sociedad necesita a producirlos por igual, con la misma obligación todos. Educar es sembrar valores. La escuela ocupa el lugar principal dentro del conjunto de influencias que actúa en la formación de niños y jóvenes (…). El corazón del trabajo educativo es la labor de los profesores. Si esta funciona mal, funcionará mal todo el sistema de trabajo. Porque lo inicia la familia, influye el entorno, pero la escuela en cualquier edad del educando tiene a su cargo un papel de primer orden”. (8) Fidel no delimita el nivel de la escuela como forja de valores; es decir, corresponde a todos los niveles esta importante labor.

La sociedad no es un ente abstracto. Desde los primeros momentos del triunfo revolucionario, ha destacado la idea de que la transformación comunista de la sociedad está estrechamente relacionada con la formación del hombre nuevo, en que debe cohesionarse de forma armónica la riqueza espiritual y la fuerza moral. En esta misma línea de pensamiento, en su discurso del 1º de julio de 1966, en Topes de Collantes, destacaba Fidel: ”…y no podrá haber jamás sociedad comunista si no se educa al hombre para vivir en esa sociedad. Puesto que no es solo cuestión de abundancia, también, y en grado muy importante, fundamental, una cuestión de educación, de educación”. (9)

Reviste de importancia el trabajo dentro de la juventud estudiantil y, en especial, en la Educación Médica Superior. Es importante y es compleja.

Al seleccionar al joven que ha de convertirse en profesional de la medicina, deben medirse y exigirse en él valores morales y humanos que ya desde entonces sobresalgan, por el papel que al médico ha de corresponderle desarrollar en la sociedad.

La calidad humana, la sensibilidad, la entrega incondicional a la labor para la que se prepara, tienen que ser valores inobjetables en el futuro médico. ¿Por qué?

Si un trabajador, profesional o no, comete errores en su trabajo por una negligencia, por apatía o por cualquier otro motivo, redunda en el mayor de los casos en daños económicos, en actitudes políticas que son censurables e incluso condenatorias. Pero en el caso del profesional de la salud, este trabaja con sujetos, con seres humanos y sus equivocaciones inciden directamente en la vida y la calidad de vida del hombre. De ahí, que la calidad humana debe ser especial en este futuro profesional.

Como planteara Castro F” …en el médico necesitamos las tres cosas: la calidad humana, la calidad intelectual y la calidad político-moral indispensable…”. (10)

Pero esos valores hay que cultivarlos. He ahí la tarea a que deben enfrascarse todos los factores involucrados en la formación del futuro profesional. No es posible pensar que en todo un colectivo humano puedan estar desarrollados a plenitud esos altos valores. He ahí la tarea a que deben enfrascarse todos los factores involucrados en la formación del futuro profesional.

Batalla de ideas no es crear consignas ni enarbolar banderas, es convertirnos en abanderados y ejecutores de la obra de la revolución, La batalla de ideas está presente desde 1959 con el triunfo de la Revolución. Y la obra de la revolución en este campo es hacer justeza al planteamiento de Fidel cuando expresara que el país cuenta con un gran capital humano. Enriquecer y hacer más sólido ese capital humano que está inmerso en las aulas constituye la tarea a la que están llamados los profesores y trabajadores de las Ciencias Médicas.

La formación de este nuevo profesional de la medicina no solo es consecuencia, sino también condición de la formación de la sociedad comunista y del hombre nuevo, que no surgen espontáneamente.

Se insiste en la necesidad de esa especial calidad en el profesional de medicina que Cuba se propone graduar, Castro F, en el Encuentro Nacional de profesores de Ciencias Médicas, 5 de mayo de 1984, señalaba: “…debemos crear mejores hábitos desde la Secundaria y el Preuniversitario, debemos mejorar la educación, mucha mejor selección; trabajar para despertar la vocación (…). Ese es el primer punto donde debemos trabajar. Pero una vez que hayan ingresado, debemos mantener el principio de rigor, sin que nos asuste el total de los que se vayan a graduar; es mejor, hasta más económico, que el trabajo óptimo en la selección y el ingreso reduzcan la mortalidad académica y las bajas después. Pero no debemos tener temor, cualquier cosa menos graduar a un médico que no tenga la calidad que aspiramos que tengan…”. (11) Hay planteamientos esenciales recogidos aquí que es imposibles soslayarlos.

El papel de las secundarias básicas y del preuniversitario debe reforzarse. Son diversos los factores que incidieron en mermar esta labor, entre ellos el éxodo de maestros de las escuelas. El detrimento de la economía durante “el Período Especial”; no obstante, lo esencial es que no siempre los estudiantes estuvieron bien atendidos, en todos los sentidos, en las aulas.

Aquella disciplina después de más de tres décadas de desarrollo educacional, mermó, muchos valores cambiaron, y es preciso ir a su rediseño en las nuevas condiciones. Pero las demandas sociales siguen creciendo, a nivel nacional y ya más allá de las fronteras del país. Y es preciso mantener la selección, pero teniendo en cuenta que lo no alcanzado en esos niveles de la enseñanza, es preciso incorporarlo en el nivel superior. Y ya eso sí depende de los claustros y organizaciones políticas y de masas. El que no logre al final cumplir las expectativas quedará sin graduarse, como bien señaló Fidel, no es posible graduar profesionales mediocres.

En la personalidad del futuro médico, como en la de cualquier otro profesional en formación, influyen diferentes factores, unos con mayor peso que otros, pero todos ellos como sistema en definitiva que interactúan sobre el individuo. Factores de índole objetivo (características de la sociedad; por tanto, el entorno, el nivel de vida, y otros) y factores de carácter subjetivo (el trabajo de las instituciones educacionales, la labor ideológica del Partido, de las organizaciones juveniles y de masas, entre otros).

El grado de conformidad entre el material aprendido por el alumno, que más tarde será especialista, y sus acciones reales, constituye el criterio básico que permite valorar la eficiencia de la educación en el proceso de la enseñanza de la filosofía y demás ciencias sociales. En este sentido, es fundamental el papel a desempeñar por los profesores.

El profesor no solo debe saber bien su materia, sino también transmitir sus conocimientos a los estudiantes, de manera amena y coloquial, alcanzar una verdadera comunicación, brindar la organización óptima del proceso docente y del trabajo educativo. Cada profesor desarrollará sus clases con los estudiantes, partiendo de sus conocimientos y experiencias, de su maestría individual, de su arsenal subjetivo. Esto es natural en la enseñanza superior, ya que se requiere de cada profesor, determinada orientación científica y pedagógica.

Existen profesores de talento, maestros de la enseñanza, pero subsisten los profesores mediocres e incluso incapaces, aunque en este caso sus conocimientos no pueden ser objeto de dudas.

La actividad de enseñar depende de muchos rasgos y cualidades del profesor, de sus conocimientos, experiencias, horizontes y capacidad de aprovechar la enseñanza los más modernos métodos y medios.

La labor educativa, por su parte, “...requiere de su propia metodología de la enseñanza en tanto que debe llenar un contenido y una forma para realizarla, no puede limitarse en el tiempo, se realiza de manera imperceptible y no implica necesariamente una actividad especial”. (12)

Cada profesor desarrollará sus clases con los estudiantes, partiendo de sus conocimientos y experiencias, de su maestría individual, de su arsenal subjetivo. Esto es natural en la educación superior, ya que, en este nivel, se requiere de cada profesor determinada orientación científica y pedagógica. A la vez, cabe señalar, que el grado de aptitud para enseñar está lejos de ser igual. Para la educación superior, en general, y para las ciencias sociales, en particular, tiene gran significación no solo la exposición de las disciplinas en un nivel científico elevado, sino también es muy importante la óptima organización de la percepción y asimilación de los conocimientos y su transformación en convicciones personales.

A criterio de los autores una tarea importante del profesor en esta disciplina es la de hacer escalar al estudiante desde los distintos fenómenos individuales, hasta su generalización, de elaborar la aptitud de pensar, pero ello no supone que los hechos tengan que ser un objetivo propio. Estos tienen que ser determinados por el objetivo que encierra el planteamiento.

La utilización de los hechos de las materias básicas para la ilustración de algunas tesis de las ciencias sociales, ha de ser oportuna. Estos hechos pueden ser incluidos, de modo razonable, en el material analítico. Las experiencias de la enseñanza de las ciencias sociales en centros de la Educación Superior vinculados al perfil del estudiante muestran las enormes ventajas en el terreno que permite la consideración de la especialidad de dichos estudiantes.

En primer lugar, los conocimientos de los estudiantes se hacen más flexibles, coordinados, diferenciados y generalizados por diferentes directrices. Esto contribuye a la más exitosa ascensión de los estudiantes del nivel empírico de conocimientos hacia el teórico, y también a la unión de los materiales de las ciencias sociales y las particulares. Hecho este imprescindible para la integración de los conocimientos.

En segundo lugar, si se observan las condiciones mencionadas, los conocimientos de los estudiantes se hacen más concretos.

Las disertaciones sobre la historia y la teoría de las ciencias básicas contribuyen a la formación de nociones filosóficas y económicas más profundas, las que necesita el especialista para perfeccionar su nivel intelectual, y para la solución creativa de tareas concretas de la ciencia y la práctica dadas.

La cuestión es que el estudiante tiene que ver el “rendimiento” de sus conocimientos sociopolíticos, económicos y filosóficos, en su trabajo y en su especialidad. Tiene que asimilarlos como algo que le va a ser de utilidad, lo contrario dificulta la comprensión de la necesidad y no es posible entonces, la incorporación adecuada de estos a su memoria cognitiva y menos aún conductual.

En tercer lugar, no es posible subestimar la relación directa de la enseñanza con la educación de los intereses, actividad e independencia, con el reforzamiento de la actitud consciente con respecto a la ciencia en general y a las ciencias sociales en particular.

Se entiende desde esta sistematización que los valores constituyen principios o fines que fundamentan y guían el comportamiento individual, grupal y social.

Su conformación y asimilación es un proceso que se inicia con los primeros pasos en la vida por el hombre, pero su desarrollo y perfeccionamiento constituyen un movimiento en espiral que solo concluye al final de esa vida.

El médico que Cuba pretende formar, puede encontrarse y se encuentra de hecho, en la sociedad actual, pero no de forma generalizada, sino particularizada, sino qué son esas cifras de miles de profesionales ubicados en los más inhóspitos lugares de los países del Tercer Mundo, salvando vidas y curando heridas, sembrando cultura y elevando la calidad de vida.

Es tarea del proceso docente-educativo en la Institución Médica Superior, el contribuir a la formación de la personalidad del especialista con alto nivel de conocimientos profesionales, destrezas, hábitos, habilidades del trabajo en su especialidad. Los colectivos de profesores deben conocer lo multifacético de la personalidad que se pretende formar en el proceso docente-educativo, en el cual ellos son protagonistas esenciales.

Para instruir y educar debidamente al futuro especialista de medicina, habrá que tener, ante todo, formada una idea precisa de cómo deberá ser este. En el proceso de la educación del futuro profesional integral, convergen distintas dificultades. Es preciso precisar tres de ellas, que se hace imprescindible su conocimiento para su erradicación total.

La sociedad está interesada en educar a la juventud en la fidelidad de sus intereses y principios. Es tarea compleja, incluso en este sistema, en el cual los ideales se corresponden con el carácter progresista de las leyes objetivas del desarrollo social y con la máxima expresión de los deseos humanos.

El profesor debe enfrentarse a esta dificultad, porque el ideal lleva implícito una contradicción, la que se presenta entre los conocimientos que el profesor imparte y las nuevas vivencias emocionales que el alumno recibe en el medio social en que se desenvuelve. Esta contradicción puede aumentar en la práctica educativa y llegar a la situación denominada retraso emocional. Esto ocurre cuando el profesor exagera el papel de la conciencia y subestima el de las vivencias emocionales. A diferencia del conocimiento, las emociones y los sentimientos se forman fundamentalmente, en contacto con la realidad. Para evitar el retraso emocional, el profesor debe dirigir todos sus esfuerzos a la organización de la experiencia espiritual del estudiante, enseñarlo a valerse por su propio esfuerzo, con sus potencialidades.

Otra dificultad compleja con la que debe enfrentarse el profesor en las facultades de ciencias médicas, en el desarrollo del sistema de valores en la personalidad del estudiante es el efecto de saturación; o sea, la impertinente repetición de las mismas ideas, ejemplos, conceptos.

Una tercera dificultad, no menos importante, es el efecto de la impersonalidad. Las personas tienden a enmascarar su sistema de valores ante aquellos para los cuales resultan indiferentes, así como también, ante aquellos en quienes de antemano se conoce la inflexibilidad y determinación de ciertos patrones invariables. Hay una íntima vinculación entre las tres dificultades.

La necesidad de elevar la calidad de la Educación Superior Socialista, plantea ante cada sujeto del proceso docente-educativo, en particular el profesor, tareas de capacitación y profundización en el campo de las Ciencias Pedagógicas. La personalidad del educando surge y se desarrolla de la interacción a través de la enseñanza en la relación profesor- alumno y del colectivo de trabajo, medios masivos de comunicación, autoeducación y del régimen de vida familiar.

Desarrollar esta profesión como deber y honor en la formación del médico que corresponde preparar es una extraordinaria responsabilidad. Es un trabajo que requiere de amplios conocimientos, elevada cultura y maestría pedagógica. De ahí que la actividad pedagógica sea uno de los procesos más complejos del ser humano. El gran pedagogo ruso Uzkivk K A, señalaba que “…el arte de la educación de que a casi todos les parece una cosa conocida y comprensible, e incluso, a algunos, les parece fácil y tanto más comprensible y fácil cuando menos lo conocen teórica y prácticamente”. (13)

Toda profesión es un arte, es algo sostenido por la destreza y dedicación que su desarrollo implica. La Pedagogía en su aplicación a la Medicina, es un trabajo afín, en cierta medida, a la del científico, escritor o artista en toda la gama de sus manifestaciones, si se juzga por las condiciones sociales que desempeña, por las exigencias que plantea en relación con la capacidad creadora del individuo y la complejidad psíquica. “Se deberá contribuir en la Universidad Médica a educar a un futuro profesional de la salud en principios que los lleven a ejercer con solidaridad, responsabilidad, honestidad, altruismo, lealtad, amor, colectivismo y justicia; de manera que el desarrollo científico técnico en lugar de contribuir a la deshumanización del ejercicio profesional, sea aprovechado como medio para respaldar el derecho universal del hombre a la salud y el respeto de su integridad”. (14)

La práctica muestra que la interacción del trabajo científico y el pedagógico, eleva el nivel de uno y del otro. La obtención de una educación médica de elevada calidad solo es posible cuando el profesor realiza un trabajo científico en el centro docente superior y manifiesta interés por los problemas metodológicos, así como por el arte de enseñar.

Al igual que el artista, el pedagogo necesita una serie de atributos o cualidades que son insoslayables: una buena dicción, dominio de la voz y su lenguaje debe ser expresivo. Al respecto Makarenko A S, el gran pedagogo ruso escribió “…que tales pormenores como la voz, sonreír, mirar, mostrar decisión, aquí tropezamos con aquella esfera que es bien conocida en el arte, el drama, el ballet…”. (15)

El profesional médico en su proceder desarrolla una relación constante sujeto-sujeto. Ello es necesario entenderlo, porque da la premisa para la comprensión del vínculo humanismo-medicina.

El profesional médico tiene que ser un hombre desposeído de todo tipo de alienación. Solo ello le dará su posibilidad de realización plena, y con ello su libertad en su máxima acepción. Este problema de la desalineación, de desarrollar los más altos valores en el ser humano, subyace en el pensamiento cubano desde sus raíces. Guadarrama P, señala cómo José Martí trató “…de contribuir de forma activa a la conformación de una cualidad indispensable en el género humano, que es la disposición general hacia el bien (…) Tal humanismo práctico o práctica de humanismo (…) queda plasmado en otras múltiples ocasiones en su amplia obra escrita, pero se aprecia especialmente en ese célebre ensayo Nuestra América cuando ratifica su fe en lo mejor del hombre, pero a la vez desconfía de lo peor de él”.(16) Y “...hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece (…). Así, continúa, imbuía el criterio ya consolidado en él de que había que propiciar las actitudes provechosas y cargarlas de bondad en el hombre, en lugar de estimular la ferocidad que también latía en él”. (17)

A pesar de todo lo señalado se encuentra, en estudiosos del llamado primer mundo, intentos de soslayar o difuminar la esencia del humanismo, con claras intenciones de justificar sus posiciones.

Así se observa que el investigador Cox A sostiene que “Si intentamos una idea del desarrollo del concepto ´humanismo´ a lo largo de la historia, nos enfrentamos con varios problemas. El primero es el uso de la palabra misma. El término ´humanismo´ tiene un valor, por lo general, excelso, pero a la vez bastante difuso y no muy claro. Cualquier persona que haya dado muestras de poseer cualidades como la tolerancia, la compasión, el entendimiento, etc., le denominamos ´humanista´”. (18)

Otra connotación del humanismo tiene que ver con la formación intelectual y cultural. Una persona que se dedica al estudio de las artes y las letras y sobre todo las artes y las letras clásicas es considerada un humanista. Esta idea también se refleja en el uso de la palabra humanidades para designar todas aquellas asignaturas relacionadas con la cultura, en oposición a las disciplinas que se ocupan de la naturaleza y de las ciencias técnicas.

Al mismo tiempo, la palabra humanismo implica para muchas personas, un contraste, entre lo humano y lo divino. En esta acepción, el humanismo es “...un movimiento que trata de desarrollar una filosofía de la vida o una ética en la que se pone énfasis en la responsabilidad del propio hombre para darle sentido a su vida, sin recurrir a un mundo trascendental o a un dios. Para estos humanistas, los hombres pueden -incluso deben- construir sus propios códigos de conducta, no pueden acogerse a una doctrina religiosa. Una característica muy acusada de este tipo de humanismo es una gran confianza en las capacidades del hombre”. (19)

Se valora como este autor trata las diferentes acepciones del humanismo, como un análisis gramatical de este. En momento alguno lo califica de principio, valor, convicción. Pero, además, al referirse al hombre no lo personaliza, se refiere como hombre general, desprovisto de sus relaciones sociales y, por tanto, lo despoja de su esencia humana.

Cox A, en su análisis sobre la esencia del humanismo, lo contrapone al pensamiento teísta y lo despoja de todo vínculo social. Señala que “El rasgo más distintivo de la filosofía humanista consiste en que considera al ser humano como centro, o más bien como medida de todas las cosas, en contraposición con las ideologías teístas. De acuerdo con el pensamiento teísta, el centro y objetivo de todo lo que existe son uno o varios dioses que han creado el Universo y lo rigen de acuerdo con sus inescrutables deseos (los cuales por lo general corresponden a los intereses de un determinado grupo) y que, en la mayoría de los casos, han diseñado un plan de salvación para el ser humano. Este plan de salvación se logra por medio de una revelación, la cual, toda o parte de ella, según la religión específica, se encuentra en un libro y a veces, parte de esta revelación se encuentra también en pronunciamientos de sus líderes pasados o actuales”.(20)

Hay evasión total del problema. El humanismo es tratado como una ideología y como tal se comporta por los diferentes hombres y épocas.

Humanismo es considerar al hombre como valor supremo de la sociedad y, por lo tanto, poner todas las fuerzas y mecanismos de esa sociedad en pos de la realización plena de ese hombre.

El humanismo en salud, está pues unido a la formación de un hombre con alto desarrollo integral, cuya escala de valores debe responder a lograr alcanzar los pilares más altos de la sociedad.

Fiel a este humanismo militante, Balaguer J R, señaló: “Para los cubanos, herederos del humanismo de ese hombre universal que fue José Martí, la práctica consecuente del internacionalismo, tan enraizado en el terreno de la salud, tiene como corolario la extensión de la formación profesional a los países del Tercer Mundo como expresión de la globalización de la solidaridad y de la universalización en la sociedad del conocimiento científico médico, experiencia que Cuba atesora y comparte, fiel al legado martiano de que Patria es humanidad”.(21)

Conclusiones

El análisis histórico-lógico de las posiciones de diferentes autores sobre la concepción de la formación integral del hombre, expresado en los principios que rigen la formación integral del egresado de Ciencias Médicas, se convierte en la base teórica y metodológica del proceso de formación de estos profesionales de la salud.

El humanismo, cualidad, proceso y resultado de la formación integral para el desarrollo del capital básico de Cuba: capital humano, se convierte en la concepción teórica principal del rediseño curricular de los programas de las asignaturas de la disciplina Filosofía para la formación del pregrado y postgrado en el contexto de la Educación Médica Superior.

 

Referencias

  1. CASTRO F. Los derechos humanos. En 2 tomos. T. I. La Habana, Cuba:  Editora Política; 1997.
  2. SMIRNOV C. Psicología de la edad juvenil. Estudios de Marxismo Leninismo. Moscú: 1929. p.136.
  3. MARX C, ENGELS F. Obras completas. T. 46. Parte II. Moscú: 1970. p.141.
  4. UBIETA E. El futuro de Cuba depende de qué ideología triunfe: yo vivo, lucho, trabajo por la socialista. Entrevista. Rebelión. Página digital. 2006. p.19.
  5. UBIETA E. El futuro de Cuba depende de qué ideología triunfe: yo vivo, lucho, trabajo por la socialista. Entrevista. Rebelión. Página digital. 2006. p.21.
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  7. p.p. 78-79.
  8. VELÁSQUEZ E E. Conferencia realizada en la apertura del evento “Pedagogía 2013”. La Habana, Cuba: Palacio de las Convenciones; 2013. p.2.
  9. CASTRO F. Los derechos humanos. En 2 tomos. T. I. La Habana, Cuba:  Editora Política; 1997. p.60.
  10. CASTRO F. Discurso el 1º de julio de 1966. Topes de Collantes. Granma, 1982. p.2.
  11. CASTRO F. Discurso en el Claustro Extraordinario de Profesores del ISCM-H. Granma,
  12. 1982 junio 11; p 3.
  13. CASTRO F. Discurso en el Claustro Extraordinario de Profesores del ISCM-H. Granma,
  14. 1982 junio 11; p 3.
  15. MORALES I. El trabajo educativo y la formación de valores en la Universidad Médica. [CD]. Tercera convención Internacional de Educación Superior. La Habana, Cuba: Universidad; febrero, 2002.
  16. UZKIVKY V. Obras. Traducido del ruso. T. 3. Moscú: 1951. p.243.
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  18. MAKARENKO AS. Obras. T. 5. Moscú: 1951. p.214.
  19. GUADARRAMA P. Humanismo en el pensamiento latinoamericano. Ver Humanismo práctico y desalineación en José Martí. La perspectiva antropológica de Martí. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 2001. p.p.161-162.
  20. BIRKURST G. Breve historia del Humanismo. Parte I. Revista Razonamientos, 1995; Nº 1, primer trimestre.
  21. COX A. (1995). Breve historia de la Filosofía Humanista. Boletín Ético Humanista, 1995; Nº 1, último trimestre, p.9.
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Bibliografía

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