Varona

No.58  Enero-Junio, 2014.    ISSN: 1992-82

Editorial


LOS CINCUENTA AÑOS DEL VARONA

Con el inicio de este curso escolar 2013-2014 comienzan los actos por el 50ª Aniversario de la fundación del Instituto Pedagógico "Enrique José Varona". Es la hora del recuento y de rendir homenaje a todos los que han contribuido a mantener viva y pujante la historia de una institución dedicada a formar los profesores de la enseñanza media que el país necesita.

Con la imagen presente de Enrique José Varona Pera, quien fundara en el año 1900 la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana, una de las primeras en América Latina, y desde el mismo local, el edificio Varona, que fue inaugurado con su nombre, en el recinto universitario, dio inicio en el curso escolar 1963-1964 la trayectoria del Pedagógico Varona.

Mediante la Resolución No. 544 del 30 de julio de 1964, firmada por el entonces Ministro de Educación, Dr. Armando Hart Dávalos, fueron creados tres institutos pedagógicos en el país: el "Frank País", en la Universidad de Oriente, el "Félix Varela" en la Universidad de Las Villas, y el "Enrique José Varona", en la Universidad de La Habana.

Las funciones que se asignaron a los institutos pedagógicos eran las siguientes:

  1. Formar el profesorado de las escuelas secundarias básicas, el de los institutos preuniversitarios.
  2. Formar los otros profesionales de la educación que demandara el Ministerio de Educación.
  3. Realizar investigaciones pedagógicas, ensayar, comprobar y crear técnicas, métodos y teorías educativas en consonancia con el carácter socialista, las necesidades de la Patria, el estado actual de la ciencia y la tradición educativa del pueblo.
  4. Colaborar, siempre que el Ministerio de Educación lo solicite, en la superación del personal docente en ejercicio.

Aunque oficialmente el Instituto quedó constituido a finales de julio de 1964, desde dos años antes venían funcionando, en Ciudad Escolar Libertad, cursos de preparación de profesores de secundaria básica de diferentes asignaturas, bajo la orientación del Ministerio de Educación, en locales del preuniversitario Arbelio Ramírez (hoy, locales de básica), y la Universidad de La Habana, las Escuelas de Ciencias y de Humanidades, desarrollaban los cursos de formación de profesores de nivel secundario superior, para los institutos preuniversitarios. Esta es la razón por la que el curso escolar de 1963-1964 marcó el inicio de los cincuenta años.

El Dr. Armando Hart Dávalos designó a la Dra. Dulce María Escalona Almeida, primero Directora y, luego, Decana del Instituto Pedagógico "Enrique José Varona". Ella asumió la responsabilidad de concebir y echar a andar el Varona. Tenía todas las condiciones para esa tarea: maestra normalista y bachiller en ciencias a los veinte años, Doctora en Pedagogía a los veinticuatro y Doctora en Ciencias Físico-Matemáticas a los treinta y ocho años. Además de profesora titular de Matemática, había sido directora de la Escuela Técnica Industrial para Mujeres "Rosalía Abreu", 1933, y Directora de la Escuela Normal de Maestros entre 1948-1950.

Se jubiló por primera vez en 1958. Al triunfo de la Revolución, de inmediato abandonó su retiro y se incorporó de lleno a las tareas en el campo educacional. Directora Provincial de Educación de La Habana hasta 1960, Directora Técnica de la Segunda Enseñanza en el Ministerio de Educación, entre 1960 y 1962, Directora de la Escuela de Educación de la Universidad de La Habana (antigua Escuela de Pedagogía) de 1962 a 1964.

No es posible apresar en un solo editorial toda la obra del Pedagógico Varona. Se centrará la atención, en esta ocasión, en dos realizaciones que marcaron la historia de la educación cubana durante el proceso revolucionario; la creación del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech" y su prolongación en el Destacamento Internacionalista "Ernesto Che Guevara", y la fundación en la Isla de la Juventud de la Filial "Carlos Manuel de Céspedes", destinada a la formación de educandos provenientes de África y de otros lugares del mundo.

La creación del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech" y la atención a los cursos para trabajadores y el propio crecimiento del Pedagógico Varona determinaron, en 1972, el surgimiento de una nueva etapa que se extendió hasta 1976, antesala de conversión del Pedagógico Varona en un centro de educación superior.

Muchas cosas cambiaron; aunque el Instituto siguió subordinado a la Universidad de La Habana, se produjo la unificación del centro en su estructura: desaparecieron las antiguas Secciones de Básica, Superior y Pedagogía, y se eliminó la doble existencia de departamentos docentes para cada una de estas secciones.

El Instituto ocupó el Edificio Central, que hasta ese momento había sido utilizado por el Ministerio de Educación desde los primeros años de la Revolución. En él se ubicaron las oficinas del Decano, el Profesor Luis Guzmán de Armas, y los vicedecanos, Ana Julia García Dally, Alfredo Álvarez Díaz y Lidia Turner Martí, y otros departamentos y dependencias de la institución.

Con esa estructura enfrentó el Instituto la docencia y el aprovechamiento de los recursos humanos y materiales de tres planes: Plan Regular para la atención a los cursos regulares diurnos de formación de profesores de secundaria básica y de secundaria superior; Plan de Trabajadores para los maestros y profesores en ejercicio, como: los cursos dirigidos, los cursos vespertino-nocturnos de nivel básico, cursos vespertino-nocturnos de nivel superior, y el curso introductorio.

Lo más significativo y característico de esta etapa fue la constitución del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech", que cambió la fisonomía del Pedagógico y exigió un nuevo estilo de trabajo a sus cuadros y profesores.

En el Acto de Clausura del II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Fidel Castro planteó la necesidad de formar miles de profesores de enseñanza media y de alta calidad para enfrentar la explosión de matrícula que se esperaba en este nivel. El déficit calculado de profesores para 1976 era de 18 500. La solución al problema consistía en captar jóvenes que, al terminar el décimo grado, marcharan a enseñar en las escuelas secundarias básicas en el campo (ESBEC) y se matricularan en los institutos pedagógicos para estudiar carreras profesorales, aplicando el principio marxista y martiano de combinar el estudio con el trabajo.

Así, surgió del Plan de Formación de Profesores para la Educación General Media (PFEGEM): se trataba de formar un profesor capaz de ejercer en cualquier grado de la enseñanza media desde 7mo. a 13ro.; cada alumno atendería dos grupos de 7mo. grado, en la primera etapa bajo la orientación de un profesor-guía en una escuela secundaria básica en el campo (ESBEC), luego asumiría grupos de 8vo., 9no. y así sucesivamente. En el Destacamento se formaban como profesores de Matemática, Física, Química, Biología, Geografía, Historia, Español-Literatura e Inglés y Enseñanza Politécnica.

Para el mejor desarrollo del objetivo de vincular el estudio y el trabajo en los alumnos, el Pedagógico Varona mantuvo distintas unidades pedagógicas, después filiales, que era el lugar donde los estudiantes se concentraban para recibir la docencia. A partir de las primeras experiencias en el Plan Ceiba, habría que escribir muchas historias, las pequeñas y grandes proezas de los profesores, hombres y mujeres, jóvenes recién graduados y docentes adultos que peinaban canas, recorriendo en largas jornadas las unidades pedagógicas y las ESBEC de diferentes regionales: desde los límites con la provincia de Matanzas al este, hasta Cejas del Negro, en el extremo occidental de la Isla (Guane), Pinar del Río y desde la "Ho Chi Minh", en el Regional Camilo Cienfuegos, al norte, hasta las unidades del Municipio Especial de Isla de la Juventud, en viajes por avión o barco.

No se puede olvidar en este recuento a los trabajadores del transporte: compañeros de frías mañanas y caminos polvorientos, cuyo mayor estímulo ha sido la sonrisa de las profesoras y el cariño y la admiración de los estudiantes. Con todos ellos, con su sostenido esfuerzo y entusiasmo se libraron las hermosas batallas de esta institución.

Los primeros graduados se produjeron en el curso escolar 1976-1977, en un acto nacional presidido por el líder de la Revolución. Con los graduados del Destacamento se confirmaba la línea seguida con la Campaña de Alfabetización planteada por Fidel Castro: apoyarse en las generaciones de jóvenes revolucionarios para llevar adelante las más importantes tareas que el país debía acometer.

Esta graduación sirvió para evaluar la capacidad de organización y la efectividad de la institución y de sus cuadros. El Instituto contaba con doce departamentos docentes, nueve de ellos eran responsables de la carrera correspondiente. Por medio del consejo de dirección del Instituto se ventilaban todos los problemas y dificultades. Hoy se puede valorar con orgullo que esta fue una de las grandes tareas asumidas con éxito por el Pedagógico, que dejó un saldo de nuevos cuadros, miles de profesores y una experiencia en la formación de profesores que pocos países han acumulado.

La historia del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech" está tan estrechamente vinculada a la obra del Pedagógico Varona, que no podrá escribirse una sin mencionar a la otra.

En 1978 surgió el Destacamento Pedagógico Internacionalista "Ernesto Che Guevara", integrado por alumnos del segundo año de la Licenciatura en Educación, provenientes de los diferentes institutos superiores pedagógicos del país. Su misión: contribuir a elevar el nivel de instrucción del pueblo angolano. Era una nueva tarea que la Revolución ponía en manos de los jóvenes y del Instituto. Los estudiantes fueron concentrados en dos sedes: las unidades pedagógicas "Carlos Gutiérrez Menoyo" y la "Dulce María Escalona": pioneras en la organización de un personal pedagógico que debía cumplir una misión internacionalista en un país de diferentes costumbres y tradiciones, lengua e historia; en un país que estaba a miles de kilómetros de nuestras costas y que, además, estaba en guerra.

¡Qué enorme confianza debieron tener los padres y familiares de estos jóvenes en este Instituto, que pusieron en nuestras manos la preparación docente, moral e ideológica de sus hijos, muchos de los cuales apenas conocían más allá de su hogar de nacimiento, tal vez algunas de las calles de la capital del país!

Del I Contingente partieron para Angola 732 estudiantes rigurosamente seleccionados. Con ellos marcharon los profesores que tenían la responsabilidad de dirigir, asesorar metodológicamente y controlar lo que en la realidad resultó la más fecunda de las prácticas docentes de los estudiantes de los pedagógicos. Cuatro contingentes internacionalistas cumplieron honrosa misión en Angola. De igual modo que los combatientes cubanos dejaron sus huellas en los campos de batalla, los educadores cubanos, corriendo riesgos similares a los de los soldados, contribuyeron a fortalecer la educación angolana, allí donde más se necesitaba, para preservar lo más valioso que tiene un pueblo: su cultura.

Las misiones internacionalistas le dieron una nueva dimensión a la formación de profesores de Cuba. Pusieron a prueba, en diferentes contextos, la pedagogía revolucionaria cubana, donde prevaleció la unidad ideológica de sus fundamentos. Aunque la entonces República Popular de Angola recibió el mayor número de docentes, a otros lugares de África: Mozambique, Argelia, Etiopía, y en América Latina: Nicaragua, también fueron enviados profesores del Varona. La experiencia del trabajo internacionalista contribuyó a fortalecer la formación patriótica y política del claustro del Varona. En ese gesto está el espíritu del Moncada, de la Sierra y del Llano.

En la formación del personal docente en Cuba hay un hecho que estuvo muy vinculado a la trayectoria del Pedagógico Varona: la fundación de la filial Pedagógica Universitaria Multinacional "Carlos Manuel de Céspedes" de la Isla de la Juventud. Si muchos jóvenes estudiantes y también profesores viajaron a otras tierras a cumplir misión internacionalista, se hizo un llamado para similar tarea, para brindarle educación a miles de estudiantes de 38 países, procedentes de Asia, Medio Oriente, África, América Latina y el Caribe, que se instalarían en la Isla de la Juventud.

El arribo de cientos de estudiantes de diferentes partes del mundo, comunicándose en sus propios idiomas y portando en gestos y actitudes manifestaciones de su cultura, cambió en breve tiempo la apariencia de la comunidad pinera: se le veía en todas partes, sobre todo en los ómnibus que trasladaban el personal de La Demajagua hacia Gerona. Téngase en cuenta que la población estudiantil de extranjeros llegó casi a igualar al número de habitantes pineros. Al principio hubo un extrañamiento, luego el asombro, pero pronto la amistad y el carácter afable de los cubanos hacia los recién llegados y de los estudiantes foráneos hacia el país y la manifiesta solidaridad de los cubanos, contribuyó a solventar algunas situaciones de incomprensión surgidas en el camino.

Para acometer esta tarea singular el Pedagógico cedió cuadros, técnicos y trabajadores y, lo más importante, su experiencia en el desarrollo de nuevos contenidos y formas de organización docente para darle cumplimiento al Programa General de Educación Internacionalista de la Isla de la Juventud, que tuvo su esencia en el Plan de Formación de Becarios Extranjeros.

El reto mayor para el Pedagógico Varona y para otros pedagógicos del país, fue darle respuesta a la petición de los Presidentes José Eduardo Dos Santos, de Angola, y Robert Mugabe, de Zimbabwe, de formar Licenciados en Educación para estos dos países hermanos dentro del Programa de Escuelas Internacionalistas de la Isla de la Juventud. La misión era formar un profesional de las ciencias pedagógicas, similar a las otras especialidades universitarias que se desarrollaban en la red de centros de educación superior del país. El plan de estudio de estos licenciados era de cinco años, en las especialidades de Química, Matemática, Física, Biología y Geografía, en sus cuatro componentes básicos, acompañados de la necesaria cultura política e ideológica.

Favoreció el desarrollo de la formación pedagógica de estos estudiantes la necesaria y obligada integración pedagógica general entre las estructuras de la Dirección Municipal de Educación y las de la Filial Pedagógica Universitaria, que supo aprovechar racionalmente el hecho de que las escuelas de la Isla de la Juventud, con

miles de estudiantes que transitaban por los diferentes niveles de enseñanza, constituyeron escenario propicio para que estos profesores en formación realizaran su práctica docente.

La educación cubana y, con ella, el Pedagógico Varona, adquirió una nueva experiencia en cuanto a extensión universitaria se refiere. Se registró un nuevo impacto social con la presencia de cientos de estudiantes africanos, participando en actividades artísticas, deportivas, sociales y políticas, con sus trajes típicos, sus coros y cantos y la exposición de sus mejores tradiciones culturales. Los estudiantes africanos participaron en los Juegos Deportivos Nacionales Universitarios, el Festival de la Toronja con la comunidad pinera, el Festival Nacional de Estudiantes Universitarios, el festival de la Amistad entre varios países y un sinnúmero de actividades que reafirmaron los lazos de amistad de Cuba con los pueblos de África.

A partir de los resultados alcanzados por la educación cubana se formó un egresado con adecuada formación académica, científica y laboral, que le permitió acceder a diferentes niveles de la educación postgraduada, como al Título Académico de Máster y al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Las aulas y pasillos del Varona que hoy se ven colmadas de decenas de aspirantes angolanos y de otros países inscriptos en los programas para la obtención de grados científicos son el resultado de la labor desplegada en la Filial Pedagógica Universitaria "Carlos Manuel de Céspedes", de Isla de la Juventud.

En un emotivo acto de conmemoración por el XX Aniversario de la Primera Promoción de Licenciados en Educación para las Repúblicas de Angola, Zimbabwe y Cuba, la Embajada de la República de Angola en Cuba, convocó a un acto oficial en la Isla de la Juventud, en el año 2011, para hacer el justo reconocimiento a educadores y directivos que tuvieron a su cargo la responsabilidad de darle cumplimiento al compromiso contraído por Cuba con esos dos países africanos.

El homenaje que en la Isla de la Juventud se rindió al Consejo de Dirección de la histórica Filial Pedagógica Universitaria "Carlos Manuel de Céspedes" y a un grupo de profesores que junto a él laboraron en el cumplimiento de esta hermosa tarea fue como un anticipo del perenne homenaje que es necesario rendir a todos los trabajadores del Varona.

En los cincuenta años del Varona, por su abnegada e ininterrumpida labor, en la formación de profesores, llegue a todos sus trabajadores un merecido reconocimiento ¡Felicidades!

Consejo editorial