MSc. Pedro Rafael Astorga Galardy. Profesor Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: pedroag@ucpejv.rimed.cu

Dr.C. Mayda Agustina Rodríguez González. Profesor Titular. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: maydarg@ucpejv.rimed.cu

Dr.Cs. Julia Aurora Añorga Morales. Profesora Titular. Profesora de Mérito. Académica Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: juliaam@ucpejv.rimed.cu

Recibido febrero de 2013   Aceptado mayo de 2013

Introducción

La inserción de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) han transformado el tradicional proceso de enseñanza-aprendizaje y la formación de las competencias profesionales; se hace necesario, entonces, el desarrollo de aspectos teóricos que permitan evaluar la competencia que requieren los docentes para el uso de las TIC.

La evaluación de la competencia TIC de los docentes ha sido un tema tratado en Latinoamérica. En tal sentido, los criterios sobre la evaluación difieren mucho unos de otros. En lo que sí parece darse una constante, es que cada vez que se propone hacer una evaluación con carácter sistemático del uso de las TIC, los docentes no tienen la disposición para realizarla, pues consideran que no están lo suficientemente preparados.

Sin embargo, por la función social que promueven los docentes, están sometidos constantemente a valoraciones y opiniones que se producen de forma espontánea sobre su comportamiento o competencia, que pueden dar lugar a situaciones con un alto nivel de subjetivismo y, en ocasiones, pueden ser causa de decisiones inadecuadas que estimulen  la desmotivación de los docentes, provocando, incluso, un rechazo al uso de las TIC y el retorno a la utilización de los medios de enseñanza tradicionales de forma absoluta. Por tal razón, se hace necesario un sistema de evaluación que haga justo y racional ese proceso y que permita valorar la competencia TIC con objetividad, profundidad e imparcialidad.

Las aproximaciones éticas a la evaluación subrayan que el problema más apremiante del proceso evaluador de la competencia TIC en el docente es el que concierne al empleo que la dirección de la institución y la comunidad educativa puedan hacer de los informes de evaluación y de las implicaciones derivadas de ella. Por tanto, es importante desarrollar la convicción de que la evaluación debe utilizarse para impulsar el mejoramiento profesional; así como la competencia profesional y la colaboración entre los docentes que utilizan las TIC y no debe promover recelos, miedos y rechazo expreso, debido a las interpretaciones de que pueda ser objeto y sus consecuencias para los docentes.

No cabe dudas que se evidencia una situación contradictoria: por un lado, la evaluación de la competencia TIC de los docentes que se realiza actualmente no satisface las expectativas que tienen las universidades de ciencias pedagógicas y su impacto en el mejoramiento educativo; y, por otro, los conocimientos y los procedimientos científicos necesarios para alcanzar estas expectativas, no han sido suficientemente desarrollados, de ello se deriva la situación problemática siguiente: ¿cómo evaluar la competencia profesional pedagógica en el uso de las TIC?

La evaluación, en sí misma, ha de ser una opción de reflexión y de mejora de la realidad de los entornos educativos universitarios donde se introducen y se utilizan las TIC, pero su oportunidad y sentido de repercusión, tanto en el evaluado, como en su entorno, ha de ser entendida y situada adecuadamente para posibilitar el avance profesional de los docentes.

Por otra parte, la evaluación suministra información que permite sustentar la decisión de transformación y mejora, a la vez que proporciona ideas para realizar las correcciones necesarias. Las insuficiencias en el desarrollo de evaluaciones en el uso de las TIC y, en específico, de las competencias pedagógicas profesionales, demandan de la búsqueda de vías que contribuyan a su desarrollo, dado el progreso acelerado de la ciencia y la tecnología. Este trabajo propone el estudio de una serie de aspectos teóricos y metodológicos para evaluar la competencia profesional pedagógica en el uso de las TIC; expone, además, criterios sobre la variable evaluación de la competencia profesional pedagógica en el uso de las TIC, sus indicadores, instrumentos y escalas valorativas.

Desarrollo

Aunque el concepto competencia se utiliza desde la década de los años cincuenta, este tomó fuerza en las décadas de los años 70 y 80, aplicado al ambiente de trabajo, y surgió en un primer momento como competencia laboral. Este enfoque responde a las necesidades de una época donde se le concedía importancia solo a la producción, dejando de lado la satisfacción y el desarrollo del profesional. Ante esta nueva manera de análisis, el concepto competencia laboral evolucionó hacia el de competencia profesional.

A partir de la década de los 80, los países industrializados han impulsado a la educación basada en competencias, con resultados exitosos, principalmente en Australia, Canadá, Francia, los Estados Unidos de América y el Reino Unido de la Gran Bretaña. El concepto de competencia involucra dos elementos importantes: los elementos de la competencia y su evaluación.

Existen diversas definiciones, las cuales toman en cuenta el contexto, para quién, por qué y con qué fin. En los autores estudiados se observan acepciones diferentes del término, unos la nombran como competencia, otros, competencia profesional, competencia laboral, entre otras.

Para los autores de este trabajo, las competencias en el uso de las TIC se entienden como: las actuaciones integrales para identificar y resolver problemas con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en el contexto pedagógico, integrando conocimientos, habilidades, valores, actitudes y cualidades de la personalidad; que permiten poder operar de manera integral en las diferentes interacciones que tienen los profesionales. Estas competencias pueden ser evaluables en el contexto pedagógico.

La evaluación de las competencias profesionales tiene la peculiaridad de que se lleva a cabo durante el proceso de profesionalización y pone de manifiesto la efectividad del desempeño así como los aciertos y desaciertos de los docentes en su actividad profesional cotidiana. En su sentido más amplio es aplicada en las diferentes aristas de la vida profesional, laboral y educacional. Evaluar es emitir un juicio de valor que expresa la magnitud y la calidad con que se han logrado los objetivos propuestos. La evaluación es el proceso de identificar, obtener y analizar información útil, que permite valorar y enjuiciar los fenómenos que se presentan en torno al objeto, con el fin de obtener criterios y juicios sobre este, para tomar decisiones y solucionar problemas.

Para este trabajo, los autores entienden por evaluación de competencias al conjunto de valoraciones con enfoque integral y contextual, que se emiten acerca de las competencias profesionales pedagógicas, como resultado de la comprensión del desarrollo alcanzado en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que proporciona la información necesaria acerca de los cambios significativos de los sujetos en las dimensiones pedagógica, tecnológica y de comportamiento profesional, que permiten la toma de decisiones y la posible corrección de las competencias en el desempeño del docente.

La evaluación, como proceso, es un instrumento clave para las instituciones, los directivos y los docentes; mediante ella se puede articular el potencial de la competencia TIC con una adecuada proyección estratégica para su desarrollo: organizar y movilizar la competencia, brindar información relacionada con el desempeño demostrado, integrar y retroalimentar a los procesos de mejora permanente.

Sobre los criterios para la evaluación de las competencias en el uso de las TIC, se sugiere revisar los documentos normativos para la docencia universitaria y relacionar las competencias ya identificadas con las funciones y las tareas de los docentes, logrando su correspondencia, aunque no necesariamente unívoca, pues en algunos casos los documentos normativos son muy amplios o extensos y, en otros casos, no están actualizados, siguiendo los acelerados cambios que se producen en las TIC. Por ello, es que al modelar los criterios evaluativos de la competencia, estos requieren un proceso de actualización más cercano al docente y deben poseer, como meta a lograr, el mejoramiento de la competencia.

Otro aspecto a tener presente para designar criterios evaluativos es a partir de escalas valorativas de forma cuantitativa, cualitativa o mixta, pues estas proporcionan información concreta para la toma de decisiones referentes a las acciones de transformación para la mejora de la competencia en el uso de las TIC en los docentes. Se recomienda, además, establecer de tres a cinco niveles, dejando esclarecido cual es el superior e inferior y cómo ubicar a cada docente en un nivel.

El diseño de instrumentos evaluativos está en dependencia de los elementos de la competencia en TIC que se requiera evaluar en los docentes y deben cumplir con las características de transparencia, objetividad, confiabilidad y validez. La transparencia se refiere al hecho de que todos los docentes participantes en el proceso evaluativo conozcan lo que se pretende con la evaluación. La objetividad implica que los juicios se realicen sobre la evidencia de competencia que demuestra el docente y no sobre las creencias o expectativas que el evaluador tiene sobre él. La confiabilidad significa que debe obtenerse evidencia similar cuando el instrumento lo aplican distintos evaluadores o cuando el instrumento aplicado en diferentes circunstancias arroja resultados consistentes, por medio del tiempo. La validez está asociada con los instrumentos que se utilizan para recoger la evidencia, los cuales deben corresponder a las competencias identificadas al respecto.

Para el diseño de los instrumentos en la evaluación de la competencia en el uso de las TIC se deben considerar aspectos de la teoría y la práctica, lo que permite obtener información relacionada con conocimientos, habilidades, dominio de las tecnologías y aspectos que consideren las actitudes ante situaciones o problemas que pudieran presentarse con el uso de las TIC. Es aconsejable la combinación de instrumentos para poder realizar una valoración general de las acciones que desarrollan los docentes. Se recomienda la observación en la práctica, la obtención de evidencias históricas de la preparación del docente y, en el caso que lo requiera, el uso de instrumentos evaluativos en línea (online) con la utilización de preguntas tipo test. Para análisis de fiabilidad de los instrumentos se sugiere incursionar en el Coeficiente de Crombach, a partir del examen considerado como un todo y para cada una de sus temáticas.

Con respecto a la guía de observación, se considera que es un  instrumento clave, utilizado para la verificación de habilidades prácticas que forman parte de la competencia de los docentes con el uso las TIC, el observador tiene la posibilidad de marcar cada vez que observa el cumplimiento o no de la habilidad descrita.

Los registros del desempeño se refieren a las tareas que el docente realiza durante su actividad con el uso de las TIC (clase, consulta, tutoría, investigación, curso, preparación metodológica, entre otros), lo que constituye una forma de obtener evidencia y sus resultados son considerados importantes.

La evidencia histórica se refiere a todas aquellas actividades que el docente ha desempeñado con el uso de las TIC dentro o fuera del marco de la universidad en que labora. Se refiere a aspectos de investigación científica, publicación de artículos relacionados con las TIC, eventos, participación en alguna modalidad de superación profesional (cursos, entrenamientos, diplomados en TIC) o formación académica (especialidades, maestría o doctorado), entre otras; todo lo anterior, teniendo presentes los criterios de desempeño asociados a la competencia TIC.

Como se ha podido observar en el transcurso de este trabajo, la competencia revela los indicadores necesarios para establecer los criterios evaluativos. De este modo, los criterios de evaluación que se determinan para este trabajo se basan en la sistematización de la competencia en TIC, en el orden nacional e internacional, para docentes universitarios.

En el contexto cubano, las competencias para el uso de las TIC en docentes han sido tratadas Toro M y Perera F, en el 2012; estos, desde su proyecto de investigación, han determinado dimensiones e indicadores generales que pueden ser aplicados a docentes desde la educación preescolar al preuniversitario, e incluso, a las universidades de ciencias pedagógicas, trabajo que se considera muy valioso, pues por primera vez en Cuba se realiza un estudio de las competencias profesionales pedagógicas en el uso de las TIC desde una concepción pedagógica de la competencia. Para la realización de este trabajo, los autores antes mencionados constituyen obligada referencia en el análisis documental.

Para este estudio, también constituyen contenidos esenciales al asumir los expresados por González V y Valcárcel N, en el 2001, acerca de la determinación de las dimensiones e indicadores para realizar evaluaciones. Estos autores consideran que la dimensión es la proyección de un objeto o atributo en una cierta dirección que facilita una primera división dentro del concepto evaluativo; es decir, las diferentes partes o atributos a analizar en un objeto, proceso o fenómeno que se desee evaluar; esta división se deriva del concepto o de sus diferentes direcciones para el análisis y permiten una información detallada y medible a partir de la determinación de indicadores. Para estos autores, los indicadores constituyen datos operativos medibles que expresan la manifestación externa del objeto evaluativo. Respecto a la valoración de la relación entre dimensiones e indicadores, se considera que ambos se asocian al concepto (variable) y un aspecto importante para su comprensión es que las dimensiones constituyen una agrupación de indicadores relacionados entre sí.

En el caso de la evaluación de competencias profesionales pedagógicas en el uso de las TIC, los criterios se agrupan en dimensiones; estos, a su vez, se expresan en indicadores medibles relacionados entre sí, lo cual constituye premisa básica. Su inobservancia impide que se cumplan efectivamente las funciones de la evaluación.

Se asumen, para este trabajo, las dimensiones e indicadores que propone Astorga P R, en el año 2013 desde una visión evaluativa de la competencia profesional pedagógica en el uso de las TIC para las universidades de ciencias pedagógicas:

La dimensión pedagógica: referida a la educación organizada y orientada que ofrece la universidad en sus diferentes formas de organización del proceso docente y, en particular, del desarrollo de las TIC, deben evaluarse indicadores como: el grado de conocimientos del uso de las TIC en la educación, el nivel de planificación de la inserción de las TIC, la frecuencia en el diseño de materiales didácticos, el nivel de selección y evaluación de los software educativos, la frecuencia de ejecución de actividades con los estudiantes en el aprovechamiento de las TIC, entre otros.

La dimensión tecnológica: entendida como la forma sistemática de concebir y aplicar, al proceso docente, el uso de las TIC, teniendo en cuenta los recursos técnicos y humanos, así como sus interacciones, el dominio general del uso de las TIC y el manejo de sus herramientas. En esta dimensión deben medirse aspectos relacionados con los indicadores que valorarán el nivel de aplicación de procesadores de texto, hojas electrónicas de cálculo y bases de datos, presentaciones electrónicas, editores de video y de sonido, editores de imágenes, la navegación en la Internet e Intranet y el uso de herramientas de comunicación, como: Web educativas, correo electrónico, foros, blog, Chat, plataformas para implementar cursos a distancia, así como la actualización sobre nuevos hardware y software.

La dimensión comportamiento profesional, referente al proceso de profesionalización y a los diversos procesos que contribuirán al aumento cualitativo y cuantitativo de las capacidades intelectuales, productivas, científico-técnicas y espirituales del docente en su interrelación con las TIC. Debe medirse en esta dimensión: el nivel de cooperación entre docentes para el uso de las TIC, el grado de desarrollo en la producción intelectual y medios informáticos, el nivel de actualización acerca de los avances en las TIC, nivel de promoción de la Seguridad Informática, el uso ético y legal de la información, el nivel de gestión de recursos humanos y materiales para el uso de las TIC, así como el nivel o grado de organización de los laboratorios para el aprovechamiento de las TIC.

A partir de estas dimensiones e indicadores y de manera flexible, se propone la elaboración de instrumentos para la realización de la evaluación de las competencias profesionales pedagógicas con el uso de las TIC con la finalidad de cumplir con las características de transparencia, objetividad, confiabilidad y validez de la evaluación, además de:

-Posibilitar que el evaluador pueda organizar y estructurar la evaluación.

-Garantizar la objetividad del juicio que emita el evaluador.

-Propiciar la obtención de las evidencias que involucren todos los criterios, los conocimientos y el rango establecidos en los criterios de competencia.

-Proporcionar al evaluador la valoración de cada una de las evidencias obtenidas en momentos diferentes.

-Permitir la documentación del proceso para la evaluación del desempeño y los resultados obtenidos.

-Facilitar al evaluador la elaboración del plan de mejoramiento para el evaluado.

Conclusiones

Las indagaciones teóricas y empíricas efectuadas demuestran la necesidad de la realización de evaluaciones de la competencia profesional pedagógica con el uso de las TIC, pues estas favorecen la provisión de información que permite sustentar la decisión de transformar y mejorar el aprovechamiento de estas tecnologías, a la vez que proporciona ideas para realizar correcciones necesarias a corto, mediano y largo plazos, pues los resultados pueden ayudar a elegir alternativas de intervención.

Los docentes en la actualidad deben estar preparados para ofrecer, a los estudiantes de sus instituciones oportunidades de aprendizaje con el uso de las TIC, a partir del desarrollo de competencias profesionales pedagógicas alcanzadas. El éxito de los cambios en las instituciones educativas con el uso de las TIC depende, en gran medida, del compromiso de los docentes con la integración de estas tecnologías al proceso docente.

La evaluación de la competencia profesional pedagógica en TIC se presenta por medio de dimensiones e indicadores relacionados entre sí, que expresan el resumen de los estudios teóricos y metodológicos sobre este objeto y de los rasgos esenciales de la realidad en que se desarrolla. Se presentan como dimensiones para evaluar la competencia profesional pedagógica en TIC: la pedagógica, la tecnológica, y el comportamiento profesional.

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