MSc. Yolanda Cabrera Zayas. Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógico “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: yolandacz@ucpejv.rimed.cu

Lic. Julio Bastida Vaillánt. Profesor Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógico “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: juliobv@ucpejv.rimed.cu

Lic. Rosario Roque Betancourt. Asistente. Universidad de Ciencias Pedagógico “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: rosariorb@ucpejv.rimed.cu

Recibido mayo de 2013   Aceptado junio de 2013

Introducción

La escritura es una de las actividades más exigentes dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera. Después de todos los años dedicados al estudio en la escuela, de todas las horas que se pasan leyendo lo que otras personas escriben y también lo que escriben los propios autores, a la mayoría de las personas les es difícil explicar lo que sucede cuando se escribe. Se puede decir lo que se hace cuando se prepara una clase o cuando se realiza un programa de computación, pero la mayoría de las personas no puede describir cómo escribe.

Generalmente, es aceptado que aprender a escribir en una lengua extranjera es un proceso muy lento y más laborioso que desarrollar las otras habilidades del lenguaje. Esto se debe fundamentalmente a que el escritor está separado de sus lectores en tiempo y espacio, y por lo tanto tiene que llevar a cabo una comunicación efectiva con estos solo en su imaginación.

Expresarse claramente por escrito incluye la comprensión y la reorganización de lo que uno quiere decir, y esto es una labor ardua. Con frecuencia se escucha a los escritores profesionales hablar del sufrimiento psicológico que conlleva la escritura. Dicho sufrimiento parece ser inevitable en todos los niveles de la comunicación escrita.

Al comparar las actividades de escritura que los estudiantes hacen en la vida diaria con las que tienen que realizar en las clases de escritura se encuentran las diferencias siguientes:

-Las actividades de escritura en la vida diaria están dirigidas a lectores reales, surgen de la necesidad de comunicar un mensaje; o sea, están encaminadas a lectores muy bien definidos, mientras que en las clases de inglés los lectores son generalmente imaginarios, por la necesidad de desarrollar la comunicación escrita  en los estudiantes.

-A causa de ello, los estudiantes tienen un propósito comunicativo claro en el primer caso, pero no en el segundo. Como resultado, los estudiantes están mucho más conscientes de las estrategias a seguir en el primer caso que en el segundo.

Hay también, por supuesto, otras diferencias como son el léxico de los estudiantes y las culturales, entre otras; pero las mencionadas anteriormente están relacionadas con la preparación para escribir. Solo logrando que la comunicación escrita tenga un objetivo muy específico, se puede realmente ayudar a los estudiantes a adquirir la habilidad de comunicarse por escrito en Inglés.

La razón inmediata para escribir en inglés es porque el profesor lo asigna, pero la real debiera ser comunicar algo que tenga valor. Esto hace que los estudiantes se motiven por escribir y para ello, es importante no solo escribir sobre un hecho determinado, sino también incluir los sentimientos, las percepciones y las conclusiones sobre los hechos.

Desarrollo

El presente trabajo trata y resalta la importancia del desarrollo de la comunicación escrita de forma general y en particular el trabajo con el portafolio como vía a través de la cual se le da al estudiante su lugar y su papel activo como sujeto reflexivo e independiente de su propio aprendizaje y como parte de su formación integral. Todo ello constituye un momento de crecimiento en los estudiantes, pues están a las puertas de su práctica docente directa, alternativa que permite dar soluciones a las necesidades actuales en la educación.

El trabajo con el portafolio se lleva a cabo con los profesores en formación inicial del curso regular diurno de la Facultad de Lenguas Extranjeras en la Universidad de Ciencias Pedagógica “Enrique José Varona”. En los primeros años de la carrera el proceso de enseñanza-aprendizaje de la escritura es más guiado, tratando de desarrollar al máximo las habilidades cognoscitivas de cada sujeto por medio de una enseñanza creativa.

En los días actuales nadie se cuestiona la necesidad de desarrollar una formación profesional que propicie la actividad creadora en los profesores en formación inicial. Sin embargo, aún resulta insuficiente la preparación que deben tener algunos docentes para lograr las transformaciones que se esperan para que el proceso de enseñanza–aprendizaje en las clases de escritura sea más creativo. Desarrollar la creatividad no es el simple hecho de aplicar la imaginación, sino también el desarrollo de las habilidades y las capacidades mentales, como son las de observar, sintetizar, relacionar, inferir, interrogar. Esto contribuirá sin duda al crecimiento del potencial creativo.

Una enseñanza creativa y que al mismo tiempo motive, sustituye la rutina y el aburrimiento por la sorpresa y el interés, propicia y estimula el desarrollo de un pensamiento creador en la comunicación escrita y la curiosidad en los estudiantes para darle solución a los problemas docentes que se les plantean con independencia cognoscitiva.

Sin embargo, ello no quiere decir que los estudiantes lo hagan solos. El trabajo realizado en pequeños grupos o en parejas constituye el eje central de la interacción en la clase de inglés, lo cual trae aparejado que se promueva en el profesor en formación inicial el desarrollo de habilidades lingüísticas y la adquisición de los conocimientos necesarios para aprender y actuar con autonomía. El portafolio se utiliza en la facultad como vía para lograr estos objetivos.

En el ámbito educacional el uso del portafolio en las clases de Práctica Integral de la Lengua Inglesa toma auge en la segunda mitad de los años 80. Estos “folders” que incluyen escrituras diarias fueron transformados en asignaciones individuales y tuvieron gran aceptación por parte de estudiantes y profesores.

Los autores de este trabajo asumen el portafolio como un instrumento de asignación, definido como una intencionada y sistemática colección de trabajos, el cual representa actividades y procesos más que productos, a través del cual los estudiantes demuestran sus progresos, sus esfuerzos y sus talentos en una o más áreas como resultado de un proceso continuado de reflexión, autocorrección y autoevaluación. Además, se puede plantear que es un vehículo para la continuidad de la fijación de los contenidos impartidos en clases, así como de la sistematización de las actividades comunicativas.

Al describir las características del portafolio se puede alegar que está compuesto por trabajos escritos por los estudiantes. El primer requerimiento del docente para que cumpla con la función orientadora es decidir los materiales que no deben ser excluidos, por lo que su variabilidad estará determinada por los objetivos que el profesor se propone en las clases de comunicación escrita. La riqueza de este estará determinada por las ideas creativas y la originalidad de los estudiantes.

Una de las principales ventajas del portafolio es la promoción de la reflexión del profesor en formación inicial. Como parte del proceso de conformación del portafolio, estos reflexionan acerca de sus necesidades, objetivos, fortalezas y debilidades en el aprendizaje de la lengua extranjera.

En la medida en que se coleccionan las muestras de las actividades escritas, entiéndase composiciones de diferentes tipos como cartas, anécdotas, ensayos, comentarios sobre un trabajo leído, o tema determinado, reportes, autovaloraciones desde el punto de vista cognitivo y afectivo, los profesores en formación inicial centran su atención en la reflexión, automonitoreo y autoevaluación con ayuda del profesor, algún compañero u otro profesor.

Para demostrar su desarrollo y su crecimiento esta selección de escritos necesita ser auto-revisada constantemente por el profesor en formación, quien se lo entregará al docente para añadir, sustituir, evaluar o desechar algunas ideas no elaboradas correctamente en sus trabajos, como parte del proceso.

El enfoque de la comunicación escrita como proceso está teniendo cada vez más adeptos. Esta incluye la planificación y tantas versiones como sean necesarias, en la medida que las revisiones llevan a esto. Ello puede bloquear a los profesores en formación, ya que lo que hasta ahora han hecho es completamente diferente. Ahora se les pide que escriban varias versiones antes de llegar a la final, en lugar de un único producto final. Es necesario dar instrucciones sobre el procedimiento a seguir en la escritura: los profesores deben estructurar el proceso de forma tal, que los profesores en formación sepan lo que se les pide.

La enseñanza del portafolio varía con los objetivos a lograr. El docente debe considerar el tratamiento del portafolio en las clases de escritura, ya que sirve para:

-Medir el desarrollo de las habilidades de los estudiantes.

-Promover el sentido de pertenencia de sus propios trabajos, y junto con las anotaciones hechas por el docente, proporcionar el mecanismo mediante el cual los profesores en formación puedan apreciar sus propias fuerzas y debilidades como escritores.

Siempre se les estimula a que seleccionen sus mejores trabajos y que expliquen por qué el trabajo tiene valor para ellos. Las reflexiones en el portafolio aportan una importante contribución a la triangulación de la información en el proceso de apreciación. Ello quiere decir que el contenido del porfolio es coleccionado de diferentes fuentes: los profesores en formación, el docente y un tercer participante que puede incluir otro docente, un miembro de la familia o algún compañero de aula. Esta múltiple perspectiva en la actuación del estudiante contribuye al proceso de apreciación. Para los profesores en formación inicial una tarea primordial dentro del porfolio, es que este no solo incluye el material seleccionado, el que demuestra desarrollo y realización, sino que brinda un análisis reflexivo de su propio trabajo.

Existen muchas vías a través de las cuales los profesores en formación inicial desarrollan la reflexión a través del portafolio:

1. Proceso de revisión: examinan a través de la comparación con sus trabajos anteriores sus fracasos y progresos.

2. Proceso contemplativo: dedican tiempo a pensar acerca de sí mismos.

3. Proceso comparativo: comparan los objetivos iníciales con los resultados de los trabajos finales. Esto les da la posibilidad de pensar y llevar a cabo futuros propósitos y establecer nuevos objetivos.

4. Proceso evaluativo crítico: identifican sus aciertos y desaciertos en el aprendizaje.

5. Proceso valorativo crítico: interactúan con los autores de las diferentes lecturas a las que ellos se enfrentan. Los profesores en formación inicial valoran hasta qué punto se sintieron satisfechos, sus necesidades de información, lo negativo, lo positivo y lo interesante de las lecturas. Tienen además la posibilidad de emitir sus sugerencias.

El tiempo dedicado a la reflexión no debe ser postergado para finales de semestre, sino que debe comenzarse desde las primeras etapas y llevarse a cabo sistemáticamente.

La experiencia ha demostrado que en la realización del portafolio, la selección y el análisis de los trabajos suelen preocupar a los profesores en formación inicial. Es difícil para ellos analizar y pensar profundamente sobre ciertos tópicos en el aula. Es evidente que necesitan tiempo extra y una guía de preguntas para la reflexión sería de gran ayuda para enseñarlos a pensar. Sin reflexión el portafolio es meramente un “folder” de papeles.

Por la integralidad en la formación y el desarrollo de las habilidades y las capacidades del futuro profesional y por la cercanía de este a la práctica docente directa, el portafolio se convierte de hecho en una vía muy efectiva para el logro de:

-El rescate y/o fortalecimiento de valores como la honestidad, la laboriosidad, la responsabilidad, la honradez y los valores estéticos.

-Un alto grado de independencia cognoscitiva en los estudiantes.

-La expresión de sus sentimientos y emociones correctamente relacionadas no solo con los hechos narrados, sino también en respuesta a sus percepciones de la realidad circundante.

-La capacidad reflexiva del profesor en formación inicial, indispensable para valorar y transformar su propia práctica en busca de un mejor desempeño profesional.

Conclusiones

La elaboración del portafolio constituye un reto para el profesor de inglés en formación inicial, pues debe desarrollar la habilidad de escritura en unidad dialéctica con el resto de las habilidades lingüísticas.

Las actividades propuestas en el portafolio permiten estimular las iniciativas de los profesores en formación inicial y les ofrecen la posibilidad de desarrollar sus potencialidades creativas, por cuanto pueden aprender la lengua inglesa, específicamente la habilidad de escritura a través de la práctica y al mismo tiempo les posibilita reflexionar acerca de su propio aprendizaje.

El portafolio por su adaptabilidad puede ser utilizado y aplicado a otros niveles de enseñanza y contextos. Este se realiza con propósitos específicos para un grupo de participantes o usuarios.

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