Varona

No.56   Enero-Junio, 2013.    ISSN: 1992-82

La autoevaluación institucional y su relación con la acreditación universitaria desde la Dirección Educacional

Institutional Self-evaluation and its relation to university accreditation from the Educational Administration

Dr.C. Dalia Herrera Serrano. Profesora Titular. Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique José Varona". La Habana, Cuba.

Correo electrónico: daliahs@ucpejv.rimed.cu

MSc. Sergio José Sánchez Cabrera. Profesor Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique José Varona". La Habana, Cuba.

Correo electrónico: sergiojsc@ucpejv.rimed.cu

Recibido octubre de 2012   Aceptado diciembre de 2012


RESUMEN

En el contexto de las transformaciones que se realizan en las universidades de ciencias pedagógicas cubanas, se hace necesario el desarrollo de procesos de autoevaluación, protagonizados por los mismos implicados en el cambio educativo en este nivel, dígase: dirigentes, profesores, estudiantes y la comunidad científica, con el objetivo general de que esta pueda autoevaluar su propio desempeño, que les permita la oportuna toma de decisiones y, en relación directa con esto, solicitar la acreditación de carreras, programas de maestrías, de doctorados tutelares, curriculares, y de la propia institución universitaria. Una mirada desde la Dirección Educacional, permite a los directivos de la universidad de ciencias pedagógicas, conocer por dónde se mueven las concepciones más contemporáneas acerca de los procesos de evaluación institucional y de acreditación universitaria, y poder así enrumbar los caminos hacia la excelencia educacional. Las universidades de ciencias pedagógicas cubanas se incorporaron tarde a estos mecanismos y la búsqueda de la calidad ha sido el tema, la preocupación y la meta expresados en planes nacionales e institucionales en los últimos años. La necesidad de lograr una mayor calidad de los procesos y los resultados de la educación ha sido también una inquietud planteada cada vez con mayor intensidad.

PALABRAS CLAVE: autoevaluación, acreditación, dirección, institución.

ABSTRACT

In the context of the transformations that are taking place in the Cuban pedagogical science universities, it has become necessary to develop processes of self-evaluation, led by those involved in the educational changes at this level, in other words: administrators, professors, students, scientific community, with the general objective that the universities can self-evaluate their own performance which would then allow prompt decision taking in direct relation with the career accreditation, master programs, tutorial doctorates, curriculums and of the university itself. Observation from the Educational Administration allows administrators of the pedagogical science universities, to learn the drift of new contemporary conceptions about the accreditation and institutional evaluation and thereby be able to point the pathway to educational excellence. The Cuban universities of pedagogical science have incorporated themselves to these mechanism a little late and the search for quality, the preoccupation and goals expressed in national and institutional plans in the last years has been the premise in the last years. The necessity to obtain better procedures and results in education is also a concerned that is increasingly voiced with greater intensity.

KEY WORDS: self-evaluation, accreditation, administration, institution.


Introducción

El sistema educativo cubano dedica todos los esfuerzos actuales hacia la necesidad de consolidar una política educativa capaz de desarrollar una cultura integral, vinculada a las mejores tradiciones de la historia del pueblo, de su cultura y de acuerdo con las exigencias de la sociedad contemporánea.

La sociedad cubana no puede permanecer al margen del desarrollo científico-tecnológico que tiene lugar en el contexto internacional; es ocupación permanente del Estado, aún en condiciones extremadamente difíciles, mantener el reto de la excelencia educativa y ello es solo posible en la medida en que las transformaciones, los cambios que se operan en la educación se realicen desde una concepción humanista.

En el marco de estos esfuerzos por alcanzar la excelencia educativa, en los centros de educación superior se erigen los procesos de evaluación y acreditación como un mecanismo para fomentar la calidad.

La evaluación y la acreditación en Cuba, comparadas, incluso con otros países de Latinoamérica, como México y Chile, han tenido un tardío desarrollo dentro del sistema de Educación Superior.

El estudio de la literatura especializada sobre el tema permitió comprobar que no existe una concepción claramente definida para la realización, por sí misma, de procesos de autoevaluación institucional que permitan la retroalimentación necesaria para la conducción eficiente de las transformaciones que en ella se operan. La evaluación ha sido vista fundamentalmente como un acto externo; es decir, la que se realiza desde dentro ha estado dirigida esencialmente al desempeño profesional pedagógico de los docentes y al aprendizaje de los alumnos.

El objetivo del presente trabajo es reflexionar en torno a la importancia que, dentro del sistema de evaluación de la calidad educativa, tienen los procesos de autoevaluación institucional, como paso imprescindible para la acreditación universitaria.

Desarrollo

La autoevaluación institucional tuvo su surgimiento generalizado en la década de los años 80 del siglo XX, y nació relacionada fundamentalmente con los procesos de acreditación que tuvieron lugar en las universidades. Su desarrollo se presentó en determinados países de Europa y América del Norte. En América Latina las prácticas autoevaluativas tuvieron lugar a inicios de los años 90, vinculados a la aparición de universidades privadas.

Cruz A en su tesis doctoral plantea: "Sin embargo, la autoevaluación no se concibe dentro del modelo de administración universitaria (ni de otras enseñanzas), con este mismo carácter integrador y como se sabe el control estatal solo se realiza sobre la misma escuela cada un cierto número de años y no es posible dirigirlo al seguimiento del proceso, por el costo y complejidad que ello implica, esto significa que la evaluación por la vía de la inspección o supervisión estatal refleja fundamentalmente un estado puntual de la institución. Lo anterior permite aseverar que la autoevaluación institucional es una necesidad impostergable".(1)

La autoevaluación institucional es un proceso evaluativo pedagógico, por tanto, en él están presentes tres momentos importantes:

1.         La recogida y la valoración de información fiable acerca del objeto evaluado que permita diagnosticar el estado actual de este.

2.         La emisión de juicios de valor acerca del objeto evaluado.

3.         La toma de decisiones que apunten a la mejora del desempeño de la institución.

Que sea evaluación interna o autoevaluación depende del nivel de implicación de los sujetos que la ejecutan; es decir, para ser una evaluación, no necesariamente tiene que ser externa, en el sentido de agentes fuera de la institución. Un centro puede hacer una evaluación de una de sus instancias organizativas, de uno de los procesos que en ella se desarrollan y no ser autoevaluación; si los sujetos que evalúan están involucrados directamente con el objeto evaluado, entonces se habla de autoevaluación. O sea, como se apuntó anteriormente, lo que define si es evaluación interna o autoevaluación es el grado de participación de los sujetos que evalúan.

En la sistematización realizada se concibe a la autoevaluación institucional como un proceso interno que:

-Responde a los intereses y las necesidades de la propia institución escolar.

-La ejecutan agentes implicados con el objeto evaluado.

La autoevaluación institucional es un proceso por medio del cual la institución se mira a sí misma, que puede ser total (es decir, de todos los aspectos) o ser parcial, a partir de que centre su interés en algunos aspectos específicos (resultados del aprendizaje, programas, alumnos, profesores, etc.); pero aún y cuando centre su interés en aspectos particulares o parciales, debe tener en cuenta la compleja y dinámica estructura de toda la institución escolar.

Se hace necesario conseguir en la autoevaluación que la comunidad educativa que lo lleva adelante entienda lo que están haciendo, para que se ajusten a las expectativas creadas y para que realmente puedan evaluar su propio desempeño y aportar juicios de valor que permitan a la institución acercarse, cada vez más, al modelo asumido. Para Santos M A, "La reflexión sistemática y colectiva sobre las prácticas educativas se hace imprescindible para comprenderla y mejorarla, la autoevaluación se convierte así en un proceso de reflexión, de diálogo, de comprensión y de mejora".(2)

Por ello, es que la autoevaluación se planifica, organiza, ejecuta y controla por las personas comprometidas con el objeto que se evalúa, y persigue dos objetivos esenciales:

-Identificar las dificultades y los logros.

-Proponer soluciones para garantizar un proceso permanente de mejoramiento de la institución.

Un elemento importante para la realización de la autoevaluación lo constituye el factor tiempo, ya que este no obstaculiza, no presiona para el desarrollo de un verdadero análisis y estudio; ello facilita realizar una valoración más completa y puntualizada de los criterios e indicadores.

En la actualidad, cuando se habla de autoevaluación en las instituciones educativas cubanas, se asocia principalmente con la evaluación que realizan los profesores de sí mismos, ya que la autoevaluación de las propias instituciones no es una práctica muy difundida.

Los autores de este trabajo consideran que es importante la autoevaluación para que la institución educativa incorpore a su dinámica la evaluación de su propio desempeño para la toma de decisiones acerca de la marcha de los procesos que en ella operan.

Una de las vías más efectivas para disminuir el riesgo aparejado a la toma de decisiones lo constituye la colaboración activa del personal de la institución en la solución de problemas.

Por todo lo antes expuesto, los autores consideran, en el contexto de la presente investigación, proponer la definición operativa de autoevaluación institucional siguiente:

Es un proceso de investigación evaluativa realizada por la comunidad educativa universitaria, orientado a la toma de decisiones para propiciar el mejoramiento del desempeño institucional en el contexto de cambio educativo que desarrollan hoy las entidades educativas cubanas.

Si bien la evaluación, como regla general, no se reconoce como una de las funciones de la dirección, posiblemente determinada por su identificación con el control, desde el punto de vista de los autores, ella debe ser tomada en cuenta como una función más, por su significación para la toma de decisiones.

Se ha podido constatar que existe una tendencia a evaluar resultados y no el proceso pedagógico en todas sus aristas, por ejemplo: se hace mucho énfasis en los resultados del aprendizaje, buscándose en ellos la eficiencia o no del desempeño de la institución, pero si se tienen en cuenta los contextos, los insumos, los procesos y los resultados, incluyendo el seguimiento o impacto, se puede tener juicios de valor desde un enfoque sistémico que permita penetrar más profundamente en los orígenes, las causas del fenómeno y resolver los problemas que en la práctica educativa van presentándose.

La autoevaluación institucional ha estado más unida a los procesos de acreditación de las universidades, ya que estas deben acreditar currículos, planes de estudio, maestrías, programas de disciplinas, entre otros; pero es importante señalar que no solo a la acreditación están ligados los procesos de autoevaluación, sino que estos, como antes se señala, contribuyen a la evaluación de la calidad del propio desempeño de la institución.

La discusión sobre el significado y la importancia de la calidad ha llevado a reconocer en la evaluación y en la acreditación, mecanismos que puedan contribuir al perfeccionamiento de la Educación Superior, de tal manera que, además, se constituyan en los canales adecuados para informar a la comunidad científico-pedagógica universitaria, y por qué no, a la sociedad (como principal usuaria y beneficiaria de estas), sobre los niveles alcanzados en las funciones básicas (docencia, investigación y difusión cultural) que desarrolla una institución universitaria.

La necesidad de lograr una mayor calidad y mejores resultados en la educación ha sido también planteada, cada vez, con más intensidad. Cuba se inserta en una dinámica que rebasa los marcos nacionales, como se puede constatar en la Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe -CRES:

c)     el fortalecimiento del proceso de convergencia de los sistemas de evaluación y acreditación nacionales y subregionales, con miras a disponer de estándares y procedimientos regionales de aseguramiento de la calidad de la Educación Superior y de la investigación para proyectar su función social y pública. Los procesos de acreditación regionales deben estar legitimados por la participación de las comunidades académicas, contar con la contribución de todos los sectores sociales y reivindicar que calidad es un concepto inseparable de la equidad y la pertinencia.(3)

A decir de muchos entendidos en la materia que se expone, la evaluación y la acreditación no son fines en sí mismos; son medios para promover el mejoramiento de la Educación Superior. Hasta ahora ha resultado usual asociar ambas actividades con el mejoramiento de la calidad, la generación de información para la toma de decisiones, la garantía de la calidad de las instituciones y de los programas que ofrece. Adicionalmente a ello, han servido también para garantizar la equivalencia y el reconocimiento de títulos y grados en instituciones de un país o de varios.

Se entiende que la autoevaluación precede a la acreditación, en la medida en que la primera aporta los elementos de juicio sobre las características y las cualidades de los sujetos e instituciones, de tal modo que sea posible determinar el grado de calidad con el que se cumplen funciones y tareas educativas.

Toda vez que los centros de educación superior tienen el encargo social de formar los hombres que la sociedad necesita para su desarrollo, la difusión de los resultados de la evaluación que a ella se hace en el marco de procesos de acreditación, contribuye a que los diversos sectores interesados en la educación adquieran un criterio sobre la calidad de tales desempeños y programas. De esta forma, se puede ir conformando un conocimiento relativo a cualidades de las instituciones, de manera que permita la formación de juicios relativos a credibilidad, por parte de los usuarios.

Si bien la evaluación con sus diferentes formas de clasificación (autoevaluación, heteroevaluación, coevaluación, entre otras) y la acreditación guardan estrecha relación; son a la vez, procesos que se diferencian entre sí, aunque se puede decir que se complementan. Con la evaluación se busca el mejoramiento del desempeño integral de la institución, o de determinados programas de disciplinas, maestrías, doctorados, o de individuo evaluado, constituyéndose en la base para la acción del mejoramiento correspondiente.

En el caso de la acreditación, se trata de un procedimiento cuyo objetivo es comparar el grado de acercamiento del objeto analizado con un conjunto de normas previamente definidas e implantadas como deseables. Al mismo tiempo, la acreditación implica el reconocimiento público de que una institución o un programa satisfacen determinados criterios de calidad y, por lo tanto, son confiables.

En la autoevaluación es la propia institución quien decide si cumple o no la norma que considera adecuada, sirviendo, por tanto, de base para la acreditación, sin que la parte de legitimación pública de calidad sea tan fuerte como la que proviene de instancias externas. La acreditación se realiza siempre ante un organismo especializado y depende, en última instancia, de un juicio externo a la propia institución.

Las universidades pedagógicas están enfrascadas en el proceso de autoevaluación con el fin de lograr la acreditación como institución universitaria; para ello, trabaja en función de que toda su comunidad científico-pedagógica y estudiantil participe en la concepción y el desarrollo de su estrategia universitaria, que los valores asumidos sean realmente valores compartidos por todos sus miembros. No basta con querer hacer, es necesario hacerlo bien.

Conclusiones

Los profundos cambios educativos que hoy se dan en Cuba, caracterizados por la búsqueda de la excelencia, requieren de nuevas concepciones acerca de la manera en que se deberán dirigir los diversos procesos que tienen lugar hacia adentro de la institución, incluido dentro de ellos el referido a la evaluación de su desempeño, lo que combinará, de manera armónica, con lo que se hace por agentes externos, con la autoevaluación realizada por la comunidad educativa, orientada a la toma de decisiones para propiciar el mejoramiento del desempeño institucional.

La sistematización de las diferentes concepciones desarrolladas acerca de la evaluación institucional permitió a los autores concebirla como un proceso sistemático, continuo, integral y participativo, que a partir de la recopilación y el análisis valorativo de información válida, fiable y actualizada, da la posibilidad de diagnosticar el estado actual de una institución educativa, lo que a su vez posibilita la retroalimentación para la oportuna toma de decisiones, orientadas al mejoramiento de la calidad del desempeño institucional y a la necesaria acreditación de los diferentes procesos universitarios que en ella tienen lugar.

En la actualidad se hace imprescindible trabajar en función del desarrollo de una cultura evaluativa, que permita entender, de manera más eficaz, los procesos de autoevaluación y acreditación a que se someten los centros de educación superior y, entre ellos, las universidades de ciencias pedagógicas, procesos que, aunque se complementen y guarden una estrecha relación, tienen identidad propia.

Referencias

(1)CRUZ A. Modelo general para la evaluación del currículo. [Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias de la Educación]. La Habana, Cuba: CEPES; 2001. p.25.  

(2)SANTOS M A. La evaluación un proceso de diálogo, comprensión y mejora. Colección Respuestas Educativas. Vol 1. Argentina: Editorial MAGISTERIO DEL RÍO DE LA PLATA; 2000. p.26.

(3)DECLARACIÓN de la Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe -CRES. Colombia, 2008. p.10.

 

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