Varona

No.55  Julio-Diciembreo, 2012.    ISSN: 1992-82

Editorial


Honor particular le asiste a este número de la Revista Varona al evocar el 160 aniversario del natalicio del más universal de los cubanos: José Martí.

Cuando en el año 1953 se cumplían los 100 años de ese hecho, el líder indiscutible de la Revolución Cubana, Fidel Castro, decía en su alegato de defensa "La historia me absolverá": "Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su Centenario, que su memoria se extinguiría para siempre ¡tanta era la afrenta! pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo...".(1)

Hoy, los cubanos y, muy especialmente, los profesionales de la educación seguimos "trayendo en el corazón las doctrinas del Maestro",(2) porque cuando en el mundo entran en crisis valores que han sustentado lo mejor del ser y la naturaleza humana, y estamos abocados a un cambio de época, el estudio de la vida y la obra de José Martí no es un lujo del gusto, sino una necesidad ética para conocer más y mejor del caudal inagotable de amor, ética, patriotismo, antimperialismo, educación y cultura que la obra y la vida del Apóstol nos aporta para seguir un modelo de hombre que vivió y murió por la independencia de Cuba.

Para encauzar nuestro accionar formativo revisemos algunos de sus postulados sobre la educación desde su propia obra con la vigencia que le asiste a 118 años de muerte, los que se revelan en tres relaciones esenciales:

Educación para el mejoramiento humano, educación e instrucción y educación a altura de los tiempos.

En su artículo "Una novedad en educación pública" decía: "Educar es elevar"(3) y en ese mismo sentido en "Maestros ambulantes", escrito en Nueva York en 1884, sentenciaba: "Los hombres crecen, crecen físicamente, crecen cuando aprenden algo y cuando han hecho algún bien"(4) y más adelante "ser bueno es el único modo de ser dichoso"(5) y "ser cultos es el único modo de ser libres",(6) la bondad como supuesto básico para el crecimiento personal, la educación como supuesto básico para la espiritualidad, la bondad y el desarrollo de la cultura.

En otro orden sentenciaba también que "Instruir es funesto si no se enseña a la vez la armonía, sencillez y espiritualidad del mundo"(7) y nos aportó interesantes reflexiones sobre la instrucción del pensamiento y la educación de los sentimientos, no concebía el conocimiento sin la formación de valores, su amor sin límites a los hombres y a la causa revolucionaria, su eticidad constante, su magisterio pleno, su patriotismo, son evocados como banderas; los educadores que lo sabemos y sentimos nuestro, lo debemos abrazar en cada clase.

Y también, para él, era desvelo que la educación no situara al hombre a la altura de los tiempos, de ahí que en su artículo "Escuela de electricidad", escrito en 1883, expresara que "Educar es depositar en cada hombre, toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer de cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive, es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo por debajo con lo que no podría salir a flote, es preparar al hombre para la vida",(8) o cuando expresó en 1884 que "La educación no es más que esto: la habilitación de los hombres para obtener con desahogo y honradez los medios de vida indispensables en el tiempo en que existen, sin rebajar por eso las aspiraciones delicadas, superiores y espirituales de la mejor parte del ser humano".(9)

Razón sobrada tenía el historiador de La Habana, Eusebio Leal, al escribir: "Martí es la fuerza salvadora",(10) porque realmente él es ese misterio que nos acompaña.

(1)CASTRO F. La Historia me Absolverá. Caracas, República Bolivariana de Venezuela: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información; 2007. p. 156.

(2)CASTRO F. La Historia me Absolverá. Caracas, República Bolivariana de Venezuela: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información; 2007. p. 26.

(3)MARTÍ J. Obras escogidas. III Tomos. La Habana, Cuba: Centro de Estudios Martianos; 1992. p.243.

(4)MARTÍ J. Obras completas. T. 8. Sistema José Martí. CD. La Habana, Cuba: CETA. Centro de Estudio de Tecnologías Avanzadas; edición 1963. p.289.

(5)MARTÍ J. Obras completas. T. 8. Sistema José Martí. CD. La Habana, Cuba: CETA. Centro de Estudio de Tecnologías Avanzadas; edición 1963. p.289.

(6)MARTÍ J. Obras completas. T. 8. Sistema José Martí. CD. La Habana, Cuba: CETA. Centro de Estudio de Tecnologías Avanzadas; edición 1963. p.289.

(7)MARTÍ J. Obras escogidas. III Tomos. La Habana, Cuba: Centro de Estudios Martianos; 1992. p.243.

(8)MARTÍ J. Obras completas. T. 8. Sistema José Martí. CD. La Habana, Cuba: CETA. Centro de Estudio de Tecnologías Avanzadas; edición 1963. p.281.

(9)MARTÍ J. Obras completas. T. 8. Sistema José Martí. CD. La Habana, Cuba: CETA. Centro de Estudio de Tecnologías Avanzadas; edición 1963. p.428.

(10)GALÁN A I,  ROMEO L. Martí es la fuerza salvadora. Entrevista realizada a Eusebio Leal, Historiador de La Habana. Granma, 2013 enero 26; Nacionales: p.3, columna 1.