Varona

No.54   Enero-Junio, 2012.    ISSN: 1992-82

Apuntes sobre los orígenes de la enseñanza de la Química en Cuba

Some Points About the Origin of Teaching Chemistry in Cuba

MSc. Mercedes Caridad García Pedroso. Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: mercedesgp@ucpejv.rimed.cu

Recibido junio de 2011   Aceptado septiembre de 2011


RESUMEN

El proceso del origen y el desarrollo de la enseñanza de la Química están relacionados con la evolución de la química como ciencia y esta a su vez con el de las fuerzas productivas y las relaciones de producción y, por tanto, cada momento histórico evidencia la forma en que estas relaciones se producen. El interés por las ciencias y en particular por la Química, en Cuba, se manifestó desde el siglo XVIII, lo cual ha podido constatarse mediante la indagación bibliográfica y las consultas en las publicaciones periódicas de la época, las cuales reflejaban, fundamentalmente, los intereses de burgueses, criollos y terratenientes. La ciencia química por su profunda relación con la industria azucarera, la agricultura, la medicina, la farmacología, entre otras, ocupó un lugar destacado entre las demás ciencias.

PALABRAS CLAVE: ciencia, química, enseñanza, origen, Cuba.

ABSTRACT

The process of the origin and development of teaching chemistry are related to the evolution of chemistry as a science and at the same time to the productive forces and relationships. Consequently, each historical moment shows the way these relationships are generated. The interest in sciences, especially chemistry started in Cuba back to XVIII Century. This could be proved through bibliographical research and the periodical publications of that time, which reflected mainly the interests of the bourgeoisie, landowners and creoles. Chemistry, for having a strong relationship with sugar industry, agriculture, medicine, pharmacy among others played an important role over the other sciences.

KEY WORDS: science, chemistry, teaching, origin, Cuba


Introducción

La historia colonial de Cuba abarca un extenso período desde 1492 hasta 1898. La educación en Cuba, desde la conquista hasta 1793, no contó con una real organización escolar sistematizada. Al producirse la conquista, los aborígenes se encontraban en la fase de la comunidad primitiva y el conquistador recién rebasaba la etapa inicial.

Posteriormente, las escuelas elementales no pertenecían ni al Estado, ni a las ciudades, estaban en manos de los religiosos o de particulares; así ocurría con la enseñanza media y superior. La iglesia católica tenía el privilegio de la cultura y de la educación.

La enseñanza de la Química forma parte del proceso educacional y como todo proceso histórico está sujeto a constantes transformaciones que se producen en determinado contexto histórico-social y educativo.

Los cambios políticos, socioeconómicos y culturales incidieron en la actividad química en Cuba y en la enseñanza de esta ciencia. Importantes acontecimientos, de diferentes índoles, de finales del siglo XVIII y principios del XIX influyeron en el inicio y el desarrollo posterior, tanto de la ciencia química como de su enseñanza.

Se debe tener en cuenta que a finales del siglo XVIII Cuba se encontraba en una etapa de florecimiento económico. En los criollos adinerados se inicia un creciente arraigo de la nacionalidad cubana, por lo que comienzan a preocuparse por el avance material y espiritual del país; entran en contradicción con los intereses y las formas de gobernar la Isla por los españoles.

Todo ello incidió en el desarrollo económico, la toma de conciencia de la población y, por tanto, se reflejó en la educación, trayendo como consecuencia la necesidad de un cambio en la enseñanza de las ciencias y en particular de las ciencias químicas.

¿Cuál fue el origen de esta ciencia y su enseñanza en el país? El objetivo del presente trabajo es darle respuesta a esta interrogante. Para ello se asume el fundamento metodológico del materialismo dialéctico, el cual aborda los fenómenos de la realidad objetiva en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, desde el punto de vista de su surgimiento y desarrollo y de su inminente carácter contradictorio. Es importante tener en cuenta la concatenación histórica fundamental de cómo ha surgido el fenómeno histórico, cuáles son las principales etapas por la que ha pasado en su desarrollo y analizar en qué se ha convertido en la actualidad.

Desarrollo

Desde finales del siglo XVII el desarrollo económico de Cuba era ostensible, sobre todo en la zona occidental de la Isla, debido a las actividades del puerto de La Habana y sus relaciones mercantiles, así como el monopolio de las flotas que comunicaban con la Península y el resto de la América hispana.

En las últimas décadas del siglo XVIII, en el contexto económico, político y social del país, surge el interés por la química como ciencia y su enseñanza y estuvo condicionado por diferentes factores entre los que se encuentran:

-La Revolución de Haití (1791). Como resultado de la destrucción de las plantaciones cañeras en Haití, Cuba se fue convirtiendo en las primeras décadas del siglo XIX, en el país que mayores volúmenes de azúcar producía y exportaba cada año (alrededor del 27% de la producción mundial).

-El desarrollo de las ciencias químicas en Europa.

-La toma de La Habana por los ingleses (1762-1763). Como consecuencia de este hecho histórico se inició un proceso que fue consolidándose entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX: España aplicó la política del “Despotismo Ilustrado”, lo que conllevó a que se abrieran nuevas posibilidades para el desarrollo económico, la influencia en las ideas políticas y un cambio en el ambiente cultural del país.(1)

-La lucha que tenía lugar en el plano político e intelectual contra las concepciones educacionales escolásticas.

-La influencia en el campo educacional cubano de los ideólogos burgueses John Locke (1632-1704), Jean J. Rousseau(1712-1778) y Etienne Bonnot de Condillac (1715-1780).

-Como parte de la política del “Despotismo Ilustrado”, los reyes de España nombraron como capitán general de la Isla a Luis de Las Casas (1745-1800), el cual gobernó desde 1790 hasta 1796 (este período se caracterizó por el movimiento de reformas económico-culturales).

-El auge de la industria azucarera a partir de 1790 y el aumento del precio del azúcar, la necesidad de modernizar las tecnologías de la producción azucarera que demanda el desarrollo de las ciencias. Ante esta situación y el atraso de las técnicas y tecnologías de la producción, prácticamente artesanales, la sacarocracia cubana comprende la urgente necesidad de darle un vuelco al desarrollo científico de la época en relación con la producción cañera y la agricultura en general, así como el interés en la Química y su enseñanza en el país, para formar profesionales competentes. Los productores criollos se preocupan por los costos de producción, la búsqueda de información de los adelantos de las ciencias y la tecnología.

-La influencia de la prensa. Se publica por primera vez, en 1790, el Papel Periódico de La Habana, conocido por sus artículos que criticaban a la educación y las ideas educativas del colonialismo español y ofrecían propuestas y sugerencias para cambiar la enseñanza hacia otros rumbos, que satisficieran la necesidad de darle un vuelco al desarrollo científico de la época en relación con la producción cañera y la agricultura en general.

En las primeras décadas del siglo XVIII, se fueron creando condiciones materiales, económicas y sociales para el surgimiento de instituciones que dieran respuesta a una clase social que podía financiar una vida social y cultural activas.

Es en este siglo que se fundan cinco instituciones, que incidieron de forma directa o indirectamente en el desarrollo de la enseñanza de la Química en Cuba:

-El seminario de San Basilio Magno. Fundado en 1722 por el obispo Jerónimo Valdés. Se estudiaba gramática, latinidad, teología, canto llano y filosofía. Su método de enseñanza característico era la escolástica. Fue clausurado entre 1789 y 1791. Varios de sus ex alumnos fueron fundadores de la Real Sociedad Económica de amigos del País.

-La Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana. Se funda el 5 de enero de 1728, constituida por las facultades de Derecho Civil y Canónico, Teología, Medicina y Artes (Filosofía). En 1842 es secularizada, recibiendo el nombre de Real y Literaria Universidad de La Habana.

-El Real y Conciliar Colegio-Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Fundado en 1773 por el Obispo Santiago José de Echevarría y Elguezúa. Esta institución es el resultado de la fusión del Seminario de San Ambrosio (creado en 1689 por el obispo Diego Avelino de Compostela (1635-1704) y el colegio de San José. Entre sus socios fundadores se encontraban destacadas figuras de la época, como Francisco de Arango y Parreño (1765-1837), José Agustín Caballero (1762-1835), Tomás Romay Chacón (1764-1849) y Juan Francisco Chacón Rodríguez de Páez (1764-1849). El seminario fue punto de partida de las reformas de la enseñanza en Cuba. Centro importante en la cultura nacional, en que brillantes educadores fueron promotores de las ideas pedagógicas más progresistas, desde los finales del siglo XVIII, hasta la siguiente centuria.

-La Sociedad Económica de Amigos del País (llamada también Real Sociedad Patriótica). Fundada en La Habana en 1793. Tuvo a su cargo desde 1816 (se erige la sección de educación) hasta 1842, la enseñanza del país, desarrollando una destacada actividad a favor del desarrollo de la educación. Entre sus aportes se encontraban los métodos y los procedimientos didácticos progresistas, la creación de escuelas populares de enseñanza elemental (gratuitas), la fundación de las escuelas de pintura y escultura “San Alejandro” y la primera de sordomudos, la elaboración del primer plan de estudio y la ampliación del número de asignaturas y el apoyo a la enseñanza experimental de las ciencias naturales. Cesa en la responsabilidad asumida en 1842, cuando el gobierno español dicta la primera Ley General de Instrucción Pública para Cuba y Puerto Rico, en virtud de lo cual el gobierno colonial asumió la responsabilidad de la educación. Fue centro ideológico de hacendados y comerciantes criollos, desarrollando una intelectualidad en contra del escolasticismo y asumió el iluminismo y el neoclasicismo como ideología.

-El Real Consulado de Agricultura y Comercio de La Habana. Fue creado en 1794. Su función principal era adoptar las medidas convenientes para las mejoras de la economía y la vida social y cultural del país. Posteriormente, recibe el nombre de Junta de Fomento.

Primeras manifestaciones de la introducción de la enseñanza de la química EN CUBA

La causa del inicio de la enseñanza de la Química en Cuba, según Luis Felipe Le Roy Gálvez (1910-1978), se debe a un interés de la burguesía criolla en el desarrollo de la industria azucarera, pero no se puede olvidar que también estuvo fuertemente influenciada por otros factores sociales como las lamentables condiciones higiénicas de la época y las epidemias que azotaron al país, por lo que se deduce la estrecha relación entre la química, la medicina y la farmacología.(2) En cuanto a las publicaciones de la época sobre la ciencia química (memorias, informes, notas, artículos, etc.) en las diferentes revistas y periódicos estaban dedicados fundamentalmente a la divulgación de experimentos, aplicaciones, medicamentos y no a la enseñanza como tal.

Los primeros indicios de la enseñanza de la Química en Cuba aparecen en la última década del siglo XVIII. La Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), consciente del atraso de las ciencias, en el país, formuló un plan de enseñanza secundaria que contemplaba un curso elemental de las ciencias y las artes fundamentales, entendiéndose por estas la matemática, la historia natural, la química, la botánica y la anatomía.

En la junta ordinaria de la SEAP, realizada el 31 de octubre de 1793, Don Nicolás Calvo de la Puerta y O´Farril (1758-1800), primer censor  de dicha organización, propuso que se estableciera la Escuela de Química de acuerdo con el desarrollo de esta ciencia en Europa y las necesidades económicas del país. Esta idea fue acogida con gran entusiasmo y aprobada por unanimidad por los presentes. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados y las gestiones y las colectas que se llevaron a cabo, no se logró cristalizar hasta 1819. Es en esta fecha, después de 25 años de proyectos y tentativas que la SEAP logró fundar la cátedra y el laboratorio de Química.(3)

Para la compra de los equipos y los utensilios del laboratorio, la SEAP encargó al profesor francés Luis de Saint André y lo envió, costeándole el viaje, a Europa y para que a su regreso se encargara de la enseñanza de la Química. De vuelta, apenas pisa suelo cubano, es víctima de la fiebre amarilla y muere el 13 de febrero de 1819. Igual suerte corre el Dr. Ortiz, químico también, miembro de número de la SEAP. Ante estas circunstancias se invitó al sabio cubano Don José Estévez y Cantal (1771-1841), de amplios conocimientos en ciencias naturales y que se destacaba en el estudio de la Química, para que se hiciera cargo de la enseñanza de esta ciencia. Don José había sido becado por la SEAP y costeada la beca por la Junta de Fomento para que se trasladara a Madrid con el objeto de estudiar Química y Mineralogía. Durante seis años (de 1802-1808) estudió cursos de Química con el francés Louis Proust (1754-1826), descubridor de la Ley de las Proporciones Definidas. De regreso a La Habana cultivó la Botánica y la Química y desarrolló varias investigaciones e informes de estas ciencias a la SEAP. Pero también fueron inútiles los esfuerzos, cuando se le propone como profesor de la cátedra de esta ciencia alega problemas de salud y no aceptó el ofrecimiento.

Aunque ya habían recibido aparatos, equipos e instrumentos para el laboratorio de química, no se contaba con un edificio adecuado debido al clima y la corrosión característica de la humedad del país. Se decidió, entonces, por Don Alejandro Ramírez (1777-1821), director de la SEAP y al mismo tiempo jefe de Hacienda que se trasladara el gabinete-laboratorio a una de las salas del Hospital Militar de San Ambrosio, bajo la dirección de Don José Tasso al cual se le encargó la enseñanza de la Química. Don Próspero Amador García fue el que dirigió los trabajos y adaptaciones para el laboratorio. Se contó también con una biblioteca enriquecida con donaciones, entre las que se encontraba la Enciclopedia Metódica de Química, constituida por siete volúmenes.(4)

A pesar de tener montado el gabinete-laboratorio, no se lograba la creación de la escuela y el inicio de la enseñanza oficial de la ciencia, pero se continuaban los esfuerzos por instituirla oficialmente. El 1º de febrero de 1820 se inauguró la cátedra en el Hospital de San Ambrosio, con una matrícula de 40 alumnos y con Don José Tasso como profesor. En agosto del mismo año, Tasso salió del país y no regresó más a Cuba. En 1821, por falta de profesor, la cátedra y el gabinete se desintegraron. El primer curso de la enseñanza de la Química en Cuba, solo había durado seis meses. De esta época no existen documentos sobre el programa, los contenidos y los métodos utilizados por él en la enseñanza de la Química.

En la enseñanza superior, el doctor Ángel J. Cowley (1797-1859) fue el único miembro de la comisión universitaria que propuso en 1824, incluir los estudios de la Química en la formación del médico, como parte de un proyecto de reforma. Sin embargo, pese a los esfuerzos de Francisco de Arango y Parreño, el proyecto no se pudo concretar.

En 1828, Francisco de Arango y Parreño insistió en la necesidad de una escuela de Química y mediante una carta enviada al Ministro de Justicia del gobierno, le explicó la necesidad de la misma y su temor por la suerte de las riquezas de la Isla, a partir de la baja de los precios del café y las mieles y la posibilidad real de que corriera igual suerte el azúcar. Fundamentó su solicitud con una valoración de la influencia de la química en la introducción de medidas técnicas que aumentaran la producción y bajaran los costos, y para ello se basó en la experiencia de los fabricantes y refinadores europeos.

El 22 de abril de 1829 una disposición real autorizó la creación de una institución agrónoma en los alrededores de La Habana. Se le dio la responsabilidad de su creación a Don Ramón de la Sagra Periz (1798-1871), el cual indicó que se estableciera en los terrenos a las faldas del Castillo del Príncipe, en la estancia de los Molinos del Rey. La junta directiva de la Real Hacienda lo aprobó en el mes de junio de 1831, y fue sancionada por el rey definitivamente por la Real Orden del 13 de septiembre del mismo año. El 12 de febrero de 1832, la Real  Orden, emitida en esa fecha, dispuso establecer en todas las capitales del reino, la enseñanza de las disciplinas Aritmética, Geometría, Mecánica, Delineación y Química, aplicadas a las artes y a la agricultura de acuerdo con el plan del Conservatorio de Artes de Madrid.

Se valoró que en el caso de la profesión maestro de azúcar, se requería una clase especial de química aplicada, exclusivamente, a la fabricación de la azúcar y del aguardiente, y en el caso de la de cultivador la química se debía incluir en su plan de estudio, con vistas a la extracción de las sustancias vegetales y los producto de las plantas tropicales. Por tanto, debían formar parte estos conocimientos de la enseñanza general. De esta manera, los estudiantes saldrían de la institución agrónoma con una profesión apta para dirigir trabajos en cualquier finca. Se proponía, además, que la llamada asignatura Química Aplicada se podía dar en el tercer año en la misma institución agrónoma o dentro de La Habana (en la época, los terrenos de la estancia Molinos del Rey quedaban fuera del perímetro de la ciudad), si se establecía en la ciudad una cátedra de esta ciencia.(5)

No obstante, a todas las gestiones realizadas, la ausencia de Don Ramón de la Sagra en su viaje por Europa y la falta de fondos monetarios, llevó a la desaparición de la institución agrónoma. Durante más de ocho años continuó la lucha por introducir la enseñanza oficial de la Química en el país.

La enseñanza de la química en el colegio seminario de San Carlos y san Ambrosio

Al margen de los continuados esfuerzos por fundar en La Habana una cátedra oficial de Química, el Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio se convertiría en el más importante centro de estudios desde finales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX, debido a la introducción de un sistema de estudio que partía de una estructura no escolástica (aunque sí religiosa), del racionalismo cartesiano y de la física newtoniana.

El Obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa (1756-1832) realizó una profunda modernización del Seminario. El centro se convirtió en cuna de las luchas contra la escolástica y de las ideas y del desarrollo de la pedagogía. Introdujo la filosofía de F. Bacon (1561-1626) y Descartes (1596-1650) en sustitución de la aristotélica.

Entre otras medidas tomadas, se cambiaron las clases dadas en latín por el español, se aplicó el método explicativo en la enseñanza de la Filosofía, que fue posteriormente utilizado en las otras asignaturas (en la época los estudios de filosofía incluían los de física y los de química como parte de la misma cátedra) y se crearon laboratorios para realizar actividades experimentales prácticas de ambas ciencias (para 1832 el seminario contaba con un equipamiento de física y química, comprado en Europa por José de la Luz y Caballero, por encargo del obispo Espada).

La enseñanza de la Química en el Seminario evolucionaba con programas y experimentos demostrativos comparables a la enseñanza de esta ciencia en Europa.

Aunque se considera que el primer cubano que se dedicó a la ciencia química en Cuba fue José Estévez y Cantal, y el Obispo Espada fue el que introdujo la enseñanza de esta ciencia en el país, no se puede hablar del origen y del desarrollo de la enseñanza de la Química en Cuba sin mencionar al maestro y sacerdote católico Félix Varela Morales (1788-1853). Impulsor de la cientificidad de la enseñanza en el Seminario de San Carlos, logró en el curso académico 1813-1814, la introducción de las ciencias naturales en los planes de estudio, creando las cátedras de Química y Física y que la enseñanza tuviera un carácter práctico y experimental. Conjuntamente con sus estudiantes crean algunos instrumentos de laboratorio para las clases de Química y Física a partir de los catálogos de los fabricados en esa época en Europa.

En el estudio de la nomenclatura química propuso el uso de voces castellanas en sustitución de las palabras griegas, pues consideraba las terminaciones usadas arbitrarias para nombrar las sustancias. Lo anterior evidencia que Varela tuvo la visión y la clara comprensión de la importancia de que el estudio de la nomenclatura química, en la lengua materna, constituye un método y un medio para que el maestro transmita y los estudiantes asimilen los conocimientos cuando se inician en el estudio de la Química.

A partir de 1821, José Antonio Saco (1797-1887), brillante discípulo de Félix Varela asumió la Cátedra de Filosofía del Seminario de San Carlos. Propugnó la sustitución de las cátedras de Teología por otras como la de Agricultura, el Comercio, la Matemática, la Química y otras ciencias.

Saco dio continuidad a las ideas de Varela sobre la enseñanza de las ciencias naturales y en particular de la Física y la Química. Su mayor aporte a la enseñanza de la Química, en Cuba, fue la introducción y el desarrollo de un programa experimental de la asignatura al nivel de los impartidos en Europa. En este programa le da un lugar primordial a la observación y la experimentación.(*)

Para 1824, la cátedra de Filosofía es asumida por José de la Luz y Caballero. Como profesor en el Colegio-Seminario San Carlos y San Ambrosio (1824-1826), promovió la utilización de métodos experimentales en la enseñanza, fundamentó y desarrolló el método explicativo, tanto teórico como práctico, así como la necesidad de estimular en los alumnos el espíritu investigativo y de independencia en la adquisición de conocimientos. Continuador de la obra valeriana se comprometió a la enseñanza de la filosofía y las ciencias modernas (entre las que se encontraba la química) con una concepción opuesta a la escolástica.

Primera enseñanza sistematizada de la Química en Cuba

Por Real Orden del 21 de junio de 1836, en el gabinete laboratorio creado en el Hospital de San Ambrosio, se indicó el comienzo de la enseñanza de la Química en Cuba y el 25 de julio de 1837, con doscientos alumnos, Don José Casaseca (1800-1864), profesor de la Real Junta de Fomento y catedrático de farmacia, asumió la enseñanza oficial de la ciencia, siendo la primera vez que se da en Cuba un curso verdadero y regular de Química, porque hasta el momento solo se habían dado explicaciones aisladas de esta ciencia.

En relación con la cátedra fundada y con el objetivo de informar a la población de la importancia y las ventajas futuras que para el desarrollo de la ciencia, la agricultura y la industria azucarera en Cuba tenía la misma, Casaseca escribió un artículo en la publicación periódica Revista La Mariposa, en el cual expresaba que “La química tiene por objeto el estudio de todo los fenómenos que dependen de la acción íntima y recíproca entre las moléculas de los cuerpos de naturaleza diversa, ejecutándose á distancias imperceptibles aun con los mejores instrumentos de óptica, y produciendo por resultados otros cuerpos de propiedades y naturaleza distintas de las que poseían los que en la reacción se emplearon. El químico, sin descuidar las propiedades físicas y los caracteres exteriores de los cuerpos, tiene un modo particular de considerarlos. Los observa divididos en sus mínimas partículas, moléculas u átomos (pues ambas palabras significan una misma cosa); penetra, por decirlos así, en su interior y apartando sus moléculas trata de determinar los elementos de que se componen y la proporción do estos elementos”(sic).(6) No se ha podido encontrar el plan de estudio, programa o textos que revelen los contenidos exactos de Química que impartió Casaseca en la escuela citada, pero en el mismo artículo declaró que publicaría en la revista un extracto de sus lecciones, las cuales correspondían a dos cursos: uno de Química Mineral y otro de Química General y que estas lecciones eran las mismas que dio J. Gay Lussac (1778-1850), en París en 1837 y extractadas por su amigo personal M. Bussy, profesor de Química, muy acreditado en el Colegio de Farmacia de París.

El objetivo del gobierno al establecer estas clases de estudios especiales (no universitarios) a cargo de la Junta de Fomento, fue el progreso que se esperaba en las producciones de la isla con  la aplicación de los principios químicos.

Esta cátedra de Química funcionó, desde su fundación, en el local de Prado No. 67 entre Ánimas y Trocadero y fue un precedente de la enseñanza de la Química en la futura Real y Literaria Universidad de La Habana. Solo duró cuatro años, el gobierno colonial la disolvió en 1841, en ausencia de Casaseca que se encontraba por ese tiempo en París.

Una vez más, la enseñanza de la ciencia química se afectaba por la falta de recursos, contradicciones y de comprensión de las autoridades españolas de la necesidad de su desarrollo en Cuba.

Conclusiones

En resumen, el origen de la enseñanza de la Química en Cuba es el resultado del desarrollo económico alcanzado y de las necesidades científicas, educacionales y culturales que existían en las últimas décadas del siglo XVIII y principios del XIX, así como de la influencia del propio desarrollo de la ciencia química en la Europa de esa época. Papel fundamental tuvieron instituciones como la SEAP y la Junta de Fomento, las cuales hicieron ingentes esfuerzos por lograr el comienzo de la enseñanza de la Química en Cuba. Pero el verdadero desarrollo metodológico de la misma, en las primeras décadas del siglo XIX, tuvo lugar en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio bajo la dirección de figuras como Varela, Saco y José de la Luz y Caballero, entre otros.

NOTA

*En el libro Papeles sobre la Isla de Cuba, tomo I, páginas 20 a la 28, editado en 1858, aparece el programa teórico experimental de José Antonio Saco para los experimentos que públicamente han de hacer y las proposiciones que han de explicar 33 alumnos del Colegio Seminario de San Carlos los días 9,10,11 y 12 de julio de 1823 y a continuación detalla: Obtención y propiedades físicas y químicas del oxígeno, hidrógeno, azoe, nitrógeno del aire, del chloro, protóxido de azoe, gas nitroso, ácido carbónico, gas hidrógeno protocarbonado y percarbonado, hidrógeno sulfurado y gas hidrógeno sulfurado (se respeta la nomenclatura de la época).

Referencias

(1)CHÁVEZ J A. Bosquejo histórico de las ideas educativas en Cuba. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1996.

(2)ROY L F. Apuntes para la historia de la Química en Cuba. La Habana, Cuba: Imprenta de la Universidad de La Habana; 1947.

(3)BACHILLER A. Apuntes para la historia de las letras y la instrucción pública de la isla de Cuba. T. I. La Habana, Cuba: Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística; 1952.

(4) BACHILLER A. Apuntes para la historia de las letras y la instrucción pública de la isla de Cuba. T. I. La Habana, Cuba: Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística; 1952.

(5)SAGRA R. Memorias de la Institución Agrónoma de La Habana. T. I. La Habana, Cuba: Imprenta de Palmer; 1834.

(6)CASASECA J L. ¿qué es Química? ¿De qué sirve la Química? ¿Qué ventajas deberá prometerse la isla de Cuba de la propagación de los conocimientos químicos entre sus habitantes? Revista La Mariposa. (6-13).T. I. La Habana, Cuba: Imprenta de Comercio; 1838.

Bibliografía

ACHIONG G. Historia de la Química en Cuba. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1988.

CABALLERO J A. Escritos Varios. Obras. T. I .Biblioteca de Autores Cubanos. La Habana, Cuba: Editorial de la Universidad de La Habana; 1956.

CASASECA J L. Discurso Inaugural de la Cátedra Especial de Aplicación de la Física y la Química a la Industria y a la Agricultura. La Habana, Cuba: Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M.;1845.

ENGELS F. Dialéctica de la Naturaleza. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1982.

Escuela de Agricultura de la Isla de Cuba. Oración Inaugural pronunciada en la solemne apertura del curso académico 1883-1884 por Don Antonio de Gordon Acosta. Guanabacoa, Cuba: Imprenta Revista de Almacenes; 1883.

GARCÍA G J. Bosquejo Histórico de la Educación en Cuba. La Habana, Cuba: Editorial de Libros para la Educación; 1980.

REGALADO A. Una cátedra especial de Física y Química aplicada a la industria y agricultura. Boletín del Instituto Universitario de Investigaciones Científicas y de Ampliación de Estudios. Universidad de La Habana. Año I, No 2, 1944.