Varona

No.54   Enero-Junio, 2012.    ISSN: 1992-82

Hablemos del lenguaje


Dr. Cs. Angelina Jacinta Roméu Escobar. Profesora Titular. Profesora Consultante. Profesora de Mérito. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: angelinare@ucpejv.rimed.cu

Estimados lectores:

Hoy vamos a referirnos a la formación de palabras. En ocasiones, algunas personas nos sorprenden con el empleo de alguna de su propia cosecha. Nos damos cuenta de que la palabra se ajusta a las posibilidades que da el sistema de la lengua, pero no está en la norma, por lo que no la reconocemos como aceptada por el uso. En el ámbito científico, los investigadores crean sus propios términos para denominar sus inventos y poderlos nombrar cuando se refieren a ellos, por lo que pueden considerarse neologismos.

En la formación de palabras, los morfemas se combinan según determinadas reglas tácticas para dar lugar a lexemas derivados, compuestos y parasintéticos. Las reglas tácticas son de dos tipos:

-Las que descansan en la combinación de fonemas para construir morfemas (tic-tac), o para construir lexemas (como las onomatopeyas: ronronear).

-Las que descansan en la combinación de morfemas, para dar lugar a lexemas (derivación), o la combinación de lexemas (composición) o la combinación de los dos procedimientos anteriores (parasíntesis).

El sistema de la lengua nos da muchas posibilidades para construir nuevas unidades léxicas (palabras, fraseologismos, etc.), pero para que se usen de forma generalizada, tienen que haber sido aceptadas socialmente por la comunidad que habla dicha lengua.

Reglas tácticas para la creación de nuevas unidades léxicas: son las unidades léxicas ya existentes, la formación de nuevas unidades léxicas y los préstamos lingüísticos. A las primeras se les pueden atribuir nuevos significados, como ocurre en la metáfora; en el caso de las segundas, pueden emplearse procedimientos de derivación, composición y parasíntesis; en el caso de los préstamos, son palabras provenientes de otras lenguas, cuyo uso se justifica cuando en nuestra lengua no existe el vocablo para designar una determinada realidad.

1.   La aplicación de las reglas tácticas.

a)   Las onomatopeyas: están presentes en el léxico de cualquier lengua y su uso es frecuente en la conversación. Son de dos tipos: las primarias, que están constituidas por fonemas que se combinan y originan morfemas: pau-pau, bla-bla-bla; y las secundarias, que tienen una estructura que reproduce el sonido  al que se le añaden morfemas: el croar de la rana, el zumbido de la abeja.

b)   La derivación, la composición y la parasíntesis.

Según su origen, las palabras pueden ser primitivas o derivadas, y según su estructura, simples y compuestas. Cuando estos dos procedimientos se dan simultáneamente en una palabra, entonces, se dice que ha ocurrido la parasíntesis.

La derivación consiste en agregar prefijos o sufijos a un morfema, para  lexema. Si tomamos la palabra primitiva pan, esta constituye un lexema, al que se le pueden añadir prefijos y sufijos, y formar nuevas unidades léxicas: panadero (el que hace o vende el pan); panadería (lugar donde se hace o se vende el pan); empanada (dulce de harina relleno con carne, queso, guayaba, etcétera).

Según su forma o estructura, las palabras pueden ser simples (cuando están formadas por un lexema) y compuestas (cuando están formadas por más de un lexema). Así, son simples: mano, pluma y punta; y son compuestas: cortapluma, pasamano, picaporte, sacapunta. Si las palabras compuestas van separadas por guion, conservan la tilde cuando la llevan. Ejemplo: teórico-práctico; analítico-sintético. Si no llevan guion, entonces se acentúan según las reglas de acentuación. Ejemplo: decimoséptimo.

La parasíntesis es un procedimiento que integra la derivación y la composición en una misma.

2.   Las lexicalizaciones.

Las lexicalizaciones se presentan con dos modelos diferentes:

a) Los fraseologismos: consisten en la lexicalización de lexemas, como ocurre en expresiones como 'irse del aire', 'cantar el manisero', 'estirar la pata', que son sinónimas.

b)  Los refranes: consisten en la lexicalización de oraciones, cuyo significado depende del contexto. Ejemplo: 'El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija'.