Varona

No.53   Julio-Diciembre, 2011.    ISSN: 1992-82

El modo de actuación profesional y su formación en las carreras pedagógicas

The Manner of Professional Behavior and its Formation in Pedagogical Careers

Dr.C. Teresita Miranda Lena. Profesora Titular. Profesora Consultante. Universidad de Ciencias Pedagógicas ‘‘Enrique José Varona’’. La Habana, Cuba. Correo electrónico: teresitaml@ucpejv.rimed.cu

Recibido diciembre de 2010   Aceptado mayo de 2011


RESUMEN

La formación del modo de actuación profesional durante las carreras pedagógica es el más importante proceso que se realiza en el pregrado universitario, donde se sientan las bases para el desempeño eficiente y de calidad del graduado. Es, por tanto, un proceso complejo hacia el que aportan todas las actividades académicas, laborales e investigativas que realizan los estudiantes y se encuentra en el centro de la atención de la carrera, desde el modelo del profesional hasta el ejercicio de culminación de estudios. No obstante, en el perfeccionamiento continuo de la formación profesional en las carreras pedagógicas es el modo de actuación una de las categorías curriculares que reclaman mayor estudio, a fin de elevar la calidad de los educadores. Se asocia con la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje y con otros procesos pedagógicos vinculados a este; sin embargo, su no comprensión integral, afecta muchas veces, la preparación del educador. En esta dirección, se presenta en el trabajo un estudio de sistematización de esta categoría, vinculada con las funciones y las tareas profesionales de los educadores y una propuesta metodológica para el perfeccionamiento de su formación en las carreras pedagógicas, en particular durante la práctica laboral-investigativa o práctica docente en las escuelas de los distintos niveles de educación.

PALABRAS CLAVE: modo de actuación, profesional, metodología.

ABSTRACT

The teaching of the manner of behavior of a professional during the teacher trainees' studies is the most important process that is taught at the university, where the basis are set for the efficient performance and quality of the future bachelor. Therefore, it is a complex process to which all academic endeavors pay tribute to ad it is the focus of attention of the discipline, from the professional model to the culmination of studies. Regardless of continuous perfecting of the studies the manner of behavior in pedagogical careers is of the utmost importance ad requires major studying, so that the quality of future teacher can be superior. The direction of the teaching learning process with other pedagogical processes are associated with the manner of behavior, however, integral understanding of it sometimes affects the training of the students. To this end, this study presents a systemized study of this category in relation with professional tasks and a methodological proposal to perfect the training in pedagogical careers, especially during the research-work practice or teaching practice at the different level schools.

KEY WORDS: manner of behavior, professional, methodology.


Introducción

La Educación Superior cubana transita por un importante proceso de afianzamiento de sus logros pedagógicos, de liderazgo y de colaboración en el sector de la producción y los servicios, y de fortalecimiento de sus relaciones de cooperación con las distintas  instituciones universitarias y de investigación científica, a fin de participar, desde su misión y sus fortalezas, en el aseguramiento del desarrollo de la sociedad cubana en las complejas condiciones imperantes en el mundo actual.

En este nivel alcanzado y ante los nuevos desafíos de la Educación Superior, las universidades de ciencias pedagógicas tienen ante sí un reto particular y de trascendencia, al cumplir el encargo social de la formación profesional inicial y continua de los educadores para el Sistema Nacional de Educación, en los momentos que se exige a los educadores elevar la calidad de su labor educativa.

La educación es, ante todo, una necesidad y, al mismo tiempo, reflejo de las condicionantes sociales de la época que se vive. De modo que se tienen que saber establecer los nexos adecuados y necesarios entre los ideales educativos y las circunstancias concretas en que se desenvuelve la educación en el presente y en el futuro inmediato, para así poder avanzar hacia metas cada vez superiores.

La educación se realiza en diferentes niveles sociales bajo la influencia de diversos factores que, de hecho, despliegan y asumen acciones que educan. Entre ellos sobresalen la familia, que es el contexto más cercano y decisivo en la educación de cada persona desde que nace; las amistades, vecinos del barrio, donde las personas realizan sus primeras relaciones sociales espontáneas fuera del ámbito familiar y la escuela donde, desde una actividad educativa formalizada y sistematizada, se promueve el desarrollo personal y social de cada estudiante. Es en la escuela donde la labor educativa transcurre por la mediación del maestro o profesor en las condiciones sociales de un grupo escolar.

La intervención del maestro o profesor es una intervención profesional compleja, porque en este marco social, que es el grupo, en primera instancia, y toda la comunidad escolar, en una instancia mayor, es donde el educador selecciona, organiza y distribuye cultura por medio de una o varias disciplinas docentes, con fines previamente pensados, por medio de acciones en las que hará participar al estudiante.

Este profesional de la educación, que aborda la actividad educativa como la principal, tiene que estar suficientemente preparado para garantizar el éxito en el proyecto que él pone en práctica al iniciarse el curso escolar y que actualiza, rectifica y adecua periódicamente con el grupo y con cada estudiante.

Es responsabilidad de las universidades de ciencias pedagógicas que la formación inicial de los profesionales de la educación en cada carrera satisfaga el alcance de los objetivos formativos generales del modelo del profesional que, al mismo tiempo, se articulan con los diferentes niveles de educación precedentes en la formación revolucionaria de los hombres y las mujeres que conforman la ciudadanía cubana, garantía del desarrollo sostenible.

Dentro de esta responsabilidad, es la formación del modo de actuación profesional pedagógico el más importante proceso que se realiza en estas universidades, porque es el que garantiza el desempeño eficiente y de calidad del egresado.

En esta dirección, se presenta en el trabajo un estudio de sistematización de esta categoría, vinculada con las funciones y las tareas profesionales de los educadores y una propuesta metodológica para el perfeccionamiento de su formación profesional en las carreras pedagógicas.

Desarrollo

1.- Precisiones conceptuales

La categoría modo de actuación profesional forma parte del sistema categorial de la Didáctica de la Educación Superior cubana y ha sido estudiada por muchos investigadores de la educación en el país. De hecho, al diseñarse los planes de estudio C para la formación de los profesionales universitarios, todas las carreras profundizaron en las necesidades de las profesiones para las que formaban a sus egresados y, entre ellas, estaban la determinación del objeto de la profesión, que comprende el objeto de trabajo, y los modos de actuación profesional.

De las numerosas definiciones consultadas: Álvarez C1; Gala M A2; García L3; Miranda T, Páez V4; Fuentes H5; Chirino M V6; Addine F, Miranda. T, García G7, se observa que los autores la definen con diferentes elementos conceptuales, que pueden ser entendidos como estructurales o características del modo de actuación profesional, aunque subyace en todos la comprensión del modo de actuación como generalización de los métodos de la profesión y su concreción en un sistema de acciones.

Hay unanimidad de criterio en cuanto a que el modo de actuación está asociado a la manera en que el profesional ejerce su acción sobre el objeto de trabajo, expresado en forma de métodos profesionales o funciones. En este caso, se entiende por función la manifestación de las propiedades o características internas de la profesión y de su estructura, reflejada en los modos de actuación. Aunque las  funciones profesionales se pueden identificar por separado, actúan de forma holística, lo que significa que cada una depende de las otras y se revelan sus relaciones con el medio en que se ejerce la profesión.

El profesional de la educación puede ejercer su labor en distintos niveles de educación y, por ello, las carreras pedagógicas tienen sus perfiles derivados de un modelo del profesional que les ha servido de base, en que se precisa el contenido de las categorías que caracterizan la profesión de educador; es decir, el objeto de la profesión, que es el proceso pedagógico, por ser la esencia del proceso que desarrolla el educador en los diferentes contextos profesionales.

El objeto de la profesión comprende, tanto el objeto de trabajo como el modo de actuación. Se entiende que el objeto de trabajo es aquella parte de la realidad educativa escolar sobre la que recae la acción directa del educador, que es el proceso de enseñanza-aprendizaje, en el que se integran otros procesos educativos y desde el cual puede considerar su actuación profesional pedagógica hacia la familia y el sistema de influencias educativas que ejerce la comunidad.

El modo de actuación se entiende como la generalización de los comportamientos mediante los cuales el educador actúa sobre el objeto de trabajo. El modo de actuación profesional del educador se entiende que es la educación de los niños, los adolescentes y los jóvenes, por medio del proceso de enseñanza-aprendizaje dirigido a la formación de la personalidad y a la coordinación de las influencias educativas de la comunidad escolar, la familia y la comunidad. Este modo de actuación se concreta en un sistema de acciones para la dirección del proceso pedagógico.

De esta manera, el modo de actuación profesional pedagógico revela las propiedades de la profesión de educar en sus manifestaciones externas o funciones profesionales y contiene el sistema de habilidades que caracterizan a la profesión. Este sistema de habilidades puede integrarse en las competencias profesionales, desde una concepción humanista y personológica.

Por tanto, las funciones del profesional de la educación constituyen la exteriorización de las propiedades inherentes a la profesión de educador. Aunque cada función tiene sus especificidades, que dependen de las propiedades que posea el objeto de profesión, se subordinan unas de otras durante su movimiento y en sus relaciones con el medio. De ahí que las funciones profesionales del educador se manifiesten en su modo de actuación profesional, como el sujeto que dirige el proceso, y no son independientes unas de otras, sino que constituyen una unidad de acción, en estrecha relación e interdependencia.

Estas funciones responden a las tareas profesionales que tienen que cumplir los maestros y profesores: educar desde la instrucción. No son dos tareas independientes, sino que están en unidad dialéctica: instruir y educar. Esta posición está en las raíces de la Pedagogía cubana. Desde el pensamiento y la acción pedagógica de José de la Luz y Caballero hasta los contemporáneos, pasando por los mejores pedagogos que han dejado su huella en nuestras tradiciones pedagógicas. Refiere este educador que tanto la educación moral como la literaria son inseparable, ambas son parte de un mismo todo,8 y con ello dejó claro que la instrucción no constituye un fin en sí misma, sino que es un medio para educar.

Martí J expresó la idea de que la ‘‘Instrucción no es lo mismo que educación: aquélla se refiere al pensamiento, y ésta principalmente a los sentimientos. Sin embargo, no hay buena educación sin instrucción. Las cualidades morales suben  de precio cuando están realzadas por las cualidades inteligentes’’.9 Y en una idea menos divulgada, sentencia que ‘‘el remedio está en desenvolver a la vez la inteligencia del niño y sus cualidades de amor y pasión, con la enseñanza ordenada y práctica de los elementos activos de la existencia en que ha de combatir, y la manera de utilizarlos y moverlos’’.10

Varona E J escribió: ‘‘Como decía el Maestro, educar no es enseñar tan solo, sino templar el alma para la vida. Podemos tener clases perfectamente instruidas y, sin embargo, que no estén educadas para sacar provecho y fruto de la enseñanza adquirida’’.11

Estas ideas se reafirman en la Revolución Cubana y en las transformaciones educacionales por las que se han transitado en estos años. Educar en las instituciones escolares significa la integralidad de lo afectivo con lo cognitivo-intelectual, en esa unidad personológica, que solo se separan para su estudio.

En esa misma integralidad se analizan las funciones profesionales del educador; son estas: la función docente-metodológica, la función de orientación educativa y la función investigativa y de superación, en las que se revelan las propiedades, los componentes estructurales de la profesión y sus tareas esenciales.

Instruir significa el dominio del contenido de las disciplinas docentes y de las maneras de hacer que sus estudiantes se apropien de ese contenido, para que continúen aprendiendo durante toda su vida. La educación desde la instrucción se realiza cuando todas las disciplinas y asignaturas del currículo se integran a esta labor, identificando las potencialidades que brindan sus contenidos y utilizándolos con ese propósito. Este mismo contenido se revela en la educación superior, ya que en los contenidos curriculares están aquellos conocimientos, habilidades y actitudes necesarios al futuro profesional para desempeños exitosos y de calidad en sus esferas de actuación como graduados integrales y revolucionarios.

Educar significa el dominio de las vías, los métodos y las formas de educación que se despliegan en el proceso de enseñanza-aprendizaje e implica la orientación educativa; es decir, la ayuda a los estudiantes que están en proceso de crecimiento para que aprendan a conocerse a sí mismos y a su medio, para que descubran las potencialidades y las limitaciones, y trabajar sobre ellas para reforzar unas y resolver las otras, para que puedan elegir, decidir y hacer planes o proyectos de vida responsables, que contribuyan a tener una vida plena y útil, al tiempo que colaboran con los demás. La función investigativa y de superación está integrada por tareas encaminadas al análisis crítico de su trabajo y de la realidad educativa, la problematización y la reconstrucción de la teoría y la práctica educacional en los diferentes contextos de actuación del profesor. Significa la investigación del quehacer diario para el perfeccionamiento continuo de su labor profesional.

La educación es un proceso multilateral y es el maestro o el profesor, con su profesionalidad pedagógica, quien pueda atender el sistema de influencias educativas que incide en la formación de la personalidad de sus estudiantes. De ahí que, hoy día, se consideren contextos de actuación profesional las interconexiones con la familia y la comunidad.

Esta complejidad tiene su expresión en la formación del modo de actuación profesional en los estudiantes de las carreras pedagógicas.

2.- La formación del modo de actuación profesional en las carreras pedagógicas

Entre los estudiosos contemporáneos de la Didáctica de la Educación Superior cubana se destaca Horruitiner P, quien ha escrito sobre el modo de actuación profesional lo siguiente: ‘‘… en la educación superior cubana, a partir de los problemas profesionales, y como resultado de un proceso de generalización, se precisan los denominados modos de actuación profesional. El concepto expresa una cualidad superior a la encontrada en los problemas, al caracterizar integralmente el desempeño del profesional. Constituyen el saber, el hacer y el ser de ese profesional; se expresan en su actuación y suponen la integración de los conocimientos, habilidades y valores que aseguran ese desempeño’’.12

De ahí que sea de vital importancia lograr que los estudiantes asimilen el modo de actuación profesional pedagógico en la carrera seleccionada, desde una perspectiva científica. De hecho, es un proceso complejo hacia el que contribuyen todas las actividades académicas, laborales e investigativas que realizan los estudiantes y se encuentran en el centro de la atención de la carrera, desde el modelo del profesional hasta el ejercicio de culminación de estudios. No obstante, en el perfeccionamiento continuo de la formación profesional en las carreras pedagógicas, es el modo de actuación una de las categorías curriculares que reclaman mayor estudio, a fin de elevar la calidad de la formación de los educadores. Muchas veces se tiene una concepción limitada por entenderse solo referido al dominio del contenido de las materias escolares o a la atención educativa de los escolares fuera del contenido de enseñanza y de aprendizaje; en consecuencia, su no comprensión integral afecta la formación profesional del educador.

La determinación del modo de actuación profesional no es una tarea sencilla y requiere de un estudio profundo, de manera que se vaya logrando la integración y la generalización que le caracteriza, en relación con las propiedades de la profesión en cada una de las carreras pedagógicas.

Los objetivos formativos generales expresados en el modelo del profesional constituyen la formulación pedagógica del modo de actuación del profesional de la educación. Por su carácter rector, tiene sus derivaciones en los objetivos de año, en las disciplinas y, sucesivamente, en los diferentes subsistemas de la carrera hasta la clase. Sucede que muchas veces se olvida esta cualidad de los objetivos generales y los estudiantes tienen que asumir tareas profesionales en las instituciones escolares para las cuales no están totalmente preparados. Ello desencadena fracasos o desilusiones por la carrera, falta de identidad y otros efectos negativos que pueden llevar, incluso, al abandono de la carrera.

Todas las disciplinas del plan de estudio están comprometidas con hacer aportaciones a la formación del modo de actuación profesional en correspondencia con su tipología, naturaleza y contenido en el currículo de la formación inicial. Es la disciplina principal integradora, la más representativa del modelo del profesional; en este caso se considera como disciplina integradora la formación laboral-investigativa en las escuelas y, por tanto, la llamada a coordinar y consolidar en cada año los objetivos previstos en la formación del modo de actuación profesional. De manera que el contenido esencial de la disciplina principal integradora es el modo de actuación profesional que se concreta en cada año en el contenido de las disciplinas, las habilidades profesionales y los métodos de trabajo a los que contribuyen todas las asignaturas del año.

En la disciplina principal integradora se organiza el incremento de la complejidad de las actividades que los estudiantes deberán realizar en la escuela, bajo la atención de los profesores más capaces y experimentados de la carrera. Al mismo tiempo se toma en cuenta el grado de independencia y responsabilidad profesionales que irán propiciando en los estudiantes las acciones planificadas hasta identificarse plenamente la práctica laboral-investigativa con la actividad profesional real en las escuelas.

En estas actividades es necesario tener en cuenta la integración de las funciones profesionales en la realización de las tareas propias de cada una de ellas, toda vez que es precisamente en el desempeño profesional donde se manifiesta esa unidad.

Este proceso requiere de la atención de todos los colectivos pedagógicos que funcionan en la carrera; es decir, de los colectivos de asignatura, disciplina, año y carrera, con la finalidad de atender, en conjunto, la formación del modo de actuación profesional.

Pero, en particular, se reclama del trabajo conjunto y colaborativo entre las disciplinas que están relacionadas directamente con el contenido pedagógico y didáctico de la carrera; es decir, las disciplinas Formación Pedagógica General y la Didáctica o Metodología de la Especialidad. Estas disciplinas, desde el primer año y hasta el quinto, deberán mantener un trabajo coordinado en cuanto a las tareas que  realizarán los estudiantes en cada año en la escuela como parte de la práctica laboral y la participación que en ellas tendrá el resto de las asignaturas del año, por su contenido específico.

En cada uno de los colectivos pedagógicos se requiere del análisis, reflexión y evaluación individual y colectiva de las vías y los resultados de la formación del modo de actuación profesional para el enriquecimiento científico y metodológico de los profesores participantes.

Se debe atender, en especial, la formación integral de los futuros profesionales en la búsqueda de la interrelación y la sistematización de conocimientos, en el vínculo con las habilidades profesionales y cómo se integran en el modo de actuación profesional, tomando en cuenta la propia integración de los componentes: académico, laboral e investigativo, lo cual revela la tendencia integradora del desarrollo de las ciencias y de la formación del profesional universitario.

La acción permanente de los colectivos pedagógicos en las universidades de ciencias pedagógicas es la vía esencial que posee la institución universitaria en su sede central, en las filiales y en las escuelas para hacer, del trabajo docente, una labor profesional y científica. A estos colectivos le es inherente el proceso de enseñanza-aprendizaje en la universidad y, por tanto, no es necesario instrumentar otro mecanismo para pensar, desarrollar y evaluar el proceso de formación del modo de actuación profesional en los estudiantes.

Los estudiantes deben ser partícipes de este proceso de formación del modo de actuación, por ser una vía para acercarlos a la profesión e ir logrando la identidad profesional. En la misma medida que se adentren en ella, se sentirán parte y la verán desde una óptica diferente a la que tienen desde su visión como estudiantes.

La formación sistemática y progresiva del modo de actuación profesional se encuentra entre las dimensiones para la validación de los planes y los programas de estudio y su desarrollo en las carreras.

Conclusiones

El modo de actuación profesional pedagógico es el más importante proceso que se realiza en las universidades, porque es el que garantiza el desempeño eficiente y de calidad del egresado.

El contenido esencial de la disciplina principal integradora es el modo de actuación profesional que se concreta, en cada año, en el contenido de las disciplinas, las habilidades profesionales y los métodos de trabajo a los que contribuyen todas las asignaturas del año.

La metodología propuesta comprende, además de la disciplina principal integradora, la integración de las funciones profesionales en las actividades práctico-laborales, la atención de los colectivos pedagógicos, el trabajo conjunto y colaborativo entre las disciplinas Formación Pedagógica General y la Didáctica o Metodología de la Especialidad, y la participación consciente de los estudiantes en el proceso de formación del modo de actuación profesional pedagógico.

 

Referencias

1ÁLVAREZ C. Diseño curricular. Cochabamba, Bolivia: Editorial Kipus; 2004.

2GALA M A. Modos de actuación: una reflexión para el debate. La Habana, Cuba: Instituto Técnico ‘‘José Martí’’; 1999.

3GARCÍA L, ET AL. Autoperfeccionamiento docente y creatividad. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1997.

4MIRANDA T, PÁEZ V. Ante  los nuevos retos: cambios curriculares en la formación del profesional de la educación. La Habana, Cuba: Dirección de Ciencia y Técnica del Ministerio de Educación; 2001.

5FUENTES, H. Didáctica de la educación superior. Santiago de Cuba, Cuba: Editorial Oriente; 2000.

6CHIRINO M V. La formación inicial investigativa en los ISP. Sistema de alternativas metodológicas. Colección Promet. La Habana, Cuba: Editorial Academia; 2005.

7ADDINE F, MIRANDA T, GARCÍA G. Caracterización del modo de actuación del profesional de la educación. Rev Varona, No. 38, La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’; 2002.

8LUZ J. Escritos Educativos. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1991.

9MARTÍ J. Obras Completas. T.19. La Habana, Cuba: Editorial Nacional de Cuba; 1963. p. 373.

10MARTÍ J. Obras Completas. T. 11. La Habana, Cuba: Editorial Nacional de Cuba; 1963. p 86.

11VARONA E J. Trabajos sobre educación y enseñanza. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1992. p. 115.

12HORRUITINER P. La universidad cubana: el modelo de formación. La Habana, Cuba: Editorial Félix Varela; 2006. p. 117.

 

Bibliografía

CASTILLO M E. La formación del modo de actuación profesional del profesor de Historia: Una propuesta metodológica desde la enseñanza de la Historia de Cuba. [Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas]. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’; 2001.