Varona

No.52   Enero-Junio, 2011.    ISSN: 1992-82

Hablemos del lenguaje

Dr. Cs. Angelina Jacinta Roméu Escobar. Profesora Titular. Profesora Consultante. Profesora de Mérito. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: angelinare@ucpejv.rimed.cu


Estimados lectores:

En la actualidad, se ha puesto de moda el uso del vocablo educación en plural. Hemos podido escucharlo en reuniones metodológicas y otras actividades que se realizan en nuestro contexto pedagógico, al punto de que ya casi nadie habla de niveles de educación sino de educaciones. Descontando lo desagradable que resulta al oído, cuando la empleamos estamos cometiendo un lamentable error gramatical. Lo que sucede es que la palabra educación es un sustantivo abstracto, y los abstractos tienen, en general, la característica de no admitir el plural. Veamos qué se plantea al respecto.

Según la gramática, los sustantivos abstractos no tienen plural como tales abstractos, y algunos que lo admiten, cambian de significación cuando se emplean en ese número. Esta es la razón por la que se considera que dichos sustantivos no tienen plural.

Ejemplos:

Curiosidad: cualidad de ser curioso; curiosidades: son cosas curiosas.

Horror: emoción; horrores: actos que motivan o provocan horror.

Instrucción: acción de instruir, caudal de conocimientos; instrucciones: indicaciones para hacer algo.

Otros no admiten el plural nunca:

Honradez: cualidad de ser honrado.

Educación: acción y efecto de educar.

En estos casos, nos confunde el hecho de que el sistema de la lengua nos brinda la posibilidad de formar el plural, pero lo que ocurre es que, aunque existe la posibilidad, ese uso no está en la norma establecida socialmente.

Son pocos otros casos en los que el sustantivo no admita el plural. Veamos: algunos de ellos:

-Sustantivos referidos a una ciencia, arte o profesión: la abogacía, la medicina, la anatomía, la pintura. Algunos de estos sustantivos como abogacía, nunca tienen plural, y otros, cuando se usan en ese número, cambian su significación: medicinas, pinturas.

-Los nombres propios geográficos como México, Atlántico, etc., aunque algunos sí lo admiten: las Américas. Pueden también ser usados en el lenguaje poético: “en las Grecias, las Romas y las Francias” (Rubén Darío).

-Los apellidos se consideran invariables, y la marca de plural se indica con el artículo: los Pérez, los Rosales, los Álvarez. Los nombres propios admiten frecuentemente el uso en plural: las Marías, los Manueles.

Existen sustantivos que solo se usan en plural:

-Los Alpes, las Baleares, las Canarias. Otros como las Antillas, pueden admitir el singular, cuando nos referimos a una de las islas: la Antilla mayor.

Esperamos que el tema les resulte de interés para bien de la educación.

(Tomado de: Alonso A. y Henríquez Ureña P. Gramática Castellana. Tomo II. 17ma. edición, pág. 69).