Varona

No.52   Enero-Junio, 2011.    ISSN: 1992-82

CREACIÓN Y TALENTO


La estimulación temprana en el desarrollo creativo de los niños de la primera infancia

Early Stimulation in Creative Development of Children from Early Childhood

Dr.C. Edilia Perdomo González. Profesora Titular. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: eperdomo@infomed.sld.cu

Recibido octubre de 2010 Aceptado diciembre de 2010


RESUMEN

En este artículo se hace referencia a la importancia que tiene la organización de la vida familiar en el desarrollo del potencial creativo de los niños desde las primeras edades, se ofrecen consejos y orientaciones a familias y educadores de manera que les permita comprender cómo deben actuar y prepararse, teniendo en cuenta etapas tan importantes de la vida del niño como la llamada crisis de los tres años, las etapas del desarrollo sensoperceptivo, las vías para que toda la estimulación organizada y necesaria les permita el desarrollo integral como fin de la educación de los niños de cero a seis años.

PALABRAS CLAVE: estimulación, proceso, personalidad, independencia, creación.

ABSTRACT

This article makes reference to the importance of family life organization in the development of the creative potential in children in the first ages, advice and family orientation is offered to family and educators so that this orientation may allow them to understand how to act and prepare, taking into account such important stages in the life of a child, such as the so called crisis of third year, the stages of development of sensory perception, the manners of all types of organized and necessary stimulation that allow the integral development of the education of children from ages of zero to six years of age.

KEY WORDS: stimulation, process, personality, independence, creation.


Introducción

Existe consenso entre psicólogos, pedagogos y otros especialistas sobre la decisiva importancia de la atención de los niños de edad temprana en la formación de la personalidad, sobre todo desde el proceso de estimulación temprana. Reflexionar acerca de las complejas adquisiciones de los niños en el breve tiempo de cero a seis años es una tarea ardua y difícil, y continúa sorprendiendo a padres, maestros e investigadores.

Abordar esta temática en relación con la estimulación y la motivación de los niños en las edades iniciales y su incidencia en el desarrollo creativo de la personalidad, continúa resultando un tema de gran interés para la escuela y la familia hoy. ¿Cuáles son los caminos y qué aconsejar para lograr una estimulación temprana eficaz?

¿Puede hablarse de desarrollo creativo en estas edades?

¿Cuáles son las estrategias que permiten potenciar el proceso creativo de los niños de estas edades?

El objetivo del presente trabajo es analizar la importancia de la estimulación temprana en el desarrollo creativo de los niños de la primera infancia.

Desarrollo

La estimulación de los niños desde la familia y la institución tienen un papel rector, si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de las capacidades intelectuales de un ser humano se desarrollan entre los 12 primeros años de vida, lo que encuentra completa correspondencia con el concepto de educación infantil; las carencias y las problemáticas de la familia, en este sentido, causan en los niños daños irreversibles. La necesidad de la educación y la formación de la personalidad en la infancia temprana, ¿cómo organizarla y dirigirla?, analizar sus fundamentos teóricos de partida y participar del análisis sobre la base de ejemplos concretos es importante hoy para la familia y la institución. La existencia del niño de cero a cinco años transcurre, generalmente, con su familia y, en ocasiones, asiste a una institución educativa; tanto en un caso como en el otro, la preparación de la familia y las educadoras es determinante en la formación y el desarrollo de la personalidad de los niños.

En el primer año de vida del niño, el crecimiento y el desarrollo es prácticamente mensual; luego, cada año se observan nuevas transformaciones intelectuales, así como se van conformando los sentimientos, el desarrollo emocional, fundamentalmente la capacidad de asombro, permitir el desarrollo de la socialización, estimular la imaginación y la fantasía tienen efectos muy favorables en los primeros años de vida; en ello, la familia desempeña una función ejemplarizante, pues durante este período se van definiendo las manifestaciones del comportamiento relacionadas con las normas, los hábitos y la voluntad; recordamos que el cerebro del niño se encuentra en proceso de maduración; toda estimulación es poca para garantizar que los procesos de aprendizaje y memoria sean efectivos, son estas las razones que nos permiten asegurar que todas las posibilidades estimulativas que se les ofrezca en estas edades son imprescindibles.

Sin embargo, durante este primer año, en ocasiones, los niños a pesar del año de licencia que se otorga a la madre, llegan hasta cumplir el primer año sin relacionarse con otros bebés y solo se rodean de personas adultas que, además, organizan la vida del niño de modo completamente tradicional; muchas familias llevan a extremo la superprotección, limitando de esta forma la independencia. La experiencia en este sentido nos ha permitido observar más a la familia de forma directa, es sobre la base de estas observaciones que dirigimos nuestra atención.

Es importante contar lo sucedido con la niña de mi amigo y vecino, Natalí, solo tiene 11 meses y manifiesta muy buena capacidad de asociación y desarrollo psicomotor. En una ocasión, fuimos al zoológico juntos, frente a la jaula de los monos, vimos al animal ejecutar una serie de acciones con un palo para tomar una latica de refresco, después de varios intentos lo logró, todos observábamos al mono, pero no todos reparaban en cómo la niña lo miraba, y se sonreía, lo que sí era la atención del padre y de esta investigadora, que fijamos la atención en las observaciones atentas de la niña sobre las acciones del mono. Lo más curioso de todo esto ocurrió al día siguiente: la niña realizó todos los movimientos para coger su pomo de leche vacío en el piso sentada desde su sillita; a punto de finalizar el hecho por parte de la niña, la abuela al ver el peligro donde no lo había realmente, interrumpió lo que queríamos ver; después de una discusión, el padre volvió a dar el pomo a la niña, ella lo tiró y volvió a intentar todas las acciones nuevamente para coger su pomo, tomando un palito que tenía frente a la sillita.

Narramos este hecho porque, aunque para muchos puede no tener sentido, este nos permite reflexionar acerca de la significación que tiene desde las primeras edades propiciar una buena independencia como base no solo del desarrollo motor, sin también del desarrollo creativo, en particular, relacionado con la capacidad de utilizar objetos sustitutos para la realización de acciones y demostrar la voluntad en su realización, hecho que hubiese quedado trunco por la actitud superprotectora de la abuela.

Mucho se ha hablado de la estimulación temprana de los niños, en ampliar las vivencias como premisa para el desarrollo de su pensamiento y su lenguaje.

Numerosos investigadores, entre ellos el propio Guilford, coinciden en que hay en los niños un potencial creativo natural, solo hay que observarlos al verlos jugar con cualquier objeto; no tiene que ser precisamente un juguete, solos o en grupo; descubrirlos constituye una delicia, ya que se conforman ante los observadores, ocurrencias simpáticas que resultan divertidas y sorprendentes, por lo que se hace imprescindible evitar el mal tratamiento que a veces se tiene ante esta problemática. Guilford conceptualiza a la creatividad como una forma de pensamiento, que se desencadena a causa de la entrada del sujeto en un problema, en cuya solución se advierte la existencia de ciertas características especiales, como la fluidez, la flexibilidad, la originalidad e independencia. (1)

La fluidez ser refiere a la facilidad con que las ideas son generadas. La fluidez de pensamiento se demuestra por el número de ideas que surgen en un período determinado y que, según Gisela Ulman, puede identificarse como el aspecto cuantitativo de la creatividad, pues implica que el sujeto sea capaz de usar estrategias de pensamiento productivo para relacionar los aspectos del problema analizado, con otros similares que forman parte de su experiencia, y producir, como resultado, una gran variedad de ideas; es el aspecto cuantitativo de la creatividad y se le identifica por el número de ideas producidas por el sujeto.(2)

La flexibilidad es la habilidad de adaptar, redefinir, reinterpretar o tomar una nueva táctica para llegar a la meta. La flexibilidad de pensamiento es demostrada cuando las respuestas a un problema sugieren una solución inusual. Puede identificarse como uno de los aspectos cualitativos de la creatividad, pues se manifiesta por la variedad de formas que se dan a las ideas y a las cosas. Se entiende como una cualidad del pensamiento divergente que permite al individuo reestructurar los datos de que dispone y descubrir nuevos caminos para resolver un problema, los cuales conducen a diversas posibilidades de solución, por lo que se valora la utilización de formas nuevas y el hecho de evadir estereotipos.

La originalidad se refiere a que la solución sea diferente a las que se habían encontrado anteriormente. Implica novedad, idea irrepetible y se observa por su esencia de evasión de códigos formales. La elaboración de pensamiento es el grado de desarrollo de las ideas producidas; se demuestra por medio de la riqueza y de la complejidad en la ejecución de determinadas encomiendas. Se refiere al grado de detalle que contienen los trabajos de los niños. Se manifiesta en la cualidad de colores plasmados, atendiendo fundamentalmente a la variedad, la cual tiene en cuenta nuevamente las formas fuera de códigos.

La significación que tiene la familia para los niños de cero a seis años para influir en estos indicadores es vital en el desarrollo de la estimulación, y es que en este período los cambios y las transformaciones, tanto los biológicos como los psíquicos, son tan rápidos que en muchas ocasiones no alcanzamos a verlos; los padres deben tener claro su papel con vistas a favorecer un niño sano y, por tanto, bien dotado, la familia mantendrá una comunicación estrecha con las educadoras que los atienden; en muchas ocasiones, asisten al círculo y solo se preocupan por saber del proceso de la alimentación y su calidad y, aunque ello es de vital importancia y el Estado garantiza a estas instituciones con grandes esfuerzos los alimentos que ellos necesitan, es preciso también interesarse por conocer los avances que el niño va obteniendo en sus saberes y en su desarrollo motor; recordemos que esta etapa se requiere de la estimulación continua y variada para entrenar sus analizadores, lo que permite el paso de las informaciones de la realidad al interior de la psiquis en forma de sensaciones y percepciones; por ello, es que la calidad de sus representaciones y de los procesos intelectuales depende, en gran medida, de la conciencia de los adultos y de sus conocimientos y habilidades para guiarlos y orientarlos.

Las madres desempeñan una función fundamental en la vida de los hijos; el nacimiento de un niño con un peso adecuado y en el que se garanticen resultados eficientes de su evaluación al nacer, es el resultado de un cuidado extremo de la madre, en particular, y de toda la familia, en general; es preciso recordar que todas las estructuras nerviosas se forman en el feto durante el embarazo y son las que permiten una buena adaptación al medio natural y social en que se desarrollará la vida futura. La llegada de un nuevo niño al seno familiar ha sido para la sociedad el evento de mayor expectativa para la familia.

Martí J significaba que “instrucción no es lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento, y esta principalmente a los sentimientos”.(3) Sin embargo, no hay buena educación si no hay una buena instrucción; esta debe compensarse con una correcta educación. “Las cualidades morales suben de precio cuando están realzadas por las cualidades inteligentes”.(4) La unidad entre el sentimiento y la razón en el desarrollo humano, hacen del hombre un ser excepcional; educar es también instruir a los niños para que sean inteligentes, es enseñarlos a descubrir las cosas; hay que evitar llevarlos de la mano constantemente, hay que incentivar la curiosidad, la búsqueda de lo desconocido, hay que enseñarles los misterios de la naturaleza para despertar su imaginación y su fantasía, las que además son las características más naturales en esta etapa.

Es deber de la familia, durante los primeros años de vida, incentivar la observación de todo lo que le rodea, pues, del desarrollo óculo-motor en las primeras edades, depende el desarrollo de los procesos de aprendizaje tan importantes como la memoria, la imaginación, la concentración de la atención; hay que explicarlo todo, usando un lenguaje adecuado, correcto y fluido, no se puede hablar al niño con ambigüedades, hay que explicar la realidad de manera amena y sencilla, de forma que ellos entiendan lo que se explica; es preciso recordar nuevamente a Martí cuando decía que “hablemos en el lenguaje de los niños y ellos nos entenderán”.(5)

Es importante saber que sobre todo a los tres años, cuando comienzan a preguntarse el mundo que ellos no entienden y desean comprender, no se deben atropellar las palabras, ni abusar de los diminutivos; este es un período crítico en que los adultos encuentran grandes dificultades para relacionarse con ellos; hay que aprender a tratar su obstinación y negativismo, ya que se vuelven contradictorios, protestan contra el exceso de tutelaje, quieren y desean hacer cosas que los adultos prohíben.

Esta situación está dada por una marcada independencia, hay que entender el período no solo como crisis, sino como una etapa en la que esperan mucho más de los adultos, pues durante este tiempo se producen las contradicciones entre sus crecientes posibilidades de actividad y comunicación, y la superprotección y la subordinación de los adultos, que en ese momento mantienen criterios absolutos con ellos. Esta es la situación que hace que se conozca a esta etapa como crítica, porque en realidad es un período sensitivo del desarrollo; es en ese momento que hay que aprovechar las potencialidades de su cerebro, es el momento propicio para enseñarles los colores, las formas de todo lo que existe a su alrededor, ubicarlos espacialmente, desarrollar su pensamiento y su lenguaje; incluso, enseñar palabras y frases en otros idiomas; en fin, aprovechar todos los espacios para compartirlos con ellos, sacarlos mucho de paseo a los teatros, los museos, los lugares en contacto con la naturaleza, el cine infantil, las fiestas y viajes a la playa y a los parques, sobre todo que entren en contacto con otros niños; hay que permitirles que jueguen mucho.

Durante este período los niños necesitan independencia y es preciso dotarlos de toda la que sea posible, una madre superprotectora no logrará los niveles de independencia que los niños necesitan para la vida; por ello, es que cuando terminan de jugar, por ejemplo, no debe ser la mamá o la educadora quien recoja los juguetes, debe pedirle ayuda al niño para colocarlos en su sitio o en el lugar que se destine para ello, hay que explicarlo todo. En ese año de vida es muy necesario una educadora experimentada, más afectiva, que pueda trabajar mejor con los niños y la familia; al niño en esta etapa hay que potenciarlo en todo y somos todos responsables de la comprensión de esta problemática.

En esta etapa, en los dos primeros años, son recomendables los juguetes de madera, como dados, y cubos que permitan la formación de figuras y conjuntos, hay que desarrollar las habilidades para la observación y la comparación; estimular las acciones con objetos les desarrolla la motricidad fina; es decir, las yemitas de los dedos y los movimientos de la mano comienzan a permitir que sean menos torpes, y que el agarrado sea más seguro; por ello, es que debemos comenzar a dejarlos que coman solos, para que después también con independencia puedan anudar sus zapatos; en esta etapa como en toda la niñez, es muy importante ponerlos a dibujar y pintar con materiales plásticos, que les permitan el desarrollo motor y de la independencia, la cual está dada por la voluntad del niño de encontrar soluciones a problemas sencillos por sí solo; esto forma parte de la vida del niño desde que logra, sobre todo, independizarse del adulto en sus primeras acciones, a partir de la crisis de los tres años, la que no siempre es bien entendida por la familia.

El juego de imitación, el trabajo con objetos sustitutos y el juego de roles son las actividades dirigidas a promover en los niños un pensamiento abierto que evada estereotipos y propicia la creatividad. El aprendizaje conduce y guía el desarrollo; sobre todo en esta edad, él necesita mucho de la ayuda del adulto para promover el aprendizaje y, para ello se necesita de preparación, esta etapa marca la diferencia entre lo que el niño aprende por sí solo y lo que logra con ayuda del adulto o de otros niños; siempre hay una distancia, los educadores y familiares no deben hacer las cosas por los niños, y tener en cuenta que ello los hace inútiles y deteriora muchos componentes personológicos, como la creatividad. Para el niño, una explicación clara con una orientación adecuada, con el apoyo de lo que ya conoce y con ayuda de demostraciones cuando es preciso, eleva sus niveles de independencia; esta práctica enriquecerá su aprendizaje para enfrentar la escuela.

Del conocimiento que se tenga, por parte del educador y la familia, de la planificación y la organización de la vida, de los procesos de alimentación y sueño, depende el desarrollo infantil. De las acciones que en las diferentes actividades los niños realizan, de la operación de acciones lúdicas y reflexivas con ellos, de las demostraciones y del desarrollo de las diferentes áreas, dependen sus habilidades; por ejemplo, para que el niño llegue a diferenciar colores:

Primera fase (manipulativa). El niño juega con las bolas, los cubos, los dados de madera o plástico, los lápices, sobre todo con estos últimos fundamentalmente apreciará las impresiones de color, se asombrará y disfrutará al haberlo logrado.

Segunda fase (diferenciadora). Agrupará los objetos que son del mismo color y distinguirá un grupo de otro por el color.

Tercera fase (generalizadora y de aplicación). Colocará nuevos objetos no manipulados anteriormente y reconocerá los colores en otros objetos. Esto nos demuestra la necesidad que tienen, sobre todo los niños en los tres primeros años, de interactuar con muchos materiales, y no solo por el desarrollo que se produce a nivel de la corteza cerebral; o sea, del pensamiento, sino por el desarrollo motor que marcha unido al desarrollo psíquico y en el que la guía y la conducción del adulto es vital. Los procesos de construcción de las operaciones mentales se dirigen, de forma progresiva, por la interacción continua con los objetos, lo que reiteramos es una necesidad para la edad en que el niño se encuentra y para el desarrollo de los procesos de creación.

El niño pequeño va adquiriendo por medio del proceso de comunicación y relación con los objetos, la cultura que está contenida en el saber acumulado por la experiencia de los adultos que guían al niño, esto es importante, dado el análisis anterior de considerar el papel de la familia, porque la cultura es todo, son las formas en que expresamos nuestras ideas, sentimientos, valores, costumbres, hábitos, tradiciones; o sea, cómo actuamos, vestimos, comemos, expresiones religiosas que practicamos; por ello, es que no es solo tarea de la institución educativa, pues la cultura se adquiere por apropiación, tanto en la escuela como en la vida y está contenida en el saber acumulado por la sociedad, la comunidad y la región en la que vivimos.

El hombre transita durante su vida por diferentes etapas; estas varían en correspondencia con el desarrollo que va alcanzando desde todos los puntos de vista en lo que influyen sobre todo sus experiencias previas, su inteligencia, su cultura y su creatividad. Las etapas del desarrollo general, desde el nacimiento hasta la madurez, son:

Etapa sensorio-motora de la infancia (cero a dos años), relacionada con las sensaciones y el desarrollo motor, desde el nacimiento se desarrollan los reflejos, el ser se va reconociendo a sí mismo y a los objetos, el pensamiento está ligado a las acciones concretas, y al entorno más inmediato en el que la familia tiene un papel de primer orden, comienzan a interiorizarse las acciones, lo que supone ajustes sencillos, tanto perceptuales como motores; termina cuando comienza la capacidad de simbolizar; es decir, de dejar una huella de lo que sabe hacer.

Etapa preoperacional o preconceptual (2 a 7 años), comienza a presentar la realidad y a combinar las representaciones con el fin de deducir las soluciones de los problemas sin experimentarlos; es capaz de imitar modelos que no tienen presentes. El pensamiento es aún imperfecto, limitado con un solo punto de vista y el suyo propio, etapa llamada también egocéntrica, porque se manifiesta la independencia del yo sí puedo; el pensamiento es de carácter intuitivo e irreversible.

Un aspecto vital que debe ser muy bien atendido por los padres y los educadores está relacionado con el concepto vivencias, el que es base del desarrollo, no solo de la creatividad del niño, sino de otros procesos, como la imaginación y la fantasía, los cuales son necesarios e imprescindibles porque constituyen la fuente esencial para el desarrollo creativo, que permitirá la riqueza espiritual del niño para la vida adulta. Por supuesto, que no es lo mismo vivencia que experiencia; las vivencias contribuyen con el desarrollo de la experiencia, pero son dos conceptos diferentes, las vivencias que el niño logra tener de su pequeño mundo están dadas por la realización de actividades diversas, que requieren de la estimulación y la motivación, que permiten poblar su mente; es decir, las que hagan de su mundo interior un espacio rico en imágenes e ideas para posibilitar su enriquecimiento y su espiritualidad; para ello, es muy importante y necesaria la ayuda que brinde la familia, de lo que dependerá que se encuentre mejor preparado para imaginar, fantasear y crear; la experiencia les permite ver los aciertos y los desaciertos, y utilizarlos como fin en sus actividades cotidianas para desempeñarse mejor. Por ejemplo, un niño al comenzar a caminar tropieza y se cae y saca de ello una experiencia que le permitirá transitar por este sitio de otra manera diferente.

Todo lo que se haga en función de que los conocimientos sean ampliados, permitirá que las vivencias de los niños se enriquezcan; esto será beneficioso para su desarrollo expresivo-comunicativo, tanto para la escuela como para la vida, el desarrollo del espíritu, la imaginación y la fantasía influirán en su creatividad para algún área en particular, y muchas veces para varias áreas de actuación, pero todo depende de lo que hagamos en función de enriquecer vivencias y experiencias que lo propicien. No es igual el desarrollo creativo de un niño que solo juega en los alrededores de su casa o de su barrio, que un niño que sale de visita a lugares diversos: el campo, la playa, que visita la casa de otros amigos y familiares, y aprenden a relacionarse con todos, va al teatro, al cine, a espectáculos públicos, museos, fiestas o hasta el que desde pequeño se inserta en la vida social en alguna organización o manifestación del arte; por ello, es muy importante como ya se había dicho, el papel de la familia, por ser la encargada directa de estas acciones, aunque las instituciones educativas tengan su papel; esta responsabilidad es básica para aprender a ser, a hacer y a convivir.

Los padres deben saber que hay niños integrales, que son muy hábiles para diferentes facetas de la vida; sin embargo, otros desarrollan habilidades más específicas para determinados contextos de actuación; el papel del educador está en descubrir tempranamente estas habilidades de los niños, a ello nos habíamos referido ya y destacamos la necesidad de observarlos con atención para luego tomar decisiones, por la importancia que merecen en las primeras edades la estimulación y la potenciación de todo cuanto conduzca al desarrollo infantil.

Es importante destacar otro aspecto relacionado con la creatividad, porque sucede que muchas veces los educadores y los padres son irrespetuosos con los niños en el sentido de menoscabar sus conductas creativas; a todos los niños les gusta experimentar utilizando materiales y objetos diversos para lo que hacen regueros, desordenan el hogar, los padres se molestan; si la primera vez se les enseña que deben recoger lo que desordenan, si se busca un lugar para que los guarden y organicen y, una vez finalizadas sus actividades, no solo se estimulará la disciplina de saber cuál es su deber en las próximas ocasiones, sino con ello también se estimulará la independencia y el autoaprendizaje, como un paso importante en el camino hacia la creatividad.

El niño crea con todo lo que encuentra, y lo hace organizando sus propios juegos, transformando los que ya conoce, inventando sus propias rimas, canciones y bailes, en los cuales pone de manifiesto su imaginación, su inventiva y su originalidad, unas veces da prueba con ello que es capaz de innovar; es decir, de transformar lo ya existente, y no siempre lo hace pensando con un sentido de demostración a otros, sino de una manera espontánea, pues su pensamiento está libre de esquemas; el niño es el ser más sincero, incluso consigo mismo, y los demás, el hecho de no conocer de malas intenciones y falsedades en sus relaciones, lo hace un ser excepcional y ello es muy importante en el camino de la creatividad.

El conocimiento y el afecto en el desarrollo creativo del niño tienen una doble función; esto es difícil de explicar, para que sea entendido por todas las personas, en este caso hay que recordar un importante pensamiento martiano: “…No se sabe sino lo que se descubre”(6); el niño, para crear, debe querer lo que imagina, debe sentirse bien afectivamente, cómodo en el espacio para crear en el sentido más claro de la comodidad, debe estar estimulado, motivado para la tarea. Es preciso tener presente que la familia es el ámbito más querido, cercano y perdurable de una persona; y por tanto, el espacio donde ganamos o perdemos lo que hagamos en función del desarrollo creativo; es preciso que en ella se organice la vida para que los niños tengan esta posibilidad; la institución educativa, es decir, el círculo y la escuela, son muy importantes, pero la familia es el primer espacio, y aún cuando los niños asistan a estas instituciones, la familia no puede ceder su tiempo ni su espacio a la escuela; la familia debe saber lo importante que es su papel en estas edades, y que ellos también contribuyen, de manera particular, a estimular y ejercitar sus inclinaciones, sus intereses y sus motivaciones, pero para ello se necesita de orientación y de preparación.

El papel del juego, como estimulación y motivación en este orden, unido a lo que pueden aportar las diferentes áreas del conocimiento, debe ser una idea a valorar por los docentes; sin dudas, todo esto necesitará de cambios en las concepciones teóricas y metodológicas y en la mentalidad de los que trabajamos con los niños, en aras de lograr un proceso que se caracterice por su creatividad, y que aspira a la cultura general integral deseada como objetivo central para nuestra sociedad.

Entre muchos especialistas que han abordado el tema de la creatividad, se habla de la posibilidad de su desarrollo en la vida infantil, en la cual existe como una potencialidad, al ser estimulada en un medio determinado, por lo que el maestro que se dedique a investigar sobre el tema debe encontrar las regularidades que le permiten desarrollar dicho potencial en los niños. En este sentido, se tendrá en cuenta que, con frecuencia, se intenta pensar en la creación como un patrimonio destinado solo a los elegidos y talentosos, por lo que en ocasiones se asocia a las grandes invenciones; es un error pensar que la vida de una persona adolezca de manifestaciones creativas. Esta es una de las razones por las que se hace necesario para el docente tener una información actualizada con respecto al tema.

Según Piaget J, el pensamiento creativo constituye la forma final del juego simbólico de los niños, cuando este es asimilado en su pensamiento.(7) De ahí la importancia de la relación entre el juego y la creatividad, como esencia del proceso de aprendizaje de los escolares.

La directora del “Centro de Formación Constructivista”, de México, Harf R, en su artículo Aprendizaje y expresión, llama la atención de que la enseñanza debe centrar la atención en el uso de todos aquellos instrumentos, concretos y simbólicos, necesarios para resolver el proceso global de la expresión y la creación, y valora que: no se le puede “enchufar” creatividad a nadie; no se le podrá “inyectar” procesos expresivos a nadie, pero sí se le podrán y se le deberán enseñar aquellas formas que les permitan poner de manifiesto sus procesos internos y externos.(8)

La mejor manera de comprender la creatividad tratándose de los niños, es precisamente viéndolos jugar, pues ellos no usan máscaras, como muchas veces al referirnos a ciertas actitudes de los adultos; los niños son espontáneos. Para alcanzar una meta, los niños ponen en juego todas sus capacidades, pocas o muchas, desarrolladas o no; sin embargo, se sienten satisfechos ante los resultados y no dejan de luchar ante los retos; por otro lado, tal parece que los adultos tienen mayores dificultades para llegar a ser creativos y a disfrutarla, porque están imbuidos por las trabas que rodean el proceso; la clave está, entonces, en identificar no tanto los obstáculos, sino las circunstancias y las actitudes facilitadoras de la creatividad, tal como los niños la utilizan. Martínez M planteaba que “…la creatividad no es propiedad exclusiva de genios, de seres con capacidades excepcionales, sino que todos los hombres pueden ser creadores si son educados para ello”. (9)

La creatividad, en tanto es una capacidad, es un componente estructural de la personalidad y tiene orígenes y características sociales. Antes de que cada hombre adquiera determinadas capacidades, estas se encuentran plasmadas en la cultura a la que estos pertenecen.

Desde este enfoque concebimos a la creatividad como una capacidad que se puede generalizar, en mayor o menor medida, en la práctica del proceso docente-educativo. Está demostrado que, en un régimen educativo, científicamente organizado, con la aplicación de métodos productivos, con propuestas didácticas y actividades de aprendizaje que proporcionen el desarrollo intelectual desde las primeras edades, bajo climas creativos, y con el uso de medios y materiales que los propicien, debe lograrse, de manera notable, la influencia para alcanzar un clima motivacional y el desarrollo de la imaginación y de la personalidad integral. El concepto clave debe ser que el niño está en la institución para vivir una vida de comunicación, de creación y de comunidad.

Todas estas ideas fueron desarrolladas mediante la aplicación de una técnica participativa creada por la autora con los maestrantes, llamada comunicación lógica, en la que ellos debían organizar las ideas escritas en tarjetas sin numerar y siguiendo la lógica del contenido, sentados en círculo a favor de las manecillas del reloj, estudiar el contenido entre todos, organizar preguntas para el conferencista o para otros participantes y, de esta manera, organizar y dirigir el debate sobre el tema; finalmente, debían evaluar la actividad para lo que se les dieron las siguientes opciones, podían hacerlo a través de un dibujo, de una frase de una poesía o de una dramatización sobre la temática.

Estos son algunos resultados obtenidos de la puesta en práctica de estas ideas; en las que se involucró no solo a las estudiantes de la maestría, sino también a familias con niños de los diferentes ciclos de la enseñanza preescolar.

Se logró insertar a los niños de uno a dos años en casas al cuidado de especialistas como, por ejemplo, de educación especial y de educación primaria.

Conclusiones

La necesidad de la orientación y la preparación de la familia es siempre una necesidad, por lo que no deja de ser una preocupación para la sociedad. El talento crece de la independencia y esta debe ser respetada para que la creatividad alcance su nivel. Los educadores a cualquier instancia necesitan continuar actualizándose en estos temas, por su importancia en la educación de los niños.

Referencias

1GUILFORD J P. Creativity en American Psychologist No. 5. EE.UU.: 1950. pp.454. 455.

2ULMAN G. Creatividad. Madrid, España: Ediciones Realt; SA, 1972. p.73.

3MARTÍ J. Educación. Segunda edición. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1961. p.132.

4MARTÍ J. Educación. Segunda edición. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1961. p.28.

5MARTÍ J. Ideario pedagógico. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1975.

p.12.

6MARTÍ J. Obras Completas. T. 22. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1975. p.231.

7PIAGET J. La formación del símbolo en el niño. Fondo de Cultura y Economía de México, 1973. p.15.

8HARF R. Aprendizaje y expresión. México: Centro de Formación Constructivista; 1996.

9LLANTADA M. Creatividad, inteligencia y talento. Debate actual. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’; 2005.

Bibliografía

BORTHWIK G. Los espacios creativos en la educación. Buenos Aires, Argentina: Maipú; 1993.

BOZHOVICH L. Estudio de la motivación en la conducta de los niños. Moscú: Editorial Progreso; 1978.