Varona

No.51   Julio-Diciembre, 2010.    ISSN: 1992-82

Editorial


La trayectoria del desarrollo económico, científico, cultural y tecnológico de un país tiene su fuente en la esfera educacional. La formación de todos los ciudadanos: trabajadores, técnicos, profesionales de las distintas ramas del conocimiento, artistas, dirigentes, deportistas, pasa inevitablemente por la escuela. Son la escuela y el hogar las dos instituciones sociales que más peso tienen en la conformación de la personalidad del hombre que ha de vivir y trabajar en la sociedad cubana actual.

La Revolución sentó las bases de la educación y la escuela cubana, recogió el legado de los educadores patriotas de los cien años de lucha, incorporó lo más avanzado del pensamiento pedagógico contemporáneo y vertebró un sólido movimiento de formación de maestros cuya dinámica resultante es el perfeccionamiento continuo de sus planes de estudio, programas y métodos.

Nuestros maestros y médicos son señalados como ejemplo por la mayoría de los países de América Latina y otras naciones del tercer mundo, y nuestros métodos de alfabetización y educación de adultos se abren paso también en países del primer mundo. La cultura artística cubana muestra un vigoroso impulso en todos sus géneros. La semilla sembrada por la escuela y la educación confirman lo acertado de la estrategia pedagógica de la Revolución Cubana.

A partir del Curso 2010-2011 se sistematiza la formación de maestros primarios, educadores de preescolar y maestros de educación especial en las escuelas pedagógicas que se abrirán en cada provincia del país con alumnos de noveno grado. En la Ciudad de La Habana renace la Escuela Pedagógica "Fulgencio Oroz" ubicada en una instalación exclusiva, la antigua Escuela Normal de Maestros de La Habana, en Amenidad y San Joaquín, en el Municipio de Cerro. Este municipio ostenta una rica tradición pedagógica cuyo exponente más alto fue la Escuela "El Salvador", que tuvo su sede en una casona de la Calzada del Cerro, de la cual fue maestro y director el destacado educador cubano José de la Luz y Caballero.

Los matriculados en esta Escuela recibirán una sólida formación general y pedagógica que los capacite para incorporarse a la docencia al concluir sus estudios. El claustro de la Escuela compuesto por másteres y doctores, con larga experiencia en la preparación de maestros, es una garantía en la formación de un educador que tendrá en sus manos la oportunidad de contribuir a la formación de las nuevas generaciones de cubanos que lleguen a las aulas de primaria.

La nación ofrece a los jóvenes en este momento histórico la más alta responsabilidad, el más digno compromiso, la más noble y humana profesión, el magisterio. Se forman como maestros en una escuela que lleva como nombre el del joven estudiante de magisterio Fulgencio Oroz: mártir de la Revolución y de la educación, de la misma estirpe de Mella, José Antonio y Frank País. Cuentan con el apoyo solidario de sus progenitores que se han empeñado en darle cumplimiento al principio revolucionario: si de la escuela cubana han surgido los más destacados artistas y creadores, técnicos y científicos, cuadros y defensores de la patria; de la familia cubana tienen que surgir también los mejores maestros.

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