Varona

No.50   Enero-Junio 2010.    ISSN: 1992-82

Hablemos del lenguaje

Dr. Cs. Angelina Jacinta Roméu Escobar. Profesora Titular. Profesora Consultante. Profesora de Mérito. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: angelinare@ucpejv.rimed.cu


Estimados lectores:

Uno de los problemas más difíciles de resolver, en lo que respecta al dominio de la escritura, es el referido a la colocación acertada de los signos de puntuación, y esto puede constatarse en el hecho de que dicho problema está presente aun en los textos escritos por personas que poseen un nivel de escolarización superior. Se puede descubrir a un escritor inexperto, por la manera en que coloca o no los signos de puntuación en el texto que escribe: puede emplearlos en dependencia solo de las pausas que hace y la entonación, o simplemente no usarlos por desconocimiento de su función; sin embargo, se evidencia su experticia cuando los usa en función de estructurar sintáctica y estilísticamente el texto.

Desde un enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural, el proceso de enseñanza-aprendizaje de la puntuación se orienta hacia la comprensión y la construcción de textos escritos coherentes, y descansa en el conocimiento de los signos de puntuación y su empleo en textos estilísticamente diferentes y en situaciones comunicativas variadas, a partir de la intención comunicativa del autor.

La puntuación se define como un sistema complejo de signos gráficos, cuyo uso está determinado por factores sintácticos, semánticos y pragmáticos, que coadyuvan a la significación en función de la comprensión y la construcción, en tanto regula la organización del discurso escrito.

Lo que pudiera denominarse como la arquitectura mínima del texto, descansa fundamentalmente en el empleo de dos tipos de signos: el punto y la coma, los que permiten delimitar las unidades informativas básicas del texto. Es notorio el hecho de que aun los escritores más inexpertos usan estos dos tipos de signos. Otros signos, como los puntos suspensivos, los guiones, las comillas, los signos de exclamación y de interrogación, cumplen funciones auxiliares y, a diferencia de los primeros, no se puede construir un texto solo con ellos.

En otra ocasión profundizaremos más en este tema.

 


(Tomado de Roméu A. Normas de puntuación, en Normativa: una mirada desde el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación, 2010).