Varona

No.48-49  Enero-Diciembre, 2009.    ISSN: 1992-82

Hablemos del lenguaje

Dr. Cs. Angelina Jacinta Roméu Escobar. Profesora Titular. Profesora Consultante. Profesora de Mérito. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. La Habana, Cuba.

Correo electrónico: angelinare@ucpejv.rimed.cu


Estimados lectores:

Con frecuencia hemos observado la presencia de un error en el uso de la forma complementaria “le” del pronombre de tercera persona, cuando aparece en posición enclítica; es decir, después del verbo, la que puede estar en singular o en plural, según el caso. Veamos un ejemplo:

“El especialista recomendó tener en cuenta la variedad en la selección de los temas y asignarle a los niños composiciones cortas”.

El uso de “le”, que aparece unido al infinitivo asignar, es incorrecto, porque está referido a los niños, que está en plural. Lo correcto hubiera sido: “...y asignarles a los niños composiciones cortas”.

Son correctos los enunciados siguientes:

Les trajo a los estudiantes varios ejemplares del periódico Granma.

Al abordar el problema les explicó a los jóvenes que era necesario contar con su apoyo para cumplir la tarea.

El director la llamó y le dijo a la profesora que revisara la prueba.

Un asunto verdaderamente interesante es el referido a cuándo usar “que” o “de que”. He podido leer trabajos, o escuchar a algunas personas que, sin la menor preocupación, invierten el uso. Veamos qué sucede.

Existen muchas formas verbales que van seguidas de citas llamadas indirectas, que constituyen el complemento directo (objeto directo) de la oración. Por ejemplo:

Me dijo que vendría bien temprano.

Los trabajadores piden que los escuchen.

Supuse que habrías devuelto los libros.

En estos casos, el que introduce una oración subordinada sustantiva, que constituye el complemento directo. Aquí hubiera sido incorrecto escribir “dijo de que...”, “piden de que...” o “supuse de que”. Sin embargo, existen muchas formas verbales que sí van seguidas del “de que”, y con mucha frecuencia el de se omite incorrectamente. Veamos algunos ejemplos:

Estoy segura de que vendrás a la fiesta”. En este caso, el uso de “de que”

es correcto, pues uno está “seguro de algo”, y no “está seguro algo”, lo que cambiaría el sentido de la expresión. Otros casos similares son:

-Estoy cansado de que me llamen la atención. (“Estoy cansado de algo”).

-Habló de que eran muy frecuentes los ciclones durante el verano. (“Se habla de algo”).

A pesar de que no llamó por teléfono, la estaban esperando. (“A pesar de eso…”)

Prestemos mucha atención a qué decimos, dónde lo decimos y cuándo lo decimos. Hablar con corrección es adecuar nuestro discurso a las exigencias del contexto.