Varona

No.48-49  Enero-Diciembre, 2009.    ISSN: 1992-82

Un acercamiento al lenguaje del texto científico

An aproach to the scientific text language

Dr C Ileana Domínguez García. Profesora Titular. UCP “Enrique José Varona”

Recibido octubre de 2008   Aceptado Enero de 2009


RESUMEN

La necesidad de escribir sobre lo que se investiga y divulgar los resultados obliga a cualquier profesional a elaborar textos científicos. Aunque siempre se ha considerado esta temática específica de las humanidades, cada vez más el mundo académico se abre a la comprensión de que es una competencia de los investigadores de cualquier área de la ciencia. Este trabajo aborda al texto científico desde su lenguaje y características, la tipología textual que incluye esta categoría y algunos de los principales errores que se cometen al redactar este tipo de texto, así como las leyes que se actualizan en su comprensión. Aborda, además, una de las aristas de la intertextualidad que lo caracteriza y finaliza brindando recomendaciones para su redacción.

PALABRAS CLAVE: lenguaje científico, comprensión, función informativa, exactitud, objetividad, complejidad conceptual y sintáctica.

ABSTRACT

The necessity to write about one’s research and divulging the results obligates any professional to elaborate scientific texts. Even though this course of study has always been considered specifically as humanities, every day the academic world comes closer to realizing that it is a skill needed for any area of science. This work deals with the scientific text from its language and characteristics, the textual typology which includes these categories and some of the main errors in the redacting of this type of text, as well as the laws which actualize its comprehension. It also deals with some of the converging lines of the texts by which it is characterized and ends by bringing forth some recommendations for redacting this type of work.

KEYWORDS: scientific language, comprehension, informative functions, exactness, objectivity, conceptual and syntactic complexity.


Introducción

En diversas partes del mundo se ha acrecentado el esfuerzo por formar profesionales con vastos conocimientos en su materia específica, y con destrezas que les permitan expresarse de manera fluida y exitosa en el cada vez más competido mundo de la comunicación. En un ambiente orientado hacia el intercambio de conocimientos, las habilidades comunicativas desempeñan un papel tan importante como la experiencia o el dominio de la información profesional específica. Sin embargo, existe preocupación por las deficientes habilidades de comunicación escrita en los profesionales de diferentes especialidades, incluida la pedagógica. Por ello, es que se propone una caracterización teórica del lenguaje científico, que sirva como base a la profundización del conocimiento de este tipo de texto, obligatoriamente necesario para cualquier profesional.

Desarrollo

El lenguaje científico

El lenguaje científico es expresión del estilo homónimo con que se construyen textos académicos. Exponer temas de asuntos profesionales significa interpretar y expresar su sentido genuino a través de la declaración de sus antecedentes, causas o datos necesarios para comprender su desarrollo. Cuando un investigador redacta los resultados parciales o finales de su trabajo de investigación, utiliza este tipo de lenguaje al que le imprime un tono sereno y objetivo, ecuánime y preciso. La finalidad de un texto científico es informar. Por eso, la función predominante es la informativa o referencial y las formas de elocución más empleadas son la exposición y la descripción. Se vale, además, de la argumentación como forma de organización retórica predominante, y de la enumeración, la comparación por analogía o por contraste y de la ejemplificación como formas secundarias que permiten la defensa o refutación de la tesis.

Características del lenguaje científico

Los rasgos que identifican al lenguaje científico son su tendencia a la exactitud, la objetividad y la complejidad temática y sintáctica.

Tendencia a la exactitud: el lenguaje científico se caracteriza por la utilización de un léxico profesional al que se llama tecnicismo. Los tecnicismos son una forma de metalenguaje. Con ellos se busca establecer correspondencia univoca entre significante y significado que aporte al discurso científico la exactitud que lo caracteriza y evite los fenómenos de polisemia y sinonimia, propios del habla normal. Se caracteriza por el uso directo, preciso, denotativo del vocabulario.

Objetividad: afecta, sobre todo, al tratamiento de los temas que se refieren al ámbito académico y de formación científica, en sentido general; pero también se manifiesta en el lenguaje utilizado:

Abundan las oraciones impersonales o pasivas reflejas, en las que el sujeto desaparece o pierde su categoría de actor. Ejemplo: Puede decirse que..., se ha considerado oportuno...

Verbos en tercera persona del singular, evitando el abuso de la primera persona.

Empleo de expresiones para definir, argumentar, comparar o enumerar.

Los adjetivos que se usan son especificativos de valor descriptivo.

La originalidad expresiva y el estilo personal se sacrifican en beneficio de la claridad y la precisión en la exposición de ideas.

Complejidad: los propios temas que se tratan dan al lenguaje científico cierta complejidad, tanto conceptual, de estructura, como sintáctica.

Se plantea una tesis, la cual se desarrolla a partir del análisis, generalizaciones, argumentaciones, ejemplificaciones, valoraciones, etcétera.

Tiene como propósito demostrar conocimientos o exponer los resultados de un trabajo investigativo.

Se ofrece una explicación analítica y sintética entre tesis y argumentos.

Son textos con valor intertextual, dado el uso de citas, referencias, notas y comentarios de otros textos.

Estructura abierta (monografía, ponencia, artículo científico, ensayo); en que la limitación se da en sus tres partes fundamentales: introducción, desarrollo y conclusiones.

Estructura cerrada (informe de investigación, dictámenes, actas de comisión de grado científico o académico). Cada texto exige una estructura específica.

Organización lógica y jerárquica de las ideas, por partes o bloques.

Uso de gráficos, esquemas y dibujos.

Suelen tener limitaciones importantes para su construcción: tiempo, ser tarea académica, obligación de hacerlo en un lugar determinado, individualmente, con apoyo de la memoria, etcétera.

La complejidad propia del lenguaje científico no debe impedir que se tenga la sencillez y la claridad como ideal de expresión:

Abundan los sustantivos abstractos.

Predominan las oraciones compuestas en las que se expresan causa, consecuencia, condición u otras circunstancias, lo que obliga al empleo de conectores de causa-efecto, consecuencia, etcétera.

También, son muy frecuentes las oraciones de significado distributivo y los paralelismos sintácticos. Ejemplo: Mientras en el primer caso (X) la significación se produce a través de una oración subordinada adverbial, en el segundo estamos frente a una oración unimembre, tan expresiva como escasa de elementos sintácticos. Ambas, pragmáticamente adecuadas, funcionan para cada situación de comunicación con la misma eficacia.

Tipología textual

De acuerdo con el fin de la comunicación científica, existe una clasificación de textos cuya estructura responde a su tipo. Una misma información puede presentarse como ponencia o póster si es para un evento; como artículo si va a ser publicada, como tesis si se presenta como resultado final de una investigación, etcétera.

Los tipos de textos son: informe de investigación, artículo científico, monografía, exposición, póster, ensayo, ponencia, diseño de investigación, tesis, tesina, entre otros.

Informe de investigación: es el texto que resulta de un trabajo investigativo y que se presenta ante un tribunal para su valoración académica. Generalmente se defiende también en una exposición oral que sintetiza el contenido que se ha presentado por escrito en el informe. Posee una estructura formal cerrada, que se rige por normas académicas. Aunque hay otros tipos de informe, todos se incluyen en esta clasificación; si bien los que solo constituyen una rendición de cuenta de un trabajo realizado, tienen una estructura más simple.

Artículo científico: es un texto relativamente breve que se destina a la publicación en revistas especializadas. Los consejos directivos suelen definir, con bastante exactitud, las características de contenido y de forma de los escritos que aceptan o encargan. Debe ser cuidadosamente redactado para evitar digresiones innecesarias, para lograr expresar de un modo claro y sintético lo que se pretende comunicar y para que contenga las citas y referencias necesarias.

Monografía: es un texto que tiene la particularidad de versar sobre un tema único, bien delimitado y preciso. En general, resulta un escrito breve, en el que se prefiere sacrificar la extensión de los asuntos a tratar en beneficio de la profundidad. Según el uso corriente que dan muchas personas al término, la monografía es producto de una investigación biblio- gráfica, no de campo.

Ponencia: es la comunicación escrita que una persona presenta ante algún evento de tipo científico: seminario, congreso, simposio. Suelen ser trabajos breves, monográficos o no, que se destinan además a la lectura y discusión colectiva. Redacción clara y atractiva, apoyos audiovisuales, compenetración con los intereses y preocupaciones del auditorio al que va dirigida.

Oponencia: es un texto que se opone a otro; de estilo expositivo, analítico, argumentativo, aporta una visión crítica de aquel, a partir de un estudio minucioso que revela una observación aguzada. Se expresa en lenguaje directo, no agresivo.

Tesina: es una denominación no universalmente usada, que sirve para designar a trabajos de corta o mediana extensión, presentados para su correspondiente evaluación académica. Pudiera identificarse con la monografía.

Tesis: por tesis se entiende, cuando nos referimos al uso original del término, una proposición que puede ser sostenida o demostrada mediante pruebas y razonamientos apropiados. Por extensión, desde hace muchos siglos, se ha llamado así a la exposición escrita que una persona presentaba ante un tribunal de una universidad o colegio para obtener el título de doctor, demostrando con ella que dominaba la materia de sus estudios y que era capaz –además– de aportar nuevos y sólidos conocimientos a ella. Actualmente, y de un modo más general, se llama tesis al trabajo escrito que permite demostrar, a la conclusión de los estudios, que el alumno amerita el grado académico al que aspira. Una tesis, por lo tanto, es un trabajo serio y bien meditado que sirve como conclusión a varios años de estudio, demostrando las aptitudes del aspirante en el campo de la investigación y dándole oportunidad a este para realizar por sí solo una indagación significativa. Las tesis, por lo tanto, son trabajos científicos relativamente largos, rigurosos en su forma y contenido, originales y creativos.

Proyecto de investigación: se esbozan las líneas fundamentales de actividades de investigación que se desarrollarán en un tiempo específico. No se concibe que pueda emprenderse una indagación científica de cierta envergadura que no vaya precedida de un proyecto en el cual se expresen los antecedentes, los objetivos, los fundamentos y sus bases metodológicas.

Póster: un póster en una reunión científica, en un congreso, es una representación gráfica ampliada que contiene un título, el nombre de los autores, y del centro, textos, figuras e imágenes que explican un proyecto, una investigación, una experiencia. Es una alternativa a la comunicación oral, que posibilita la transmisión concisa, clara y permanente (mientras dure el evento) de su contenido, sin la fugacidad de esta comunicación oral. Permite ser analizado con detenimiento por los interesados a la velocidad de sus intereses y capacidades. Permite entablar una comunicación con el o los autores e intercambiar opiniones con ellos.

Aparte de los géneros anteriores, existen otros que, aunque teniendo importancia, no pueden considerarse plenamente como trabajos científicos.

Reseña: es un escrito breve que intenta dar una visión panorámica y, a la vez, crítica de alguna obra. Las realizan personas especializadas, de bastante experiencia en la especialidad.

Ensayo: exposición escrita con valoraciones personales acerca de un tema académico. Suelen ser extensos, explicativos. Lo ensayos se clasifican en literarios o científicos, de acuerdo con el tema que abordan.

Resumen analítico: es un trabajo en el que un investigador hace una síntesis de documentos o informaciones que ha estudiado: pueden ser fichas o anotaciones personales: fichas de diverso tipo, esquemas, guías de exposición oral, etcétera.

Exposición: se refiere a la exposición oral que se realiza de un trabajo científico ante un tribunal en una defensa de tesis o ante colegas en un congreso, seminario o taller científico. Esta exposición se puede apoyar de medios didácticos como carteles, papelógrafos, fotos, etc. Hoy día, se expone con ayuda de la informática, mediante presentaciones de PowerPoint.

Sobre esta clasificación, puede resumirse que:

Insuficiencias en la redacción de estos textos

Algunos de los principales errores que se cometen al redactar textos científicos se refieren al uso de construcciones viciosas expresados en incoherencias semánticas, formales o pragmáticas.

El texto científico exige ser comprendido de manera directa, por lo que debe evitar las ambigüedades de cualquier tipo que puedan afectarlo.

Desde lo metodológico:

Desde lo lingüístico:

Sintácticos:

Pragmáticos:

De la misma manera que la construcción del texto científico en sí mismo es importante en el intercambio comunicacional de esta esfera, resultaría incompleto este análisis si no se abordara la otra parte de esta comunicación: la recepción.

La comprensión del texto científico

Estas características nos revelan un tipo de texto complejo para su comprensión. Aunque prioriza el uso directo del lenguaje, el hecho de emplear tecnicismos, fórmulas o conceptos determinados de la ciencia de que se trate, obliga al lector a enfrentarse a él con una mirada objetiva, abierta a una comprensión intertextual, de manera que puedan establecerse relaciones cognitivas entre los temas que aborda y los que forman parte de su “universo del saber”, quien con su competencia para captar los detalles, para leer lo no expresado, para insertarse en el mundo que aborda el otro y comprenderlo, no debe perder la perspectiva del suyo, a fin de interpretar el mensaje a través de su propia experiencia. La posibilidad de extrapolar temáticas, de relacionar mundos conocidos, de eludir hechos obvios, de hacer presuposiciones, será mayor en la medida en que sean más amplios los saberes cognitivos del emisor al abordar un tema, o del receptor al descubrir las señales que se lo inducen o encontrar otras, quizás no pensadas por aquel al construir el mensaje.

Cualquier discurso construye su significado a partir de una interacción que deja sus huellas en el texto, aunque solo sea bajo la forma de invitaciones al lector para recorrer determinados trayectos. Así previene la participación del hipotético destinatario, el que realizará ese recorrido con la avidez de encontrar informaciones significativas que enriquezcan su experiencia, sus propios saberes.

La comprensión de textos en estilo científico supone el descubrimiento en ellos de las llamadas leyes del discurso:

El ‘‘anclaje’’ en el texto es uno de los sistemas de sentido con que se realizan las interpretaciones. Es decir, para efectos instrumentales, con el texto en la mano sepas que las palabras son limitadas y limitantes, y que hay que acudir a la función paradigmática para comprender lo que los sintagmas no pueden mostrar. Otros sistemas de sentido que permiten la interpretación son la competencia lingüística (capacidad de detectar las zonas de indeterminación del texto: los ‘‘vacíos’’); la tradición en tanto proyecto de recuperación, de reconstrucción y continuación del devenir histórico, en el caso de los textos en que este significado sea predominante; los sistemas de sentido filosóficos tanto precedentes como dominantes y emergentes y, finalmente, la semiótica del texto, que permite descubrir en él sus avenidas de sentido.

Por todo lo anterior, es posible vislumbrar que el instrumento del proceder hermenéutico es el símbolo. En el estudio, el trabajo de interpretación intenta hacer explícitos –mediante su ‘‘lectura’’–, tanto los sentidos múltiples de los textos como su estructura y su intencionalidad:

La interpretación del discurso científico obliga a la utilización del llamado código hermenéutico: se refiere al descubrimiento de las voces de lo incierto, la pregunta del asunto por resolver, la incógnita en función de la espera y el deseo de resolverla. En este código se pueden distinguir, básicamente: a) sujeto o tema; b) formulación o planteamiento (qué, quién, cómo, por qué, con qué resultados, etc.); dilaciones, es decir, las respuestas parciales; y la respuesta o “revelación”. Es tarea del receptor arribar a “su revelación” con la ayuda que la significación del texto al cual se enfrenta, propone.

Los intertextos del estilo científico

En el proceso de lectura, con frecuencia, encontramos al pie de página, al final de los capítulos o al final de los textos, algunas anotaciones o informaciones adicionales a manera de aclaración o de asentamiento bibliográfico. Estas son las llamadas citas, notas y referencias.

Citas.

Al redactar trabajos como resultado de labores investigativas, incluimos en ellos opiniones, criterios, definiciones, valoraciones, etc., dadas por especialistas. Esto lo hacemos mediante las citas. Pueden ser textuales, parafraseadas o de resumen. Si son textuales deben ser entrecomilladas. Las citas exigen una información complementaria: las referencias.

Referencias.

Cada hecho, opinión o análisis que expongamos en un trabajo científico, procedente de las fuentes consultadas, siempre que sea necesario, debe ser avalado por las referencias de dichas fuentes. Las referencias son los datos bibliográficos de las fuentes consultadas, los cuales están destinados a probar la autenticidad de la información, así como la validez de las fuentes consultadas. Son anotaciones breves que reseñan los datos descriptivos de las fuentes consultadas: autor, título y las páginas donde se localiza exactamente la información citada. Se consignan de acuerdo con la norma que se utilice.

Notas.

Las notas definen o amplían algún término o asunto mencionado en el texto de la obra. Pueden ser biográficas, geográficas, gramaticales, etc. En la práctica, resultan indispensables para agilizar la exposición, ya que nos permiten explicar un vocablo o una idea sin introducir digresiones en el cuerpo de la obra; pero no debe abusarse demasiado de este recurso, ni hacerlas demasiado extensas.

Figuras, esquemas, tablas.

Constituyen una información visual que ayuda a comprender el contenido que se explica. Su presencia no es obligatoria en todo artículo; pero, si aparecen, deben estar bien diseñados, de manera que cumplan el fin para el cual fueron creados.

Cualquier otra información que acompañe al artículo como documento adjunto también hará, en ese momento, la función de intertexto.

Recomendaciones para escribir un texto científico

Emplee el léxico adecuado manejando con precisión y exactitud los tecnicismos propios de la materia en que trabaje.

Si un tecnicismo tuviera varias acepciones, debe definir con qué significado se utilizará esa palabra, para que no existan errores de interpretación.

Como el objetivo de un texto científico es la transmisión fiel y exacta de una información de ese carácter, todo lo que redunde en beneficio de la claridad del texto –repetición de palabras, esquematizaciones, etc.–, es positivo y todo lo que dificulte su comprensión –abundancia de incisos, oraciones excesivamente largas, léxico inadecuado, fragmentación de la información, etc.– debe ser evitado.

Existen diversos modos de referirse un autor a sí mismo a lo largo del trabajo:

Consideramos los efectos de la... (Esta forma, llamada plural de modestia, se emplea aun cuando el autor sea una sola persona).

Utilizando la tercera persona, pero identificándose:

Hoy día, se prefieren las dos últimas formas de referencia al autor, si bien no se prescribe la utilización de las otras. La utilización de la primera persona se reserva para posiciones muy personales.

El autor de un texto científico debe cumplir con las normas éticas que este exige, entre las que se encuentran: la modestia, el respeto, la imparcialidad, la objetividad y la sinceridad. Todas se reflejan en el lenguaje.

Es imprescindible que los distintos párrafos que componen un texto científico guarden entre sí la coherencia necesariade modo que el lector pueda seguir los distintos pasos de un razonamiento sin perderse y relacionar correctamente unos fenómenos con otros.

Conclusiones

Lo que se escribe permanece, se mantiene en el tiempo mientras dura el soporte material que se ha utilizado, y puede copiarse indefinidamente. Pero el mensaje escrito no solo se mantiene en el tiempo, listo para ser recibido mucho después que fue producido por el emisor, sino que además permanece fijo, idéntico a sí mismo.

Una parte importante en la comprensión de este tipo de texto lo tiene el receptor; pero contribuye, sin dudas, a que él pueda descubrir la tesis y sus argumentos, la eficiente construcción de significados del emisor.

 

 

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