Varona

No.48-49  Enero-Diciembre, 2009.    ISSN: 1992-82

Memorias


Leonardo Sorzano Jorrín. SU CONTRIBUCIÓN A LA ENSEÑANZA DEL IDIOMA INGLÉS EN CUBA

Leonardo Sorzano Jorrín. ITS CONTRIBUTION TO ENGLISH LANGUAGE TEACHING IN CUBA

Lic. Orestes Fonseca Peña. Asistente. UCP “Enrique José Varona”

Recibido diciembre de 2008   Aceptado enero de 2009


RESUMEN

Durante los últimos años del siglo XIX y la primera mitad del XX, Leonardo Sorzano Jorrín fue el más importante profesor de Inglés de Cuba. Sin embargo, los profesores y los estudiantes de esta lengua no están familiarizados con su obra educativa.

El autor de este artículo presenta un resumen de la vida de este profesor en el contexto histórico en que le tocó vivir, y refiere algunas de sus contribuciones a la enseñanza del idioma inglés como lengua extranjera.

PALABRAS CLAVE: contribución, obra educativa, educación cubana, idioma inglés.

ABSTRACT

During the last years of the XIX Century and in the first half of the XX Century, Leonardo Sorzano Jorrin was the most important English teacher in Cuba. However, teachers and students of this language are not aware of his educative work. In this article the author presents a summary of the live of this professor in the historical context which he lived in. It also refers to some of his contributions to the teaching of English as a foreign language.

KEYWORDS: contribution, educative work, Cuban education, English language.


Introducción

La Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” viene promoviendo el estudio y la investigación de aquellas figuras e instituciones nacionales relacionadas con la enseñanza del idioma inglés, que forman parte de las tradiciones pedagógicas cubanas. Por la naturaleza de esta carrera, el estudiante de ese idioma y los profe- sores en ejercicio, están obligados a conocer las raíces de la enseñanza de esta lengua y el lugar que ocupa en la historia de la educación y de la cultura cubana. Este trabajo se inserta en esa línea de investigación.

Existen sólidas referencias acerca de la enseñanza de idiomas promovida por los Colegios Privados Cubanos del siglo XIX. Estos colegios que privilegiaban la mejor formación de los hijos de la burguesía cubana, con el propósito de insertarlos en la modernidad, incluían siempre la enseñanza del idioma inglés, entre los varios idiomas que formaban parte de su currículo. Baste señalar que el Colegio San Cristóbal de Carraguao, fundado en 1829, y el Colegio del Salvador, en 1848, ambos dirigidos, en su momento, por José de la Luz y Caballero, tenían experiencia en la enseñanza de la lengua inglesa.

Hacia finales del siglo XIX, cuando los cubanos estaban a punto de derrotar a los colonialistas españoles, después de largos años de cruentos combates en las guerras de independencia, de 1868 a 1895, tuvo lugar la intromisión de los Estados Unidos en la guerra de Cuba contra España, en 1898. Lenin V I denomina este acontecimiento como la primera guerra imperialista.

Con la ocupación del territorio cubano por las tropas norteamericanas –denominada primera intervención–, la independencia del pueblo cubano, por el cual habían muerto y padecido millares de cubanos, fue escamoteada y, en su lugar, se produjo la introducción en la Isla de empresas monopolistas, principalmente en la industria azucarera y en la minería, y la firma de convenios comerciales leoninos que favorecieron el apetito voraz del naciente imperialismo norteamericano.

Junto a la penetración en los negocios, se produjo la penetración en la enseñanza, fundamentalmente en la escuela primaria, que les permitiría ejercer amplia influencia en la mayoría de la población. Una de las primeras medidas fue la creación de un aparato político administrativo y la promulgación de Órdenes Militares vinculadas con la enseñanza, que convertían las cuestiones relacionadas con la escuela y los maestros en disposiciones de estricto cumplimiento en todo el territorio de la Isla.

Por medio de estas órdenes fue establecido un nuevo sistema de escuelas públicas elementales, bajo el control directo de las autoridades norteamericanas de la Ocupación. Alexis E. Frye, como Superintendente General de Escuelas, y Matthew E. Hanna, como Comisionado de Escuelas, que aunque subordinados nominalmente a la Secretaría de Instrucción Pública, que dirigía Enrique José Varona Pera, pero de hecho gozaban de las prerrogativas del poder ejecutivo que comandaba el Gobernador Militar de la Isla, Leonard Wood.

Las asignaturas que se impartirían en las escuelas públicas eran Lectura, Escritura, Lenguas: Español e Inglés, Aritmética, Geografía, Historia, Higiene, Música, Dibujo y Estudio de Ciencias Naturales. El número de escuelas que surgieron con la nueva organización trajo consigo la necesidad de muchos maestros. Es cierto que las autoridades norteamericanas convocaron a un plan emergente para cubrir las plazas de docentes que se necesitaban, a la cual se presentaron miles de cubanos, pero a la vez se apresuraron a introducir maestros foráneos y libros editados en Norteamérica, tratando de adaptarlos al sistema escolar impuesto por la intervención.

La Asociación Nacional de Maestros y algunos intelectuales revolucionarios iniciaron una firme y sostenida protesta contra estas medidas, por lo que Leonard Wood se vio obligado a dar un paso atrás, y no solo se detuvo la introducción de maestros norteamericanos, sino que se promulgó la Orden Militar No. 454, la cual refiere que los libros de textos para estudiantes cubanos fueran preparados por nuestros maestros e intelectuales.

En el país, aun bajo la Colonia, existía un gran número de profesionales que se habían consagrado durante años a la enseñanza y gozaban de prestigio, a quienes los exámenes para maestros, promovidos por los norteamericanos, les abrieron las puertas de la enseñanza oficial. Entre ellos se destacaron Ramiro Guerra, Santiago García Spring, Andrés Cobreiro, Carlos de la Torre y Huerta, pero también se publicaron textos de autores cubanos, como Vidal Morales, Esteban Borrero Echeverría, Alfredo M. Aguayo, Rafael Sixto Casado, Carolina Poncet, entre otros. La labor de Leonardo Sorzano Jorrín, como autor y profesor de inglés se inserta en la trayectoria educativa de este grupo de educadores cubanos.

Desarrollo

ASPECTOS DE LA VIDA Y LA OBRA DE LEONARDO SORZANO JORRÍN EN EL CONTEXTO DE LA REPÚBLICA MEDIATIZADA

Leonardo nació en París, Francia, el 2 de octubre de 1878. Hijo de Julio Sorzano y Margarita Jorrín, ambos de familias cubanas muy arraigadas en el país. Su abuelo materno, José Silverio Jorrín, fue alumno predilecto de José de la Luz y Caballero en el Colegio San Cristóbal de Carraguao. Apadrinado por Luz, se graduó de abogado en la Universidad de La Habana, en 1835. Su abuelo paterno fue un abogado de renombre en Santiago de Cuba.

Cursó la Enseñanza Primaria en las escuelas de Nueva Inglaterra y la secundaria en Washington, Distrito de Columbia, para luego obtener el título de Bachelor of Arts en la Universidad de Georgetown, una universidad jesuita, en 1899. El título de Doctor en Derecho lo recibió en la Universidad de La Habana, en 1906.

Sorzano Jorrín trabaja, por tanto, desde muy joven, como abogado y notario de los colegios de La Habana, y es además, posteriormente, catedrático de Lengua Inglesa, puesto que ocupa por oposición, en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, donde ocupó la jefatura de Cátedra durante muchos años. Desarrolló, de esta manera, una vida profesional intensa en estos dos campos: como Notario Público y Abogado, y como Profesor de Inglés.

El 25 de junio de 1904 contrajo matrimonio con Elodia Cárdenas y Echarte, quien falleció en 1918. Sorzano Jorrín se casó nuevamente, en 1922, con Ofelia Hernández Coca. Tuvo nueve hijos, razón que lo obligó a desarrollar una intensa vida laboral, para poder sostener a su amplia familia.

Durante la primera intervención norteamericana en Cuba, su dominio del idioma inglés le permite cooperar eficazmente con Alexis E. Frye, Superintendente General de Escuelas, y con Abbie Phillips, Inspectora General de Inglés. Su colaboración con estas autoridades se centró en todo lo relacionado con la enseñanza de esta lengua. Leonardo Sorzano Jorrín, sin embargo, llevó a cabo una difusión de la enseñanza del inglés como lengua extranjera, que rebasó cualquier trabajo llevado a cabo por cualquier otro especialista de su época. Se deben tener en cuenta, en todo momento, las condiciones políticas y sociales existentes en Cuba, en la época en que le tocó vivir y desarrollar su trabajo. No hubo una sino hasta dos intervenciones norteamericanas. La enseñanza del idioma inglés pretendía responder, en todo momento, a los intereses de la nación interventora, lo que unido a la carencia de un sistema de enseñanza nacional que respondiera a las necesidades del pueblo cubano, a sus valores culturales y a su historia, hacían de la enseñanza de este idioma un instrumento de dominación de la potencia extranjera que se había adueñado del país y de sus riquezas.

Fue en este contexto que Enrique José Varona recibió la encomienda de llevar a cabo una reforma educacional de la Enseñanza Media y Universitaria que, tomando como modelo algunos avances obtenidos por Estados Unidos en la organización de su sistema educacional, como por ejemplo, la división por facultades, adecua, sin embargo, estas reformas a la realidad y a las necesidades de Cuba.

En estas condiciones fue que Leonardo Sorzano Jorrín ganó por oposición la Cátedra de Enseñanza de Lengua Inglesa y que comenzó su actuación con el objetivo, en primer lugar, de enseñar un inglés que respondiera a las necesidades de comunicación específicas del cubano medio, el que brindó servicios, el que aspiró a alcanzar un puesto en una de las numerosas empresas norteamericanas que abrieron negocios en el país, al ciudadano que necesita responder, por ejemplo, a la búsqueda de una dirección por parte de un visitante, o el que simplemente busca conocer más sobre el país del Norte, su historia, sus monumentos, su educación; en fin, su cultura.

Es así que comprendió que los textos utilizados como referencia para el estudio del inglés no respondían a las situaciones del contexto cubano, sino que estaban concebidos para una realidad diferente: la norteamericana.

En el siglo XVII Comenius JA hablaba de técnicas para la enseñanza de las lenguas extranjeras, como:

En Cuba, fue Leonardo Sorzano Jorrín el primero en diseñar y utilizar láminas para la enseñanza del inglés. Hoy formarían parte de lo que conocemos como teaching aids (medios de enseñanza), lo cual es imprescindible en el proceso de enseñanza de cualquier lengua y, en general, de cualquier disciplina.

En el siglo XIX comenzaron a identificarse rasgos que permiten hablar de métodos de enseñanza de las lenguas extranjeras, con la aparición en Europa del método nombrado “Gramática–Traducción”. Estructurado fundamentalmente a partir de la obra del alemán Karl Ploetz, este método se fundamentaba en el conocimiento de reglas gramaticales como base para la traducción de una lengua a otra, así como en la instrucción en la lengua materna del estudiante.

Pero este método no resultó eficaz para resolver la necesidad de que los estudiantes aprendiesen a comunicarse con eficacia. Y, para lograr que el estudiante pudiera utilizar la lengua que aprendía, se hizo necesaria la aparición de un nuevo método que reaccionara ante este inconveniente. A comienzos del siglo XX surgió el método directo, basado en el presupuesto de que el aprendizaje de una lengua extranjera ocurre de igual manera que el de la lengua materna. El método directo se caracteriza por no permitir el uso de la lengua materna del estudiante. Las lecciones se estructuran a partir de diálogos y anécdotas, mientras que la gramática y los elementos culturales se aprenden de manera inductiva. El método directo tuvo mejores resultados en aquellas escuelas privadas europeas, que empleaban a profesores nativos de la lengua extranjera, pero también en Cuba con los diálogos creados por Sorzano Jorrín con sus famosos personajes Tom y Mary en situaciones contextualizadas.

Es decir, Sorzano Jorrín fue el primero en Cuba en conocer y aplicar el método directo; sin embargo, sus diálogos y sus textos respondían al contexto específico cubano y no desdeña, cuando es necesario, el uso de la lengua materna, pero en un grado mínimo haciendo énfasis en la memorización de poemas, cuentos y otros textos que entrenaban la memoria y que hoy muchos enseñantes consideran como un método obsoleto.

Impulsado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la necesidad de los Estados Unidos como potencia imperialista, de poder comunicarse oralmente en las lenguas, tanto de los aliados como de los enemigos, con el fin de espiar y de imponer su modelo de sociedad de consumo, surgió en los comienzos de la década de 1940, el método audio-lingual, caracterizado por la presentación dialogada del material lingüístico, la memorización de frases hechas, la introducción graduada de las estructuras gramaticales, con poca explicación de los patrones, el uso excesivo de la repetición, y la utilización de cintas magnetofónicas, laboratorios de idioma y medios visuales. Este método prestaba gran atención a la pronunciación, y no se permitía el uso de la lengua materna en la clase. Por otra parte, se daba mayor atención a los elementos formales que a la calidad del contenido del mensaje transmitido, lo que hace evidente su carácter conductista.

En Cuba, sin embargo, el profesor Leonardo Sorzano Jorrín, siempre un precursor, utilizaba lo más avanzado y efectivo de cada método. En efecto, los ejercicios que hoy se conocen como drills o de repetición eran también utilizados por él, pero no excesivamente y los diálogos, tal como sucede todavía hoy, respondían unos a situaciones hechas; y otros, a situaciones que hoy serían de uso libre del idioma o free production; solo que en el caso de Sorzano Jorrín este prestaba atención, tanto a lo formal, como a la calidad de los contenidos de los diálogos.

El profesor Sorzano Jorrín fue el primero en introducir en Cuba la enseñanza y la puesta en práctica de la fonética y de la fonología, cuando todavía prácticamente, ni en Cuba, ni en Estados Unidos, se conocía esta ciencia que ahora es común, forma parte de las asignaturas teóricas y es imprescindible en la formación del profesional de las lenguas extranjeras.

En este sentido, se debe puntualizar que, a pesar de los detractores de la fonética y de la fonología, fue Sorzano Jorrín promovido a miembro de la Directiva de la Asociación Fonética Internacional con sede en University College de Londres, Inglaterra. Publicó varios artículos en la revista especializada en francés, Le Maître Phonétique, y también en la notable revista de Lingüística estadounidense American Speech, así como en varias revistas locales.

Antes que se extendiera el uso de las cintas magnetofónicas en la enseñanza de la lengua inglesa y, después, a todas las llamadas entonces lenguas modernas,1 el profesor Leonardo Sorzano Jorrín utilizó primero que en Estados Unidos las tecnologías más avanzadas de su época para este propósito: la radio, las cintas magnetofónicas y el cine.

Es necesario esclarecer que la novedad de los diálogos preparados por Sorzano Jorrín consistía en que seguían los principios enunciados, primeramente, por Víctor y Passy en Alemania y Francia, respectivamente, y por Sweet en Inglaterra hacía medio siglo y habían sido continuados después por Palmer y West en la época de Sorzano. Estos consistían en:

En cuanto a sus textos, que suman unos 36 volúmenes (los encontrados y en buen estado),2 pueden hallarse ediciones originales, segundas y terceras ediciones, aumentadas y corregidas, constituyen en la actualidad fuentes permanentes de aprendizaje para todo profesor de idiomas y reflejo de consagración de un maestro que fue, a su vez, un teorizador y un profesional con un gran sentido práctico.

Se debe agregar que Sorzano Jorrín fue un promotor de la enseñanza del idioma inglés en Cuba. Gracias a sus esfuerzos constantes y a su capacidad organizativa, creó los cursos de verano para la superación de los maestros; invitó a profesores de Inglés de Estados Unidos y de Inglaterra a impartir determinados cursos de Literatura, de Metodología y de Práctica de la Lengua; estableció la enseñanza de inglés con fines específicos y organizó cursos de superación de profesores cubanos en países de habla inglesa, con el fin de mantener actualizados a los profesionales en los cambios que se suscitaban en el desarrollo de este idioma.

Conclusiones

En la obra educativa de Leonardo Sorzano Jorrín se evidencia un número impresionante de contribuciones a la enseñanza de las lenguas extranjeras y, específica- mente, a la lengua inglesa, que lo convierten en el promotor más brillante de esta enseñanza en Cuba.

Su obra, además, sirve de referente para la constitución de una Historia de la Enseñanza del Idioma Inglés en Cuba, tema que solucionaría una carencia en la disciplina Historia de la Educación.

Desde el estudio de la obra educativa de Leonardo Sorzano Jorrín, como profesor de Inglés, se podrían sentar las bases para el establecimiento de una posible escuela cubana de Didáctica de la Lengua Inglesa.

El uso de las tecnologías en la enseñanza de las lenguas extranjeras, en la primera mitad del siglo XX, tiene también en Sorzano Jorrín a un pionero, lo que constituye un precedente que convierte a los cubanos profesionales de la enseñanza de lenguas extranjeras en los primeros en el mundo en el uso de las tecnologías como medio de enseñanza.

La utilización de la pronunciación científica, es decir, la fonética y la fonología, tiene en Cuba, gracias a Sorzano Jorrín, una experiencia acumulada de casi un siglo, lo que permitió que fuera uno de los primeros países en aplicarla.

En el estudio de la vida y la obra de Leonardo Sorzano Jorrín hay una fuente de referencia para los profesionales de las lenguas extranjeras, que sistematizada, serviría de estímulo y ejemplo en el desempeño de la labor diaria.

 

Referencias

  1. EXPÓSITO B, ET AL. Apuntes del movimiento de los trabajadores de la educación 1899-1961. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1965. p.22-23. SORZANO L. Bibliografía. 36 volúmenes. La Habana, Cuba: Biblioteca Nacional ‘‘José Martí’’; 2000.

 

Bibliografía

HENRÍQUEZ C. Comentarios sobre las nuevas tendencias en la enseñanza de las lenguas modernas. En: Henríquez C. Obras y Apuntes. T. 1. Educación. República Dominicana, Editorial Universal; s/f.

ORTEGA D. Contribución de Herminio Almendros a la Educación en Cuba. [Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas]. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”; 2006.

POGOLOTTI G. Polémicas culturales de los 60. La Habana, Cuba: Editorial Letras Cubanas; 2008.

SÁNCHEZ-TOLEDO M E. Alfredo Miguel Aguayo. [Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas]. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”; 1998.

SORZANO L. Artículos sobre fonética y fonología en América Speech. Estados Unidos de América, Biblioteca de la Universidad de Georgetown; 1943. SORZANO M. Entrevistas concedidas al profesor Alfredo Buján. La Habana, Cuba: 1984 y 1987.