Varona

No.48-49   Enero-Diciembre, 2009.    ISSN: 1992-82

Editorial


Al iniciarse el nuevo año, el rostro y la mente de los cubanos rebosan de optimismo y confianza en el porvenir. Existe una clara comprensión de que los logros que debemos alcanzar están en nuestras manos: en el trabajo cotidiano, la perseverancia en el cumplimiento de las tareas asignadas, la capacidad de creación e innovación de nuestros profesionales. El pueblo disfrutará de aquellas riquezas que sea capaz de producir. Nadie lo hará por nosotros, ni surgirán milagros venidos de otras fronteras. La libertad que otras generaciones de cubanos nos legaron a base de su sacrificio y, a veces de su muerte, nos obliga a defenderla no solo con las armas en la mano, sino con la voluntad de consolidar la base económica, garantizar la supervivencia de nuestras instituciones y elevar el nivel cultural del pueblo.

Al saludar el nuevo curso escolar, directivos, padres, educadores y estudiantes de los  diferentes centros docentes se comprometieron a preservar las conquistas de la educación y la escuela cubana, y a elevar su nivel a escalas superiores. El país ha alcanzado uno de los más altos índices de escolarización, de asistencia, retención de la matrícula y promoción del    grado escolar de la región, en los niveles fundamentales del sistema educativo. El desarrollo alcanzado por la ciencia y la tecnología cubanas, el movimiento deportivo y los éxitos de la cultura se asientan en la fortaleza de la escuela cubana. Esta escuela, aun frente a situaciones naturales adversas y la desfavorable coyuntura económica internacional, se ha mantenido funcionando sin menoscabo de su calidad. En estos resultados y en esos compromisos, los educadores tienen el primer lugar. Confiamos en su inteligencia para enfrentar los nuevos retos y, en su fidelidad, para mantenerse al lado de la Revolución Cubana.

La Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”, que acaba de cumplir cuarenta y cinco años de fundada, centro en el que se han formado miles de maestros cubanos de matemática, física, química, biología, historia, geografía, español y educación laboral, y   de cuadros pedagógicos que, dispersos a lo ancho y largo del país, han contribuido a   cimentar las bases de nuestro actual desarrollo educacional, científico-técnico, ideológico y cultural, también se une a ese compromiso y se plantea como reto contribuir, a partir de la experiencia y el prestigio acumulados, a trabajar de manera mancomunada con los organismos y las instituciones nacionales, para fundamentar, perfeccionar e implementar las nuevas líneas trazadas para la formación del personal docente que, en la actualidad, necesita el país.

En los rostros, en el corazón y la mente de los cuadros, profesores y trabajadores del Varona y en la alegría que despliegan cada día nuestros estudiantes, se anida un optimismo renovado y una confianza similar a la de nuestro pueblo, en que la educación cubana seguirá siendo un baluarte indestructible de la Revolución Cubana.

Consejo editorial