Varona

No.47   Julio-Diciembre 2008.    ISSN: 1992-82

Memorias


Hiram Hernández Robau

MAESTRO Y REVOLUCIONARIO INCANSABLE

Hiram Hernández Robau

TEACHER AND TIRELESS REVOLUTIONARY

Dr C Wildo A. Baró Baró*. Profesor Auxiliar. ISP “Enrique José Varona”

Recibido enero de 2008   Aceptado abril de 2008


RESUMEN

La vida del doctor Hiram H. Hernández Robau constituye un ejemplo de una larga trayectoria laboral y revolucionaria dedicada a la educación de varias generaciones de cubanos. Desde una humilde cuna creció el germen revolucionario que se desarrolló y lo acompaña hasta nuestros días. Se destaca la amplia y diversa formación técnico profesional recibida, desde obrero calificado; y la profunda formación docente adquirida, desde maestro normalista hasta Doctor en Pedagogía. Esta formación le permitió desarrollarse como maestro en escuelas primarias, secundarias y técnico profesionales; inspector técnico, subdirector provincial de educación y profesor universitario.

En el artículo se mencionan algunos hechos y figuras nacionales, ya que cualquier referencia biográfica acerca del profesor Hiram requiere obligada alusión a elementos históricos de la educación cubana. Se relacionan numerosas responsabilidades y tareas realizadas en diferentes instancias y momentos de la educación, antes y después del Triunfo de la Revolución de 1959, así como los reconocimientos y condecoraciones recibidas.

Se ha pretendido ofrecer una reseña que refleje los principales aspectos de la vida y la obra, aun incompleta, del Dr. Hiram Hernández Robau, en una apretada síntesis, a pesar de su aparente extensión.

PALABRAS CLAVE: técnico industrial, pedagogo, Dulce María Escalona, trayectoria laboral, profesor de mérito.

ABSTRACT

The life of doctor Hiram H. Hernandez Robau constitutes an example of a long working and revolutionary life dedicated to the education of several generations of Cubans. From humble origins grew the revolutionary bug which developed and accompanies him to nowadays. His diverse and full training as a professional, from qualified laborer to his profound teacher training acquired and reaching a doctorate in Pedagogy is highlighted. This training allowed him to be a teacher in primary, secondary and polytechnic education as well as technical supervisor, province sub director of education and college professor. This article mentions a few facts and national personages, since any biographical reference about professor Hiram requires obligatorily allusion to the historical elements of Cuban Education. Various responsibilities and tasks completed by him at different times of the educational system before and after the triumph of the Revolution in 1959, as well as awards and medals received by Hiram. It has been attempted to offer a small synopsis that will be able to reflect aspects of his life and work which remains incomplete.

KEYWORDS: industrial technical, pedagogue, Dulce Maria Escalona, life work, Professor Emeritus


Introducción

Para una persona cualquiera, llegar a los 65 años de edad constituye un paso por la vida que resulta significativo. Sea hombre o mujer, es suficiente, desde el punto de vista de las leyes laborales cubanas, para disfrutar de una merecida jubilación. Sin embargo, en el caso del doctor Hiram Heriberto Hernández Robau, esta cifra corresponde únicamente a su trayectoria laboral, ya que comenzó a ejercer como maestro de la Educación Primaria en el año 1943 y aun en el día de hoy –con 88 años de edad– trabaja en las aulas del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona” en el que cumple, de manera destacada, las tareas inherentes a su categoría docente de Profesor Titular. Cualquier referencia biográfica acerca del profesor Hiram requiere obligada alusión a elementos históricos de la educación cubana, en particular, a la formación de profesores y a otras destacadas figuras.

El profesor Hiram Hernández nació el 16 de marzo de 1920, en el seno de una modesta familia. Su padre, Celestino, era barbero y la madre, Leoncia, ama de casa. Su nacimiento y sus primeros años transcurrieron en Encrucijada, en el entonces Partido Judicial de Sagua la Grande, en la antigua provincia de Las Villas. Fue el menor de ocho hermanos: tres hembras y cinco varones. Según palabras del propio profesor, después del fallecimiento del padre, el hermano mayor Celestino, médico, comunista, destacado revolucionario de la provincia, compañero de lucha de revolucionarios de la talla de Jesús Menéndez, asumió el mantenimiento de la familia, se ocupó de encaminar la educación de sus hermanos e influyó, de manera decisiva, en su formación.

De ahí el germen revolucionario que se desarrolló en el joven Hiram y lo acompaña hasta nuestros días.

Cuentan sus familiares que, desde niño, se podía ver su inclinación hacia juegos que involucraran el manejo de herramientas, con las que construía sus propios juguetes; para ello, empleaba materiales de desecho, germen del quehacer que desarrollaría hasta el presente. En su trayectoria profesional aflora, de una manera destacada, la formación técnico profesional que adquirió en la Escuela Superior de Artes y Oficios de La Habana, en la que se aprecia la obtención de los títulos de Obrero Calificado en Albañilería y Cantería, Instalaciones Eléctricas y de Mecánico en Radio-recepción; como Técnico Medio en Electricidad Mecánica e Industrial (1945), Construcción Civil (1947), Electricista Industrial (1948), Técnico en Electricidad y Radio (1960) y Dibujante Profesional (Instituto de Segunda Enseñanza, Vedado, 1953). También fue estudiante de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Habana, pero no concluyó los estudios.

Su formaciónpedagógicase inició con la obtención del título de Maestro Normal, en la Escuela Normal para Maestros de La Habana (1941) y tiene un punto culminante con el de Doctor en Pedagogía en la Universidad de La Habana (1959). Es de destacar que, a la vez, cursaba estudios por la noche en la Escuela Superior de Artes y Oficios de La Habana, donde se graduó en las especialidades mencionadas.

Esta formación se completó con numerosos cursos de superación y actividades como seminarios, conferencias, postgrados recibidos e impartidos, participación en múltiples eventos, reuniones metodológicas, consejos científicos, tribunales de exámenes y categorías docentes, reuniones científicas, y actividades de superación ideológica, política, revolucionarias, partidistas, de la Defensa Civil y la Milicia (escuelas, cursos, etc.). Al ser creado el Poder Popular, lo eligieron durante dos períodos como delegado en el municipio de Centro Habana y miembro no profesional del Comité Ejecutivo Municipal.

Estos dos elementos marcan de manera decisiva la esencia de su quehacer profesional. A ello hay que añadir que durante los años de estudio (1939-1941) y hasta su graduación como Maestro Normalista, fue alumno de la Dra. Dulce María Escalona Almeida, por lo que su formación inicial se debe en buena medida a su influencia. Sus alumnos de la década de los años 60 mantienen, junto a la imagen actual, la del profesor universitario, vestido a veces de traje o guayabera y otras con el uniforme verde olivo y azul, acompañado de boina de paño, correspondiente a las honrosas milicias, revólver a la cintura, incorporado a sus labores docentes, después de cumplir con alguna guardia u otra actividad de la defensa de la Patria.

En su larga y versátil trayectoria laboral se destaca, entre otros, su trabajo como maestro primario sustituto, profesor de Trabajo Manual y Artes Industriales en la Escuela Primaria Superior (séptimo, octavo y noveno grados) durante 18 años, en las escuelas “Franklin Delano Roosevelt” y “Domingo Faustino Sarmientos”, de La Habana. Profesor fundador de la Primera Escuela Secundaria Básica creada por la Revolución en 1960, denominada “William Soler”, que fue ubicada en el edificio que ocupaba la tristemente célebre “Quinta Estación de Policía”, en Belascoaín y Figuras, en Centro Habana. Durante estos años (1943-1959) las necesidades materiales y los mecanismos de la vieja sociedad burguesa prerrevolucionaria lo condujeron a trabajar en disímiles labores, como el dibujo de planos, la construcción, las instalaciones eléctricas, plomería y, gracias a la formación musical de sus hermanos mayores, aprendió a tocar piano, lo que le posibilitó ejercer como pianista en orquestas y conjuntos musicales que amenizaban fiestas.

Desde la experiencia práctica en el taller escolar, donde ejercía como maestro, enriquecida por los estudios universitarios, llegó a la formulación de avanzadas ideas acerca de lo que debía ser una escuela para la formación de maestros de Artes Industriales, lo que hoy llamamos Educación Laboral.

En 1959 presentó en la Facultad de Educación de la Universidad de La Habana, como tesis para optar al título de Doctor en Pedagogía, un “Proyecto de Escuela para Maestros de Artes Industriales’’ para la escuela de grado medio o secundaria, con una fuerte fundamentación filosófica, pedagógica, científica y técnica.

Este proyecto presenta todo un caudal de ideas que fueron puestas en práctica en la formación de profesores en lo que hoy se denomina Educación Laboral, la mayoría de las cuales tienen, no solo un valor histórico, sino una plena vigencia. Algunos de estos planteamientos, en sus propias palabras, son los siguientes:

…Para poder llegar a la perfección de las llamadas ARTES MAYORES (…), debe comenzarse por la base o fundamento que a mi juicio no son otras que las Artes Industriales mal llamadas ARTES MENORES, en las que se encuentran diversos trabajos con maderas, metales, pieles y cueros, cerámicas, textiles, etc.

…Desde el inicio de la humanidad el hombre ha estado haciendo y hace uso continuado de las ARTES INDUSTRIALES en todas sus formas.

…A medida que la Historia de las ARTES INDUSTRIALES avanza conjuntamente con la Historia de la Humanidad, los hechos son más cercanos a nosotros, se multiplican enormemente y van siendo más complejos.1

Al valorar la obra de Juan Jacobo Rosseau, el profesor Hiram escribe: “A la juventud le recomendaba que aprendiera un oficio y para su Emilio, quería el aprendizaje de un verdadero oficio, un arte puramente mecánico para el cual las manos trabajaran más que la cabeza”.2 Con esto destaca el valor del desarrollo de las habilidades manuales, sin desdeñar el empleo del razonamiento:

…Han pasado muchos años y se han necesitado muchos esfuerzos y fracasos para que el Trabajo Manual, las Artes Manuales y modernamente ARTES INDUSTRIALES, llegaran a implantarse en la Escuela como parte fundamental de la Educación Integral; lo que implica a su vez la necesidad de un profesorado especializado en estas materias que tienen fines, objetivos, contenidos y métodos propios.

Esto nos demuestra cómo los prejuicios existentes desde tiempos remotos sobre la enseñanza práctica manual de oficio o de taller han existido hasta nuestros días, haciéndose resistente dicho perjuicio en el pensamiento filosófico educativo de muchos educadores.

En una sociedad organizada, democrática y en camino de una socialización total, el hecho educativo universal se fortalece con la educación en ARTES INDUSTRIALES.

La educación en ARTES INDUSTRIALES constituye una de las fuentes de información más abonadas para las investigaciones pre-vocacionales del educando… .3

Profesor de cursos de formación emergente de maestros, auspiciados por el Instituto de Superación Educacional y por el Instituto de Perfeccionamiento Educacional, bajo la dirección del doctor Max Figueroa Araújo, en Ciudad Escolar Libertad, en numerosos municipios y en las provincias. Profesor en cursos de superación en la Enseñanza Técnica.

Trabajó como Inspector Técnico de Cátedra de Artes Industriales, posteriormente llamados metodólogos.

Por designación del doctor Armando Hart Dávalos, entonces Ministro de Educación, lo nombraron, en la Resolución Ministerial No. 0538 de 1962, para integrar el equipo de trabajo de aproximadamente 30 profesores que organizó, dirigió y controló la enseñanza en las asignaturas de los planes de estudio que la Revolución pondría en vigor a nivel nacional. Esta fue una rigurosa selección, en la que se valoró su capacidad pedagógica, tecnológica y científica, además de la plena integración al proceso revolucionario.

Durante la Campaña de Alfabetización desempeñó las funciones de Inspector de Cátedra en La Habana y otras provincias, dedicado por entero a las transformaciones que se estaban produciendo en la Enseñanza Secundaria Básica, Preuniversitaria, Tecnológica y Comercial. No obstante, en horas de la noche, alfabetizó a tres obreros del Mercado Único de La Habana, muy cerca de su residencia de muchos años. Eran tiempos difíciles para el sector educacional, marcados por las grandes tareas y el abandono del país por parte de muchos profesionales, entre ellos, profesores y maestros.

Al finalizar la Campaña de Alfabetización se creó el Plan de Becas y el Ministerio de Educación le asignó la atención de la asignatura de Artes Industriales que se impartiría en las escuelas secundarias básicas del Plan de Becas, lo que implicó la creación de una Dirección Provincial de Educación específica para dicho plan y que funcionó como nueva organización y administración, diferente a las actividades y funciones de las direcciones provinciales de educación y de los municipios. Esta circunstancia lo involucró por entero en la labor con las escuelas del Plan de Becas, en las que trabajó en el diseño, montaje, instalación y organización de los talleres politécnicos de Artes Industriales de esta enseñanza. En dicho Plan se encontraban las escuelas “Pablo de la Torriente Brau”, “Rubén Martínez Villena”, “Héroes de Yaguajay”, “Carlos Marx”, “José Ramón Lazo de la Vega”, “Julio Antonio Mella”, “Manuel Bisbé” y los bloques de secundaria y preuniversitario de Tarará.

Como Inspector Técnico de Cátedra, especializado en problemas constructivos, trabajó con otros técnicos e inspectores de cátedra del Plan de Becas, en la elaboración de los proyectos de laboratorio de Física, Química y Biología, con el mobiliario, las reparaciones locales y otros detalles, de manera que estuvieran en correspondencia con las nuevas aspiraciones en la formación de los adolescentes y jóvenes.

En 1961, la Revolución tuvo que enfrentar los serios problemas que se generaron por la instalación de una serie de escuelas secundarias básicas en selectos repartos de La Habana, donde antes del triunfo de la Revolución funcionaron gigantescas y lucrativas escuelas privadas con magníficos edificios y recursos. Surgió, de esta manera, el “Plan Fidel” para la formación emergente de maestros. Para ello, se convocó a todas aquellas personas revolucionarias, entre ellas algunos para prepararse como profesores de Artes Industriales, entre aquellos graduados de la Enseñanza Técnica Industrial y Obreros Calificados, pero con pleno dominio del Taller e integración revolucionaria. Aquí estuvo la participación, una vez más del profesor Hiram, bajo la orientación de altos funcionarios de significativas responsabilidades en el Ministerio de Educación (MINED) como fueron, entre otros, la Dra. Dulce María Escalona Almeida y el Dr. Genaro Núñez Booth de Villavicencio. Estos profesores se prepararon con las herramientas pedagógicas, metodológicamente y con una adecuada formación cultural y político-ideológica. Como resultado se obtuvieron profesores más próximos a lo que quería Fidel para un plan de becas gigante, basado en la defensa de la Revolución y la Patria, para cambiar todo lo que fuera necesario en la Enseñanza Media.

Junto a todo este quehacer se destacaba su presencia, siempre entusiasta, en las más disímiles movilizaciones, como la Escuela al Campo y en el Campo, el Plan INRA-MINED, las guardias de milicia y los trabajos voluntarios, en que estuvo involucrado durante todos estos años.

Como resultado de su preparación como pedagogo, técnico industrial y los de su trabajo como Inspector Técnico de Cátedra, lo nombraron para el cargo de Subdirector Provincial de Enseñanza Técnica y Profesional, bajo la dirección de la Dra. María Ruiz Bravo, entonces Directora Provincial de Educación. En esta posición tuvo que enfrentar serios problemas, propios del momento histórico, como sabotajes al equipamiento escolar de las escuelas técnicas y ausentismo. Esta área abarcaba escuelas de enseñanza tecnológica, escuelas de oficios, escuelas de idiomas, escuelas de comercio e institutos tecnológicos. La enumeración de las actividades docentes, organizativas, administrativas, económicas, políticas e ideológicas, que por razón del cargo tenía que darle cumplimiento resulta muy extensa para los propósitos del presente trabajo. En 1964, la Dra. Escalona, quien fungía como Directora y Decana de la Escuela de Educación, subordinada a la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana, lo llamó para contratarlo como profesor. Por razones de las transformaciones que se realizaban en la enseñanza en Cuba, se elaboró un Proyecto de Instituto de Ciencias Pedagógicas (en esa época en la URSS funcionaba un organismo cuyos objetivos podían ser estudiados y aplicados en Cuba, y en Alemania funcionaba una escuela formadora de profesores en dos especialidades). De ambos países

socialistas se tomaron informaciones valiosas.

La educación en Cuba tomaba un ritmo de desarrollo impetuoso, sin precedentes, por lo que resultaba insuficiente la preparación emergente de profesores para cubrir las crecientes necesidades de formación de los niños , adolescentes y jóvenes, por lo que el 3 de julio de 1964,por Resolución MinisterialNo. 544, fueron creados los institutos pedagógicos del país en las entonces provincias de La Habana, Las Villas y Oriente, subordinados a las universidades de La Habana y de las provincias mencionadas. Su fundadora en La Habana, Dra. Dulce María Escalona, su vieja profesora de la Escuela Normal, y el Dr. Genaro Núñez Booth –antiguo profesor de la Escuela Normal, distinguido metodólogo, inspector y asesor del entonces Ministro de Educación Armando Hart– lo trasladan del Plan de Becas y nuevamente lo ubican como profesor en el Instituto Pedagógico “Enrique José Varona”, donde fue nombrado Segundo Jefe del Departamento de Enseñanza Politécnica, perteneciente a la Sección Básica. Después, sustituyó como Jefe del Departamento al destacado profesor Dr. Genaro Núñez Booth, cargo en el que se desempeñó durante 18 años.

En todo este tiempo realizó múltiples actividades, algunas difíciles por su novedad y premura. Trabajó en la elaboración del Plan de Estudios, los programas de las asignaturas y alguna literatura, en la confección de conferencias mimeografiadas para suplir el déficit de literatura especializada; en el diseño del mobiliario para los talleres, en el montaje de las máquinas herramientas para el uso docente, los paneles para las herramientas, los circuitos eléctricos para la alimentación de los equipos y la realización de las prácticas de los estudiantes, todo concebido y ejecutado en sus detalles más específicos. Los talleres y aulas de dibujo llegaron a constituir ejemplo y orgullo del Instituto, no solo por su concepción y presencia, sino por la producción que se logró, principalmente en lo que aportó a la formación laboral, técnica y pedagógica de los que allí se han formado como estudiantes e, inclusive, en su formación permanente como profesores.

En 1970, viajó a Alemania, Polonia y Checoslovaquia en una Comisión de Estudio, integrada también por las doctoras Ana Julia García Dally y María Dolores Ortiz; en su caso debía estudiar cómo estaba concebida la enseñanza politécnica en dichos países. Como resultado trajo a nuestro país una valiosa información científica, pedagógica y tecnológica, que sirvió para enriquecer las concepciones acerca de la formación politécnica de los estudiantes cubanos.

En el año 1970, ingresó en las filas del Partido Comunista de Cuba. Antes del triunfo de la Revolución en 1959, había militado en la Juventud Socialista, en el Partido Unión Revolucionaria, en el Partido Socialista Popular y en el antiguo Partido Comunista, organizaciones con las que participó en diferentes luchas sociales y estudiantiles desde el año 1940.

Cuando, por orientaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, dadas a conocer en la celebración del II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en el año 1972, como respuesta a la alta demanda de maestros para desarrollar el programa de escuelas en el campo, se creó el Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Domenech”, el profesor Hiram dirigió la elaboración del Plan de Estudio y de los programas de las asignaturas correspondientes a la carrera de Educación Laboral, además de la concepción, diseño e instalación de los talleres docentes. También ejerció como profesor durante varios años en las unidades pedagógicas “Eugenio María de Hostos”, en Güira de Melena; “Bernardo O’Higgins”, en Batabanó y en la Filial Pedagógica de Ceiba del Agua.

En una sintética relación pueden enumerarse las actividades que, en el orden académico, ha realizado en el Instituto, en las que puede apreciarse la versatilidad de su personalidad: Jefe de Departamento durante más de 15 años. Miembro fundador del Consejo Científico del Instituto. Profesor Titular. Miembro fundador de tribunales de categorías docentes. Asistir a actividades científicas de tribunales y de exámenes para obtención de categorías docentes en distintas provincias del país, como Pinar del Río, Matanzas, Las Villas, Camagüey y Oriente. Participar en eventos metodológicos internos y externos, científicos y políticos. Miembro, durante más de diez años, del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas del MINED en representación y dirección de comisiones de asignaturas. Elaboración de libros de texto de metodología de la enseñanza de la Educación Laboral para los institutos superiores pedagógicos de Cuba. Participar en eventos, reuniones, seminarios, conferencias, congresos pedagógicos, tribunales de examen de ingreso al Instituto, comisiones de inspección a centros. Tribunal de Cursos de Formación de profesores para la especialidad. Asistencia, control y evaluación de la Práctica Docente. Impartir clases en distintas asignaturas, como son: Metodología de la Enseñanza de las Artes Industriales, Educación Laboral, Dibujo Técnico, Geometría Descriptiva, Electrotecnia, y otras del plan de estudio. Viaje de trabajo a los países socialistas. Elaboración de Planes de Estudio, Programas, Guías de estudio, libros, conferencias y seminarios. Construcción de medios de enseñanza. Tribunal de exámenes estatales y de graduación.

A esto hay que añadir su quehacer en otras

actividades, que pueden considerarse como de carácter revolucionario, aunque las anteriores también lo son: Participación de la Defensa como Miliciano, guardias obreras. Participación de Escuelas de Milicias del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona” y en trabajos voluntarios, en las tareas de la Escuela al Campo, recogidas de viandas, en actividades partidistas, en marchas del Primero de Mayo, en marchas combatientes en distintas épocas, en marchas estudiantiles en fechas gloriosas de recordación y homenaje a los mártires universitarios, en activos sindicales, movilizaciones de las Milicias de Tropas Territoriales.

En su extensa trayectoria ha recibido más de 20 condecoraciones, además de placas y sellos, unos 20 diplomas y reconocimientos. Entre estos: Medallas por la Producción y la Defensa. Medalla por la Alfabetización en 1961. Diplomas expedidos por el Ministerio del Interior en distintos años.

Certificaciones de participación en seminarios y cursos cortos impartidos por el Partido Comunista de Cuba del Instituto y del Municipio de Centro Habana. Tuvo evaluaciones de excelente por el trabajo realizado en diferentes cursos escolares en la Facultad de Formación de Profesores para la Educación Media Superior, Departamento de Ciencias Exactas, y asistencia y participación en proyectos de investigación del Instituto y Diseño Curricular. Es fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias (1960), de los Comités de Defensa de la Revolución (1960) y de las Milicias de Tropas Territoriales (1981).

Además, ha recibido condecoraciones y reconocimientos especiales, como: la Categoría Docente Especial de Profesor de Mérito (28 de diciembre de 2004), Premio del Ministro de Educación (2005), Estatuilla de la Giraldilla de Ciudad de La Habana, expedida por el Gobierno Provincial de Ciudad de La Habana (2004), Vanguardia Provincial otorgado por la Central de Trabajadores de Cuba. Reconocimiento del Instituto como Profesor Fundador y su permanencia y estabilidad en el trabajo durante más de cuarenta años de servicio y fidelidad a la educación.

Actualmente se desempeña como Profesor Titular en la Facultad de Formación de Profesores para la Educación Media Superior del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, en la que imparte docencia y atiende tareas correspondientes a la universalización de la universidad. Es miembro permanente del tribunal para el otorgamiento de categorías docentes y del Consejo Científico de la Facultad. Realiza un eficaz trabajo educativo con los estudiantes en la atención a la Práctica Docente, y sobrecumple la norma de visitas, alerta a los practicantes acerca de la importancia de su trabajo como profesor, su puntualidad a cada actividad del centro, su asistencia a claustros y otras reuniones de su responsabilidad en la investigación y elaboración de los Trabajos de Diploma.

Participa como miembro de tribunales de trabajos de curso y diploma, y atiende algunos directamente como tutor.

Es un activo participante en todos los claustros y reuniones del Departamento y de la Facultad, reconocido por sus compañeros la calidad y certeza de sus intervenciones, siempre portadoras de importantes mensajes en lo político ideológico y en lo educativo.

Resulta muy difícil sintetizar las tareas en que actualmente se desenvuelve; baste mencionar, a manera de pinceladas, algunas otras: asistencia y participación de las reuniones del equipo de Diseño Curricular del que forma parte y cumple las tareas investigativas orientadas mensualmente para las aplicaciones de encuestas, entrevistas a tutores de trabajos que realizan los profesores generales integrales, ponente en el evento “Cátedra Dulce María Escalona” de la Facultad de Formación de Profesores para la Educación Media Superior, ponente en el evento de la “Cátedra Martiana” del Departamento de Humanidades, Presidente del Tribunal de “Tecnología Básica”, en el evento Científico-Tecnológico convocado por la Dirección Provincial de Educación de La Habana de las escuelas de oficio. Miembro del Consejo Científico de su Facultad. Participa en reuniones de la Comisión Científica del Departamento, Seminario “Pedagogía 2007” convocado por la Asociación de Pedagogos de Cuba, permanente actividad de superación voluntaria, personal y consciente mediante estudio y lectura de diversos materiales, incluyendo los de Universidad para Todos, materias como Filosofía Marxista, Pedagogía, Psicología, Historia y asiduo videoyente de las mesas redondas.

Todo este quehacer no le impidió formar una familia, donde la esposa, también Maestra Normalista y Doctora en Pedagogía, ha sido su fiel compañera y colaboradora, con dos hijas, de alta calificación profesional, y cuatro nietos, todos universitarios.

Puede extrañar a muchos que el profesor Hiram Hernández se mantenga como trabajador activo, con sus 65 años de trabajo y sus 88 de vida –no ociosa, como dijera en ocasión de su investidura como Profesor de Mérito–, esto puede explicarse de una manera muy sencilla, pero ilustrativa: en una ocasión, hace más de 10 años, cuando algunos compañeros, en contubernio con su familia, preocupados por lo ya avanzado de su edad y por su salud, le sugirieron, con mucho cuidado, respeto y delicadeza, que fuera pensando en su jubilación dijo, con toda la fuerza y con el toque característico de su personalidad: “no me voy a retirar, no me voy a retirar…”.

Sirva esta reseña para mostrar, “sin adulonerías ni lisonjas” –según su deseo y sus propias palabras–, la vida de un hombre que, como revolucionario, desde una posición humilde, imparcial, honesta, decorosa y justa, es paradigma de maestro de las diferentes épocas que su larga trayectoria le ha permitido vivir. “Son muchos años de amoroso trabajo profesional permanente, efectivo y revolucionario”.

 

Nota: *El autor agradece al Dr C Rolando Buenavilla Recio, Profesor Titular de la Facultad de Ciencias de la Educación, del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, la revisión y las valiosas sugerencias realizadas.

 

Referencias

  1. HERNÁNDEZ H. Proyecto de escuela para maestros de Artes Industriales. [Tesis de grado para optar al Título de Doctor en Pedagogía]. La Habana, Cuba: Facultad  de Educación. Cátedra E, Universidad de La Habana; 1959.
  2. IBÍDEM.
  3. IBÍDEM.