Varona

No.46   Enero-Junio 2008.    ISSN: 1992-82

EN CASA


La presencia del pensamiento de Bolívar en Martí

The presence of Bolivar in Martí

Dr C Manuel Curbelo Vidal. Profesor Titular Profesor Consultante. ISP “Enrique José Varona”

Recibido noviembre de 2005   Aceptado enero de 2007


RESUMEN

El artículo trata de un supuesto diálogo entre dos grandes héroes latinoamericanos: Simón Bolívar y José Martí, donde se pusieron de manifiesto los procesos emancipadores hispanoamericanos; en ambos héroes se aprecian innegables vínculos de continuidad histórica revolucionaria, pues se enfrentaron a las épocas que les tocó vivir, lucharon por alcanzar la primera independencia.

Los dos vivieron tiempos distintos: en la época del Libertador, la burguesía triunfal imponía las ideas novedosas de la ilustración en América, y en la época de Martí, correspondió el desarrollo del capitalismo, donde ya la burguesía desempeñaba otro papel.

La lucha de hoy es evitar que se cumpla el temor de Bolívar de que Estados Unidos está como destinado por la Providencia, a sembrar de miseria la América a nombre de la libertad; algo parecido dijo Martí, sobre el norte revuelto y brutal que nos desprecia.

Termina con los diálogos que hoy se producen entre Fidel Castro y Hugo R. Chávez, y la grandeza histórica de ambos líderes, que se sustenta en el prestigio moral que emana de cada una de sus actuaciones. Es importante señalar que ellos, al igual que los dos genios que los inspiran, creen que el pueblo es el verdadero jefe de las revoluciones.

PALABRAS CLAVE: libertador, vínculo de continuidad histórica, proeza, denuedo personal.

ABSTRACT

Thearticle deals with an imaginary dialogue between the two Latin American heroes

Simón Bolívar and José Martí in which the Hispano- American freedom seeking processes were shown. In both hero’s undeniable links of revolutionary and historical continuity are seen because they faced the times they lived in and they fought to obtain the first independence. They both lived in different times, in the times in which The Liberator lived the successful bourgeoisie was imposing its new ideas of intelligence in America and Martí´s times corresponded to the development of Capitalism when the bourgeoisie was playing another role. Today´s fight is to avoid Bolivar´s fear to come true when he said that the United States was chosen by Providence to impose misery in America on behalf of freedom. Martí said something similar about the stirred and brutal North that despises us. This work ends with the dialogues taking place between Fidel Castro and Hugo R. Chávez and the historical greatness of both leaders that comes from their moral prestige and behavior. It is important to point out that they, the same as the two geniuses that inspired them, believe that the people are the truly leaders of their revolutions.

KEYWORDS: liberator, link of historical continuity, deed, personal courage.


Introducción

El presente artículo se refiere al infinito valor y fuerza de las ideas, hoy, cuando lo más avanzado del pensamiento latinoamericano se debate en gritos de unidad, independencia, soberanía y el ALBA es un amanecer que abre las grandes alamedas.

Aunque no se puede negar que de las grandes crisis surgen aplicables soluciones, nos encontramos en la más grande crisis financiera del imperialismo neoliberal y globalizado, de la cual han surgido líderes y soluciones que están cambiando el mapa político de la América.

Es interés de este trabajo asociar elementos coincidentes del pensamiento de Simón Bolívar y José Martí, a través de un supuesto encuentro entre estas figuras de la ‘‘América nuestra’’.

Desarrollo

Los grandes maestros de Latinoamérica compren- dieron la importancia de ofrecer la memoria histórica verdadera, y de nuestros héroes, el famoso maestro Simón Rodríguez fue un precursor, introdujo en sus clases a los héroes olvidados sobre los que no existía literatura escrita, y narró sus hazañas, según la tradición oral.

Y con el atractivo de las leyendas, por primera vez los niños venezolanos escucharon las proezas y los nombres de los personajes de nuestra tierra. “Muchos de estos patriotas-patriotas antes de nacer la patria, patriotas que comenzaron por inventar su propia patria- habían sido pintados con los más negros colores por los realistas, calumniados o menospreciados, y para Bolívar era quizás una revelación casi increíble lo que iba conociendo por boca de Rodríguez sobre los sucesos y personajes de su tierra”.1

Fue así que José Martí se propuso llevar esas vidas a la literatura escrita a discursos, poemas, artículos y construye un retablo latinoamericano de guerreros, poetas, científicos y estadistas. Sus historias para niños de La Edad de Oro, realzan el valor de los héroes, y aunque resalta siempre las virtudes fundadoras, no ocultan sus errores. Es así que escribe sobre Simón Bolívar: “Ni a la justa admiración ha de tenerse miedo, porque esté de moda continua en cierta especie de hombres el desamor de lo extraordinario, ni el deseo bajo del aplauso ha de ahogar con la palabra hincha los decretos del juicio; ni hay palabra que diga el misterio y fulgor de aquella frente cuando en el desastre de Casacoima, en la fiebre de su cuerpo y la soledad de sus ejércitos vio claros, allá en la Cresta de los Andes, los caminos por donde derramaría la libertad sobre las Cuencas del Perú y Bolivia. Pero cuanto dijéramos, y aún lo excesivo, estaría bien en nuestros labios esta noche, porque cuantos nos reunimos hoy aquí, somos los hijos de su espada”.2

Es obligado señalar que el origen político, económico y social de Martí y Bolívar son distintos; este último, Simón JoséAntonio de la Santísima Trinidad de Bolívar, nació en Caracas el 24 de julio 1783 y muere el 17 de diciembre de 1830. Hijo de una de las familias más ricas del lugar, poseían esclavos y servidumbre que eran explotados en las plantaciones, aunque es cierto que en su adultez comprendió la necesidad, terminó con la servidumbre de los indígenas y declaró libres a sus esclavos negros. En tanto, José Martí nació en una casita de familia humilde en la ciudad de La Habana, el 28 de enero de 1853, y muere el 19 de mayo de 1895; se identificó desde niño con los esclavos africanos y consagró su vida a luchar por los pobres de la tierra.

Los dos vivieron tiempos distintos, pues los separó más de 70 años en la época del primero, la burguesía triunfal, se imponía en Europa, y las ideas novedosas de la ilustración conmovían al Despotismo y a la América, pero a Martí le correspondió el desarrollo del capitalismo, donde ya la burguesía realizaba otro papel. Sin embargo, es innegable que hay vínculos de continuidad histórica revolucionaria, porque ambos se enfrentaron a lo injusto de la época que les tocó vivir. Dedicaron sus vidas a cambiar esas condiciones, buscando soluciones drásticas; así, en este artículo mostraremos cómo y dónde fue que nuestro héroe conoció de la magnitud o personalidad del Libertador, al extremo que ofreceremos líneas de continuidad revolucionaria que existen en la proyección de sus ideas, que coinciden con sus más serios y profundos investiga- dores históricos, pero antes enunciamos el objetivo de este trabajo:

Argumentar por qué afirmamos que mirar desde Martí a Bolívar significa asociar las similitudes de algunos aspectos del pensamiento de ambos héroes latinoamericanos, y facilitar una mejor comprensión y valoración entre las similitudes en el pensamiento de Fidel y Chávez.

Cómo José Martí conoció de las glorias combativas de Simón Bolívar y de su ideario revolucionario

Si bien es cierto que hasta ahora no se conoce exactamente cuándo Martí tuvo las primeras informaciones de la existencia y la obra del fundador y héroe sudamericano, somos muchos los historiadores que reconocemos a José Martí, como uno de los principales elogiadores de lo prominente, justiciero y heroico del Libertador, que en distintas ocasiones le rindió el honor merecido y que además lo enalteció para alentar su firmeza revolucionaria, su anticolonialismo y patriotismo latinoamericano.

Muchos opinan que el encuentro de José Martí con Simón Bolívar debe haberse producido en la adolescencia de nuestro héroe, ya que es de esa edad que datan los escritos suyos; por ejemplo, “publicó en El Porvenir, en julio de 1891, la anécdota en la cual Mendive Le mudaba a Francisco Sellen el verso de la elegía a Miguel Ángel, donde el censor borró ´De Bolívar y Washington la gloria´, y él puso, (Mendive) sin que el censor cayese en cuenta, ´De Harmodio y Aristógiton la gloria´…”.3

Desde antes e independientemente de la censura, de forma ilícitamente entraban libros y revistas, versos, que procedían de las repúblicas liberadas en Sudamérica. Con seguridad, en algunas de ellas debía venir la reseña de la Batalla de Junín de 1824, donde Bolívar obtuvo la victoria en solo 45 minutos. O la Batalla de Ayacucho, 9 de diciembre de 1824, donde el General Antonio José de Sucre derrotó a las tropas del Virrey del Perú y fue una batalla decisiva para la independencia de América. Tiene que haber sido muy difícil ocultar cómo ese gran genio de la guerra fue proclamado presidente de la Gran Colombia, equivalente a los actuales países de: Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Guyana. En cuanto a cómo llegaron a la colonia española de Cuba, todos esos aires independentistas, como se conoce, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y José Antonio Páez, intentaron durante años liberar a Cuba del grupo colonialista, pero esto fue impedido por los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra, y la inestabilidad y falta de recursos económicos.

No obstante, lo anterior, una de las páginas más destacables de nuestra historia, lo fue la participación de casi tres mil combatientes internacionalistas, naturales de alrededor de 40 países, que se unieron a nuestro Ejército Libertador, en la lucha contra la metrópoli española. Estos datos son producto de las investigaciones realizadas por el historiador González R, en su artículo ‘‘Almas sin fronteras’’.

Es destacable la cita de la carta de Bolívar escrita en Kingston, Jamaica, el 6 de septiembre de 1815, donde el Libertador indicó la necesidad de que Cuba y Puerto Rico también se independizaran de España “Son las que más tranquilamente poseen los españoles, porque están fuera del contacto con los independientes. Mas, ¿no son americanos estos insulares? ¿No son vejados, ¿No desean su bienestar?”4

Aunque el Libertador se expresaba así, Cuba entraba en un período de particular “prosperidad económica’’. Ya terminada las Guerras Anglonorteamericanas, los precios del azúcar y del tabaco en el mercado capitalista mundial hicieron que los criollos terratenientes, azucareros y esclavistas, llegaran a tener un notable enriquecimiento.

Además de lo anterior, en España la posición del monarca necesitado de dinero, después de la guerra contra Napoleón, y el miedo al negro, trae un período de paz breve, aunque en las logias masónicas palpitan los sentimientos separatistas y las conspiraciones, entre ellas “Soles y Rayos de Bolívar”, inspirados en Colombia, continúan.

Es destacable el período en Cuba de las décadas del 1820 al 1868, como una fase donde se inicia la evolución de la tendencia político-escolar pedagógica de educación para el patriotismo, donde el padre Félix Varela y Morales se convierte en su más notable representante, en que se evidencian la consolidación y la crisis de la sociedad esclavista-plantacionista y que en el área de la educación se caracteriza por:

La creación de un grupo de colegios cubanos privados, que aplican métodos de educación y enseñanza modernos, dirigidos a la formación de los hijos de la burguesía criolla, de sus valores éticos y de sentimientos de sana cubanía, y donde profesan los mejores representantes del pensamiento patriótico cubano. En la modernidad de la pedagogía se destacaron la literatura didáctica, textos, guías metodológicas elaboradas por los más destacados docentes, entre ellos, José de la Luz y Caballero y Rafael María de Mendive, conocido maestro de José Martí.

El pensamiento pedagógico de los dos grandes héroes

Claro que, a nosotros, los maestros, se nos hace difícil hablar de la historia Patria, sin hablar de la educación y demás elementos afines. Tal vez, por ello, es que en un supuesto diálogo entre dos grandes patriotas latinoamericanos de este calibre, no podemos soslayar el tema.

De ahí que en esta problemática refiriéndome al Libertador, quien, con su inteligencia y valentía, denuedo personal y dedicación total, haría libre a algunas de las repúblicas del continente sureño; Simón Bolívar, junto al “maestro mayor” Simón Rodríguez, sin dudas fueron de los que más aportaron al progreso de la escuela popular y a la pedagogía de la nación suramericana y caribeña. Rodríguez fue un ilustre y original intelectual americano de su época, tomó ideas, adaptó consejos y generó soluciones y recomendaciones apropiadas a la situación y características de los hispanoamericanos.

El preceptor de Bolívar, como el resto de las lumbreras pedagógicas del Siglo XIX, incluidos los grandes maestros cubanos, quisieron que se enseñara a pensar, a discurrir, a que la razón reinara por encima de la creencia, hija del autoritarismo y del memoricismo. Si bien todo este ideario pedagógico de Simón Rodríguez fue enfrentado por la crítica de la reacción opositora de los oligarcas del patio, ese intento no sobrepasó la quinta semana de vida. Su preclaro discípulo Bolívar facilitó la ejecución de las ideas del maestro.

Asombra el extraordinario dominio del campo educacional, por parte del Libertador, sobre todo si se tiene en cuenta que nunca estudió sistemáticamente en una escuela. Sin embargo, tenía una sólida cultura, principalmente enciclopedista e ilustrada, sustentada en pensadores y ejecutores de la revolución burguesa francesa de 1789.

La base principal de su incursión en el ámbito educacional está en la convicción de que la ignorancia es una vía conducente a la destrucción de quienes la sufren.

Para el Libertador, conocedor de que los más necesitados de la educación eran los indígenas, dictó el Decreto encaminado a restablecer sus derechos, entre ellos el de la enseñanza; nace así en América la enseñanza popular y estatal, incluyendo que es obligatoria, con salario pagado por el gobierno, implantan el reglamento escolar, que debía contener el método de enseñanza y educación. Pero su ideario político aparece en su discurso inaugural del Congreso de Angostura.

Para Bolívar, el maestro desempeñaba un papel esencial en la sociedad; por ello, señalaba que el maestro de una escuela es un hombre generoso y amante de la Patria, que privando su reposo y su libertad se consagra al penoso ejercicio para crearle ciudadanos al Estado que le defiendan, le ilustren, le santifiquen; él es, sin dudas, benemérito de la Patria; merece la veneración del pueblo y el aprecio del gobierno, y ejecutor de la política de educación popular y estatal, sin eximir a ningún habitante. Donde mejor podemos apreciar el ideario pedagógico bolivariano es en las cartas enviadas al director del colegio estadounidense, donde estudiaba Fernando su sobrino, donde, entre otras cosas, destacó la importancia del conocimiento de las ciencias exactas atribuyéndole, entre otros muchos beneficios, el enseñar “a pensar y raciocinar con lógica”.

El pensamiento pedagógico bolivariano puede sintetizarse al afirmar su calidad de divulgador; por ejemplo, en el discurso inaugural del Congreso de Angostura, manifestó que el primer deber paternal de esa reunión era propiciar la educación popular y cumplir la obligación con verdadero amor a los indígenas, campesinos y todas las capas sociales.

Bolívar consideraba que el trabajo y el saber eran las dos más importantes vías del progreso del pueblo, él era admirador de las ideas educacionales de Joseph Lancaster y su llamado método de enseñanza mutua o “sistema monitorial de enseñanza”. En este aspecto, de su ideario pedagógico, el maestro Simón Rodríguez entró en contradicción con su discípulo Bolívar.

En opinión de Rodríguez, la enseñanza mutua era un disparate. Lancaster utilizaba el procedimiento, de forma especial, para el aprendizaje memorístico de los más importantes pasajes bíblicos; o sea, que se perseguía el fin de enseñar a los hijos de los explotados los principios religiosos en primer lugar. Partió, en su crítica al lancasterianismo, del hecho de que el más importante deber de un discurso era aprender y no ocupar su tiempo, energías e inteligencias en “enseñar o ayudar a enseñar”.

Es muy destacable y novedoso para América lo dispuesto, por Bolívar, en lo concerniente a la obligatoriedad para los ciudadanos entre cuatro y catorce años, de asistir a la escuela, lo que fue legalizado junto con los lineamientos reguladores del estudio de las primeras letras, así como la enseñanza de la aritmética y lo concerniente a los conocimientos religiosos y a los derechos y deberes del hombre y del ciudadano en la Gran Colombia.

Vamos a cerrar este aspecto del pensamiento pedagógico bolivariano, con el concepto del maestro, para lo cual debemos explicar que para Bolívar los nombres no influyen.

Sin embargo, “obran directamente sobre nuestros juicios”, para él, el título de maestro se identificaba con la vieja y retrógrada enseñanza y el de escuela equivalía al lugar donde los niños se aburrían y eran obligados a padecer los insultos escolásticos a la dignidad humana, por lo cual propuso llamar director al maestro y a la escuela, sociedad.

El Director de una escuela (…) el hombre generoso y amante de la Patria que sacrificando su reposo y su libertad se consagra al penoso ejercicio de crearle ciudadanos al Estado que le defiendan, la ilustren, le santifiquen, embellezcan y le engendren otros tan dignos como él, es sin dudas benemérito de la Patria: merece la veneración del Pueblo y el aprecio del Gobierno.5

Nuestro Héroe Nacional, José Martí Pérez (1853- 1895), como ya hemos mencionado, que igual que Bolívar tuvo una corta y fecunda vida, pero que transcurrió en la segunda mitad del Siglo XIX, y por su actitud manifiesta proindependentista, fue condenado a prisión y más tarde a destierro cuando era un estudiante de tercer año de Bachillerato (1870-1871). Fue enviado a España, donde terminó sus estudios universitarios.

Martí residió en períodos cortos en México (1875- 1877), Guatemala (l877-1878) y Venezuela (l880- 1881). En Estados Unidos radicó un poco más de tiempo de (1881-1895); en todos estos países ejerció el magisterio en sus variantes escolarizadas y no escolarizadas, impartiendo clases en todos los niveles de enseñanza y en varias disciplinas.

La educación es un tema presente en su obra desde 1869 hasta 1895, él crítica y sugiere soluciones a los problemas, pero no escribió ningún libro sobre temas pedagógicos y su ideario se encuentra disperso en sus colaboraciones para prensa de más de veinte países, su oratoria y su epistolario. Es destacable que en su labor periodística para niños, en la revista de instrucción y recreo La Edad de Oro en español, escribe y publica esta obra porque ciertamente instruye y educa de forma profunda, científica y amena.

Su ideario pedagógico recoge lo más avanzado que le antecede en Cuba, América Latina, Estados Unidos y Europa; por ello, es que podemos considerar que también se nutrió de lo más destacado del pensamiento bolivariano, pero en una época distinta, pues a finales del Siglo XIX, ya aparecieron los primeros rasgos del imperialismo estadounidense.

En realidad, no se pretende detallar las coincidencias de ideas, que son muchas y ya hemos insistido anterior- mente que los dialogantes vivieron épocas distintas, pero Martí conoció del ideario bolivariano que es innegable. A continuación, hacemos un breve resumen del ideario pedagógico martiano:

Él criticó a Hispanoamérica por la imitación que hacía de modelos educativos de Europa o de Estados Unidos, porque era un servicio elitista que marginaba a las grandes masas, sobre todo de indios, negros y mestizos, obreros, campesinos y mujeres.

Los países hispanoamericanos son jóvenes y casi es nulo su desarrollo económico y decía, ¿por qué en la tierra nueva americana se ha de vivir la vieja vida europea? Pues, al igual que Bolívar, era partidario de la educación popular.

Combatió también el dogmatismo y, por tanto, el método escolástico, e insistió en que la enseñanza se basara en la experimentación, la investigación y la comprobación de los conocimientos teóricos, ni teoría ni práctica en exceso, era necesario un equilibrio al respecto, quería una instrucción para la vida.

Su legado pedagógico es una fuente constante de enseñanza para las generaciones de educadores presentes y futuras de Cuba y del resto de América. Y uno de sus más importantes aportes, el principio educativo de unidad estudio-trabajo, también tiene sus raíces en lo planteado por los grandes hombres, entre ellos Bolívar.

En verdad, no resulta fácil tratar de relacionar, en un diálogo imaginario como este, las coincidencias de ideas y principios, que, enarbolados como banderas de luchas por los dos grandes héroes, aunque en otros tiempos, todavía hoy siguen siendo actuales.

Por ejemplo, la idea bolivariana de lucha por la unidad continental, y la martiana, “Nuestra América”, y como en sus épocas las potencias capitalistas azuzaban las contradicciones que surgían entre los países, me refiero a las potencias de los Estados Unidos de Norteamérica y las de Europa, todo esto unido a los intereses de las oligarquías nacionales.

Hoy tenemos que reconocer que esas oligarquías y potencias derrotaron a Simón Bolívar, al imponer su ideología a naciones que estaban dispuestas a surgir plenamente sin volver a someterse, como antes a España, pero después llegaron a aceptar incluso a otros amos extranjeros, de los cuales pasaron a ser cómplices. José Martí denunció, en su testamento político, que los oligarcas terratenientes latinoamericanos que dominaban a las masas blancas, mestizas y negras necesitaban a un amo, fuera español o yanqui, el asunto era que mantuvieran sus privilegios.

Pero a Bolívar no pudieron desaparecerlo ni los oligarcas, ni los capitalistas, ni las batallas en que participó, ni siquiera los cuatro atentados casi mortales perpetrados. Simón Bolívar ha reaparecido triunfante, el 4 de febrero de 1992, con la Revolución Bolivariana, guiada por Hugo Chávez que, con su juventud, inteligencia y valor, revive al Libertador con todo su ideario revolucionario, y le añade en correspondencia los ideales socialistas, los cuales moderniza creadoramente, a la luz del nuevo orden económico mundial imperialista.

La lucha de hoy es evitar que continúe, cumpliéndose el temor de Bolívar de que Estados Unidos está destinado por la Providencia a sembrar de miseria la América a nombre de la libertad; y ello, ahora es infinitamente mayor, dado el empleo por su gobierno del terrorismo de Estado y su afán de la más brutal hegemonía planetaria, que se traduce en magnicidios, genocidios, bloqueos, sucesivas de agresión, en que unas comienzan sin haber terminado las guerras anteriores.

La generación del centenario del nacimiento de José Martí y la Revolución Cubana

De manera que hay similitudes con nuestra Revolución, porque si José Martí cayó en combate el 19 de Mayo de 1895, desde 1853 a los cien años de su nacimiento (28 de Enero de 1953), una nueva generación de jóvenes, inspirados en lo más auténtico del pensamiento martiano y en los sacrificios de generaciones anteriores, precisamente el día 26 de Julio de 1953, atacó el Cuartel Moncada, una de las principales madrigueras militares del entonces dictador Batista.

A partir del triunfo revolucionario, el 1ero. de Enero de 1959, se cumplieron los objetivos esenciales de la Revolución, una vez tomado el poder, además de las conquistas políticas y sociales alcanzadas, se adoptaron desde un plano inicial, la superación del subdesarrollo como única garantía real de la libertad, la igualdad, la justicia social y la soberanía nacional.

Para la elaboración de nuestra política revolucionaria, cuya fundamentación científica resultaba requisito primordial, la visión totalizadora de la sociedad, cuestión que en el caso de Cuba, hay que buscarlos en lo más radical del pensamiento martiano o sobre todo, desarrollada por el marxismo y el leninismo, que en Fidel Castro creadoramente se expresa, entre otros elementos, en la temprana interrelación entre la filosofía, la ética, las ciencias particulares, tanto naturales y exactas, como sociales y humanísticas, la tecnología y el desarrollo social, todo lo cual se manifiesta en sus ideas y acciones revolucionarias.

La creación por Fidel, en su condición de Jefe de un Estado revolucionario, que inició la construcción del socialismo en días tan tempranos en América, con una apropiación creadora de la filosofía antes mencionada, le ha permitido la comprensión en sus causas y esencias más profundas del fenómeno imperialista y del neocolonialismo, así como sus nexos con el subdesarrollo y la dependencia política de los pueblos a las grandes potencias imperialistas en su expresión neoliberal, y muy especialmente en lo concerniente a la previsión de las vías para crear las condiciones subjetivas capaces de contribuir a que esta objetiva tendencia –imperialismo neoliberal mundializado– marche por el camino del socialismo, única forma de desarrollo verdaderamente humano de la sociedad contemporánea, como demostrara Marx, y para la preservación misma de la especie humana y del planeta en el que deberá desarrollarse.

Las fuerzas armadas venezolanas cumplen hoy el mandato que recibieron de la constitución

¿Cómo pudo salvarse el pundonoroso militar venezolano, si en América Latina han sido formados históricamente para la represión del pueblo, para el mantenimiento del orden establecido? Por ejemplo, hasta hace poco, en el Fuerte Tiuna de la capital de Caracas, es donde radicaba el primer centro caraqueño de Diagnóstico Integral de Barrio Adentro II. El Presidente Hugo Chávez aclara muy bien la pregunta inicial:

Desde niños, soldados casi niños, nos dijeron: “Soldados, ustedes son los herederos de las glorias de Bolívar”. Sin embargo, después nos dimos cuenta que nos estaban usando para masacrar a nuestro pueblo cuando salía a protestar pidiendo justicia, como, por ejemplo, cuando le quisieron aplicar el electroshock del Fondo Monetario Internacional, ese fue el momento en que ocurrió el Caracazo y nos cayó la maldición de Bolívar, que un día exclamó: “Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su pueblo”. Después del Caracazo, yo les decía a mis compañeros, “estamos malditos, esa maldición tenemos que quitárnosla de encima”, por eso, pasados tres años, salimos a rebelión un 4 de febrero y nos quitamos la maldición.6

Al parecer, en Venezuela se produjo un fenómeno atípico en el contexto latinoamericano, porque las fuerzas armadas antes mencionadas cumplen el mandato que recibieron del pueblo a través de la Constitución Nacional, recientemente aprobada: Tres misiones fundamentales: la defensa militar, la cooperación con el mantenimiento del orden interno, y la participación activa en el desarrollo nacional. Son tres tareas que deben estar en equilibrio dinámico, porque el pueblo venezolano ratificó a las fuerzas armadas más que administradores de la violencia legal y legítima del Estado como una institución armada que tiene que ser y para eso trabajan, propulsora y mantenedora de la paz, y generadora hacia el desarrollo de la nación.

Las fuerzas armadas venezolanas tienen condiciones diferentes a las del resto de América Latina, ya que el 90 por ciento de sus miembros provienen de los barrios; es decir, los estratos bajos de la sociedad; por tanto, no es elitesca, y aunque hubo oficiales que se formaron, por ejemplo, en la escuela de las Américas, cuando asciende al poder constitucionalmente por vía electoral el comandante Hugo Chávez, se han venido realizando serios cambios en la mayor parte del pensamiento militar venezolano.

Es considerable como otro ejemplo que en un ejército donde en su mayoría está compuesto por militares que provienen del pueblo, lo tenemos en el cadete Hugo Chávez, que tuvo referentes históricos y a veces en encuentros con amigos supo: de la Revolución Cubana y la muerte en Bolivia del Guerrillero Heroico; en la academia militar descubrió a Bolívar y lo leyó todo, supo de Allende, repudiando a los militares chilenos, encontró otro ejemplo: a Torrijos en Panamá, a Velasco Alvarado en Perú y leyó todos los libros “subversivos” donde encuentra a Fidel, Che, Mao, Plejanov, Zamora y Bolívar.

Hoy, podemos afirmar que las victorias de Chávez revelan una doctrina bolivariana que tiene sus raíces en el pensamiento más radical de Bolívar; porque Bolívar tiene, dentro de su concepción, un pensamiento antimperialista y anticolonialista, que Hugo Chávez rescata y convierte en bandera de todo un movimiento victorioso político, electoral y militar, que logró la hazaña por primera vez en América Latina, de que derroquen y a las 48 horas regreses con el pueblo y las fuerzas armadas, y además resistir a un paro petrolero a tres meses de huelga económica que ocasionaron la pérdida de casi 15 mil millones de dólares.

Hugo Chávez Frías solo puede reconocerse en la justicia social en la revolucionaria igualdad que sustentó para muchos el reclamo de la independencia nacional, que cambió la historia venezolana. Por ello, podemos afirmar que esa revolución conmovió al mundo y fascinó al pueblo venezolano los hombres ingresen en la historia, sí se puede, al menos, afirmar con respecto a Chávez que todavía tiene ante sí un largo camino que ha sido consecuente, pero los pueblos saben confiar en quienes lo merecen.

Conclusiones

El supuesto diálogo entre los dos grandes héroes trata de revelar, desde la óptica de José Martí, cómo Simón Bolívar sustentaba concepciones políticas, culturales, e independentistas: en unos casos similitudes, en otras sugerencias para resolver los problemas del continente.

Resultan muy interesantes las menciones que hizo el Libertador con respecto a su deseo y compromiso de independizar a Cuba y Puerto Rico de la metrópolis Española.

Como educadores, no pudimos soslayar referirnos a las críticas y sugerencias a los sistemas educacionales de sus épocas, porque todavía hoy tienen actualidad y son una guía para la acción revolucionaria.

Al terminar este trabajo se señala que el diálogo inicial Martí y Bolívar pudiera ser punto de referencia, para el diálogo que en nuestros tiempos se ha iniciado entre Hugo Chávez y Fidel Castro, para lo cual buscamos justificación entre el caso particular de los sucesos de 1992 en Venezuela, el caso particular de las fuerzas armadas de ese país y la Generación del Centenario en el asalto al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953. Por todo lo cual se afirma que hoy Bolívar y Martí cabalgan por llanos y montañas en Latinoamérica.

Referencias

  1. MIJARES A. El Libertador. Obras Completas. T. 8. Caracas, Venezuela: Editora Latina; 1998. p. 204.

  2. MARTÍ J. Discurso en velada Sociedad Literaria. 28 de octubre de 1893. Obras Completas. T. 8. p. 241. Obras Completas. T. 5. La Habana, Cuba: Editorial Nacional de Cuba; 1963-1965. p. 251.

  3. PIVIDAL F. Bolívar, pensamiento precursor del antimperialismo. La Habana, Cuba: Editorial Casa de las Américas; 1977. p. 212.

  4. BOLÍVAR S. La vigencia de su pensamiento. La Habana, 6Cuba: Editorial Casa de las Américas; 1992. p. 189. UBIETA E. Venezuela Rebelde. Solidaridad vs dinero. La Habana, Cuba: Casa Editora Abril; 2006. p. 31-32.

 

Bibliografía

HERNÁNDEZ R. Historia de la Educación en América Latina. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1995.

ORALES S. Simón Rodríguez y José Martí: convergencia y actualidad de ideas. Anuario del Centro de Estudios Martianos, No. 8. La Habana, Cuba: 1985. Cuba: Editora Política; 1985.

_____ Martí en Venezuela, Bolívar en Martí. La Habana, En Fidel y Hugo, su grandeza histórica de líderes