Varona

No.46   Enero-Junio 2008.    ISSN: 1992-82

Caracterización de la familia del niño Síndrome de Down en el Círculo Infantil Especial

Characterization of the family of the child with Down syndrome in the Special kindergarten

M Sc Eloy J. Pineda Pérez. Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Círculo Infantil Especial ‘‘ZunZún’’

Dr C Elsa Gutiérrez Baró. Profesora Titular. Especialista de Segundo Grado en Psiquiatría Infanto-Juvenil. Profesora de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana

Recibido junio de 2007   Aceptado diciembre de 2007


RESUMEN

Se realizó un estudio descriptivo sobre las características de las familias de los niños Síndrome de Down que asisten al Círculo Infantil Especial ‘‘Zunzún’’, en el municipio de Playa, de Ciudad de La Habana durante el período de marzo a junio del 2007, con el objetivo de caracterizar las familias y el conocimiento sobre esta enfermedad. El universo lo constituyeron 32 madres y cuatro padres, a los cuales se les realizó una encuesta sobre el estado civil, familiares que conviven con el niño, nivel de escolaridad, ocupación, edad y conocimiento de la enfermedad. Se obtuvieron las conclusiones siguientes: predominó el estado civil casado, los niños conviven con otros familiares, la madre es el familiar más cercano y querido, aunque también el padre es una figura importante en la familia, el nivel de escolaridad es alto y predominantemente es trabajador. Aunque sobresalen en las madres de edad avanzada, también en mujeres jóvenes se conciben niños Síndrome de Down. Los padres y las madres de estos niños mostraron no tener los conocimientos suficientes con respecto al origen de la enfermedad, las que son enfermedades asociadas y las discapacidades, los padres mostraron esperanza en las posibilidades de que los niños se incorporen a la sociedad en el futuro. Se recomendó aplicar talleres que mejoraran la información, donde se tengan en cuenta las necesidades de estos niños y orientaciones generales y específicas para el conocimiento de la enfermedad por la familia; se favoreció el proceso de formación de habilidades y preparación para la vida desde el nacimiento, incluyendo un vínculo más estrecho entre los centros especializados médicos y educativos con la familia.

PALABRAS CLAVE: Síndrome de Down, familia.

ABSTRACT

A descriptive study was made of the characteristics of the families with Down syndrome children who attend Special day care at Zunzun, in the Municipality of Playa, in the City of Havana during the period of March to June of 2007, with the objective of characterizing these families and their knowledge of this illness. The universe was made up of 32 mothers and 4 fathers that participated in a survey about the marital status, relatives who reside with the child, schooling, occupation, age and knowledge of the illness. The following conclusions are reached: predominance of married parents, the children reside with other family members the mother is usually the person nearest and dearest to the child, even though the father is an important figure the schooling level is high and the predominant profession is worker. A high level of the mother are older there are also young mothers who conceive children with Down syndrome. The parents of these children showed that they did not have sufficient knowledge as to the origins of the illness, the associated illnesses and disabilities. The fathers express high hopes for their children to be able to integrate themselves in society in the future. It is recommended that workshops are arranged which help better the information the parents have, where the necessities of the children and general and specific orientation is given about the illness to the family; these would favor the acquisition of abilities and preparation needed, including the link between the special medical and educative centers with the family.

KEYWORDS: down syndrome, family.


Introducción

El Síndrome de Down es una enfermedad causada por una anomalía cromosómica que se acompaña de retraso mental y características fenotípicas comunes. Es la aberración cromosómica más frecuente, la más común encontrada en los servicios de genética clínica y la primera en ser descrita por Lejeune y colaboradores por examen citogenético en 1959.

En Cuba, el Síndrome de Down constituye un problema de salud por la prevalencia de esta enfermedad y los trastornos de salud asociados a esta. En el año 2003 nacieron 95 niños con esta enfermedad genética; el embarazo se interrumpió en 21 casos. En el año 2005, la prevalencia fue de 9.79 por 10 000 nacimientos y, en el año 2006, nacieron 97 niños, se interrumpieron 42 embarazos, en los que se confirmaron el diagnóstico de Síndrome de Down, con una prevalencia ajustada de 12.7 por 10 000 nacimientos.

Además, la necesidad de centros educacionales especiales para su atención desde la más temprana edad constituye un elemento económico a tener en cuenta.

A pesar de que los padres hayan sido preparados para el diagnóstico del Síndrome de Down, serán inevitables las diferentes reacciones en ellos y en toda la familia. La familia como grupo pertenece a un contexto socioeconómico específico. En el seno de esta, el hombre no solo viene al mundo y comienza a manifestar sus emociones; sino que también en ella continúa viviendo y buscando su felicidad y bienestar, y lo prepara para la incorporación a la sociedad. Constituye el núcleo primario de integración del ser humano; en ella el hombre manifiesta sus primeros sentimientos, sus primeras vivencias, incorpora las principales pautas de comporta- miento; en ella el niño tiene su primer lugar en el mundo y recibe las influencias que constituyen contactos perdurables para toda la vida. En su seno los niños comienzan el proceso de aprendizaje y estimulación temprana. Por ello, es que se vuelve tan importante la aceptación de un niño con deficiencias en el seno familiar. Los padres son los primeros educadores del niño, a través de ellos el niño recibe las primeras informaciones del mundo que le rodea.

En la familia se observan sentimientos de unidad y solidaridad ante situaciones adversas, como puede ser el nacimiento de un niño Síndrome de Down, pero cada familia tiene particularidades que influyen en el desarrollo de estos, por lo que las características generales y específicas de las familias adquieren un valor muy importante para la mejoría clínica y del aprendizaje; se puede trabajar mejor con estos niños y sus familias, reconociendo la importancia de la interrelación de estas con los centros pedagógicos en la atención de los niños discapacitados físicos y mentales. Aunque se han realizado grandes esfuerzos en la Educación Especial y creado centros para brindar una educación y estimulación a niños discapacitados, existen dificultades en la atención sistemática a la familia. Consideramos que la atención integral a la familia del niño Síndrome de Down debe mejorar y disponer de mecanismos para unificar criterios para la atención integral en los aspectos médicos y educativos.

Desarrollo

Se realizó una investigación descriptiva acerca de las características de las familias de los niños Síndrome de Down que asisten al Círculo Infantil Especial “Zunzún”, en el municipio de Playa, Ciudad de La Habana, durante el período de marzo a junio del 2007, con el objetivo de caracterizar las familias y el conocimiento de la enfermedad por parte de ellos. El universo lo constituyeron 32 madres y 4 padres de los niños Síndromes de Down matriculados en la institución.

El papel de la familia y, en especial, el de los padres en la educación del niño Síndrome de Down ha cambiado, pasando del concepto de custodia y protección solamente, al de participar activamente en la educación y la rehabilitación de sus hijos. Antes, el énfasis se ponía en conseguir que los padres aceptaran a sus hijos, y hoy se trata además de que tengan un papel central en su educación. Estos padres necesitan pautas concretas acerca de cómo tratar a sus hijos, cómo ayudarles a adquirir un desarrollo que le permitan la formación de hábitos y el desarrollo de habilidades y propicie a una mayor independencia, no solo en la primera infancia sino a través de todo el ciclo vital, para lograr la integración de estas personas a la sociedad.1,2,3 Por ello, es importante conocer las características de la familia, para que todos los elementos que intervengan en este proceso puedan interactuar de la mejor forma posible en bien del niño Síndrome de Down.

Según el estado civil de los padres y madres encuestados, se encuentran casados el 36.1% y en unión consensual, el 30.5 %. Son divorciados el 33.4 % de los padres y ninguno estaba soltero o viudo. Se mantienen en el 66.6% de los hogares ambas figuras (padre o padrastro y la madre) (Tabla 1). Es importante destacar que en las familias donde existe una estabilidad familiar y el niño Síndrome de Down vive con ambos padres es mejor su evolución física y psicológica, es un niño más alegre y participativo en las diferentes tareas y actividades para su mejor integración social. Hemos observado que en hijos de padres divorciados y que la relación entre los padres no es satisfactoria, el niño no se adapta fácilmente a la institución, ni se integra de forma positiva a los juegos y a otras formas de actividades y esto puede repercutir en su salud física y emocional; por ello, es tan importante la función de inclusión que debe desempeñar el padre en la educación de estos niños.

Tabla 1. Estado civil de los padres de niños Síndrome de Down en el Círculo Infantil Especial ‘‘Zunzún’’. Playa, Ciudad de La Habana. Año 2007.

Estado civil

No.

%

Casado

12

33.4

Divorciado

13

36.1

Unión consensual

11

30.5

Soltero

---

---

Viudo

---

---

Total

36

100.0

Fuente: Encuesta realizada a madres/padres.

El 97.2% de los niños conviven con su madre, pero solo el 61% lo hacen también con su padre. En el 78% de los hogares viven otros familiares, como hermanos (58.3%), abuelos (38.8%) y tíos (19.4%) (Tabla 2). De acuerdo con lo que piensan muchas personas sobre los cuidados de estos niños, las responsabilidades máximas recaen sobre la madre, porque el padre en muchas ocasiones abandona el hogar; rompe el vínculo matrimonial y busca otra pareja, y la madre queda sola con el cuidado del niño. En nuestro estudio, solo una madre no deseó a su hijo y dejó la guarda y custodia al padre. La mayoría de los padres necesitaron un tiempo considerable, a veces semanas y meses, para acostumbrarse mentalmente a su nuevo hijo, a decidir si podrían quererle, y a determinar la posibilidad de proporcionar al niño el cuidado especial que necesitaba. La madre casi siempre muestra gran amor desde el nacimiento, a pesar de la enfermedad del niño y, en ocasiones, presenta sentimientos de culpa. Durante este tiempo, tratan de predecir cómo será el futuro del niño, qué problemas podrán surgir y cómo se enfrentarían con ellos en el porvenir. Tratan de comprimir todo el futuro en el presente. Dykens y Kumin destacan la importancia de la aceptación del niño Síndrome de Down desde etapas tempranas para el desarrollo de conductas de adaptación y la participación de ambos padres y el resto de la familia.4,5 En Cuba, se trata de incorporar a la familia a las terapias de rehabilitación, de estimulación temprana desde el nacimiento del niño.

Tabla 2. Familiares que conviven con el niño Síndrome de Down.

Familiar

No.

%

Padre

22

61,1

Madre

35

97.2

Hermano(a) s

21

58.3

Abuelo(a) s

14

38.8

Tío(a) s

7

19,4

Otros

3

8,3

Todos los miembros de la familia no participan activamente en la educación del niño Síndrome de Down; en este caso, se trabajará para mejorar esta situación, porque los padres y, en especial, las madres no deben asumir solos toda la responsabilidad en la atención dentro del hogar de este niño. Hay estudios realizados por Neuhauser y Krackow que plantean el riesgo de alteraciones en la conducta en niños Síndrome de Down en familias numerosas y la edad de los hermanos. En las familias con gran número de hijos en muchas ocasiones no se le presta la suficiente atención a estos niños y es más dedicado el tiempo a los niños normales.6 Las primeras influencias educativas de un niño son realizadas en el seno familiar, la mayoría de las veces las familias de estos no conocían los puntos concretos a tener en cuenta en el desarrollo de la primera infancia y cómo tratarlos junto a otros (hermanos y/o primos) que conviven en el hogar. Con algunos, los padres tuvieron conductas de sobreprotección, lo cual afectó el autovalidismo, ingresando al círculo infantil especial sin realizar algunas acciones básicas. En otras familias, el niño, aunque quería, no lo dejaban participar en diferentes actividades intrafamiliares.

Virji-Babul y colaboradores y Kumin en la guía para padres señalan las dificultades más evidentes en los niños que no asisten a las instituciones infantiles desde los primeros años de vida y la educación se desarrolla en condiciones hogareñas, con poca exigencia por la familia para el cumplimiento de adquisiciones en correspondencia con la etapa de desarrollo, según la edad del niño, por lo que se realizó esta guía para favorecer las habilidades comunicativas de los niños Síndrome de Down.7,8 En nuestro país, se trata de incorporar a estos niños en instituciones escolares especiales, aunque la madre no tenga vínculo laboral, porque lo importante es la estimulación temprana. Estos programas de atención han estado dirigidos específicamente al niño y deben tener en cuenta, de forma más profunda, a la familia. Existe el programa” Educa a tu hijo”, pero la participación principalmente es de niños sanos, no institucionalizados, porque los niños discapacitados pueden participar, pero son enviados a instituciones pedagógicas.

En la escolaridad, el 44.4% de los padres tienen enseñanza preuniversitaria, el 38.8 % universitaria, el 8.4% es graduado de técnico medio. Ningún padre tiene solo nivel primario (Tabla 3). En la bibliografía consultada no encontramos estudios relacionados con el nivel de escolaridad de los padres de niños Síndrome de Down, aunque sí destacan, según Mahoney, en la función de los padres, en la intervención temprana, la importancia del nivel cultural e inteligencia de ellos para comprender sobre la enfermedad, la posible evolución y la participación activa en la estimulación temprana de sus hijos.3 En Cuba, todas las personas pueden tener un nivel alto de escolarización y cultura general. Consideramos que el nivel de escolaridad es alto en los padres encuestados, lo que posibilita una mayor comprensión, por parte de ellos, de las informaciones y las orientaciones, que puedan ser impartidas por el personal médico y educativo. En la estimulación el especialista desempeña un papel fundamental, prepara a la familia, la orienta, se convierte en su consejero; por ello, si el nivel educacional de los padres es bajo, puede presentarse una serie de problemáticas que, al no manejarse de forma adecuada, se verá frenado y/o afectado el desarrollo del niño.

Trabajan el 61.2% de los padres y madres, son amas de casa 12 madres (33.3%) y el resto, son estudiantes (Tabla 3). Según Martínez Frías, en España, al tener un niño con estas características los padres presentan sentimientos de depresión y abandono de actividades laborables y estudiantiles.9 En nuestro país, se recomienda mantener las actividades que realizaban los padres antes de tener a su hijo, si la salud del niño lo permite. Pensamos que, a pesar de tener un niño con estas características y de existir leyes que amparan económicamente a las madres con niños discapacitados, ellas desean reincorporarse a la sociedad mediante el trabajo socialmente útil; además, tienen confianza en los centros educativos creados para estos niños donde se aceptan desde temprana edad para la estimulación y el aprendizaje en diferentes áreas.

Tabla 3. Nivel de escolaridad y ocupación de los padres \ madres encuestados.

Escolaridad

No.

%

Ocupación

No.

%

Primaria#F5EBD3

---

---

Ama de casa

12

33.3

Secundaria

3

8.4

Estudiante

2

5.5

Técnico Medio

3

8.4

Trabajador(a)

22

61.2

Preuniversitaria

16

44.4

Desocupado

---

---

Universitaria

14

38.8

Total

36

100.0

Total

36

100.0

 

 

 

El grupo de edad más numeroso en las madres encuestadas es el de 40 años y más, con el 50% del total de madres, a continuación, el grupo de 36 a 39 años con 25% y posteriormente el grupo de 20 a 30 años con el 18.7%. El 50% de las madres concibieron a su hijo después de los 36 años, son las madres con edad actual de 40 años y más. De los padres encuestados el 75% eran mayores de 40 años (Tabla 4). Al analizar la incidencia de Síndrome de Down y la edad materna, coincidimos con estudios internacionales, realizados por Aguiar, en que a medida que aumenta la edad materna son mayores las probabilidades de tener un niño con esta enfermedad.10 También en investigaciones realizadas en otras regiones del mundo: Inglaterra, por Crame y Morris, y por Ferrero Oteiza en Cuba, demostraron el aumento de esta enfermedad en mujeres jóvenes.11,12 En las mujeres jóvenes, en ocasiones, se observan sentimientos de Además, no reconocían las enfermedades asociadas al Síndrome de Down. Es necesario señalar cómo a pesar de ser el Síndrome de Down la enfermedad cromosómica más común en el mundo y en Cuba, no se reconoce como una enfermedad por parte del personal educativo de la institución y de algunos padres, por lo que en algunas familias se observan conductas de despreocupación para el tratamiento de rehabilitación precoz y en otras de sobreprotección, que impiden la incorporación en instituciones especiales desde la más temprana edad, siendo muy importante para poder desarrollar el trabajo rehabilitador multidisciplinario y obtener respuestas en el niño que permitan ampliar todas sus potencialidades y su plena incorporación a la sociedad.

Tabla 4. Padres de niños con Síndrome de Down, según edad y sexo.

Grupo de edad

Sexo femenino

Sexo masculino

No.       %

No.

%

20 a 30 años

6

18.7

---

---

31 a 35 años

12

6.3

----

---

36 a 39 años

8

25.0

1

25

40 y más años

16

50,0

3

75

Total

32

100

4

100.0

Tabla 5. Conocimiento de los padres sobre el origen del Síndrome de Down.


Depresión y rechazo al niño, lo que dificulta la aceptación de él por la familia.

Conocimiento de !os padres

No.

%

No.

%

Si es una enfermedad:

24

66.6

  • Hereditaria

4

16.6

  • Genética -Por trastornos del embarazo

18 5

75 20.8

No es una enfermedad

12

33.4

Al interrogar a los padres sobre el origen de la enfermedad, el 66.6% refirió conocer qué es el Síndrome de Down; de estos padres, el 75% planteó que es una enfermedad genética, el 20.8% lo relaciona a trastornos del embarazo y el 16.6 % a causas hereditarias. El 33.4% no reconocía al Síndrome de Down como una enfermedad (Tabla 5). Planteaban diferentes términos: entidad genética, accidente cromosómico, alteración genética. minusvalía (Tabla 6). Es importante destacar que el 30% de los padres no veían en su hijo ningún tipo de discapacidad, a pesar de tener el niño trastornos evidentes en diferentes áreas; por ejemplo, en el lenguaje. Los padres que no recibieron información o esta fue considerada insuficiente no reconocían las minusvalías. El reconocimiento por parte de los padres constituye una razón importante para la búsqueda de posibles soluciones y su participación activa en la estimulación temprana para mejorar el impacto en las capacidades intelectuales y motoras que ayuden a la incorporación a la sociedad en un futuro.

Tabla 6. Opinión sobre el conocimiento de minusvalías o discapacidades de los niños Síndrome de Down y su integración a la sociedad por los padres encuestados.

Conocimiento de los padre»

No.

%

Posibilidad de integración

No.

%

Si

25

69.4

Si

34

94.4

No

11

30.6

No

2

5.6

Total

36

100.0

Total

36

100.0

El 94.4% de los padres confían en la posibilidad de integrarse el niño a la sociedad (Tabla 6). La educación continua, la actitud positiva de la familia, y sobre todo, de ambos padres y un ambiente estimulante dentro del hogar, son elementos importantes en el desarrollo del niño y su integración a la sociedad. Tal como el resto de la población, hay gran variedad en estos niños en cuanto al nivel de habilidades mentales, y el desarrollo intelectual; estas diferencias individuales pueden influir en el comportamiento futuro de ellos y su integración. El resultado confirma las esperanzas de los padres y la confianza en todos los esfuerzos en cuanto a la atención

Conclusiones

A pesar de existir un aumento de las uniones consensuales en el país, en los padres de los niños Síndrome de Down de nuestro estudio predomina el estado civil casado, los niños conviven con otros familiares, la madre es el familiar más cercano y querido, aunque también el padre es una figura importante en la familia, el nivel de escolaridad es alto y predominantemente es trabajador.

Predominan las madres de edad avanzada, aunque también en mujeres jóvenes se conciben niños Síndrome de Down.

Los padres y las madres de los niños Síndrome de Down mostraron no tener los conocimientos suficientes con respecto a la enfermedad.

Los padres mostraron grandes esperanzas en las posibilidades de los niños de incorporarse a la sociedad en el futuro.

Recomendaciones

Aplicar talleres que mejoren la información, aumentando la cantidad y la calidad en las orientaciones a los padres con niños Síndrome de Down, donde se tengan en cuenta las necesidades de estos niños y orientaciones generales y específicas para el conocimiento de la enfermedad por la familia, lo cual favorece el proceso de formación de habilidades y preparación para la vida desde el nacimiento, incluyendo un vínculo más estrecho entre los centros especializados médicos y educativos con la familia

 

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