Varona

No.43   Julio-Diciembre, 2006.    ISSN: 1992-82

Tratamiento de la lengua materna en la formación inicial de los profesores generales integrales de Secundaria Básica

Traitement of the mother lenguage in the initial formation of General Integral Professors of Secondary School

M Sc María Antonia del Sol López. Profesora Auxiliar. ISP “Enrique José Varona”

Recibido noviembre de 2005   Aceptado enero de 2006


RESUMEN

En el trabajo se aborda la importancia de la comunicación como proceso de interactuación humana y profesional, así como la necesaria relación entre el lenguaje, la lengua y su uso en los diferentes contextos sociales, que constituyen aspectos significativos a favor de la cultura, en tanto implica aprendizaje e interpretación del mundo que nos rodea, socialización de los sujetos (emisor-receptor), conocimiento de los símbolos de la sociedad a la que pertenecemos; así como una mirada diferente a cómo vivimos, cómo pensamos y sentimos, cómo actuamos y cómo nos integramos a cada uno de los diferentes contextos socioculturales en los que actuamos.

Ante el reto de la formación inicial de los profesores generales integrales (PGI) para contribuir al desarrollo de una competencia comunicativa que les permita asumir la enseñanza para el aprendizaje significativo de sus alumnos, pero inicialmente el suyo propio, se propone un sistema de consideraciones teórico- metodológicas para el diseño de los procesos educativos desde una aproximación cada vez mayor a todas las ciencias, porque el dominio de la lengua materna posibilita un nivel de asimilación conceptual y, por tanto, mejor comprensión del mundo y desempeño comunicativo en todas las áreas del saber.

PALABRAS CLAVE: lenguaje, lengua y comunicación, formación inicial, procesos educativos, lengua y cultura.

ABSTRACT

The importance of communication as a human and professional interactive process as well as its necessary relation to language and its different use in social contexts, constitute significant aspects in favor of culture as well as the implication in the teaching and interpretation of the world around us, the socialization of the subjects (senders-receivers), knowledge of symbols of the society to which we belong to as well as a closer look at how we live, think, feel, act toward others and how we integrate ourselves into the different socio-cultural contexts in which we act. In the initial formation of the General Comprehensive Teachers, to contribute to the communicative competence development which will allow them not only to face teaching process for the benefit of the learning process of their students, but also for their own learning process a system of theoretical-methodological considerations for the design of the educative process from an point of view which is every time closer to science so that they may obtain command of the mother tongue which

KEY WORDS: language, language and communication, initial formation, educative process, language and culture.

Introducción

La comunicación, en tanto aprendizaje e interpretación del mundo, implica dominio de

los conocimientos teórico-metodológicos para su tratamiento. Los avances logrados con la lingüística textual enriquecen los cambios en las concepciones de la enseñanza de la lengua y la literatura para el logro de comunicadores eficientes.

Hablar de la comunicación en términos docentes requiere capacidad de síntesis, pero no puede concebirse como una tarea demasiado simple. La comunicación entre las personas relaciona la lengua con otras capacidades, como son la percepción, la memoria, el pensamiento, etc., y posee características que la hacen ilimitada en cuanto a temas, significados y contextos. Su adquisición permite la socialización de los sujetos (emisor-receptor); por ello, aprender a comunicarse es, en última instancia, interpretar el mundo que nos rodea y conocer los símbolos de la sociedad a la que pertenecemos, correspondencia entre comunicación y cultura y, por tanto, cómo vivimos, cómo pensamos y sentimos y, sobre todo, cómo integrarnos a los contextos socioculturales actuales.

Desarrollo

Constituye un reto formar adecuadamente a los futuros docentes para contribuir a desarrollar su competencia comunicativa. Dotarlos de un instrumental necesario para el desarrollo de habilidades profesionales, hábitos, capacidades, convicciones y métodos científicos de trabajo durante la Carrera, posibilita la utilización y transmisión de conocimientos, estilos, modos diversos de evaluación y aplicación creadora del aprendizaje ante un cambio necesario en la concepción de su enseñanza posterior para quienes, sobre todo, no han recibido una formación en correspondencia con estas exigencias.

El carácter integrador de las ciencias; el estudio funcional de las estructuras lingüísticas en determinadas situaciones comunicativas y ante diversas funciones de comunicación; las dimensiones de la competencia comunicativa; la clase desarrolladora, dialógica y significativa; la instrumentación y práctica de la interdisciplinariedad; el tratamiento de los nodos conceptuales de las áreas del conocimiento, etc., son conceptos que se incorporan paulatinamente a las aulas de nuestras instituciones docentes donde deben formarse profesores generales integrales para conducir un proceso diferente.

A la luz de las actuales transformaciones en la Enseñanza Media, un profesor debe asumir el currículo escolar de una manera novedosa y, por tanto, cada momento de intercambio con sus estudiantes es una reflexión lingüística, un modelo de lengua y de comunicación no solo en términos de aprendizaje, sino de relaciones socioculturales.

Esta concepción permite reflexiones sobre la importancia del aprendizaje desde distintos ángulos: en su función comunicativa y pragmática, en su carácter multiaspectual y polisémico, en su esfera marcadamente axiológica, como problema epistemológico en los nexos entre pensamiento y lenguaje y “como problema de la comunicación en la enseñanza donde cada profesor se convierte en modelo idiomático y de comunicación para sus alumnos, devenir que integra lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual insertado en un contexto histórico- cultural”.1

En consecuencia, los futuros profesores asisten a una redimensión de la formación teórico-metodológica que los prepara para su desempeño y el desarrollo de clases verdaderamente diferentes. Su aplicación debe ofrecer una solución práctica, creadora y necesaria para el aprendizaje en otros contextos, con medios de enseñanza más eficaces y con el fin de alcanzar un “producto” superior, pero siempre a través del uso adecuado de la lengua como soporte teórico y vehículo de significación en cualquiera de las asignaturas que imparta.

El conocimiento permite al hombre construir una visión del mundo, determinado social y culturalmente y esta síntesis lograda de manera eficaz a través del lenguaje se manifiesta en la relación que establecen los sujetos entre sí con su medio. En el proceso de enseñanza-aprendizaje, el papel del lenguaje es determinante para la actividad cognitiva por cuanto el primero es una forma de actuación comunicativa social y humana, que utiliza un sistema complejo de signos con los cuales recepcionamos y transmitimos conceptos, pensamientos, sentimientos, vivencias, etc. Por su parte, el conocimiento en su acepción más general, es el resultado del proceso de interacción hombre-realidad mediado por la comunicación.

Comunicar es transmitir, pero es también proyectar. Y en esa proyección es el conjunto de la personalidad del educador la que llega hasta los alumnos y viceversa. Una concepción abierta y progresista del proceso educativo nos lleva inevitablemente a concebir la comunicación no solo como un proceso integrador y necesario, sino dinámico y multidireccional, en el que se acrecienta el interés por las relaciones interpersonales.2 Esta “organización especial de las interacciones entre adultos y niños y de los niños entre sí”3 es hoy sostenida por muchos estudiosos del tema. El proceso cognitivo se ha concebido en el aula como una multiplicidad de acciones comunicativas entre los protagonistas del proceso docente, mediante las cuales “ellos” crean, recrean y negocian un conjunto de significaciones a partir de reglas y contenidos previamente establecidos en un determinado contexto educacional. En este intercambio entran en juego diversas prácticas comunicativas verbales y no verbales, icónicas, audiovisuales, etcétera.4

En tal sentido, tanto el educador como los educandos entran en situación de intercambio de ideas, de conceptos, de puntos de vista y opiniones para posibilitar el aprendizaje. Esta bidireccionalidad cumple perfectamente la finalidad de una educación progresista, dinámica y reflexiva en tanto permite la actuación del individuo en el medio social, desarrolla su actividad y posibilita las relaciones interpersonales con sus semejantes.

La comprensión del proceso docente a partir de esta relación de unidad e interdependencia marca el carácter interactivo y de influencia mutua entre los participantes, cuya esencia es la comunicación entre profesores y alumnos, y de los alumnos entre sí, para el logro de un diálogo verdadero entre los sujetos que participan de forma crítica en un proceso constante, cambiante y creador.

El lenguaje es el más poderoso medio de relación interpersonal. Por ello, lo utilizamos cuando pretendemos determinados objetivos, especialmente aquellos cuya consecución depende más o menos directamente de otras personas. No se trata tan solo de que el lenguaje sirva de vehículo para las propias intenciones, sino que debe serlo también de una interacción con los demás.5

La comunicación es la razón de ser del lenguaje y, por tanto, es el macroobjetivo de la enseñanza de la lengua materna como una forma de relación entre el hombre y el medio; es decir, como el resultado del proceso en el cual el hombre utiliza el lenguaje para transmitir y asimilar la experiencia histórico-social adquirida durante su existencia. Por tanto, debe atenderse a sus dos aspectos: el proceso de adquisición de conocimientos y su utilización práctica; o sea, cómo procesar y utilizar en cada circunstancia lo aprendido. Para lograr cambios significativos en la práctica escolar, se impone el tratamiento de los contenidos lingüísticos, a partir de situaciones de aprendizaje y en correspondencia con las necesidades e intereses sociohistóricos porque la lengua es un fenómeno vivo, cambiante, un instrumento para significar en diferentes contextos y con diferentes receptores. La concepción de la educación, como diálogo o interacción entre profesores y alumnos, es hoy sostenida por importantes estudiosos del tema, a partir de los aportes del psicólogo Vigotsky L S, quien revolucionó la interpretación del psiquismo, al concebirlo como un producto de las

relaciones sociales entre los individuos.

Esta acción educativa no es solo comunicación entre alumnos y profesores en el aula, sino que es parte de un sistema de interacciones sociales entre la clase, la escuela y la sociedad, las relaciones de los participantes en el saber y la cultura. Conocido como enfoque sociocultural, es una interpretación dialéctico- materialista de la relación entre el hombre y el mundo, explicado básicamente por Vigotsky, quien se centra en el desarrollo integral de la personalidad de los alumnos, en sus relaciones sociales, en la formación de la individualidad, en el concepto de actividad y su papel en la apropiación de la cultura humana y en el carácter activo de los procesos psíquicos.

En tal sentido, en el proceso de comunicación escolar es decisivo conseguir la actuación del emisor y del receptor o destinatario para alcanzar un resultado final: los hablantes interactúan para favorecerse mutuamente. González F se refiere a la comunicación educativa y desarrolladora “como un proceso de crecimiento y superación mutuos por parte de los que intervienen en él”6; Acosta R se refiere a la clase interactiva de excelencia “como un proceso formativo, interactivo, comunicativo, holista e integrador”.7

Durante los decenios de 1960 y 1970 una nueva forma de acercarse al estudio del lenguaje vio la luz y adquirió un rápido desarrollo: la lingüística del texto. Al nacimiento y fundamentación de esta nueva corriente lingüística se encuentran asociados nombres como los de Dressler W, Coseriu E, Schmitdh S J, Petófi J S, Weinrich H, Van Dijk T A, etcétera.

La lingüística del texto, en tanto asociada al desarrollo de la psicolingüística y la sociolingüística, ha pasado a ocupar un lugar importante. Su objeto de estudio es el texto, entendido este como enunciado comunicativo coherente, portador de un significado; que cumple una función comunicativa en un contexto específico; que se produce con una determinada intención comunicativa y finalidad que posibilita dar cumplimiento a ciertas tareas comunicativas para la cual el emisor se vale de diferentes procedimientos y escoge los medios lingüísticos más adecuados. 8

Los niveles de análisis del texto: semántico, sintáctico y pragmático, ofrecen una nueva perspectiva metodológica para la enseñanza de la lengua materna, devenida didáctica del habla, que centra su estudio en el denominado enfoque comunicativo. Su sistema de categorías se revela en el proceso de comprensión, análisis y construcción de textos y, de esta manera, actividad comunicativa, texto, significado, función-uso, situación, intención, finalidad, procedimientos y medios comunicativos funcionales son términos especialmente utilizados, en las últimas décadas, para el logro de un comunicador competente, idóneo, capaz y hábil en términos de comunicación.

En 1970, Hymes D desarrolló el concepto de competencia comunicativa que supera la teoría de competencia lingüística de Chomsky N (1968). Para Hymes es una habilidad adquirida por el individuo para utilizar el lenguaje como medio de comunicación en una comunidad determinada; es decir, adquiere el conocimiento y la habilidad para el uso de la lengua. Canale y Swain (1980) identifican la competencia comunicativa, en cuatro dimensiones: gramatical, sociolingüística, discursiva y estratégica. Incluyen, por tanto, la dependencia y corrección del sujeto hablante respecto al texto. Otros lingüistas, entre ellos, Halliday (1982), Austin (1982), Morris (1962) dentro de la concepción funcionalista; Pike (1967), Van Dijk (1980), desde posiciones inicialmente estructuralistas; Greimas, Barthes R, etc., centrados en la semántica, han trabajado acerca de este enfoque. En América Latina existen trabajos de los colombianos Parra M y Baena L Á, quienes desarrollaron un enfoque semántico- comunicativo, así como la argentina Marín M.

Parra M habla del texto como un tejido donde están presentes varias redes que se corresponden con los niveles del lenguaje: redes semánticas, gramaticales y fonológicas y dentro de la estructura del texto se encuentran los planos del contenido y de la expresión. Otra nomenclatura, la del folleto Nueva Escuela, editado por el Ministerio de Cultura y de Educación de la Nación, de la República Argentina, se refiere a dimensiones y niveles en el texto, a partir de las concepciones de Van Dijk. Apunta como dimensiones aquellos aspectos visibles por ser de superficie conformados por el plano rotacional, morfológico, sintáctico, semántico y pragmático. Los niveles, en cambio, incluyen los planos superestructural, macroestructural, microestructural, estilístico y retórico, que constituyen verdaderos esquemas conceptuales, hasta que los lectores los proyectan en una representación mental del texto, en un proceso de comprensión.

La evolución de la lingüística del texto ha ido desde un enfoque estrecho y pragmático, muy vinculado a la gramática generativa y transformacional, por una visión más sólida e interdisciplinaria.9 Este enfoque tiene su base en las teorías cognitivo-constructivistas acerca del aprendizaje. Pavlov, Luria, Vigotsky, Piaget han dejado  constancia en la rama psicológica de una concepción madura, que analiza, en su justa dimensión cognitiva sobre el lenguaje, fuertes referentes teóricos muy influyentes hasta nuestros días, como fuente interpretativa y referencial del fenómeno de la lengua y su enseñanza.

El constructivismo rechaza el pensamiento tradicional y propone que la educación estimule la actividad mental constructivista del estudiante, tanto desde el punto de vista cognitivo, como afectivo y comportamental, a través de decisiones pedagógicas adecuadas, para facilitar que el sujeto construya su propio conocimiento. El profesor se convierte, entonces, en un facilitador, mediador y guía; el estudiante será capaz de desarrollar sus capacidades para aprender de forma significativa por sí mismo; aprenderá, por tanto, a pensar y a hacer por sí solo.

El llamado enfoque comunicativo, activo, reflexivo, etc., supone que toda práctica lingüística, tanto en la comprensión, como en el análisis y en la producción de mensajes, posea una intención comunicativa (querer decir algo), un receptor (querer decir algo a alguien); que utilice los recursos lingüísticos adecuados a la intención y a lo que se supone que conoce o que va a entender el receptor; que domine los recursos lingüísticos para la eficacia comunicativa del lenguaje y, en consecuencia, que adquiera habilidades para leer, hablar, escuchar y escribir. Estos recursos no crecen espontáneamente en los alumnos, sino que son el resultado de aprendizajes específicos en cada contexto social, con la orientación de los docentes y los aportes del grupo de aprendizaje. Los maestros deben promover estas reflexiones a partir de su propia preparación y de sus diagnósticos escolares para abrir o iniciar el trabajo de seguimiento con sus estudiantes. Para esto, es indispensable tener en cuenta los aportes brindados por la Psicolingüística, la Sociolingüística y, además, la Semántica y la Pragmática, disciplinas que han abierto nuevos horizontes para la reflexión sobre el funcionamiento

del lenguaje en el medio en que se desenvuelve.

LOS PROCESOS EDUCATIVOS ACTUALES

La tendencia generalizada hacia la aplicación de los estudios de la lingüística textual y el enfoque comunicativo constituye un soporte teórico- metodológico favorecedor del proceso educativo en las condiciones actuales para la formación de profesores generales integrales. Se trata, pues, de concebir la actividad docente-educativa a partir de una concepción interdisciplinaria donde se aborden los objetivos del proceso a través de la comprensión, el análisis y la construcción de los textos; es decir, mediante la utilización de los componentes funcionales de la lengua como vía o modo para el tratamiento de los diferentes contenidos del currículo escolar. En consecuencia, el tratamiento de este tema para la formación de los docentes, supone:

Las actuales alternativas de formación y superación se dirigen a la búsqueda de soluciones, ante las necesidades de los sujetos, y proponen indicadores hacia la excelencia para elevar la profesionalidad en las Universidades, así como en el entorno escolar para garantizar el desarrollo del pensamiento y de los sentimientos de las nuevas generaciones. Por las particularidades de los métodos de la Educación a Distancia, que sitúa al sujeto en el centro del objeto de estudio del currículo, se convierte la teoría en método y cualidad para el sistema educativo.

La corrección, en términos de formación inicial, no es un producto terminado, sino un proceso permanente. Esta reflexión indica el camino a seguir para los docentes, quienes de ninguna manera favorecen su función como guías del aprendizaje, si abandonan el seguimiento interno y externo de su labor principal: aprender a enseñar para enseñar aprendiendo. La formación de profesores de Enseñanza Media exige, por tanto, nuevas estrategias de aprendizaje para garantizar el nivel profesional ante las actuales transformaciones en la enseñanza en la escuela cubana, en general. El desarrollo alcanzado por la ciencia, la tecnología y la sociedad en nuestros días demanda una necesaria y permanente actualización, concebida como revolución científica y fenómeno social de carácter global, que repercute en todas las esferas de la vida sociocultural de la humanidad, en la que el hombre es

objeto y sujeto de su propio desarrollo.10 Contradictoriamente, existe una resistencia a

aceptar la dinámica que supone el conocimiento científico y los contenidos teóricos más avanzados en términos de dominio y utilización de la lengua materna. Esta resistencia tiende a empobrecer las interrogantes acerca de cómo enseñar el uso de una lengua, en tanto sistema o universo de códigos, para posibilitar las facultades lingüísticas humanas y para que los hablantes puedan crear sistemas complejos válidos para la comunicación.

Esta práctica, necesaria entre profesores y alumnos, involucra datos e información que precisan mensajes, procesos de producción, de percepción, de recepción y, por tanto, los saberes vinculados con la sociología y la psicología, que enfocan al sujeto hablante como sujeto social y como sujeto psicoafectivo y creador de la lengua. En consecuencia, la formación de los profesores implica un comportamiento en términos de competencia lingüística y comunicativa que precisa de estos y otros conceptos, a partir de las capacidades metalingüísticas de los estudiantes y de los propios docentes. Ambas perspectivas: reflexión sobre la competencia lingüística del hablante, a través de las variedades del habla, y reflexión sobre la competencia comunicativa del hablante en diferentes contextos y con diversas intenciones comunicativas, confluyen en un eje temático lingüístico; es decir, la formación de los docentes para asumir la enseñanza de la lengua como soporte teórico-metodológico que recorre todo el currículo escolar.

La síntesis de los conocimientos, habilidades y hábitos, adquiridos en la formación de los docentes, es la de ser gestores del conocimiento, en diferentes contextos informativos cada vez más complejos e inabarcables y es una labor priorizada en los últimos años, tanto desde el punto de vista teórico como práctico. Por esta razón, asumen una gran responsa- bilidad, por cuanto son los protagonistas de una labor persuasiva y cotidiana con los estudiantes, para el logro de la competencia comunicativa y de una concepción científica del lenguaje, en estrecha relación con el pensamiento.

Este objetivo primario es la clave para una aproximación cada vez mayor a todas las ciencias porque el dominio de la lengua materna posibilita un nivel de asimilación conceptual y, por tanto, mejor comprensión del mundo y desempeño comunicativo en diferentes contextos. La praxis docente no puede prescindir de la teoría de base y, por consiguiente, resulta muy efectivo revisar las estrategias conocidas y enriquecerlas con las últimas tendencias educativas en el campo de la comunicación.

La formación de los profesores para el Nivel Medio abarca el conjunto de conocimientos coherentemente relacionados entre sí, cuya utilización práctica y dinámica permite elevar el nivel de efectividad, a partir de necesidades de aprendizaje y mediante un proceso de cooperación, crecimiento y creación para producir cambios de actuación en sus alumnos y en sí mismos, a la luz de las nuevas concepciones del proceso educativo. Esta definición posee tres unidades conceptuales básicas: necesidades de aprendizaje, contenidos teórico-metodológicos y actuación profesor-alumno-alumnos.

Necesidadesde aprendizaje: comprende el proceso activo, integrador y creativo de determinación de necesidades para la adquisición de conocimientos, habilidades y disposiciones desarrolladoras e interactivas de los sujetos y propone la construcción del conocimiento, a través del diálogo permanente, la labor de búsqueda y la reflexión conjunta para lograr el bienestar y el mejoramiento mutuos. La necesidad de aprender exige, además, vencer etapas que permitan la creación de una atmósfera sana, de confianza y aceptación recíprocas, de participación e intercambio y de comprensión ante las carencias o insuficiencias que, después de satisfechas, se convierten en motivo de nuevas necesidades (carácter cíclico).

Contenidos teórico-metodológicos: comprende el currículo escolar como proceso. Es el conjunto de conceptos estructurados en un todo orgánico, concebido como camino hacia la estimulación y el desarrollo de la inteligencia, el pensamiento y la creación desde una perspectiva ascendente e integradora. Es un proceso de desarrollo problematizador e interactivo para ofrecer respuestas a interrogantes del conocimiento.

Actuación profesor-alumno-alumnos: proceso de interacción y de verdadera relación profesor-alumno- alumnos, caracterizado por la seguridad, el respeto y la motivación hacia la actividad. Esta interacción social se convierte en una vía útil para el desarrollo de la comunicación y es un factor de aprendizaje activo que posibilita la creación, emociones, interrogantes, aprehensiones, etc. La actuación del estudiante en sus interacciones con el profesor, así como la seguridad y el bienestar que ambos experimentan, constituyen la clave para la construcción del conocimiento y los avances en términos educativos y formativos.

Comprender la variedad de significados, analizar la diversidad de textos con los que contacta diariamente y construir de forma novedosa en diferentes estilos y en correspondencia con numerosas situaciones comunicativas en cada contexto, requiere de un proceder, un modo, una vía para solucionar las incógnitas, para buscar respuestas ante el desarrollo y las relaciones interdisciplinares.

Diseñar, por tanto, los procesos educativos para la formación inicial de los profesores debe considerar entre sus presupuestos metodológicos:

Estos presupuestos metodológicos se complementan en la práctica escolar y constituyen una unidad o sistema funcional integrador.

Conclusiones

La práctica, para aprender haciendo, demuestra que la enseñanza de la lengua materna y la comunicación en la formación inicial del Profesor General Integral para la Escuela Media, exigen un rigor teórico-metodológico, por parte de nuestros docentes, ante una visión diferente de la realidad social. El intercambio de ideas, de conceptos, de puntos de vista y opiniones posibilita el aprendizaje mediante el cual sus participantes toman buena cuenta de los modelos, de las proyecciones actitudinales, valoraciones y modos de conducirse diariamente.

La clase contemporánea debe ser, esencialmente, un acto de relaciones humanas donde cada una de las partes integrantes de este proceso participe de manera activa para compartir un mensaje a favor de su cultura y, en consecuencia, ha de ser un acto creador y desarrollador de aptitudes para lograr hombres y mujeres competentes, dispuestos, suficientes y cultos. Comunicar es manifestar, participar, compartir; por tanto, lleva implícito el carácter sociable, expansivo y locuaz del papel del lenguaje.

El logro de la competencia comunicativa y profesional de nuestros estudiantes, como objetivo más general e importante desde posiciones éticas, filosóficas, lingüísticas, psicológicas, pedagógicas y socioculturales diversas, se convierte también en un medio para la formación y superación de los profesores generales integrales de la Secundaria Básica actual.

Referencias

1 MAÑALICH R. Taller de la palabra. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1999. p. IV.

2 SARRAMONA J. El estado actual de la comunicación

7 ACOSTA R. La clase interactiva de lengua. [Tesis de maestría en Didáctica del Español y la Literatura]. Pinar del Río, Cuba: Instituto Superior Pedagógico ‘‘Rafael María de Mendive’’; 2000. p. 48.

8 ROMÉU A. Aplicación del enfoque comunicativo en la Escuela Media. En: Mañalich R, et al. Taller de la palabra. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1999. p. 10.

9 DIJK TEUN A. Estructura y funciones del discurso. México,

D. F.: Editorial Siglo XXI; 1983. p. 33.

10 DELORS J. Formar a los protagonistas del futuro. Rev Correo de la UNESCO. Abril, 1996. p. 44.

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3 KOLOMINSKY Y. Comunicación escolar y desarrollo de la personalidad del niño. Moscú, Editorial Universidad Moscú; 1986. p. 34.

4 OJALVO V. La comunicación en el aula: su investigación y entrenamiento. Rev Cubana de Educación Superior. Vol. 14, No. 1, Universidad de La Habana; 1994. p. 31.

5 ESCANDEL M V. Introducción a la pragmática. Barcelona, España: Editorial Ariel, S. A.; 1996. p. 55.

6 GONZÁLEZ F. Comunicación, personalidad y desarrollo. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1998. p. 6 en la asignatura Español-Literatura. Informe de investigación. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’; 1992.

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