Varona

No.43   Julio-Diciembre, 2006.    ISSN: 1992-82

Reflexiones sobre la formación de conceptos

Refletions about concept formation

Dr C Berta María de la Cruz Capote. Profesora Titular Profesora Consultante. ISP “Enrique José Varona

Recibido abril de 2005   Aceptado enero de 2006


RESUMEN

El sistema de conocimientos de las distintas asignaturas está compuesto por un conjunto de conceptos con diferentes grados de complejidad y su formación constituye un objetivo fundamental de la escuela. Cuando este proceso no se dirige correctamente se presenta una serie de fenómenos negativos en el aprendizaje.

Para una mayor comprensión de este proceso ofrecemos algunas reflexiones o consideraciones sustentadas en la teoría marxista-leninista del conocimiento referentes al concepto en sí, su definición, formación y asimilación.

Lo que se pretende a partir de estas reflexiones es que los docentes tengan algunas herramientas teóricas que les posibiliten desarrollar adecuadamente el proceso de formación de conceptos.

PALABRAS CLAVE: concepto, definición de concepto, formación de concepto, asimilación de concepto.

ABSTRACT

The system of knowledge of the different subjects is composed by a group of concepts with different levels of complexity and whose formation constitute an fundamental objective of any school. When this process is not directed correctly a series of negative phenomena appears in the learning process. For a better understanding of this process the authors offer some reflexions and considerations sustained by the Marxist-Leninist theory of knowledge referent to the concept in itself, its definition, formation and assimilation.

It is hoped that parting from these reflexions, teachers will have some theoretical tools which enable them to properly develop the process of the formation of concepts.

KEYWORDS: concept, definition of concepts, formation of concepts, assimilation of concepts.


Introducción

Cada hombre debe apropiarse de un cúmulo de conocimientos elaborados por las generaciones anteriores, los cuales deberá enriquecerlos en dependencia del conocimiento científico moderno, y que contribuyan a formar en los alumnos un pensamiento acorde con la época actual.

La escuela debe proveer a los jóvenes de conocimientos que, al contribuir a su desarrollo intelectual, los ayuden en su futura actividad, que motive al alumno y le despierte el interés por buscar sus propios conocimientos, en un ambiente favorable que propicie una sólida asimilación de los conocimientos, entre ellos los conceptos.

La formación del sistema de conceptos presentes en cada asignatura constituye un objetivo fundamental de la escuela, que se cumple en la medida en que los maestros y los profesores conozcan y apliquen, en la práctica de su labor, la forma correcta de dirección de este proceso. Este es un proceso complejo, por lo que es necesario incorporar al sistema de enseñanza los conocimientos necesarios, los procedimientos y los métodos que respondan al nivel de desarrollo científico alcanzado y a las características del desarrollo intelectual de los jóvenes, que permitan la formación de conocimientos duraderos. Con este fin exponemos algunos elementos, reflexiones y valoraciones que pueden ayudar a ello.

La observación y el análisis del proceso de enseñanza-aprendizaje en la escuela permite plantear que no siempre se dirige adecuadamente el proceso de formación de conceptos en los alumnos. Cuando no está bien estructurado o no se dirige correctamente, se presenta una serie de fenómenos negativos en el aprendizaje de los alumnos y en su desarrollo, destacándose el formalismo de los conocimientos en sus distintas manifestaciones, la pérdida del interés por el conocimiento y la falta de desarrollo en sus procesos cognoscitivos.

Skatkin M N considera que luchar contra el formalismo es de vital importancia, debido a que se evita el verbalismo estéril que impide a los alumnos aplicar los conocimientos adquiridos, de ahí que se debe propiciar la enseñanza científica como base que lleve al alumno a aprender.

Desarrollo

ACERCA DEL CONCEPTO Y SU DEFINICIÓN

Definir el vocablo concepto ha sido tarea de muchos filósofos y de otros hombres de ciencia. Se han encontrado diversas definiciones en la literatura sobre el tema.

Según Lenin V I, “los conceptos son los productos más elevados del cerebro, el producto más elevado de la materia”.1

Para Rubinstein J L, el concepto “constituye un reflejo de la realidad objetiva y de sus propiedades”.2 Ganelin S I, refiriéndose al concepto, plantea que:  “no incluye todos los caracteres del objeto, sino únicamente los esenciales. Son esenciales aquellos caracteres que pertenecen necesariamente a los objetos de un género determinado y los distinguen de los objetos de otros géneros”.3

Para Skatkin M N, los conceptos son “la forma del pensamiento humano en la cual se expresan las características de los objetos, las relaciones de un objeto dado con otros, su origen y desarrollo”.4

Para Álvarez C, “el concepto es el elemento más importante del pensamiento lógico. Es una imagen generalizada que refleja la multitud de objetos semejantes por medio de sus características esenciales”.5 Al hacer un análisis de estas definiciones se aprecia que, en general, quedan reflejados dos aspectos principales sobre el concepto: a) operación lógica del pensamiento y b) representación de los rasgos más generales y esenciales de los objetos y los fenómenos de la realidad, constituyendo los conceptos la forma fundamental con que opera el pensamiento (generalización), lo que permite distinguirlos de otros. Con ellos se penetra en la esencia del mundo objetivo. Relacionando los conceptos es que se llega a formas superiores y complejas del pensamiento, como son los juicios y

los razonamientos.

Según Pozo J I, los conceptos están constituidos por una serie de atributos suficientes y necesarios, de modo tal, que todos los ejemplos tienen esos atributos comunes y considera que los conceptos científicos suelen responder a esta relación: C = R (x, y...), donde C es igual a concepto, R es igual a la relación y (x, y) es igual a atributos. Otro aspecto de interés lo constituyen las funciones que cumplen, que según Goodnow J J y Austin G A, sirven para reducir la complejidad del entorno, identificar los objetos que hay en el mundo, reducir la necesidad de un aprendizaje constante, y ordenar y relacionar clases de hechos.

Cada ciencia tiene en su base un sistema de conceptos históricamente formados, los que constituyen parte del contenido de las diferentes asignaturas. El aprendizaje de otros obliga a reestructurar progresiva- mente toda la pirámide de conceptos, ya que se encuentran relacionados de una manera determinada, de acuerdo con los nexos que reflejan.

Además de sus funciones existen otros rasgos que son necesarios considerar. Uno de esos rasgos es la definición.

¿QUÉ ES DEFINIR UN CONCEPTO?

El concepto no existe fuera de su definición. Al respecto, Lenin V I señaló que dar una definición “es, ante todo, trasladar un concepto dado a otro más amplio”.6 Así, por ejemplo, el concepto de respiración se define de la manera siguiente: La respiración es un proceso metabólico de obtención de energía como resultado de la degradación de un compuesto orgánico que ocurre en la célula. Queda así expresado el concepto más general (proceso metabólico), y el establecimiento de los rasgos que constituyen su peculiaridad.

Al definir los conceptos se tiende casi siempre a la concisión y la exactitud, pero lo fundamental es la amplitud y profundidad que abarca el objeto o fenómeno en cuestión. Para la dialéctica tiene, además, gran importancia descubrir las leyes que rigen los cambios, la transición de una forma a otra, la esencia del desarrollo de los hechos y fenómenos por lo que hay que tenerlos en cuenta durante la definición de conceptos. Al respecto, Lenin V I planteó: “En la teoría del conocimiento, como en todos los otros dominios de las ciencias, hay que razonar dialécticamente, o sea, no suponer jamás a nuestro conocimiento acabado e invariable, sino analizar el proceso gracias al cual el conocimiento nace de la ignorancia o gracias al cual el conocimiento incompleto e inexacto llega a ser más completo y más exacto’’.7 Así, tenemos que respirar, para Aristóteles (384-322 a.n.e.), consistía en ventilar el cuerpo, cuestión que perduró durante varios siglos. No fue hasta el Siglo XX a partir de los descubrimientos de afamados científicos como Embden G y Meyerhoff O acerca del postulado que explica cómo se escindía la fructosa 1-6 difosfato y el modelo global de las etapas sub- siguientes y el descubrimiento del adenosín trifosfato, de forma independiente por Lehman K, Fiske C y Subvarow Y, entre otros, que se llegó al concepto actual.

Al reflexionar acerca de la definición se puede considerar que es una operación lógica, que permite concretar y describir los rasgos esenciales del objeto o fenómeno y, al mismo tiempo, diferenciarlo de todos los otros objetos y evitar confusiones y ayudar a los alumnos a distinguirlos correctamente. Llegar a la definición no es solo plantear el concepto con una palabra o término, ya que es el reflejo en la conciencia del hombre de los nexos esenciales de la realidad objetiva, no el objeto en sí, sino las propiedades que lo caracterizan.

El profesor debe tener en cuenta, como requisito de la definición, lo siguiente: que el alumno aprecie el nexo entre los elementos componentes, el todo y las partes; la definición debe ser clara y precisa, eliminando el exceso de términos innecesarios; no debe plantearse en sentido negativo y no utilizar dentro de la definición otros conceptos que el alumno no conozca, lo que afectaría su comprensión.

Las definiciones son muy importantes para la asimilación, porque son una síntesis de aquellos datos que se informan a los alumnos mediante un trabajo analítico previo, por la explicación de cada uno de los caracteres del concepto, con ejemplos específicos, y se logra su correcta formación.

CONSIDERACIONES SOBRE LA FORMACIÓN Y ASIMILACIÓN DE CONCEPTOS

Vigotsky L S consideró que la enseñanza debe garantizar la formación activa de los conceptos y el aprendizaje como centro de atención, a partir del cual se deben proyectar el proceso pedagógico y la interacción del sujeto con su medio como vía de su desarrollo. Ello supone utilizar todo lo que está disponible en el sistema de relaciones más cercano al alumno para propiciar su interés y un mayor grado de participación e implicación personal en las tareas de aprendizaje.

La formación de conceptos es un proceso complejo en la educación, por lo que debe ser estructurado en un adecuado sistema de acciones, en el cual el trabajo del profesor resulta fundamental.

Para dirigir el proceso de formación de los conceptos de acuerdo con lo planteado por Ganelin S I, el profesor debe tener en cuenta que cada objeto tiene múltiples características que son comunes a otros y algunas que lo distinguen de los demás; todos los aspectos que presenta un objeto no tienen la misma significación y el concepto solo expresa las propiedades y los nexos esenciales; es decir, aquellos que lo caracterizan y permiten reconocerlo.

Las operaciones que están presentes en la formación de conceptos son: el análisis, la síntesis, la comparación, la abstracción, la generalización y la concreción.

Existen diferentes vías para la formación de los conceptos, como la inductiva, que parte de lo particular a lo general, y la deductiva, que parte de lo general a lo particular; esta última es muy aceptada en la enseñanza preuniversitaria, al tener en cuenta que en los alumnos de este nivel se forma el pensamiento lógico, fundamentado sobre las leyes de la lógica formal y sobre todo del pensamiento hipotético deductivo, por lo que son capaces de llegar a generalizaciones.

Los conceptos y las habilidades constituyen aspectos indisolubles porque el concepto se hace explícito por medio de una habilidad, la cual se forma sobre la base de las acciones que desarrollan los alumnos durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que permite la asimilación de los conceptos.

La asimilación de los conceptos ha sido abordada por diferentes estudiosos en la materia, encontrándose diferentes definiciones.

Bermúdez R y Rodríguez M plantean que “con el término asimilación se designa la actividad cognoscitiva (percepción, memoria, pensamiento) con cuya ayuda se logra el resultado mencionado (el dominio de los conocimientos), así como también las particularidades de la personalidad (sentimientos, voluntad, etcétera)”.8

Ganelin S I define la asimilación consciente como “aquel principio de la didáctica mediante el cual se garantiza el sólido conocimiento de hechos, definiciones y leyes; la profunda comprensión de deducciones, y generalizaciones, junto al saber expresar correctamente los pensamientos mediante la palabra; la transformación de los conocimientos en convicciones y la capacidad de emplear por sí mismos esos conocimientos en la práctica”.9

En las citas anteriormente expuestas se destaca que la asimilación de conocimientos no es solo la apropiación de la definición de los diferentes conceptos que forman parte del contenido de las asignaturas, sino que además brinda la posibilidad a los alumnos de utilizarlos en la práctica y de aplicarlos a las diferentes situaciones de la vida. Esto no se logra si no se organizan diferentes tipos de actividades que aseguren que los alumnos puedan aplicarlos.

Para lograr una correcta asimilación de los conocimientos se han establecido diferentes modelos de aprendizaje que, de una forma u otra, tratan de transformar y renovar la labor educativa. En nuestro medio hispanoamericano está muy difundida la pedagogía operativa constructivista, un producto de la psicología genética de Piaget J, corriente que depende de una concepción del conocimiento que se caracteriza por: existir una relación dinámica entre sujeto y objeto, el sujeto interpreta el entorno de forma activa, lo nuevo se construye a partir de lo adquirido, y es el sujeto quien construye su propio conocimiento. Las corrientes constructivistas han sufrido deformaciones en muchos países, al extremo de percibirse como caricaturas, de ahí el rechazo que algunos pedagogos hacen de ellas. Al respecto, el pedagogo español Coll C considera que la teoría constructivista de la enseñanza y el aprendizaje no se debe asumir como una solución a todos los males, sino como un instrumento de reflexión y de acción. Córdova M D, en el artículo “Por qué el constructivismo”, lo analiza como una alternativa novedosa para enfocar el proceso educativo, como respuesta a la educación tradicional donde el proceso de enseñanza-aprendizaje es rígido y aburrido. Como elementos negativos refiere dos aspectos: la amplitud de aplicabilidad; o sea, todo cabe dentro de él y el eclecticismo, se toman elementos y concepciones de diferentes autores que no se valoran ni obedecen a una integración verdadera. Como positivo, considera la participación del sujeto en su propio crecimiento, la consideración de lo grupal y su flexibilidad.

Miranda O L, en su trabajo “El constructivismo ¿de dónde viene y hacia dónde va?”, plantea la complejidad del marco teórico de esta tendencia pedagógica, pero reconoce a múltiples y variadas potencialidades metodológicas que ofrece, todo depende al servicio de qué intereses ideológicos se coloquen sus resultados didácticos y de cómo conjugar esta tendencia constructivista con las tendencias pedagógicas más progresistas y revolucionarias.

Haciendo una reflexión acerca de esta tendencia pedagógica consideramos que, en esencia, tiene aspectos que coinciden con la pedagogía cubana, basada en la teoría marxista-leninista y martiana del conocimiento, entre los que se destacan el carácter activo que se le confiere al alumno en la obtención del conocimiento, el aprendizaje como centro de atención a partir del cual se debe proyectar el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como evitar la transmisión estereotipada y propiciar situaciones contradictorias que estimulan al alumno a buscar soluciones. El constructivismo asimilado críticamente y adecuado a nuestras condiciones sociales, políticas y económicas puede tomarse como alternativa para resolver situaciones de aprendizaje y no constituye un campo dogmático, que admite una sola y única interpretación. Hay muchas maneras de ayudar a los alumnos a construir el conocimiento en la escuela.

El proceso de construcción tiene su propia dinámica y un tiempo que hay que respetar. Además, es un proceso que implica a todos los alumnos, no solo lo relacionado con sus conocimientos, sino también sus actitudes, sus expectativas y su motivación, que tiene una importancia de primer orden.

Conclusiones

Las consideraciones que se plantean sobre la formación de conceptos se fundamentan en la teoría marxista-leninista del conocimiento, necesaria para una mejor comprensión de este proceso.

Se destacan aspectos complejos como el concepto en sí, su definición, formación y asimilación, con ejemplos concretos.

Las revoluciones en las ciencias van acompañadas de la transformación total o parcial de sus conceptos básicos y del surgimiento de otros nuevos, que modifican toda la pirámide de conceptos, cuestión que hay que tener en cuenta.

Los contenidos que se imparten en la Enseñanza Media se basan, en gran medida, en la definición de conceptos, muchas veces algo complejos, de ahí la necesidad de buscar alternativas novedosas durante su formación.

 

Referencias

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2 RUBINSTEIN J L. El proceso del pensamiento. La Habana, Cuba: Editora Universitaria; 1966. p. 38.

3 GANELIN S I. La asimilación consciente en la escuela. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1978. p. 43.

4 SKATKIN M N. Perfeccionamiento del proceso de la enseñanza. T. I. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1973. p. 24.

5 ÁLVAREZ C. Fundamentos de la dirección del proceso de formación del profesional de perfil amplio. Folleto. Universidad Central de Las Villas, 1988, p. 50.

6 LENIN V I. Materialismo y empiriocriticismo. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1990. p. 137.

7 IBÍDEM. p. 94.

8 BERMÚDEZ R, RODRÍGUEZ M. Teoría y metodología del aprendizaje. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1996. p. 25.

9 GANELIN S I. La asimilación consciente en la escuela. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1978. p. 11.

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