Varona

No.43   Julio-Diciembre, 2006.    ISSN: 1992-82

La comunicación en las organizaciones educacionales

The communication in educational organizations

Lic. Issel Luis Puig González. Asistente. ISP “Enrique José Varona”

Recibido junio de 2005   Aceptado enero de 2006


RESUMEN

Este trabajo tiene como objetivo, argumentar la necesidad de contribuir al desarrollo de las competencias para la comunicación en los directivos educacionales, a fin de ayudar a orientarlos en la consideración adecuada de los contenidos y prácticas de la comunicación organizacional como aspecto esencial de su trabajo de dirección.

La comunicación hace posible la integración, el funcionamiento y la existencia misma de las organizaciones; sin embargo, aún resulta un aspecto insuficientemente considerado por directivos y académicos.

Las instituciones escolares no son diferentes a otras organizaciones en cuanto a la necesidad de una comunicación adecuada para viabilizar el funcionamiento institucional, lo que se ha incrementado en los últimos años por los requerimientos de coordinación de procesos y actividades.

PALABRAS CLAVE: comunicación, competencia para la comunicación, actuación comunicativa, estilo de comunicación, comunicación institucional.

ABSTRACT

This article has as an objective to discuss the necessity to contribute to the development of competences for the communication of educational directors, with the end of contributing and instructing educational directors in the adequate considerations of practical content of organizational communication which is an essential part of their job.

Communication makes possible the integrations, functioning and existence of the educational organizations, however, communication is still an aspect which is considered insufficient by directors and academics.

Schools and are no different to other organizations when it comes to the necessity of an adequate communication to enable its institutional functioning. This communication need has increased in the last years with the requirements of coordination process and activities.

KEYWORDS: communication, communication competence, communicative behaviour, communication style, institutional communication.


Introducción

Las transformaciones en el Sistema Nacional de Educación que se producen actualmente, la formación emergente de maestros primarios, el surgimiento del Profesor General Integral, la existencia de profesionales de la educación de varias generaciones, que aún no son licenciados y están en formación en los cursos para trabajadores, nos enfrenta a nuevos escenarios donde la labor del dirigente educacional le impone nuevos retos en el desarrollo de fuertes y sistemáticos procesos comunicativos durante cada función de dirección, para garantizar el logro de los objetivos de la institución.

Este trabajo tiene como propósito argumentar la necesidad de contribuir al desarrollo de las competencias para la comunicación en los directivos educacionales.

Desarrollo

La comunicación es una condición necesaria para la existencia del hombre y uno de los factores más importantes para su desarrollo social. Ello refleja la necesidad objetiva de los seres humanos de la asociación y cooperación mutuas.

La vida colectiva y la comunicación con sus semejantes marcaron las diferencias entre los animales y los seres humanos. En el proceso de adaptación y transformación del medio ambiente, el trabajo y la comunicación se constituyen en condiciones esenciales del desarrollo humano. Las vivencias socioculturales son las que orientan, de una u otra forma, a quien las vive hacia niveles superiores, lo que implica que la socialización solo tiene sentido para los que participan en ella, si parte de los códigos construidos socialmente o se producen las condiciones para conocer y usar otros siempre mediados por la comunicación; es además, condición del desarrollo de la individualidad, originalidad e integridad de los mismos. A través de ellos se intercambian los pensamientos, vivencias afectivas, y se realiza todo el sistema de relaciones humanas.

Los orígenes de la comunicación hay que situarlos en las actividades vitales que desarrollan los hombres. El individuo no los lleva de manera aislada, sino que la misma transcurre en relación con otros hombres. En sentido amplio, la comunicación constituye el medio a través del cual se efectúa todo el sistema de relaciones humanas; es un modo de realización de las relaciones sociales que tiene lugar a través de los contactos directos e indirectos de las personalidades y los grupos en el proceso de su vida y de su actividad social.

Para el hombre la comunicación significa una vía importante para asimilar toda la experiencia histórica social.

La comunicación se considera un proceso de intercambio sujeto-sujeto cuando nos referimos a la comunicación interpersonal (sujeto-sujeto), pero también se distinguen otros niveles de comunicación; por ejemplo, el que se expresa en la relación sujeto- sujeto conjunto o sujeto conjunto-sujeto conjunto (individuo-grupo, grupo-grupo).

El hombre, como miembro de un grupo, no solo se comunica y recibe influencia de cada individuo, sino que también está marcado por su grupo, el cual posee cualidades muy específicas, diferentes a las del individuo aislado.

Cuando se pasa del estudio individual al de los grupos se identifica la comunicación como un elemento aglutinador de sus integrantes, como un indicador del desarrollo grupal que favorece el crecimiento de los mismos.

La comunicación presenta, entre sus características fundamentales, la gran variedad de funciones que a ella se le atribuyen: la informativa, la afectiva y la reguladora.

La función informativa comprende la transmisión y recepción de la información, la afectiva se expresa en la determinación de la esfera emocional y la reguladora como el control de la conducta de las personas que se comunican. Es necesario destacar que, en el acto de la comunicación directa, las funciones antes señaladas forman un todo único.

Un clima sociopsicológico positivo garantiza la interacción entre los individuos; sin embargo, para ello es necesario que se satisfagan inquietudes de carácter emocional entre los miembros del grupo, así como el establecimiento del control y la regulación de la conducta.

Por otra parte, en el desarrollo de la actividad del dirigente, si es necesario, debe ser capaz de movilizar las funciones de la comunicación en otro sentido, si bien, en un momento determinado, puede resultar más importante para la vida del grupo la función reguladora.

Una fuente sustancial de conflictos encontrada en las investigaciones realizadas en el país fue el hecho de que el dirigente centrara sus esfuerzos en una sola función, sin que se expresaran las restantes. A causa de ello, por ejemplo, los miembros del grupo desconocían las perspectivas futuras de su trabajo por falta de información. Esto contribuyó a crear una desmotivación entre sus integrantes.

Grupos de alto desarrollo manifiestan, también, en alto grado la función reguladora entre sus miembros, dirigida a garantizar la actividad. Para el desarrollo del clima sociopsicológico adecuado es muy importante la manifestación de una función emocional positiva, particularmente, este aspecto tiene especial interés para lograr la adaptación de los miembros jóvenes al proceso laboral.

Al analizar los aspectos sociopsicológicos de la dirección en el colectivo se señala que esta cumple dos funciones básicas en el colectivo laboral: la solución de problemas y tareas oficiales del colectivo en su esfera de actividad o de la actividad sociopolítica y la satisfacción de las necesidades sociales de los miembros.

Como se aprecia, la comunicación en la dirección es esencial para el éxito de las organizaciones, entiéndase como el logro de sus objetivos y para ello el directivo tiene que poseer competencias para la comunicación.

La competencia para la comunicación es más que la eficacia de los conocimientos, hábitos y habilidades que intervienen en la actuación del personal en situaciones de comunicación.

Es imprescindible encarar el problema a partir de un enfoque personológico. El hombre interviene y se expresa en la relación interpersonal como personalidad y, por tanto, en su actuación en contextos comunicativos, intervienen tanto los elementos que permiten una ejecución pertinente desde el punto de vista cognitivo-instrumental (sus conocimientos, habilidades, etc.), como aquellos que se refieren a la esfera motivacional- afectiva, como sus necesidades y motivos, sus propósitos, expectativas, sus vivencias.

En el caso específico de la actuación comunicativa, en la cual se trata, no de una interacción con la máquina o con un objeto de trabajo impersonal, sino de una relación interpersonal en la que interviene como aspecto esencial la subjetividad de los que participan, los elementos afectivos son insoslayables y también decisivos en la eficiencia.

Si se concibe la comunicación interpersonal como un proceso esencial en el crecimiento humano y en estrecha relación con la personalidad, su eficiencia no se agota con el desarrollo de habilidades. Se requiere de una construcción teórica con un carácter más holístico donde se integren elementos de las distintas áreas de la personalidad: conocimientos, vivencias afectivas, elementos metacognitivos, cualidades. Se imponen, además, otras alternativas metodológicas para elevar la eficiencia de la comunicación interpersonal, que permitan no solo el entrenamiento de las habilidades ante situaciones concretas, sino un enfoque más integral, sistemático y permanente que propicie el desarrollo de una configuración psicológica.

El Centro de Estudios Educacionales del Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’ parte de los referentes teóricos de la escuela histórico- cultural y propone una conceptualización de competencia: “configuración psicológica que integra diversos componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de la personalidad en estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una esfera específica de la actividad, en correspondencia con el modelo de desempeño deseable socialmente construido en un contexto histórico concreto”.1

A la noción anterior de competencia se adscribe el autor. En este enfoque se articula el desarrollo del individuo y la necesidad de una actuación eficiente en su desempeño profesional. En ella se sustenta un enfoque integrador y humanista, y responde a las exigencias de la sociedad cubana y concede, al desarrollo personal del profesional, un lugar privilegiado.

Por tanto, trabajar por la competencia para la comunicación significa abordar elementos de las dos áreas básicas de la personalidad, que en ninguna medida se encuentran disociadas en la actuación y en la vida psíquica del hombre: la afectiva valorativa, de carácter dinámico e inductor; y la esfera cognitiva, instrumental, de carácter ejecutor.

El hecho de que el directivo logre una actuación competente como comunicador implica, en primera instancia, el desarrollar una serie de conocimientos, sistema de acciones y operaciones que pueden sistematizarse en habilidades y hábitos, que vayan conformando toda una cultura de la comunicación, necesaria para quien tiene como centro de su trabajo al hombre.

También es necesario el desarrollo de elementos metacognitivos en esta esfera, como puede ser el conocimiento de sus propias posibilidades de éxito en la relación interpersonal, sus limitaciones, dificultades o mecanismos de control y compensatorios que le permitan superar barreras comunicativas.

Además, es necesario el desarrollo de determinados procesos cognitivos como la flexibilidad de pensamiento, el desarrollo de la observación, la distribución de la atención para percibir todo tipo de señales, que le permitan captar la situación comunicativa.

Consideramos la eficiencia como el claro dominio de mensajes, aceptación de influencias recíprocas, mínimo empleo de tiempo y esfuerzo cognitivo, condiciones vivenciales positivas, contacto personalizado que contribuya al mejoramiento humano y estabilidad en el tiempo.

LA NECESIDAD DE LA FORMACIÓN DE COMPETENCIAS PARA LA COMUNICACIÓN EN DIRECTIVOS EDUCACIONALES

El proceso de dirección es eminentemente comunicativo; el directivo constantemente está interactuando con sus colaboradores, dicha interacción se manifiesta desde el contacto interpersonal directo, “cara a cara”, hasta la comunicación a través de otros jefes, por medio de mensajes escritos que pueden ser cartas, circulares, órdenes, etcétera.

Durante el ciclo de dirección, en la planificación el directivo solicita criterios, propuestas, valoraciones de los resultados obtenidos, formula objetivos a corto y mediano plazo, informa la organización de tareas teniendo en cuenta las particularidades de cada miembro, determina los procedimientos de trabajo que se utilizarán de forma individual y colectiva con cada trabajador, y analiza con los subordinados los recursos humanos y materiales disponibles.

Durante el mando o regulación, establece y mantiene una comunicación intensa con sus colaboradores, forma subordinados en la medida necesaria, coordina las acciones con cada sujeto involucrado, distribuye tareas y responsabilidades. Y durante el control, establece el sistema que le permite al dirigente y sus subordinados informarse, analizar los resultados obtenidos, determinar y corregir las desviaciones, consensuar los instrumentos de control durante el proceso y al final de cada etapa de las acciones encaminadas al logro de los objetivos.

La competencia para la comunicación es necesaria para poder filtrar la información, es discriminar lo esencial de lo superfluo, obtener los datos esenciales para una toma de decisiones acertada, descubrir el fraude informativo, evitar las demoras en la comunicación que puedan contribuir a que las personas no tengan claridad de lo que se espera de ellas. Un desarrollo adecuado de competencias para la comunicación permite disminuir o erradicar barreras comunicativas que aumenten la distancia entre jefe y subordinado y que pueda provocar la falta de interacción correcta con sus colaboradores.

La dirección es el conjunto de métodos y técnicas a través del cual el dirigente orienta a un grupo de subordinados hacia un fin; es decir, se determinan los objetivos, los medios para alcanzarlos y las funciones para garantizar las metas.

Esto implica la necesidad de tomar decisiones seriamente argumentadas, y no arbitrarias y en la medida que exista un proceso efectivo de comunicación habrá una dirección eficiente.

La comunicación para el dirigente es el medio de influencia por excelencia sobre el grupo que dirige. En cualquier organización, los medios y métodos de comunicación personal hacen posible el establecimiento de relaciones de grupo de forma tal, que los subordinados consideren a su jefe como su dirigente natural, todo está en que él pueda y en la mayoría de los casos quiera, llegar a esto.

Muy relacionado con el liderazgo está el estilo de comunicación; o sea, el modo particular de establecer la comunicación con sus subordinados, si posee tacto, si es sensible y utiliza más el estímulo que la reprobación. Ello estimula la participación de los interlocutores.

El funcional también promueve la participación del interlocutor, procura estar informado de los problemas de sus interlocutores, recalca más el logro que la deficiencia. El formal se destaca en el cumplimiento de los objetivos, de los logros según lo normado, presta poca atención a las particularidades de su interlocutor; el no comunicativo, en ocasiones, se comporta de forma agresiva, no son de su prioridad los problemas personales de su interlocutor, posee poco tacto, tiene la tendencia a destacar las deficiencias y la reprobación.

Una comunicación eficiente por parte del directivo educacional con sus subordinados permite una estabilidad emocional; a través de la misma persuade, logra la buena voluntad ante las tareas, forma hábitos de trabajo, se pueden alcanzar buenas sugerencias ante las contingencias.

Poseer competencias para la comunicación le permite al directivo establecer contactos, liberar tensiones, informar, persuadir; además, lograr la coherencia entre el pensar, sentir y el actuar, sin dicha coherencia su actuación sería falsa.

Un aspecto importante para el directivo es la asertividad, que implica hacer respetar los derechos personales y expresar pensamientos, sentimientos y creencias de una manera honesta, directa y apropiada, de forma tal que no atente contra los derechos de otras personas.

La clave de la asertividad es ser honesto con uno mismo. Es decir, lo que uno piensa, siente o quiere sin dominar, humillar o degradar a los demás. Tampoco es ser el mismo o diferente a la otra persona cuando uno se comunica.

La asertividad implica respeto hacia uno mismo, al expresar las propias necesidades y al defender los derechos que uno tiene y el respeto hacia los derechos y las necesidades de las otras personas.

La meta de la asertividad es la comunicación y la mutualidad; es decir, dar y recibir respeto, pedir un juego justo y el dejar espacio para el compromiso cuando las necesidades y los derechos de dos personas entran en conflicto.

La comunicación desempeña un doble papel en el funcionamiento de una organización, este aspecto es de vital importancia que lo conozca el directivo educacional, lo cual le permitirá dirigir adecuadamente. El doble papel se manifiesta en el intercambio entre el dirigente y los subordinados, de orientaciones, entre jefes, entre los subordinados, es un proceso de interinfluencias que le permite al directivo controlar las desviaciones del sistema, chequear el comportamiento del flujo de información, mando y control; además, es una vía de control del clima sociopsicológico de la organización para poder influir en la motivación y la estabilidad grupal.

Lo anteriormente expuesto se ha analizado desde el punto de vista general de cualquier estructura organizacional, pero en dirección educacional se hace necesario plantear determinadas ideas básicas que contribuyen a esclarecer más la importancia de la necesidad del desarrollo de competencias para la comunicación en los directivos educacionales.

En la dirección educacional lo que se dirige no son instituciones, territorios o procesos; sino las personas que participan en ellos. Esta idea básica nos permite comprender la importancia de la comunicación en las instituciones educacionales; sobre la actuación de las personas descansa la responsabilidad de llevar a cabo la misión de la institución, en ellas debemos tener en cuenta sus intereses, motivaciones, aspiraciones, conocimientos, valores, compromiso político con las tareas, lo que le permitirá al directivo tener un conocimiento más acabado del personal que dirige.

Otra idea básica acerca de la dirección educacional es que ninguna organización es capaz de alcanzar resultados superiores a las habilidades y capacidades del personal que la integra; o sea, que el directivo educacional para poder transformar a la organización tiene que ocuparse de la formación, capacitación de sus miembros, ya que en la medida que estos alcancen un mayor conocimiento y preparación, en la misma medida la organización podrá alcanzar la metas que se propone.

Es necesario destacar que el desarrollo corriente y perspectivo de una organización depende del nivel de desarrollo alcanzado por su personal, del grado de preparación y compromiso de cada uno de sus integrantes y de la disposición de los mismos para conducir a la organización hacia niveles superiores. Estas ideas básicas nos llevan a que todo descansa sobre factores humanos, “la materia prima” son las personas, “los medios de producción” son las personas y todos los procesos que se realizan tienen lugar en el

campo de las relaciones interpersonales.

La dirección educacional es un proceso de formación de hombre y un proceso de formadores de hombres.

Conclusiones

Un directivo necesita el desarrollo de competencias para la comunicación porque, mediante ellas, puede conocer la personalidad y el nivel de cada integrante, revelar las tendencias del desarrollo individual, sus contradicciones internas y sus más efectivas soluciones, planificar, organizar, regular y controlar el desempeño profesional de cada uno, según sus necesidades específicas y conjugar los intereses individuales con los colectivos, institucionales y sociales.

Poseer competencias para la comunicación permite al directivo lograr la coherencia entre el pensar, el sentir y el actuar; sin ella, su actuación sería falsa.

 

Referencias

1 CASTELLANOS B, LLIVINA M, FERNÁNDEZ MA. La formación de la competencia investigativa: un reto permanente de la profesionalización pedagógica. La Habana, Cuba: Centro de Estudios Educacionales, Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’; 2002. p. 3.

Bibliografía

BARTOLOMÉ A R. Concepción de la Tecnología Educativa a finales de los ochenta. http://www.doe.d5.ub.es/ telany88/bartolome tit/

CASTAÑEDA A E. Un modelo pedagógico y tecnológico sustentable para la enseñanza de postgrado a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en países de América Latina. Experiencias de su aplicación en Cuba. La Habana, Cuba: Centro de Referencia para la Educación de Avanzada del Instituto Superior Politécnico “José A. Echeverría”; 2000. Soporte digital.

COLECTIVO DE AUTORES. Temas sobre actividad y comunicación. En: González F. Personalidad y Comunicación: su relación técnica y metodológica. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1989. p. 327-348.

DUART J. Aprender sin distancias. http://www.uoc.es/web/ esp/articles/josep maria duart.html

FERNÁNDEZ A M, DURÁN A. Comunicación Educativa. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1995. FERNÁNDEZ A M. Retos y perspectivas de la comunicación educativa en la era de la tecnología de la información y las comunicaciones. La Habana, Cuba: Centro de Referencia para la Educación Avanzada. Instituto Superior Politécnico “José A. Echevarría”; 1999. Soporte digital.

GONZÁLEZ V. Profesión Comunicador. La Habana, Cuba: Editorial Pablo de la Torriente Brau; 1988.

GONZÁLEZ F. Comunicación, personalidad y desarrollo. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1995. LOMOV F B. El problema de la comunicación en psicología. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales;

1989.

NAVARRO J. El aprendizaje mediante las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Acta colombiana de Psicología 2. 1999. p.107-122.

OTERO J. Didáctica. Temas complementarios. Compilación. Facultad de Ciencias de la Educación. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”. Soporte digital.

SANTIESTEBAN M O. Programa para la capacitación informática de dirigentes educacionales. La Habana, Cuba: Ministerio de Educación. Departamento de Computación Educacional; 1998. Soporte digital.