Varona

No.43  Julio-Diciembre, 2006.    ISSN: 1992-82

Memorias


Dora Jorge. MAESTRA REVOLUCIONARIA

Dora Jorge. A REVOLUTIONARY TEACHER

Dr. C. Josefina Meza Paz. Profesora Titular. ISP “Enrique José Varona”

Recibido ENERO de 2006   Aceptado ENERO de 2006


RESUMEN

En este artículo, el principal propósito es dar a conocer la vida de la maestra revolucionaria Dora Eusebia Jorge Fariña para que sirva de ejemplo a las actuales y nuevas generaciones.

Dora fue un modelo de profesional revolucionario, de ser humano solidario que disfrutaba al ayudar a los demás, maestra estudiosa, sencilla y esforzada encontró su mayor felicidad en la entrega diaria en el aula y en establecer una relación con sus alumnos que influyera en el desarrollo integral de sus personalidades. Por ello, su ejemplo es imperecedero.

PALABRAS CLAVE: maestra, revolucionaria, ejemplo, educación, Dora Jorge, trabajo, modelo.

ABSTRACT

This article has the principle purpose of giving information of the life of the revolutionary teacher Dora Eusebia Jorge Fariña so that in turn it may serve as an example to the new generations.

Dora was a model of a revolutionary professional, of a solidarious human who enjoyed helping others, a studious teacher, humble and always exerting herself in the field where she found the most joy in her daily routine in the classroom and in establishing a harmonious relationship with students which came to influence the integral development of their personality.

KEYWORS: teacher, revolutionary, example, education, Dora Jorge, work, model.


Introducción

La destacada maestra Dora Eusebia Jorge Fariña vivió 63 fructíferos años, 44 de ellos dedicados a la educación y la enseñanza y toda su vida a la Revo- lución. Nació en La Habana, el 5 de marzo de 1942 y murió en su puesto de trabajo en Potosí, Bolivia, el 26 de abril de 2005, en donde dirigía un Taller de Tesis de la Maestría en Educación Superior del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”.

Desarrollo

Era incondicional para el trabajo, aunque se encontrase enferma y siempre estaba dispuesta a asumir tareas y responsabilidades, lo que hacía con gusto y con innumerables iniciativas. Disfrutaba el trabajo y se realizaba en él.

Humana y cariñosa, tenía muy buenas relaciones con sus alumnos, entre los que gozaba de prestigio. Con el grupo de la Facultad “Presidente Salvador Allende”, del que fue profesora guía en uno de los últimos cursos, estableció una estrecha relación, al punto de que los estudiantes se sentaban a hablar de sus problemas con ella, sin que fuera obstáculo la diferencia de edades. Entendía muy bien a los “muchachos”, que la llamaban Dorita.

Tenía sensibilidad y visión para trabajar con los jóvenes y en su labor educativa combinaba la exigencia con la flexibilidad. En los consejos disciplinarios en que participó sus decisiones eran muy acertadas, y siempre daba una oportunidad a los estudiantes.

Gustaba de “jaranear”, pero a la vez era exigente y rigurosa en toda labor que desempeñaba, y sobre todo consagrada. Entre sus preferencias estaba leer e ir al cine. Se preparaba especialmente para ir a comprar en la Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebra cada año y también en el período en que anualmente se desarrolla el Festival Internacional del Cine Latinoamericano, Dora buscaba la manera de ver las películas más destacadas.

Doctora en Ciencias Filosóficas desde 1988 y por sus méritos y esfuerzo personal llegó a ser Profesora Titular en 1995 del Pedagógico Varona. El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Ciencia, la Cultura y el Deporte (SNTECD) le otorgó la condición de Vanguardia Nacional en el 2001 y en los tres cursos siguientes.

Dora nació en el seno de una familia obrera, su padre Luis Jorge era de oficio carpintero, combatiente de Playa Girón y militante comunista muy activo, su madre Dora Fariña era un ama de casa que colaboraba en tareas de la comunidad. Tuvieron tres hijas, Dora era la mayor, le siguen sus hermanas Luisa María y Rosa, y sus cuatro sobrinos –dos varones y dos hembras– vienen a completar su entorno familiar.

Realizó sus primeros estudios en la Escuela Pública Anexa a la Universidad de La Habana, tanto de la Enseñanza Elemental como de la Primaria Superior (7º y 8º grados).

En 1957 ingresó en la Escuela Normal de La Habana con 15 años para hacerse maestra primaria. Allí fue dirigente estudiantil y participó en huelgas contra la tiranía batistiana y, en alguna ocasión, en la toma de la escuela.

Al triunfar la Revolución, en 1959, ingresó en las Milicias en la Normal y al graduarse respondió al llamado que hizo el Ministro de Educación, Armando Hart, para ocupar aulas vacantes en la provincia de Oriente

Inició su actividad laboral como maestra primaria en Sagua de Tánamo, Oriente, en enero de 1961, comenzando así una trayectoria vital de entrega a las tareas de la Revolución. Allí trabajó durante dos cursos, también alfabetizó a 11 campesinos y se desempeñó como técnica asesora a nivel de barrio durante la Campaña de Alfabetización. Cuando el ataque a Playa Girón participó en labores de la defensa.

Posteriormente se le trasladó a La Habana. En 1963 cursó la Escuela Nacional de Instrucción Revolucionaria para Maestros “Rubén Bravo”, y por ser alumna ejemplar la seleccionaron como directora de una Escuela Básica de Instrucción Revolucionaria (EBIR).

Con 23 años, en febrero de 1965 ingresó al Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) que en pocos meses se transformaría en el Partido Comunista de Cuba (PCC). En julio de ese año se le designó Subdirectora Docente de un Tecnológico, cargo que ocupó durante varios cursos.

Se trasladó a la provincia de Las Villas por necesidades de la Enseñanza Técnica y Profesional, para un centro de nueva creación organizado con alumnos procedentes de once tecnológicos de Matanzas y Las Villas, desempeñando funciones de Subdirectora General hasta que dejó de existir este Instituto. En este período participó en varias zafras en Las Villas y Camagüey.

Nuevamente en La Habana, comenzó a trabajar en la Escuela Tecnológica de Ciudad Libertad como jefa de Ciencias y Humanidades e integró como miembro la Comisión Nacional de Planes y Programas. Su espíritu de superación le llevó a iniciar estudios universitarios en 1971, para graduarse como Profesora de Nivel Secundario Superior de Español en 1976.

Antes de concluir la Carrera la designaron para pasar un curso de Marxismo Leninismo en 1973 y trabajó provisionalmente unos meses en el Departamento de Marxismo Leninismo del Ministerio de Educación como asesora nacional, impartiendo conferencias en seminarios nacionales y participando en la elaboración de guías metodológicas, programas y materiales docentes para todo el país.

Al finalizar el anterior curso se le ubicó como Jefa de la Sección de Marxismo Leninismo de la Dirección Provincial de Educación de La Habana, donde organizó, dirigió y asesoró la enseñanza de esta disciplina en los preuniversitarios en el campo, la enseñanza de la Moral Comunista en las escuelas secundarias básicas en el campo y la superación político-ideológica del personal docente en todos los tipos y niveles de enseñanza. Desempeñó la anterior responsabilidad hasta que pasó en diciembre de 1976 a trabajar en el Instituto Superior Pedagógico “Enrique J. Varona”, como docente.

La profesora Dora trabajó 29 años en el Pedagógico Varona, dejando una notable huella en sus aulas, en sus compañeros, en el sindicato y en la labor partidista que como militante realizó. Resulta verdaderamente difícil reflejar lo más relevante de su actividad por la amplitud y diversidad de lo que abarcó.

En su docencia se desempeñó básicamente como profesora de Filosofía. Impartió entre otras: Filosofía Marxista-Leninista, Marxismo y Religión, Ética y Pensamiento Martiano, Debate y Reflexión y Crítica a la Filosofía Burguesa Contemporánea. En los últimos cursos en que trabajó con Profesores Generales Integrales (PGI), asumió también la enseñanza de Historia Universal –Historia Antigua y Media e Historia Moderna y Contemporánea– e Historia de Cuba.

Su amor al estudio y afán de superación le hicieron cursar numerosos postgrados y dirigir otros. Entre los que impartió están: Marxismo y Religión, Epistemología, Filosofía de la Educación y Problemas Sociales de la Ciencia, siempre se podía contar con ella para dar este último curso, por sobrecargada de trabajo que estuviese.

Su labor fue destacada en la preparación de profesores para el examen de Problemas Sociales de la Ciencia y en el caso del examen de mínimo; o sea, de los aspirantes a doctores que orientaba, era muy exigente y rigurosa, devolviendo el trabajo que se debía presentar cuantas veces fuera necesario hasta que estuviera listo, a lo que ella, por supuesto, contribuía con su crítica y asesoramiento.

Desempeñó como profesora diversas responsabilidades, entre ellas: jefa del Departamento de Filosofía Especialidad de la Facultad de Perfeccionamiento y Recalificación de Profesores de Ciencias Sociales, profesora principal de Filosofía Marxista-Leninista y responsable de la Comisión Nacional de Perfeccionamiento de la misma y jefa de colectivo de profesores y alumnos ayudantes. Recién llegada al Pedagógico Varona, fue conferencista del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en Yugoslavia, en 1977 y nuevamente en Bulgaria en 1982, actividad que desarrolló durante varias semanas en cada ocasión.

Integró diversos tribunales y comisiones de carácter científico, así era Secretaria y miembro de Tribunales de categorías docentes para Asistentes y para Auxiliares y Titulares; miembro de la Comisión de Grados Científicos y miembro de la Comisión Científica de Departamento y de los Consejos Científicos de Facultad e Instituto. También fue tribunal, tutora y oponente de trabajos científicos estudiantiles, maestrías y doctorados.

Entre las líneas de investigación que desarrolló están: Problemas teórico-metodológicos de Marxismo y Religión y Estudio para una caracterización socio-religiosa de la comunidad y su influencia en la escuela. Además, se destacó por el estudio de las culturas y, especialmente, de las religiones africanas en Cuba y la obra de Fernando Ortiz.

Análisis filosófico de la Antropología Católica fue la investigación que desarrolló como tesis de doctorado, la que realizó y defendió en la cátedra de Ateísmo Científico de la Universidad Estatal de Kiev, en Ucrania (URSS), en 1988, con evaluación de excelente. Posteriormente desarrolló actividades de colaboración con el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Cuba con el tema: La Antropología religiosa. Su interpretación por los cristianos de izquierda en América Latina.

Los resultados de su actividad investigativa los aplicó en programas y guías metodológicas, en los trabajos científicos que tutoró, y los dio a conocer en los numerosos eventos nacionales e internacionales en que participó. Asimismo, dirigió un Grupo de Desarrollo dedicado a estudiar el fenómeno religioso y organizó algunos talleres sobre este tema.

Entre los artículos que publicó están: ‘‘La política educacional en Cuba’’, ‘‘Principios de la Antropología Católica’’ y ‘‘El trabajo ideológico’’. Se interesó en la última temática no solo desde lo teórico, pues en el último período en que trabajó con los profesores generales integrales (PGI) fue responsable de trabajo político ideológico de la Unidad a la que pertenecía.

Prestó su colaboración en el extranjero. En períodos del 2000 y del 2002 trabajó en el Doctorado en Ciencias Pedagógicas que se desarrolló en la Universidad Interamericana (UNICA) de Santo Domingo, y obtuvo resultados altamente reconocidos por las autoridades de dicha Universidad.

No menos destacada fue su labor como militante comunista. Era secretaria general, de organización y de educación de su núcleo y secretaria organizadora del Comité Primario de la Facultad de Humanidades. Trabajó como Subdirectora docente de la Escuela municipal del Partido durante el curso 1992-1993 en prestación de servicios, en la que desarrolló una excelente y meritoria labor, reconocida por la dirección de esa escuela. Estuvo presente además en Marchas del Pueblo, en concentraciones, en trabajos voluntarios y en cuanta actividad convocara la Revolución.

En el Sindicato colaboró como dirigente, en el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) de su cuadra fue responsable de Vigilancia, organizando las guardias y controlándolas. En la defensa se destacó y ocupó responsabilidades de dirección en las Milicias de Tropas Territoriales (MTT), el último cargo que desempeñó era el de Jefa de Personal del Batallón 674 en el municipio de Playa; como vemos asumió tareas revolucionarias no solo en el Pedagógico Varona, sino también fuera de él.

Por su incansable labor el Consejo de Dirección de la Facultad de Humanidades le otorgó el Reconocimiento a la Excelencia en varios cursos, desde 1995-1996 consecutivamente hasta 1999-2000 y obtuvo el Reconocimiento de los estudiantes de primer año de la carrera de Marxismo Leninismo-Historia en 1998-1999. No se puede hablar de Dora sin recordar su generosidad y solidaridad con todo aquel que solicitara su asesoría, en ocasiones sin pedírsele, su sensibilidad le hacía ofrecer su consejo oportunamente. Se sentía feliz cuando podía ayudar.

Tampoco es posible olvidar el amor y dedicación con que atendió a sus padres hasta el final de sus vidas y el cariño que siempre transmitió a sus sobrinos.

En los últimos cursos, desde el 2002-2003 Dora trabajó en la formación de Profesores Generales Integrales (PGI), primero en la Facultad ‘‘Presidente Salvador Allende’’ y después en la Facultad para habilitados de PGI de Ciudad Libertad, dando un paso al frente para apoyar los planes de la Revolución; en este mismo período influyó positivamente al motivar a los profesores para realizar el cambio de categoría docente.

Por problemas de salud, cuando estuvo en la “Allende” se le propuso quitarle la guardia nocturna, a lo que se negó rotundamente.

Su última actividad, como apuntamos al inicio, consistió en impartir un Taller de Tesis en la Maestría en Educación Superior del Pedagógico Varona en la Universidad Autónoma “Tomás Frías” de Potosí. Atendió un grupo, en el que llegó a gozar de un alto prestigio profesional y humano, y se distinguió por esclarecer en forma muy bien fundamentada todo tipo de dudas sobre la política de la Revolución Cubana.

En Potosí estableció muy buenas relaciones humanas, en particular con el personal de apoyo de la Maestría, especialmente con los más humildes, el personal de limpieza, de oficina, los custodios, dándoles una atención que iba desde conversar con ellos hasta prepararles merienda.

Dora fue un modelo de profesional revolucionario, de ser humano solidario que disfrutaba al ayudar a los demás; maestra estudiosa, sencilla y esforzada, encontró su mayor felicidad en la entrega diaria en el aula y en establecer una relación con sus alumnos que influyera en el desarrollo integral de sus personalidades. Por tal razón, su ejemplo es imperecedero.

El 26 de abril del 2005 un aneurisma en la aorta abdominal le provocó una hemorragia interna y fatalmente la muerte en forma sorpresiva y rápida.

La vida de Dora es confirmación de que “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.1

En las palabras de despedida del duelo, la M Sc Mercedes Etcheverry Vázquez decía:

‘‘Cuando supimos de la muerte de Dora a todos nos embargó el sentimiento de tristeza con que se asume la pérdida de una persona muy querida que llevaba la alegría siempre ilesa de la gente que cumple con la gente, así era Dora, la revolucionaria cabal, la mujer incondicional a la obra de la Revolución y a Fidel, la profesora del Varona que siempre vivió con la idea de ser leal al Instituto.’’

Y más adelante señalaba: ‘‘Dora ha sido modelo de actuación política, porque siempre estuvo en la primera línea de combate, nunca se escuchó decir a Dora NO, no le gustaba quedarse detrás, tenía muy claro que algunas claves del futuro no están en el presente ni en el pasado, están extrañamente en el futuro; así le daba importancia al presente porque sabía que era garantía del futuro, así hablaba de los PGI, por eso estuvo en el programa desde el arranque y en las difíciles condiciones de la tarea siempre pensando que era un modo de garantizar el mañana, nos habló también de la Revolución Venezolana y de la importancia que tenía para Cuba y América, de cómo había que apoyar a Chávez.

’’Fue maestra de generaciones de estudiantes que la recuerdan como la ‘profe’ que apoyaba y animaba a sus alumnos y colegas a asumir nuevas y complejas tareas, la vimos en la práctica docente con sus estudiantes, fomentó en todos nosotros la solidaridad, fue siempre una compañera justa en sus análisis, humana en sus proyecciones, sabemos que fue una excelente hija y hermana, fue muy querida por sus sobrinos, amigos y por su comunidad, donde también se entregó a las tareas revolucionarias.

’’Se dedicó a la educación de muchos jóvenes, ‘Morir no es acabar’, es la sentencia martiana que viene a la mente hoy porque su obra está presente, lo labrado por Dora lo constatamos hoy cuando seguir en pie quiere decir coraje.

’’Cuando despedimos a una persona tan querida por todos lloramos no de debilidad, sino de pesar por no poder seguir juntos, aunque sabemos que sus ojos cerrados no impedirán que nos miren por encima porque en vida nos dejó zunzunes y flores y mínimos poemas que grandes no fueron pero que nos animaron. ’’Dora será siempre la compañera que recordamos ya sin tiempo y palabra, pero con una gran obra porque siempre dio, y más que un mundo más, ‘cuando se muere en brazos de la Patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe, ¡Empieza al fin con el morir la vida!’2.’’


Referencia

1  MARTÍ J. Pilar Belaval. Obras Completas. T. 6. La Habana, Cuba: Editorial Nacional de Cuba; 1964. p. 420.

2                  . Obras Completas. T. 17. La Habana, Cuba: Editorial Nacional de Cuba; 1964. p. 41.