Varona

No.42   Enero-Junio, 2006.    ISSN: 1992-82

Educación científica, interdisciplinariedad y enseñanza-aprendizaje de “las ciencias” y “las humanidades”

Scientific education, inter-disciplinarity and teaching-learning of sciences and humanities

Dr. C.Fernando Perera Cumerma. Profesor Titular. ISP “Enrique José Varona”

Recibido julio de 2005   Aceptado enero de 2006


RESUMEN

La necesidad de una educación científica de todos los ciudadanos fue planteada por insignes educadores cubanos, como Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Martí. Esta, unida a la práctica de la interdisciplinariedad, son necesidades ineludibles del proceso educativo. Sin embargo, no ocurre así, cuando se malinterpreta el significado de la atención que hasta cierto punto debe prestarse a determinadas asignaturas. Ello ocasiona la desatención de las restantes y la asunción de posiciones disciplinares, en detrimento, por lo regular, de las asignaturas del área de ciencias y de la tecnología.

En este artículo se argumenta el significado de la educación científica y de la interdisciplinariedad en la educación contemporánea y se proponen algunas vías para revertir la situación existente, en la que la adecuada preparación de los maestros y profesores constituye un factor primordial.

PALABRAS CLAVE: proceso de enseñanza-aprendizaje, didáctica de las ciencias, interdisciplinariedad, educación científica.

ABSTRACT

The necessity of a scientific education for all citizens was proposed by many important Cuban educators, such as Felix Varela, Jose de la Luz y Caballero and Jose Marti. This necessity together with the interdisciplinarity practice, are unavoidable necessities in the educative process. However, this doesn’t always happen, especially when the significance of the attention that needs to be paid to certain subjects is interpreted incorrectly. When this happens and the attention required is not paid to the other subjects usually those in the area of science and technology. In this article it is argued the significance of a scientific education and the interdisciplinarity in contemporary education and same ways to rectify the existing situation, with the adequate preparation of the teachers and professors which constitute the primordial factor.

KEY WORDS: teaching-learning process, didactics of science, interdisciplinarity, scientific education.


Introducción

En correspondencia con el contexto actual en que se desarrolla la educación, las cuestiones sobre la enseñanza-aprendizaje de las ciencias ocupan un plano de atención de primerísima importancia. El carácter social de la ciencia y de la tecnología, hasta cierto punto soslayado hasta fines de la década de los años 50 del pasado siglo, principalmente en occidente, ocupa hoy un lugar destacado en la investigación académica, en la política pública y en la educación. La enseñanza-aprendizaje de las ciencias debe favorecer que el ciudadano común tenga un “cierto grado de comprensión científica”, que perciba la ciencia como una actividad cultural, que contribuya a prepararlo para la vida. Que aprenda a conocer, teniendo en cuenta los rápidos cambios derivados de los avances de la ciencia como una de las premisas para la educación permanente.

Esta educación científica del individuo ha de conducirlo no solo a saber de ciencia, sino también sobre la ciencia, sus relaciones con la tecnología y su repercusión social.

Desarrollo

Los inevitables cambios en la enseñanza de las ciencias naturales, sus problemas y tendencias innovadoras han sido y son objeto de continua reflexión y debates en distintos escenarios.

En innumerables foros y publicaciones se reflexiona acerca de las cuestiones actuales de la ense- ñanza-aprendizaje de las ciencias. Existe consenso en destacar aquellas cuestiones y problemas que requieren una mayor atención:

“Considerar los cambios experimentados en el contexto en el que transcurre el proceso de enseñanza- aprendizaje de las ciencias:

-“La actividad científico-tecnológica y sus resultados tienen una gran repercusión social, casi inmediata. De igual manera la vida del hombre común y su entorno son ostensiblemente afectados.

-“El objeto de estudio de la propia ciencia ha cambiado. Enfatiza su actividad investigadora en el micro y el megamundo y proporciona una nueva visión sobre el macromundo.

-“La ciencia ha adquirido mayor función proyectiva, constituyéndose en fuerza productiva, que determina la competitividad y la capacidad económica de un país.

-“Ocurre un acelerado proceso de integración de las ciencias. La investigación científica requiere cada vez más de la interdisciplinariedad.

  • “Trabajar en la eliminación de las dificultades en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias como uno de los requisitos para que se produzcan los necesarios cambios curriculares:

-“Se precisa redefinir el objetivo de la enseñanza- aprendizaje de las ciencias: ¿para qué enseñamos ciencias? Su objetivo debe ser cultural, con vista a preparar para la vida a las generaciones venideras. Es necesario que el individuo no solo conozca de ciencia, sino también sobre la ciencia, que sus contenidos les resulten significativos para su vida.

-“Es preciso que los métodos de trabajo en el aula, de acuerdo con las condiciones, se asemejen a los del trabajo científico, como: elevado nivel de trabajo colectivo, automatización y elevado nivel teórico.

-“La enseñanza-aprendizaje de las ciencias ha de contribuir a preparar al hombre para saber hacer, para ser, para comprender y para convivir. Sin embargo, existen deficiencias en el dominio de conceptos, en el desarrollo de habilidades y en la formación de actitudes y de valores en los alumnos.

  • “Implementar los cambios, prestando atención al diseño de la actividad de aprendizaje para lograr una mayor dirección:

-“Es necesario considerar la masividad de la educación y el cambio de los intereses de los niños y jóvenes.

-“Debe fomentarse en ellos una actitud positiva hacia el estudio de las ciencias.

  • “Encarar con urgencia la introducción en la práctica de la interdisciplinariedad en la enseñanza- aprendizaje de las ciencias, por ser esta una de las características esenciales de la actividad investigadora y del desarrollo social.

-“La interdisciplinariedad es uno de los rasgos distintivos de la realidad de hoy, por lo que su práctica no puede ser soslayada por los procesos educativos.

-“Es necesario analizar el aporte de cada disciplina al currículo desde una perspectiva interdisciplinar para lograr una formación integral del educando.

-“Remodelar también desde esta perspectiva los contenidos y los métodos de la enseñanza- aprendizaje de las ciencias.

-“Esta es la vía fundamental para eliminar las dificultades que se confrontan para la realización de investigaciones interdisciplinares.

  • “Revisar y cambiar las concepciones sobre la formación y superación de los profesores de ciencias, puesto que una de las premisas para lograr las transformaciones de la enseñanza-aprendizaje de las ciencias es su adecuada preparación, como principales encargados de ejecutarlas:

-“Al profesor se le pide asumir funciones para las que necesita prepararse, adecuar o cambiar sus concepciones acerca de la pedagogía, la didáctica, la ciencia de la cual se nutre y sobre la enseñanza- aprendizaje de las ciencias, en general y en particular.

-“La formación de profesores debe  contemplar

también estas exigencias.

-“Aunque está consciente de la necesidad de los cambios, se resiste a ellos debido a múltiples factores, que pudieran estar vinculados, entre otros, con el hecho de que no se les da participación en la elaboración de las nuevas estrategias de cambio; con la existencia de cierta inercia y rutina en su trabajo, en la que influyen la falta de tiempo y la de una adecuada estimulación.

  • “Prestar mayor atención, en el campo de las investigaciones de la Didáctica de las Ciencias, a los problemas de la formación y superación de los maestros, profesores y directivos.

“El análisis de los referidos trabajos se relaciona, de una u otra forma, con los siguientes problemas específicos del proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias, como objeto de estudio de la Didáctica de las Ciencias:

-“Las dificultades del alumnado para transferir lo aprendido en un contexto a otro distinto, en concreto la persistencia de ideas alternativas en la interpretación de fenómenos naturales.

-“La necesidad de contextualizar la enseñanza- aprendizaje de las ciencias, dada la relevancia de los contenidos de ciencias para la vida de las personas.

-“Encontrar las condiciones de enseñanza adecuadas para evitar la resolución de problemas de forma mecánica.

-“Cómo desarrollar actitudes positivas y críticas hacia la ciencia, para superar la situación de desinterés que manifiestan los alumnos a lo largo de su escolarización.

-“Concebir el aprendizaje de las ciencias no como simple cambio conceptual, sino como un cambio a la vez conceptual, metodológico y actitudinal.

-“La enseñanza-aprendizaje de las ciencias fragmentada en asignaturas, con distintos enfo1ques y lenguajes sobre una sola y única realidad”.

Especialistas como Macedo B2 consideran necesarios los cambios en la enseñanza-aprendizaje de las ciencias, debido a la insatisfacción existente acerca de la “formación científica de los niños”, que genera en ellos sentimientos de fracaso y de inaccesibilidad para su aprendizaje. Considera que el cambio debe proporcionar una enseñanza de las ciencias:

    • Para todos los ciudadanos, dirigida a alumnos y alumnas que en su mayoría no van a ser científicos,
    • que incluya valores relacionados con el vínculo Ciencia Técnica y Sociedad,
    • que proporcione conocimientos que tengan significación personal para los alumnos y las alumnas, relacionados con su calidad de vida y con los de la comunidad,
    • que sirva de puente para la educación permanente y de acceso a estudios universitarios,
    • que contribuya a formar ciudadanos críticos, consecuentes y solidarios.

    Hay coincidencia en señalar que:

    • Existe una separación entre las necesidades reales de los estudiantes, la sociedad en general y lo que se estudia en la escuela, provocando que el aprendizaje se produzca de manera formal y obligatoria cuando el estudiante no percibe la utilidad de lo que aprende para su vida.
    • La forma en que el estudiante aprende los conocimientos científicos hace que, pasado un tiempo, casi no recuerde lo aprendido, y es incapaz de aplicarlo para resolver los problemas que se le presentan en su vida. Esto se debe en gran medida a que se presta más atención a los contenidos conceptuales, en detrimento de los contenidos procesales y actitudinales.
    • El fin del aprendizaje de las ciencias en la escuela se torna entonces como un problema, cuya solución es sacar buenas notas en los exámenes, sin importar mucho cómo lograrlo, con lo que la preparación para la vida futura que está en la base de la ciencia se pierde en la visión de los estudiantes.

Este autor coincide con Nieda J y Macedo B en que: “La enseñanza de las Ciencias de la Naturaleza debe estimular, entre otros aspectos:

    • “La curiosidad frente a un fenómeno nuevo o a un problema inesperado,
    • “el interés por lo relativo al ambiente y su conservación,
    • “el espíritu de iniciativa y de tenacidad,
    • “la confianza de cada adolescente en sí mismo,
    • “la necesidad de cuidar de su propio cuerpo,
    • “el espíritu crítico, que supone no contentarse con una actitud pasiva frente a una ‘verdad revelada e incuestionable’,
    • “la flexibilidad intelectual,
    • “el rigor metódico,
    • “la habilidad para manejar el cambio, para enfrentarse a situaciones cambiantes y problemáticas,
    • “el aprecio del trabajo investigador en equipo,
    •  “el respeto por las opiniones ajenas, la argumentación en la discusión de las ideas y la adopción de posturas propias en un ambiente tolerante y democrático”.

Al analizar la situación que encara la enseñanza- aprendizaje de las ciencias, a propósito de la actitud de los alumnos en la actividad de estudio, es importante

destacar el planteamiento que asevera: “las características de los planes y programas de estudio y, especialmente, la forma de su impartición contribuirán o no a desarrollar intereses y capacidades vinculadas a un área específica del conocimiento. Se ha demostrado en innumerables trabajos que, a veces, los alumnos crean rechazo a ciertas materias, no por su contenido, sino por la forma en que estas son impartidas”.4

Examinando el estado actual de la enseñanza científica, que se presenta como en “un virtual callejón sin salida”, saliendo en defensa de las nuevas concepciones de enseñanza-aprendizaje de las ciencias frente a los seguidores del “tradicionalismo”, Pozo J I señala lo que pareciera confirmación de lo anteriormente apuntado: “Los alumnos prefieren de modo mayoritario aprender otras cosas, quizás como consecuencia de la ciencia que se les ha enseñado pero que no han aprendido”.5

Estos planteamientos reafirman la imposibilidad de lograr cambios en la educación científica desde posiciones tradicionales, encerradas en marcos disci- plinares descontextualizados de la realidad, dentro de los cuales aún algunos pretenden realizarlos.

Esas posiciones forman parte del “pensamiento docente de sentido común” que poseen los profesores de ciencias, conformado por una “serie de ideas, comportamientos y actitudes en torno a los problemas de enseñanza-aprendizaje que pueden constituir obstáculos para una actividad docente innovadora en la medida misma en que se trata de concepciones espontáneas, aceptadas acríticamente como parte de una docencia de sentido común”. Este pensamiento “de sentido común” refleja las concepciones erróneas que pueden tener los profesores sobre la ciencia o las ideas erróneas sobre su enseñanza, o ambas cosas al mismo tiempo.

Por lo general, el modelo de enseñanza-aprendizaje de las ciencias se mantiene siendo el mismo que criticó el ilustre pedagogo cubano Enrique José Varona (1848- 1933), cuando escribió: “se elabora un programa, se amolda al programa un texto, el profesor se esclaviza al texto, y el alumno aprende que cuanto necesita es contestar de cualquier modo a una serie de preguntas estereotipadas”.6

Se evidencia la necesidad urgente de un profundo cambio en las concepciones acerca de la enseñanza- aprendizaje de las ciencias, lo que exige, además, una urgente revisión de la formación y la superación de los maestros, profesores y directivos. Estamos de acuerdo con que “no basta con diseñar cuidadosamente y fundamentadamente un currículo si el profesorado no ha recibido la preparación adecuada para recibirlo”.7

El desarrollo de las asignaturas de Ciencias Naturales debe basarse en la actividad del alumno, como sujeto de la construcción de su propio aprendizaje, para el cumplimiento de un sistema de tareas o actividades que incluye problemas que le resultan significativos y de interés, vinculados con su realidad y en general con la vida. Esta actividad le permite ir comprendiendo la importancia y   las repercusiones delasCienciasNaturalesya familiarizarse y aproximarse a sus formas de trabajo, métodos y procedimientos. Al destacar la función cultural y social de la ciencia, ha de contribuirse a la formación en los alumnos de valores y de su responsabilidad ciudadana, así como también a su preparación para la continuidad de estudios o para la actividad laboral.

También hay que prestar atención al análisis e introducción en la práctica de la interdisciplinariedad en la enseñanza-aprendizaje de las ciencias, puesto que es una de las características esenciales de la actividad investigadora y del desarrollo social contem- poráneos. En la enseñanza de las ciencias, la interdis- ciplinariedad existe en el plano teórico, quizás pudie- ran encontrarse algunas aplicaciones en la práctica, pero estas serían puntuales.

Una de las barreras para su aplicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje la constituye la formación disciplinar de los profesores y los directivos. En este sentido, Martí advertía el peligro: “Sucede muy fre- cuentemente que los que se dedican con ahínco al estudio especial de una ciencia, suelen exagerar el valor de la ciencia que estudian, y desconocer o amenguar el de las que no han estudiado con tanto empeño, a lo menos, como aquella en que han puesto todo su tiempo y atención. De aquí nace que caen a menudo en la falacia de argüir que, porque sus propios estudios son muy útiles, los demás estudios no lo son”.8

La interdisciplinariedad y las prácticas educativas integradoras tienen sus bases en la internacionalización y complejización de la vida social, económica, política y cultural, uno de cuyos principales motores es el desarrollo de la ciencia y de la tecnología.

La imposibilidad de soslayar la interdisciplinariedad y la educación científica en la enseñanza contemporánea, y en particular de las ciencias, radica en que actualmente son, como nunca antes, una necesidad objetiva del desarrollo de la actividad humana. Esta se manifiesta, entre otras, por las razones siguientes:

  • “La naturaleza altamente compleja y variable de la propia realidad.
  • “El aumento de la complejidad de los objetos de la investigación científica.
  • “Una parte importante de la búsqueda científica transcurre hoy en las fronteras o zonas de ‘empalme’ de varias ciencias.
  • “La necesidad de abordar los aspectos morales y axiológicos de la actividad investigadora contemporánea.
  • “El creciente proceso de integración ciencia- tecnología-producción y su internacionalización.
  •  “La necesidad de resolver problemas globales complejos.”
  • La naturaleza altamente compleja y variable de la propia realidad.

    La realidad en la que vivimos es altamente compleja y cambiable. Comprenderla no es posible con un enfoque reduccionista o simplista que considere la unidad y la diversidad de la realidad como entes separados. Es preciso tener un pensamiento complejo, porque lo complejo ha pasado a ser parte de nuestra vida cotidiana.

    El contenido del pensamiento complejo es expresado por Morin E, cuando afirma: “El pensa- miento complejo es un pensamiento que trata a la vez de vincular y de distinguir –pero sin desunir (... ). Que es capaz de reunir, contextualizar, globalizar, pero reconociendo lo singular y lo concreto”.10

    Concordamos con Ander-Egg: “Las razones y la necesidad de un abordaje interdisciplinar surgen de la idea de complejidad o, para ser más precisos, surgen del hecho mismo de asumir la complejidad de lo real. Pero todo esto no nace de especulaciones de gabinete (puede serlo en algunos casos, pero es la excepción), sino que surge de una doble preocupación práctica:

  • “La búsqueda de un mejor tratamiento de problemas prácticos; es en las ciencias aplicadas, o en la aplicación de las ciencias, donde la interdiscipli- nariedad encuentra su lugar de realización.
  • “La necesidad de una mayor calidad y profundidad en las investigaciones científicas, habida cuenta de los problemas que la investigación confronta y que un abordaje exclusivamente desde una disciplina en particular, unidimensionaliza el análisis y produce una inevitable reducción o simplificación.

“Tenemos que aprender a pensar la complejidad; que también es a pensar interdisciplinarmente”.11

El aumento de la complejidad de los objetos de la investigación científica.

En su devenir histórico la ciencia ha estudiado distintos tipos de objetos sistémicos, revelando sus propiedades y enunciando las leyes sobre su funcio- namiento y transformación. La ciencia de los Siglos XVII y XVIII, en la que dominaba el cuadro mecánico del mundo, se dirigía a describir y explicar los objetos mecánicos que constituían pequeños sistemas. Para estudiarlos estos sistemas se consideraban invariables y formados por la suma de sus partes.

Cuando la ciencia pasa a estudiar sistemas grandes o complejos se aprecia la insuficiencia del enfoque mecanicista dado a los sistemas simples. Ya el objeto no puede considerarse invariable, sino que debe ser entendido como un ente dinámico, cuyas propiedades distintivas se revelan de la compleja interacción de los elementos o partes que lo conforman.

Hoy, uno de los objetos de la ciencia es el propio hombre que, como ser vivo, es ejemplo típico de sistema complejo. Un ser vivo está formado por partes (órganos), que son a su vez sistemas complejos. Cada parte funciona de manera compleja y disímil. Sin embargo, para el ser vivo es esencial solo el funcionamiento íntegro de todos los órganos; lo decisivamente importante no es la relación entre las partes del sistema, sino la relación entre las funciones que realizan.

El funcionamiento de estos objetos de la naturaleza viva se basa en los procesos físico-químicos; sin embargo, la explicación de su actividad vital no puede reducirse al lenguaje de la Física y de la Química. En esta explicación concurren, además, las disciplinas biológicas y otras, sociales y técnicas incluidas, en estrecha relación. Por ejemplo, los movimientos del hombre no pueden estudiarse solamente con la aplicación de la mecánica. Es necesario un enfoque sistémico del objeto, en el que concurren, junto con la mecánica, la fisiología, la anatomía, la morfología, la psicología, la informática, entre las más importantes. Estas conforman una nueva ciencia interdisciplinar: la biomecánica.

La crisis de las bases filosófico-metodológicas de las ciencias a inicios del Siglo XX, motivó a que se abandonaran las nociones de un mundo compuesto por elementos inmutables dispersos y se afianzara el punto de vista dialéctico del mundo como un todo sistémico en desarrollo.

Los profundos cambios cualitativos ocurridos en la práctica del desarrollo científico-técnico y social, han generado objetos gigantescos por su envergadura y complejidad. En el marco de cada objeto se intensifica la interconexión de los factores cualitativamente hetero- géneos (económicos, sociales, políticos, ecológicos y técnicos), aumenta la interdependencia de los distintos niveles de la estructura de los propios objetos y se acelera el ritmo de los procesos que tienen lugar en ellos. El estudio de estos objetos requiere considerarlos como sistemas de gran complejidad, aplicando nuevos métodos científicos generales de investigación (como el enfoque sistémico), que tienen entre sus principios a la interdisciplinariedad.

Una parte importante de la búsqueda científica transcurre hoy en las fronteras o zonas de “empalme” de varias ciencias.

El proceso de desarrollo del conocimiento del hombre sobre la naturaleza hizo necesaria, en un momento determinado, la descomposición de esta en partes aisladas para su estudio, lo que ocasionó una diferenciación profunda de las Ciencias Naturales. Este método analítico de estudio de la naturaleza se arraigó muy fuerte en las mentes de los naturalistas que fijaron límites rígidos, rupturas, entre los distintos fenómenos de la naturaleza, enmarcados en los dominios particulares de cada ciencia.

Este modo metafísico del pensamiento frenó el desarrollo de las Ciencias Naturales, sobre todo en el Siglo XIX. Los nuevos descubrimientos abrieron paso a la idea de la interconexión de los fenómenos naturales, de la necesidad de la síntesis del cuadro de la naturaleza en conjunto. El descubrimiento de la ley de la conservación y transformación de la energía en los años 40 del Siglo XIX, partiendo de la observación del cambio de coloración de la sangre hecha por el médico y naturalista alemán Mayer J, marcó el inicio de la integración de las ciencias.

La profundización del conocimiento de la naturaleza produjo el surgimiento de nuevas ciencias de “transición” entre una ciencia principal y la otra, como la bioquímica, la biomecánica, la termoquímica, etc. Se evidencia de este modo, de manera creciente, y con más intensidad en el estado actual de desarrollo de las ciencias, la dialéctica e interdependencia de las dos tendencias opuestas del desarrollo del conocimiento científico: la aparición de nuevas ramas de la ciencia profundiza la diferenciación de las ciencias, a la vez que crea las condiciones y sirve de base para su mayor integración. Actualmente, algunas líneas de las investigaciones científicas que trazan las orientaciones principales del desarrollo científico-técnico se desarrollan en las zonas de “empalme” de varias ciencias, “en campos de frontera entre las disciplinas clásicas”, observándose un extraordinario desarrollo de la informática, las telecomunicaciones, la biotecnología, el desarrollo de nuevos materiales y otros. Las dos primeras son factores principales y símbolos, conjuntamente con las restantes citadas, del actual proceso de globalización.

La unidad de la ciencia se manifiesta en la profundización creciente de las relaciones entre sus distintas ramas, que se revelan al establecer sus posibilidades objetivas para reflejar la realidad.

La necesidad de abordar los aspectos morales y axiológicos de la actividad investigadora contemporánea. La ciencia se ha convertido en fuerza productiva directa y modifica no solo la producción y los servi- cios, sino que modifica también el modo de vida. La decisiva influencia de la ciencia en la vida de las personas ha provocado que se preste mayor atención a su dimensión social, como factor cultural del desarrollo social, a sus aspectos éticos y morales. “Los aspectos humanitarios, axiológicos del desarrollo del hombre (...) forman un elemento inalienable del mundo de la ciencia contemporánea”.12

La actividad científica debe prestar atención no solo al valor de la verdad científica, sino también al precio que la humanidad debe pagar por sus resultados. Un ejemplo son los desafíos que para la humanidad significan los avances de las pruebas genéticas. Por otra parte, la disyuntiva entre descubrimiento para el bien público o como mercancía lleva a la necesidad de medidas que los regulen. Estas son razones que requieren la participación junto a la comunidad científica, de una forma u otra, a todos los integrantes de la sociedad.

“El enfoque integral que considera la interacción de las ciencias sociales, naturales y técnicas, así como la estrecha relación que guarda la teoría con la práctica y el hombre, se convierte cada vez más en una de las peculiaridades fundamentales del progreso de la ciencia en las condiciones actuales.”13

El creciente proceso de integración ciencia- tecnología-producción y su internacionalización.

Los sistemas de medios de investigación se complejizan cada vez más, tanto los esquemas teóricos, los modelos y metodologías, como su soporte tecnológico, del cual depende; en ocasiones, el acceso al objeto, el curso y los resultados de la investigación. A su vez los avances tecnológicos se basan en los descubrimientos de la ciencia. Se establece una relacióndialéctica de interdependencia ciencia-tecnología, en la que las fronteras entre ellas aparecen borrosas; hasta tal punto algunos consideran la existencia de lo que denominan “tecnociencia” o “ciencia postmoderna”.

Un ejemplo de la relación entre ciencia y tecnología es el uso de las computadoras, que contribuyen a extender el poder de observación del ser humano y que posibilitan realizar experimentos que hasta el momento se consideraban imposibles. Otro ejemplo, a la inversa, es el desarrollo de la imaginología médica, basada en el descubrimiento de la resonancia magnética nuclear.

La actual revolución científico-técnica va secun- dada por una transformación cardinal y cualitativa de las fuerzas productivas mundiales, cambiando, además de la producción industrial, los propios principios de organización y gestión de la producción.

Han cambiado las relaciones entre investigaciones fundamentales e investigaciones aplicadas. La ciencia se orienta cada vez más a la aplicación práctica de sus resultados y a fomentar el desarrollo tecnológico y la innovación. “Ahora la ciencia no está disociada con la tecnología. Al contrario, la concepción del producto y su proceso de fabricación se conjugan con la ciencia por medio de la investigación fundamental para conducir a una tecnología constantemente perfeccionada”.14

En las relaciones entre la investigación funda- mental y la aplicada “un aspecto del nuevo paradigma lo constituye la tendencia a que la interdisciplina- riedad vaya alcanzando un papel de mayor relevancia que la multidisciplinariedad”.15

La investigación de objetos cada vez más complejos y la necesidad de conocer, analizar y resolver problemas prácticos cada vez más complejos exigen cuantiosos recursos materiales y humanos que requieren de una concentración de los mismos y de un trabajo colectivo, que rebasan las fronteras nacionales. Esto tiene un particular significado para los países subdesarrollados, en franca desventaja competitiva con los ricos.

La internacionalización de la ciencia para com- partir información, conocimientos, recursos humanos y materiales es una característica del futuro, siendo su expresión las redes, los programas y los proyectos para evitar fragmentación y repeticiones. Este proceso requiere de la integración: “Mientras se vea la coope- ración como un proceso de difusión de conocimientos en el que participan individuos, su alcance será limitado. Hay que ver la cooperación como un proceso de integración de conocimientos en el cual participan colectividades”.16

La necesidad de resolver problemas globales complejos.

Los problemas complejos y globales que debe resolver la humanidad requieren de la integración. Cualquiera que sea la naturaleza de estos: la pobreza, las enfermedades emergentes (SIDA) y re-emergentes (cólera), la contaminación, el cambio climático, la droga, la violencia, son problemas que no reconocen fronteras. Por ello, requieren respuestas colectivas.

“Si queremos actuar sobre lo real, hemos de adoptar un enfoque transdisciplinario que recurra a todas las competencias, a todas las capacidades”.17 La educa- ción científica debe ser vía importante para la forma- ción de ciudadanos responsables, para actuar en aras de resolver estos problemas, en la que las asignaturas de ciencias desempeñan un papel fundamental.

Ante estos argumentos, resulta paradójico que la enseñanza-aprendizaje de las ciencias (y del resto de las asignaturas o disciplinas) y las acciones para producir los cambios continúen siendo fragmentadas.

¿Cómo dar respuesta en la práctica a las exigencias que la contemporaneidad impone al proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias?

La respuesta está, en parte, en el enfoque interdis- ciplinar y problematizador del proceso de enseñanza- aprendizaje de las asignaturas que conforman las Ciencias Naturales que tiene, como uno de sus obje- tivos principales, contribuir a la formación en los alumnos de una visión holística de la realidad y de una educación científica, como parte de su cultura general integral. Debe propiciar la comprensión de la unidad y la diversidad del mundo natural por medio del estudio de los hechos y de los fenómenos que se relacionan entre sí y están en constante desarrollo, de importancia para la formación de la concepción científica y dia- léctico-materialista del mundo y de valores acordes con los principios de nuestra sociedad.

Como factores inherentes a todo aprendizaje desarrollador, han de contribuir a preparar realmente a los estudiantes para enfrentar los problemas coti- dianos y de la elevación de la calidad de vida humana, de acuerdo con el desarrollo contemporáneo y con las necesidades del desarrollo social y económico de cada país.

Esto se logra en la práctica, no desde posiciones disciplinares, lo que exige una adecuada autopre- paración de los profesores y el trabajo del colectivo pedagógico, que debe rebasar las posiciones decla- rativas y traducirse en acciones resultantes de un trabajo metodológico interdisciplinar sistémico y sistemático, flexible, pero que no deje lugar a la im- provisación y a la rutina. Este es un largo proceso no exento de dificultades, en el que podrán lograrse en una primera aproximación:

  • La relación entre los contenidos de los programas de las asignaturas del grado involucradas, de manera que los precedentes contribuyan a una mejor com- prensión de los que siguen, eliminando repeticiones y las inconexiones existentes entre ellos.
  • Una estrategia para su tratamiento, que abarca desde luego la determinación y planificación de las actividades que deben desarrollarse y su evaluación. Ahora las tareas integradoras serían la característica distintiva de este proceso de enseñanza-aprendizaje interdisciplinar, perdiendo el mero carácter formal y de “parche” que tienen hoy en un proceso fragmentado y desarticulado.

¿Cómo lograrlo?

Por lo regular los profesores concuerdan en las ventajas de esta forma de trabajo, pero desconocen las premisas y vías para desarrollarlo. Las condiciones previas, sucintamente, son:

    • Convicción y disposición para efectuar los cambios. Es preciso cambiar hasta donde sea preciso las concepciones metodológicas propias fuertemente enraizadas y los puntos de vista netamente “asignatu- ristas”, dado que la introducción de la interdisciplina- riedad solo puede lograrse desde un abordaje interdisciplinar.
    • Trabajo colectivo, basado en un clima profesional de cooperación y flexibilidad, para propiciar el intercambio con vistas a la determinación de áreas comunes y coordinación de acciones, con un lenguaje común.
    • Que las personas dominen su disciplina y tengan un conocimiento de los fundamentos básicos de aquellas con las que debe relacionarse en el proceso.
    • Dominar el contexto en que se actúa, teniendo claridad que el proceso educativo es un ejemplo de sistema complejo.
    • Es necesaria una evaluación continua del proceso para su perfeccionamiento y actualización.

La práctica interdisciplinar es posible a pesar de la fragmentación escolar. Es un hecho que, en general, las experiencias existentes tienen lugar en currículos fragmentados, por lo que una solución probablemente más realista y eficaz es la combinación de la perspec- tiva interdisciplinar con la enseñanza por materias, considerando el desarrollo científico-técnico, los factores sociales y las edades de los alumnos. A su vez, es responsabilidad del profesor un proceder metodológico adecuado para evitar los peligros que acarrea la interdisciplinariedad, si esta se asume como la tendencia excesiva a la generalización y a un verba- lismo que disimule conocimientos insuficientes, cuando se presentan y exigen mecánicamente conoci- mientos de síntesis.

Algunas experiencias en la enseñanza-aprendizaje de las ciencias naturales demuestran que, pese a las dificultades, es posible la práctica interdisciplinaria. En ellas se identifican procederes comunes al deter- minar cuáles son los elementos en torno a los que se concretará la integración (establecimiento de los nodos de articulación interdisciplinaria). Algunos de ellos son:

    • El objeto de estudio de cada ciencia, reflejados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
    • Los conceptos principales que sirven de hilo conductor al tratamiento de los contenidos: sistema y cambio, sustancia y reacción química, seres vivos, relación naturaleza-sociedad.
    • Los métodos utilizados para la enseñanza-apren- dizaje de las distintas asignaturas de ciencias, como la resolución y planteamiento de problemas, los experi- mentos, la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y las excursiones.
    • Determinación de problemas de interés, globales o locales (la salud, fenómenos atmosféricos, la música, la producción industrial o agropecuaria y otros), que serán tratados en espacios interdiscipli- nares, como pueden ser los previamente determinados y planificados dentro de las propias clases o los seminarios integradores. En este caso debe evitarse el error de que su tratamiento resulte formal y abstracto o de considerar solamente el socorrido tema referido al cuidado del Medio Ambiente.
  • El enfoque histórico de los contenidos, ausente de la enseñanza-aprendizaje de las ciencias, que sirve no solo para contextualizarlos, evidenciar su significado sociocultural y enlazar los contenidos de ciencias, sino también enlazar estos con los de las asignaturas de “letras” o “humanidades”. Por ejemplo, pueden plantearse tareas de carácter investigativo a los estudiantes con cuestiones como:
  • ¿Qué importancia tuvieron los trabajos de Watt y Joule en el desarrollo de la Primera Revolución Industrial? ¿Qué repercusiones sociales ha tenido la teoría de la evolución de Darwin? ¿Qué aportes científicos contribuyeron al surgimiento y desarrollo de la Ilustración? ¿Qué inventos y aportes científicos fueron significativos en el Renacimiento y cómo influyeron en el desarrollo de las artes y de una nueva visión del cuadro del mundo?

De forma análoga, en las actividades de Historia se analizarían las implicaciones de los avances científico- técnicos en los procesos que se abordan; como, por ejemplo, y precisamente, el significado del desarrollo científico y tecnológico actuales, representados por los avances en la electrónica, la informática, las comuni- caciones y los medios de transporte, para el proceso de globalización que vivimos.

El estudio de la vida de los científicos como personas comunes y con un alto sentido de responsabilidad social, sería una contribución a la formación de valores en los alumnos y estudiantes, y un cambio en sus concepciones sobre aquellos y la ciencia, que significa hoy, tener una visión más real y cercana de la realidad y del mundo en que viven.

Una vía para la vinculación recíproca con las asignaturas de Español y Literatura es el aporte que a la lengua materna hacen las asignaturas de ciencias, mediante la incorporación a esta de “nuevos”, y otros ya no tan “nuevos”, términos de la ciencia y la tecnología, que van siendo ya de uso relativamente común en la vida diaria, como nanociencias o nanotecnologías, informática, imaginología, resonancia magnética nuclear, genoma, digital, etc. cuya comprensión y correcta utilización constituyen ya indicadores de la cultura general que posee, o no, una persona.

Hay que reconsiderar, además, estas últimas relaciones, puesto que compartimos el criterio que la falta de comprensión del texto de un problema de ciencia o su inadecuado análisis, que son las causas más frecuentes que  impiden su  solución, no   son

simplemente “un problema de la enseñanza de las ciencias”. La formación de la compresión lectora en alumnos y estudiantes no debe limitarse al trabajo con los textos literarios o políticos o no considerar las particularidades de los textos científicos. Por otra parte, esta tarea no es exclusiva de las asignaturas de “letras”. Insistimos que la educación científica y la interdisciplinariedad solo pueden ser resultado del trabajo riguroso y verdaderamente profesional del colectivo pedagógico.

Las ideas expuestas son reafirmadas por el profesor León Liederman, Premio Nobel de Física 1986, que ha dedicado su vida a la enseñanza de las ciencias y de la matemática: “Por eso, si nuestros cursos de ciencias se tratan como parte de las humanidades, aprenderemos algo sobre los científicos y nos enteraremos de que es la misma ciencia para la humanidad entera. Que los niños en Calcuta y Nairobi; en Atenas y Chicago, tienen la misma tabla en su laboratorio de Química: La Tabla Periódica de los Elementos. Europeos, chinos árabes y egipcios desarrollaron el conocimiento que contiene la sorprendente tabla. Esto y muchos ejemplos reflejan la promesa de que el conocimiento científico no tiene “dueño”; pertenece a todos nosotros”.18

Conclusiones

Las transformaciones que tienen lugar en la educación favorecen, hasta cierto punto, el trabajo interdisciplinar. Resultan elementos positivos la organización por colectivos de grado y el trabajo cooperado. La concepción de trabajo metodológico interdisciplinar contribuirá a reducir en parte la falta de tiempo y a favorecer la preparación de los profe- sores, dos de las barreras a superar para alcanzar los objetivos deseados.

Las ciencias pedagógicas cubanas cuentan ya con un importante y potente arsenal teórico-práctico que ponen a Cuba en condiciones para desarrollar la práctica de la interdisciplinariedad y, por ende, la edu- cación científica en nuestro sistema educativo, para avanzar mucho más hacia el futuro.

 

 

Referencias

  1.  PERERA F. La formación interdisciplinaria de los profesores de ciencias. Un ejemplo en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la física. [Tesis Doctoral]. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”; 2000.
  2.  MACEDO B. Tendencias actuales en la enseñanza de las ciencias. Conferencia impartida en el V Taller Internacional sobre Enseñanza de la Física. La Habana, Cuba: Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC); 1998.
  3. NIEDA J, MACEDO B. Un currículo científico para estudiantes de 11-14 años. México: sep. de 1998. p. 22.
  4. GONZÁLEZ F, MITJÁNS A. La personalidad, su educación y desarrollo. La Habana, Cuba: Pueblo y Educación; 1989. p.196.

  5. POZO J I. La crisis de la educación científica. Volver a lo básico o volver al constructivismo. Alambique oct No.14. 1997. p.102.

    VARONA E J. Trabajos sobre educación y enseñanza. La

    IBÍDEM, p. 3.

     MAYOR F. Sin un futuro compartido no habrá futuro. El Correo de la UNESCO. may. 1998. p.36.

    LIEDERMAN L. ¡Detengan el siglo, no estamos preparados! Orbe. Noviembre 8 al 14. 2003. p.13.

    Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1992. p.69. GIL D. Concepciones del profesorado sobre la ciencia y la enseñanza de las ciencias. Curso de postgrado. La Habana, Cuba: IPLAC; 1996.

  6. MARTÍ J. Nociones de lógica [CD]. Obras Completas.

    9 Vol.25. Multimedia. p.279.

    PERERA F. La formación interdisciplinaria de los profesores

    de ciencias. Un ejemplo en el proceso de enseñanza aprendizaje de la física. [Tesis Doctoral]. La Habana, Cuba: Instituto  Superior  Pedagógico  “Enrique  José Varona”;

    102000.

    MORIN E. Por una reforma del pensamiento. El Correo de la UNESCO. feb: 1996. p.14.

  7.  ANDER-EGG E. Interdisciplinariedad en educación. Buenos Aires, Editorial Magisterio del Río de la Plata; 1994. p.27, 57.

  8.  ERSHOV Y. Ciencia, cultura, sociedad. Rev Ciencias Sociales. No. 2. 1987. p.24.

     IBÍDEM, p.24, 33.

     Brooks H. Una pareja de hecho. El Correo de la UNESCO. may.1999. p.14.

    MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR. Estudio sobre tendencias de la Educación Superior. Documento html. La Habana, Cuba: 1999. p.7, 3.

Bibliografía

ÁLVAREZ M (compiladora). Interdisciplinariedad. Una aproximación desde el proceso de enseñanza- aprendizaje de las ciencias. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 2004.

DELORS J. La educación encierra un tesoro. París, Ediciones UNESCO; 1996.

FERNÁNDEZ M. Las tareas de la profesión de enseñar.

Madrid, Siglo XXI; S.A. 1994.

HURD P. New minds of a new age: prologue to modernizing the science curriculum. 1994. Science Education; 78(1): 103-116 p.

KEDROV B M. Clasificación de las Ciencias. Moscú, Editorial Progreso; 1973.

KUPTSOV V. El reduccionismo y la ciencia contemporánea.

Ciencias Sociales. No.2(68). 1987.

MARÍN N. Fundamentos de didáctica de las ciencias experimentales. España: Universidad de Almería. Servicio de publicaciones; 1997.

POZO J I. Aprendizaje de la ciencia: más allá del cambio conceptual. Conferencia. La Habana, Cuba: IPLAC; 1998.

TORRES J. Globalización e interdisciplinariedad: el currículo integrado. Madrid, Editorial Morata S.L. Colección Pedagogía;1994.

VAIDEANU G. La interdisciplinariedad en la enseñanza: ensayo de síntesis. Perspectivas. Vol.XVII, No. 4. 1987.

VALDÉS R, VALDÉS P. Tres ideas básicas de la Didáctica de las Ciencias. Soporte electrónico. La Habana, Cuba: Instituto Superior Pedagógico ‘‘Enrique José Varona’’; 1999.